Agosto
14, 2019
Alexa
(1).
… Y
nuevamente en este tiempo, el banquete para recibirnos está abierto, tal como
lo dijo nuestro amado Jesús. Y visualicen como si fuera lo que ahora nos gusta,
a quienes nos atrae todavía alimentarnos de esta manera, nos gusta ir a lo que
llaman: “¡Ahh! ¡Si es buffet puedo tomar lo que yo quiera!” Hermanos, así es
como Nuestro Padre ¡todo lo que tiene preparado para nosotros lo ha creado!, y
vamos a tomar lo que sintamos en nuestro corazón, de todas las habilidades, ¡de
todos los dones que nos dio! Algunos ya lo hicieron. Ustedes hermanos han
atestiguado quiénes han empezado. También han atestiguado muchas otras
situaciones que se han dado.
Pero
precisamente aquí es donde entra ¡no el razonamiento!, sino el corazón, el
sentimiento de lo que Nuestro Padre nos está pidiendo; ¡siempre pedirle que nos
guie!, que nos lleve ¡por el justo medio!
Tal
cual como en algún momento compartimos los decretos: “Corazón, cabeza y mano”.
(Nota: verlos al final de este escrito) ¿Quiénes de ustedes lo han
repetido? ¿Quiénes lo han hecho como un hábito?, cada día que despiertan en su
vida agradeciendo a Nuestro Padre, ¡pero también decretando! ¡Es muy importante!,
¡porque estamos pidiendo y estamos acercando hacia nosotros esa protección! en Gran
Amor que Nuestro Padre a través de nuestros Maestros nos está dando.
En
algún momento se los comenté y vuelvo a repetirlo; no es lo mismo cuando tú
amorosamente dices: “Tiene sentido, pero ¿cuál es la profundidad?, de lo que yo-
al repetir en este decreto de amor que Nuestro Padre nos da- ¿qué es lo que
quiere decir en este sentir? ¿Por qué? -su hermana se preguntaba- ¿por qué? -al
repetir el decreto de las manos- ¿por qué?, que me permite seguir por el justo
medio”.
Ahora
creo estarlo entendiendo. Ya mi Padre dará la oportunidad y me mostrará si
estoy en lo cierto o si todavía en ello estoy equivocada, pero entiendo que el
justo medio es importante porque -hermanos- no podemos ir por el camino y decir:
“Inclínate hacia la izquierda. Más. O vuélvete hacia la derecha”. Todos tenemos
al seguir en la dualidad, ¡sí!, ¡al empezar en esta contienda! y querer y estar
en el proceso nuestro interior purificar, ¡no sólo el cuerpo, hermanos!, siempre
hay que empezar por nuestro interior, esa Energía Divina que El nos da, que nos
permite al seguir adelante y empieza a fluir. Primero nosotros lo sentimos, lo
vivimos, entendemos, comprendemos, y entonces viene lo maravilloso; lo empiezas
-hermano- a expandir, a mostrar.
¡No
necesitas palabras! Todo aquel que te escucha cuenta se da -cuando tú empiezas
a hablar- que en el justo medio estás. ¡Es importante que sigas! ¡Es un hilo
muy delgado! que en cualquier momento pudiera tus acciones o tus pensamientos
romper o quebrar. Cuando tú le pides a Nuestro Padre que te permita estar
siempre en ese justo balance, dejando atrás la dualidad. Eso es lo que en este
tiempo Nuestro Padre te dice -hermano- y te hace sentir que El en ti está.
Era
importante vivir, compartir, para poder entender lo que tu hermano ¡al aquí
sufrir! de una manera u otra lo que la ilusión siempre ha querido mostrar. Sabemos
que nada es sencillo, pero por cuanto más dificultad para ti pudiera tener,
siempre siente. Y eso tu hermana consciente e inconscientemente te lo pide que
lo sientas así, y te lo repetirá: sábete que Nuestro Padre ¡contigo está! -y
nosotros también- en este hijo delgado, ¡pero que cada vez más fuerte se hace!,
porque sabes que solo -amado hermano- no estás. ¡Nosotros te acompañamos!,
mis hermanos y yo, que aquí estamos, pidiendo a Nuestro Padre que en ustedes al
mostrarles, al llevarles ¡paso a paso! en su día con día, lo que llaman “rutina”,
sientan y vean que siempre está una Señal Divina, haciéndote sentir que
no importa lo que vivas aquí. Nuestro Padre ¡está! y nosotros, hoy por hoy que
los hemos venido a acompañar.
Aquí
está su hermana de esta manera ¡tan singular!, amorosamente, suavemente
llegando, ¡ocupando este templo! que Nuestro Padre amorosamente estuvo
entregando, como el tuyo, ¡como el de todos nuestros hermanos!, aquellos con
los que compartimos, a quienes acompañamos. Es tan importante hermanos; ¡esta
es la vestidura de la cual les hablamos!
Si
tú en algún momento -al seguir buscando- te diste cuenta, leíste, escuchaste,
que esa vestidura blanca que Nuestro Padre entrega es la Luz inmaculada, cristalina,
que en cada uno de ustedes llega, está.
Y
no pienses, porque llegaste a escuchar, ¡porque alguien te dijo que corrompido
estás!, ¡que al seguir estando aquí algunas de tus acciones y pensamientos te
han alejado y que estás hundido!, ¡que nada te podrá sacar! ¡No es verdad hermanos!
¡No lo pienses así!, porque ten en cuenta que ¡lo más importante!, ¡la fuerza
que mi Padre te dio! desde que llegaste aquí ¡es! esa libertad y ese amor. Y
que tus pensamientos no sean negativos; que siempre sigas adelante; que nada
permita que sigas confundido.
Es
por ello que tu hermana acompaña, ¡y también mis hermanos! ¿Quién?, que ustedes
recuerdan y que siempre está y que se hace sentir entre todos ustedes; ¡mi
amado hermano! -“Jesús” lo llaman- ¡Sananda!, que ahora dicen que la Nueva Vida,
que lo que están preparando, que lo que les están entregando. Hermano, hermana;
lo que viene de mi Padre, ¡de Nuestro Padre!, es eterno y siempre está vivo.
¡Nada lo hará desistir!, ¡ni nada lo alejará de ti!
¿Sabes?
Si tú te preguntas en este momento que entonces: “¿Por qué antes no había
sentido lo que ahora siento? ¡El querer encontrar!, ¡el querer escuchar!” Yo te
digo: todo es a su tiempo. Es que hoy por hoy tú estás permitiendo,
estás dispuesto, ¡has decidido que es tu tiempo!, y eso Nuestro Padre para ti
está ¡tan agradecido!
¡Esto
es lo que de tiempo en tiempo cuando aquí he estado!, ¡cuando he compartido
todo de lo que de mi Padre en la Enseñanza de “El Yo Soy” nos ha pedido! Es muy
importante respetarte, ¡esos fluidos! que hoy estás permitiendo y que estás
emanando para realizarte, ¡para redescubrirte!, ¡para encontrarte!, lo estás
haciendo en plena consciencia de que la Esencia que te mueve ¡es eterna! y
que es la que hace la diferencia ¡de todo! lo que hasta hoy ¡tú! habías sentido.
¿Qué
es lo que te lleva a la libertad? ¿Qué es lo que Nuestro Padre entrega y que en
todos y cada uno de ustedes está? ¡Es! ese infinito amor, la misericordia, el
perdón y la libertad. ¡Todo
redunda en lo mismo! -amado hermano- y es cuando tú al entenderlo acortas, ¡cierras
ese abismo! para seguir adelante, y ya no desandarás tus pasos, porque sabes
que al sentir tu corazón tan vibrante, siempre estarás reforzando esos lazos ¡que
nunca se han visto rotos!, porque son los que te han unido a Nuestro Padre.
Hoy
te repito nuevamente lo que tú llegaste a conocer, así, tan directamente,
porque si te has preguntado ¡sabes que las respuestas! viniendo de Nuestro
Padre y a través de nosotros, como en este instante tu hermana Alexa ¡te lo
comparte!, es porque estás dispuesto ¡y entendiendo! para escucharle.
Te
pedí que en cada momento, al buscar esa Conexión ¡y hablar directo! con Nuestro
Padre, en infinito amor, buscaras de acuerdo a la lección que en mi templo, así
como me hago llamar “Enriqueta” -que lo está entendiendo- hermanos: no hay más
técnica que el sentir y dejarse llevar por lo que en cada instante, como hoy
aquí, esta Energía maravillosa, que al recibir de mi Padre les entrego a
ustedes, amorosa, con la Llama Violeta, para que al transmutar ¡todo aquello!
de lo negativo, de lo inarmónico ¡que en cada uno de ustedes pudiera estar!,
porque entendemos que al caminar en su día con día, siempre, donde van, hay
hermanos que todavía pretenden contagiar la tristeza, el desamor, la
desmotivación.
¡Que
no sea así! ¡En ese momento siente en tu corazón y pide a Nuestro Padre que
emane desde ti!, ¡que fluya desde tu interior! esa Fuente Amorosa, lo que viene
desde “El Yo Soy”, para ¡tú! -en el nombre de Él- hacer la expansión, vibrar ¡y
compartirla a tu alrededor!
Tú cuenta te darás. ¡Sé! que muchos de ustedes la han puesto en acción, la han empezado
a utilizar.
Cuando
sienten -al entrar en algún lugar- la inarmonía, la densidad, decreten, ¡invoquen
a Nuestro Padre tan amado!, ¡y a su hermana! que de esto les hablo; nuestra presencia, nuestra acción y
en la Gran Benevolencia de Nuestro Padre y con infinito amor ¡sabrán! que en
ese instante -con la ayuda de la Llama Violeta- su hermana Alexa inmediatamente
transmutará y elevará, ¡porque todo es Energía!, Energía que está en acción,
¡en gran movimiento! Nada muere. ¡Todo se conserva y está viva!
Cuando
alguien la utiliza y la empieza a llevar en la imperfección, ¡hay que decretar!,
¡hay que invocar! a Nuestro Padre tan amado, y el día que en ti y en ti -amada hermana, amado hermano-
está, para que con su ayuda eleven hacia Nuestro Padre, ¡la pongan en sus manos!,
que El ¡la cristalizará!, ¡la purificará!, ¡y nuevamente te la entregará!,
limpia de toda oscuridad y multiplicada en esa Gran Luz ¡que todo lo va a
iluminar!
Y tú serás
portador, tú serás -amado hermano- ¡como siempre te lo ha dicho Nuestro Padre!,
y es por eso ¡que no sólo tu hermana!, todos los que en este Gran Círculo Amoroso
los rodeamos con toda la Luz que Nuestro Padre nos entrega, y les entregamos a
ustedes esa Gran Arma de Amor, para que ustedes la manifiesten y la entreguen a
su alrededor.
Esto
es lo que han logrado: la manifestación de Nuestro Padre tan amado. El gran
trabajo por el que aquí estamos; la contienda amorosa, la revolución de estos Grandes
Guerreros de Luz ¡que ustedes son!
¡Esto
es lo que han venido haciendo!, y saben -porque lo hemos estado repitiendo- que
en la preparación aun con más fuerza Nuestro Padre se las estará dando en su
manifestación ¡directa!, ¡perfecta!, hacia ustedes, amados hermanos. Porque
primero, primero ustedes que se han elegido; ¡primero ustedes que con todo lo
vivido!, ¿cómo podría yo hablarles de todo esto?, si no estuviera ¡total y
completamente por mí ya sabido!, lo que El me ha entregado; lo que tengo y lo
que vivo, ¡no solo aquí! con ustedes hermanos; adonde El me ha pedido. ¡Hay
tantos y tantos lugares!, ¡y lo saben!
Yo
les he hablado, les he pedido ¡que sigan adelante! en esta preparación, ¡que
sean constantes!, porque para vivirlo ustedes mismos lo estarán logrando. Yo no
he venido aquí a mostrarles y que digan; “¡Sí! ¡Llévanos!” Hermanos, vengo a acompañarles,
para recordarles quiénes ustedes son, y que empiecen a utilizar con verdadero e
infinito amor, ¡con esa certeza! de que en ustedes -desde su interior- y esté
bien sabido que son lo que son ¡porque Nuestro Padre los creó!; que no hay
limitación; que van a empezar a compartir lo que Nuestro Padre -a través de ti-
dirá, hablará.
Como
en este instante, ¡vean! cómo al tomar mi amado templo ¡que aquí está!, al cual
estoy unido -y es verdad- ¡con todos los sentidos!, porque hay tantos -hermanos-
que ya están activos en ustedes. Porque -les repito- han escuchado hablar y
creen tener por sabido que son ¡siete! los Vórtices Sagrados -que “Chakras” los
han llamado- pero hay muchos más, puntos ¡tan importantes!, ¡álgidos!, ¡que en
este instante en ustedes están vibrando con tanta fuerza!, y les están diciendo
y están sintiendo: “Busca y encuentra.”
¡Pero
mírate a ti, en tu interior! ¡Ahí es donde está la respuesta! ¡Habla con tu “Yo
Superior”! -si así lo quieres llamar- que es tu Parte Divina; que ¡ya! es el
tiempo para quererse contigo reencontrar; esa parte que nada la contamina, que
estuvo ahí vibrante esperando el Gran Momento en el cual contigo, en tu templo
reencontrarse. Eso es -amado hermano- lo que Nuestro Padre entrega.
Y
luego, cuando sigas adelante ¡y dejes atrás toda esa siega! en la cual ¡les
impedían!, ¡les detenían! cada paso que daban; pero nada se había perdido,
porque ¡todo! en ustedes siempre al sentir y creer que estaban confundidos,
siempre estaba ¡esa Luz!, la Llama Trina que te decía y te hablaba: “Siente y
escucha”.
Hay
algo ¡tan fuerte! que en esta lucha siempre te permite y te pide que sigas
erguido, dispuesto y valiente; porque ¡es Nuestro Padre el que en ti está!, y
cuando tú permitas y digas: “¡Sí! ¡Aquí está!”, y te pido y quiero que como
yo, tú -si así lo sientes- empieces a caminar en el Plan Divino que El te
entrega y que en ti está.
Esa
es la respuesta a muchas de las preguntas, cuando ha habido alguien que
amorosamente te pregunta y dice: “¿Y cómo? ¿Qué debo hacer?” Yo lo digo con
gran alegría: hermana, ¡este es el Gran Día para tu reencuentro glorioso
contigo misma!, ¡contigo hermano!, porque entonces estás dispuesto y
abierto ¡para estar escuchando! lo que mi Padre -Nuestro Padre- ya desde que te
creó, te está entregando “El Yo Soy” la Cúspide Gloriosa; lo que piensan que
al final -que no es el final- ¡sino el principio! de en otra Dimensión
caminar. ¡Es cuando se abren las puertas de toda la divinidad! El Privilegio Sagrado,
¡el Gran Paraíso del que te han hablado!
Y Nuestro
Padre lo ha dicho: “Este es el tiempo de los tiempos, en el que mis hijos,
aquellos que se estén eligiendo ¡y que deseen volver a mí!, con brazos abiertos
he de recibirlos, ¡agradecido!, porque se han reconocido como lo que son: los
hijos ¡que tanto amo!”
Y
aquí estoy -su hermana- en el nombre de Nuestro Padre, en este tiempo tan
grande en el cual mi hermano, a quien llaman “Maestro”: ¡Saint Germain!, ¡es su
tiempo! Amorosamente lo he venido a acompañar, cuando nuestro amado hermano “Jesús”
-que aquí se hizo llamar- le entregó, en el final de esa Era, que valientemente
quiso venirlos a acompañar, de esa gran oscuridad en la cual ¡trajo Luz!, ¡amor!
para todos ustedes. Ahora ustedes le llamaron la “Era de Piscis” cuando él aquí
estuvo llegando.
Hoy
por hoy han empezado a caminar y están en esta Era gloriosa que Nuestro Padre
en su promesa tan grande dijo: “Y muchos de mis hijos ¡a mí volverán!, en
esa Gran Libertad que les entregué; ¡conscientes!, ¡decididos!, ¡amorosos!, ¡reconociendo
lo que son!; abiertos para iluminarse y para reencontrarse conmigo y volver al
hogar”. Es por eso que también su hermana aquí está.
Es la
Era en la cual el Séptimo Rayo -la Llama Violeta- para ustedes aquí está. Al
empezar a vivir esa transición -en infinito amor- la Llama Violeta hace esa Gran
Transmutación en ustedes, hermanos. Es por eso que les pido, tal como lo
hace mi hermano Saint Germain: invoquen, ¡sientan!
Les
entregamos la Llama Violeta para que con ella ustedes en su día con día -al
transmutar- se envuelvan. Visualicen esta Llama, ¡cómo envuelve todo su cuerpo!
y se eleva hacia Nuestro Padre, y va iluminando todo a su alrededor. Pero lo
más importante: tu templo y tu interior ¡se eleva hacia Él!; entregas tus
miedos, tus indecisiones, tus temores, tus resentimientos, tus tristezas, tus
dolores.
Hermano;
ahí la Llama Violeta ¡de todo esto te está despojando! y hacia Nuestro Padre
está llegando. ¡El lo sabe! y en Gran Amor todo ello está esperando. Ahí es
donde concluye la transmutación, porque vuelve a ti a plena Luz, purificada,
cristalizada, ¡toda esa Energía que por ti es invocada! ¡Y Nuestro Padre en Gran
Alegría!, y tu hermana Alexa -al recibirla- hasta ti llega y te la entrega, en
el nombre de Nuestro Padre ¡tan amado!
Es
por eso que nosotros nos unimos a todos los Seres, que ustedes han llamado “Ángeles”,
“Arcángeles”, “Maestros Ascendidos”; que lo único que queremos, deseamos ¡todos
nosotros unidos!, ¡es! que cada vez sea más grande; ¡que ustedes se unan a toda
esta Hueste Sagrada!; que vuelvan a ser lo que fueron y lo que son, lo que
serán en la Eternidad. Porque -hermanos- ustedes son llamados a lograr la
perfección que Nuestro Padre ¡tan amorosamente! a cada uno de nosotros ha
entregado.
Ahí
es donde han de entender que cuando se dice que nos hizo a imagen y semejanza ¡de
Él!, ¡es cierto!, ¡es la verdad!, ¡pero profundizar en ella y entender!, ¡y
comprobar! que realmente eso somos; ¡que esa Luz!, esa Chispa Divina de Amor
que nos quiso entregar ¡aquí está!, ¡dentro de ti!, ¡ahí en tu interior!, ¡muy
en el fondo!, que está siempre llamando y pidiéndote: “Permíteme. ¡Permítete
ser! ¡Déjame fluir!, ¡elevar y ayudarte a contender contra todo esto!”, que tú
lo has dicho: “Te hace tan difícil el camino”.
¡Pero
nunca ha quedado en entredicho! que Nuestro Padre ¡siempre!, ¡eternamente ha
vencido!, y cuando tú ¡al invocar ese Decreto Sagrado!: “Dios conmigo. Yo con Él.
¿Quién contra mí?” ¡Nadie!, porque El ¡todo lo ha de vencer!, porque Nuestro
Padre tiene armas que tú ni siquiera conoces. Pero cuando tú te entregas y te
dejas llevar -hermanos- cuando tiene que ser, ¡decreta la tregua!, para que tú ¡retomes!,
¡y te fortalezcas!, ¡y te llenes! de toda esa Energía Sagrada ¡que El! hasta ti
hace llegar.
Y
luego esa Esencia tan amada, cuando tú le permites ¡y te empieza a hablar!, sabes
y sientes que en ese decreto, más cercano, ¡mucho más! con Él estás, y entonces
¡nada! de lo que pudiera intentar detener tu camino, ¡nada lo va a lograr!,
siempre victorioso hasta Él vas a llegar.
Hermano;
esto es lo que El -Nuestro Padre- ¡a todos nos da!, y entonces sabrás, estás
entendiendo qué es… Te iba a compartir, a decir: “El panorama es tan amplio”,
pero es más que eso hermano, ¡es más que eso! Si tú al estar entendiendo que
el Cosmos ¡es eterno!, ¡que el Infinito es sagrado!, ¡y que no tiene fin!,
porque también de tu hermana lo has escuchado: “El Todo y la Nada lo conforman,
y ahí ¡en ese punto tan amoroso!, ¡álgido y sagrado!, ahí es donde se encuentra
Nuestro Padre tan amado”. Ahí es donde El te pide que estés llegando; en ese
vacío, pero que todo lo llena, porque es donde se encuentra Nuestro Padre, y
estás ¡tú mismo!, y entonces sentirás cómo todo lo colma, y como dice mi amado
hermano Saint Germain: “¡Y la copa siempre estará rebosando!”, porque de Nuestro
Padre siempre estarás recibiendo para con tus hermanos estarlo compartiendo. ¡No
tiene final! Siempre de Él recibirás.
Cuando
tú te dejas llevar, date cuenta -hermano, hermana- que no sólo las palabras te
entrega, sino también las acciones, cuando ¡El! amorosamente ¡te lleva donde te
necesita! y donde entiendes que tienes que estar, para compartir todo lo que de
Él recibes; lo que te da, y que El -a través de ti- lo va a mostrar.
¡Hay
tantas cosas! y de manera armoniosa, por cuanto ¡tan amorosa! Nuestro Padre a
ustedes, a pesar de lo que dicen que tanto les ha mostrado. No olviden que
también Nuestro Padre tan amado ha dicho: “Eso, sólo han sido probadas, ¡probaditas
de lo que tanto es!”, ¡y lo que tú dices que necesitas está!, qué es y lo vas a
utilizar, y lo vas a compartir, y de lo que ¡tanto estabas esperando! -hermano
tan amado- eres tú el que también lo estarás compartiendo y mostrando.
Es
por eso que Nuestro Padre hoy por hoy está haciendo ese Gran Llamado, a todos
aquellos de mis hermanos que al sentir y preguntarse y decirle: “¡Padre!, ¿qué
he de hacer?, ¿de qué manera?, ¿cómo empezar?, y ¿cómo saber que viene de ti?,
porque no me quiero equivocar”. ¡Cuánta razón tienes!, amado hermano, ¡cuánta
razón! al con Nuestro Padre de ello hablar.
Bien
lo dijo mi amado hermano Jesús: “Y llegará el tiempo de los tiempos, en el cual
ustedes lo que estarán viviendo, ¡y volveré!, ¡y con ustedes caminaré!, pero
también habrán de tener cuidado, porque surgirán falsos Profetas, que se
revestirán y dirán que en nombre de mi Padre están contigo, ¡y que si tú lo
aceptas!”
Y
entonces ¿cuántos?, Nuestro Padre ha escuchado, como nosotros -hermanos- que en
su nombre aquí estamos, que se preguntan: “¿Y de qué manera Padre? ¿Cómo
saberlo?” Ten presente -hermano, hermana- que nosotros aquí estamos para
acompañarte, si tú así lo sientes y aceptas, que nuestra guía en el tiempo en
el cual necesaria sea, porque llegará el momento ¡tan esperado por ti!, en
el cual ¡es! -y ha empezado a ser- ¡tan directo!, el que Nuestro Padre te hable,
te diga y te haga sentir: “¿La intuición le quieres llamar?, ¡pues que sea así!”
Pero
ese es uno de los dones que a todos ustedes les quiso entregar: el sentir, el
decir: “Algo me dice que sí”. Como también ha habido tantos momentos en los
cuales dices: “Siento rechazo y no sé por qué. Hay algo que me impide, siento y
no me lo explico el porqué, que no, ¡que no es así!, ¡o que no debo estar aquí!”
Hermano; hazle caso a la intuición, que de Nuestro Padre hasta ti está llegando
y te lo entrega en infinito amor.
Ahí
es donde ¡tú! tienes que empezar a entender y darte cuenta ¡quién eres!, y todo
lo que es de Nuestro Padre para ti ¡está! ¡Déjalo que resurja! ¡Déjalo revivir
en ti! Recuerda que eres un Ser maravilloso. Permite que se abran tus alas,
para que empieces a elevarte hacia Nuestro Padre. La Consciencia Crística y Cósmica
ha empezado a dar los frutos, en aquel de mis hermanos que se ha entregado.
Es
por eso que te digo que tu hermana aquí ha llegado para no sólo de esto hablar,
también -cada vez que mi Padre tenga a bien indicar- en su nombre mostrar, pero
sólo para que vivas y sigas adelante ¡tu Despertar!
Ten
presente -hermano- ¡nunca!, ¡nunca me cansaré de repetirlo!, que esto tu
hermana lo hablará y llegará a mostrarlo ante quienes mi Padre me lo ha pedido,
¡Nuestro Padre tan amado!; aquellos que estén viviendo ese Gran Momento de la
transición, y recordar que el juramento que hicieron en infinito amor, para
volver hacia Él, hacia Nuestro Padre tan amado.
¡Y es
por ello! que tu hermana de esto te está hablando, haciendo un recuerdo de todo
lo que desde el principio, ¡cuando tú permitiste! y dejaste ¡e hiciste que tu
hermana te empezara a hablar de todo esto!: la Enseñanza de “El Yo Soy” -Nuestro
Padre tan amado- que en este tiempo ante ustedes cumplirá la promesa: ¡se
estará mostrando! ¡Tú vas a vivirlo! No será tu hermana la que te va a
decir cuándo ni en qué momento; es Nuestro Padre tan amado, que en este
instante para entregar a ustedes lo siento.
Hermanos;
reciban amorosamente la Energía, que -a través de tu hermana Alexa- Nuestro
Padre entrega, acompañada por la Llama Violeta. Que te envuelva amorosamente, ¡suavemente!,
¡pero fuertemente!, para fortalecer en tu interior en infinito amor y recuerdes
la Enseñanza de “El Yo Soy”, mi Padre tan amado, ¡Nuestro Padre! ¡Y todo lo
creado por Él!, siente en este instante cómo te envuelve en Gran Amor, paz y
tranquilidad.
Porque
también te digo que de los hermanos que aquí nos acompañan, hay quienes le han
pedido ¡fuertemente y en Gran Fe!; algunos han llamado que haga sentir lo que
es la suerte de quien tanto aman. Yo les digo que ¡cuando tú te acercas y
estás y te entregas!, vuelvo a repetir, como también mis hermanos lo han dicho:
por Consecuencia Divina, ¡no sólo a ti, sino a tu alrededor!, ¡y todos aquellos
que tú amas!, ¡y que vienen y han llegado para formar parte de lo que tú llamas
“tu familia”!, también tienen -de Nuestro Padre- su Gran Protección, su
infinito amor, ¡y que cuando El se hace sentir y tú al permitir que te hable y
te diga!: “De lo que has pedido, ¡sea pues!”
¡Es
así!, se ha cumplido, ¡porque tu fe!, ¡y el amor!, como tú al hacerlo ¡y tan
decidido se lo has dicho!: “Padre, ¡pero lo dejo en tus manos! ¡Dame una
respuesta!, ¿qué es lo que sucederá?” Sabes a lo que me refiero. Es tan
manifiesta.
¡Y la
Llama Violeta! y tu hermana Alexa, con él y con ellos se encuentra, con todos
aquellos ¡que en Gran Amor decretan!, ¡invocan! -en el nombre de Nuestro Padre-
también la Presencia de tu hermana. Y yo agradezco amorosamente, porque así se
ha hecho; me ha permitido sentirme ¡ahí!, acompañando, y se ha cumplido, y será
así, lo que Nuestro Padre ha dicho y ha dispuesto. Instrucciones he recibido, y
desde el Gran Corazón de mi Padre -en infinito amor- ¡hecho está!
Desde
hoy ¡la perfecta salud! en plenitud en todos los cuerpos, mostrándose en el físico,
alineándose a lo que Nuestro Padre, al ir soltando aquello que lo mantenía
prisionero, se ha retirado.
Así lo ha decidido el amado hermano, ¡y está aquí conmigo!, ¡escuchando!, como
otros hermanos que han pedido.
¡Este
es el Gran Momento! Ustedes están entendiendo que también ¡es tan fácil!, Nuestro
Padre al entregarnos y nosotros al saber que podemos mover en nuestra Esencia -en
la Presencia de Él- lo que llaman “Espíritu” estar, al invocar -como su hermana-
que a cada uno de ustedes ha ido a acompañar ¡aún más!, por la preparación que El
nos da.
Estamos
en acción con cada uno de ustedes -amados hermanos- para hacer interacción. Luego
todo vendrá a mostrarse en los templos que amorosamente cada uno de ustedes han
venido a ocupar, para aquí caminar.
Entenderán todo esto que digo; el porqué y para que su hermana hoy de ello
quiso hablar.
Hermanos;
la Gloria Infinita de Nuestro Padre se muestra a cada instante. Cuando tú
permites y estás con tu corazón vibrante ¡más recibes! y todo empieza a
multiplicarse.
Con
ustedes estoy acompañando en la Gran Misión de Shirón que Nuestro Padre me entregó,
para compartirlo con ustedes, en este tiempo glorioso de la Gran Manifestación
de “El Yo Soy”.
Agosto
14, 2019
Saint
Germain.
¡Y es
así!, ¡amados!, ¡amadísimos hermanos! Con gran alegría, a brazos abiertos los
recibimos, a ustedes que todavía se hacen llamar “Humanos”, ¡que no lo son!
Hoy
por hoy, y más en estos días, en la Gran Ley Amorosa de la unión, la Correspondencia,
la Ley de Atracción, han tenido, hemos recibido para ustedes esta gran anuencia;
la atracción que está sucediendo, porque ya les hemos hablado de ello -amados
hermanos- y lo digo con esta gran, gran alegría en mi corazón, porque les he
dicho y les repito: ¡los necesito!, los necesito ¡para seguir adelante! Ya
no seremos ni permaneceremos en esa gran contención. ¡Ya no!
Y
se preguntarán ¿por qué?, ¿por qué lo digo así?: “contención”. Eso era lo que
estaban viviendo, al recibir ¡tantos ataques! de la gran inarmonía, la
densidad, las entidades que en determinados momentos siempre con gran fuerza a
ustedes los dejaban sin aliento. Hermanos: ¡ya no!
Nuestro
Padre, ¡mi Padre! está permitiendo, y le pedí que al estar aquí, hoy que me han
entregado, que me ha permitido amorosamente y me ha dicho: “Es tu momento. Habla
con ellos, con mis hijos ¡que tanto amo!”
Así
como en aquel tiempo mi amado hermano Jesús lo estuvo viviendo, hoy que me ha
entregado la estafeta gloriosa de lo ¡tan amado!, para que con ustedes su
hermano esté; para vivir y recibir la entrada, se los he repetido: la Séptima
Raza Gloriosa.
¿Por
qué? Porque el Rayo de Luz, la Llama Violeta que tuvo a bien entregarme, pero
también hermanos, ¡en esa Gran Alquimia Amorosa!, se los dije y vuelvo a
repetirlo: le he pedido a mi Padre utilizarla, compartirla con ustedes, haciendo
Alquimia Amorosa para convertir en cada uno, que comience a resurgir lo que son,
y al estar aquí reencontrarse, recordar en este Gran Despertar cada uno de
ustedes quiénes son y por qué aquí están.
¡Amados!,
les digo con infinito amor; ¡ya cuenta se habían dado por todo lo que está
sucediendo! ¡Cuántos y cuántos hermanos están hablando y están mostrando
amorosamente!, hablando de lo que Nuestro Padre en esta Gran Enseñanza, ¡única,
amorosa, eterna! de “El Yo Soy”, que viene ¡directa! para cada uno, y
siéntanlo así; se manifiesta en su día con día, ¡en cada despertar!, en lo que
llaman “su rutina”, que muy bien de eso mi hermana también les vino a hablar.
Hermanos,
en este tiempo lo que les vengo a entregar -a la par con mi hermana- es la Llama
Violeta del Séptimo Rayo glorioso, que es la base para que todo aquel en su
reencuentro y encontrarse ¡con ustedes mismos!, empiecen a vivir, a envolverse
en ella.
¡Y
está aquí! A cada instante su hermano se las entrega, así como mi hermano en
aquel tiempo vino a entregarles -desde su corazón- ¡ese Rayo de Luz!, del Amor.
Ya ustedes lo conocen, ¡ya lo viven!, ¡lo invocan!, ¡con él caminan! También ¡unan
a ello la Llama Violeta!, porque con ella ustedes en cada andar -al seguir aquí
en esta densidad- han de purificar todos sus cuerpos. ¡Siempre háganlo!, ¡conviértanlo!,
para que al seguir adelante en este Despertar, un hábito en ustedes también -al
utilizar- se vuelva.
Hay
quienes todavía ¡no tienen idea! -amados hermanos- ¡lo que suelta!; lo que
aleja todo aquello que contamina, a lo que están expuestos al estar en esta
densidad. Algunos le llaman “Tercera Dimensión”, pero ustedes ya han empezado a
vivir y a caminar con infinito amor; saben que han empezado a elevar ¡la Consciencia!,
¡la Esencia!, y por ende también sus cuerpos.
Hermanos;
todos los dones que Nuestro Padre ha tenido a bien entregar y que en ustedes
están ¡pidiendo!, ¡deseando ya que los empiecen a utilizar! ¡Pero siempre!, ¡siempre!
amados, se los hemos pedido y no nos cansaremos de repetirlo: en Gran Amor y en
humildad. En esa humildad que entiende ¡que todo viene de Él! y que tú lo
tienes, pero que ¡eres!, te conviertes en ese Faro de Luz para los demás.
¿Cómo
poder compartir lo que no está en ti? Cuando tú te empiezas a llenar y a
permitir que toda esa Luz no sólo en ti empiece a inundar, entonces -al hacer
expansión- eso es lo que tú -amado hermano, amada hermana- empiezas a mostrar, ¡y
ahí es! donde ¡tú! cuenta te vas a dar que eso es lo que eres: ese Instrumento
de Amor, ¡ese Faro de Luz! para los demás, para aquellos que también ¡con gran
ahínco! y deseo de encontrar, al escucharte de ello hablar, y ver, y darse
cuenta ¡que eres la muestra viva de lo que tú a ellos les quieres hablar! Entonces
dirán: “Es verdad. ¡Es verdad!, porque mi hermano, mi hermana -que de ello me
habla- no es el mismo, no es la misma”.
Lo
que no saben ¡es! que empiezas a mostrar tu verdadera identidad; lo que tú eres
en realidad: ese Ser de Luz amoroso, que al sentir en su interior transmite y
comparte ¡la paz!, la armonía, el amor y la tranquilidad; que el sentir al
beber día con día ¡el Agua Viva! que en tu interior ¡con la Llama Trina!, ¡el Fuego
Sagrado que nos envuelve! y que viene de Nuestro Padre tan amado.
Yo
te dije -hermano- que te estaría hablando de qué manera tu hermano logró y
encontró esa perfección que Nuestro Padre nos ha ¡a todos entregado!, y no te
he engañado. ¡Permite! ¡Sigue adelante! ¡Sé constante! en este proceso
maravilloso, ¡único! y eterno,
para que luego al ser libre ¡en la verdad que Nuestro Padre te da!, entonces
cuenta te des ¡que hay tanto!, ¡tanto! por vivir y de Él hablar, ¡y entender!
que no solamente al estar aquí, este Plano terrenal, la ilusión, ¡abrirás la
puerta -hermano!, y darás ese gran paso ¡para dejar de ser humano! Entonces
te llamarás y sentirás lo que realmente ¡es! y lo que en tu corazón está.
¡Eso
es lo que necesito!, y créelo así, porque has sido llamado para estar aquí,
para escuchar y sentir, porque a partir de hoy y todos los días más adelante,
no nada más cuando estés -como en estos momentos- en lo que tú llamas “esta
reunión”, en la cual ¡sin ningún impedimento!, ¡porque tú estás a corazón
abierto!, recibiendo y escuchando, sintiendo lo que de Nuestro Padre -a través
de nosotros- ¡estás recibiendo!
Amorosamente
te digo: ¡es el Gran Momento!,
y lo digo ¡con gran alegría!, ¡con gran regocijo!, como Nuestro Padre lo ha
dicho: “Les pido que cuando les hablen a todos mis hijos, sea así”.
Y
miren, este templo, yo se los dije y lo vuelvo a repetir: hermanos, siéntanlo
así; la hermana nos presta su templo para hablarles ¡de Él! Hoy por hoy será
así, pero no siempre, y ya está llegando el momento en el cual todo esto
está empezando a cambiar. ¡Ustedes lo están permitiendo! ¡Están dando ese paso
glorioso! para, ¡sí!, no digo que nos volverán a escuchar; nos seguirán
escuchando, pero estaremos ¡frente a ustedes! compartiendo de la gloria
de Nuestro Padre.
Y
yo te digo -hermana- eso no quiere decir que vas a estar muriendo. ¡No! ¡Te han
estado mintiendo! al decirte cuando tú te vas, cuando tú “mueres”. ¿Cuál es esa
palabra?, si Nuestro Padre nos ha entregado ¡la vida eterna!, esa Esencia que
nos mueve y que nos alimenta, ¡que siempre estará viva!
Hace
un momento cuando mi hermana habló con ustedes, dejó trunco el comentario, no
lo finalizó, ¡porque permitió que fuera yo! Cuando ustedes han escuchado hablar,
y eso -hermanos- no me dejarán mentir; ya con ustedes paso a paso lo repetimos
y lo entendieron. Se ha dicho “científicamente” lo que terrenalmente quienes
han estudiado, quienes se han dedicado, pero sin permitir recibir lo que de Nuestro
Padre tan amado ¡siempre ha estado aquí! Ahora la Ciencia dice: “Es algo
inexplicable, pero cuando alguien muere lo que se desprende es el Cordón de Plata”.
¡Tan mal que lo han utilizado! hermanos; ¡piensan que solamente esa es! la
manera o la forma ¡única! como se va a utilizar; se desprende esa Esencia de Vida
que a tu cuerpo le da.
Hermanos;
ya les hemos pedido y lo vuelvo a pedir: cuando ustedes estén en esa Conexión
con Nuestro Padre -y le agradezco a mi hermana que me haya permitido fuese yo
el que en este instante ante ustedes tenga que repetirlo- ¡es importante!, ¡es
grande! Visualicen -hermanos- que nosotros los acompañamos. Envuélvanse. Visualicen
esa esfera de Luz ¡dorada!, ¡iluminada! Visualícense en su interior, y en el
interior envuélvanse con la Llama Violeta en infinito amor, y eleven, ¡eleven!,
diríjanse hacia Nuestro Padre y vayan para llegar directamente hacia Él, por
medio del Cordón de Plata, que es la unión ¡que cada uno de ustedes tienen con Él!
¡Gran Conexión!, ¡directo!, ¡ipso facto!, ¡instantáneo!, en ese instante lo
vivirán y escucharán a Nuestro Padre, tan amado por todos nosotros.
¡Recuerden!
que lo que ahora han estado utilizando, lo que llaman la “Gran Invocación”, ¡es
cierto! ¡Analicen!, ¡reflexionen profundamente qué es! lo que hasta ustedes en
esas palabras, cuál es la intención que lleva al escuchar y sentir en Gran Amor,
al decir que “las pequeñas mentes de ustedes, hermanos”. ¡No es así! ¡Son tan
grandes! ¡Son tan maravillosos! Ya no piensen ni digan, no sientan que son
tan pequeños. Tienen esa ¡grandeza de Nuestro Padre!
Y
es verdad cuando repiten, ¡ahh!, que “nosotros entendemos el Propósito Divino
que viene de Él y que lo entendemos, lo recibimos y a Él servimos”. ¡Eso es lo
que nosotros necesitamos de ustedes!, ¡y se los pedimos!; que también se unan
ya ¡en esa Gran Maestría que Nuestro Padre nos da!
Y
si ustedes me preguntan: “¿Cómo lo vamos a lograr?”, permítannos con ustedes
seguir hablando de ello. ¡Déjense llevar! ¡Invoquen la Presencia de Nuestro
Padre tan amado!, de su Energía maravillosa. ¡Llámennos a nosotros!, que somos
sus hermanos; que al haber pasado por lo que ustedes vivieron, entiendo ¡perfectamente!
todo esto que han sentido.
Pero
no te sientas solo ni desvalido -amado hermano, amada hermana- porque aquí
estamos; como mi hermano Jesús, que te dijo: “Y estoy y estaré con ustedes, y
continuaré ¡y volveré! ¡Llámame porque contigo estaré!, porque Yo Soy el
camino, la verdad y la vida”.
Ahora
entiende -hermano- que cuando dice “Yo Soy” ¡se refiere a Nuestro Padre tan
amado!, pero que ¡El llega! y a través de mi hermano Jesús, como de nosotros,
como de ti, ¡de cada uno de ustedes!, así será su manifestación gloriosa ¡por
toda la Eternidad! Permítete ser también ese Instrumento de Amor ¡de Él!
¡Eso
es lo que nosotros te pedimos! en infinito amor, y tú sabes que tiene preparado
para ti algo tan grande, tan maravilloso, y lo tiene directamente para cada uno
de ustedes. Y nosotros aquí estamos también.
No
olvides -hermano- que de la promesa de Nuestro Padre, al tú hacer tu invocación
en Gran Amor, te pido -como mi hermana lo hizo- si tú así lo sientes y lo
deseas ¡llámame!, que contigo estoy. Sentirás mi Presencia, y en el nombre
de Nuestro Padre -“El Yo Soy”- la guía amorosa, que es por ello que tu hermano ¡Saint
Germain! de ello te ha estado hablando.
Y te
digo: ¡este es el Gran Propósito Divino! al estar aquí contigo, hoy que mi Padre
me lo ha concedido. Ustedes son, han sido y serán, quien -con Gran Amor- me
acompañarán en esta contienda gloriosa, para esperar y vivir la Gran Llegada de
Nuestro Padre tan amado.
Su Llamado
está ¡tan próximo! Como lo hemos dicho, inesperado -amados hermanos- pero en Gran
Amor con ustedes estamos, para que en esta preparación sean, así como lo han
dicho y han estado mostrando al permitirnos con ustedes de esto hablarlo; que
sean los que se han elegido para vivir volver a Él, a Nuestro Padre. Y somos y
seremos quienes acompañaremos, si ustedes tienen a bien permitirlo.
Que
yo soy su hermano: ¡Saint Germain!, que hoy por hoy están viviendo esos días en
los cuales -en infinito amor- mi Padre me ha permitido acompañarles, entregando
para ustedes en sus amaneceres y atardeceres la Llama Violeta.
¡Siéntanlo
así! cada vez que ustedes vean y disfruten y sientan, cómo se tiñe lo que
llaman “el cielo” de esos colores amorosos que su hermano les entrega -en Gran Amor-
en el nombre de mi Padre, para que los envuelva y sientan que su hermano Saint
Germain les acompaña y con ustedes está, al igual que Nuestro Padre, que se
hace sentir ¡amorosamente!
Hermano;
que todo lo que viene de la Fuente Gloriosa, que en este instante lo que me
entrega, me permite utilizar para ustedes en la Alquimia Sagrada, en
su interior, en sus templos, en infinito amor, como ya lo hemos dicho, ¡en Gran
Activación!
Sientan
cómo su hermano ¡Saint Germain! está entregando -en Gran Alquimia Amorosa- lo
que a mí Nuestro Padre me entregó. Está con ustedes ¡y en Gran Transmutación!
en todos sus cuerpos. Siéntanlo así, porque viene de mi Padre, y se los
entrego en este instante ¡y aquí!
Que
yo soy ¡Saint Germain!, y la Llama Violeta, la Gran Amatista en ustedes está.
Agosto
14, 2019
Alexa
(2).
Sintiendo
la Energía que Nuestro Padre en este instante está entregando, revistiendo cada
uno de los cuerpos, que no sólo de los que aquí se encuentran, me dice que al
repetirles que no hay marcha atrás, de lo que cada uno de ustedes, todo aquel,
aquella, que se decidió y ha pedido entregar, ¡no hay ni habrá
arrepentimiento!, porque estarán viviendo lo que realmente al llegar de Él,
desde la Fuente Sagrada, ¡será inequívoco! lo que al vivirlo a algunos desde
sus Consciencias, desde su interior, ¡desde el alma!, ¡por sorpresa será tomada!
¿Y
por qué lo digo?, porque dicen y piensan que no están preparados, si no tan
sólo para vivirlo, también para recibirlo. Que ya es el momento en el cual
todo se estará mostrando ante ustedes y para ustedes, porque al seguir y al
estar invocando su Nombre Sagrado, desde el corazón de Él, que todo lo sabe y lo
siente, lo recibe y se manifieste, es su deseo que así sea. Que al llegar y al
estar de los 144,000 que aquí están en los cuatro puntos cardinales, tal como
al estarse reuniendo en grupos, que se han hecho llamar “separados”, pero que
al estar ¡y vivirán! porque los estará uniendo y estar sintiendo ¡y ser
frontales! en muchas de las cosas que El nos estará pidiendo que así se
llevarán; pero que no piensen que al llamar a contender, ¡no será!, porque El
no está de acuerdo ni nos ha entregado agresividad; lo que El pide y lo que El
desea es amor, ¡amor y amor!, ¡siempre!, ¡y que no hay final!
Entonces,
aquel que se ha mostrado hasta hoy así de valiente, entenderán que no todo
será llevado a la suerte, Símbolo Sagrado que ha entregado, a través del Gran
Hermano que nos ha hablado.
¡El
nos dirá! de su verdad. Que a quienes por sorpresa tomará, les pide que en ese
instante invoquen su Nombre Sagrado, porque entonces entenderán que no es que
sus cuerpos se estén desequilibrando, ¡que no es que sus mentes! por lo que
esté llegando los esté a la locura llevando, porque así es lo que por un
instante pensarán.
Que
sepan que la Gran Sabiduría, la inteligencia amorosa que nos entregó un día se
está abriendo, y que entonces comprenderemos -en su verdad- lo que somos ¡y
donde estemos!, porque ahí es donde nos necesitará.
La
verdad desde el “Ombligo Sagrado” -porque así lo han llamado- que en cada
código al estar activo y el estarse reencontrando se estará manifestando.
¡El
nos llevará! ¡Nuestro Padre indicará!, ¡y duda no quedará!, porque así como ha
empezado y nos ha hablado a cada uno de nosotros, ¡ahh!, que no solamente en
este momento; que se entienda lo que El está diciendo, porque también en tus
momentos en los cuales dices que “a solas estás” y que le estás pidiendo ¡y
que estás invocando su Presencia!, ¡su anuencia!, para muchas de las cosas en
las cuales estás inmerso ¡cuando hay sufrimiento!, ¡cuando hay dolor!
Que
mira que esa manifestación en este instante me la está haciendo sentir y está
diciendo: “Hijo mío; ¡eso es lo que quiero que entiendas!, ¡que “El Yo Soy”
no te lo dio! Que Yo al hacerme sentir y al estar en ti, te mostraré y volverás
a vivir ¡de mi verdad!, porque así es como te necesito: en Gran Alegría, amor y
libertad. ¡Haz de soltar! todo aquello que empezaste cuando aquí llegaste a
recoger. ¡No es tuyo! ¡Esa carga se ha vuelto tan pesada! y quiero ¡que a mí!
sea entregada. ¡Te amo!, y en esa ligereza, porque para ti todo empieza, Yo -“El
Yo Soy”- te diré, te mostraré y te llevaré de vuelta al hogar, ese que dejaste y
al que volverás”. En Gran Amor Nuestro Padre eso es lo que hoy me ha dicho,
para escucharlo y compartirlo.
¡Habrá
grandes testimonios!, porque aquello que llaman “demonios” ustedes se volverán ¡libres
de todo ello!, ¡soltarán y entregarán! Libraremos la batalla con la Gran Arma
poderosa que Nuestro Padre nos ha entregado: ¡el amor!, el amor que abre todas
las puertas.
Y
entrégale a Nuestro Padre en este instante, que es lo que está pidiendo. Me
dice que cada uno de nosotros que aquí estamos hay quienes traen y piden para
liberarse de situaciones, de dudas, de tristezas, ¡piden! que se muestre a nuestro
padre, y dice que le entregues tus debilidades, tus dolores, tus tristezas. Que
El te dará; que El te entrega y te reconfortará; que El te lleva a vivir todo
aquello que quisiste dejar; que hoy por hoy al trasponer la puerta que quisimos
cerrar y mantenerla abierta para toda su grandeza, su amor.
Hermanos
míos; que eso es lo que El necesita y pide; que estemos siempre deseosos de
caminar hacia Él, porque los momentos gloriosos que tanto se han prometido
estamos empezando a vivirlos, ¡ahh!, y que la Gran Preparación para estar y
vivir con Él en infinito amor, antes de volver aquí, en este Plano el Paraíso Terrenal
nos será entregado.
Eres
tú y sólo tú -amado hermano- quien habrás de decidir y tienes la respuesta a
este Llamado que nos está haciendo Nuestro Padre tan amado.
¡Permite
y deja! que los Grandes Dones y habilidades que te fueron entregados ¡resurjan!,
¡y que con gran fuerza por ti! -en el nombre de nuestro padre- ¡pero con Gran Humildad!
sean utilizados.
Y es
así. ¡Este es el tiempo de los tiempos! en que está y cada vez más
fuertemente será mostrado.
En el
“Cantar de Cantares” fue mencionado. ¡Génesis Sagrado! repetitivamente en la
creación, por aquellos hermanos que de Nuestro Padre recibieron, también
escrito ha quedado, y de tiempo en tiempo Nuestro Padre tan amado ¡siempre! -al
hacer el Llamado- lo ha mostrado. ¡Hoy! así sucederá, porque es Su Voluntad.
¡Bendito
sea Nuestro Padre! ¡Alabado sea su santo nombre eternamente! Y ésta -tu hija-
al compartir ¡todo lo que me has dictado! -Padre mío- por mis hermanos y por mí
amorosamente ha sido escuchado.
¡Gracias
Padre! Se está mostrando lo que para nosotros ha sido y será ¡el Gran Legado!,
la Promesa Divina ¡de que tú! con nosotros ¡fuertemente! volverías a estarte
mostrando.
¡Gracias
Padre! ¡Bendito seas! ¡Oh santo, eternamente sea tu nombre!, que al ser
invocado por cada uno de nosotros, desde lo más profundo de nuestro corazón,
llegue y sea manifestado. Hecho está.
Agosto
14, 2019
Alexa
(3).
Lo siento
aquí y es así. Dice que en estos días y para nosotros, se verá el cumplimiento
de una de las Profecías, pero Profecías Sagradas que en amor serán mostradas.
¡No
es el fin! ¡No de lo que han pretendido hacer creer! Lo que estará aquí ¡es! el
Gran Poder de Nuestro Padre que se estará manifestando en cada uno de nosotros,
pero que entenderemos y sabremos que ¡es Él!, en la Gran Alineación que se está
dando en Gran Amor, porque se están sincronizando Energías de Alineaciones,
pero que también en las ecuaciones de lo que llamamos “nuestro Sol”, porque el
de la Luna también entrará. Que han dicho que es artificial. ¡Se va a mostrar
que no es así!, ¡que tiene vida!
Y
dice mi Padre: “¡Viene de mí! ¡Todo tiene un “por qué” y un “para qué”! en este
tiempo al unirse en un “Gran Paralelo Sagrado” -que así lo llamo- para ustedes
será y estarán recibiendo, ¡estarán reencontrando la grandeza de lo que de mí! -al
crearlos- estuvieron recibiendo”.
Y
he de decirles -amados hermanos- que mi Padre todo esto lo está preparando, ¡y
no sólo nosotros!, ¡hay tantos que lo estarán recibiendo! Será una gran sacudida
individual, en nuestro interior, y así se va a mostrar.
¡Habrá
quienes sientan! -como algunos que ya lo están viviendo- ¡que casi mueren!,
pero resurgirán, porque lo que está Nuestro Padre haciendo en cada uno es ¡retirar!,
¡soltar todo aquello! que algunos han dicho que vida tras vida estuvieron
acumulando; ¡grandes trampas que nos estuvieron tendiendo! y en las cuales estuvimos
cayendo.
Ahora
en esa Gran Libertad -al soltar- ¡claro que el cuerpo al estarse sacudiendo
estará resintiendo!, pero tu corazón y tu Ser te dirá: “Es sólo que es necesario
¡esto que estás viviendo!, porque ¡todo lo que está llegando!, ¡ese vacío que
estabas sintiendo lo estará llenando! la Gran Energía Amorosa, en la Ecuación Gloriosa,
al estar transmutando en esa ligereza, porque tus cuerpos ya no serán tan
densos y con gran facilidad estarás recibiendo lo que Nuestro Padre te estará
entregando y lo que te estará diciendo”.
Volverás
a ser lo que antes fuiste, ¡eres!, en todo lo que es. Cuenta te darás que
limitado no estás; que eres -hermano- tan grande e ilimitado. Volverás a
tener, porque siempre ha estado en ti, quiénes han despertado, y le llaman “Tecnología”.
En ti está ¡esa grandeza!, esa pureza.
Hay
quienes ya, y está sucediendo -lo vuelvo a repetir- se empiezan nuevamente a
comunicar sin necesidad de hablar; que no importa la distancia, porque lo que
en ti está no sabe ni de tiempo, ni de distancia, ni de lugar. Escucharás no
tan sólo la voz de Nuestro Padre, ¡sino de tu Guía que contigo está! Le llaman “telepatía”.
¡Hay
quienes la levitación ya la han empezado a utilizar!, cuando tu cuerpo -al
soltar la densidad- esa pesadez que habías sentido, ahora ¡tan liviano! lo
sentirás, y con tan sólo dejarte llevar por Nuestro Padre tan amado.
Hermano;
es por eso que te digo que todo lo que hay aquí ¡nunca lo has necesitado!, que todo
está en ti. Ya deja esa apatía, ese creer que no puedes hacer, porque todo lo
tienes y viene de Él, de Nuestro Padre.
En
Levíticos lo han mencionado. Busquen y encontrarán, que así como les he dicho,
tanto he insistido que también en Corintios 12 de todo lo que Nuestro Padre entregó, somos -al amalgamarnos- porque a todos
nos necesita y todos somos ¡parte de esa grandeza!, y en ese Llamado fundiremos
la fuerza que El nos ha entregado.
¡Somos!
“El Yo Soy” y El está en cada uno de nosotros. ¡Yo soy Él! y El yo soy, y está
en todo aquel que desea reencontrarse, unirse y caminar en esa unidad. ¡Somos Uno!,
y El -Nuestro Padre- en cada uno está. Entendamos la profundidad y la grandeza
que de Él viene y en cada uno está.
¡Es
así hermanos! y agradezcamos a Nuestro Padre en su manifestación tan grande que
está dando. Verán, lo sabrán.
Es
tan grande Nuestro Padre ¡que no habrá nada!, ni todo lo que hagamos no sólo aquí,
sino donde nos pida estar. ¡Y no estoy hablando de este Planeta!, ¡de esta
hermosa Estrella!, ¡sino de todo el sinfín, el confín de lugares!, las Grandes Galaxias,
Universos; ¡el Universo de Universos donde El se encuentra! Desde ahí nos está
enviando.
¡Hagamos
la cuenta para volver! y en esa travesía amorosa revivir -en este Gran Despertar-
que no sólo aquí, que pertenecemos ¡a esa Gran Unidad!, por eso dejaremos de
llamarnos “Humanidad”. ¡Somos Uno con El! y El con todos nosotros está.
Hermanos,
es así, y se volverá a vivir, no porque lo diga su hermana; Nuestro Padre lo
mostrará aquí, en esta bendita Estrella que se está elevando. Es por eso que han
llegado tantos hermanos, para estar compartiendo y quienes están observando, porque
saben que tenemos la grandeza de Nuestro Padre ¡y ellos nos están
acompañando!: nuestros amados Maestros, la Hueste Sagrada, ¡la Hermandad Blanca!,
los Ángeles y Arcángeles, que pronto veremos y sabremos ¡quiénes realmente son!
Amados
hermanos; estamos en el camino, que no nos tome por sorpresa. Estamos entendiendo
lo divino de Nuestro Padre, y el “porqué” y “para qué” en este tiempo todo esto
estamos escuchando y estamos abriendo.
Decidan
y sientan -como yo- en este momento, el Gran Amor de Nuestro Padre. ¡Es tanto!
y lo saben, que al sentir y estarlo compartiendo, pero hoy que fue así, Nuestro
Padre y ellos saben, nuestros amados Maestros hermanos, el porqué.
Y se
preguntarán: “¿Por qué quien también nos habla?,” nuestro amado Ángel Ráh, tiene
una sorpresa muy grande para todos nosotros, y dijo: “Hoy déjenlo así”. Les voy
a hacer sentir desde el Símbolo Sagrado que nos entregó, ¡tan amado!, y al
llevarlo, sentirlo y compartirlo, nos hará sentir esa unificación, ese equilibrio
con todos nuestros cuerpos y elevarnos en este camino de amor hacia Nuestro Padre.
Hermanos,
vayámonos sintiendo todo lo que estuvimos recibiendo, de la Gran Energía que
nuestros Maestros nos compartieron, este Alimento Sagrado que nos ayuda a
seguir adelante, paso a paso en este Plano, pero sintiendo y deseando volver a
escuchar, pero también vivirlo, porque ahora -como nos lo han dicho- ¡en la acción
hermanos, en la acción!, y en nosotros mismos verán la reacción.
Dice
Nuestro Padre que no se sorprendan, que de aquí algunos de ustedes lo que van a
vivir luego de esto. Que sólo recuerden estas palabras: “¡Viene de mí! -amado
hijo, amada hija- lo que al sentir y lo que te voy a mostrar ¡a ti!,
directamente, porque es tu Gran Momento. ¡Vívelo! amorosamente, ¡alegremente!, porque
te lo estoy entregando, porque viene ¡y es para ti! ¡Es mi deseo que lo sientas
así! Con ello te doy la respuesta de que “Yo Soy” el que está en ti, y luego de
ello siente y vive todo lo que día tras día “El Yo Soy” te va a compartir”.
Es grande,
es hermoso lo que mi Padre me está mostrando. Y será una manifestación, la
respuesta de lo que estás pidiendo. Te lo digo a ti. Tanto le preguntaste
que: “¿De qué manera? ¡Que tanto estabas recibiendo!, pero que como fuera, que
le pedías que no nada más para ti, que porque había momentos en que sentías que
esa señal ¡quizá pensabas! que tu mente -al divagar- lo quería crear”.
Y
dice mi Padre: “Te voy a mostrar que no es así. ¡Que tanto te amo!, y al sentir
lo que de corazón me has pedido, te digo -amado hijo, amada hija- que “Yo Soy” el
que te lo está entregando. Lo vas a vivir en estos días, y viene de mí. Te lo
digo con gran alegría. Siente que soy tu Padre que te ama, y que tú al mantener
¡tan viva! y amorosa la Llama, estás logrando lo que de ustedes estoy
necesitando. Lo único que pido son corazones entregados, dispuestos, de mis
amados hijos que están acudiendo al Llamado”.
Hermanos;
ustedes saben que cuando ha sucedido así, después -con alegría- recibo los
comentarios de quienes habían pedido, y cómo Nuestro Padre se los ha entregado.
¡Es
maravilloso! Siéntanlo así; ¡grandes regalos de Nuestro Padre! y nuestros
amados Maestros que nos acompañan para ustedes, para nosotros.
Qué
yo ¿qué más puedo pedir?, ¡si tanto he recibido de Él! Con nada le puedo pagar.
Sólo así, que me permita sentir, compartir y entregar.
¡Gracias
hermanos! ¡Gracias por estar aquí!
Decretos de corazón, cabeza y
mano.
(Por el Morya).
(Tomado del
libro: “La Ciencia de la Palabra Hablada”, de Mark y Elizabeth Clare Prophet).
Fuego Violeta.
Corazón:
¡Fuego Violeta, divino amor,
flamea en este mi corazón!
Tú eres misericordia por siempre verdadera,
mantenme contigo en armonía siempre. (x3)
Cabeza:
YO SOY Luz, tú -Cristo en mí-
libera mi mente por siempre;
Fuego Violeta, brilla por siempre
en lo profundo de esta mi mente.
Dios que me das el pan de cada día,
con Fuego Violeta llena mi cabeza
hasta que tu celestial resplandor
haga de mi mente una mente de Luz. (x3)
Mano:
YO SOY la mano de Dios en acción,
logrando la victoria cada día;
la gran satisfacción de mi alma pura
es caminar por el camino medio. (x3)
Tubo de Luz:
Resplandeciente amada Presencia YO SOY,
sella a mi alrededor tu Tubo de Luz
de Llama de los Maestros Ascendidos,
invocada ahora en el nombre de Dios.
Haz que mantenga mi templo libre
de toda discordia enviada a mí.
YO SOY el que invoca el Fuego Violeta
para que arda y transmute todo deseo,
persistiendo en nombre de la libertad,
hasta que yo sea uno con la Llama Violeta. (x3)
Perdón:
YO SOY el perdón actuando aquí,
arrojando toda duda y temor,
liberando a los hombres por siempre,
con alas de victoria cósmica.
YO SOY el que invoca con pleno poder
el perdón a toda hora,
a toda vida y en todo lugar.
Infundo la gracia del perdón. (x3)
Provisión:
YO SOY libre de temor y duda,
desechando toda pobreza y miseria,
sabiendo ahora que toda buena provisión
viene siempre del Reino de las alturas.
YO SOY la mano de la propia fortuna de Dios,
derramando tesoros de Luz,
recibiendo ahora plena abundancia
para satisfacer toda necesidad de la vida. (x3)
Perfección:
YO SOY la vida de dirección divina,
flamea tu Luz de la verdad en mí.
Enfoca aquí toda la perfección de Dios
y líbrame de toda discordia.
Ánclame y mantenme así,
siempre en la justicia de tu plan.
¡YO SOY la Presencia de la perfección,
viviendo la vida de Dios en el hombre! (x3)
Transfiguración:
YO Soy el que cambia todas mis vestes,
las viejas por el luciente nuevo día.
Con el Sol del entendimiento
YO SOY el que brilla en todo el camino.
YO SOY Luz por dentro, por fuera;
YO SOY Luz en todas partes.
¡Lléname, líbrame, glorifícame,
séllame, sáname, purifícame!,
hasta que transfigurado me describan:
¡YO SOY el que brilla como el hijo!
¡YO SOY el que brilla como el Sol! (x3)
Resurrección:
YO SOY la Llama de Resurrección,
flameando Luz pura de Dios a través de mí,
levantando ahora cada átomo;
de toda sombra libre YO SOY.
YO SOY la Luz de la plena Presencia de Dios,
viviendo libre por siempre.
Ahora la Llama de la vida eterna
se eleva hacia la victoria. (x3)
Ascensión:
YO SOY la Luz de Ascensión.
La victoria fluye libremente.
Todo lo bueno ganado al fin
por toda la Eternidad.
YO SOY Luz; todo peso se ha desvanecido.
En el aire me elevo.
Sobre todos derramo con pleno poder de Dios
mi maravilloso canto de alabanza. (x3)
¡Salve a todos!
YO SOY el Cristo viviente,
el que siempre ama.
¡Ascendido ahora con divina plenipotencia!
¡YO SOY un Sol resplandeciente! (x3)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario