25 de abril de 2015

Canalización del 22 de Abril de 2015.

22 de Abril de 2015.

Zetah.


Y es imperativo, que hoy -hermano- hable contigo. E iniciando, empezando, agradeciendo todo lo que ustedes -a nosotros- cómo nos han estado acompañando.

He pedido ser yo quien empiece hoy, porque lo que he de decirte, en tu preparación mucho en ti -ya que al decidirte- cambiará en el plan que tú -en lo terrenal- habías programado.

Que mira quien te está hablando; soy tu hermano, que siempre te ha estado acompañando. Toda esta sensación que se te ha dado, ¡no!, no es porque esté hablando yo. ¡Tú sabes que desde que todo esto en ella ha nuevamente mostrado, viene del “Yo Soy”!

Te lo digo porque -después de todo esto- hasta hoy lo que ha dicho -ustedes lo han visto- ha sido cierto, porque la verdad, la que Él -que todo lo puede- nos da. Yo -tu hermano- que la he venido a acompañar, es importante que esto ustedes tengan que escuchar: La atmosfera, se les dijo que iba a cambiar. Viene con toda la fuerza y ¡ay de aquél! que al no entender lo que muestra, es sólo para su placer, tan ilusorio como entendiendo, pensando: “si aquí todo es tan transitorio… ¿Qué puede afectar?”

Mas yo te digo, en el nombre de Él también vengo a guiar, por eso insisto; de todo lo que se les ha venido a hablar, recuerden que tu hermano Zetha les dijo que “mi misión acaba de iniciar”. Entonces, por eso hablando todo esto, escuchándome estás.

Te repito: La atmósfera -de todo lo que se verá- nosotros te pedimos -hermano- que en ti temor no haya ya, porque lo que muchos dirán que explicación no la tendrá, a ustedes -que escuchando la inspiración y la guía de “El que todo lo puede” están- lo han podido comprobar, de lo que ha estado llegando y cómo aquí -en ti- todo ha estado cambiando.

Nosotros -que los amamos- de ello les hemos hablado ya, con antelación, anticipación. Por ello, aquél que se eligió y que empezará a cumplir su misión, yo te digo hermano; en estos días ¡que no aciagos!, insisto en ello: Todo tiene un por qué. Y yo: Tu hermano Zetah, en el nombre de Él los guiaré. De ello hablaré.

Lo que se estará presentando, que algunos pensarán: “¡Llegó como un rayo!”, necesario es, porque en lo que nosotros -que te acompañamos- todo aquello que intenta al que se ha elegido hacerle daño, hemos de disiparlo, de no alejarlo, porque con la fuerza de la energía y la gravedad -que se les dijo cambiaría- lo que ustedes sintiendo están, cada vez más fuerte será.

Es por ello, porque aquél que ha decidido vivir y sentir de Él -como te han dicho- todo lo bello, no hemos de permitir que nada, ni nadie, lo aleje de Él. Y para resumir; todo aquél que ha pretendido fingir, quedará ¡muy claro!, en la grandeza de Él, quién, quién en verdad, se guía en el camino de la verdad.

¡No olviden! Nosotros con ustedes caminando, mas lo haremos como siempre ha sido; con aquél, aquella, que ha elevado en armonía y encontrado en su Ser -en esa unión- la sintonía. Entonces, lo que sucederá será, que empieza la cosecha prometida. ¡Ha llegado ese día!

Que yo soy Zetah. Acompañando eternamente y guiando a ustedes con todo lo que viene de la Fuente. Dimensión abierta. Estará ahí llevándolos, sólo a aquél que en su preparación a “El que todo lo puede” le ha sido fiel.

Agradezco haberme permitido decir ¡todo esto!

Lo que ustedes verán… necesario será, porque aquí -en lo terrenal- ya la mentira, la ilusión, no tiene cabida.



22 de Abril de 2015.

Aleshia (1).


¡Nada!, nada de la luz de mi Padre será opacada, porque tan virginal, ¡transparente!, así como se te ha dicho: “¡y serás de cristal!” Porque al llegar todo de la Fuente -hermano- tú que empiezas a recordar, entonces, entonces, ahora en el aquí, irás con mis Maestros de la mano, ¡con mis hermanos!, que ahora también ¡más te estarán hablando!

Que mira que no sólo palabras han sido; ¡todo lo que se te ha dicho!, en acción verás todo lo prometido. Entonces, entonces, no habrá en ti remanente. ¡Nada que pretenda detener!, para que tú -al recibir de la Fuente gloriosa de mi Padre- vas a mostrar el Nuevo Vivir; verdadero. Y digo “Nuevo”, porque tú -al sentirlo- dirás: “Esto, que no había sentido ¡quiero vivirlo! -Padre mío- para volver contigo”.

La verdad es que el recordar, ¡saber que vienes de Él! y lo que Nuestro Padre a todos nos da. ¡Y mira! ¡Qué necesidad, que nuevamente a través de mi cuerpo terrenal, tendría que hablar y mostrarte todo lo que viene de la Fuente! ¡Y sí!, para que en ese caminar, ¡tantas cosas! -al vivir- también intentaras. Y querías dudar, pensando: “Mi hermana, ¿de dónde?, para memorizar ¡todo lo que habla! ¿Qué es lo que lee?”

Yo te digo; cuando en el gran juramento has decidido estar siempre bajo su abrigo, ¡sentir ese gran amor!, ¡el verdadero existir!, siempre irá prevaleciendo. ¡Qué importa lugar!, ¡tiempo!, donde tú te estés deteniendo. ¡Hacer un alto!, con infinito amor, porque Él -Nuestro Padre- ¡que a todos nos creó!, te lo está pidiendo.

Y tú te dices, desde lo más profundo de tu corazón, la esencia ¡sagrada!, que -al sentirla- es tu deseo y cada vez más fuertemente sea reanimada. “Padre, si tanto me has entregado, si eternamente me sigues hablando, ¿cómo no hacerlo?” Si todo esto que siento ¡es tan grande!, que ni todo lo que ustedes llaman “firmamento”, ¡el Cosmos!, el verlo, vivirlo, sentirlo. Lo único que quiero, es con ustedes compartirlo.

Y te diré; ¡que el gran cambio, que se está mostrando! ¡También yo!, tu hermana, te mostraré que todo lo que viene de Él, aquí, donde Él me pida, lo que te daré es sólo… una pequeña muestra, de lo que es la verdadera vida; ¡la eterna!, que es ¡tan plena! Hermano, ¡no hay saciedad!, porque cuando tu caminar -en Él y con Él- está, tú has de mostrar y de su amor hablar; ¡no sólo aquí!, todo es multidimensional.

Ahora, así es como lo verás. Primero mi templo lo resentirá, mas -poco a poco- como en éste instante, en el cual su deseo es abandonarse. El mío -en unión- para poder mostrarte, todo lo que es. Mira, te han hablado de la transfiguración. Yo te digo; es sólo una acción de lo que mi Padre -a su hijo- le entrega, con infinito amor.

El cambio, que viene desde lo más profundo y se eleva para encontrar en esa unión ¡todo lo que viene de Alción!, es -tú lo habrás de llamar- “como un encantamiento total”. Pero mira, ¡mira!, lo que en ti verás cuando te entregues y llegues a esa comunión total; te habrás de elevar. Mi Padre, ¡Nuestro Padre!, esperando por ti está y en el ensamble de tu plano terrenal, con lo que nosotros -hasta ti- hemos traído.

Mira, aquél que se hace llamar “su hijo”, el gran resultado. Y no será porque lo hayas encontrado, será -hermano- porque has despertado.

Te habla tu hermana: ¡Aleshia!, quien contigo ha estado. Ahora te mostraré -en tu andar- lo que te daré, porque viene de mi Padre y yo -con infinito amor- entregándote estoy.

¡Gran expansión a mis hermanos que se hacen llamar “humanos”!

¡Lo dijo mi Maestro!: “El que tenga ojos que vea. El que tenga oídos que escuche y el que sienta en su corazón… que camine con su hermana ¡Aleshia de Shirón!”



¡Se ha roto la ilusión!

Aquél que hizo en su preparación ¡gran retrospección! Por eso mi presencia, mostrándote mi esencia.

Aquél de mis hermanos, de mis hermanas, que ha sido tocado; ¡Padre mío!, te agradezco por los que me estarán acompañando.

Ahora, mi templo -desde este momento- a todo lo que en tu nombre estaré mostrando, ¡ya en su totalidad!, porque más he de mostrar. Está despertando.

Mucho te has estado preguntando: ¿Por qué no he podido yo estar mostrando? No te confundas hermana; ya has estado empezando. Mi Padre complacido estará, por todo lo que empezarás.

¡No se ha equivocado! Cada uno de ustedes que aquí han estado, sabe, que el infinito amor que entregándoles estoy, es porque a través de cada uno, mi Padre ya -es su voluntad- lo que se hará, para su gloria, ¡grandeza total!, eterna. Nuevamente lo verán.

Y ya lo dijo nuestro Maestro: “Y todos dirán que viral será”. ¡El amor! y en gran atracción, en la Alquimia sagrada, ¡aquél!, que de sí ya ha hecho gran transmutación.

Mira; sólo te digo… lo que he entregado, aquél que lo ha visto y más aún; el que lo ha sentido -amado hermano- fuertemente el Dios Vivo, tal cual, como mi Maestro te lo había ofrecido. ¡Mis grandes Maestros!

¡Padre mío! Aquí estamos y en tu nombre ¡bendito!, con ellos caminamos.



22 de Abril de 2015.

Leutón.


Necesario es. ¡Y no lo diré sólo una vez!, porque todo lo que en ti está sucediendo -amado hermano- no pienses que -en ti- lo que llamas “vida” pudiera estarse extinguiendo. ¡No es así!

En éste cambio, porque en la rotación que ha hecho tu planeta ¡ya te lo dijimos!, lo que escuchaste y pensaste que fue la inversión, pero que sólo se hizo la completa unión.

Ahora, que en ellos está creciendo ¡tal atracción!, toda la densidad que se estuvo extinguiendo, la oscuridad también -por consecuencia- tenía que cambiar y la luz que ha venido a iluminar -porque ya se te dijo tiempo ha- que cada uno de ustedes era, lo que ustedes llaman “como un portal”, porque al abrir y abandonarse al sentir, entonces, te empezarías a iluminar.

Y tú te has de preguntar: ¿Así, tan simple? Hermano, yo te digo: ¿Cuánto has tenido, no tan sólo que luchar?, porque en esa batalla que contigo mismo tuviste que confrontar, ahora, escuchando estás de la gran transfiguración. ¿Y qué es lo que lo provoca? Lo que hay dentro de ti ¡energía pura! ¡El protón! Cuando tu pensamiento, sentimiento, en gran congruencia -y tú- al trabajarlo con toda la paciencia y con gran insistencia, ¡ya sin hacer resistencia!, a lo que “Aquél que te creó” te está enviando; entonces, entonces, lo que estás provocando ¡mira!, que nosotros también aquí te estemos hablando.

Y no sólo ello; se te ha dicho que lo que viene ¡es muy fuerte! ¡Y yo te digo todo lo que contiene! Ya no pienses que para ti es tu día de suerte. Es, simple y sencillamente lo que tú eres, cuando has escuchado que su presencia -que está en ti- te hace sentir toda la esencia y ésta al fluir… ¿No te has preguntado cuál es su procedencia? Polvo de estrellas, algunos lo han dicho. Yo te digo; tal vez no estén equivocados.

Pero también, ya de lo que tú -de nosotros- habrás de escuchar, ya no será un “tal vez”. ¡Ni tampoco un “quizá”! Directa, transparente y total, la verdad de Él, en gran sincronicidad la sentirás, la escucharás y la verás. Y nosotros te pedimos que -para eso- nosotros no fuimos los que te elegimos. ¡Fuiste tú!, que al abandonarte en el sentir y de la verdad de Él querer vivir, la quieras compartir.

Él lo dijo: “Deseo que mi hijo, aquél que hoy se ha elegido, vea en ustedes, que al seguir en el camino ¡ya no se pregunte!: ¿Qué sucederá conmigo?”

Luego, en señal tan fuerte y clara verán, que -al elegirte- lo que vivirás en tu despertar será, aquí, de Él su verdad. Entonces, con esa energía y en atracción -eso ya lo escuchaste un día- lo que en ti haría, toda esta vibración, es que nuevamente de cristal serías.

¡Silicio!, que nuevamente ha logrado. Por eso de Él, también estas palabras has escuchado: Que eres su diamante. Que al pulirte ¡todos lo verán tan brillante! Y te dijeron: “Para que eso suceda, el día no está tan distante”.

Ahora; hoy -otra vez- en la nueva ecuación ¡que será repetitiva!, porque ya lo dijo la hermana: “El tetraedro sagrado que se estaba formando, desde el Cosmos, a ti lo que está anunciando, es que en la Ley de Atracción, el que se preparó tendrá y habrá de acelerar su evolución”. Es de ello, de lo que te vengo a hablar. Que yo soy tu hermano Leutón.

¡Habrá un hecho muy singular y todos los hermanos lo sentirán! Y nosotros -que por ustedes estamos- así como hoy me estás escuchando hermano, habremos de decirles; por qué y para qué eso será. Es por ello que la hermana -el ritual- que al hacerlo y mostrara, en tu conciencia quedará y será ¡muy clara!

El saludo y el mudra que a ustedes entregó y que en el nombre de Él expandió, porque en esta atracción, lo que moverá y como lo dijo al que llaman “Maestro”: “¡Hará tal polución!”. Ya empezó. ¡Magnetismo!

En los cuatro puntos cardinales estamos nosotros, para que -al conformarse- las líneas, todas sean tan iguales, por lo que han de cubrir. ¡Tú lo sentirás así!

Que te lo dice tu hermano Leutón, que con gran afán y con infinito amor, con ellos y con ustedes estoy, en el nombre de Él. Aquél que no sólo a ti, ¡a nosotros también creó!



22 de Abril de 2015.

Aleshia (2).


Y todo esto -amado hermano- lo que está conformando, porque al gravitar, lo que de Nuestro Padre hasta ustedes está llegando es sin igual. ¡Es tan fuerte!, en la Ley de la Verdad.

Mira, ¡mi Padre te lo dijo! “Y la gravedad ha empezado a cambiar”. ¿Quién, que en su nombre y con gran amor se ha querido preparar, lo mostrará? ¿Quién, amado hermano?, como lo hizo mi amado Maestro en antaño, se empezará a elevar. Que su templo, tan sutil, ¡tan ligero! se verá.

Te prometo que lo verás, en el nombre de  mi Padre ¡tan amado!, porque es su voluntad. ¡Así será! Por ello te pido, te digo: ¿Estás preparado?

Todo lo que Él, como de tiempo en tiempo ha sido -a su amado hijo- no sólo lo que en él ha abierto, sino también los que en su nombre contigo estamos y te mostramos, para que tú al sentir, al ver, ¡también empieces a vivir, todo lo divino!

Éste instante -tú pensarás- “¡sólo ha venido a hablarme!” El momento ya está, en que se te va a mostrar, amado hermano.

Que yo soy ¡Aleshia! -tu hermana- que de Shirón, el gran proyecto, ya te habló.




22 de Abril de 2015.

Sananda.


Y yo te digo, en el nombre de mi Padre; en la gracia divina, también he de acompañarte.

Que mira, que en su bendito nombre, contigo estoy. Y en la enseñanza que has llevado, de lo que tú has escuchado; el “Yo Soy” ¡tan amado!

Gran corazón, el que te ha sido entregado -nuevamente- así como mi hermana, que hace un instante a ti te entregara corazón de diamante, aquél amado hermano.

Yo, en el nombre del “Yo Soy”, te estoy entregando: Fuego sagrado, dentro de ti. Será totalmente legado.

Y todo esto, porque el gran tiempo del todo, lo que mostrará -ya lo dijo la hermana- será sin igual.

A ti, a ti hermano, todo lo que hay en mí, con infinito amor y en el “Yo Soy”, verás lo que te he entregado.

Necesario ha sido, por lo que viene, ¡todo lo que contiene! A mis hermanos, aquellos que tan fielmente se han preparado.

Y todo, todo aquél que se eligió, en el nombre del “Yo Soy”, escuchará el llamado.

No tengas duda, ¡será dado! Y nosotros, ¡nosotros! -en el nombre de mi Padre- te iremos acompañando, con infinito amor.

Que yo soy ¡Sananda!

Tú verás y sentirás lo que en éste instante, con gran amor -y en el nombre de mi Padre- te doy.



22 de Abril de 2015.

Ángel Ráh.


¿Y qué es -te estás preguntando- lo que desde el mismo instante en que esto estuvo empezando, nos han estado entregando?

¡Hermano! ¿Y por qué no te preguntas? ¿Para qué? y ¿Cuándo? ¿Con quién -en el nombre de Él- lo estaré entregando? Pero he de aclararte ¡que aquél que ha sido fiel al entregarse! ¡Ese!, ese hermano, es el que empezará a mostrarse.

No hay ya ¡ni por un instante!, lugar, ni a la duda ni a la falsedad, porque todo lo que perdura, ¡así lo ha dicho y es de Él su voluntad! “Mi hijo, de mí lo tendrá”.

Y si tú te vas a preguntar: “Si yo me he entregado y he mostrado. Y he abierto el regalo que me ha sido dado”. ¡Sí, hermano! ¡Todo este tiempo que te hemos estado hablando! ¡Gran oportunidad a cada uno de ustedes! e insistiendo, se les estuvo hablando. Algunos ¡tan reacios! Otros -estando aquí- quisieron ir a buscar otros espacios. ¡Y no! ¡No te estoy juzgando! ¡Es que también se te dijo que ya directamente y de su verdad se te estaría hablando!

Que tú -al escuchar- ya no es momento, en tu pensamiento no hubiera confusión, ni dijeras: “¡Otra vez! Esto que me está diciendo, no sólo me causa malestar. ¡Si yo ya tomé la decisión y quiero seguir mi caminar!”

Nosotros, ¡todos los que hasta aquí hemos llegado!, porque ya es el momento que ustedes ¡tanto habían anhelado! A hacer interacción… ¡hemos empezado!

 Y ya lo dijo Él; “¡Aquél que te ha creado!”. Que vengo en su nombre y tanto te he insistido: ¡Vengo del Centro mismo!, donde se generó todo lo que es, lo que ha existido. ¡Eterno!, como Él.

Que no haya apariencia. De Él tenemos ¡toda su complacencia!, porque queremos ¡contigo hermano, siempre estar! En un principio guiando, para que luego tú -al recordar de todo lo vivido- ya nuevamente te estés recreando, ¡sabiendo que eso es lo que eternamente tú has sido!

De muchas maneras lo hemos dicho, en el advertido de que lo que ya viene, de cómo yo, ¡aquí!, te he de hablar. Pero que tú -al escuchar- lo tengas ¡bien entendido! Sin confundirte. ¡Tan claro! Que es la verdad ¡de Él, que es eterna! y que hoy aquí, nuevamente ¡para ti está!

Y dices: “¡Sí, una Nueva Era ha empezado! ¡Pero sólo es el principio! Para que se viva… ¡hacen falta tantos años!” Te hemos escuchado y sólo te digo: Si eso has pensado, amado hermano ¡sigues en lo mismo! Aquél, que dentro de sí, todo ese amor, ¡esa libertad!, el perdón, ha querido despertar, ¡entonces el Adam Kadmón se mostrará!

¡Te dije que de ello te hablaría! y a través de este templo ¡muchas cosas te mostraría! ¡Para nosotros no existe el tiempo! ¡Eso es lo que tú creaste!, en ésta ilusión que llamas “realidad”, para hacer tu evolución ¡tan lento!

¡Pero he de aclararte!, que vamos a mostrarte. Que ya fue el inicio y que lo que ustedes verán; tal como lo dijo aquél que llamas “Maestro”: ¡En ti también se mostrará! ¿Cuándo? ¡Tú lo decidirás!, pero hoy aquí -en tu tiempo- ¡lo verás! ¡Porque esa es la verdad que siempre ha estado!

Por eso… ¡tú ¿por qué crees que a través de este templo te estoy hablando?! ¡Y te he de decir, para que ninguna duda quede en ti! ¡Tan consciente está! ¡Y sabe!, porque lo ha sentido. No es la única a la que se le ha preparado, mas no tienen idea -amados hermanos- lo que les será mostrado.

¡Ya lo dijo el que llaman “Maestro”! “Bendito aquél que ha creído sin ver, que de él será el reino”. ¿Y qué creen? ¡Ese!, del que han oído hablar, ¡yo, que vengo en su nombre!, te los mostraré.

¡No! No vengo a blasfemar. ¡Tan claro, como lo han escuchado! ¡Porque de Él es su voluntad! ¡Todo lo que Él ha creado y que tanto ha amado! Ahora, que en gran unión, ¡no olvides hermano!, que “lo mismo es -y te lo mostraré- arriba como abajo”. ¡Una de las grandes lecciones! ¡Y eso, ha sido y ha prevalecido por eones!, en el espacio-tiempo ¡tan profundo!, ¡tan grande!, pero que en ustedes -al estar presente- ¡no han querido verlo!

¡Te dije!, que empezaría a hablarte. ¡Y no sólo esto! Tú -al escucharme- pero también te diré: Sólo lo habrá de entender, aquél que en su corazón, al querer llevar la preparación, está ¡ya no en la búsqueda!, sino en el camino de la perfección que de Él, que lo creó, nuevamente quiere hacer ¡esa total unión!

Por eso te digo: ¡Que sea profunda tu retrospección!, que todo lo que de mí ahora has escuchado; no olvides hermano: ¡Adam Kadmón!

Que yo soy ¡Ángel Ráh!, que te lo mostrará ¡en el nombre de Él! ¿En quién será?

Y dejo en ti, mi energía sutil, que cada vez más y más fuerte será.



22 de Abril de 2015.

Aleshia (3).


Todo esto, de lo que te han hablado mis grandes Maestros -amado hermano- con el corazón he hecho la petición. ¡Mi deseo infinito!, que todos y cada uno de ustedes -que mira- he de decirte que está escrito, quienes -hoy aquí- en esta Nueva Era, guiada por nuestro Maestro. Ustedes, ¡ustedes! -amados hermanos- caminarán ¡ya no como humanos!, sino -en la nueva entrega- ya no será. ¡Verán! No será una quimera. No para aquél que -como ustedes- es su deseo tan grande, seguir adelante, en el nombre de Él; de mi Padre.

Todo esto que han escuchado, cada vez más profundo se le ha de hablar al hermano -con infinito amor- en la lección, en la enseñanza divina del “Yo Soy”.

Y yo -tu hermana- en algún momento, he insistido en ello: ¡Te llevaré! ¡Estás en mi corazón! Mas he de seguir, cumpliendo la voluntad de mi Padre tan amado.

Sólo te pido; ahora, ¡ahora que estoy contigo!, sigas adelante, con gran fuerza ¡y el corazón vibrante!, porque eres -de mi Padre- ¡esa gran simiente!, hermano mutante, ¡tan valiente! Que ese despertar ¡sea tan fuerte!, que llegues a vibrar en ese decibel, que la melodía cada vez escuches más, porque en gran sincronía, de la vertiente sagrada.

¡Y el gran tetraedro ya ha sido formada! Es sólo que en la atracción, en la espera se está, de que -en aquél hermano que ya escuchó- empiece a vibrar con gran atracción el protón. ¿En quiénes con fuerza se hará?

Sólo les digo ¡que los amo tanto!, hermanos. Pronto habrán de mostrarlo. ¡Nosotros lo sabemos! Ya mi templo, ¡cuánto tiempo ha insistido!

Tú que has escuchado: ¿Cuál ha sido tu respuesta? ¿Qué has dicho? Mas ahora ¡en la verdad!, ¡en la claridad!, que mi Padre nos da, lo van a mostrar, en gran acción.

Por eso aquí estoy y con infinito amor, sólo espero -de mi Padre- su voz, para llevar a la acción lo que ya me pidió.

No olviden esto. Aquí estoy. ¡Soy su hermana! ¡Aleshia! ¡Aleshia de Shirón!



22 de Abril de 2015.

Saint Germain.


¡Y entonces, amados! He de decirles; con ustedes estamos.

Todo esto, que de mi hermano, de mis hermanos… y de la hermana, que ¿recuerdan ustedes?, cuando todo inició, que les dije: “Cada vez será constante, lo que ella habrá de hablarles”, porque así tiene que ser. La misión que habrá de cumplir y en la verdad de Nuestro Padre, que todo ha de prevalecer. ¿Quién de ustedes -de verdad- ha entendido? El cambio -que no sólo en ella- también en muchos ha sucedido.

Y no crean que éste espacio en silencio, fue porque una duda en mi haya llegado. ¡No!, amados hermanos. Cuánto deseo decir que todos y la respuesta es, en cada pensamiento, ¡pues en eso estamos trabajando! Pero ahora ¡escúchame bien hermano! ¡Te he dicho que te necesito! y para que camines con nosotros te invito. Mas el momento es ¡ya! ¡Es hoy! ¡El hoy, que tanto habías esperado!, ya se dio.

Entonces, si tú estabas pensando, cuando te entregabas a esos pensamientos y estabas dudando: “¿Todavía tengo tiempo?” ¡Sí!, de Nuestro Padre lo has escuchado y de nosotros también: “¡Tenemos toda la eternidad!, que no sólo para esperarte; también para amarte”.

Pero mira, date cuenta: ¿Has querido escucharme? Y si lo has hecho: ¿Qué cambio en ti, que se muestre y que sea tan directo? ¡Háblate con la verdad hermano!, para que luego no pienses, ni digas: “¿Por qué -si ahí estuve- me están rechazando?” Nosotros ¡a nadie rechazamos! ¡Nosotros los llamamos! Les hablamos con infinito amor. ¡Nuestro deseo es caminar con ustedes!, en esa guía, ¡que con tanto amor “Aquél que te creó” te da, no sólo un día!

Y tú dices: “De todo lo que hice… ¿tendrá en mi compasión?” ¡Ay hermano! ¡Es tan grande! ¡Tan inmenso, todo lo que Él te ha ofrecido, te ha entregado y que lo traes -cada uno de ustedes- tan dentro! Eres tú, el que ha tomado la decisión, si ahora aquí -ahora que estás encarnado- quieres utilizarlo.

Mira, ¡sabemos! -porque hemos visto- lo que tú dices: “¡Cómo he sufrido!” y al querer destruir todo eso, que -en ti- que te ha detenido, ¡ya no hagas juicio! ¡Da ese gran paso! Que si es tu voluntad, por eso nosotros también te estamos hablando. Y ahora será ¡la verdad de la verdad!, como siempre, ¡desde el principio!

Que no de ahora, aquí en este tiempo, que nuevamente nos quisiste escuchar. ¡Ha sido siempre! De tiempo en tiempo. Y luego, conforme tú has querido avanzar, como ya llegó este momento y entonces, de todo lo que nosotros ya reiniciamos y más profundamente te queremos hablar. ¡Y no sólo ello -amado hermano! ¡A dónde te vamos a llevar!

¿Quién -de verdad- es su deseo?, no sólo a mí. Porque recuerda que mi hermano y la Gran Hermandad Blanca ¡y los hermanos que han llegado!, que nos están acompañando. Todo lo que te estaremos mostrando, ¡de lo que te estaremos hablando!, para que en ti ya no haya ninguna confusión. ¡Que todo sea tan claro y te des cuenta perfectamente que has roto toda la ilusión!

Que entonces, la verdad de Nuestro Padre, ¡que siempre ha estado aquí!, ¡frente a ti!, empieces a verla. ¡Ya se te dijo! ¡Que eso, no te vaya a impactar! ¡Que no te empieces a atemorizar! Y no pienses ni digas: “Pues qué es lo que será? Es que -amado hermano- te darás cuenta de que eres tan ilimitado. ¡Todas las cosas que tú has hecho! ¡Que volverás a hacer! Eso, entonces sabrás, que en la perfección de Nuestro Padre, al caminar ¡no sólo aquí!, sino ¡en tantos lugares! El “Don de la Ubicuidad”, también ¿en quién se va a mostrar?

¡Tanto has dicho! “Y aquél hermano que mostró. Y el otro, la enseñanza que nos dejó”. Si tú te permitieras, ¡pero de verdad que lo sintieras! ¡Es tanto!, lo que al redescubrir sabrás, que ¡tantos de tus hermanos!, ni aún ¡algunos de los que están aquí!, sería mejor callar lo que otros vivirán… porque no lo creerán.

Entonces ¡te has de preparar!, porque ¡a ése!, ¡a ése hermano, hermana!, que con el corazón ¡fuertemente ha elevado su vibración! Ya lo dije una vez: ¡Bienvenido! ¡Bienvenida!, a esta eterna y verdadera dimensión. ¡Que te han hablado!, que a la cuarta, a la quinta has estado entrando. Y que por eso todo lo que estás sintiendo, ¡tu cuerpo inmerso! Yo te diré; ¡no hay palabras!, para describir lo que -amado hermano, hermana- cuando vengas a nuestro encuentro, vivirás aquí.

Y les daré la bienvenida. Por eso, ¡mi melodía preferida!, para decirte: “¡Triunfante habrás de mostrarte ante Nuestro Padre!” Y yo -tu hermano- en compañía de mi hermano, habremos de presentarte. El momento ¡tan sagrado!, ¡tan cercano! Que no es casualidad; le pedí que esto lo quisiera cambiar, porque la bienvenida a ustedes se les dará. 

Es al elevar la melodía tonal, su hermano lo que logró ¡y contigo -con infinito amor- compartirá! Lleva una gran vibración. He prometido -a aquél que se esmere- ¡darle la aceleración! y con mi hermano -unidos- al recibirlos, también, los presentaremos ante el Gran Consejo de Amor. ¡Es verdad lo que escuchan!

¿Y por qué lo digo? Porque ¡tú, amado hermano! ¡Tú!, que tanto te has preparado, ¡has decidido dar ese gran paso! Y mira, con ello te estoy diciendo: ¡Ya hemos de avisarles dónde, quién, cuándo y para qué!

Que no son sólo palabras escritas. ¡A ti! ¡A ti, amado hermano!, que tanto te has abandonado a sentir, te estaremos mostrando, en la realidad y el verdadero vivir, la verdad de “Aquél que te creó” y que nos pidió: “¡Es el momento!”

Y te vamos a mostrar, ¡porque te necesito y me habrás de acompañar! Ustedes aquí ¡aquél que se quiso elegir!, mostrará claramente que la verdad ¡y toda la vibración que viene de la Fuente!, a través de ustedes se va a mostrar, para que esta Era Dorada sea sin igual.

Que yo soy ¡Saint Germain!

Que la gran amatista -no sólo su cuerpo- sino su corazón, ¡fuertemente eleve!, para que la vibración que llegue -que ya lo dijo aquél hermano: “El gran vehículo sagrado”. ¿En quién de ustedes? ¿En cuántos? ¡Con gran alegría lo digo!, se estará mostrando.

Y que la llama violeta ¡dentro de ti!, en gran transmutación, cada vez más fuertemente eleve tu corazón, ¡amado hermano!

Que yo soy ¡Saint Germain!, tu hermano.



22 de Abril de 2015.

Aleshia (4).


Y todo esto… dice mi Padre que no piensen que sólo ha sido un gesto de benevolencia, de amor, porque en la transparencia de aquél que de muchas cosas ya se liberó, ahí es donde más fuertemente su llamado -el que ha hecho tu corazón- ya lo has escuchado.

¡Así de simple! y esa es la razón de todo, lo que -al abrir- estarás mostrando. Y que quede muy claro; cuando eso sucede, porque es eterno, todo lo que lo mueve, que viene de Él, es a cada instante: “Escucharás de lo más profundo, porque Yo te cree. Porque eres mi hijo, al que todo entregué. Ahora, vas a entender por qué mi insistencia. Sentirás y tus hermanos verán -que en ti- muestro toda mi complacencia. ¡Que no es por exclusividad!, porque en todos y cada uno, es mi deseo mostrar”.

Pero que eres tú, ¡tú, amado hermano!, que se tiene de muchas cosas que despojar. Cosas, que no te confundas; Él, no te las dio. Tú y cada uno las fue cargando, por eso ¡tanto te está pidiendo! “De ello, ¡de ello! es el momento que te vayas liberando, porque hoy con más fuerza, todo lo que te estoy enviando, a tus hermanos -de mí- estarás mostrando: ¡Toda esa luz! ¡Todo ese amor!, que trae dentro de sí, mi hijo tan amado”.

Esto -dice mi Padre- que escrito está, de diferentes formas y maneras. Aquellos que llaman “Profetas” lo han escrito. ¡Tú lo has leído! y también de ello has querido hablar. Mas ahora, ahora en el tiempo, en el tiempo en el cual Él lo dijo: “Llegará ese gran momento, en que todas las profecías se cumplirán”. ¡Es hoy! ¡Es aquí! Y tú lo vivirás. Siempre ha sido así. Y mi Padre te quiere decir: “Si Yo, te vuelvo a pedir que volverás, que sea -hijo tan amado- ¡mostrando toda la grandeza y el infinito amor que te he entregado!”

Eso es -de mi Padre- lo que escuches me ha dictado. Génesis… de ello habla. Deuteronomio ¡también!, aunque fue poco, pero lo has escuchado. Mas ahora, se habrá de escribir con más amplitud y en la verdad, ¡lo que desde un principio Nuestro Padre quiso dictar! Y lo vivirás aquí.

Por eso -de tiempo en tiempo- haciendo hincapié en ello, aquél, que con gran amor y esperanza tal le preguntó: “¡Pero si yo quiero a ti llegar! ¿De qué manera -no sólo al escuchar- me habrás de guiar?

Te dijo: “Te habré de enviar; mis emisarios contigo estarán. Siempre ha sucedido. Eso nuevamente será. Amado hijo, sólo te pido; que ahora sí, en este gran momento, ¡a ti que te ungido!, quieras escuchar. Que sientas en tu corazón, quién -en mi nombre- contigo está. Que no sólo en aquél tiempo. Eso eternamente será. Aún por cuanto tú digas y pienses, que tanto has podido avanzar. ¡Que mira que eso también se  habló en Filipenses! Y Oráculo sagrado, nuevamente -en el nombre de Él- hablará. ¡Así será!

Que todo esto que escucharon; la conexión que mi Padre -para todos ustedes- ha tenido. De lo que se ha hablado, verán, como ya ha sucedido y se les ha mostrado. Estar atentos y sintiendo, porque el gran resurgimiento que no sólo uno, sino aquellos que en el corazón de corazones; con Él y exponiendo sus razones, le han dicho: “¡Padre!, es mi deseo volver”. Por eso todo esto hermano, de lo que te hablé. Verás, quién y por qué.

Y sientan fuertemente ¡que los amo!, porque todo lo que viene de la Fuente, dice: “Ahora, ¡ahora!, que tú me has querido escuchar, amado hijo, con más fuerza te llamo”.

Y volverán a escucharlo. ¡Volveremos a escucharlo!, porque aquél que nunca ha dejado de amarlo, aunque en su camino -en algún momento- quiso desviarlo, pero que ahora, al volver sus ojos a Él, mi Padre te dice: “¡Aquí estoy!, mi hijo ¡que tanto amo! Volver a mí en este instante sagrado, como si nunca se hubiese retirado. Lo he de recibir, con un eterno abrazo”.

Esa promesa -amado hermano- muy pronto se cumplirá. Y es mi deseo que todos ustedes, aquí -en el plano terrenal- se haga realidad.

¡Gracias! ¡Gracias por acompañarme! Gracias porque, todo lo que ustedes elevan en este instante, hacen sentir y la conexión es ¡tan fuerte! Y mi Padre -en este vivir- aquí ¡tanto me entrega! ¡Y a ustedes también! Y de ello… tendrán una prueba.

Palabras de mi Padre, para ustedes. ¡Gracias por estar aquí!




Algunos que con ellos, con nuestros hermanos, tenemos que compartirlo.

Que estés atento, porque en ese recuento -los que habrán de acompañar- eso es lo que vivirán, comprobando que -lo que viene de Él- es la verdad.

¿Y quienes irán? Mi Padre lo sabe y me lo ha mostrado, pero ustedes, ¡ustedes!, son los que un paso darán.




No creas que dejará una herida. ¡Al contrario! Olvidar todo eso. Mi Padre dice: “¡Es el momento! Ya has vencido al gran adversario. ¡Sabías que todavía había algo de rezago! Así como para los demás, en ti ya se mostrará”.