Sesión dedicada a Clara Luz Moreno Martínez.
Julio
31, 2019
Alexa. (1)
… hay
algo muy importante ¡que nunca debemos olvidar!, que siempre tenemos que tener
presente: ¡la fe!, la fe tan grande que tenemos hacia Él, porque es El y
sólo El el que nos alimenta, el que ¡día a día nos sustenta!, nos llena de esa Gran
Energía maravillosa y de ese amor que todo lo puede y que es tan sanador, como
cuanto cada uno de nosotros al sentirlo y desearlo, recibirlo amorosamente a
brazos abiertos, ¡abandonarnos a sus manos!
Les
decía hermanos, que hoy es un día muy importante, ¡muy fuerte!, de una ¡Gran Energía!
que nos está llegando. En el Cosmos están dándose grandes movimientos,
movimientos que al unísono están generando ¡y enviando hacia nosotros! todo
ello que estamos recibiendo; algunos insensiblemente, otros sentir que en su
interior grandes cosas se están moviendo, y sobre todo el gran e infinito amor
que Nuestro Padre tiene para nosotros.
Vamos
a sentirlo, ¡más en este instante! que nos reunimos en el nombre de Él, de Nuestro
Padre, para elevar de inicio, ¡invocar! todos nosotros, tan amorosamente, para
que llegue hacia Él la Gran Invocación -amados hermanos- y pedirle que hecho
está, ¡agradecerle! el sanar a nuestra hermana: Clara Luz Moreno Martínez.
No es
casual que nos acompañes el día de hoy -hermana- porque ¡tú! al sentirlo y
pedirle ¡con todo tu corazón! a Nuestro Padre tan amado, sentirte libre de todo
aquello que has sentido y que has vivido, ¡siempre!, siempre, desde lo más
profundo ¡a Él lo has invocado! Esta es la respuesta que Nuestro Padre te da: ¡siéntela!,
¡vívela!, ¡abrázala!, para que más adelante siempre estés así, vibrante en el Gran
Corazón de Corazones que es Nuestro Padre.
Que
su poder infinito lo sientas; que llegue hasta ti, y desde este momento -hermana
mía- siente ¡y agradece! que El ya está aquí, contigo, ¡fuertemente!, abrazándote,
llenándote de toda esa Flama Divina, amorosa y cristalina que te entrega,
hermana mía.
Y nosotros
vamos a elevar esta Gran Invocación, y también agradeciendo que a nuestra hermana
¡Clara! ya le ha dado la salud perfecta, que se verá manifiesta en ella.
(Se
recita la Gran Invocación).
Así
es, así ha sido y así será. ¡Hecho está!, Padre mío, porque hoy es el tiempo en
el cual -tal como tú lo has prometido- que estás mostrando a todos tus hijos,
que aquí estamos ¡hacia ti nuestros corazones elevando!, para que aquellos que
como en este momento, nuestra hermana que nos está acompañando.
¡Tú
la has traído! ¡Tú la has guiado hacia aquí! Pues Padre nuestro, Padre mío, que
seamos tus instrumentos de amor, para que a través ¡de a quien tú hayas elegido!,
en este momento sea y se muestre ¡que eres tú! -“El Yo Soy”- el que en ella
muestra ¡todo su infinito amor! y la perfecta salud.
Porque
tal como nos lo dijiste, tal como así -¡Padre mío!- a todos nos hablaste y nos
prometiste que en este tiempo al estar aquí tu hija tan amada, que en este
momento aplicando está y utilizando la “Ciencia de la Palabra Hablada”, sea
pues, que se muestre lo que tú tienes a bien haber preparado.
Has
dicho -Padre mío- que éste es en el tiempo que tú estarías mostrando. Es así y
te lo agradezco infinitamente, ¡de todo corazón!
Y
todos los que aquí estamos reunidos, hasta ti elevando ¡tantos decretos! y una
oración, unimos nuestros corazones y elevamos hasta ti la Gran Oración de Sanación,
que de manera callada ¡pero hasta ti elevada!, cada uno de nosotros te pedimos ¡y
agradecemos! que muestres tu grandeza, tu poder infinito y tu amor, tu
misericordia a nuestra hermana Clara.
¡Que
seas tú, Padre mío! Que sea tu poder tan grande, inagotable, ¡eterno!, como lo
eres tú -Padre- el que nos acompaña ¡no sólo en este momento!, luego de ello a
cada uno de nosotros y de manera especial a nuestra hermana que aquí está, dejándose
llevar.
Yo
te pido pues, que en este instante la lleves hasta ti, para que escuche y
contigo hable. Separa de ella ¡todas las tristezas!, todo este dolor que su
cuerpo, su templo ha venido a mostrar en lo que llaman “enfermedad”, pero tú
que eres ¡tan amoroso!, ¡tú! -“El Yo Soy”- de ello ¡a mi hermana! le hablarás.
Toma
pues -Padre mío- lo que ha venido a afectar el templo que ocupa. Yo te lo pido,
que seas tú el que se muestre en ella; que su cuerpo físico aquí está.
¡Gracias,
Padre!, porque has tenido a bien y hacia ti la están llevando ¡mis amados
hermanos! que la están escoltando. Es por eso que ahí se encuentra mi amado
hermano Jesús, mi amado hermano Saint Germain.
La
llevan hasta ti. Se encuentra ahí contigo -Padre mío- y desde ese lugar
escuchando todo lo que en este instante, en estos momentos, ¡tengas a bien! a
nosotros estarnos hablando ¡a través! de mis hermanos, en este Gran Círculo
de Amor estamos unidos contigo y hacia ti, ¡amado “Yo Soy”!
Sea
pues, Padre mío. Ten a bien mostrar amorosamente ¡todo aquello!, lo que me
pediste a mis hermanos hablar. Que vean y sientan, comprendan, comprueben, que
es el momento, ¡ese!, el Gran Momento del que en tu nombre ¡a ellos les vine a
hablar!
¡Gracias
Padre!, porque aquí estás, derramando tu grandeza, tu amor, en esta paz y
tranquilidad, amado “Yo Soy”.
Nuestro
Padre tendrá a bien en estos momentos en que nos hablarán, llevar a mi hermana,
a nuestra hermana ahí, a ese lugar, al Templo Sagrado en el cual ¡todos mis
hermanos! -y su hermana que les habla- tenemos a bien a todo aquel que se
acerca de corazón, en su nombre sanar, en el nombre de “El Yo Soy”.
¡Bendito
seas, Padre mío!, porque en ella inicia nuevamente el fluido, resurgiendo
amorosamente, porque ¡todo lo que viene! de la Fuente Sagrada y bendita, ¡inagotable!,
cristalina, empezará a envolver, ¡a bañar! el templo de mi hermana Clara, que
aquí está.
Es
importante empezar -amados hermanos- tal como Nuestro Padre y en su nombre al
aquí llegar y empezarles a hablar de todo esto ¡que viene de Él!
Hay
quienes habían pensado que todo -como en aquel tiempo se había logrado- ya
estaba muerto, ¡que sólo era un mito!, pero -amados hermanos- ¡es el tiempo!,
el tiempo en el cual Nuestro Padre al pedirnos aquí estar, también a todo aquel
que en infinito amor se abrazaran a él; lo sintieran y lo empezaran a vivir; lo
transmitieran.
¡Hay
muchas maneras!, pero el empezar a fluir, el entregar el corazón, porque lo ha
dicho mi Padre, “El Yo Soy”: “Ahí es donde -al iniciar la creación- a cada uno
de ellos entregué mi Chispa de Amor. ¡Esa! que al empezar y permitir que desde
su interior, como en este instante que comienza a resurgir”.
¡Padre
mío!, ¡vas a mostrar que eres tú y sólo tú quien en ella está! y en nosotros
también; en cada uno de nosotros, esta Gran Armadura de Protección ¡y la Gran Vibración!
que viniendo de nuestro amado Hermano Sol, que hoy por hoy ha estado enviando
hacia esta bendita Estrella, que al estar entrando a lo que llaman “atmosfera”,
pero al invadir empezar a expandir, para que todo aquel que al recibir el Gran Despertar,
porque la Llama Solar empieza a llegar.
Es
por eso que mi Padre pidió ¡que era el momento en que mi hermana! aquí se
encontrara, en el nombre de “El Yo Soy”, porque también toda la Energía que
empieza a fluir, que al adentrarse en esta Estrella y empezar a abrazar ¡a
todos ustedes! llegando como centella, yo les digo, amados hermanos: ¡trae!
para todos ustedes la purificación; esa purificación tan anhelada, que
desde lo más profundo de su corazón cada uno de mis Hermanos Humanos la pidió.
Por
un instante les pido -de manera individual- busquen y encuentren la Conexión; ¡vayan
y eleven su Ser hasta Nuestro Padre!, que su templo cuidado, protegido aquí está.
El
Gran Círculo de Amor y la Llama Azul que nuestro amado Arcángel Miguel al estar
aquí y llamarlo a él para que cubra en este instante también el templo de mi
hermana, quien está acompañada por mis amados hermanos; Sananda -también
llamado Jesús- y Saint Germain,
que en infinito amor te entrega en este instante la Llama Violeta, para hacer
transmutación de ese templo que -al elegir- aquí te muestra, amada hermana.
Que sea
su Gran Vibración y el infinito amor de Nuestro Padre, y el corazón de mi amado
hermano ¡Sananda! que te envuelve en Gran Amor. Siente pues esa Energía que
te eleva, ¡te guía!, ¡te lleva! hacia Nuestro Padre, bendita hermana.
Déjate
llevar, ¡déjate llevar hermana! Mis amados hermanos contigo están. Te llevan
amorosamente hacia Nuestro Padre, la Fuente Sagrada de “El Todo y la Nada”. ¡El
te llama! ¡El te espera! Purificando está tu cuerpo, ¡todos tus cuerpos!
Ese
es tu deseo y fue escuchado por mi Padre; le pediste y le dijiste: “¡Yo quiero!
sentirte, ¡sanarme!” Le dijiste: “No entiendo que es lo que siento. ¡No
comprendo qué es lo que veo!” Yo te digo amada hermana, que aquel que -en
infinito amor- hacia Nuestro Padre por su salud clama, la recibe en ese mismo
instante en que la pide.
¡Déjate
llevar! ¡Ahí estás! ¡La Llama Violeta te envuelve! de manera perfecta, y
también la Llama Rosa del Amor, que en su irradiación envuelve tu templo y tu
corazón.
Ahí
estás. ¡Escucha a Nuestro Padre!, que amorosamente te quiere hablar. Cuando
tú vuelvas serás quien eres realmente.
¡Gracias
Padre! ¡Gracias que me has escuchado! ¡Gracias te doy!, porque Tu Voluntad se
está mostrando en amor, en infinito amor.
Es
Nuestro Padre el que contigo está. El te dice que ya sólo su Luz verás; que tus
ojos terrenales su verdad y su infinito amor la vivirán; que a Él clamarás
gozosa por lo que en este instante de Él recibiendo estás. Es Nuestro Padre el
que te abraza. Es El.
Eres
tú Padre, ¡no yo!, quien has entregado a mi hermana ¡lo que tanto estaba
buscando! En tu nombre bendito le digo que toda la inarmonía, la negatividad y
la densidad de ella se está apartando, ¡y la elevo hacia ti!, porque esa Energía
-Padre tan amado- en Gran Purificación la estás regresando hacia todos mis hermanos, y que sea tu corazón, ¡tu Gran Corazón!,
que en ella quede en infinito amor, la verdad de quién ella es, y que por ti y
en ti aquí está. ¡Gracias Padre!
Es
voluntad de mi Padre que en este día tan especial, en el cual toda la Energía
bendita al aquí llegar sea también propagadora de la salud ¡de aquellos que van
en busca de la perfección! ¡Esa! que mis amados hermanos a quienes llaman “Maestros”
han logrado.
He
de decirles que ustedes están ¡también amorosamente llamados! para eso lograr. Este
es el tiempo de los tiempos en el cual todo eso se verá, el porqué no se había
hablado. Ustedes saben -hermanos- ¡cuántas cosas! y de la verdad de Nuestro
Padre todo lo que se había tergiversado, pero es el Gran Momento, el tiempo del
no-tiempo, en el que Nuestro Padre ¡todo ya lo está mostrando!, y aquél que en
infinita fe ¡a Él! al volver su nombre a proclamar ¡y su deseo infinito de a
cada instante! su poder, ¡su grandeza llamar!, eso es lo que necesita y desea.
Lo ha
dicho mi Padre tan amado: “Lo único que quiero y que pido es el corazón de
cada uno de mis hijos. Que sepan ¡que nunca! solos los he dejado”.
Y
entonces, en este tiempo, tal como lo dijo mi amado hermano Jesús: “¡Esto
que ustedes! han visto que he hecho, ustedes lo harán ¡y mucho más!”
¿Qué
es lo único que mi Padre -¡Nuestro Padre!- necesita? Es ese deseo de ¡cada uno
de nosotros! a Él volver. ¡Su nombre siempre invocar! ¡Saber! que con Él todo
lo tenemos, que sin Él nada somos, porque a Él ¡paso a paso! -en este mar de Energía
que está llegando- hemos de volver; volver al hogar. Y así será.
Vuelvo
a repetirles ¡que Corintios! al a ustedes siempre insistir y decir, que
llegaría el tiempo en el cual todas sus grandezas, todos sus dones ¡y cada
habilidad en cada uno de ustedes se iba a mostrar! Corintios 12 siempre ha sido
¡y será! una de las armas poderosas que -en el nombre de Nuestro Padre- cada
uno de nosotros llevaremos, viviremos, ¡y vamos a mostrar!, amados hermanos.
¿Por
qué no?, ¡si estás hecho de una parte de Él!, parte muy importante, parte
amorosa, ¡chispa grandiosa! que empezará cada vez más a convertirse en ese Fuego
Sagrado, que -en el nombre de Nuestro Padre- por cada uno de ustedes será mostrado.
Y
es así. ¡Qué importa lo que la ilusión quiera mostrarte!, porque siempre estará
en ti y se elevará ese fluido que en ti está.
Eso
es a lo que he venido a recordarte, hermano; lo que tú eres y que en Gran Amor -en
el nombre de “El Yo Soy”- empieces a utilizarlo.
Todo
lo haces en su nombre; pero que sea así, ¡desde lo más profundo de ti!, porque
así en ese instante se mostrará lo que Nuestro Padre es y que en ti está. ¡Somos
sus Instrumentos Amorosos!, y lo ha dicho en repetidas ocasiones: sus Mensajeros
de Amor.
¡Ea
pues!, que hoy ha tenido a bien y ha sido su deseo que se muestre también que
su poder siempre ha estado; ¡que es tan fuerte!, ¡que nada lo ha limitado!, ¡que
nada lo ha derrumbado! Que lo único que desea, que cada uno de nosotros al
seguir avanzando, ¡al estar despertando!, día a día invoquemos su Nombre Sagrado;
¡nos abandonemos a Él!, cumpliendo Su Voluntad; que en amor siempre ha deseado
que sigamos nuestro caminar.
¡Nada
es especial! ¡Todo es tan natural!, como lo que en este instante cada uno de ustedes
al vivir, al sentir, al desear, ¡unimos nuestros corazones para pedir por la
hermana!, ¡por una hermana en este instante en especial!
Es
así como en nuestro día a día y llegar nuestra petición hasta Nuestro Padre, El
la vuelve con gran regocijo, porque ha dicho: “¿Cómo no mostrar? ¿Cómo no
darle a mi hijo todo aquello que me pide?, ¡si su fe! siempre ha persistido y a
través del tiempo ¡ha permanecido!”
Tal
como mi hermano lo dijo en aquellos momentos ¡en que en algunos de ustedes tuvieron
esos debilitamientos!: “Si tan sólo ¡la fe! tuviera el tamaño de una mostaza, ¡cuántas
cosas pudieran lograr!”
Amados
hermanos; ¡hasta lo que ustedes piensan que no lo alcanza! ni siquiera una
oración, porque así, en paz y tranquilidad, mi Padre -a mis hermanos- siempre
les muestra, ¡les da!, les hace sentir que El aquí está; ¡como en mí!, ¡como en
ti!, ¡como en todos nosotros!
Amados
hermanos; lo ha dicho mi Padre: “Es el tiempo y es el momento en que a ellos
-a mis hijos que a mí quieren llegar- les voy a mostrar, ¡primero a cada uno de
ellos!, que “El Yo Soy” en cada uno de ellos está”.
Es
sólo que así -al sentirlo- lo vivan; permitan ¡que todo ese fluido haga el Gran
Resurgimiento de la Raza Divina! que ustedes son, para que no importando el
seguir caminando en esta ilusión, sepan y vean ¡y muestren a sus hermanos que
nada contamina!, porque están en esa “protección” -si así lo quieren llamar- la
Energía Sagrada ¡que en cada uno de ustedes está!
Nuestro
Padre desea ¡que ya no viva aletargada!; que empiece; que siga adelante; que
muestre desde lo más profundo, desde el interior, para que en el exterior en
cada uno de mis hermanos ¡tan vibrante! -aun sin emitir ninguna palabra- la
muestre y la comparta con todo aquel hermano que está tan necesitado del amor
de Nuestro Padre.
¡Porque
es sólo eso hermanos!, ¡que cuando permitimos que nuestro cuerpo, nuestro
templo empiece a debilitarse!, ¡a resquebrajarse!, ¡es! porque el alma, ¡el Espíritu
está sangrando por algo que no puede o no quiere estar soltando!
Hoy,
en este momento ¡les comparto! y -en el nombre de mi Padre- les muestro, que cuando
tú estás dispuesto, permites que desde el interior Nuestro Padre -“El Yo Soy”- retire
de cada uno de mis hermanos -como en mi hermana- todo aquello que le estaba
aquejando; todo ese dolor que estaba mostrando.
Hoy
por hoy, yo te digo hermana -en el nombre de mi Padre- que todo ello estás
liberada; que guardes en tu corazón y tengas siempre presente que es El el que
en ti está; ¡que nunca estará ausente! y que te ayudará a reforzar en tu
corazón, en tu cuerpo y en tu mente; que su voz e infinito amor ¡siempre!,
siempre envolverá ¡todos tus cuerpos!, mostrándose en el cuerpo físico.
Y en
su nombre te lo digo -amada hermana- que así, en esa bendita paz que por ti ha
sido encontrada, mi Padre, Nuestro Padre te da esa libertad ¡tan anhelada!,
que desde tu Espíritu, ¡tu alma! y luego en tu cuerpo se vea reflejada.
Hecho
está.
Julio
31, 2019
Ángel
Ráh.
Cuando
proclamó, cuando se ha hecho presente en cada uno de aquellos hermanos que al
pedir y clamar que su voz y ante ellos se pudiera mostrar. Siempre lo ha dicho,
porque es “El Creador”, y al presentarse como “El Yo Soy el que Yo Soy” y
hablar con aquel, aquella que se eligió.
Al
pasar del tiempo lo que ha quedado escrito, y en ustedes -hermanos- hoy aquí ¡que
han leído y han escuchado de los manuscritos!, es sólo lo que hoy también aquí,
ante ustedes lo van a vivir: se hará presente.
¡Ya
no será como hemos tenido a bien cuando con ustedes hemos venido a hablar!,
sólo el hablar en la “Ciencia de la Palabra Hablada” que ha sido también tan -por
ustedes- devaluada. ¡No tienen idea! que al exclamar ¡lo que en su nombre cada
uno de nosotros a ustedes les ha venido a hablar!, lo que emite cada Vibración
en la Energía, ¡porque también en ella hay sanación!, cuando parte de alguien que
al entregarse ¡al Padre!, ¡y pedirle y permitirle ser el Instrumento de Amor! ¡Eso
es lo que hemos pedido a ustedes mostrarles! El ha dicho que es el tiempo ¡y
eso es lo que está sucediendo!
¡Esto
sólo es el principio!
y ustedes lo vivirán y cuenta se darán. ¡No quedará en entredicho!, porque lo
que de Él viene ¡es! y siempre ha sido y será la verdad. Y las profecías sus
promesas siempre se han cumplido. Y yo les digo -amados hermanos- que
nuevamente sucederá, ¡está sucediendo ya!
¡Ah
de aquél que no ha tenido a bien preparar ni su Ser, ni su interior, ni su
cuerpo!, porque aquel que lo haya hecho en infinito amor estará viviendo lo que
hoy por hoy ¡El prometió!: ¡el Paraíso Terrenal!
¡Qué
importa lo que esté sucediendo a su alrededor! ¡Cuando la fe! te haga
permanecer así, ¡amoroso y de pie!, todos verán que es en su nombre y que es ¡El!
-“El Yo Soy”- quien en ti está.
Es el
tiempo en el cual ¡muy claro se dijo!, ¡que en cada uno de ustedes está!, ¡y
han podido comprobar!, porque cuando esto tuvo a bien empezar; lo que en los
cuatro puntos cardinales “El Creador” pidió, y de acuerdo a su instrucción los
que tuvieron a bien llegar.
Eso
es lo que está sucediendo, porque la Gran Energía que en ustedes -amados
hermanos- está, ¡cada vez más a liberarla está creciendo! y en ese Gran Empoderamiento
entonces están entendiendo que las palabras del hermano -al que ustedes llaman “Maestro”-
se están cumpliendo.
Y
en la Gracia Divina que viene de Él -amados hermanos- ¡nada lastima!, y todo permite seguir, para que
alabando su nombre, ¡glorificando su Presencia y su Esencia!, ustedes -hermanos-
que se hacen llamar “Humanos”, vivan ¡cada vez más! lo que El para ustedes
tiene.
¡Ah
de aquel que amorosamente ha empezado a mostrar! ¡Bendito es y ha sido eternamente!
por el Padre, que aquí nos viene a abrazar.
¡Deuteronomio!
-al quedar escrito- ¡lo dijo muy claro!: ¡que sucedería el matrimonio! de cada
uno de ustedes ¡con las “Energías Celestiales”!, “¡Espirituales!”, ¡como
ustedes les quieran llamar; que es sólo la liberación de todo lo que son, y
volver, recibir y caminar en la Gracia Divina ¡que tanto han tenido a bien invocar!
Hermanos
queridos; éste es el tiempo en el cual ¡todo esto! -en el nombre de “El Creador”-
de “El Todopoderoso” que en ustedes se viene a recrear. ¡Y abriéndose están
en las puertas del tiempo!, ¡para vivir el presente!, ¡el aquí!, y en lo que
está sucediendo, para que sorprendidos ¡no se vean! ¡Al contrario!, que estén
todos en esa Conexión ¡unidos!, para elevar y hacia Él siempre agradecer ¡todo
lo que les da!, ¡todo lo que hemos recibido! Es por eso -hermanos ¡tan
queridos!- que también su hermano ¡de esto les viene a hablar!
¡Cuánto
pidieron! el no solo escuchar sino también el vivir ¡para poder compartir! Y
así lo ha dicho y así sucederá: “Mis hijos -cada uno de ellos- vivirán lo
que viene de mí”.
Y tal
como lo dijo mi hermana: El está aquí, el Padre tan amado. Todo su amor, su Energía
poderosa en ustedes derramando. Siéntanlo así, porque esto recién está
empezando.
¡Les
pide! que su pensamiento, su deseo sea siempre en amor; porque así ¡estarán
creando y expandiendo! lo que “El Yo Soy” en ustedes sembró.
En
este momento se une todo lo que la fractal del Cosmos Sagrado -al hablar- viene
a entregar hasta el Núcleo Sagrado, y como mi hermana lo ha llamado: en el “Corazón
de Cristal”, que al elevar ¡une! el Infinito con la Tierra, donde ¡todo es
igual!
Hermanos;
sientan en este instante lo que El a ustedes les da.
¡Y
dejo en ustedes! la Energía Amorosa que en cada encuentro les va envolviendo,
para fortalecer ¡todo lo que en ustedes está resurgiendo!, en el nombre de “El
Yo Soy”. Sientan así, que -en el nombre de “El Yo Soy”- su hermano a ustedes
les habló.
Que
yo soy: ¡Ángel Ráh! ¡Nombre terrenal! y deseo entregar ¡más fuertemente el día
de hoy!, a todo aquel, aquella de mis hermanos que aquí están -en su nombre- la
Energía Cósmica y Sagrada, que en Gran Llamarada a ustedes llega y envuelve,
purificando ¡todos los cuerpos!
Sientan
hermanos: ¡Ángel Ráh con ustedes!
Julio
31, 2019
Alexa
(2).
El
cuerpo -al empezar a expulsar- que no te detenga hermana; todo es para
purificar. (Intensa tos en Clara Luz).
Saint Germain.
¡Y
desde el Gran Corazón! -Corazón de Corazones- ¡aquí estoy!, acompañando a todos
ustedes y a mi hermana, que Nuestro Padre hasta este lugar la trajo. ¡Bendita
seas! ¡Bienvenida!
Todo
está bien. ¡Expulsa! (nueva tos en Clara), lo que te mantenía suspendida
en esa razón de sinrazón.
Hermana:
¡todo está bien! Contigo también yo estoy en infinito amor, en el nombre ¡de Nuestro
Padre tan amado!
Y
debo decirte algo: ¡te necesito! ¡Necesito de ti! El que sigas aquí ocupando ¡ese
cuerpo!, ¡ese templo humano! que tuviste a bien elegir; pero -en el nombre de Nuestro
Padre- yo te pido: ¡ya no lacerar más!
Ya mi hermana lo dijo, y Nuestro Padre también ¡está contigo!
Hoy
por hoy ¡es el tiempo bendito en el que me está pidiendo que a todos mis
hermanos que se hacen llamar “Humanos”!, al estarme acompañando; mira hermana,
hay algo muy importante: contigo estaré hablando, y también mi hermana que me
está acompañando.
Estarás
en más, en esa tranquilidad, ¡en esa paz interior que se necesita! para luego
con toda la fuerza y el amor que Nuestro Padre nos entrega, seguir adelante. ¡Y
eso es lo que harás! Si tú aceptas, yo te pido que con nosotros sigas tu
caminar. En el nombre de “El Yo Soy” -Nuestro Padre tan amado- es la
petición que te hago.
Hoy
es el tiempo en el cual mi Padre, ¡Nuestro Padre!, me ha entregado, para que
con ustedes -al ir caminando- Saint Germain ¡de Él!, de su infinito poder, les
esté hablando. Y te pido hermana: ¡siéntelo así!
Todo
eso que decías en tu sentir, la respuesta mi Padre te la da, y yo -al estar
aquí- ante los demás te digo, te pido ¡que camines conmigo! ¿Dispuesta estás?
En el
nombre de Nuestro Padre, ¡ahí estoy con mi hermano ante ti!, unidos mano con
mano. ¡Y ya verán por qué te lo he venido a pedir! ante estos hermanos benditos
y amorosos que tan entregados hacia Nuestro Padre, y que ¡ya muchos de ellos
han mostrado! que al estar abrazando en amor su corazón, mira de qué manera nos
están acompañando y nos están ayudando a que se muestre ¡toda su gloria!, ¡toda
la fuerza! y su poder, que es eterno. Y tú lo sabes, porque lo has dicho. Y lo
estarás viviendo, ¡claro que sí!
Todo
aquel que a mi Padre, a Nuestro Padre se entrega, estará renaciendo, ¡vivificando!,
¡glorificando! y rejuveneciendo el cuerpo que están ocupando, ¡para gloria de Él! Y eso también está en ti -amada
hermana- ¡tan transparente!, ¡tan clara!, como lo que El es.
Y tú
lo dijiste: “Padre ayúdame, ¡sáname!, que -en tu nombre- yo mostraré que eres
tú el que tiene ¡tanto poder!” ¿Acaso no fue así?
Yo te
digo hermana; ¡todas esas conversaciones que has hecho con Nuestro Padre!, y
tus confesiones en ese coloquio amoroso; mira, nosotros también hemos escuchado
y -en su nombre- por eso ¡de esto te estoy hablando! ¡Fue tu corazón!, fue tu
entrega devota en Gran Amor. Por eso, por eso ¡mi Padre!, ¡Nuestro Padre! hasta
aquí te trajo, “El Yo Soy”.
¡Nada
es casual! y todo aquel que desea y camina en su verdad, hoy es el tiempo en
que de ello ¡todo!, ¡todo! en su amor y su grandeza se hablará y se mostrará.
Es el
principio de todo aquello que al escrito quedar, pensando muchos de ellos y
hablando de que sería el final; que sólo es el principio, de que si quieren
llamarlo “cambio glorioso”, de la verdad infinita que El nos da. De que cada
uno de ustedes es tan ilimitado -como tu hermano que te está hablando- que
logró ¡la Gran Maestría Sagrada! en la perfección ¡que El! siempre nos tiene
preparada, porque de ahí cada uno de ustedes se desprendió, y a esa perfección
volverán. Su tiempo, en el tiempo ¡cada uno de ustedes lo elegirá!
¡Pero
es importante ya de todo ello hablar! ¡Ya nada quedará ni a medias palabras
ni oculto por la densidad! Lo dijo mi Padre, que en este tiempo ¡todo ello!
quedaría y se mostraría ¡tan claro!, como lo que es El, y todo lo que nos ha
entregado.
¡Es
importante! y les digo -amados hermanos- que en este instante a mi hermana le
estoy entregando ¡la Llama Violeta! y con ella la estaré ¡momento a momento!
envolviendo ¡en esa Gran Espiral Sagrada! que hacia Nuestro Padre se estará
elevando, y que en ella ¡todo!, ¡todo! -en su nombre también- la estará
purificando.
Amado
hermanos; todo tiene un Propósito Divino y Sagrado de Nuestro Padre. ¡No me
cansaré de repetirlo!: será por Él mostrado. Esta preparación que en cada
uno de ustedes se ha venido efectuando y con Gran Amor ¡aquellos! que en este Despertar
ya han empezado a mostrar. ¡Pero aún falta! y -créanme hermanos- ¡mucho más! de
lo que la Divinidad, Nuestro Padre tan amado ¡a todos!, ¡a todos ustedes ha
entregado!
Y
precisamente ¡así como lo han llamado!: “El Gran Despertar Sagrado” en cada uno;
aquel, aquella, que se han elegido -amados hermanos- así es como lo estarán
mostrando, ¡y todo lo vivido!, aquella en lo que -al hablar con Nuestro Padre-
había dicho: “¡Cómo he sufrido!”, atrás se estará quedando. ¡Todo! -hermanos-
en su nombre, en su nombre bendito.
Y hay
¡mucho más!, ¡mucho más! No tienen idea de lo que Nuestro Padre para ustedes y
a través de aquél que se entregue en ese ¡Gran Amor! y con el corazón va a
mostrar -¡ya lo está haciendo!- y algunos dicen que es el cambio el que
están viviendo. ¡No hermanos! Yo les digo: es ¡su Ser!, ¡el verdadero “Yo” de
cada quien!, ¡porque todos ustedes son esos Ángeles benditos!, ¡amorosos!, que -en
su nombre- amados, quisieron aquí vivir en este tiempo. Así es como lo
habían elegido. ¡Ahh! El tiempo de los tiempos, en el cual -como lo hemos
prometido- y en el nombre de Nuestro Padre ¡todo se va a estar mostrando!
¿Qué
acaso así no lo han entendido? ¿Se han dado cuenta de todo lo que está sucediendo?
Pero una cosa muy importante les digo: aquél que se ha abrazado al amor ¡de Él!,
vivirán esas grandezas, y esa Dimensión que en toda su pureza sólo les muestra
el Gran Amor ¡que El nos profesa! ¡Amados! ¡Amadísimos hermanos!
Y he
aquí que hoy por hoy que es el tiempo en el cual ¡El -a mí- todo también me ha
querido entregar!, pero en este caminar voy acompañado por mi amado hermano
Jesús, “¡Sananda!”, que también se hace llamar. Vamos juntos y unidos en el
ferviente amor ¡que siempre a ustedes les hemos tenido!
¡Los
necesito! ¡Necesito que me acompañen en esta gran proeza!, en este infinito
amor, ¡a todos ustedes! -amados hermanos- para elevar esa Vibración, para que
esta bendita Estrella de una vez por todas se empiece totalmente a iluminar -como
ya está sucediendo- y en ustedes despierte cada vez ¡más fuerte! lo que son: ¡ilimitados!
Pero
mi Padre, Nuestro Padre
los necesita entregados en su día con día, ¡amándose a sí mismos!, que eso es
tan necesario. ¡Sí hermana!: ¡ámate!, ¡vuélvete a quererte como lo que eres!, ¡ese
Gran Ser que El creó!, ¡porque eres parte de Él!, ¡y tanto te ama! Y por cuanto
¡tú misma te habías lacerado en ese cuerpo!, El a tu lado también se entristeció
al ver lo que te sucedía; pero desea que luego de esto tu día con día ¡sea! en
alegría y en amor. Y eso es lo que a ti ya te entregó: ¡la liberación!, aunado
a lo que venías buscando: ¡tú sanación!, amada hermana.
Y
yo te entrego la Llama Violeta; que ella en ti ¡siempre! transmute, limpie y
purifique ¡todo aquello que te afecta! Ya no permitirá Nuestro Padre ¡que en ti
esté! aquello que te haga sufrir, ¡llorar!, ¡que cambie y oculte lo que
realmente eres tú!
En
esa virtud también tu hermano Saint Germain ¡contigo está!
¡Loor
a Nuestro Padre! ¡Su grandeza es infinita!, su amor, ¡su infinito amor está con
nosotros!, y “El Yo Soy” ha preparado para ustedes algo maravilloso que estarán
viviendo ¡y tan grandioso!, que
su hermano ¡Saint Germain! también con ustedes estará compartiendo.
¡Amados!,
¡amadísimos!, que la Llama Violeta a ustedes envuelva, ¡y la Gran Amatista! -en
infinito amor- siempre se encuentre y esté ¡viva!, para fortalecer, purificar y
proteger; en amor, perdón y libertad.
Que
yo soy: ¡Saint Germain!
Julio
31, 2019
Sananda.
Y no
hay ¡más poderosa razón! que su infinito amor, y mi Padre tan amado, que cuando
por ustedes -hermanos- es invocado, en el preciso instante envuelve y hace.
Es
por eso que tu hermano cuando todo al suceder, al elevar la petición y
agradecer, y exclamar: “¡Hecho está!” -amados hermanos- porque sabiendo que lo que
estás pidiendo te lo está concediendo en el preciso instante. ¿Qué más puedes
pedir? ¿Qué más?, ¡que viniendo de Él!, de mi Padre, todo es así.
Este
es el tiempo en el que todo se estará viendo, sucediendo ¡uno tras otro!,
momentos grandiosos, como éste.
Agradecido
estoy a mi Padre, porque ante ti, ante ustedes se muestre lo que El es; lo que
ha sido ¡eternamente!
Agradecido
por lo que aquí -en su nombre- ¡y que fue pedido!, es y será sentido por ese Ser
que agradecido se dejará llevar, y yo -en su nombre- ¡de la mano voy a tomar!,
para que ¡paso a paso! siga su caminar.
Esto
es -de la grandeza de mi Padre- lo que El es, y hoy también para mostrarlo ¡vengo
a acompañarles!
Que yo
soy ¡Sananda!, y con el corazón entrego -en infinito amor- lo que de mi Padre
tengo.
Que
yo soy ¡Sananda!, y los abrazo con amor, purificando y clarificando ¡el Gran Destello
de Luz! que para ustedes está llegando,
en el nombre de mi Padre tan amado. Y es entregado.
¡Benditos!
quienes aquí se encuentran, y esto han sentido y escuchado.
Julio
31, 2019
Alexa
(3).
Cada uno
de mis hermanos ¡benditos!, entregados, han reiterado lo que ya fue hecho por Nuestro
Padre tan amado.
El se
ha regocijado en cada uno de nosotros, por todo lo que hemos sentido, ¡por todo
lo que hemos elevado!, porque en el deseo de sentir en nuestro interior el “Dios
Vivo”, ¡que es Él!
Padre
mío; hoy te agradezco lo que hemos vivido; lo que hemos recibido, entendiendo
que todo esto, estos momentos ¡por ti han sido dispuestos!, porque ese fue tu
deseo.
Y
como siempre -Padre mío- aquí estamos los que acudimos al escuchar, y entregados,
para luego en nuestro día tras día también de esto compartir y hablar, de
sentir tu amorosa Energía, tu bondad, tu misericordia, la Luz con la que tienes
a bien guiar, y que unidos, en concordia siempre -Padre mío- que en tu nombre
estemos dispuestos.
Permite
que nuestro corazón y nuestros brazos abiertos ¡para con todo aquel que desea
acercarse!, sentir, para a ti volver, ¡vivir nuevamente todo lo que está en él,
en ella!
Padre;
que sepan, que sientan que nada se deja a la suerte; que es tu Plan Divino el que
viene y se hace presente, cuando nosotros permitimos que nuestro corazón y en
nuestro interior escuchar tu voz.
Esta
es una de las grandes lecciones y peticiones que nos hiciste Padre: ¡que no hay
más!; ¡que todo llega por Consecuencia Divina!; ¡que tú en nosotros estás!; que
nuevamente vivamos en ti y para ti; que todo lo que se muestre en mí, en mis
hermanos, seas tú quien nos inspire y quien nos esté guiando.
Hoy todo
está hecho en tu nombre, ¡y es perfecto!, porque eres tú quien nos ha guiado.
Padre
mío: ¡hecho está! ¡Bendito seas! y tu nombre bendito eternamente, glorificado.
¡Gracias
Padre!, que nos has escuchando y que con nosotros has estado. ¡Ahh!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario