Julio
3, 2019
Alexa
(1).
…
porque -como lo ha dicho Nuestro Padre- ¡éste es el momento!, es el Gran Momento
del cual ¡tanto se habló!, y a aquellos hermanos que se habían elegido a
quienes les dictó, que nos entregaron y nos guardaron esos Grandes Legados en
los cuales hoy de eso también ya nos había hablado; aunque ya los habían
reencontrado guardados estaban, escondidos, por no convenir así a los intereses
de unos cuantos, si seguían ¡y siguen! en caminar utilizando solamente la razón.
Pero
para ellos estaremos enviando mucho amor, el cual estarán recibiendo, porque la
promesa de Nuestro Padre nuevamente ¡hoy! y en el amanecer ¡cumpliéndose está!,
y El lo dijo: “Todo aquel de mis hijos que se elijan en ese tiempo de los
tiempos en el cual -al término de la densidad- el Día Galáctico”, que ustedes
saben -hermanos- que no acaba de iniciar, ¡en él ya estamos caminando!, en ese
bendito día en el cual ¡todo ya está iluminando!, y a cada uno de ustedes -por
decreto de Nuestro Padre- la Jerarquía Sagrada está enviando y con cada uno de
ustedes está caminando.
El ha
decidido que cada uno de ustedes, aún a pesar ¡de aquel recóndito pensamiento
que mantienen escondido!, si de corazón ¡te has arrepentido! de aquello que
habías hecho y que sabes que no es lo correcto; ¡hermano!, aunque no hay nada
bueno ni malo, pero todo eso repercute en lo que ¡tú! al sentir, al ir abriendo
para que tu Ser se venga a unir al cuerpo que estás ocupando, a ese templo
bendito que hay que reconocer y reflexionar: “¿Cómo y de qué manera lo he
utilizado? ¿Qué es lo que he hecho con él?”
Siempre
se nos ha dicho: “Cuida a tu templo, ese templo maravilloso que tu Ser, ¡esa
Energía que te entregué! -porque lo ha dicho Nuestro Padre- ¡que es eterna! Es
por eso la promesa de entregarte la vida eterna. ¡Es ello!, ¡porque el ropaje
que te has puesto hoy! y que con el cual tú te permites mostrar en esta ilusión,
es sólo temporal. Lo que Yo te entregué ¡es! y viene de la Eternidad; es esa Chispa
Divina, ¡esa Chispa de Amor!, cuando Yo quise expandir”. ¡Y todo lo creó!
Y aquí
estamos -amados hermanos- también concientizando que no solamente existimos ¡nosotros!
que nos hacemos llamar “Humanos”, pero para aceptarlo tenemos lo que llamamos “corazón”
y hay que abrirlo; primero que nada -amados hermanos- para con nosotros mismos,
y luego también quienes a nuestro alrededor nos han acompañado, de quienes ni
siquiera si nosotros no nos habíamos ¡amado! de misma forma como Nuestro Padre
lo ha hecho, tampoco nos habíamos dado cuenta de qué manera a nosotros se ha
entregado cada Elemental; con qué amor nos han venido a abrazar.
Hoy
quizá algunos dirán: “¡Mira! cómo el cambio en el clima; lo que está sucediendo.
¡Con qué fuerza nos está atacando!” No olviden que cuanto ¡más Energía Amorosa
está llegando!, ¡cuanto más Vibración de nosotros!, por consecuencia están
recibiendo al unísono y en esa conexión solamente están mostrando lo que
nosotros les estamos entregando.
Hay
que verlo y vivirlo todo en amor; agradecer -no me cansaré de repetirlo- cada
momento, cada día, cómo ellos están con nosotros, sin hablar, pero hacernos
sentir que aquí están. Y al decir “sin hablar” -hermano- eso ¡ya terminó!
Aquél
que al abrir la Consciencia, porque ya no solamente como paso a paso nos
estuvieron repitiendo constantemente nuestros amados Maestros que nos han
hablado; la Consciencia Crística ¡más fuertemente en nosotros estaba hablando!,
y se nos dijo y no sólo ello: “Cuando tú estás consciente y empiezas a vivir
y a abrazar todo ello, llegará ¡la Consciencia Cósmica! que los abrazará y les
entregará lo que hay ¡más allá! de lo que tú llamas únicamente “el cielo”. Sabrás
y entenderás, recordarás que -al trasponer el velo- la Consciencia Cósmica
vendrá a abrazarte de lleno. Te dará ¡todo! lo que ya Nuestro Padre te quiso
entregar, pero que cada uno de nosotros ¡había detenido! por las emociones, las
situaciones que habíamos vivido.
Todo
estaba contenido y hoy está llegando como una cascada que nos está refrescando;
que a la par que nos está iluminando nos está dando ¡el Recuerdo Divino! desde
el primer momento hermanos; desde nuestro primer respiro, cuando aquí estuvimos
llegando.
Yo le
pido a mi Padre y El lo ha dicho, y constantemente le repito: “Padre que así
sea, pero que el recuerdo sea para abrazarnos; que sean las cosas amorosas ¡que
tú! en cada momento, en cada tiempo de lo que mis hermanos han vivido tengan el
recuerdo ¡perfecto!, ¡vívido!, de cuando contigo han estado; cuando te han
abrazado”.
Lo
que en este proceso, porque esta bendita Estrella es una gran, Gran Escuela
en la cual hemos venido a experimentar, a vivir todas esas emociones, que al
final -que no lo es- que solamente ¡es el principio para vivir la Eternidad!,
concebirla tal como es; aceptarla, vivirla y compartirla ¡no solamente con todo
aquel! que estaremos entendiendo que somos hermanos, ¡no solamente los que nos
hacemos llamar “Humanos”!, también con cada Elemental, inclusive -hermanos- ¡con
cada objeto inanimado!, ¡que eso es lo que pensamos! que es lo que nos ha
servido; pero si ustedes supieran: ¡tienen Consciencia! ¡Nos escuchan!
Yo
les invito a que hagan la prueba, ¡pero de corazón!, de corazón con cada uno de
ellos; aquellos que llamamos nuestros “animalitos”; nuestras mascotas ¡también
tienen corazón!; están viviendo cada una de las etapas por las cuales ¿quién te
dice, hermano?, que de los que aquí se encuentran algunos ¡ya la pasaron! y
seguimos en lo que llamamos “Evolución”. Pero hermano; es el Gran Momento de la
transición para la elevación.
Nosotros,
a los que llamamos “nuestros Maestros” y nos han repetido insistentemente: “Soy
tu hermano, y estoy aquí y te agradezco por permitirte escuchar, y entonces,
amorosamente te voy a entregar ¡todo lo que yo viví!, ¡de qué manera! al seguir
mi caminar logré la perfección que Nuestro Padre nos dio”. Porque para ella
vamos -hermanos- a vivir esa Gran Perfección; quizá unos un poquito más
adelante que otros. Eso solamente Nuestro Padre -que todo lo ve- lo sabe.
Cuando
El sabe que ya estamos listos para vivir una nueva etapa ¡llega!, ¡es
instantánea!, pero no porque El quiera elegir o porque sea selectivo; somos
nosotros los que con nuestro pensamiento, con nuestras acciones, en congruencia
con nuestras emociones le decimos: “¡Ya estoy listo! Estoy sintiendo y voy a
aceptar, porque todo lo que estoy viviendo ¡sé que viene de ti!, ¡de ese Gran Amor
que tú me das!”
Así
es hermanos, como en Consciencia Colectiva y también grupal, como hasta hoy
algunos querían mostrar, pero lo que es en realidad, lo que Nuestro Padre nos
da es ¡una conexión total! a todos por igual. El desea la unión, ¡la unidad!;
no quiere ni pide separación. ¡Esa! nosotros en nuestra interacción
malinterpretando, malentendiendo, y muchas de las veces -porque así conviene a
los intereses- la llevan de otra manera.
¡Ah
de aquél que así lo ha hecho!, porque este es el tiempo en el cual todo -hermanos-
todo lo que hemos vivido y lo que hemos entregado ¡es! también recibido. Por
eso es mi deseo que no haya lugar para quejarnos sino para estar agradecidos, ¡agradecidos
de todo!, porque inclusive de los momentos más difíciles, no hay que preguntarle
a Nuestro Padre: “¿Por qué? ¿Por qué estoy viviendo esto? ¿Por qué a mí?” ¡No
hermanos!; ahí es donde debe entrar esa reflexión: “¿Qué es lo que hice para
merecer esta interacción?”
Pero
si tu caminar es así, en infinito amor también hay que ver la otra cara de la
moneda, cuando pretenden detener tu camino, porque saben cuál es la
finalidad: llegar ¡a tu destino! para empezar a vivir lo que Nuestro Padre
tiene para ti en su Plan Divino. Y eso -de manera individual- ¡a todos! y
cada uno nos lo ha empezado a entregar.
Analiza
lo que ha sido en estos días tu vida; como nos dijo nuestro amado Maestro Saint
Germain en algún momento: “Con nosotros -hermanos- de acuerdo a su
acercamiento, de acuerdo ¡a esa entrega! que ustedes y cada uno hace para con Nuestro
Padre, ¡porque ya ni siquiera con nosotros! ¡Nosotros estamos aquí para
ayudarles!, ¡para guiarles! -si así lo aceptan- y para poder trasponer cada Dimensión.
Con nosotros no tienen que preparar ninguna documentación. ¡Esto es directo!, ¡pero
son ustedes! quienes en el trayecto son los que van a decidir cuándo, de qué
manera y cómo hacerlo”. Y es maravilloso, hermanos.
Se
nos dijo también -y esto sintiéndolo en el corazón lo comparto con ustedes- que
al hacerlo, al vivirlo, llegaría de una manera amorosa, sigilosa, poco a poco,
y por cuanto cada uno elegiría. Porque una cosa es innegable: ¡todos!, sea
temprano o lo que llaman “tarde” llegaremos hacia Nuestro Padre; ¡volveremos!
al lugar de nuestra partida, donde El nos espera con los brazos abiertos.
Por
eso de tiempo en tiempo ¡hay un espacio-tiempo en el cual se abre ese Gran Portal!
en el cual nos dice: “¡Todos y cada uno de ustedes! -amados hijos- están
invitados. ¡Este es el banquete que para ustedes he preparado! Lo único que
deseo es ¡que se acerquen! de corazón y con aquella pureza que les entregué ¡antes!
de que hicieran -amados hijos- ese viaje de experimento, de reconocimiento,
porque al final recordarán quiénes son”.
“Al
final”, y muchos lo han interpretado y lo han dicho: “Este es el final. Todo va
a terminar”. ¡Sí! ¡Y es verdad!: ¡está terminando la densidad! Está terminando todo
aquello que también ¡pretendió atrapar! a cada uno de ustedes -hermanos- ¡que algo muy dentro! les
decía y les insistía: “¡Esto no es así! ¡No siento que sea correcto! ¡No hay
congruencia!”, y entonces, al abrir a la Luz tu Consciencia permitiste que
empezara a llegar todo aquello, aunado al recuerdo de quién tú eres, amado
hermano: inició tu Despertar.
Sabemos
que no ha sido fácil. Por eso también mi amado hermano insistió: “¡Fácil no
será!” ¡Nadie dijo! que en tu caminar a cada paso sencillo sería; pero también
te dijimos -por voluntad de Nuestro Padre ¡y con el Gran Amor que hasta ti
tenemos!- que te acompañaremos; ¡que seremos tus guías!, y lo único que estamos
esperando -del otro lado del velo- es que tú ¡al estar invocando el amor y
alejarte de la fantasía!, porque aquello que creáis que era quimera, hoy por
hoy -para ti- la verdad ¡no sólo se está asomando!, te está mostrando, y
algunos hermanos de alguna forma, ¡inclusive en sus cuerpos les está sacudiendo!
¡Cuántos
y cuántos no lo han sentido! y lo han estado compartiendo: “No sé que me ha
pasado. ¡Tanto que siento! Esta ansiedad”. Amados hermanos; el templo, el
templo que cada uno de ustedes ocupa -por tanta densidad en la que han estado
caminando- había olvidado; ¡no estaba preparado! para recibir la andanada de
amor que Nuestro Padre está haciendo llegar a esta bendita Estrella.
Es
por eso que -al ir abriendo la Consciencia- hay quienes están sintiendo y
diciendo: “Me estoy enfermando. ¿Qué es lo que me está pasando? Hay momentos en
que siento temor, ansiedad, el deseo de estar respirando y no poder. ¿Qué es lo
que sucede?”
Mira
a tu alrededor, ¡pero míralo con esos ojos de amor!, no tanto con tus ojos
terrenales, sino -amado hermano- ¡más allá!, ¡más profundamente!, y no
solamente ¡veas!, sino ¡siente!, escucha, y date cuenta que es grandioso.
Hay
quienes inclusive han dicho: “No sé qué me está sucediendo, porque escucho; he
escuchado cómo de momento me hablan”. También se nos ha pedido estar atentos y
alertas. ¿Qué es lo que sientes?, cuando por sorpresa escuchas que te llaman -porque
me lo han compartido- me han dicho: “De momento escucho claramente que dicen mi
nombre. Y si estoy solo me sorprende y llego a sentir hasta temor”. ¿Por qué?, ¿por
qué no en ese instante?, en lugar de dejarte llevar por lo que es la otra cara
de la moneda del amor: el temor, ¡que siempre, siempre te está deteniendo!,
cuando se está dando cuenta que el amor profundo que tú vives y estás
compartiendo lo está venciendo, siempre busca la forma de volver; que tú ¡te
detengas!; que no sigas adelante; porque sabe -¡y más en estos días!- de estos
días en adelante ese sentimiento ya está muriendo, ¡va a desaparecer! en cada
uno de ustedes hermanos.
Es
por eso que Nuestro Padre nos insiste, que tengamos y que hagamos esa
preparación; como tú quieras hacerlo; en meditación, pero siempre busca un
momento en el cual encuentres ¡y vivas! esa Gran Conexión con Él directamente,
con Nuestro Padre. ¡No importa dónde estés! ¡No tienes que acudir a algún lugar
especial!, pero -si es tu deseo- hazlo así.
Siempre
para cada uno de ustedes -inclusive en su hogar- hay un lugar, un rincón en el
cual tanto aman, porque ahí es donde con ustedes mismos platican y por Nuestro
Padre claman.
El
nos dice: “Ahí -hijo mío- porque sé que estás abriendo el corazón para
hablar conmigo. Permítete sentirme y date cuenta ¡que nunca! solo has estado; ¡que
nunca te he dejado!; que siempre para cuando ¡tú! ya estés listo, preparado”.
Pero
El lo llama así; hay quienes han confundido y dicen: “Tengo que preparar mi
cuerpo”. ¡Sí hermano!, ¡pero más importante es tu interior!, ¡tu Ser!, ¡para
que ese Espíritu que en ti está! y que por estar en esta densidad ¡un poco de
ti lo habías retirado!
Acuérdense,
aquellos quienes de esto han hablado, a quien han llamado su “Yo Superior”, ¿qué
tan distante de tu cuerpo, el templo que estás ocupando está y ha estado?, y
por cuanto lo que hacemos; lo que decimos; lo que accionamos; habemos quienes ¡más
lo hemos retirado!, pero en este tiempo ¡ya no! -amados hermanos- por la Gran Dispensa
que se pidió.
Nuestros
amados Maestros, mis hermanos, ¡para ustedes! y ya se les está entregando, porque
también es voluntad de Nuestro Padre tan amado que se haga realidad; realidad
en esta ilusión que estamos viviendo.
Siente
en tu corazón. Vive ese infinito amor y verás -hermano, hermana- cómo para ti
por Consecuencia Divina de esa acción todo estará cambiando; primero en tu
interior, en ti; luego en el exterior, todo lo que tú estés emanando, los
hermanos estarán percibiendo ¡y se estarán acercando!, y aún más, porque llenos
de la Gracia Divina de Nuestro Padre tan amado, recibirás y verás. Con ¡gran elocuencia!
de Él hablarás; como cascada llegarán a ti las palabras; todas aquellas que
sean necesarias.
Para
aquel que desee escuchar está abierto lo que llaman “cielo”, que solamente ¡es!
la puerta que -al abrir tu corazón- el Cosmos Sagrado ya te está hablando, y lo
hace con ese vívido amor que de Él, de Nuestro Padre, ¡sólo de Él!, a cada uno
de ustedes está trayendo.
Al
trasponer esa Dimensión, ¡al estar en el lugar de la Gran Coalición! empezaremos
a hacer interacción con nuestros hermanos, aquellos que pensábamos que estaban
tan lejanos; así como ellos lo prometieron ¡antes de volver a Él!, antes de
volver a Nuestro Padre tan divino, ¡antes de volver al hogar!, estaremos compartiendo
¡aquí!, y viviremos eso que llamamos y que nos prometió: “el Paraíso”.
¿Quiénes
serán los elegidos? Ya son tantos hermanos, ¡tantos!, pero no olviden y siempre
tengan presente estas palabras: “elegidos”; Nuestro Padre ¡a todos nos ha
elegido!, ¡a todos! nos espera con Gran Amor. ¡A todos! nos entrega ¡todo! de
ese infinito poder que es de Él; pero la decisión está en cada uno de ustedes;
el volver a aceptar, porque ya lo fueron, porque lo son, porque al aceptar y
pedir venir a esta ilusión, lo único que Nuestro Padre pidió -y no fue
condición- necesario fue cubrirle a cada quien con el velo del olvido, para
luego retomar lo que por tu Esencia Sagrada ya es bien sabido. Es por eso que
te digo ¡que la Akasha! -y de manera individual- en todos ustedes ¡ya empezó a
llegar!
Agradecidos
hemos de estar con Nuestro Padre tan amado, porque de Él todo, ¡todo con más
fuerza! ha empezado a llegar, y la promesa, la Profecía Sagrada se cumplirá. ¡Paso
a paso! cada uno de ustedes la vivirá, y entonces también cuenta se darán que
eso que El -nuestro amado Padre- nos prometió: “¡Todo aquel que de mis hijos
que se elija! seguirá el camino y por cuanto cada paso que dé, entonces verá
que lo que tuve a bien prometer; que al aquí estar ¡nunca solo estaría!; ¡que
siempre de mí lo tendría!, ¡lo acompañaría!”
Pero
al llegar de esta travesía, ¿quién de ustedes hermanos?, ¿quién de ustedes ha
decidido? que ésta sea la Gran Oportunidad ¡por la que tanto han esperado!
¡Bendito
sea Nuestro Padre!, porque al fin ese día llegó, y todo aquel que se preparó de
corazón, compartiendo con el hermano, amándose primero él mismo y desde su
interior entregar a cada uno de aquellos con los que tuvo que interactuar, y
verlo como eso, ¡como hermanos que somos!, y que al retomar en este camino con
toda la fuerza y traspasar la Dimensión; ¡esa! que como un imán había pretendido
¡retrasar! lo que para todos ustedes escrito está: el vivir ya en ese Gran Amor.
De
verdad, van a comprobar que esa es la gran arma amorosa, ¡eterna y total! que Nuestro
Padre nos entregó: el Gran Amor Incondicional. No hay límite, no lo habrá, y así
será, porque entonces tú te permitirás seguir adelante sin estar viviendo, y
para algunos ya empezó a ser constante. Y yo te digo -hermana, hermano- que
más que ello será ya ¡total!, ¡permanente!, ¡directo!, ¡tajante!, porque al
amarnos Nuestro Padre ¡así es como lo hace!
He
venido a hablarte de esta manera. También recuerda que te dije que llegaría el
momento en el cual -al estar unida- no solamente esto de mí escucharías, sino
mucho más. Date cuenta -hermano- ¡qué mejor muestra que la que te estoy dando!;
que tú al estar y seguir caminando, ¡porque era necesario venir a un templo
ocupar!, para poder con todos ustedes de esto hablar; pero también al seguir
adelante te darás cuenta que necesario ¡ya no será! el estar ocupando. ¡Esto
solamente es una temporalidad!, y a lo que tú llamas “muerte” es solamente el
final para reiniciar ¡y tomar!, empoderarte y vivir en la grandeza que El, Nuestro
Padre nos da.
Todos
ustedes, todos -hermanos- han sido llamados. En esto que llaman “el final de
los tiempos” se cumple la Gran Profecía, que inclusive muchos llegaron a pensar
-porque eso convenía- que el estar y vivir estos días sería terrible, por el
final que implicaría.
¿Por
qué? ¿Por qué nuestros hermanos insisten en crear el temor?, ¡el temor del cual
ellos se alimentan!, ¡y que no ha sido sólo hoy!, ¡que ha venido desde el
principio de los tiempos!, en el cual -al permanecer- ¡porque habían pedido
otra oportunidad a Nuestro Padre tan amado!, pero conforme seguían caminando no
han deseado trasponer el umbral.
Pero Nuestro
Padre esa decisión también la ha respetado, pero no permitirá que a ninguno de
ustedes -amados hermanos- aquellos que se han elegido y que desean de todo corazón
seguir adelante, porque todo el fluido que desde su interior ha ido elevando,
ha ido abrazando y recordando; sabiendo que con la Llama Trina ¡es una gran
ayuda al estar cada día invocando!, ¡y el Fuego Sagrado los envuelve para estar
purificando!, y la Llama Violeta ¡que a ustedes he entregado!, ¡que con ustedes
está!, que tiene el maravilloso poder, porque mi Padre lo entregó ¡para
transmutar!; transmutar todo aquello que en ustedes ¡está!, que no permite
seguir adelante; eliminar todo aquello: pensamiento, sentimiento, emoción,
acción.
¡Ya
no más!, amados hermanos. ¡Abracen con infinito amor todo aquello que
les hemos venido a entregar!, porque estamos aquí en el nombre de Nuestro Padre
¡tan amado!, de “El Yo Soy”, y deseamos que logren esa gran perfección; esa
perfección que en su momento también ¡a mí me dio!, ¡la cual vivo cada minuto!,
¡cada instante!, ¡cada segundo!, agradecida por todo de lo que de mi Padre
tengo, y es ese deseo de compartirlo, ¡de entregarlo a ustedes! al estar
aquí encarnada de tiempo en tiempo, porque recuerden -amados hermanos- que se
los he dicho: de tiempo en tiempo, cada vez que la Era de Amor, la Era Dorada
inicie su acción.
Mi Padre
me pidió estar aquí -como su Emisario que soy- para compartir, para entregar a
todos ustedes todo ese amor incondicional a brazos abiertos, ¡con toda la Esencia!,
¡con todo mi Ser!, sintiendo de mi Padre la Presencia; siendo voluntad de Él;
lo cual acepté con infinito amor, porque es tan grande, ¡tan maravilloso ver!
cómo aquellos que -al escrito estar- su momento van a tener, y en esa Gran Libertad
que es la que tu hermana -¡porque es Alexa la que te habla!- también te voy a
entregar; pero esa libertad: la verdadera, ¡esa antorcha que siempre ha venido
a iluminar! en cada corazón el infinito amor y el perdón que Nuestro Padre nos
entregó, y ha sido mi deseo venir y compartir.
¡Es
por eso que estoy aquí! en este tiempo bendito, que para nosotros que se hacen
llamar “Humanos” es sólo un parpadeo, es ¡nada! comparado. Ustedes, ustedes en
esta ilusión lo han hecho tan -y lo han llamado así- “infinitamente largo”.
Hoy
por hoy en este tiempo ¡tan esperado!, ¡en este momento de catarsis amorosa!
también entenderás ¡que no más! vivirás en el tiempo lineal; que eso ¡tú
lo has creado!, a la par que la ilusión al envolverte y al estar en ella
caminando, hermano. Es por eso -y así lo estarás recordando- que es tan
importante vivir el presente, el hoy, el aquí, y entonces sabrás que Nuestro
Padre ¡nunca! en ti ha estado ausente; que no solamente tu hermana estoy aquí;
somos de los que llegamos, los que en este Gran Despertar ¡a ti te llamamos!
para empezar la Gran Recolección.
La
siembra terminó. ¡Hoy! en estos días lo que ya inicio ¡es! -amado hermano- la
recolección de todo aquel, aquella que se eligió; porque entonces verán y con
los ojos del templo que ocupan ¡aquí!, en este Plano terrenal es donde
empezarán. ¡Algunos
compartiendo ya están! con nosotros en ese infinito amor, porque somos sus
hermanos, que lo único que deseamos y hemos venido aquí es para compartir; ¡hablarte
de Nuestro Padre!, ¡para que el recuerdo llegue a ti!, el gran recuerdo de la Akasha
Sagrada.
¡Te
pedimos que por ti sea tan invocada!, porque entonces sentirás y adelante
seguirás con el Guía amoroso que Nuestro Padre ya te ha designado; ¡que
para algunos sólo es él mismo!, ¡su propio Ser que se está permitiendo escuchar!,
porque ¡desde allá!, ¡desde la Octava donde se encuentran!, se han dado cuenta
que el momento ¡para cada uno de ustedes! ha llegado ya, y que al abrir su
corazón, ¡al invocar con tal emoción!, ¡con tal entrega hacia Nuestro Padre!,
¡aún estando aquí en la refriega! de luchar contra ese gran enemigo que eres tú
mismo, pero que ya te has permitido y que estás invocando a tu “Yo Superior”, y
que deseas escuchar la voz de “El Yo Soy”, Nuestro Padre, mi Padre ¡tan amado!
No
tienes idea hermano; ¡no! si sigues viviendo y caminando en ese letargo; ¡no
tienes idea de todo lo que tú eres y lo que puedes hacer!, porque Nuestro
Padre ¡ya te lo entregó! y en ti está.
Por
eso te he insistido que leas Corintios 12. ¡Ahí!, ¡ahí hermano! está una parte ¡tan importante! de la
Gran Verdad que Nuestro Padre a ti, ¡a ti te quiso entregar!; que al iniciar y volver
a utilizar todo aquello que en ti está, que por derecho propio, ¡tan simple!:
el hecho de ser ¡el hijo de Nuestro Padre! y que tanto te ama; si tú permites
que se empiece a elevar en ti esa Flama ¡Divina!, ¡maravillosa!, entonces vas a
lograr el resurgimiento de lo que fuiste, de lo que eres. ¡Por eso aquí
estás!, porque a ello volverás; ¡el Triunfo Sagrado de cada Ser inmaculado!
Que
son ustedes -hermanos tan amados- a quienes Nuestro Padre entregó desde el
principio del tiempo, cuando El así lo deseó ¡y aceptó! que aquellos
que -como ustedes- pidieron y tuvieron esa gran inquietud ¡de experimentar! en
esta densidad. Pero quiero decirles que hasta aquí ¡siempre estuvo!, pero
el Gran Portal que El ¡ya abrió!, sólo esperando está la aceptación de todos y
cada uno de ustedes, amados hermanos.
Hay
quien lo dijo: “Y entonces, ¿por qué tú? -que te dices llegar y aquí estar en
el nombre de Él- de Nuestro Padre, ¿por qué? no has tenido a bien preparar ¡a
cada uno de nosotros! que hemos venido a escuchar”. ¿Quién dijo que no? Amados
hermanos; ¡todos ustedes! y aquellos que en apariencia se alejaron -y que
solamente ha sido temporal- en estos días estamos dispuestos, esperando el
regreso de aquellos que quisieron seguir buscando; que no entendieron que no
hay nada en el exterior de lo que te muestra esta ilusión; que todo está en ti,
¡ahí en tu interior!, guardado celosamente por ti, y que Nuestro Padre -al
amarte tanto- permitió y decidió ¡dejarlo así!
Porque
nos ha dicho amorosamente: “Deseo ¡y aún más! en este Gran Momento, en el cual ¡todos
mis hijos!, aquellos que están viviendo ya el Gran Momentum de unirse ¡plena y
total!, y volver al hogar; este hogar que por ellos, ¡por cada uno esperando
está!” En el entendido -hermanos- ¡que nadie ha ocupado ni ocupará tu lugar! ¡Ese
que Nuestro Padre para ti tiene celosamente guardado!, esperando ¡que tú! en
este Despertar -al arrancar el velo del olvido- ¡aceptes nuevamente!, y así lo
ha dicho Nuestro Padre: “Estar conmigo. ¡Volver a mí!”
Eso
fue lo que nos dijo: “Han de respetar la decisión de cada uno de mis hijos; porque
¡los amo tanto!, ¡que sé! que al volver lo harán plena y totalmente decididos; ¡que
en ninguno de ellos habrá ni duda ni confusión!, ¡y que habrán dejado atrás
toda emoción!; que entenderán que no es de ellos; ¡que es lo que los ha
detenido hasta hoy!; que el único sentimiento en esta Gran Energía ¡es! el del
amor; el amor haciendo ¡una total expansión para él mismo! y para todos
aquellos que busquen y nuevamente lograrán -hasta mí- su Conexión”.
Si
algo mi Padre, ¡Nuestro Padre! me acentuó ¡es! que al estar aquí ¡era para
compartir!, para hablarte de Él!, ¡para hacerte nuevamente sentir!, ¡entregarte!
en esta interacción al primero hablarte y luego -tal como El me lo pidió-
mostrarte; ¡El a través mío!, quién es Nuestro Padre, “El Yo Soy”; ¡que vuelvas
a escucharle, a sentirle, porque desea que directamente ¡tú! -amado hermano-
hagas con Él la Conexión. Que sea así; que lo escuches dentro de ti. El guiará
tus pasos.
El
siempre siente ¡todos tus abrazos!, en todos los momentos en los cuales, ya
haya sido por agradecimiento o por lo que algunos hasta hoy lo habían conocido
solamente, para elevar petición y desear y decirle: “¡Padre, tú que todo lo
puedes!, ¡ayúdame! en este momento de dolor”.
Nuestro
Padre te dice: “Recuerda hijo mío: ¡no hay dolor! Lo que Yo te entregué es
para que en cualquier Dimensión lo vivas abiertamente; ¡lo entregues a cada uno
de tus hermanos!, ¡y con esa Vibración!, ¡con esa Energía infinita! abrirás -amado
hermano- Dimensión tras Dimensión”.
Nuestro
Padre, mi Padre prometió; si aquí te están hablando de que estás entrando a la Dimensión,
que la Cuarta, que la Quinta, ¿quién pudiera entender? Yo te digo, porque la
promesa ¡es de Él!, ¡de Nuestro Padre!; ¡que mucho más allá! Y no me cansaré de
repetirte que ni la Novena ni la Décima, sino ¡mucho más!
Nuestro
Padre -¡a ti! que te has elegido- te quiere nuevamente entregar; que recuerdes;
que camines en ella. Ahí es donde entenderás completamente -amado hermano- de
aquello de lo que tanto se ha hablado, ¡ahh!, el abrir la Consciencia es por ti
y para ti y en la resonancia que lleva; así como se ha ido elevando en la Melodía
Sagrada todo aquello que al serte compartido ¡y de lo que tanto te hablara!, ha
empezado a suceder.
Y
estoy aquí con los brazos abiertos para compartir, pero también -en el nombre
de mi Padre tan amado- cada vez que estés en esos momentos de regocijo, de
entrega, en ese Gran Coloquio Amoroso con Nuestro Padre, -si tú así lo deseas-
también tu hermana contigo estará compartiendo, haciéndote sentir y hablándote
de toda la grandeza de Nuestro Padre; aquella que tú dejaste, pero que
esperando por ti está.
Así
es como abrirás Dimensión tras Dimensión. Así es como llegarás en ese infinito
amor ¡al hogar!; ese
hogar que esperando por ti está, y que cada uno de ustedes en algún momento
dejó. Pero quiero decirte -hermano- que tan sólo ha sido ¡un momento!
Ya no
pienses ni digas, porque entonces así lo vives, ¡y todo lo que traspira lo
creas! Recuerda que también te he dicho: “Todo lo que crees lo creas”, ¡y
más hoy!, ¡porque está! tu Ser infinito llamando incesantemente, ¡deseando
fluir!, ¡y algunos lo han hecho inconscientemente!; que al desear algo lo
atraen hacia sí.
Es
por eso que también te digo que es muy importante que sea en amor, ¡en Gran Amor!,
porque los discos flotantes que Nuestro Padre envío están emanando para todos
ustedes ¡aquello! que al seguirse preparando les está avisando que están a
punto, y algunos ¡ya! de vivirlo ¡están viviendo! todo aquello que de su
promesa estuviste escuchando. Ya -amados hermanos- lo están recibiendo.
Por
eso te pido estar atento y alerta; para que cuando tu templo -al sentir ¡toda
esa potencia! de amor incesante- ¡tú! tomes en cuenta y que comiences a
valorarte; a saber nuevamente ¡quién eres!, a entender que en esa grandeza
que te entrega Nuestro Padre, estaba caminando inmersa ¡la pequeñez! que tú
pensabas que en ti estaba.
Así
es hermano. ¡Eres tanto! ¡Eres infinitamente grande! ¡Eres ilimitadamente sabio!, porque esa sabiduría te la entregó Nuestro
Padre, ¡y en la creatividad! que cada uno de ustedes ya está viviendo, que
tiene y tendrá. ¡Ya te lo dije hace un momento!, al estar hablando a través de
mi templo. En este instante ¡soy yo! ¡Te invito hermano! ¡Hazlo! Haz la prueba
y sabrás que no te miento; que tu hermana que te ha venido a hablar, vengo en
el nombre ¡tan amado! de Nuestro Padre.
En
cada uno de ustedes tuvo a bien y está colocado de la Energía Sagrada, ¡esa Célula
bendita! que cuando tú en este proceso tu alma ya se encuentre lista, ¡abrirá!
¡Se
ha hecho un Gran Consenso! -amado hermano- y todo ha sido maravilloso, porque
para ti tiene algo grandioso, y es de Nuestro Padre. Porque también he de
recordarte que El se hará presente; ¡que va a hablarte! ¡Lo vivirás!, y eso
será cuando ¡tú! al prepararte en esta Consciencia ¡que más que Crística!, y la
que hoy por hoy dicen que están viviendo: ¡la Cósmica! Yo te digo hermano, que Nuestro
Padre te estará entregando la Consciencia Universal, del Gran Universo de Universos
donde El se encuentra, ¡donde El está!
Es
una gran, ¡Gran Promesa que se cumplirá! en todo aquel, aquella que tenga a
bien -en su nombre- seguir adelante en este caminar.
De
todos los Evangelios en los cuales -y te lo digo a ti hermana- que has leído;
lo que has escuchado; lo que has compartido; lo que por ti dices que está bien
sabido; yo te digo que hay partes tan importantes que han ocultado, y de los
“Evangelios Apócrifos” -porque así los han llamado- ahí es donde se encuentra
la Gran Sabiduría que Nuestro Padre entregó ¡en cada día! Aquellos de mis
hermanos que “Profetas” ustedes, cada uno los llamó; ahí es donde toda la
verdad infinita para ustedes ¡ya se va aclarar!, y aquel que así lo entienda,
aquel que esté dispuesto entenderá que la encomienda de Nuestro Padre para
nosotros -al con ustedes estar- es así.
¡Déjense
guiar! Sientan en su corazón y reciban de su hermana ¡que tanto los ama! -¡Alexa!-
en infinito amor, ¡la Llama Violeta! que los envuelva; ¡que transmute! todo
aquello que había hecho que su alma permaneciera ciega.
Hoy, con
esos ojos del Ser infinito en ustedes -al estar abiertos- sabrán todo lo
bendito que de Nuestro Padre siempre han tenido, y que también el perdón; el
perdón que ustedes vivan y sientan para ustedes mismos, y luego lo entreguen a
todos sus hermanos, unirán esos abismos que habían creado, para unificar y
seguir el caminar; todos recibiendo, escuchando y sintiendo -de Nuestro Padre
tan amado- toda su grandeza. Y el tiempo tan esperado, tan anhelado es hoy, aquí,
con ustedes en esta bendita Estrella. Por eso hemos venido a acompañarlos.
Hoy más
que nunca que nos están permitiendo, alzaremos nuestra voz ¡en infinito amor!, para
que ustedes escuchen y sepan ¡que ésta sólo es la preparación! para el Gran Momento
en el cual Nuestro Padre ante ustedes se estará mostrando, y todo lo que
escuchen para empezar a caminar en lo perfecto, en esa perfección; porque
hermanos, Nuestro Padre está deseando que logre cada uno de ustedes esa Gran
Maestría, que sólo viene de Él.
Es
por eso que les digo que no somos para ustedes sus Maestros: somos sus hermanos.
¡Llámenos “hermanos”!, hermanos infinitos. En el Gran Corazón de Corazones
estamos unidos, y ese día ¡ya llegó!, para ustedes amados, ¡para ustedes!
Es
por eso que también deseo entregar la Antorcha Bendita de la Libertad; esa
libertad verdadera; la que Nuestro Padre desea entregar y que no cualquiera la
entenderá; sólo aquel, aquella, que al empezar a expandir la Consciencia ¡sabrá!
que la Gran Inteligencia ¡es la sabiduría nata! que viene de Nuestro Padre; que
ya no escucharán a la razón, o que en esa preparación harán que ella se una al
sentir; que sea el corazón el que en cada uno de ustedes hable y que en su
vivir lo muestren así, en Gran Amor y en una humildad que sólo lo entiende aquél
¡que sabe! que la grandeza que empieza a mostrar viene de Él, ¡de Nuestro Padre!,
de nadie más, y que eso permitirá que abran paso a paso, Dimensión tras Dimensión,
y en cada trazo también se encontrarán inmersos en cada ecuación, en la Geometría
Sagrada, ¡que mucho dice!, pero que pocos entienden y por ellos es tan
hablada. Hoy por hoy ¡la entenderán a plena consciencia!; ¡pero la perfecta!,
de la que -en el nombre de Nuestro Padre- con ustedes ¡hoy! habló su hermana ¡Alexa!,
amados hermanos.
Julio
3, 2019
Ángel
Ráh.
Y
siendo así, con la brevedad, haciendo una amorosa sinopsis ¡de todo! lo que
para ustedes ya está; pero al irlo reflexionando, evocando paso a paso todo lo
que han estado viviendo; lo que hasta hoy algunos lo han estado haciendo; han
evaluado su hacer en este momento, en este tiempo, y dicen: “¡Esto es! -Padre-
lo que he logrado”.
Mas
yo les digo -amados hermanos- ¡que hay mucho más!; que para ti se ha abierto
¡esa Gran Puerta!; que no hay final; que tú -al trasponer- entonces compartirás
con todos aquellos que llamas “Maestros”; que bien lo ha dicho la
hermana que a ustedes les habla: son para ustedes ¡sus hermanos!
Eso
es lo que también he venido a hacer énfasis. ¡Así! para ustedes soy, y me llamo
“¡su hermano!”, y de toda la sabiduría que El entregó, lo que a mí corresponde
para ustedes en este tiempo tan grande y valioso, de verdad ¡agradezcan que
están hoy aquí! -hermanos- por todo lo que van a vivir.
Por
eso también se les dijo -y en este caso su hermano- que de la Consciencia Cósmica
se estaría hablando; ¡el inmenso Cosmos que para ustedes ha estado entregando! ¡Todos
por igual lo han estado recibiendo! Algunos -con ello- han estado reconociendo,
recordando y entendiendo, aquellos a ustedes, ¡esos! que lo han venido haciendo
y que han seguido su preparación.
Para
ustedes -hermanos- es el Gran Momento de la unión; ¡la unión con su parte
divina y sagrada! ¡Esa!,
¡tan buscada! ¡Esa! tan anhelada. ¿Y saben?: ¡El!, “Quien todo lo puede”, el Padre,
será quien entregue a ustedes lo que llamen “la cereza del pastel”.
¡Ustedes
llegarán! ¡Ustedes lo harán! en esa plena y decisión ¡total!, con la certeza de
que saben quiénes son y que están hechos de ese ¡Gran Amor! que El les dio. ¡Esa
chispa cada vez más se estará elevando!, y en ese Gran Fuego que -como lo han
dicho- ¡tan sagrado!, que envuelve ¡pero no quema!; que siente y que ni aún
la situación más extrema ¡hará que tú desistas! ¡Tú estarás firme!, porque ya
te has dado cuenta quién eres, y que de los dones que El ha entregado en cada
uno de ustedes -hermanos- de los que aquí se encuentran, yo les digo: ¿qué
esperan para vivirlos?
Hay
quienes ya lo han recibido, ¡pero muy importante!, es por eso que la hermana
aquí está, para también amorosamente recordarles ¡que todo en amor!, ¡pero
en Gran Humildad!, sabiendo que es el Padre quien lo hace, a través de cada
individualidad.
¡Es
así, hermanos!, como es, como ha sido y será, y aquel que lo entienda y lo
viva será quien abra ¡la puerta! para recibir y compartir ¡todo!, también con nosotros,
y seguir ahí; que no digo que es la meta porque hay ¡mucho más!, pero hermanos;
la Gran Oportunidad de pasar cada Dimensión. En ese infinito amor ¿quién? ¡Todos
están llamados!, pero ¿quién la vivirá?
Al
estar involucrados ¿qué es lo que nosotros hemos hecho? Como esto: venir y de
ello hablarlo; hacerte sentir, porque en el momento justo en que tú lo estás
escuchando también estás recibiendo, en la “Ciencia de la Palabra Hablada”, porque
ya llegó el momento y también será accionada.
¡Tú!
-hermano, hermana- lo vivirás y sabrás con certeza, porque ¡al recordar la
grandeza! que de Él tienes, eso es lo que harás: vivirlo y compartirlo. La
transición ya empezó y la están viviendo en inmenso amor.
¿Quién
de ustedes tiene idea de lo que han logrado?, porque a la par como han unido
sus decretos, “oraciones” -como así les llaman- pero que en Gran Amor ¡y a Él!
han elevado. Hermanos; ¡sí!, se dice que la Ascensión de esta Gran Estrella -con
ustedes en unión- todos ustedes que agradecidos sabemos que están, porque
también en el Núcleo Sagrado de quien llaman “la Madre Gaia”, que a todos ustedes
ha abrazado y les ha entregado todo, todo lo que han recibido para seguir
adelante, es bien sabido que así es.
Hoy
por hoy todo ello se verá unido a lo que el Cosmos para ustedes hará llegar. Y ¿quién
será ese punto importante que todo ello unirá? ¡Ustedes hermanos!, cada uno de
ustedes. Y aquel que así lo entienda será -tal como El lo ha dicho- “Aquél que
todo lo puede”: “Serán esos Pilares de Luz que todo van a iluminar”.
¿Que
cómo se ilumina un Ser humano que aquí camina? Cada uno de ustedes, saben -hermanos-
que el templo que están ocupando ¡está compuesto de esa Gran Energía!, ¡Energía!
que desde el Infinito está llegando; ¡Energía grandiosa! que ha unido pieza por
pieza y que es ¡tan gloriosa! En ustedes todo ello empieza y así es como lo
harán: viviendo y sabiendo que -en Gran Amor- en esta lucha triunfarán. ¡Vencedores
resultarán!
Y yo
les digo que todo aquello de lo que se habló; ¡la hermana les dijo claramente!
que en algún momento alguien había dicho que: “nada era congruente, porque de
todo lo que se hablaba, ¡nada! o muy poco se mostraba”. Lo que no han
entendido algunos todavía ¡es! que ella está aquí para hablar y luego compartir,
¡pero para ayudarte a despertar!
¡Sí
hermano!, porque todo aquello que tú ¡tanto has estado esperando! y que has
anhelado, ¡sí!, hay parte que también es muy importante que te será mostrado,
pero ¿quién tú crees que será quien lo haga?, y estará compartiendo, al estar
recordando y despertando a través del tiempo: ¡serás tú!, ¡sólo tú! quien
empezará a sentir y vivir y compartir ¡toda esa grandeza! Pero esa fuerza viene
de Él, y eso lo que nosotros deseamos que también ustedes vengan a entender.
Porque
si no ¿qué caso tendría? que cada vez que se les llama -y que se les agradece
que cada uno de ustedes acudiría- y están aquí, al elevar lo que llaman esa “Gran
Invocación” y repetir constantemente que el Propósito Sagrado ¡en ustedes! ya
empiece -y quiero decirles que ya ha empezado- y repetir también: “Aquel
propósito que los Maestros ¡conocen y sirven!” ¡Entiende que en esas palabras!
lo que te dice ¡es! que al saber de la grandeza en la que ya están viviendo,
esa Gran Perfección, ¡saben! a ciencia cierta de quién está viniendo, y
amorosamente a Él y por Él, para ustedes le estamos sirviendo.
Amados
hermanos; aquel que lo haya entendido ya está en el camino para dejar de
hacerse llamar “Humano”.
Son ¡más que ello! Son -como la hermana les ha repetido- ¡Seres tan grandes y
maravillosos que ya han empezado a abrir sus alas! y elevar ¡con tanto gozo!,
agradeciendo ¡todo! lo que en ustedes está.
Hermanos;
es el Gran Momento, y su hermano que les habla también ya empezó; está y estará
¡cumpliendo! todo lo que se les ha estado prometiendo. Lo vivirá quien al
estarse preparando. ¿Y quién ha entendido? que la preparación que El ha
pedido ¡es!: vivir, sentir, compartir y entregar ¡ese Gran Amor que El nos da!
¡Sabemos!
que fácil no ha sido; pero también les pedimos que sientan y sepan que con ustedes
les acompañamos en este camino, y ustedes son los que harán que cada vez sea ¡más
fuerte!, ¡más cercana!, hasta que en esta Dimensión hagan ustedes esa Gran Creación:
que permitan, vean y escuchen a sus hermanos, que estamos aquí en el nombre de “El
Yo Soy”.
Hermanos;
de verdad que es así. Es el Gran Momento y la preparación que El ha estado
pidiendo seguirá, para que ustedes al sentir y vivir en este Despertar,
empiecen ya la preparación ¡que El y sólo El les dará! ¡Y es así!, siempre ha
sido y volverá a ser.
¿Quién
de ustedes ha leído? lo que en el Evangelio Apócrifo que ya por la hermana hace
un momento a ustedes fue compartido. ¡Saben ustedes! que desde el inicio, ¿quién?,
¿quién? -de verdad- ha sentido y ha buscado. De aquí puedo decir que sólo uno o
dos han leído el Libro Sagrado ¡que Enoch! para ustedes dejó y ha compartido. ¡Él
que de todo ello habló!, ¡porque “El Todopoderoso” lo llamó!
De
él que se dice que “muerte no conoció”, ¡y ese es el deseo de Él para con todos
ustedes! ¡Que sea así! ¡Que lo vivan! ¡Que lo transpiren! ¡Que lo sientan! Que
sea su Ser -al reconocer- el que se manifieste a través de la vestidura que han
venido a ocupar.
Hermanos;
cuando eso suceda entonces ¡más abiertamente! su hermano de todo ello les va a
hablar. Y lo digo con toda claridad ¡y con Gran Amor!, porque él al hablar -y
nuevamente les estoy hablando de Enoch- en todo lo que “El Yo Soy” le quiso
mostrar; lo que vio y dijo: “En un tiempo ¡que falta tanto y sucederá!, ¡esto
es lo que vivirán”. ¡A esto es a lo que se refirió!, y es ¡hoy!; ¡lo están viviendo!
Y “El
que todo lo puede” se está complaciendo en decirles: “En todo este cambio, en
este resurgimiento, reconstrucción para que mis hijos vivan en Gran Amor y
unión, también nuevamente “El Yo Soy” ante ustedes se estará mostrando”.
¡Es!
el Gran Momento en el cual cada uno está caminando, y entonces les voy a
mostrar ¡todo! lo que el Cosmos tiene y les va a entregar.
¡La
hermana también les habló de que “fractal por fractal”!; que es lo mismo lo que
¡allá!, ¡en lo alto! -que ustedes piensan que tan lejano está- aquí se está
viviendo. ¡Claro que tú!, en tu interior, ¡ese Universo que está en ti!, ¡que
ya no sea adverso!; ¡que sienta y viva para poder unir el Macrocosmos! con el Microcosmos
que en cada uno de ustedes está.
Es lo
mismo -amados hermanos- lo que tú sientes, deseas y pides ¡para ti llegará! ¡Por
eso me uno! a la petición de mi hermana: ¡hazlo todo en amor! ¡Vive en amor!
¡Siente en amor! ¡Sé congruente! para que lo lleves a la acción, y entonces ¡ahí
es donde se estará creando ese Puente! del cual ella ¡tanto les habló!; el Puente
Sagrado que estará uniendo lo espiritual, lo sagrado con lo humano.
Este
es el tiempo hermanos. ¡Este es el tiempo! y por ello, como lo ha dicho ¡no
sólo ella!, ¡hay más! Y como lo dice y lo repite con tanta complacencia: “¡Bendito
el Padre!, porque ¡no sólo yo! estoy aquí. Somos ¡tantos! que hemos venido a
hablarte de Él; ¡lo que el devenir tiene para ti!; ¡el resurgimiento absoluto
del ángel glorioso y tan hermoso! por dentro y por fuera ¡que eres tú!”
Hermano;
yo te digo que más pronto de lo que tú piensas todo esto lo estarás viviendo, ¡y estas palabras estarás recordando!
¡Y preguntarás!: “¿Quién? ¿Quién de esto habló?” Ya te lo he dicho que soy: ¡Ángel
Ráh! ¡Nombre terrenal! Aquel que ha tenido a bien en su preparación ir elevando
la Consciencia, ¡sabe! quién -en el nombre de “El Todopoderoso”- quién yo soy,
y para compartir y acompañarte en este Gran Momento que para ti será ¡tan
hermoso! estoy aquí.
Hermano;
dejo aquí esta Gran Energía; la que con Gran Amor te entrego, ¡y que cada día
te ayude! a abrir nuevamente lo que llaman “Consciencia”, para que el Subconsciente
en ti se haga presente, y paso a paso te diga quién tú eres, para que empieces y sigas tu caminar
en ese Puente ¡tan sagrado! mediante el cual ¡no sólo yo!, también mi hermana y
por quienes venimos acompañados, en la Jerarquía Sagrada el círculo amoroso que
se ha creado, para ustedes hermanos. ¡Sientan el Gran Amor que les entregamos!
Y
dejo en ustedes esa Vibración; que cada día se eleve ¡tanto y tanto! para que
haga implosión en tu interior, y empieces a vivir y expandir ¡todo! lo que “El
Yo Soy” te dio.
Que
yo soy: ¡Ángel Ráh! ¡Nombre terrenal!
Julio
3, 2019
Alexa
(2).
Siempre
cuando tú -amado hermano- empieces a vivir ese momento tan hermoso, y es el
inicio de vivir en todo lo sagrado; cuando permites que en tu templo recibas y vivas
y compartas.
¡Es
un gran acontecimiento!, porque es también nuevamente y entendiendo el porqué
al estar aquí y caminar con cada uno de ustedes, y comprobar que lo que han
venido a experimentar, mucho de ello ha hecho que algunos se entreguen a dudas,
otros detengan su caminar, ¡pero solamente es una pausa que han hecho!, porque
mi Padre lo ha dicho claramente: “¡Yo! siempre los he esperado ¡y sé que a mí
llegarán!, y para que ello lo vivan y para todos sea tan claro ¡tengo la Eternidad!”
Pero hoy estamos viviendo esa gran oportunidad.
Amados
hermanos; sigamos adelante, que Nuestro Padre nos va a inspirar; empezar a
verlo todo con Gran Claridad, para saber de qué manera y cómo seguir en este Plano
terrenal, sabiendo que el Gran Momento esperando por nosotros está.
Julio
3, 2019
Saint
Germain.
Y es
por ello, ¡amados!, ¡amadísimos hermanos!, que para finalizar este Gran Momento,
este día que ustedes -y eso lo agradezco- se han querido reunir para escuchar; escuchar
las palabras de mi hermana tan amada que para ustedes está.
Y he aquí
que les digo, amados hermanos: ¡hay grandes acontecimientos que por ustedes
están esperando!; aquellos que se han elegido y que me han dicho: “¡Aquí estoy!
¡Deseo acompañarte en esa Gran Travesía Amorosa!”
No
olviden -amados hermanos- ¡que este es el tiempo que a mí!, ¡a su hermano!, por
Nuestro Padre ha sido entregado, y que mi amado hermano a quien llaman “Sananda”
me está acompañando. ¡Él!
que vino a abrir el camino, para que cada uno de ustedes supiera y sintiera -en
infinito amor- ¡qué es! lo que ante esta batalla del gran contrincante que
somos y que han sido cada uno de ustedes con ustedes mismos, así como su hermano
la vivió, así como gloriosamente -con la asistencia de mi Padre y de mis
hermanos- lo venció. ¡Por eso aquí estoy!
Y con
gran gozo pidiendo y haciendo -amados hermanos- a cada uno de ustedes ¡reiterando
esa petición!: ¡acompáñenme! ¡Los necesito!, porque todo esto que están
sintiendo, que lo compartan y hablen ¡a cada uno de nuestros hermanos que se
estén acercando! De todo lo que están sintiendo, ¡sepan que es! la
apertura de esa grandeza que hay en su corazón.
Es el
tiempo glorioso en que la Era Dorada, es por eso que les insisto que va a estar
matizada ¡con la Llama Violeta! que mi hermana les entrega, y que también -en el
nombre de “El Yo Soy”- su hermano a ustedes -en infinito amor- ¡siempre!, ¡siempre!,
les hace presente; que la sientan y la vivan; ¡que transmuten todo aquello!
de lo que la ilusión y la negatividad pretende que reciban.
Cada
día ¡hagan el Llamado!, que también su hermano está ¡presto e instantáneo para
asistirles! en esos grandes momentos en que el corazón de Nuestro Padre por
ustedes sea invocado.
Aquí estamos,
¡hoy por hoy con más fuerza!, porque -amados hermanos- ya lo dijo Nuestro Padre:
“¡Ante ustedes nos haremos presentes! ¡Que nunca!, ¡nunca hemos estado
ausentes!” Pero así será, ¡y los necesito!, para que al seguir adelante
logremos llegar y compartir la gloria que Nuestro Padre -desde donde se
encuentra- para ustedes tiene ¡y que les mostrará!
¡Es
una gran alegría la que siento! Todo lo que al inicio, recuerden que también su
hermano se los dijo, cuando retomamos en esta encarnación de algunos de ustedes;
les dije a ustedes hermanos: “¡No es la primera vez! ¡Ya lo recordarán! y empezarán
a reconocer cómo su hermano con ustedes ha estado y está”. Que de esto que les
estoy hablando ¡es para empezar a recorrer el velo del olvido! que al llegar aquí
cada uno había recibido.
¡Es
el Gran Momento, amados hermanos!, para que ustedes ¡vivan de la Gracia Divina!
que el Padre desea estarles entregando. Y ¿quién logrará?, porque así será: habrá
quien logre ¡esa Gran Maestría!
Es
por eso que siento este gran regocijo; porque ¡ésta Era de Amor será mucho
más dorada que la anterior!; que desde la primera que se vivió, ¡tantas cosas
tan importantes! tuvieron mis Hermanos Atlantes.
¡Pero
yo les digo!; hoy aquí, aquel, aquella que se ha preparado ¡y que pidió
estar en este tiempo tan amado!, ¡tan anhelado por tantos y tantos de mis
hermanos!, aquí, al recibir estarán mostrando. ¡Oh de mí!, que esto -cuando
lo vivan- se estarán acordando.
Hermanos;
¡la Gran Era de Acuario!, ¡la Era Gloriosa! que para ustedes empezará a mostrar
con tintes gloriosos en esa tonalidad: ¡el violeta!, que al unísono no sólo
para ustedes, sino ¡para todos! los que aquí caminan empezará a enviar y al
mismo tiempo ¡a transmutar! todo: la densidad, la inarmonía, la negatividad. ¡Ya
lo verán!
Cada
vez que vean -se los dije una vez y hoy nuevamente así va a ser- ¡y no
confundan! ese amoroso color; porque la amatista y lo que llaman “cuarzo” -al
entregar- ¡es mucho lo que al emanar! a ustedes va a llegar ¡directamente a su
interior!
Ahora
se teñirán sus amaneceres y sus atardeceres amorosamente, ¡y entiéndanlo así!; ¡no
será solamente para alegrar la vista!, ¡cada ojo terrenal!; será también para
entregar lo que de Nuestro Padre viene y lo que su hermano para ustedes quiere entregar,
y mi amada hermana ¡que conmigo está!, que acompañándolos. Miren que en ese caminar verán ¡mucho!
de lo que Nuestro Padre ha tenido a bien preparar. No se sorprendan de lo que
vivirán.
¡Y
nuevamente hago este Gran Llamado!, porque todo así estará iniciando, y de la Alquimia
Sagrada que me estuvo entregando, ¡en cada tonalidad! de cada amanecer y de
cada atardecer, desde el Cosmos Sagrado estaré ¡envolviendo! -en el nombre de Nuestro
Padre tan amado- ¡para que todos ustedes estén recibiendo! ¡Porque es! -amados
hermanos- en esta Era de Amor, la llegada de la Séptima Raza Sagrada. Ya verán
de qué manera ¡todo para ustedes! Nuestro Padre preparó.
¡Es
por eso que nuevamente hago la petición!: ¡acompáñenme hermanos!, que para ustedes
-en Gran Amor- ¡vamos a mostrarnos! ¡Muéstrense a ustedes mismos! que al
elegirse para volver hacia Nuestro Padre ¡no habrá nada que desvié el camino!
para vivir en esa ¡total y constante -con “El Yo Soy”- conexión!, ¡con Nuestro Padre!
Que también su hermano -amados- ¡claro que sí!, les estaré compartiendo, y de
qué manera me sucedió a mí.
Amados;
para ustedes de la petición que se hizo y que se ha logrado, no tendrán que vivir
lo mismo; pero eso sí, en esa Naturaleza Divina ¡que está en ti!, permitir e invocar
que cada día la puedas sentir para acelerar tu Despertar, porque luego,
entonces el turno me toca a mí, para mostrarles y compartirles de qué manera
podrán lograrlo ¡aquellos! que invoquen y pidan la asistencia de su hermano, en
el nombre de “El Yo Soy”, de Nuestro Padre.
Hermanos;
¡prepárense a vivir grandes cosas! Ni lo que ustedes podrían haber imaginado. ¡Más
allá de los límites que les habían impuesto!, ¡más allá hay más!, está ¡todo lo
sagrado!, que ustedes -al abrir la puerta de su corazón- estarán aceptando ¡y
les será entregado!
Y no
olviden que ¡Saint Germain! con ustedes está, amados, ¡amadísimos hermanos! Y
entrego la Llama Violeta, la Gran Amatista. ¡Que cada uno de ustedes sienta
cómo los envuelve!, ¡cómo los abraza!, y cada vez, cada vez más, cuando empiece
a mostrarles -en el nombre de Nuestro Padre- ya no tan sólo de manera individual,
a través también de esta hermosa Estrella en la que ustedes están.
¡Es
el Gran Momento Sagrado! para que la elevación, la iluminación, la liberación de
todos ustedes -hermanos- se vea y se esté mostrando.
Y con
ustedes estoy. Que yo soy ¡Saint Germain!, en Gran Amor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario