Julio
24, 2019
Alexa.
(1)
Siempre
hay mucho que decir, siempre hay grandes cosas de qué hablar; lo más sencillo
es lo que muestra y te hace sentir ¡la grandeza! que -viniendo del Padre- está
en ti.
Cuando
alguien siente en su corazón el deseo infinito de referirse a “El Yo Soy”, todo
ese amor como en cascada gloriosa viene e invade el templo que al ocupar, y en
la “Ciencia de la Palabra Hablada” cada una de ellas ensamblada ¡y tan
armoniosa! se externa, para que todo aquel, aquella hermana que en infinito
amor y el deseo no sólo de escuchar, sino sentir, para seguir en este Despertar
y cumplir, sobre todo ¡antes que nada! dentro de sí, aclarando cada duda, dando
respuesta a cada pregunta; así, en esa sabiduría, sin tanta premura, para
saber, para embelesarse y recrearse palabra por palabra.
Eso
es lo que Nuestro Padre al pedirnos, para que ¡todo pudiera sincronizarse! y a
un solo ritmo, elevando en esa melodía, en la cual desde el principio, cuando
con ustedes estuve llegando, ¿cuánto?, ¿cuánto tiempo? de ello estuve hablando.
Hoy,
preludio de todo lo que aquellos que se acercaron para escuchar y en ese sentir
dejaron emerger, permitiendo salir todo lo maravilloso y lo bueno que hay en ti.
Muy imperceptible; ¡no era visible!; ¡tan sutil!, ¡tan sutil! que hubo quien
quiso decir que “nada sucedía”, que “era lo mismo día tras día”.
¿Quién
pudiera reafirmar? lo que mi Padre al entregar para cada uno de ustedes -amados
hermanos- en esa brega constante, ¡en su diario caminar!, lo que amorosamente
al estar a cada momento ¡ustedes!, cada uno al sentir ¡y estar resistiendo!
todo lo que al empezar a pulir lo que ¡tantas veces repetí!, lograría llegar a
ser ¡un Gran Diamante! que con su brillo tan intenso, ¡refulgente!, ¡ahh!, tan
preciado por mi Padre, volvería a hablar, sentiría en su caminar de esa forma ¡tan
individual! lo que El al crear, ¡al regocijarse en cada uno! están dispuestos y
seguirán para nuevamente engrosar en la Gran Hermandad su Presencia, que en esa
Esencia ¡que tanta falta hace! su gran residencia permitió, aceptó, y sucedió
que aquel, aquella, de mis hermanos ¡cuando tuvo el deseo de separarse y vivir
esta experiencia como humanos! en esta gran escuela, he de decirles que ahora -que
no como un refugio- sino que ¡sabes y sientes! que redescubriendo ¡quién
eres! vas camino a volver a vivir ¡todo lo divino! y mostrarte a ti mismo ¡lo
que hay en ti!, en ese Gran Vivir, lo que Nuestro Padre entregó.
Somos
parte muy importante de “El Yo Soy”,
de Nuestro Padre. Y no porque sea solamente su deseo de que vuelvas a Él, sino
porque tú también iniciaste por estar presintiendo, preguntándote a cada
momento: ¿quién eres?, ¿qué hay más allá?, de lo que esta ilusión pudiera
estarte presentando.
Llegó
el Gran Momento en el cual ¡nada! de lo que aquí pudiera haber, te podía llenar
¡ese gran vacío! que en ti estaba, pero mi Padre dice: “¡Ya no debe estar!”,
porque sabes que “El Yo Soy” ¡que tanto nos ama!, todo ello nuevamente -al purificar-
¡saben! de qué manera ¡y cuál era tu necesidad!, se ha empezado a llenar.
¿Quiénes?,
redescubriendo, han puesto en acción al unísono, entendiendo que cuando Nuestro
Padre tan amado hizo la creación, ¡somos tantos!, pero Uno solo, y al
empezar a vivir así, ¡tan iluminados!, en esa conexión directa ¡y ya sin
intromisión!, se está dando una gran reacción, ¡un tumulto grandioso! de todos
aquellos que -con infinito amor- han estado llegando ¡y quienes ya estaban aquí
esperando!, para acompañar en este gran gozo, que no solamente de quien se hace
llamar “Humanidad”; la Galaxia ¡se está recreando!, ¡porque una Estrella! en
ella se está elevando, ¡tanto está iluminando!
¡Tal
cual como Nuestro Padre tan amado!, a tantos hermanos tal cual como les estuvo
dictando, y al hablar de Legado tras Legado vamos comprobando -amados hermanos-
que solos no estamos, ¡nunca lo hemos estado!, ni aún en esos momentos en los
cuales tantas tristezas y dolor han experimentado. Pero eso ¡atrás ha quedado! ¡Qué
importa! que haya todavía quienes pretendan mostrar que hay un futuro incierto;
¡que todo habrá de terminar!
De
eso -amados hermanos- hay quienes dicen que quienes en el nombre de Nuestro
Padre, al estar ¡omitimos hablar!, y preguntan y cuestionan el porqué. ¡Todo
eso! -en el nombre de Nuestro Padre- ¡no sólo yo te lo diré!, mas para todas
las cosas siendo ¡tan grandiosas!, tienen su momento, también entendiendo el para
qué y el porqué.
¿Cuántas
veces también?, hoy, haciendo remembranza ¡de todo eso!, sabes muy bien que tu
hermana ¿cuánto estuvo insistiendo? al decirte: “¿Sientes y crees que
preparado estás?, ¿tanto para sentir como para escuchar? ¡Y qué digo!, ¡aún más!,
para ver y vivir nuevamente -aun estando aquí- todo de lo que mi Padre -llegando
el Gran Momentum de Amor- tiene para ti”. ¡Porque lo vas a vivir! Porque
¡siempre ha sido así!
Y es
por eso que insisto -amado hermano- en esa Gran Verdad en la cual ¡ya estás
caminando!, en la que todo para ti se está empezando a aclarar, en esa
cristalización. ¡Pero también has preguntado!: “¡Hay tanta información! ¿Qué
es -Padre- lo que debo creer?”
¡Todo
está en ti!, en lo que llamas “corazón”, y en ese sentir; si tú al seguir
adelante con Gran Devoción, ¡y qué digo ser constante!, al hacerse ¡habito en
ti!, ¡en cada amanecer! vivirlo como si fuese una resurrección, con esa alegría
y ese agradecimiento hacia Nuestro Padre tan amado, a “El Yo Soy”, por todo lo
que estás viviendo, ¡por todo lo que estás recibiendo! ¡Tomarlo en cada momento!
como si ¡ya! se te hubiese entregado. Esa es la forma ¡como tú! lo estás co-creando.
El
Cosmos al entenderlo, ¡al recibir en ese eco! como tú a Nuestro Padre le
agradeces ¡todo! lo que le estás pidiendo, inmediatamente la respuesta te da. Todo
a ti llega y se hace realidad; ¡esa realidad que tú quisiste crear!
Porque
déjame decirte -hermano- que lo verdadero, cuando tú camines en Gran Libertad,
también ya lo tienes, y sólo será y lo verás cuando entiendas que en ti todo
ya está.
En
ese Gran Amor que Nuestro Padre nos da, ¿qué es? lo que pudiera alguien que -en
su nombre- al llegar, ¡al darse cuenta y vivir también!, muchas cosas experimentar
en un día tras día, cómo te muestra la ilusión para reforzar en ti ¡esa debilidad!
¡Pero
hay una gran opción!, cuando tú al unir la dualidad y saber ¡que en cada paso
que des! hay una sola realidad, y es la que el Padre nos da, deseando y entregando
¡que sólo en amor! que sea nuestro deseo seguir caminando.
Cuando
en un principio de todo esto les estuve hablando, te insistí -amado hermano- que
en Gran Reflexión al estar pensando ¡y preguntando!, que si tu deseo era seguir
en infinito amor, ¿de qué manera?, ¿qué tendrías que hacer? para recibir y
estarte liberando.
Siempre
ha sido la única respuesta; ha sido así: ¡el amor! Vivir en amor. Sentir en
amor, y llevarlo a la acción, en esa Gran Congruencia que nos da Nuestro Padre
tan amado, “El Yo Soy”.
Y se
te pidió amorosamente que cuando llegara el tiempo, y en ese silencio permitieras
y liberaras la mente, para que fuese el corazón el que te dijera, así, tan
simple y llanamente: “Soy y estoy. ¡“Yo Soy” lo que mi Padre es! Entonces lo
que siente al unir mi Ser ¡con este templo que me pidió purificar y hacerlo
crecer!, para compartir a mis hermanos ¡y mostrar! que todo lo que soy y lo que
tengo ¡viene de Él!”
Y
entonces tampoco habría temor. Esa palabra ¡ni siquiera existe en el Gran Libro
del Amor!, porque cuando tú lo permites, ¡detienes que fluya en ti esa Gran Energía
Sagrada!, que ahora con más fuerza te está siendo enviada, y que es -hermano, hermana-
para que tú ¡ahh!, en este Despertar ya de todo lo demás te veas liberada.
Y
entonces, ha llegado el Gran Momento, ¡ese! por el cual y para el cual contigo
estamos, ¡y llenos de un gran contento! por aquellos que -al reencontrarnos-
seguiremos avanzando por ese sendero maravilloso, que algunos dicen que -lejos
de irse ensanchando- cada vez es más estrecho.
Pero
yo te digo: ¿por qué permitir que esos pensamientos estén contigo? Cual sea y
de la forma como quisiera mostrarse; si solo ¡no estás! y en este caminar ¡paso
a paso! -si tú te permites escuchar- está ¡y siempre! ha querido guiar Nuestro
Padre.
Y no
sólo ello. También mira cuán grande es su amor; ¡a quiénes envió!, para que
contigo -al estar- ¡no importando que estés en esta densidad en la cual! al
quererte atrapar, en este proceso maravilloso en el que estás, ustedes hermanos,
amorosamente están dejando atrás. Fervorosamente en cada amanecer, cuando -como
tú le quieras llamar- empiezas ¡a “orar”!, ¡a “decretar”!, ¡a “agradecer”!, ¡a “invocar”!,
y cada oración en el Lenguaje Sagrado ¡llega hasta tu corazón!
¡Y
qué importa! si no llegas a externarlo; ¡con sólo sentirlo y pensarlo! llega hacia
Nuestro Padre tan amado; te escucha y te hace sentir Su Presencia. ¡Basta con
que tú quieras invocarlo!, ¡pero con esa fuerza que El te dio!, ¡que cada vez más y más se ve
manifiesta!, porque éste es el Gran Tiempo, el momento de la verdad, sin
tapujos, sin programas, con tan sólo el aliento, ¡el Aliento Divino que viene
de Él!, y que a ti -hermano, hermana- te entrega, ¡te hace sentirlo! y con él
te fortalece; te lleva; ¡te envuelve!
¡Y
qué importa que haya momentos en que alguien te diga o que tú sientas si estás
a prueba! Tienes el Escudo Glorioso, ¡la Vestidura Sagrada! para que con tan
sólo su nombre, su poder infinito, Su Presencia sea invocada, sepas ¡que no hay
nada! que pueda dañar ni tu interior, ni tu corazón, ni mucho menos el templo
que has elegido para seguir aquí tu caminar, hermano bendito.
Y así
es. ¡Cuántas cosas más! Hoy por hoy, eres tú y sólo tú el que a ti mismo te
vas a mostrar lo que realmente -al unir tu corazón y tu mente- lo que has
logrado en este proceso ¡tan bendito y sagrado!, y qué es lo que en este
tiempo de los tiempos -al estar recibiendo e invocarlo- ya has empezado a mostrarlo.
Entonces
también está en este gran trabajo maravilloso que has empezado a tener; estás
viendo la respuesta de todo lo que Nuestro Padre para todo aquel que así lo
sienta, lo vea, lo viva.
Yo
te digo -amado hermano- que al iniciar el caminar por la cuesta que algunos
sintieron y pensaron que era tan fuerte y difícil y se alejaron. Otros también
pensaron que no era ese el camino; que de otra forma deseaban vivir ¡buscando
su destino!, sin comprender que cuando tú te entregas a Él, abriendo los
brazos, poniéndote en sus manos, ¡estás aceptando! y deseando que se cumpla en
ti el Plan Divino ¡que para cada uno de ustedes estuvo forjando!
Y es
así -amado hermano- que muchos de ustedes han estado comprendiendo y se han
tomado de la mano; han aceptado lo que mi amado hermano -“Jesús” lo han llamado-
seguir el camino por el cual los va guiando.
Es
por ello que también nosotros al llegar, porque estamos aquí en el nombre de Él,
de Nuestro Padre tan amado, y tal como mi hermano tuvo a bien anticipar a todos
ustedes; que cuando empezaran a caminar en el tiempo de los tiempos
sentirían Su Presencia, pero también entenderían -al sentir cada uno de ustedes
su Esencia bendita y plena- quiénes son, abriendo las alas para vivir y caminar
en la verdadera existencia, en la Eternidad.
Ahí
es donde mi Padre, Nuestro Padre está mostrando amorosamente toda su
complacencia para todos ustedes ¡y en todos ustedes!, porque sabe que es el Gran
Momento en el cual están deseando y pidiendo a Él regresar, y entonces les está
mostrando señal tras señal; verdaderamente todo lo que está llegando de la Fuente
Sagrada, inagotable, bienamada, porque viene de mi Padre, de Nuestro Padre. Está
llenando a plenitud el interior de cada uno de ustedes y en esa virtud
restablecer.
Es
por eso que es mi deseo agradecer a Nuestro Padre tan amado, porque es verdad
lo que están escuchando; ha tenido a bien restablecer lo que aquí para cada
uno de ustedes, en esta Estrella bendita ha empezado a florecer toda su Gracia Divina,
¡todos los dones! que en cada uno de ustedes sembró.
¡Y es
por eso que también les dije que “ya era el momento de la recolección”! ¡Recuerden
las palabras de mi amado hermano, a quien llaman “Maestro”!, y cada uno de ustedes
“se conocerán por sus frutos”, todo aquél que haya sembrado el infinito
amor ¡que Nuestro Padre les había entregado!
¡Es
el Gran Momento en el cual!, y miren que lo repito: “¡La causa ya fue vivida!
¡Ahora se está mostrando el efecto!” ¡No hay polaridad! Eres lo que eres ¡en
ese Ser maravilloso! que “El Yo Soy”, Nuestro Padre, ¡mi Padre! tan amado te
quiso entregar; todo aquello de lo que mi hermano ¡tanto te estuvo hablando!
y lo que en este corto lapso al estar tu hermana ¡aquí llegando!, te vino a
recordar. ¡Sí, a recordar!, ¡porque todo ello por mi hermano sembrado había
estado ya!
Yo
no he venido aquí a decirte qué es lo que tienes que hacer, ¡porque ya está en
ti! ¡He venido a ayudarte para que lo permitas y lo veas florecer! ¿Hablarte de algo nuevo?, amado hermano,
si cuando tú dices y hablas con Nuestro Padre y le agradeces, como yo en este
momento agradezco por todo lo que tengo.
¿Recuerdas
cuando te dije? que la paz y el amor al compartir contigo ¡cada aposento!, ¡cada
Espacio Sagrado que El ha tenido a bien señalarlo!, ¡pido!, ¡agradezco! que en
ese infinito amor también en ti se muestre.
¡Porque
eso es lo que tengo!, lo que en su momento me entregó y que hoy por hoy a cada
instante, ¡qué importa! que hoy -al estar aquí- haya sentido que fue ¡tanto
tiempo!, porque al vivirlo en el presente, en el tiempo del no-tiempo ¡es!
tan sólo un instante, pero que se convierte ¡en la Eternidad!, que al regresar ¡y
con El estar! lo entenderás: es ¡el presente!, ¡es perenne!, ¡es sagrado!, ¡es
eterno!, ¡es inmortal! Es la gloria infinita que El ¡a ti te da!, ¡no importa
dónde te encuentres!; hoy aquí, mañana ¡donde tenga a bien pedirte que estés!,
para de su Gracia Divina y de su amor eterno -a quien desee escuchar- hablar.
Es
así, es lo que El ha depositado en ti y no hay más: el único y eterno, ¡verdadero
amor incondicional! que viene de “El Todopoderoso”, mi Padre tan amado, que te
abraza ¡tan regocijado!, porque sabe que al llegar y al estar viviendo este
tiempo, ¡tu deseo es volver al hogar!
Y
tantas cosas más; tanto para ti; tanto para aquel que se abandona al sentir y
recibir y que te da la fuerza en aquellos momentos en los cuales algo
intenta y pretende ¡tu camino truncar! ¡Ya no más! Tan claramente lo ha dicho;
no lo permitirá, y eso -hermano, hermana- fuertemente te lo va a mostrar.
Estás
viviendo esos momentos, y mi Padre -Nuestro Padre- al prometer; que mira, que hay
quienes dicen: “¡Hay que seguir sus lineamientos!” ¡Claro que sí! ¡Es tan
sencillo!, ¡tan maravilloso!, y no vas a sentir que te está forzando ¡a nada
que no quieras vivir! Porque es así; al envolverte en esa Gran Energía Sagrada
estarás viendo ¡que todo para ti se ha empezado a facilitar!; que no hay
tristeza; que no hay dolor, ¡ni mucho menos temor!
¡Ese
es el proceso maravilloso! en el cual al estar inmerso ¡y lograr todo tu
interior liberar!, y entonces -amado hermano- preparado y listo estás. Y éste
es el tiempo en el cual ¡todo de lo que te he hablado!, de lo que mis hermanos
que también al aquí estar ¡promesas te han hecho!, en el nombre de Nuestro
Padre, porque El así lo ha indicado, y sabes que siempre lo que ha prometido
se ha cumplido.
En
el tiempo de los tiempos así ha sucedido, siempre así ha sido; pero entiende -amado
hermano, hermana- que no en el tiempo lineal ¡como tú! acostumbrado todavía
estás; ¡es! en el momento, en el tiempo, cuando tú preparado y listo estés para
vivir todo lo sagrado, dejando atrás el llamarte “Humano”.
Entenderás
todo esto de lo que te he hablado; porque si tú has sentido, has vivido
momentos en los cuales ¡no has entendido qué es lo que ha o está sucediendo contigo!,
tan sólo siente, ¡que tu corazón te de la respuesta!
Si
en ese instante te envuelve esa Energía amorosa ¡que te está pidiendo! que no
te resistas, ¡que te abandones para que todo en ti esté fluyendo! ¡Hazlo así!,
porque en ti mismo encontrarás la respuesta de que todo viene de Él. ¡Claro que
sí!
Tan
simple como decir: “Estoy sentada aquí”. Sé que es así porque cada uno de
ustedes me están viendo, porque lo estoy sintiendo. Pero ¿qué pensarías? -hermano-
si en este momento también te estoy diciendo: “¡Mi Ser!; lo que soy; ¡mi Esencia
está! en este instante allá con mi Padre, ¡y lo estoy sintiendo! y es El el que
me está diciendo ¡todo esto!, que a través de mi templo escuchando estás”, ¡porque
es El! el que tiene a bien todo esto dictar; me envuelve y me dice que así
como a mí, ¡también te ama a ti!, y que desea que también sientas y fluyas; ¡que
dejes esa contienda en la cual hasta hoy te has resistido!
Ya
no habrá ni hay dualidad. ¡Ha desaparecido! Si tú aún -hermano mío- permites y
te abrazas, yo te pido ¡que la sueltes!, ¡que la eleves!, porque también es Energía
que en la imperfección -como te la presentó esta ilusión- la abrazaste, pero al
elevarse es Energía que no muere, y al purificarla Nuestro Padre ¡a ti vuelve!,
cristalizada, fortalecida, reforzada.
¿Quién
te dice que no -de una y mil formas- te ha hablado Nuestro Padre, “El Yo Soy”? Te
ha mostrado, aún ante tus ojos terrenales, cómo El ¡siempre está! Lo único
que pide es que dejemos de ser duales. Y me incluyo porque mi templo está
aquí, ¡pero en ese Gran Proceso!, en el Nuevo Vivir ¡tú sabrás!, porque también
has querido preguntar: “¿Y cuándo empiezo a vivir todo ello?
Yo te
digo -hermano- y hoy te pido que hagas reflexión en todo ello; si realmente
ya estás listo y preparado, porque la fusión en infinito amor para caminar ¡en
cada Dimensión! ya se dio; ¡presente está!, y en este caminar a cada uno de
ustedes se les ha empezado a mostrar. Y sabrás por qué tu hermana de todo
esto te vino a hablar.
Hermano
tan amado; es el Gran Momento en el cual mi Padre a la acción nos ha llamado. Verás
cuán cercano estás, en la relación para estar en la Gracia Divina ¡y soltar!
toda aquella que pensabas que al ser tu naturaleza humana, pero que en todos
había resultado ¡tan dañina! ¡Pero también nada es bueno ni malo!, es tan sólo
purificarlo, y en la Conexión con lo sagrado ¡unificarlo! Amados hermanos; es
por ello que con ustedes estamos.
Que yo
soy ¡Alexa!, su hermana, y verán, sentirán; con ustedes su hermana compartirá,
y no sólo yo, ¡todos los que aquí estamos! -en infinito amor- los acompañamos.
Es el
Gran Momento en el que entenderás cuál es tu relación con todos aquellos que
han tenido a bien llegar, y que con algunos se empezaron a mostrar; la
diversificación de acuerdo a lo que mi amado hermano también lo habló: “La
casa de mi Padre tiene muchas moradas”.
Pero
también déjame decirte que -al estar ramificadas- llega un momento en el cual
todos los caminos se unen, para mostrar el sendero en el cual ya ¡en Uno solo!
ante Nuestro Padre tan amado te vas a mirar y ahí estarás. Y entonces la
verdad, la verdad infinita ante ti, totalmente y sin limitación ya estará.
Esa
es la relación en la cual en este paso en el cual hemos empezado la acción, cada
Dimensión -al empezarse a mostrar- también te dirá ¡en qué dirección seguir! tu
caminar, y con Gran Amor Alexa contigo también va a estar -amado hermano- ¡y
no sólo yo!
No
olvides que mi hermano tan amado les ha repetido incesantemente ¡cuánto los
necesitamos!, para que se muestre ¡total e inmaculadamente! esta Era, que
en infinito amor se dará. Y así es.
Que
soy Alexa, y en la Vertiente Sagrada que por mi Padre ¡me fue dada!, hoy
empiezo a caminar con gran formalidad, en la verdad y en la Luz infinita que El
y sólo El nos da.
Que
yo soy Alexa, su hermana.
Julio
24, 2019
Saint
Germain.
Y
entonces, ¡amados!, ¡amadísimos hermanos!, ¡todo se ha dicho ya!; lo que el
principio de este Tiempo Divino se iba a vivir y a mostrar. ¡Todo se ha dicho!,
pero el inicio -para vivirlo- con ustedes está.
¡Cuánto
repetimos!, ¡amados!, ¡amadísimos hermanos!, que llegaría el Gran Momento en el
cual ¡todo se estaría dando! Y es así.
También
siguiendo la Gran Reflexión en la cual -mi hermana- para que llegue a ti el
recuerdo glorioso y en esa emoción saber que al reiniciar esa reunión en la
cual ¡también tu hermano claramente te dijo!, ¡y mira!, qué importa que hoy
aquí la presencia física no tenga de aquellos que tuvieron a bien estar, porque
sé ¡que en Espíritu! -tal como los amorosamente quisimos llamar- aquí están.
Y lo
ha dicho mi hermana, y por mí todo ello te confirmo -hermano- que sí; ¡todo
ha empezado! y ha iniciado en el Proceso Sagrado en el que Nuestro Padre al
permitir, ¡al aceptar! lo que tuve a bien pedir ¡para ustedes llamar!, para
poder presentarme y hablar, y empezó en aquel momento en el cual les dije: “Ustedes
sabrán ¡que ésta no es la primera reunión! ¡Es sólo que nos hemos venido a reencontrar!,
y entenderán ¡y recordarán! todo lo que su hermano -a partir de hoy- les venga
a hablar”.
¡Cuántas
cosas! -hermano- que en tu corazón están; porque -aunque tú pienses que lo has
olvidado- verás cómo hasta ti están llegando ¡y llegarán!
Es
el Gran Momento, ¡el tiempo de los tiempos! en el cual ¡ya! para que sepas,
sientas, recuerdes y lo vivas, aquí ¡en el Plano terrenal!, para que -si tú lo
aceptas- tengas a bien a tu hermano acompañar.
Ha
llegado el Gran Momento, y aunque tú pudieras pensar que no está sucediendo en
ti -amado hermano- ¡hay!, ¡ha iniciado!, ¡estás en ese proceso! en el cual -al
estar recordando- y todo lo que tú le llamas “el cambio que en ti se está dando”, es sólo que al estar recordando, ¡primero
muy sutil!, hoy por hoy cada vez con más fuerza, ¡y te está gritando!, te está ¡empujando!
a que tú, y te preguntas: “¡Quiero vivir! ¡Quiero hacer! ¡Quiero estar! ahí
donde mi Padre me pida; pero ¿de qué manera?” ¡Y no te cansas de preguntar!, de
decirle: “Indícame. Hazme sentir. ¡Dame una señal!, porque ahora entiendo que
si estoy aquí ¡es! para -en tu nombre- a mis hermanos hablar, para hacer ¡algo!
de lo cual -al contribuir- cumpla esa misión, y luego -con infinito amor- a ti
regresar”.
¡Yo
te digo! -amado hermano- que estás en ese proceso en el cual ¡para lograr la
Maestría! en la cual ¡no sólo yo! -que en el nombre de “El Yo Soy”- contigo
estoy, y hablándote de todo esto ¡que tú lo sabes ya!
La Gran
Simiente Sagrada, ¡tan inmaculada! se está haciendo sentir, está resurgiendo y
está. ¡Es por eso que te lo digo!, que el Núcleo Sagrado de la Madre Tierra ¡también
te está hablando! Te está diciendo que es el Gran Momento en el cual ¡tú! -en
este proceso- es importante que al estar despertando ya vivas y estés
compartiendo lo que ¡de Él!, de Nuestro Padre, ¡hasta ti! está llegando, en aquél
Gran Momento en el cual tu hermano también lo vivió, y dicen -retomando lo que
mi hermana también con ustedes hace un instante compartió- dicen que
solamente estaba reservado para unos cuantos. ¡Yo te digo hermano que no es así!
¡Que para todos Nuestro Padre tiene y entregó toda la gracia amorosa!, ¡las
maravillas!, ¡la divinidad total en ti!, ¡en tu interior!, ¡ahí las sembró!
Sucede
que en el principio de los tiempos sólo unos cuantos amorosamente se abrazaron
y quisieron vivirlo ¡y elevaron! y en gran contento siguieron paso a paso la
guía y el amor de “El Yo Soy”.
Hoy,
hoy ¡que solamente ha pasado un instante!, que ustedes lo han visto como ¡eones!,
pero entenderán, porque ¡una! de las maravillas al abrirse la Gran Luz que de Él
viene y que con ustedes está, entenderán ¡que no existe el tiempo!, ¡y que todo
es perfecto!, ¡en el aquí!, ¡en el ahora!, ¡en el sentir!
¡Qué
importa! que aún la ilusión al mostrarte cada amanecer, la Nueva Aurora, el
atardecer; ¡yo te lo dije! -amado hermano- que sentirías también la Presencia
de tu hermano que te está hablando, porque empezarías a ver en tu amanecer y
en tu atardecer cómo te estaré pintando en colores maravillosos, ¡el
violeta!, ¡que es! hoy por hoy el tiempo en el tiempo en el cual ¡mi Padre
al entregar!, porque al pedirle y sentir y recibir para a ustedes también compartir
¡todo esto! que de Él recibí.
Y
me congratulo en decir, porque esa Gran Maestría por la que en el proceso viví,
al alcanzar, ¡te lo digo con gran alegría!, ¡tú también hermano!, esto es lo
que -al aquí estar- pediste venir a trabajar para lograr, ¡y claro que podrás!,
¡claro que lo harás!
Por
eso nosotros le pedimos ¡tan amorosos! a Nuestro Padre poder con ustedes
compartir, con todo aquel, aquella, que estuvieran dispuestos a escuchar de las
maravillas que viene ¡de Él! y aquí está. En cuántas ocasiones se hacen sentir
en tu interior ¡y de manera individual!, que hoy por hoy déjame decirte que Nuestro
Padre en su ¡deseo! es lo que va a mostrar; que en el trabajo individual que
cada uno de ustedes ha hecho, y yo con gran alegría te lo digo: lo que está
preparando para entregar ¡es! de todas sus maravillas ¡no tiene igual!
Por
eso te pido -¡amado hermano!, ¡amada hermana!- con tan sólo que tú le digas que
estás dispuesto, pero con el corazón entregado, que El ¡todo lo ve!,
y en la perfección que también alcancé, ¡y no sólo yo!, ¡también mi hermana que
contigo ha hablado!, mi amado hermano, ¡ahh!, que tú dices que ¡tanto tiempo
atrás! contigo compartió y lo que te ha entregado.
¡Todos
nosotros! estamos aquí para decirte -amado hermano- que es el Gran Tiempo en el
cual ¡todo te está hablando de Él! ¡Todo hermano! Recuerda que también tu
hermano te lo dijo: “Y hasta lo que crees que son objetos inanimados ¡te
harán sentir! ¡Te estarán hablando! todos los Seres maravillosos que aquí
vinieron contigo a compartir ¡y aun los que no son de aquí!”
Verán
cómo todos en una sola melodía, ¡en esa sinfonía maravillosa que viene de Él!, estamos
¡unidos!, y cada vez más el sonido se está elevando, ¡y en tu interior!, ¡Gran Eco
de Amor! está, lo estás sintiendo, está reflejando.
Yo te
lo dije hermano; date cuenta que -en el nombre de Nuestro Padre- ¡con ustedes
estamos!, ¡y no los hemos engañado!, ¡no les hemos mentido al decir que todo!
-en el nombre de Él- se estaría mostrando. ¡Es el Gran Momento!
Quiero
decirles que todo lo que está sucediendo, sientan y sepan que en Gran Amor, que
tal como lo dice Nuestro Padre tan amado -“El Yo Soy”- ¡tú al estar fuerte!,
fortalecido ¡con todo lo sagrado!, ¡y con nosotros acompañando!, ¡nada ni nadie
detendrá tu camino hacia Él!, porque ¡eso es lo que El tiene dispuesto
en su Plan Divino!, y todo -hermano mío- ya empezó.
Te he
dicho -cada vez que tú escucharme has permitido- que Gran Ceremonia Amorosa
habrá; el Ceremonial en el cual aquel, aquella, que han tenido a bien
aceptar seguir su camino y quererme acompañar, ya está. Es cuestión de que tú
al haber tomado tu decisión, el Gran Momento en el cual en ese Ceremonial
sabrás y verás y sentirás, que así como lo dijiste; que al aceptar acompañar a
tu hermano, para que en la infinita gloria de Nuestro Padre ¡aquí! compartir y
mostrar ¡todo lo que viene de Él!, y abrir -como Avanzada que son- ¡el paso!
para que se viva la Gran ¡Era de Amor!
Créanme
hermanos que ya todo inició, ¡y sigan en ese proceso amoroso!, porque están en
el camino a lograr la Maestría que tu hermano también desea para ti. ¡Ya se
dará! y ustedes lo vivirán; la manera en la que Nuestro Padre bendito y amado
va a preparar, y tu hermano ¡que tanto te ama! listo está.
¡Deja
que cada vez más y más fuerte! se reavive la Llama, la Llama ¡Violeta! que todo
transmuta, porque llegará el momento en que ¡la forma perfecta!, que es la que
tu hermano al pedir y desear -en el nombre de mi Padre- pude lograr, y es mi
deseo que tú -amado hermano- también la vivas y la puedas lograr.
¡Y qué
mejor! que hoy por hoy, que en este tiempo me permitió ser ¡quien esté contigo!,
ofreciéndote y entregándote ¡lo maravilloso! de la Llama Violeta. ¡Seré
amoroso testigo! de tu logro infinito, de esa transmutación, de la Gran Figuración,
de la Gran Investidura Sagrada -amado hermano- y créeme que no solamente
estoy hablando por hablar.
¿Quién
de ustedes? al seguir adelante en este proceso y en Gran Solidaridad, nosotros
contigo ¡unidos!, para acompañarte y guiarte en tu caminar.
¡Toma
como estandarte la Llama Violeta! y lo que mi amada hermana te ofrece: ¡la Antorcha
de la Libertad!, unidos y en ese Gran Perdón, ¡que no solamente universal!, “El Yo Soy” -Nuestro Padre tan amado-
está ofreciendo a todos ustedes. Verán de qué manera son acompañados. Todos nosotros
¡aquí estamos! y nuestros hermanos, ¡todo Ser vivo! que contigo estará hablando.
¡Es
el Gran Momento!, cuando tú plena y totalmente dejes de ser cautivo, y entonces
te permitas ser amoroso instrumento de Nuestro Padre tan amado.
¡Es
por ello y de ello!, verás todo lo que nosotros -con gran e infinito amor- para
cada uno de ustedes tenemos preparado, ¡y sobre todo! de la Energía Sagrada de Nuestro
Padre, ¡que es El y sólo El! quien nos va llevando, y en esa Conexión ¡que El
pidió! -en infinito amor- para que directamente con Él estés hablando. Yo
te digo hermano, que la guía de cada uno de nosotros en este instante, en este
tiempo, será para algunos sólo temporal, porque la maravilla de maravillas de Nuestro
Padre ¡llegará!
¡Con
gran alegría lo digo!, ¡así como se lo he pedido!, y le dije: “Padre tan amado,
llegado el momento en el cual no sólo tu nombre, sino tu Presencia será
anunciado”.
Y
mira; al finalizar la campana al sonar (en esos momentos sonaba la campana
de la Iglesia cercana), entonces ustedes sentirán, y no sólo ello, verán
que la Luz infinita, inmaculada y celestial de Nuestro Padre tan amado, en
ustedes y para ustedes, ¡hasta ustedes llegará!
¡Yo
te digo!, amado hermano, amada hermana: ¡sigue adelante! ¡Ya no seas
cautivo ni de tus pensamientos!, ¡ni de todo aquello que pretenda aislarte!
de lo que Nuestro Padre en este tiempo de los tiempos tuvo a bien prepararte. ¡Es
tan grande! y ya nada va a dosificarte.
¡Siente
en amor! Piensa en amor. ¡Habla en amor!, y en Gran Congruencia Divina ¡llévalo
todo a la acción!, porque ¡este es el tiempo! en el que la Era Dorada, para que
quienes fueron llamados ¡a ser la Avanzada! abran camino a la Séptima Raza Raíz.
¡Qué
grande! ¡Qué maravilloso es Nuestro Padre! Y entonces -¡amados hermanos!- ¡Saint
Germain! con ustedes está y compartirá.
El
momento ¡ya es! para vivir ¡todo ello!, y entonces comprenderás muchas de las
cosas; amado hermano, amada hermana, que has tenido a bien preguntar: la
respuesta directa y amorosamente la tendrás.
Yo
sólo te pido que ahí ¡adonde Nuestro Padre ha pedido!, ¡y adonde te llame!, ¡tú
al acudir! tendrás también -porque ese es su deseo- ¡todo de mí!, de tu hermano.
¡Y
estoy aquí!, con la Llama Violeta ¡todo transmutando!; este lugar que ha
tenido a bien también señalar, y que -amados hermanos- está a punto de vivir
algo maravilloso, de Él una Gran Señal, ¡tal cual! como tuvo a bien indicar.
Que
yo soy ¡Saint Germain! ¡Dejo para ustedes la Llama Violeta y la Gran Amatista! Que
todo en ti amorosamente invista, ese templo que has tenido a bien ocupar.
Yo te
digo -a ti hermano, a ti hermana- que no falta mucho para que Nuestro Padre
al hablar y al pedir ¡de qué manera y cómo tengan a bien unificar los caminos!
Sólo
hay algo que te suplico que sea así, y seguir adelante en lo que ¡El y sólo El!,
y cuando nosotros estemos -como hoy- aquí en su nombre para hablarte, sientas
en tu corazón ¡que todo viene de “El Yo Soy”!, y que es tan simple, tan
sencillo hacer lo que con Gran Amor, para -al resurgir- redescubrir y tener
nuevamente la facultad de en su nombre hacer -como lo dice mi hermana- tener
siempre presente ¡que todo en amor!, en Gran Humildad y con el corazón
agradeciendo a Nuestro Padre -“El Yo Soy”- ¡que es quien entrega!
Por
eso en este instante -en su nombre ¡tan amado!- Saint Germain a ustedes está
entregando la Gran Energía ¡maravillosa!, ¡grandiosa!, que en cada momento en
el que a Él me entrego para fortalecer y engrandecer, para luego a ustedes
traer ¡todo! lo que viene de Él.
Y he
aquí que te lo entrego a ti. ¡Siéntelo!, recíbelo ¡y compártelo!, ¡vívelo!,
hermano tan amado. ¡Hay tantas cosas! que compartiremos en su nombre, y Saint
Germain ante ti se estará presentando.
Que
yo soy ¡Saint Germain!, haciendo el llamado para mis hermanos; aquellos que me
estarán acompañando.
Y he
aquí; agradezco a mi Padre, porque ¡hecho está!, y aquí en este Plano terrenal ¡se
vivirá!
Julio
24, 2019
Sananda.
Y no
hay, ¡ni habrá!, ¡nada que detenga! lo que mi Padre a ti y sólo a ti entregará.
Este es el momento, hermano.
Todo
aquello que al hablarte en aquel tiempo, te dije que se mostraría; ¡te pedí y
prometí que lo entenderías!, y sobre todo que lo vivirías: ¡el Gran Renacimiento!,
¡resurgimiento!, la Hueste Sagrada, la Hermandad que también por tu libertad
clama, en el Gran Amor que hasta ti ha traído mi hermana.
Hoy te
hablo de ello, porque este es el tiempo. Te prometí que me estarías sintiendo; que
contigo estaría, pero también sentirías y sabrías que no sólo yo te acompañaría,
y que en tu Despertar recordarías ¡quién eres!, porque harías ¡todo lo que yo!
en ese tiempo en el que te hablé de su infinito amor, ¡del Gran Amor que mi Padre
por ti ha tenido!, ¡y todo lo que has vivido!, nunca, ¡nunca! -hermano tan
querido- te ha dejado. Por eso tu hermano ¡contigo también ha estado!
Y
he aquí que nuevamente se empieza a cumplir el Nuevo Ciclo de Amor, ¡que a fe
mía entregué a mi hermano!, en el nombre de “El Yo Soy”, mi Padre.
El
tiene a bien, ha recibido ¡y te ha pedido que acompañes su camino! para elevar
la Energía Amorosa y sagrada de esta Estrella, en la cual tienes a bien hoy
caminar.
Yo
te pido que nos acompañes -hermano tan querido- porque no habrá ¡nada que te
dañe!
Se
está cumpliendo lo que mi Padre a ti te ha prometido, y yo -en su nombre- te
dije que al volver te mostraría y te diría, y que volverías a ser lo que siempre
has sido y serías.
Hermano
mío; ¡desde mi corazón!, ¡y en infinito amor! te entrego la Energía del Amor,
porque esta es ¡tu preparación!, por todo lo que a bien tendrás pedir.
Mi
Padre se anuncia con gran alegría. ¡Al fin! vas a vivir ¡todo! lo que en sus
promesas aquí, ¡en la más grande muestra de amor!, hará mi Padre. ¡Y todo su
esplendor llegará!, ¡invadirá a cada uno de ustedes!, y tu hermano ¡también ante
ti se mostrará!
¡Amado
hermano!; ¡solo no estás!; la Gracia Divina de mi Padre y tu hermano contigo
está.
Que yo
soy ¡Sananda!, tu hermano.
Y en
su nombre, Energía Sagrada te es entregada, por todo lo que vivirás.
Julio
24, 2019
Alexa.
(2)
Y el
Gran Ciclo Amoroso ¡del que tanto se habló! y se dijo que lo portentoso se vería
en el tiempo de los tiempos, porque lo haría “El Yo Soy”; te digo -hermano- que
lo único que te pide es que estés preparado; que sientas en tu corazón; que en
esa Conexión con Él sigas, sientas y escuches su dirección; que en infinito
amor siempre será; contigo está y estará.
De
todo esto que acabas de escuchar -tal como se dijo- ya viviste el inicio del Cambio Universal.
Pero entiéndase bien que se habla del Universo de Universos ¡donde está El!,
donde su Energía Sagrada está siendo enviada a granel. ¡Es tanto! lo que está enviando
al hijo que tanto ama, que aquél que al estarlo recibiendo ¡e invocando! en su
día tras día, ya empezó a vivir el tiempo de los tiempos, el tiempo del no-tiempo,
el aquí.
Que
si todo se está acelerando, ¡que eso -amado hermano- no te esté importando!; que
sólo sientas y ¡estés atento! a lo que El -Nuestro Padre- al tú estar invocando,
en Gran Respuesta Amorosa te haga sentir y pedir; porque estás aquí para vivir
y compartir, ser ese instrumento de amor para que cada vez sean ¡más y muchos
más! -porque escrito está- que serían tantos los que a Él volverán; que al
liberarse estarían acelerando el proceso con el cual entenderían que en la Ley Sagrada
del Amor -al ser invocada su Esencia y su Presencia- ¡abren la Gran Puerta Dimensional!
para vivir ¡todo lo que de Él viene y que en ti está!, activando todos los que llamas
“Chakras” -que son aún ¡muchos más!- puntos importantes en el templo que has
venido a ocupar, para consagrarte en la Ley Universal, entender y vivir lo que viene
de Él y ya no ser dual.
Al
unir todo ello, entonces tu amoroso hemisferio recibe ¡y seguirá recibiendo
todo lo que estará resurgiendo!; lo que en ti está, y al hacerlo ¡envías la
señal!, esa Señal Sagrada que todos nosotros al estar esperando y hasta El
llegar, entonces, entonces -amado hermano- lo que estarás propiciando ¡es! que se
dé ya ese Gran Momento ¡que tanto has estado esperando!: ¡compartir con todos
nosotros!; ¡vivir!, ¡sentir!, ¡saber que todo está en ti!, y que El siempre, siempre
-al dártelo y tú utilizarlo- ya estás en esa Unión Sagrada, eterna, que El te
dio.
Comprende
hermano que este es el Gran Momento, al que ustedes estuvieron llamando “de la
salvación”, que tan sólo es retornar a ser lo que eres, has sido, y volverás -al
verte resurgido- a caminar en esa eterna Dimensión que para ti no será ¡nada desconocido!,
porque entonces estarás inmerso en el amor; amor que es la Energía que te
eleva, ¡que te guía!, ¡que te lleva!, ¡que te une! hacia Nuestro Padre, mi Padre
tan amado.
¡Escucha
el Llamado que se está haciendo! en Gran Amor, porque se está dando hermano. ¡Y
he aquí! que todo aquel que esté escuchando y que la respuesta dé -aceptando-
será quien nos esté acompañando. Y es así.
Te agradezco
-Padre mío- todo esto y que en el sentir ¡de cada uno de ellos! esté la decisión;
que nosotros esperaremos -en infinito amor- la decisión que tengan a bien hacer
para iniciar la recolección.
Y es
así, Padre mío. ¡Es así! ¡Bendito eres! ¡Bendito has sido! ¡Bendito serás
eternamente!, ¡Padre mío!
Julio
24, 2019
Alexa.
(3)
Se
indica que vuelva a repetir que se está haciendo el Gran Llamado; que en el sentir
de cada uno de ustedes ¡ya! la respuesta la están dando, y será muy clara. Se estará
viendo aquí en este Plano terrenal.
¡Es!
el Gran Momento de Transición de aquél que se ha elegido, y el que no… está
provocando esa separación, para ver quien se acerque a Nuestro Padre -“El Yo Soy”-
todo lo que El preparado tiene, y que recuerden ¡perfecta y totalmente quiénes
son!; lo que han vivido y lo que estarán viviendo nuevamente.
Es
por eso que se ha dicho, y este es el momento en que se estará viendo
claramente, ¡ahh!, así estén, ¡no importa dónde se encuentren!, quiénes sean y
cómo estén.
Aquellos
que se han elegido estarán viviendo y viendo ¡todo lo que viene de Nuestro Padre!,
y los que no… será ¡muy distinto! lo que vivirán; pero siempre estará y
estaremos acompañando -en el nombre de Nuestro Padre tan amado- y el amadísimo ¡Sananda!,
que ya… ¡siempre ha estado!, pero que ya ha llegado. Se hará sentir ¡más fuertemente!
Es
el Gran Momento en el cual empezará a darse, a prepararse y entregarse el Gran Legado.
Y es
así. Es así, amados hermanos.
En el
nombre de Nuestro Padre todo está hecho y se estará mostrando.
¡Gracias
por compartir! ¡Gracias por estar aquí! ¡Gracias por acompañar!
Julio
24, 2019
Alexa.
(4)
Cada vez
muchas más cosas se van a estar presentando, se van a estar mostrando ¡más
intensamente! Nos piden que estemos ¡atentos!, preparados para sentir con el
corazón.
Se
nos estará indicando qué es lo que viene de Nuestro Padre y qué no.
Entonces,
¿qué podrá preocuparnos? o ¿qué podrá -de verdad- hacernos sentir temor? ¡Nada!
Eso es en lo que tenemos que trabajar; siempre sentir de Nuestro Padre, sentir Su
Presencia, sentir a nuestros Maestros que nos están acompañando -que ya lo
dijeron- y más fuertemente.
Quien
también nos ha hablado frecuentemente, ¡está presente!, pero está preparando algo
muy importante y maravilloso.
Es por ello -no porque no lo haya querido- sino -es que me lo está haciendo
sentir- que todo aquello que prometió, de lo que habló, ¡ya! lo empezaremos a
vivir.
Hermanos;
entonces, amorosamente agradecerle a Nuestro Padre, seguir adelante, prepararnos
y prepararnos y prepararnos.
Cada
día de nuestras vidas, aunque sea por un instante, un momento, siempre invocar
el nombre de Nuestro Padre; ¡la Gran Invocación! para sentir esa Conexión y pedirle que nos mantenga así, desde
el despertar, y también cuando ya nos estemos preparando a descansar.
Hay
tantos decretos tan maravillosos, pero ¿qué mejor también lo que sienta tu corazón?
Hablar, pedir, agradecer, invocar siempre la Presencia, la proteccion, la compañía,
¡la guía!. Porque ¿cómo no?, siempre vamos a estar necesitando que nos lleven;
que nos acompañen; que nos guíen; en los momentos, sobre todo también en los
lugares donde cada uno de nosotros nos encontremos. Se ha abierto tanto la Gran
Energía poderosa y maravillosa de Nuestro Padre, que también hay ciertas
densidades que están tratando de aprovecharse.
Vamos
a invocar siempre y envolvernos con esta Esfera Sagrada, Círculo Amoroso, el cinturón
que nos fue entregado -no sé si recuerden- también la Armadura Amorosa, el Manto
de Luz; ¡todo ello!, siempre, y no sólo para nosotros; también para todos nuestros
hermanos, nuestros Seres amados.
La
Gran Protección en el entramado amoroso, ¡ahh!, que ya empezó a entrar en acción
en esta bendita Estrella, para que en esa mátrix en la cual estábamos atrapados
se vaya disolviendo -que eso es lo que está sucediendo- y en esa lucha hay en
algunos momentos, en algunos lugares, en los cuales ¡está la intención de
estarse fusionando! para presentar a manera de ilusión, a algunos hermanos,
pretendiendo aparentar que todo viene de “El Yo Soy”.
Pero
por eso Nuestro Padre tan amado ¡pide! -y nuestros amados Maestros- que estemos
invocando a cada momento, a cada instante, en cualquier situación, que ¡se
hagan presentes!, que nos muestren, que nos den esa gran señal, porque muy
dentro, en nuestro interior, ahora, ya que se te está activando, ¡que nosotros estamos
pidiendo!, que estamos deseando querer empezar a utilizar.
Recuerden
hermanos ¡que todo en cada uno de ustedes está!, y sobre todo ¡más que intuición!,
¡es el saber!, el sentir que en el Gran Poder de Nuestro Padre siempre te va a
decir ¡qué es! lo que en su nombre está, o lo que se te viene a presentar.
Lo
que no, con sólo el poder infinito que El ¡a ti te da!, ¡tomarlo e invocar!, pedir
que si cualquier Presencia, cualquier situación, si en su nombre viene ¡que sea
así!, sentirlo, y si no… ¡arrojarlo!, ¡eliminarlo!, ¡pedir que se vaya!, ¡alejarlo!
en el nombre de Nuestro Padre tan amado.
Te
estarás preguntando: “¿Por qué esto te estoy diciendo?” Hay que estar muy
atentos hermanos, porque ¡a cuanta más Luz! -que eso es lo que está llegando-
todo lo que está moviendo. También hay ciertas cosas que se están liberando;
pero ¡es sólo temporal!, porque instantáneo ¡es! el amor eterno, incondicional,
¡atemporal! que El nos da.
Amados
hermanos: ¡gracias por acompañar! ¡Gracias por aquí estar!
Sientan
y sepan que así es, porque de todos los cambios que se nos había dicho, hay
quienes ya lo empezaron a vivir; lo están sintiendo.
¡Háganlo
así hermanos!, pero pídanle a Nuestro Padre que sea El quien los guie. ¡Utilicen!
-en la Gran Sabiduría que El nos da- el empezar a discernir y saber ¡qué es
realmente lo que El quiere de ti!, qué -en cualquier instante y momento- tienes
que hacer. Porque no basta solamente el querer hacer y -en el infinito amor de Nuestro
Padre- querer mostrar y ayudar, sino también saber cuándo es el momento; ¡cuando
El ese impulso amoroso te da!, ¡y te toma como instrumento de amor!, de perdón
y de libertad.
¡Siéntanlo
así, hermanos!