28 de junio de 2016

Canalización del 27 de Enero de 2016.

Enero 27, 2016

Ketta/Aleshia (1).


… y verás -al seguir aquí tu caminar- que el mundo cada vez es mejor, aunque en el exterior veas todo lo que está sucediendo y que está a punto de hacer una gran explosión. Pero ¿y qué?, si en ti está esa libertad; estás empezando y sigues en ese intento de hacer tu purificación, sin escuchar más de lo que te pueda ayudar. ¡Sólo eso!, porque lo demás es parte de ésta ilusión, aunque siempre seguirá insistiendo volverte a atrapar, en esa gran distracción.

Es por eso que hay tantos hermanos que ¡ah de eones han tardado! en volver con el Padre tan amado. Mas todo ello, haciendo un balance amado hermano, cuando tú -al vivir en la verdad- cuenta te darás ¡que es sólo un instante!, ¡pero que tú has alargado!, cuando no te has permitido su voz escuchar.

Hoy me lo dijeron: ¡Más que un culto o una religión!, lo que nosotros hacemos es venirte a hablar de la verdad y de que siempre ha existido y será ¡un sólo Dios!, que a todos los ama; que no hace distinción. ¡Qué importa cuál sea tu forma humana! El te mira con ojos de amor, porque sabe lo que hay dentro de ti. Porque sabe lo que existe en tu corazón y cuenta se da también, cuando algunos están ¡llenos todavía de tantas marañas!

En cada oportunidad nos ha dicho; ésta vez no se pulió, ¡no finalizó ese proceso amoroso para volver a brillar y compartir todo lo que El te entregó! Entonces -amados hermanos- podrán decir: “¡Sí! al llegar y sentarme aquí, lo primero que hago es ¡abandonarme a Él y dejar que llegue la acción en mí!”

Y esto es lo que -de vez en vez- ustedes empiezan ¡y muchos!: “Al fin -Padre adorado- ¡no solo oír, sino escuchar! Y entonces también -que no una oración a ti elevar- sino -en ese gran proceso empezar a trabajar y en infinito amor ¡pedirte! -porque está dispuesto a escuchar- decirte: Padre mío, aquí estoy. Tu hijo que te ama, al que tú, ¡tu voz insistentemente llama!, ahora, ¡hoy! -en éste instante; que no sólo la enseñanza del “Yo Soy”, sino ¡todo el Legado que tú -a aquellos que se han elevado- ya entregaste! y que están dispuestos a compartir con cada uno de ustedes.

¡Alabado sea el Señor!, porque sabe cuándo ha llegado el gran momento. ¡Y será hoy!, en el aquí, en el ahora; en el seguir viviendo éste tiempo, que -en apariencia- no avanza, pero en esa apertura de conciencia que cada uno ya está trabajando; al empezar ¡con esa profundidad! al hacer -para El- de  todo una alabanza, entonces mi Padre nos dice: “¡Es el momento! También ¡a ese hermano! -en ésta oportunidad- ¡se le va a cosechar!”

¡Sí, amados!, porque eso es lo que Nuestro Padre desde el principio del tiempo, que está presente, que cuando tú en Él estás inmerso, piensas ¡y sabes! y sientes que ¡de todo lo demás estás ausente!, porque de El te sientes ¡tan lleno! Pero al desbordarse toda esa energía que a ti, ¡a cada uno!, con más fuerza comienza a llegarle, sabes y llega -a algunos de golpe- a otros tan sutil; el recuerdo de quiénes son y que es lo que hacen. ¡Para qué llegaron aquí! Y les vuelvo a repetir: Solos no han caminado.

Y ahora, todo lo que -al haber reflexionado- algunos piensan: “¿Cuánto he avanzado?” Date cuenta hermano, que -a cada uno de ustedes- nuestros amados Maestros -por voluntad de Nuestro Padre tan amado- ¡y aún El!, a ustedes los siguen acompañando.

¿Por qué no habría de ser así? No sólo una vez. ¡Tanto lo escucharon!, mas ahora es necesario; lo repetiré: ¡Son tan valientes guerreros!, que -en infinito amor- al acudir a su voz dijeron: “Iré a vivir en esa experiencia; en ese seguir; ¡para completar y llegar a esa apertura de conciencia!”

Con la Crística iban a iniciar. ¿Quién de ustedes -consciente- puede decir que ya la empezó a vivir? ¿Quién?, al compartir, mira hermano- ¡que no sea el ego humano el que te haga decir: “Aquí estoy y en éste instante te daré una sanación!” ¡No!, porque el primero que la necesita y la tiene que vivir en plena acción ¡es cada uno de ustedes!, para luego -en esa intensa y total purificación- ¿qué mejor?, ¿cómo entender a tu hermano?, que viviendo lo mismo que el; pero recordando la gran enseñanza del “Yo Soy”.

Es -de verdad- algo que no se compara; que no es -ni mucho menos- material; que muchos hermanos a eso ¡tanto lo han querido valorar! Esto es ¡mucho más! ¡Es algo único!, que sólo el Padre te da, porque es eterno.

Y eso es que El te ha ofrecido: ¡La eternidad y la vida en la verdad! Y tal cual como es; ¡no como aquí te han querido decir! ¡No todo esto que tú has venido a contemplar!, que también te ha llevado a sufrir.

¿Pero sabes hermano? Muchas veces al estar aquí; escuchar todo lo que Nuestro Padre te ha querido hablar; mira cómo todavía seguimos necesitando de cosas (flujo nasal en Ketta); sintiendo en tu cuerpo cómo -aquello que traes tan arraigado- él mismo empieza a gritarlo, con ese deseo de querer soltarlo. ¡Eso es lo que -a cada uno- lo ha estado enfermando! ¿Cuántas veces te has estado guardando sentimientos de culpa? Otros, ¡de tristeza! Sobretodo también de soledad.

¿Cuántas veces se les ha repetido que solo no estás? ¿Pero sabes cuál ha sido el peor enemigo? Que a todo lo que has vivido y al pensar en lo que tú llamas “futuro”, ¡de temor! todo ello -al razonar- te empieza a llenar. La duda -dentro de ti- te empieza a hablar: “¿Qué será de mí? ¿Y si más adelante empiezo a necesitar? ¿Y si suelto todo esto, en el cual seguro me siento… y luego -en el transcurrir del tiempo- de mí que sucederá? ¿De los seres que amo? ¿De qué manera los voy a cuidar?

Y no te das cuenta que Nuestro Padre es el que -en infinito amor- tu Ser alimenta y que El es el que te lleva. ¡Pero eres tú!, el que -al no escucharlo- cambia de dirección y entonces todo comienzas a desviarlo. Y la energía amorosa que en ti estaba fluyendo; ¡esa, con la que tu corazón tanto goza!, porque te has dicho: “¡Hay instantes en los que los he vivido! ¿Ahora, qué ha sucedido?” Amado hermano; es cuando te sientes perdido.

¿Y sabes por qué te lo digo? Porque al seguir caminando aquí, como tu hermana Enriqueta ¡también lo he vivido! y al hacer un gran balance ¡de todo lo que -en ese caminar- pudo suceder!, ahora han llegado a mí ¡tantas respuestas! ¡Y entonces me he dado cuenta!, que -aún al estar en ésta banalidad- en el plano terrenal, en esos instantes, en esos momentos ¡tan inmersa!, ¡aun mi Padre nunca dejó de enviarme señal tras señal!

Y eso, ¡piénsalo bien! ¡También contigo ha sucedido y va a suceder!, pero ahora hay un gran motivo; porque al estar tú en la búsqueda de sentir dentro de ti al Dios Vivo, eso -hermano querido- mi Padre ¡ya te lo ha dicho!: Viviendo el instante que es eterno.

Hermano caminante: Sigue adelante por el sendero de la verdad, de su infinito amor y entonces ¡en plena conciencia!, que la Crística ¡y tal como lo dijo el amado Maestro Ángel Ráh!, que de la Cósmica te iba a hablar. ¡Y tú estás pensando!: “¿Y ahora qué está sucediendo? Se han estado alejando”.

Amado hermano; no es así. También ¡entre todas las cosas que ellos vinieron a compartir!, estuvieron advirtiendo de los cambios que estarían sucediendo. Y bendito mi Padre, si ha decidido que es el momento en el cual -tal como en éste instante- tu hermana, al empezar a compartir aún de la forma humana, pero -poco a poco- primero sutil, conscientemente, tú lo verás. ¡Ese mismo cambio que en ti habrá!

Porque -lo que mi Padre desea- es ¡que no haya temor alguno! Que al sentir dentro de ti, cómo toda su energía de amor hasta ti llega, permitas que entonces -en ese despertar- te lleve a la acción. A cada uno de nosotros siempre nos encomienda una misión y nos pide con infinito amor, porque El nunca ordena.

Si tú así lo piensas ¡es porque sigues viviendo en lo terrenal y todo lo vez como una condena! ¡No, amado hermano! Ahí es donde cuenta tienes que darte ¡que sigues viviendo y pensando como humano! Pero -al todo eso transmutarle- entonces empiezas a mostrarte ¡tal como tú eres! y la conciencia empieza a elevarte.

¡Es una gran sapiencia!, -que no hablo de la condición humana- porque la ciencia, esa que tanto te ha hablado de la transformación, que -según piensan- de lo que han encontrado; al redescubrir que -de todo lo que hay aquí- ¡eres tú mismo el que lo ha co-creado!

Si aquellos que al verlo; ¡aquél que al sentirlo y redescubrirlo!, tuvieran ese deseo de compartirlo, ¡pero en amor!, sin querer ni buscar alguna remuneración ¡ni mucho menos tener -de los demás- el control!, ya mucho tiempo ha, que éste hermoso y bendito planeta, viviera en esa eterna y gran dimensión. Aquella en la que sólo existe, ¡se siente!, el infinito amor.

Eso, ¡recuérdalo hermano! Tú ya lo viviste y ahora -tal como lo dijo el Maestro tan amado- empiezas a vivir y a mostrar la gran resurrección. Si ellos -en aquél tiempo y siempre que aquí han estado- permíteme decirte, en grandes metáforas te han hablado. ¿Qué es lo que has entendido hermano? Y todavía hay quien se ha atrevido a decir: “¡Por qué!, de esa manera nos han hablado. Es un lenguaje tan peculiar que aún pocos han entendido”… pero porque con el corazón no han querido escuchar. ¡Esa es la diferencia!

Entonces, cuando se te dice: “¡Habrá un cambio de dirección! La instrucción ¡más directa será! Mas -en el lenguaje en que se te empezará a hablar- sólo entenderá aquél que a mi Padre se ha decidido entregar”. ¡Y todos tienen la misma libertad! Aun los que presentes estarán, no sólo aquí, sino en los momentos en que Nuestro Padre -con infinito amor- ha decidido y nos ha empezado a llamar.

¿Y sabes por qué lo digo? Porque la encomienda de tu hermana es que -adonde El preparado lo tiene ya y la instrucción recibir- tu hermana te llevará. Muy importante es, que lo sepas de una vez.

Presente estará en el gran momento, en la tan ansiada reunión, aquél, ¡aquél bendito hermano, hermana!, que a mi Padre se entregue, ¡no sólo en una gran purificación!, sino también en una completa ¡y total! indefensión. Entendiendo y sabiendo que ¡nada ha de temer!, porque todo lo tiene y lo recibe ¡de El! En ese instante sentirás que en ti ¡todo se active!

Esta promesa te la hace ¡Aleshia de Shirón!, porque tal cual lo que el amado Maestro Saint Germain, que -con gran amor- te ha dicho: “¡Ahí! ¡Ahí!, en ese lugar los vamos a esperar”. Y el amado Maestro Sananda -no tengas duda- que también ¡ahí estará!

¿Cómo no irían a hacerlo? Si ellos -por voluntad de Nuestro Padre- aquí en ésta Era de Amor, de libertad, en el perdón, ¡todo lo que van a comandar! y todo esto ya empezó. La Gran Avanzada se empieza a mostrar; pero aquél, aquélla, que decidió ¡como en aquél tiempo ésta palabra ocuparon!; ha decidido “ya más no pecar”. Diría yo: “Entendiendo -en el avance que tú has dicho que ya has tenido- que la lección que ya has aprendido ¡no repetirla más!” ¡Grandes palabras! Sabias palabras del amado Maestro.

¡A esto es a lo que -en un principio- a ti me he referido! Todo lo que llamas “¡ese cambio!” que has tenido; lo que en ti ya ha sucedido. Aún, no importa si en el principio -aún ahora- ¡errar en algunas cosas!, porque ha sucedido. Pero en ese instante entender y decir: “¡Es mi deseo seguir adelante!” ¡Eso es lo que Nuestro Padre quiere de ti! ¡Eso es lo que -en tu corazón- siga presente! Que sea la gran inspiración.

Porque, no he venido a mostrarte algo que -para ti- no sea conocido. Estoy aquí para hablarte ¡de lo que tú creías perdido! y ¡para pedirte que retomes y vivas ese gran encuentro contigo! ¡Porque eso es amado hermano! Que -al sentirlo y vivirlo- ¡en ti resurgirá ese Ser maravilloso! Y entonces recordarás ¡que el Dios Vivo siempre ha estado contigo! ¡Ahí!, en ese interior tan profundo, que desde el principio de los siglos, ¡ya no te preguntes cuántas ocasiones! -al venir aquí y reencarnar- ¡qué fue lo que hizo que tú te vieras perdido, amado hermano! ¡Ahora estás aquí y estás volviendo a escuchar!, para retomar ese camino que hasta El te llevará. Hacia Nuestro Padre, ¡El!, que todo lo sabe, que en ti -al hacer esa implosión- con infinito amor ¡todo te lo entregó!

Entonces ahora, ¡haz como yo!, al hacer ese recuento. Pero en esa gran inspiración habla con El y dile: “¡Padre! Eso que siento es el deseo infinito de a ti volver. Muéstrame el camino. ¡Estoy en tus manos! ¡Que no sea el destino!, sino que -en mí- se muestre el infinito amor, tu voluntad y tu Plan Divino. ¡Eso es lo que deseo hacer en éste caminar! ¡En esto que aún me falta! Porque -si me has pedido aquí estar- es para compartir a mis hermanos y mostrar que el estar aquí, también -y siempre así debe ser- es motivo de una gran felicidad, porque es tu deseo. Porque aún aquí -y no estar allá junto a ti- escucho tu voz”.

¡Entonces, aquí también puedes comprobar que para El no existe el tiempo ni la distancia! ¡Que contigo está! ¡Que es Omnipotente! ¡Omnipresente! ¡Omnisciente! ¡Tal cual como -aquellos que se han logrado elevar- te lo han dicho!: “¡Amado hermano, es verdad!”

Y al redescubrir todo ello, cuenta te das ¡que no sólo estás aquí para escuchar!, sino para ¡retomar! ese escudo que El te entrega. Que nuestros amados Maestros han dicho: ¡Tantos nombres para hablarte de ello!, pero que empieces a vivir y a saber y a sentir -de principio- ¡un indicio!, de todo lo que eres, para que luego -en el verdadero vivir- totalmente ¡todo lo compruebes!

¡Hazlo así!, que de ello tu hermana al hablarte… ¡Y mira! ¡Date cuenta! También se ha dicho: Ten cuidado -hermano- con lo que pides; porque en éste instante en que ¡todo puedes co-crearlo!, Nuestro Padre te dice: “Concedido”.

¡Que sea todo en infinito amor!, porque en el plan tan grande -el Proyecto Shirón- ¡esa es la instrucción! Empezará a mostrarse; pero lo llevarán a la acción aquél, aquélla, que -de verdad- al entregarse ¡ya no escuche más las voces del exterior! ¡Que todo eso empiece a alejarse!, para que -en esa firmeza- ¡nuevamente sientas y muestres la fortaleza! que sólo El -Nuestro Padre- te entrega. ¡No hay más! ¡Todo -de El- en ti está!

Por eso te digo; tu hermana ¡esto! te lo viene a recordar. Y que no te importe lo que hasta hoy ella -en forma humana- has visto y te ha venido a mostrar. Sólo siente y piensa que -al nuevamente activarse esa membrana- a Enriqueta, la humana, ¡ya no la verás más! Pero ello ¡también en ti sucederá! ¿Y cuándo, amado hermano? ¿Cuándo? -¿te has preguntado?- quieres que para ti sea ese gran momento de lograrlo.

De tiempo en tiempo, cada uno de los Maestros ¡amados!, ¡tan entregados!, ¡muchas cosas te han mostrado! ¡Y han dejado Legados!, porque ¡esa ha sido la voluntad de Nuestro Padre! Ahora también sucederá. No tienen idea de qué manera será.

Luego, con el pasar del tiempo, así como sucedió -de los que ahora aquí escuchando están- con el amado Maestro lo vivió, pero no está en su recuerdo. ¡Eso es lo que piensan! Sucede que la misericordia de Nuestro Padre siempre se hace presente. Cuando tú ya estás listo para escucharle, entonces, entonces nosotros también -para ese hermano- de la verdad todo entregarle. ¡Sí! Y así sucederá. Es por eso que tu hermana de esto te quiso hablar.

¡Haz un gran recuento, de todo lo que hasta hoy has estado viviendo! ¡Pero que no te detenga!, ni que sea motivo de tristeza, aquellos momentos en los cuales ¡consciente estás!, de que -a pesar de escucharle- algunas cosas que te pidieron dejar, nuevamente ¡el ego! quiso que a ello te volvieras a aferrar. ¡Esta es la lucha!, la gran batalla que tú has estado viviendo. ¡Esa es la verdadera!, ¡de la que tanto se te habló!, pero que ¡sabemos que saldrás vencedor!

¡Y no lo hace cualquiera!, porque se necesita toda esa fuerza, para que confrontes ¡y se muestre tu Ser venciendo al yo! ¡El ego tan humano!, que siempre ha buscado -al interferir- ¡evitar! que en ti la voluntad de Nuestro Padre se pueda cumplir. ¡Así! Tan sencillo, pero ¡tan importante!, porque entonces, todo lo que tú podrás lograrle es esa unión; esa conexión con el “Yo Soy”, ¡Nuestro Padre tan amado!

¿Ves?, cómo siempre hay momentos en que esto es necesario… ¡Y mira! Aún así, ¡escuchando y sabiendo que todo esto atrás irá quedando!, pero -al estar presente- lo estás viendo ¡y te estarás preguntando!: “Entonces, ¿cómo es que todo esto en su cuerpo se está mostrando? (Tos y flujo nasal en Ketta). Ya tú verás, en el gran momento en el que todo esto -de una vez por todas- se tenga que soltar, ¡dejar atrás! y cuenta te darás ¡de muchas cosas más!

Mas nada de esto -que en apariencia el cuerpo está agrediendo- importancia tiene ya. Son de las emociones, lo que tu hermana -al tomar y querer sacar conclusiones- tal como tú lo has hecho también, entonces, ¡entonces el cuerpo comienza a protestar!, ¡porque lo único que sabe al vivir en esa unión!, es que -lo que necesitas- es estar plena y conscientemente en una eterna conexión con el “Yo Soy”.

Ahí es donde el Maestro también te habló de la eterna juventud; aquella ¡que muchos han buscado!, pero que pretendan encontrar como humano, ¡gran error!, porque todo ello viene y lo entrega Nuestro Padre, con infinito amor. ¡No pertenece a ésta ilusión!

Pero eso no quiere decir que no lo puedas vivir; ¡que no te está permitido! ¿Cuál crees que sea el motivo por el que tu hermana se encuentra aquí?, para no sólo de ello hablarte. Ahora es el gran momento y por voluntad de mi Padre, todo lo que tu hermana -en infinito amor- vaya a mostrarte, será y es en el nombre del “Yo Soy”. ¡No lo olvides hermano! ¡Viene de El!, de Nuestro Padre tan amado.

Ahora, que se ha pedido que haya un gran encuentro con nuestros Maestros, pero que empieces a sentir plena y totalmente el Dios Vivo; ¡no permitas! que -en ti- puede intentar hacerte vivir momentos en los cuales -en esa distracción- no quieran que sientas y vivas el infinito amor. ¡El cómo romper toda ésta ilusión!

¡Recuerda bien esto que te digo!, hermano querido, porque ¡ese será el intento! Pero que en ti no haya eco para lo que no sea de Nuestro Padre. No olvides que esa es la batalla, ¡pero!, mi Padre no permite que la enfrentes con las manos vacías. ¡Siempre te entrega amorosamente tantas armas!, para que tú venzas toda la densidad, toda la inarmonía… y llegar a Él, lo puedas lograr.

Muchas cosas -aunque no lo creas- se están moviendo en el Cosmos infinito. ¡Gran energía que a éste planeta! -no sólo para que lo sienta, sino para que lo vea- está resurgiendo.

Y te digo “que lo vea” porque tú escucharás. Algunos lo dirán: “¡Es una gran panacea!” Pero tu hermana te dice: Siempre ha existido y después de siglos y siglos, por eones, nuevamente aquí está contigo.

¡Pronto verás de qué te hablo!, pero también -en ese intento maravilloso de todo lo que está llegando- ¡no quedará sólo en intento! Aquellos que se han preparado, sentirán fuertemente ¡y lo compartirán y lo dirán!: “Todo esto que siento.” Necesario es -amado hermano- mostrarlo.

¡Bendito mi Padre!, porque -ahí- toda su divinidad y aún en la gracia que en éste o en aquél, El desee mostrar, ¡eso es lo que sucederá!

Ahora, El sólo te pide que te sigas preparando, porque todo aquél que recibe, es porque -en un infinito acto de amor- a Él se está entregando. Tal como en nuestros Maestros sucedió.



Enero 27, 2016

Maestro desconocido.


Y aquí, nuevamente volverán a recibir.

Ahora serán aquellos que -listos en su preparación- ya están.

¡Y mira! ¡Qué de aquél tiempo! en el que -tal como lo ha dicho “Aquél que todo lo creó”: “¡Les he enviado a mi niña!” ¿Quién escuchó? ¿Quién? -al hacerlo- no porque hayan dicho: “¡Tanto acerbo!”, sino que realmente en la profundidad, ¡en el corazón! ¿y por qué no?, también en el plexo solar, donde todo se reúne; en el confín ¡y resurge!, lo sintió.

De esto te estoy hablando. ¡Para eso ha llegado aquí tu hermano! ¡Ah del tiempo!, ¡el verdadero! Aquél que en la presencia tan única, sientes y vives toda su esencia. ¡Es por eso que llega a ese extremo!, cuando dijo tu hermano, al que llamas “El Gran Maestro”: “¿Quién ha tocado mi túnica?, que con sólo hacerlo -en su fe- se ha salvado”.

¿Por qué te lo estoy recordando? Porque -hermano tan amado- si por un instante ¡te permites en sentir, que no haya nada que lo evite! Entonces podrás vivir y escuchar, todo esto que traemos para ti. Pero tal como ella lo ha dicho: “¡Siempre ha estado aquí!” Ahora ¡vivirlo!, te pedimos que lo quieras permitir. ¡Será así!

Que mira que no importa cómo sienta el cuerpo, si -en el deseo de la entrega total- lo que viene de la eternidad se cumple, ¡para que tú lo puedas escuchar! Que de ésta manera también, nosotros contigo hemos venido a colaborar.

Y algunos han pensado: “¡Qué de otras cosas que ya deseamos escuchar!” Y yo te digo hermano: ¿Haz descargado esas lozas, que has -durante tanto tiempo- querido cargar? ¿Estás libre y vacío de todo eso ya?, para que nosotros -y éste hermano que hablándote está- te hablemos de la verdad del infinito.

Y no sólo ello; ¡que también te las podamos mostrar!, para que sentirlo y vivirlo no haya duda, ni cuestionamientos. Que sólo en ti, en tu corazón, vivas ese infinito amor ¡y toda la ternura que “¡El, que todo lo creó!”, nuevamente -es su deseo- que vuelvas a disfrutar: ¡Paraíso terrenal! No te equivoques hermano; ¡el verdadero!, ¡el eterno! ¡Ese es el que se te va a mostrar! ¡Y qué digo mostrar!, en el que tú ¡al lograr todo vencer!, sentirás y vivirás y nuevamente ¡te quedes en él! Eso es. Y ya promesa no sólo eso será.

En cada momento, con ustedes preparados, ¡listos ya están! Entonces -así como hoy- que aquí está presente quien -por voluntad de El- con infinito amor los va a guiar. ¡Pero tal como lo dice!: “Te vengo a compartir. Te vengo a mostrar ¡lo que en ti ya está!” ¡Y eso es eterno! ¡Inamovible! ¡Indestructible! Aunque -a veces- te atrevas a decir: “¡Me siento en tan gran soledad! ¡Padre mío!: ¿Por qué no me escuchas? ¿Dónde estás?”

Y yo te digo, amado hermano: ¡Mira! ¡No sólo El!, que un gran ejército acompañándote está. Es sólo que tú te permitas sentir; empezar a vivir, todo lo que aquí nuevamente, que ya se ha empezado a mostrar. Y muchos dirán: “¡Es la voluntad del Omnipotente!” Y es así. ¡Es la infinita verdad!

En su movimiento -lo que ustedes llaman “su planeta”- nuevamente, el momento exacto para su revestimiento de toda esa Luz, que hasta ustedes llegando está. ¡Y cada vez será tal su intensidad! Pero sólo aquél que se ha preparado lo sentirá y lo vivirá.

¡No te estoy engañando hermano! Que has escuchado también, aún sin creerlo: “¡Cambio en él habrá!” ¡Pero será! Mira que tú lo verás, de una forma en la cual ¡tan disperso y distraído!, que no sentirá en el corazón, sino mostrando la sin-razón y por eso, de una forma ¡tan distinta y diferente tú lo verás!

Pero cada uno de ustedes no estará ausente de todo lo que está llegando. ¡Tú también lo llamas “de la Fuente”! ¡En pleno centro de Alción! Yo te digo: ¡Mucho más que eso!, porque viene del “Yo Soy”; que -en su nombre también- mira; hablándote de ello estoy.

Mas, tú verás que ya no será tanto ¡hablar y hablar! Hoy, ésta ha sido mi intención, para que escucharas que ésta conjunción -de la que en estos días tanto se habló- trajo para ustedes -de lo prometido- ¡tal vibración!, que aquél que así lo pensó, te digo: ¡Cuánta razón! Es importante para el Gran Encuentro, porque ¿quién vivirá una aceleración -para a Él volver- en infinito amor?

¡Hemos hablado!, con la hermana a través de la cual aquí estoy. Y lo que te hemos preparado -¡hermano tan amado!- rebasa ¡por mucho!, lo que tú hasta hoy estás pensando. Ya lo dijo el hermano, al cual tú llamas “Maestro”; lo que te estará mostrando ¡no es humano! Y en tal acierto, nosotros esperamos que para ti eso sea motivo de -en éste proceso- hacer tu preparación; porque en esa reunión, también ¡mucho! de lo que está llegando del ¡tan vasto universo!, que mira: Aquí estoy.

Ya -para ustedes- todo empezó. La garantía de vivirlo ¡es porque aquí está un guía!, que viene en el nombre del “Yo Soy”.

Ésta conjunción, que se habla que los paralelos ya están en unión, porque directamente la energía viene de Alción y lo que trae para ustedes es que caminen con sus hermanos; ¡aquellos!, que en sus adelantos han traspasado dimensión tras dimensión. Con ustedes han estado; pero ahora los verá ¡aquél que haya hecho tan sutil la visión! Y no sólo a ellos hermanos: ¡Un gran portal en el plano terrenal es lo que hay!

¡Recuerda las palabras del que llamas “Maestro”! que te dijo: “¡Lugar tan sagrado en el cual también yo me he mostrado!” ¡Y no te mintió! Pero eso, sólo lo ha visto aquél, que en su deseo y su preparación está dejando, ¡ha dejado! de ser humano.

Y nuevamente habrá de suceder; ¡porque también tu hermano -por ti- va a interceder! ¡Pero eres tú!, el que ha de permitir -elevando el corazón- ¡que esto se pueda cumplir!

¡No olvides que es año bisiesto! y ese día ¡mucho! -para mostrarte- ya se preparó.

Que vengo en el nombre del “Yo Soy”.


Enero 27, 2016

Saint Germain.


¡Y entonces!, ¡amados!, ¡amadísimos hermanos!

Ustedes también escucharán y sabrán ¡por qué de ésta manera! su hermano -ante ustedes- se quiso mostrar. La hermana me lo ha preguntado; me lo ha dicho: ¿Por qué? ¿Por qué con esa voz?, si tu figura es tan imponente, tan amorosa. ¡Oh!, ¡cómo me ama! Pero ustedes verán el por qué. ¡Todo tiene un “para qué”!, en el infinito amor del “Yo Soy”. Ella sabe que su hermano ¡cuánto la ama! ¡Y me dice “Maestro”! Ustedes verán, ¡eso no es cierto!

Pero miren, para ustedes -al hacer estos confrontamientos- con esa parte que quiere todo desvirtuarte, ¡sabemos! que tú, con el infinito amor, ¡el que hay en ti y el que te tenemos!, en esa gran unión -al compactar- ¡sentirás y mostrarás la fuerza! que Nuestro Padre te da.

Y mira; ¡difícil no es! Imposible… ¡menos! Yo te diré por qué, en la Alquimia -que tu hermano al buscar- ¡todo lo que pudo encontrar! en esa vastedad del universo donde se encuentra el Omnipotente, ¡que todo te da! Aquí no hay, ¡no existe la “Ley del más fuerte”! Es una sola; ¡la única!, donde “¡El Uno!” es quien siempre te provee.

¡Y como no!, si El te creó. ¡Eres parte de toda esa energía! que siempre está viva; ¡que es eterna! Eso es lo que tienes que recordar ¡y más en éste caminar! -amado hermano- que tú escuchaste; que aquella esencia que tu hermano compartió con aquél que lo deseó y se liberó. ¡Pues eso es lo que también deseo compartir con aquél! que ahora aquí, que mira -te he de decir- que no sólo en físico presente esté; sino que también al escuchar y querer y desee volver hacia El -amado hermano- para eso, también tu hermano aquí está.

Ahora te preguntas: “¿Por qué con ojos cerrados?” ¡Pues por eso de lo que te estoy hablando! Porque si miro a uno de ustedes, los otros dirán: “¡A él se lo dijo! ¡El lo vivirá! ¿Por qué no a mí? ¿Por qué no me vio?, si también mi corazón deseándolo está”. ¡Amados! ¡Todos ustedes! por nosotros siempre, se los hemos dicho tan insistentemente: Los esperamos.

¿Quién logrará cruzar? Es verdad lo que dijo el hermano; hay un Gran Portal que une, ¡ah!, como lo dijo la hermana: “El Gran Puente que une lo celestial con lo humano”, para que tú -en esa conversión- en esa transfiguración, vuelvas a vivir ¡lo que Nuestro Padre ya te entregó! Y eso es lo que sucederá.

¡Muy importante decirles!, tal cual como ustedes lo han pensado y han dicho: “¡Unidos tenemos que estar!” ¡Sí hermanos! Vuelvo a repetirles: ¡Se les proveerá! Aquél que de corazón desee acompañarnos ¡no se preocupen! El lugar donde ustedes compartiendo estarán ¡ya está preparado!, porque -cuando se haga el llamado- despierto, alerta y a tiempo, es necesario que esté. El que dormido se quede… ya habrá una segunda vez.

¡Sí, amados hermanos! ¡Muy importante!, porque he de repetirles: Necesario una preparación. ¡Claro que se les dirá! Que esto en ti no cause conmoción. Que no te angustie pensar: “¿Qué tengo que hacer para estar en gran preparación?”, porque el deseo de Nuestro Padre no es ¡que sólo sea por ésta vez!, sino que sea ¡continuo y total!, porque sólo así lograrás ¡volver nuevamente a la eternidad! Eso es lo que nosotros y Nuestro Padre desean. Amados. ¡Benditos!

Y es verdad; en todo este movimiento de rotación de la tierra, que empieza y sigue su girar… “eso dicen que sucede”. Ya verán la verdad. La ubicación -en éste constante seguir su rotación- ahora estará y se verá presente una gran constelación, ¡no de las que ustedes conocen!, sino de ¡la de allá!, ¡de la eternidad!

Verán -amados hermanos- lo que se va a mostrar ¡para ustedes! ¡Para aquellos!, que es su deseo, que se han querido preparar. Y de ello, ¡mi hermana les va a hablar! De eso ¡y muchas cosas más!, tal cual como ya lo ha empezado; lo ha hecho. ¿O no es verdad?

Amados ¡Amados!, que nosotros les traemos -¡porque de Nuestro Padre es su voluntad!- ¡la verdad de la verdad! Aquella ¡que tanto habían estado buscando! Ahora es la gran oportunidad. Siéntanlo en su corazón. ¡Vívanlo intensamente!,¡ porque eso es lo que está haciendo -dentro de cada uno- una gran revolución!

Que si en la conjunción; que si Mercurio y Saturno. ¡Uhm! ¡Amados! Ustedes verán realmente la gran energía que viene ¡de la Fuente! Todo ello; porque se ha abierto ¡en línea directa! -amados- para que ustedes escuchen la verdad de la verdad.

Y entonces aquellos, que -en el caminar de la hermana- con aquél, aquélla, que esté dispuesto y la quiera acompañar, dirán: “¡Lo siento en el corazón! ¡Esta no es una secta! Vienen a hablar directamente del infinito amor de “¡Aquél que nos creó!” Y así sucederá, amados, amadísimos hermanos; porque ustedes irán -con infinito amor- ¡tan preparados!, ¡tan conscientes!, en esa verdad.

Eso es lo que nosotros deseamos y la hermana de lo que les vino a hablar ¡y nosotros a través de ella!, porque -en principio- ésta es la forma. Y aún así; hay quien todavía tiene duda. Pero todo lo que han escuchado ¡saben que viene de gran inspiración! Cuando tú -amado- vivas también en esa gran conexión, sabrás y sentirás ¡ese deseo infinito de compartir con todos tus hermanos! ¡Y a ello te invito! Sigue en tu preparación.

¡Tengan junto a ustedes la Gran Amatista!, que en todo hace la gran transmutación. Permitan que el aguamarina -en esa libertad- tu espíritu a ti se una ¡y que no haya nada!, que todo aquello que contamina ¡se aleje!, porque la gran esfera que te protege, ¡siempre te estará acompañando!, para que rompas ¡de una vez por todas! toda ésta ilusión.

Y no te preocupes por los seres que amas, porque preguntas: ¿Qué debo hacer? ¡Mira! Si yo en éste llamado te digo: “¡Acude tú! -hermano tan querido- por nosotros tan esperado”. Por consecuencia divina, todos aquellos que amas también -en su momento- recibirán esa gran apertura. ¡Pero permite que sea el, ella!, que -al sentirse en esa preparación- no tengas duda, que llegue quien de Nuestro Padre le hable, como en ti está sucediendo en ésta ocasión.

Entendemos, sabemos ¡lo que hay en tu corazón! ¡Hermano tan amado! ¡Deja ya esos apegos! Que de lo que te hablo no es egoísmo; es ¡dejar en libertad! Que cada uno -en ese amor y en ese despertar- cruce el abismo. ¡Ese que aquí!, vino -en infinito amor y en la enseñanza del “Yo Soy”- poder ¡dejar atrás! Sabrás por qué te lo digo.

¡Mírate tú!, ahora: ¡Estás aquí! ¡Estás escuchando! ¡Estás viviendo todo aquello que te ayudará a ir recordando! y empezar a vivir todo lo bello; ¡el paraíso terrenal! Pero no el que humanamente piensas que -al vivir- de Nuestro Padre viene y todo te lo da.

¡Ese es muy banal! Te hablamos de aquél que es ¡eterno! y que cruza todo, ¡toda ésta densidad! Ese, que te llevará, que te elevará. Y entonces, ¿quién empezará a vivir?, porque eso se te mostrará. Amado hermano, tal cual como escuchaste; que cada uno de nosotros te quiso decir: La telepatía. La clarividencia. La ¡clariaudiencia! La levitación; que sólo es sentir sutil tu cuerpo y permitir que se muestre lo que hay en tu corazón. Y eso sucederá. ¡Claro que sí!

Aquél que esté preparado, Nuestro Padre pide que se le muestre ¡en acción! una gran visión. Tal cual como la que se le ha presentado a la hermana, para que reciba la instrucción. ¡Así lo ha entendido! Eso es lo que -desde que llegó aquí- lo ha vivido.

A alguno de ustedes ya se lo comentó y dice “que siempre la pongo en aprietos”; porque hablo de situaciones y conceptos. ¡Amados! Aquél que a Nuestro Padre se ha entregado es tan transparente, porque de El ¡nada! y a Él ¡nada le ha ocultado! Entonces, también puede ¡compartirlo con su hermano! Y eso es lo que se hará. ¡Haciéndose está!

Entonces, hemos entendido que en éste amor, para sentir todo éste fluido, ya sabemos que muchos de ustedes preparando están. ¡Benditos hermanos! ¡Gracias por sentir y escuchar! Que no importe lo que suceda en tu día con día. ¡No permitas que nada te agreda! No te olvides, que se te tiene reservado ese día ¡tan especial! ¡Con nosotros te irás a encontrar!

Pero entonces deja todo atrás. ¡A aquél que se le ha pedido lo que tiene que soltar! ¡A aquella que se le ha dicho!: Amada hermana, hermano, ama a tu hermano como a un igual. ¡Háganlo! Siéntanlo. Vívanlo.

Y tampoco se adelanten a lo que Nuestro Padre les ha de pedir. Recuerden y vivan también en la paciencia; en la fe; sabiendo esperar. Que para nosotros -ni para El- ¡existe el tiempo! Cuando tú listo ya estás, Nuestro Padre se muestra ¡a través de ti! y despierta ¡todo! lo que en el principio depositó y en ti ya está. Y eso sucederá.

¡Mira!, en tu hermano -al descubrir nuevamente ¡que todo lo tengo de El!, en la Alquimia Sagrada que has escuchado; ¡que todo metal transformé! ¿Pero sabes hermano?, en la lucha y que me prometí y dije: ¡Venceré!, ¡supe! y aún ahora aquí -donde me encuentro- consciente estoy, ¡que nada de eso tiene valor! Que lo importante es lo que está en tu corazón. Que sólo ¡es parte del instrumento!, para que se muestre “El Yo Soy” en ti; en mí; ¡en cada uno! Y eso es ¡eterno!

Lo hemos vivido y sabemos que -como El- ¡ninguno! Pero que también ¡al ser parte de El!, en esa unión te entrega ¡todo su poder! Cuando lo entiendas así ¡bienvenido amado hermano!, porque muchas cosas más te he de decir, en la gran enseñanza del “Yo Soy”.

Ya lo dijo la hermana: “Vendrán tiempos de bonanza” y lo vivirá aquél ¡que rompa toda ésta ilusión! Porque todo, todo -de El- al hacerlo, desde tu interior lo transformó.

Que mira que la Alquimia -que tu hermano te ha de entregar- aún aquí, a través de ese portal, tú verás, que todo de lo que te hemos hablado ¡y más! ¡es una gran verdad! Verdad que ha permanecido y es eterna, como El. Y no terminará. No terminará ¡nunca jamás!

Yo soy ¡Saint Germain! Ceremoniosamente te recibirá. ¡Pronto será! Prepara todo lo que haya que preparar, que no tengas duda que lo recibirás.

Antes de la séptima luna, ustedes con nosotros estarán. ¡Hagan cuenta hermanos!, que los llevaremos. ¿Listos para transbordar?

¡Saint Germain los espera ya! ¡Y no sólo yo! ¡Toda la Hermandad! ¡Y mi amado hermano!

Ustedes verán ¡todo lo que se les estará entregando! Siéntanlo. ¡Vívanlo! Un pequeño instante de ese momento, que viene y vendrá ¡de la eternidad!



Enero 27, 2016

Ketta/Aleshia (2).


Todo se ha dicho.

Nuestro Padre y mis Maestros tienen una forma ¡tan maravillosa de hablar! Cuando es su deseo, en prosa; cuando no, con esa sencillez, ¡pero siempre tu corazón ha de tocar!, amado hermano. Eternamente ha sido y siempre será.

Ahora, con el corazón rebosante por todo esto escuchado; lo que ya he vivido y lo que viene; espero que también ustedes -con infinito amor- y una gran motivación que venga desde lo más profundo del corazón.

No tengan duda que aquellos que -al elegirse- seguir adelante, que estarán acompañando, para vivir lo que ¡por voluntad de Nuestro Padre! va a revelarse; porque así será. De El vendrá. Así tu corazón lo sentirá.

Ahora, vuelta a lo que ustedes llaman “realidad”, pero que no lo es. Ya lo verán.

Su hermana Enriqueta les agradece el que presente estén para escuchar. Verán la nueva forma como mi Padre ha querido que lleve su palabra, para que todo aquél que -al ser tocado su corazón- desee escuchar.


¡Gracias hermanos! ¡Gracias por estar aquí!

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