4 de abril de 2015

Canalización del Primero de Abril de 2015

1° de Abril de 2015.

Sananda.


¿Y por qué no habría de ser así?

¡Yo que te amo tanto!, ¡amado hermano!, te digo; no pienses, ni recuerdes, lo que -con insistencia- al escucharlo te dicen: “todo lo que sufrió”.

Si el espíritu -desde el momento en que hasta a mí llegó- anhelando mostrar, ¡compartir!, lo que -al estar llegando- me hizo sentir.

¿Quién de ustedes -al estar recordando- ha pedido ¡tanto!, que se pose en ti, el espíritu santo?

Yo te digo en éste instante sagrado: Siempre en ti ha estado. Es sólo ¡y mira!, que las grandes promesas han sido en tiempo de Pentecostés. (Nota 1) Ahí, donde tú estés, ¡vas a vivirlo!

Recuerda amado hermano: El tiempo no existe, para todo aquél que -lo que ha vivido aquí- sabe y dice: “Padre mío; si a pesar de todo mi templo resiste, es ¡porque tú!, conmigo has estado”.

¿Y por qué no? Si siempre, ¡siempre!, el Gran Legado -que hoy ofreciéndote estoy, de mi Padre tan amado- haz de vivir. Y no pienses, que -esto que te voy a decir- me estoy adelantando: ¡La gran resurrección!, de aquél -que con tal devoción- a mi Padre se ha entregado.

Eso es lo que te traigo yo, en el “Yo Soy”.

Que me has conocido como su hijo, mas el Espíritu Santo, todo lo que está emanando, a ustedes -amados hermanos- estoy entregando.

Aquél que de corazón, porque ¡no olviden!: vivirás el gran momento, ya de la transfiguración.

Te lo digo yo ¡que tanto te amo! Que yo soy… ¡Sananda! Y esto -por voluntad de mi Padre- te estoy entregando. ¡Con infinito amor!

Mudra sagrado (el dedo índice levantado), para ti amado hermano. En la unidad, en la grandeza y en ti ¡sellado quedará!, para que lo vivas ¡con toda la pureza!


Nota 1.- En el domingo de Pentecostés se celebra el descenso del Espíritu Santo y este año será el 24 de mayo.



1° de Abril de 2015.

Leutón.


Por eso también, nosotros estamos hablándote a ti. Porque la gran energía que nos hizo venir, para compartir y decirte ¡amado hermano!, en gran complacencia, ¡porque lo que tú llamas “la esencia”, es la atracción! En gran benevolencia “Aquél que te creó” te lo dijo, cuando en ti lo depositó.

Mira, que no sólo el electrón, porque yo te dije que te hablaría del protón. Y es verdad, cuando tú -no falta tanto en realidad- lo pongas en acción, esa gran atracción que ya empezó y que en algunos de ustedes ya hizo la emanación, porque ya los puso en acción.

Y no, no te estoy hablando desde tu plano terrenal. Esto que estás escuchando, no es para que tú -como dices- lo empiezas a aterrizar. ¡Es que hay una gran interacción!, cuando tú empiezas a mover lo que llamas “espiritualidad”, es que toda esa vibración, está haciendo su acción.

Que mira que no sólo estás hecho -te hicieron creer- de carbón. Lo que tú eres, te han hablado del “silicio”, pero es estar conformado… ¡ya habrás de escucharlo! ¿Por qué crees que se te ha pedido, lo que tú llamas piedras?, pero que son cuarzos divinosque en ti mucho han estado moviendo, en todos ustedes, ¡aún en aquél que no lo quiera!

Ahora, después de vivir la Nueva Aurora, todo lo que ustedes -aquellos que deseen de corazón- porque los hemos estado invitando, ¡que esto no es solamente una reunión!, es para que tú -al estar despertando- ¡más rápidamente con tu Ser Divino hagas la conexión!

Que es solamente -lo has escuchado y algunos lo entienden claramente- tu parte espiritual. Es solamente aquello, que al llegar aquí -amorosamente- lo quisiste dejar, ¡pero no tan alejado de ti!, para que cuando tú desearas e iniciaras ese despertar -como así lo has estado llamando- es sólo que nuevamente, ya estás decidiendo entrelazar nuevamente.

Se te habló del “Cordón de Plata”. ¡Yo diría que es más que ello!, porque al estarse cristalizando, en gran transparencia, así es como algunos lo han estado visualizando, pero realmente es, lo que desde el Cosmos, “Aquél que a cada uno de ustedes lo estuvo creando”, en gran explosión de infinito amor, también llegaría el momento -como hoy- escucharías de qué estás hecho: Esencia pura. Cristalina. La divina.

Por eso te digo ¡y pedí hablar contigo! ¡Yo soy Leutón! y quiero ser más que tu amigo. Soy tu hermano, que hasta aquí ha llegado y que de esto -te lo he prometido- te seguiré hablando, porque ese es mi cometido, en el nombre del “Yo Soy”, también hasta ti estoy llegando.

Nuestro deseo es, que todo aquél que quiera seguir escuchando, que no solamente lo guardes dentro de ti, sino que permitas abrir todo aquello que ya está en ti.

Lo que ha de suceder, lo que tú llamas -en tu día con día- que tan cercano está, que lo vas a sentir y que ¡algunos lo van a poder ver!, es sólo lo que tú -amado hermano- lo que algunos han llamado “puentes”, que te van acercando, que se van abriendo, para que tú -y suelen decir- “te sigas iluminando”. ¡Pero eso sí! ¡Te van a estar cimbrando!, porque todo lo que estarán emanando, tu templo -que así lo haces llamar- no está acostumbrado. Pero en ese gran despertar, es el inicio, para que puedas escuchar el gran llamado, de “Aquél que te creó”.

Nuevamente, en esa ecuación que se repetirá ¡porque es necesario!, para eliminar de todo aquél que aún estaba insistiendo en ocupar la razón, porque ya se te dijo que se estaría desmoronando todo lo que habían creado. La tecnología ha llegado hasta donde “Aquél que tanto los ha amado” ha permitido, pero también, hemos observado lo que ha hecho contigo. Todo lo que has pensado, creyendo que ya todo lo has conseguido y que nada, nada más existe. ¡Ni aún Él!, que aún insiste -dentro de ti- en hablar contigo.

Esto yo te lo digo porque ¡todo tiene una relación! Y si tú recuerdas -también te lo he dicho- ya he empezado y seguiré haciendo una ¡gran interacción! con todos y cada uno de ustedes. Por eso es muy importante: Escucha lo que te dice tu hermano Leutón.

También, en el núcleo, en el cual tú has estado caminando, porque también has querido creer, que para sentir la firmeza y seguridad de donde estás, donde has podido caminar, para poderte equilibrar, yo te digo; ¡todo lo que se te ha entregado!, lo que cada uno de ustedes han empezado y están portando, ¡sí!, mucho te estará ayudando, para que tú, por todo lo que seguirá llegando: resistencia, persistencia, fortaleza, porque -aquél que pertenece a la Gran Realeza- ya estará recordando.

Por eso nosotros estamos. Y cada uno -tal como Él nos pidió- de lo que nos corresponde les hablamos. Pero también con infinito amor.

He insistido en hablarte del protón. Tú verás por qué. Ya escucharás, que ¡dentro de ti empezará y está haciendo una gran coalición!, para que -al soltar- todo lo que en ti -a algunos los hizo vivir inclusive ¡en gran inanición!- Ahora, ¡ahora!, con la gran pureza, al hacer la transmutación y que ya lo dijo también el hermano, aquél que llamas “Maestro”; lo que sigue es la transfiguración, entonces, entonces -con toda la fuerza y gran firmeza- la conexión: la Ley del Protón, con infinito amor.

Que yo soy tu hermano Leutón y lo que vivirás en estos días, ¡lo que recibirás! Mira, sólo te digo: ¿Recuerdas lo que se habló de Elías? Es sólo que permitió sentirlo, ¡vivirlo! ¡Y lo mostró! Que yo soy tu hermano. Tu hermano Leutón y esto te lo digo con infinito amor.

¡Es solo el principio; la Ley de Atracción! Una gran lección de unidad, para que así puedan caminar, con todo el amor.



1° de Abril de 2015.

Saint Germain.


¿Y qué decir?, amados. ¡Amados hermanos!

Porque después de todo ello, en concreto yo te digo: ¿Qué es lo que vas a dejar? ¡La dualidad! ¡Así de simple! Así, en su totalidad. Porque nosotros -tal como Nuestro amado Padre nos ha pedido- y tú has dicho, eso que ha logrado, ¡eso de ustedes también -desde la eternidad- de tiempo en tiempo, es lo que hemos querido!

Tú has escuchado. Te lo he dicho: “Yo te hablaré y te compartiré de cómo lo he logrado”. ¡Y sí! Si tú haces recuerdo de cada una de mis palabras, eso es lo que de mí has escuchado. A lo mejor, porque eso es lo que has pensado: “¿por qué ha sido tan poco?” Amado hermano, así es como tú estás caminado. Y recuerda que nosotros -de ustedes- lo estamos respetando.

Pero aquél ¡porque es verdad!, mi Padre ya lo ha decidido; el que ya con Él habló y le dijo: “¡Permíteme acelerar!” ¡Sea pues! Por eso tu hermano hablándote está de todo esto, porque es el tiempo del ¡gran movimiento!

También te he compartido; me has escuchado a través de mi hermana. Muy cercano está el momento en que no sólo así, porque estaré en movimiento frente a ti. ¿Y quién lo vivirá? insisto en ello, porque el instante -que no será sólo un segundo- porque tú sentirás que es la eternidad y solamente será el comienzo de todo amado hermano, lo que contigo -tu hermano que te habla- compartirá. Mi Padre me lo ha permitido y es verdad; ya empezará.

Aquél que de verdad, todos los embates que ha recibido -¡y sabes de qué hablo!- ha permanecido firme en la fe, en el amor, que no sólo al escuchar, porque te voy a insistir, que no es a la hermana que tú ves frente a ti la que te está hablando y eso te lo estaré mostrando. ¡Ya no será a través de ella! ¡Y no te preguntes que va a suceder!, porque tú lo vas a ver. ¡Siempre nos ha acompañado!, así como tú -amado hermano- aunque al estar escuchando digas: “no lo he recordado”.

Pero sólo te digo: ¿Por qué estás aquí? ¿Y por qué esto estás escuchando? ¡No es casualidad! Todo el movimiento -así como tú lo haces llamar- aquí, en tu plano terrenal. ¡No importa lo que has llegado a pensar!, lo que has vivido; si has intentado, si has persistido en eso que estás pensando. ¡Ya déjalo! ¡Suéltalo! Nosotros no te estamos juzgando. Si mi Padre no lo hace, como dice mi hermana: “¿Quién soy yo para estarlo recordando?”.

Si tú me permitieras hablarte de lo que yo -tu hermano- vivió, ¡no lo creerías! Dirías: “¿Y cómo lo logró?” ¡Eso es lo que yo quiero compartir! De cómo he logrado ahora, éste -no nuevo- eterno vivir. Ese, que tú -tan insistentemente- has estado buscando.

Y mira, que mi Padre es tan grande, que te ha permitido hacerlo aquí, allá, donde tú inclusive has dicho: “aquí es donde estoy sintiendo, porque eso que estoy escuchando ¡tan fuertemente he estado vibrando!”

No olvides. Ya te lo dijimos. Ya llegó el gran momento, porque tú ya has elegido. ¿De qué lado estás, amado hermano? ¿De la verdad?, que mi Padre te ha ofrecido y de lo que nosotros te hemos venido a hablar. ¿O de la falsedad?, que al descubierto ya ha estado y va a quedar.

¡La gran Luz que está llegando! -amado hermano- no quedará duda de en dónde estás y qué es lo que elegiste y cómo estás caminando. ¡Ya no va a permitir a nadie!, por más que intente fingir; aunque te diga que viene en el nombre de Nuestro Padre, tú lo verás cuando no sea así.

Y te lo digo con infinito amor, porque en ésta conjunción que ¡tanta Luz traerá!, aún más -amado hermano- hará la aleación, en el cuerpo de aquél que se preparó. Y en espera estoy. He de recibir con gran amor. Desde lo más profundo de mi corazón, esperando por ustedes estoy.

Y así, al seguir caminando, el momento, ese gran momento que muchos de ustedes -porque lo han estado hablando- ¡Recuerden que nosotros con ustedes vamos! Así como Nuestro Padre, ¡los conocemos! Todo lo escuchamos, pero no los dejamos. Porque ¿cuál es realmente la razón por la que nosotros con ustedes estamos? Ver. ¡Saber!, quién de corazón -ahora, en éste tiempo- ¡porque es el gran momento! No olvides que es la Era Dorada, en la cual mi Padre nos ha pedido ¡y más tu hermano que habla contigo!, para que me acompañen en ésta gran revolución.

¡Sabemos!, quiénes de ustedes están ya viviendo ese gran momento de la conexión. ¡Amados! Y entonces sabrán que eso que han escuchado, que con aquellos con los que “tu amado hermano” -como tú así te expresas de mí- ¡y que te agradezco profundamente!, así como mi hermano con aquellos con los que ha caminado, aún en tu tiempo. Para nosotros ¡eso no existe! Es solamente estar suspendidos. Es sólo -en algún momento te lo dije- ¡un parpadeo!, amado hermano.

Y pensarás y verás: “es que todo lo que veo ¡qué está sucediendo!…” Preparado has de estar, porque ya lo han dicho mis hermanos y Nuestro Padre, no olvides aquello, sus palabras ¡y acaba de decírtelo!, amado hermano, que todo en tu plano terrenal, en éste gran planeta en el que tú estás, todo ha empezado a cambiar. La energía que se está moviendo. ¿Recuerdas?

Y lo dije también: ¿Quién? ¿Quién de ustedes mostrará? ¿Quién empezará a levitar? Cuerpo ligero. Amados: ¿Quién lo vera?, porque aquí será. Y no sólo ello. Por eso nosotros caminando con ustedes estamos. El gran momento, porque alguno -ya está en tu pensamiento- dices: “¡Es verdad! Nos lo dijeron; que hermanos llegarían y que con nosotros caminarían… ¡pero no los vemos!”

¿Quieres hacerlo? ¿Aquí, en tu plano terrenal? Amado hermano. ¿Y cuándo? ¿Cuándo te has querido -de verdad y fuertemente- desde tu interior quererte preparar? Cuando tú transpongas el velo de la ilusión, ten por seguro que no sólo estoy yo. ¡Todos nosotros!, con los brazos extendidos te esperamos con infinito amor.

¡Y no! Que éstas palabras no hagan sentir en ti desilusión, porque ¡sí lo lograrán! ¡Claro que sí! Para eso, no sólo tu hermano está. En la gran revolución, no olviden lo que les dijimos: “Y dirán ¡un grupo de locos! ¿Qué es lo que quieren lograr?” ¡Mucho, amados hermanos! ¡Mucho, porque así será!, con infinito amor y la Guía Divina. La Era Dorada será como ninguna ha sido mencionada. No olviden lo que su hermano les dice.

¿Y por quiénes estará conformada? ¿Quiénes iniciarán?, para que la densidad -que ya ha hecho su retirada- ¡nunca más vuelva a reinar! Porque habrá de empezar ¡en mi América tan amada! Con ustedes, amados hermanos ¡Con ustedes! ¡Acompáñenme!, en esta gran aventura de amor.

Que yo soy ¡Saint Germain! Dejo en ustedes mi llama violeta, ¡que la gran amatista!, que sé que con ustedes ha de acompañarlos, ¡todo su Ser lo revista! Que la transmutación ya había empezado y como ha dicho mi amado hermano; la transfiguración -que algunos ya han logrado- hará entonces, ¡permitirá que entre en acción!, para que ustedes crucen la dimensión y puedan ver a su hermano. ¡Y no sólo a mí! ¡Promesa que se va a cumplir!, porque así será.

Se los digo yo: Saint Germain. ¡Y que la llama violeta a todos envuelva!, en estos días que piensan que el gran recuerdo para mi amado hermano. Harán un gran recuento, pero que ustedes saben que esto ¡es eterno!, constante, porque lo sagrado -dentro de ti- ¡siempre estará dominante!, abriendo y resurgiendo todo aquello que mi Padre entregó, en la gran enseñanza del “Yo Soy”.

¡Y no es casualidad que digas: “qué bien que aquí pude estar!” El gran llamado que se ha hecho a aquél que prometió y juró, ¡aquí!, con nosotros caminar.

Tú verás cómo tiempo habrá y lugar. ¿Momento?… ¡La eternidad!



1° de Abril de 2015.

Ángel Ráh.


Y luego de ello, lo que has escuchado con cada uno.

Yo -tu hermano- te traigo ese gran sello: ¡el divino! Porque así como tú al decidir portar ¡el símbolo sagrado, que con infinito amor te vine a entregar! Ahora insisto con todo esto, que desde el Cosmos, ¡que no olvides que te he insistido! ¡Vengo del Centro! ¡Desde el infinito!

Y con todo este movimiento, mira, si tú has sentido y has querido hacer un gran recuento, es sólo que se ha movido dentro de ti ¡cada célula! de amor que en ti depositó el “Yo Soy”. Se está acercando ¡y en gran aceleración!, hasta ustedes está llegando. Y en la misma unión, yo que te estoy hablando, porque vengo en el nombre del “Yo Soy”: ¡Ángel Ráh!

El momento ya está; la energía, la Conciencia Crística de la que se te habló algún día… y has de decir: “¡pues sí, nos han estado insistiendo!, pero… si yo no he estado sintiendo”. Yo te pregunto: Cuando te has entregado, al hacer evaluación de lo que has hecho, de lo que has logrado, ¿qué es lo que hay en tu corazón?

¡Eso -amado hermano- es parte muy importante de esa revolución!, de la que tanto te han hablado, porque primero en ti, ¡en ti es donde tenía que haber iniciado! Y eso es lo que ha sucedido. ¿Qué no te has dado cuenta? Así como tú lo llamas: “Es que mucho ya, ¡sí!, lo sé; he cambiado, pero entonces ¿por qué hay momentos en los cuales me he debilitado? y pienso y quisiera dar marcha atrás o he llegado a pensar; esto es ¡tan difícil! ¡Creo que no lo voy a lograr!”

Amado hermano, ¡no permitas!, ¡no permitas! que ahora ¿cuántos pasos? ¡Porque eso es!, tu tendencia a querer siempre todo evaluar. “Sí, he logrado, pero ¡mucho me está faltando! Es que -si esto no tiene final- ¿qué caso tiene seguir éste caminar?”

¡Y sabes por qué te lo digo!, porque luego dices: “Mejor me dedico a seguir paso a paso, lo que antes estaba viviendo… en lo terrenal”. ¡Pero mira!, cuando tú has iniciado tu despertar, ¡eso que en ti se movió!, ya nadie lo va a apagar. ¡Ni tú!, por más intentos que hagas, porque esa es tu esencia divina. Eso es lo que nosotros -al venirte a hablar- y tú al escucharlo, al moverse empezó, ¡inició tu despertar! Ese que dices -porque te has preguntado-: “¿cuándo será? Si aún, si de aquí me fuera, dicen que en la enseñanza nada tiene final”.

¡Claro que no!, amado hermano. Porque si así fuera, seguirías inmerso en el tiempo. Tú has pensado y lo que has insistido es que “todo tiene un principio y un final”. ¡Eso es lo que tú has creado aquí!, en tu plano terrenal, pero cuando empiezas a vivir lo que es la eternidad; es el aquí, el ahora, que no tiene fin, porque no hay principio. ¡Eso es!, de lo que yo te vengo a hablar.

Por eso, cuando escuchas que insiste “Aquél que te creo”, que desde la eternidad, porque también ahora te lo ha dicho y es verdad: “No sólo -amado hijo- te voy a observar, sino que  también ¡porque tú ya me lo has permitido!, en esa libertad que yo te quise entregar, ahora no sólo te voy a observar, sino que te voy ¡a guiar! ¡Te voy a inspirar!”.

Entonces, ¿recuerdas lo que te dije? Que de la Conciencia Cósmica te iba a hablar. Y eso es el inicio, porque tú -al permitir y escuchar lo que tu sentir te va a indicar- ¡ahí es donde el “Yo Soy”!, contigo, tú -al permitirlo- empieza a interactuar. Esa es, o quiero decir; es sólo el principio de ¡todo! lo que -tu hermano que te habla- contigo compartirá.

Y si tú quieres pensar: “entonces… seguir aquí ¿qué caso tendrá?” ¡Mírame! y a través de quién te vengo a hablar. Si tú dices que en manos de Él te pondrás, entonces, permite que -en su plan divino- ¡en ti!, se pueda mostrar. ¡Déjate guiar!, porque entonces -así como a mí me puedes escuchar- no quiero decirte: “si es que no vas a permitirme”, porque entonces ¡listo no estarás!, para todo lo que viene. Hay ¡muuucho más! Y es tan grande, ¡tan infinito! como Él; que siempre ha estado, está y estará.

Amado hermano, que yo soy Ángel Ráh y agradecido ¡con ustedes que se hacen llamar “humanos”!, porque lo que han logrado, lo que están portando… Recuerda que te dije; que en equilibrio permitiría que tú siguieras caminando, para que todo lo que estuviera llegando y emanando, al recibirlo pudieras anclarlo… y seguir adelante, porque te estás purificando. Cristalino, amado hermano. ¡Cristalino serás! ¡Siempre has sido!, pero ahora nuevamente lo mostrarás.

Conciencia Cósmica ¡es lo que sigue! Y sólo te digo a ti, que en algún momento -cuando lo has compartido- te han dicho: “¡Eso no es cierto!, porque si ni la Crística se puede lograr, ¿qué me dices de la Cósmica? Esa ¡tú la has venido a inventar!” Sabes de lo que te estoy diciendo. Pues -amado hermano- precisamente por eso, ¡esto estás escuchando!, ¡porque tú!, ¡ustedes!, ¡todos los que aquí están! -si nos lo permiten- lo van a mostrar: La gran verdad de la verdad, de “Aquél que todo lo puede” y que en ustedes está.

Vibración infinita. Atracción. Que no sólo verán a aquél que levita, sino también en la  comunicación, que ya lo dijeron; sin emitir sonido alguno, ¡sin enviar la voz! ¡Eso sólo será el principio!, que va a mostrar -con infinito amor- aquél que se eligió.

¡Que yo soy! ¡Ángel Ráh!, nombre terrenal. Amados hermanos; en la verdad, aquél que viene en el nombre de Él, para aquél que ya se preparó, también lo va a escuchar.

Y todo lo que ustedes recibirán, no sólo en estos días. Todo lo que habrá de llegar. Y si se permiten portar lo que ya se les pidió (¿El topacio?), con gran alegría se los digo: sentirán fuertemente, dentro de sí; no sólo escucharán la voz, sino lo que estará abriendo en ustedes “Aquél que los creó”.

Por eso les pido, que de los cuarzos, lo que ya hasta hoy se les ha pedido, ¡hagan una gran purificación!, porque lo que les estará transmitiendo, a aquél que se ha elegido… se estará ofreciendo, para que ustedes lo estén compartiendo.

¡Yo soy Ángel Ráh! y dejo en ustedes mi energía sutil, en la gran vibración, por la radiación que unirá y se sentirá fuertemente en cada plexo solar. Que luego en el chakra divino: ¡La coronilla! ¿En quién de ustedes abrirá?



1° de Abril de 2015.

Aleshia.


Grandes regalos que mi Padre estará -como siempre- enviando.

Pero que en ustedes -al recibirlos- de verdad, amados hermanos, es incesante lo que nos dicen que se estará mostrando. Pero primero en cada uno de nosotros, porque mucho de lo que todavía hemos arraigado, nos estará retirando y luego… se estará mostrando, amorosamente.

Y en estos días, mi Padre dice: “No pienses, ni recuerdes, que en gran sufrimiento -al que llamas “su hijo”- ¡el gran Maestro!, porque todo lo que trajo y que te está ofreciendo, es única y totalmente en amor”. El amor, que en todos nosotros -nuevamente- se está sintiendo. Que no sólo por nosotros mismos, sino por nuestros hermanos. Aquellos -sobre todo aquellos- que se han estado negando, no sólo a escuchar, sino a sentir, todo lo que Él -Nuestro amado Padre- nos ha estado enviando.

Y todo ha sido como una cascada: Uno tras otro. Evento tras evento. Ha movido tantos sentimientos en nosotros mismos, pero ustedes verán el gran valor que ha tenido y que tendrá, porque la unión en la que -eso será muy pronto- vamos a caminar. Que ya lo hemos empezado, pero que aún muchas cosas, porque lo hemos dicho: ¡ha habido cambios! Es sólo que los que hemos flaqueado, pero al recapitular, yo lo sé -nuevamente- hasta Nuestro Padre y ¡más fuertemente! estamos regresando, recordando quienes somos y por qué. Por qué, nos ha estado hablando.

De lo más profundo de mi corazón, agradezco estos momentos. ¡De verdad!, porque -si hablamos con la verdad- pensando en que luego de querer recordar, nos dedicamos a la distracción que estos días nos da. ¡Pero miren!, aquí es donde mi Padre me está mostrando: “Tú sólo déjate llevar. Y si Yo te pido que nuevamente se estén reuniendo, para que no sólo a través de ti me puedan escuchar, sino todo aquél que en su sentir, ¡de verdad!, así lo sienta”.

Miren hermanos; cuando de corazón te permites un momento con Él dialogar, lo que Él puede lograr. ¡Esto y mucho más! Y yo le agradezco; primero a mi Padre y luego a ustedes, el permitirse y permitirme ver -nuevamente- que cuando la razón quieres ocupar, nuevamente mi Padre me muestra: ¡No lo hagas!, porque luego Yo te mostraré, cuánto te puedes equivocar.

Para mí, ésta es una gran señal. Cuando -con amor- nos queremos y nos damos ese momento, que no sólo a Él; también a nuestros Maestros, que en su nombre nos hablan. Aquí estamos escuchando y tomando esas promesas, para que cuando vayamos logrando, liberando tantas asperezas que ¡primero en nosotros!, hemos estado guardando, Nuestro Padre nos muestra que es cierto, que llevamos dentro esa esencia. Que luego -si nos permitimos- escuchamos y vivimos, no sólo dentro de nosotros su presencia.

¡Gracias hermanos! ¡Gracias! Con el corazón se los agradezco, por haber compartido y haber escuchado. No olvidemos todo lo que nos han dicho, porque es parte muy importante de ese Gran Legado, que nos han dicho: ¡Es el tiempo! Es el tiempo y tú lo vivirás. ¡Tú que te has elegido!

¿Cuándo será? Mi Padre lo sabe y en la verdad caminaremos en esa gran unidad, de la mano -amados hermanos- que no sólo nosotros, que nos hacemos llamar “humanos”, sino con ellos, con nuestros Maestros tan amados, que han logrado la perfección que nosotros aquí buscamos. Gracias por todo.

Y que no piense el hermano (Jorge), que porque ha llegado tarde y no ha escuchado; sabemos que en tu corazón ¡todo lo que ha quedado!, pronto habrá una gran ebullición. Por lo que estás liberando ¡mucho has estado logrando!

Eso es lo que dice Nuestro Padre. Y para todos ustedes un abrazo hermanos. ¡Gracias. Gracias por todo!




1° de Abril de 2015.

Padre.


Y no te has de retirar sin antes escuchar,
que en gran regocijo, a ti -amado hijo- que aquí estás,
todo lo que Yo -porque “Yo Soy el que Yo Soy”- a ti, al hacer sentir.

Que mira; que más, ¡mucho más! de lo que ya te di,
¡porque eso estás pensando! y más, en la gran revolución
que por mi voluntad, lo que tú estás caminando.

Si en mis manos estás, ¡déjame mostrar a través de ti!,
que “Yo Soy el que Yo Soy” y que no sólo a ti te voy a hablar.

Hoy, en la gran estratagema de aquellos que te hicieron creer
que sólo algunos -por muy preciados- les hice llamar: “mi amada gema”.
Yo te digo. No es así.

Es a ti, a aquél que de corazón viene hasta mí. Y te lo voy a mostrar.
¡Todo lo que hasta a ti haré llegar!
Lo que cambiará, mostrará… la gran esencia,
¡la chispa divina!, que volverá a hablar.

Que “Yo Soy el que Yo Soy”.
Y dejo en ti esta gran vibración, amado hijo.
Agradecido estoy, por este ¡gran momento de amor y de unión!



1° de Abril de 2015.

Aleshia (2).


Esto es lo que mi Padre verdaderamente aprecia, de cada uno de nosotros; la entrega total del corazón. Y eso es, lo que hace sentir esa alegría, por la unión que sintió, de todos y cada uno de ustedes.

Eso es tan importante, porque la vibración que se elevó, ¡esa gran energía!, se sintió la armonía. Gracias hermanos. Gracias a todos, porque lo escucharon y lo vivieron de corazón.

Y verán lo que mi Padre -a cada uno de ustedes- hará sentir. Ese gran regalo para todos ustedes. Que para mí, el verlos aquí, con eso. ¡Con eso!

Sólo les digo; ¡se los agradezco! 

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