28 de junio de 2016

Canalización del 15 de Junio de 2016.

Junio 15, 2016

Ketta/Aleshia (1).

… quiero decirles que aquellos que acudirán no es ni será ¡para nada! una casualidad. Aún aquél que en determinado momento pudieran ver que ¡en mucha distracción pudiera estar! Yo te pido amado hermano; lo que menos vamos a hacer es ir -al que está frente a ti o al que camina a tu lado- juzgar.

Todos y cada uno tenemos -como lo han ido llamando- “mucho que trabajar” y con el deseo de vivir -porque muchos así pensándolo están- que ya mucho ¡o todo! lo que se ha venido cargando liberar. ¡Hacerlo de verdad!, desde lo más profundo de tu Ser. ¡Tu Ser ya quiere unirse a ti! y quiere hacerlo -como tú le llamas- “en éste mundo”, porque de tiempo en tiempo así ha sucedido.

Todos aquellos hermanos a los que ustedes han escuchado y has llamado también “Maestros Ascendidos”, de una forma u otra -aquí- en el plano terrenal han estado, han vivido -en su mayoría- y todo han trascendido.

Entonces ¿por qué cada uno de ustedes piensa?: “¡Yo no podría!” Cuántas cosas estamos conscientes que tenemos, que traemos ¡no solamente dentro de ti! ¡Mucho!, mucho más; porque siempre, siempre hemos de caer en los juegos de la  mente: el pensar, el razonar. Y luego -cuando tu hermana o tu hermano frente a ti está- lo primero que viene a ti, es el pensar, el decir: “Conozco tanto de ti. Y mira, ¿ahora, de qué me vienes a hablar?”.

Amados hermanos; cuando dejemos todo ello; ¡que realmente estemos dispuestos a vivir todo lo bello!, entonces, entonces, permitirás que Nuestro Padre en él -en cada uno de ustedes- se muestre; porque has de vivir y compartir y en ese sentir hacer sólo Su voluntad.

Que mira; que decirlo así ¡no tiene nada de complejidad!, porque Nuestro Padre, como lo es ¡tan amoroso!, lo que desea es que cada uno de ustedes vivan ¡en esa gran alegría! y que siempre estén ¡en todo lo que vivan!, ¡lo que muestren!, ¡lo que den!, ¡con tanto gozo!, porque así es como El -al verte y al entregarte- en gran abundancia, siempre amado hermano estarás, y al prepararte todas aquella dudas, confusiones, ¡sobretodo los miedos! ¡Esos miedos que hemos cargado por tantos eones! Cuando todo ello empecemos a soltar, entonces viviremos en plena y total libertad, en el amor que El nos entrega, ¡todo lo que nos da!

Y empieza a suceder lo que muchos de ustedes están dispuestos y están a punto de ver. Pero verlo con los ojos del corazón; entendiendo y sabiendo que -lo que El te entrega- ¡no es parte de ésta ilusión! Ahí es donde el velo -amados hermanos- cada uno de ustedes comienza a rasgar, en esa grandeza que El nos entrega; que El nos da.

También ¡toda la Hermandad! Que tengan por seguro -así como puedo decirte que aquí están- nos van a acompañar. ¡Esperándonos están! Y no sólo ello: los amados Maestros. Que si tú te preguntas por cuánto tiempo, por cuánto tiempo aquellos que tan amorosos ¡te eligieron amado hermano! para que tú empezaras a escuchar, ¡no de trasmano!, ¡sino directamente la verdad! La verdad que Nuestro Padre siempre ha mostrado, en cada uno de sus hijos. Aquellos que han escuchado son los que todo, todo lo que en ésta ilusión -al estar caminando- habían cargado, ¡lo soltaron!

Entonces ¿por qué?, ¿por qué aún?, estando a punto de nuevamente vivir y sentir y el deseo de Nuestro Padre es que en ésa alegría, también con tu hermano compartir. ¿Por qué aún? ¿Por qué tu hermana está sintiendo todo esto?, antecediendo a todo lo que estaremos viviendo.

Yo te digo amado hermano, amada hermana; si de verdad con el corazón deseas acompañar, ya no insistas en meter la razón, porque -en lo de Nuestro Padre- para ello no hay lugar. Todo en tu interior, así tal cual, como cuando todo te lo dio y llegaste ¡con esa fuerza!, ¡con esa transparencia!, ¡con esa luminosidad!, que ahora desea ¡que la vuelvas a mostrar! ¡Y mira!, que no sólo acercándote, ¡sino entregándote todo! para que lo puedas lograr, Nuestro Padre está.

Que sólo sea eso lo que en tu corazón esté sintiendo, para que luego te entregues ¡y te dejes llevar así, inmerso en toda esa energía!, no solamente un día, ¡sino por toda la eternidad!, porque -de Él- eso es lo que tenemos: ¡Vida eterna! y para volver a vivirla -amado hermano- ¡es tan sencillo! Es sólo que no solamente abras el corazón, sino que también tus brazos, ¡así!, ¡dispuestos a repartir abrazos! Porque eso será un gran intercambio del infinito amor que nos entregó y en la enseñanza del “Yo Soy”, mucho de ello a ti ya se te habló, en tu corazón ¡y también dentro de ti! Si decides ya no escuchar a la razón, sabrás que ahí está ¡todo lo que viene de Nuestro Padre!

Y mira; puedo decirte que quizá algunos de ustedes ya han pensado qué es lo que van a hacer. Amado hermano; sólo te digo que no desgastes tu tiempo, porque Nuestro Padre -para ti- ya todo lo tiene y en su Plan Divino ¡es tan perfecto!, que eso es lo que habrá de entregarte; no importando que aquí aún al hacerlo con la mejor intención, ¡cuántas veces se ha sucedido!, que luego -al vivirlo- Nuestro Padre ¡todo lo cambia!, pero para mostrarnos ¡y ustedes lo han vivido! en esa Gran Dimensión: la del Amor y ahí es donde se encuentra la respuesta, tan clara ¡y perfecta!, porque viene de Nuestro Padre.

¿Y por cuánto tiempo, amados hermanos?, desde que nuestro amado Maestro indicó, nos empezó a hablar de un Gran Encuentro. Y aún a pesar de ello, habemos algunos que nos estamos distrayendo, pensando en banalidades, cuando Nuestro Padre -a cada uno- nos mostrará todas sus verdades.

¡Eso es lo que tenemos que hacer!: ¡Dejarnos llevar! y separarnos de una vez por todas, no sólo de la banalidad, como tanto nos han dicho; ¡también de la ambivalencia!, porque aquél que con el corazón y en la verdad y en esa congruencia, a su hermano se muestra, ¡créanme que Nuestro Padre todo lo está viendo!, ¡todo lo está observando!, de cada uno de nosotros.

¡Y aún así!, pudiéramos decir; si algunas cosas que no vienen de Él, estamos pensando o queremos hacer, El nos abraza amorosamente y dice: “¡Está bien! Ésta es tu respuesta, amado hijo. Que sea tu momento en éste tiempo, no es tu deseo; ¡no lo quieres hacer! ¡Pero que la experiencia que tú vas a vivir va a quedar grabada en la Consciencia! ¡Aquella que tanto has esperado y has anhelado que sea despertada!”

Y no te has dado cuenta que el único que lo puede hacer eres tú, porque también te entregó la llave ¡tan importante!, porque cada uno de ustedes es el único que tiene la clave para lograr la conexión -en infinito amor- y poder vivir la perfección que sólo nos entrega y nos da mi Padre tan amado, que de todo ha sido “El Creador”.

En estas oportunidades tendríamos que sentirlo así; que vivirlo así. Cuenta se dará cada uno de ustedes, porque no es necesario, ¡ni pienses!, en alguno de tus hermanos puedes encontrar un adversario. Ya nos han dicho, que el principal -para ti- ¡eres tú mismo!, por todo lo que has estado pensando; ¡por todo! de lo que -unido a las emociones- lo que has estado actuando.

Pero Nuestro Padre nos pide que ahora, ahora que la oportunidad ¡y más tiempo cada uno de ustedes amorosamente le quiera regalar! El ¡en gran alegría!, tal como nosotros, que hemos esperado para compartir con ustedes estos días, todo lo que han preparado. Y algunos -en su mayoría- estos días que estuvieron antecediendo, han vivido situaciones y cosas, ¡emociones que los han estado moviendo! Pero amado hermano, amada hermana, recuerda que así, ¡así te lo dijo tu hermana que sería!

Tendremos -tenemos oportunidad todavía- que hacer una gran reflexión ¡para soltar! y ¡caminar!, ¡dirigirnos hacia ese lugar en infinito amor!, sin ánimos ni deseos de condicionar, de juzgar.

¿Cómo es que ustedes le llaman a una situación así?, cuando en algún encuentro, en alguna dinámica que van a vivir, vean en lo que hasta hoy están considerando “una amenaza”, ¡vean una oportunidad! ¡Una oportunidad de poderte congraciar! ¡y que con el corazón así lo sientas! Y aquél que en algún momento pensaste y lo llegaste a ver como tu rival, ¡gran sorpresa!, amado hermano, amada hermana te vas a llevar, al darte cuenta ¡que nada es como tú lo pretendías mirar!

Porque el que cada uno de ustedes esté ¡y va a vivir!, ya lo dijo el amado Maestro: “Lo que se les va a mostrar no es de aquí. No es humano”, pero también, también lo vivirá aquél que con el corazón se está preparando, amado hermano, porque esa es la forma, es la manera como ¡cada uno de ustedes! -no que se lo ha estado ganando- sino ha estado permitiendo -al darse cuenta- entender y soltar lo que lo ha estado limitando.

Cada uno de ustedes ¡sabe de lo que estoy hablando! Cada uno de ustedes -mi Padre me ha pedido- ¡aún eso lo haré yo misma! aquí, a la par contigo: una Gran Reflexión, pero en infinito amor. ¡Porque sí!, también ¡errores he cometido! Nadie -tal cual como lo ha dicho Nuestro Padre- en ese deseo infinito de querer abrazarte, también nadie queda excluido, para -al ver precisamente- ¡y al espejo confrontarte!, ¡qué es lo que hasta hoy no has permitido soltarte!, para hacerlo ¡de una vez por todas!

¡Que no haya temor! Siente y date cuenta que es Nuestro Padre -en su infinito amor- quien nos está pidiendo ya -algunos así lo han querido llamar- “vivir tu redención”. Yo diría: el resurgir; el saber ¡y entender! quién eres tú, para que -a Nuestro Padre ya- puedas volver.

En la verdad; aquella que El nos entrega; que siempre nos da; hay tantos hermanos que también -para poderte acompañar- ya han llegado. ¡No tienes idea!, el Gran Ejército de Amor; ¡ese al que se te está pidiendo que te incluyas! Amado hermano; tú tienes el valor. ¡Déjate llevar!

Si en algún momento has llegado a escuchar que se te ha dicho: “Y en éste despertar, tienes que saber quién eres ¡y por qué aquí estás!, para que cumplas tu misión”. Mira, ahora yo te digo; si es tu deseo -en éste caminar- hacerlo paso a paso; mi Padre nos ha dicho: “No les quieran presionar. ¡Dejen que ellos todo!, es tan difícil cuando no solamente aquí -en ésta encarnación- sino ¡de mucho más atrás!, no sólo los miedos, sino las imposiciones, las restricciones y sobretodo amados hermanos: lo que les han impuesto las religiones, que los han vuelto tan dogmáticos.

Por eso hay muchos que al escuchar la palabra de Nuestro Padre y no querer creer, ¡son tan apáticos! ¡Desean y quieren que se les muestre algo que los sorprenda! ¿Y después? ¿Después amado hermano?, porque ya ha sucedido; lo has visto; lo has vivido. Luego ¡vuelves la espalda! y dices ¡siempre encuentras una justificación!, para -a lo que no lo tiene- darle una explicación. ¡Pero lo último que pudieras aceptar es que viene de Nuestro Padre y que todo ya te lo quiere entregar!

Pero cuando tomas tu decisión ¡y estás inamovible en esa fe!, entonces, entonces ¡empieza a suceder! y poco a poco, muy sutilmente, ¡tan suavemente!, sin que tú cuenta te des, ¡en ti, amado hermano!, ¡en ti! ¡Nuestro Padre tiene tantas formas de irte mostrando! de que esa semilla que en ti ya está, siga germinando.

Y no olvides que cuando el estudiante está preparado, el Maestro aparece ¡y de todo lo de Nuestro Padre totalmente! te está inspirando y te va guiando. Aquí, lo único que deseamos y te queremos pedir es ¡que estés atento! ¡Siempre atento y dispuesto!

Desde un principio el amado Maestro te lo dijo, al escuchar, porque sí: “¡Pruebas tendrán! Cosas, situaciones, eventos que los moverán; pero en el intento de distraer su atención y desviarlos del sendero, para ese ¡Gran Reencuentro! con Nuestro Padre y su infinito amor”.

También es cierto: “Y falsos profetas surgirán”. Pero amado hermano, ahí es donde no solamente en el amor, ¡sino en la templanza y con el corazón!, cada uno de ustedes es donde va logrando ¡y al seguir la andanza!, mira ahora; aquí estás esto escuchando.

¿Y cuántas cosas sucedieron antes de que -hoy aquí- nuevamente nos volvamos a reunir? ¡Tantas!, en esa libertad que Nuestro Padre te ha entregado y que nunca has dejado de utilizar. ¿Que si es correcto o no?, eso tú ya lo verás; de que manera lo hiciste y ahora ¡aquí dónde estás! y todo de lo que te hemos venido a hablar. También ya lo dijeron nuestros amados Maestros; que -en el nombre de Nuestro Padre- contigo ¡tanto han estado compartiendo! ¡Uhm! Ya lo sentirás.

Dentro de los primeros ¡que no “cambios”!, sino en el sentir, lo que has empezado a liberar, tu corazón te dirá. ¡No se dejará engañar! Pero eso es algo que también tú -amado hermano, amada hermana- a cada momento has tenido que trabajar. ¡No olvides que ésta es una Gran Escuela!, a la que cada uno de ustedes, todos nosotros, hemos venido -no sólo para compartir- ¡también para ayudarnos! y luego ¡unidos!, lograr ¡trascender toda ésta densidad!

Pudieras preguntar: “¿Entonces por qué dicen que todo es individual?” ¡Sí, amado hermano! Individual por lo que ¡tú tienes que trabajar! ¡Porque cada uno de ustedes se conoce! ¡Sabe! -así como Nuestro Padre, que siempre contigo está- qué es lo que tienes que soltar. ¡Aquello!, que algunos de ustedes no han querido y por eso… han tenido que reencarnar.

Ya lo he dicho mi amado Maestro, ¡que tanto nos ha repetido!: “Lección aprendida, ¡jamás repetida!” ¿Y qué es lo que vas logrando, amado hermano? ¡Que sigues avanzando! ¡y permites que nuestros amados Maestros más fuertemente, más cercanamente te estén guiando!

Porque todo lo que tú llegaste a leer en esos libros en los cuales también -en infinito amor- nos acercó y nos compartió, ¡es verdad! ¡No es una ilusión! Ilusión es lo que nosotros hemos querido todavía vivir, en el afán y por la comodidad de no trasponer esa puerta que nos muestra la multidimensionalidad, que tan maravilloso es, porque ahí es donde empiezas a vivir todo aquello que -consciente estás- que no es de aquí. ¡Porque es verdad!

Nuestro Padre ha dicho que hemos venido a co-crear y la fuerza de la energía que cada uno de nosotros tenemos, ¡miren!: hemos hecho tangible algo que no lo es. (Y Ketta golpea suavemente con sus nudillos de la mano el vidrio de la mesa cercana a ella). ¡Y entonces, por qué no nos queremos permitir que en esa conexión unirnos ya a nuestro Ser! ¡Elevar! ¡Soltar! ¡Dejar todo esto!, que ¡tanto hemos permitido! y nos ha venido a afectar. ¡Nos mantiene trabados! ¡Encadenados!

Y dices ¡y has clamado a Nuestro Padre! para que se muestre, para que te guíe ¡y piensas que no te ha escuchado! Pero yo te digo; entonces, entonces ¿por qué aquí estamos? Por qué -de los que aquí se encuentran- hay algunos de los que ya -de los dones de Nuestro Padre- ya están mostrando ¡y los que faltan!, porque esto no ha terminado. ¡Recién ha empezado!

Y no olvides que insistieron y nos dijeron: “¡Y locos los llamarán!” ¿Y qué?, si esa locura ¿a cuántos has leído que se los dijeron? ¡A Noé, a Moisés, a Abraham! ¿Y qué fue lo que hicieron? ¿Qué pudieron lograr? ¿Eso no te mueve hermano? O aún sigues pensando, que por lo que has hecho y por lo que has pensado y lo que has vivido, ¿no tienes derecho?

¡Esos pensamientos son los que te mantienen todavía aquí atado! ¡Sí! Qué has dicho y que algunas cosas estás consciente que correctas no eran. ¡¡¡¿Y?!!! Entiende; Nuestro Padre ya sabía y tú recuerda a lo que venías: ¡a vivir una Gran Enseñanza!, ¡para luego tener esa fuerza y la templanza! de que -al seguir adelante- ¡ya nada te movería!; sólo el infinito amor de Nuestro Padre.

Porque cuando vas entendiendo todo ello, entonces ¡te perdonas! ¿Y qué decir de tus hermanos?, aquellos que en algún momento ¡llegaste a pensar que te ofendieron! ¡Pues ahí es donde tienes que mostrarte todo lo que ya has ido entendiendo!, para fluir, dejar todo atrás ¡y seguir adelante en el verdadero vivir!

Mas, eso es lo que no sólo lo has vuelto difícil, ¡sino imposible para ti! ¡Pero lo estás haciendo tú! ¡No es Nuestro Padre ni los Maestros! ¡Es cada uno de nosotros!, ¡porque no hay congruencia! y queremos seguir adelante en la ambivalencia.

Unas de las cosas más importantes, de las que nos han hablado nuestros amados Maestros; aquellos que han llegado y que nos traen -en esa sabiduría tan grande- que cuando tú, primero ante ti y para ti, empieces a mostrarte ¡y a perdonarte!, en la unión de los dos hemisferios; entonces, ¡entonces empezarán a caer los velos! y -aún al estar caminando en ésta dimensión- ¡nada!, ¡nada!, ¡porque todo lo estarás viendo con infinito amor!, te estará afectando.

Por eso se te ha dicho ¡que eres tan valiente! al estar aquí; cuando al luchar contra todo ello ya no quieras permitir que eso ¡te detenga! Ahí es cuando empiezan a contigo a compartir nuestros amados Maestros. ¡Y no te miento al decirte! que tanto te empiezan a guiar, a inspirar, a por el camino pedirte ¡y de la mano llevarte! Y aquí -también ante ti- se empiezan a mostrar. ¡No así! ¡No como en determinado momento -a través de tu hermana- te han empezado a hablar! Y ya lo han dicho: “Dentro de poco, necesario ya no será”.

Pero ¿para quiénes? ¿Para quién?: Para todo aquél ¡que ha permanecido firme y desea seguir adelante! y le ha regalado momentos de su tiempo ¡a Nuestro Padre! para con Él ¡hablar! Eso, ¡eso es tan importante! y eso es individual. Cada uno de ustedes -¡sé que algunos lo han hecho!- y otros, en ese proceso están.

Si para El no hay nada oculto, ¿qué te diré?, cuando me ha dicho: “Cuando tu hermano o tu hermana -¡ellos que se hacen llamar “humanos”!- frente a ti esté, sabrás, ¡sabrás exactamente! y directamente, en el preciso instante en que con él estés frente a frente; ¡qué es! lo que hay en su corazón”.

¿Y saben? Es fuerte. ¡Es fuerte amados hermanos! ¡No vamos a engañarnos! ¡Uhm! Tú has dicho que preparado estás, para vivir y para ver todo lo que mi Padre te quiera mostrar. Yo te digo: ¿Realmente así lo sientes? ¿Preparado estás?

Hay cosas que se te han querido mostrar ¡y cuenta mi Padre se ha dado! ¡Sabía que sucedería! ¡Cómo los ha venido a impactar! Por eso te dice: “Amado hijo, Yo estoy contigo; pero lleva tu paso ¡como tú desees!, ¡pero vuelve a mí!, porque quiero entregarte; que nuevamente ¡quieras vivir! todo lo que en ti deposité de mí”. Y sigues esperando ¡que llegue alguien más!, para que te lo esté mostrando.

Yo te digo, que Nuestro Padre ha dicho: “Ahora es el tiempo. ¡Siempre lo ha sido! Y cuando has vivido ¡cada Era Dorada! desde el principio; ese día, ¡desde que empieza a mostrarse la alborada!, ¡muchas cosas a mis hijos Yo les doy! ¡Les entrego! ¡Les muestro! ¿Y qué sucede? Aquellos -la inarmonía, la densidad- que pretenden todavía ¡no quererlos soltar!, les siguen vendiendo la idea ¡y mucho más a aquellos que insisten en todo razonar!” Cuántas cosas que viniendo del Padre y aún viéndolo, aún así, ¡ahh!, llega el momento en que la espalda le dan.

Si de los que aquí se encuentran, yo les dijera quiénes son los que -de tiempo en tiempo- ¡con ustedes he compartido! ¡y de mi Padre les he traído!, no sólo la palabra; porque cuando se ha empezado a mostrar… ¡Ay amados hermanos! Si les dijera todo lo que ha sucedido.

Muchos y sobretodo aquellos que pretenden y han buscado ¡que “regresiones” les hagan!, para saber lo que han hecho. ¡Uhm! ¿Cómo se han comportado? ¿Qué han sido? Pero de ello, hasta mi Padre lo dice: “¡Están en su derecho! Tal vez mis amados hijos piensen que -al escucharlo- entenderlo pueden hacerlo; puede ayudarles para seguir adelante”. ¡Pero aquél!, ¡aquélla! que está consciente ¡y que sabe! porque ha habido hermanos, hermanas, que es uno de los dones que Nuestro Padre les abre, pero tiene, ¡todo tiene un “por qué” y un “para qué”!

Cuando todo eso lo empezamos a entender, gritamos así -en infinito amor- por dejarnos llevar, entonces también ¡el valor a lo que El te entrega!, ¡lo que El te da!, ¡lo vuelves a encontrar! Y me vas a decir: “¿Por qué? ¿Por qué la hermana está diciendo eso?, si todo lo que viene de mi Padre lo he entendido; lo tengo por bien sabido y lo he valorado”. No nos engañemos -amados hermanos- porque así ¡no ha sucedido!, en los vaivenes de todo lo que has vivido. ¡Uhm!

¿Recuerdas cuando lo dijo el amado Maestro?: “¿Y quién se dejará llevar por el canto de las sirenas?, ¡antes! de volver al hogar.” ¡Tenemos que reflexionar! ¡Que no nos suceda ya nunca más!, porque Nuestro Padre ¡es verdad!, ha enviado y Emisarios ¡no tienen idea! -en ésta bendita estrella- ¡cuántos! -en su nombre- entre ustedes están y los ven como alguien igual. ¡Y lo es! ¡Claro que sí! Lo que sucede es que ustedes aún no se han visto ¡quiénes son y lo que pueden lograr! ¡Lo que van a hacer! al todo -no sólo de su cuerpo en el exterior- sino desde el interior, ¡transformar!

En el Proyecto Shirón ¡eso es! lo que Nuestro Padre desea de cada uno de ustedes y que lo empiecen a lograr. Es por eso que insisto y les pido: ¡vamos -de verdad- con nosotros mismos a platicar! ¡Toma un espejo amado hermano y mírate! ¡Obsérvate! Date cuenta: ¿has sido sincero contigo mismo? No sólo lo hagas por un instante y te des la vuelta. ¡No! ¡De verdad!

Y entonces, cuando estés en ese instante tan grande, de querer hablarte y todo soltar; en ese bendito instante, ¡habla con Nuestro Padre! y dile: “Me estoy viendo; cómo aquí -lo que he hecho- Padre mío, y así, como tú me ves; porque tú lo haces en esa pureza, mas yo -al verme reflejado- ¡estoy tan maltrecho! ¡Pero deseo!, ¡deseo nuevamente sentir tu abrazo! ¡Volver a ti! ¡Vivir lo perfecto!”

Palabras mágicas, que -saliendo del corazón- también acercará al Gran Ejército que ha llegado, para contigo seguir caminando y que -todo lo que Nuestro Padre te entregó- compartirte y decirte de qué manera puedes ¡nuevamente! ponerlo en acción.

¡Ya no estés tan renuente! ¡Mira!, que Nuestro Padre de muchas formas amorosamente te llama; te invita. ¡Insistentemente por ti clama! Entonces, ¡deja de darle importancia! a lo que para ti -antes de escuchar- de llegar aquí; de que todo lo que nuestros amados Maestros te quieren compartir, le has dado ¡tanta relevancia!

¡No es así! La Esencia que mueve tu cuerpo está clamando para que -en la conexión- que nuevamente al venir y unas tu Ser; Nuestro Padre -¡mira lo que te voy a decir!- porque es verdad: ¡A Él!, directamente lo volverás a ver; tal cual, como antes lo fue.

Y podrás pensar: “¡Que mentira tan grande!” ¡No, amado hermano! Esa es una de las cosas ¡que principalmente estarás logrando! No es cierto que nadie lo ha podido ver. ¡No es cierto! que tú no tienes derecho. Pero si tú sigues con esos pensamientos en tu mente albergando, ¡tú mismo estás coartando a lo que siempre -Nuestro Padre- desde la eternidad te ha estado entregando!

¿Cuántas veces he escuchado?: “¡Eso!, que éste hermano, que ésta hermana está haciendo… yo no pudiera hacerlo; no pudiera lograrlo. ¡Mira cuánto tiempo!” ¡Qué importa el tiempo! ¡Nuestro Padre tiene la eternidad para por cada uno de ustedes esperar! ¡Y es cada uno de ustedes! el que -el momento tan grande para con El estar- para recibir y sentir todo lo que nos da; ¡eres tú!, amado hermano, amada hermana, el que lo determina. El instante ¡lo da!

Porque en cuanto ¡tú! logres esa apertura, que algunos piensan “que pierdes la cordura”, pero es cuando -directamente de Nuestro Padre- recibes, lo vives y -en ti- cada hermano lo contempla. Yo te pregunto: ¿Dónde deseas estar? ¿Prefieres todo ello atestiguar? ¿O quieres vivirlo y compartir?

La respuesta a Nuestro Padre ¡tú la darás! y ahora con más fuerza, porque a su Llamado habremos de acudir ¡y todo lo que tú estés mostrando!, la respuesta ¡claro que sí!, a Nuestro Padre se la estarás dando. Y luego de ello, entonces a tu hermana ya instrucción le está dando: ¡qué hacer! y cuándo solamente estar observando.

Sí, amado hermano. Es por eso que te digo: ¿Cuántos y cuántos entre ustedes -¡bendito mi Padre!- ya están caminando? ¡Ángeles gloriosos!, ¡así como ustedes!, que -si se permiten- volverán a mostrar todo lo hermoso, no sólo en ésta dimensión, porque todo llegará desde lo eterno, en infinito amor.

No importa dónde te encuentres; con quién estés; cuál lugar. Mientras tú estés ¡y vivas esa conexión! y todo de ti lo empieces a elevar, ahí es donde Nuestro Padre se empieza a mostrar.

¡Pero!, ahora también se nos dijo: “Para todo esto acelerar -a aquél que está dispuesto- se les va a llevar a lugares donde ¡toda la Energía Divina!, ¡uhm!, directamente la Cristalina, la Diamantina, ¡como tú la quieras llamar! ¡Uhm! ¡Mega-energía que a muchos tocará!

Sí, es importante llevar a lugares en donde el Gran Portal de la multidimensionalidad preparado está. Pero quiero decirte que de acuerdo al cuadrante ¡y todo lo que va a elevarse! y en la contraposición, ¡porque sí!, hay un momento en la sincronicidad del tiempo que está determinada ¡una gran alineación! Ahí es. Ahí es donde algunos -y ahora Nuestro Padre desea que sean cada vez más- lo vivan, lo sientan.

¿Y te has preparado? ¿Lo podrás soportar? Sábete -amado hermano- que todo lo que Nuestro Padre te da, El sabe hasta donde y desea que -lo que algunos de ustedes van a contemplar- ¡van a vivir y sentir!, sea -si así lo quieren llamar- “el parte-aguas”, “¡la panacea!”, para que luego -cuando tú vuelvas- ya no podrás llamarlo “tu rutina”, porque todo -desde lo más profundo de ti- ¡no sólo tu cuerpo viva! y que empezarás ¡con más fuerza a compartir!

Pero no olvides, que una de las cosas ¡tan importantes en éste Proyecto!, ¡porque Nuestro Padre desea que brilles ya como un diamante!, en el infinito amor; ¡la humildad! sea quien de la mano camine con todo aquél, cuando tu semilla ya tanto ¡y tan poderosamente germine!, lo empieces a mostrar.

Que mira; lo que hemos visto; lo que hemos vivido; ahí está también una Gran Enseñanza, hermano querido. También la confrontación será, al decirnos que -contigo mismo- es ¡cómo tú te vas a comportar con el hermano que contigo a tu lado estará!

Si hemos dicho que en ésta enseñanza del “Yo Soy”, lo que nos ha pedido nuestro amado Maestro, ¡ahora en éste tiempo! ¡y ya el momento llegó! para utilizarlo, para mostrarlo, ¡primero con nosotros mismos! ¡Ya basta de tanta división!

Mira hermano; lo que Nuestro Padre tiene preparado, ¡qué importa lo que tú hagas! ¡Aún aquél que en algún momento se había alejado! y aquellos que aún ¡piensan que lo han hecho! Si tú vieras en el Libro de la Verdad, aquello que está escrito de cada uno de ustedes, de manera individual.

No olviden que también -te recuerdo- ¡cuánto tiempo lo repitió aquél amado Maestro!: “Todo de ti está escrito, amado hermano: jota y tilde, ¡hasta lo que has estado pensando! Entonces, ¿a quién quieres seguir engañando?”

Y eso -con infinito amor- te lo estamos recordando; porque lo que el Padre te estará mostrando ahí, como solemos decir: “en tu cara”, Su verdad te estará entregando, amado hermano. ¡Y qué bueno!, ¡si todo lo bello! después de todo lo que pudimos haber pensado; si para ahora poder lograr el velo estar rasgando, Padre -en infinito amor y con el corazón- ¡yo todo te lo estoy entregando! para seguir en la enseñanza, la Gran Enseñanza. Porque en ésta andanza -a aquellos que se les ha insistido y que se les ha indicado- que son “La Avanzada”, amados hermanos, cuenta se darán que no se les ha mentido.

A pesar de todo -¡ahh!- lo que ha sucedido; siempre estaremos con los brazos abiertos -en el nombre de mi Padre- para recibirlos. Así será. Y hoy nuevamente, la Era Dorada se empieza a mostrar. No tienen idea cómo también -en diferentes puntos- como solía decirles: “En los cuatro puntos cardinales”, en lugares estratégicos, donde Nuestro Padre desea que para ustedes, que todavía quieren hacerse llamar “mortales”, les hemos venido a compartir de la gloria de Nuestro Padre, para que todo nuevamente lo empiecen a vivir ¡y tantas cosas más!

Ésta ha sido una Gran Reflexión, de lo que ahora -su hermana- con ustedes ha vivido; con cada uno de ustedes. Y quiero decirles que -en infinito amor- están en mi corazón; aunque para algunos, en algún momento, hablando del “humano aprecio”, piensen; llegaron a decir, ¡ahh!, que habría de seleccionar. ¡No, amados hermanos! Cada uno fue el que eligió ¡de qué manera! -a la palabra de Nuestro Padre- se quería acercar. Pero todos, ¡todos!, aquí están; en éste corazón que he empezado a elevar nuevamente hacia mi Padre, que todo nos lo da.

Quiero repetirles que -su hermana- ¡saben dónde la pueden encontrar! y ahí estará. Ahí seguirá, en tanto mi Padre así lo indique. ¿Recuerdan? ¿Cuánto tiempo insistí en que todo iba a cambiar?, amados hermanos. ¡Pero no olviden que su hermana los ama! Pero sí, importante será que -si en algún determinado momento- al acercarse, desean saber y quieren escuchar directamente ¡qué es lo que ha detenido en el tiempo! Cuando lo tengas decidido, sólo te pido que preparado estés para escuchar. Que no sientas ni pienses que -en ese instante- tu hermana te quiere juzgar, porque no será así.

¿Recuerdas que el amado Maestro también habló?, que si es tu deseo acelerar tu liberación, también, ¡también verías y escucharías! que de todo lo que has hecho, qué es lo que te ha detenido y qué tienes que soltar, para que con ello todo acelerarías. ¡Pues tenlo presente hermano! ¡Tenlo presente!, porque eso siempre ha sido y está aquí -en el hoy- ¡para ti!

¿Que será fuerte? ¡Sí! Aún a algunos se les ha insistido; se les ha dicho -y lo han sentido- porque estoy consciente amados hermanos: también su hermana hay cosas que -si tú lo ves así- de manera  tan terrenal, ¡sí!, ha mostrado -que lo has comentado- “tiene que trabajar”. ¡Consciente estoy! Pero el momento se está acercando para que tú veas y quiero compartirte ¡de qué manera todo podemos irlo soltando! ¡Porque se hará! ¡Porque cada uno de ustedes lo logrará!, pero si dispuesto está ¡a confrontar! -en el Gran Espejo- todo lo que ustedes mismos se dirán.

¡Amados hermanos!; tengan presente que también -y muy importante- ¡a eso vamos! En el crisol de todo lo que mi amado Padre -a su hermana- le indicó, lo que ¡antes de que llegara el momento en que se nos dijera que iríamos a su encuentro! Recuerden que hubo instantes en los cuales decían: “¡Habrá un Gran Llamado!” ¿y luego?, ese crisol se estará mostrando ¡con toda la fuerza! para aquél que está deseando ¡volver a vivir y sentir! y caminar ya en esa Esencia que Nuestro Padre -en todos y cada uno- depositó.

¡Así!, sin ningún alarde, porque en esa unidad nos pide caminar y nos dice que -a todos por igual- siempre, ¡siempre!, prometió ¡amar! ¡Y ha cumplido! Y ahora -en ésta Era Dorada- ustedes verán de qué manera; ¡de qué manera!, como en otras ha sucedido; también en el aquí, en el ahora, lo estarán viviendo.

¡Aleshia!, ¡Aleshia! -su hermana ¡que tanto los ama!- se los dice. ¡De verdad! ¡En amor! ¡En unidad! ¡Ya dejemos todo atrás y sigamos con ese único sentimiento el caminar.



Junio 15, 2016

Maestro Desconocido.

Porque todo se ha empezado a mostrar y aquellos que de tiempo en tiempo -a ti te dijeron- que volverían y de ello te hablarían. Y amado hermano; ¡tú sigues como humano! y yo -en el “Yo Soy”- ¡que tanto te amo!, aquí estoy.

¡Muy importante es! que al volver, si es tu deseo nuevamente ¡y ya abrir totalmente, ahí!, en donde “Él que todo lo creó” -¡ya lo dijo la hermana!- en ti depositó. Y mira, necesidad no habría en que de ésta manera -tu hermano- a ti hoy nuevamente te hablaría.

Has escuchado que en algún tiempo estuvimos con ustedes -así lo llaman- “¡tan cercanos!” Nunca nos hemos alejado. Sucedió que en la Octava nos elevamos. Porque ¡ha sucedido!, que cuando nos han visto compartir contigo, contigo, con cada uno de ustedes, valor le han restado a lo que El les ha entregado.

¡Y aún siguen! en el mismo estado: empiezan a escuchar, se emocionan y dicen: “¡Sí! ¡Es El, el que me ha venido a hablar!” Mas luego, aquellos que les desagrada que les digan la verdad, porque solamente lo que ellos “piensan” que es congruente quieren escuchar. ¡Ay de mí!, si a cada uno de ustedes les quiero decir ¡qué es lo que les ha detenido! y aún el haber abierto, porque sí; la inarmonía ha insistido en no dejar que sigas adelante para volver al hogar y entonces, entonces otras cosas empiezan a mostrar.

Mira; ya también la hermana les ha dicho: “Tengan mucho cuidado, porque el hecho de abrir los dones no quiere decir que ya -de todo lo de aquí- te has liberado”. ¡No, no amado hermano! ¡No te equivoques!

Ella les ha dicho ¡que es una constante! y todavía ¡mucho más importante!, que cuando -como en éste momento- que a través de ella te estoy hablando; si ella en alguna distracción entrara y permitiera que entrara lo que no debe ser, pues es lo que en momentos se ha mostrado ¡y algunos han tergiversado! y piensan “que los han agredido”.

También debemos de tener cuidado con esos pensamientos, porque ya lo dijo la hermana: “¡A mí también me ha pasado!” Y en ese reconocer, en ese entender y en infinito amor y en humildad, seguir el camino para poder ya -de una vez por todas- mostrar ¡todo tu Ser! Esa parte divina que El te entregó y que tú habías estado alejando, por vivir y seguir en ésta ilusión. ¡Cuanta distracción!

¡Pero aquí estoy! y vuelvo a repetirte: ¡el momento está llegando! para que sepas quién te ha estado hablando. Y de verdad lo hago con infinito amor. Se les ha dicho que sólo de tiempo en tiempo, tal cual como la hermana les ha compartido; de los que han llegado sólo en determinado tiempo ¡cuando la Era Dorada ha empezado! es cuando se les ha hablado, así tan cercano.

¿Y por qué? Porque también cada uno de ustedes se han preparado. De alguna manera estás escuchando. Te has permitido que tu corazón te diga si de verdad -como en éste instante- en algo de lo que te estoy diciendo te he mentido; ¡porque sabes que así no ha sido!

Y también te he prometido que ¡mucho más! de lo que aquí -quien tanto ha leído- te ha compartido, te voy a decir. Y así será; de la sabiduría del Padre en la Conciencia. Que mira, ¡uhm!, cuando ya dejes atrás la ambivalencia, la Crística se te dijo que la vivirías.

Yo te vuelvo a preguntar: ¿Sientes que así ha sido?, ¿que en ella ya has empezado a caminar? Y algunos de ustedes -si se atreven a decirme que sí- entonces yo te voy a preguntar: ¿Por qué todavía muestras acciones que en ti ya no deberían estar? ¡Y sabes por qué lo digo hermano!

Y mira, ¡psh!, acudirás al Llamado. ¡Qué gran oportunidad para que todo ya lo estés soltando!, porque nosotros -también yo- con infinito amor ahí te estoy esperando. No tienes idea de lo que para ti estamos preparando- Pero tampoco te inclines a pensar en que todo será muy espectacular. ¡Uhm! Eso ¡tú lo harás!

Que sí, ¡sí!, tal como lo ha dicho aquél que llamas “Maestro” y que tanto te ha hablado de la enseñanza del “Yo Soy”. ¿Y tú? ¿Sientes que has sido su estudiante? ¿Sientes que has adelantado? ¿De verdad? Pues ahí lo estarás mostrando. Es por eso ésta gran oportunidad.

Que mira; agradecidos estamos a que nos permitas contigo compartir esos días. No olvides; se ha dicho que “Aquél que todo lo creó” -para hacerlo- siete días se llevó. Ya verán, ¡ya verán! amados hermanos todo lo que sucederá, para volver a hacer resurgir ¡todo lo que hay en ti!

¡Es tan importante!, en la sincronicidad de la Numerología Sagrada. Mira lo que acabas de escuchar ¡y más que te diré!, porque ya a quienes llaman “Maestros”, a la amada hermana que también les adelantó que “año bisiesto” a éste en el que acudirán se le llamó. Un día en especial, un gran día en el cual -en el tiempo del no tiempo- ¿qué es lo que sucederá? ¿y quién lo vivirá?

Mira; ¡siente!, que todo esto -lo que tu hermano te diga- es en amor, en el deseo infinito de que ya -en la enseñanza del “Yo Soy”- cada uno de ustedes… todo ello lo viva. Y entonces, ahí es, ¡ahí es donde entraré yo!, amados hermanos.

¡Que mira!, que para que tú cuenta te des que mintiéndote no estoy, hoy por hoy estás escuchando; momentos -como ustedes pudieran decir- “chispazos del tiempo” que se están filtrando, para que en la conexión tan directamente aquellos que se están preparando, queriendo ver ya con los ojos del corazón, cómo van trascendiendo en ésta dimensión.

Y sí, mucho más te voy a decir. Pero de ti depende -hermano, hermana- ¡de ustedes solamente!, porque nosotros aquí estamos nuevamente en ésta Era de Amor, de Libertad, de Perdón, ¡de Gran Transmutación!

Aquél que ha estado utilizando lo que -en infinito amor- al que llaman “Maestro” les ha estado regalando; porque en cada lección, en cada -como ustedes le quieren llamar- “reunión”, que solamente son instantes en los cuales nosotros al estar aquí -como hoy- les venimos a entregar, porque están en esa disposición y abierto el corazón, para que nosotros ¡no solamente al estarles hablando! sino toda la vibración que se les está entregando, siéntanlo así.

¿Por qué creen ustedes?, que -tal como es la voluntad del “Yo Soy”- cuando indicó que éste era el lugar en el que todo iba a empezar en el Proyecto Shirón. Y así está sucediendo, aunque muchos piensen que nada se está moviendo. Ya verán cómo se han vuelto a equivocar.

Porque tal como la hermana les ha dicho: “También en el no hacer”, ¡es mucho! lo que Nuestro Padre y a ella -al darle la indicación- ¡ah!, para observar lo que cada uno -pensando que cuenta no nos estamos dando- ha hecho.

Sí, amados hermanos. Todo esto es con el deseo de que -al estar antecediendo- por todo lo que estará sucediendo, miren; en ésta bendita estrella, en la Gran Instrucción, todo lo que se hará -en infinito amor- tiene ¡una gran importancia!, porque en la multidimensión, al elevarse en todo el cuadrante, así como se le mostró a aquél que se le pidió que dejara aquí en Gran Legado todo lo que se le había mostrado ¡y que muchos no han entendido!

Pues ahora, en éste Proyecto, a la hermana se le dijo: “¡De manera sencilla!, para que todos y cada uno de ellos -al ir entendiendo- ¡vivan las maravillas!” y que de todo lo que esté sucediendo, porque ahora también les ha estado diciendo que la respuesta cada uno la tendrá. ¡Y es verdad! ¡Es verdad! ¡Así será! Ya está sucediendo.

A cada uno se le dará de todas sus preguntas en infinito amor, pero a aquellos que llevan toda la intención de que en la resulta vivan ya completamente su liberación, en el infinito amor que El les entrega y que les vienen a compartir ¡tantos hermanos! También yo.

El deseo de la hermana es que entre todos ustedes ¡no haya división! ¡Que eso ya se supere!, porque en el Proyecto Shirón una de las premisas es mostrar cómo es caminar en unión; en esa humildad que El les entrega, que a todos les da.

Alguno está pensando: “¿Y cómo? ¿Cómo lograr que suceda?” Si están escuchando, les pedimos ¡que de verdad!, en infinito amor se quieran dejar, ¡soltar!, así como algunos lo han hecho… y miren cómo los vamos llevando.

¡Sí! Aquí estoy, ahora mostrando y quiero compartirte toda la energía de amor que para ustedes también de muchas maneras, en el cambio de la atmosfera, en la rejilla que ahora -de verdad- cristalina, ¡para ustedes está emanando!, todo lo que no solamente la hermana se los dijo: “De Alción está llegando”. ¡Aún más allá! ¡Aún más allá!

Es por eso que hermanos de lugares tan lejanos ¡y no les estoy hablando de ésta estrella!, eso es tan cercano. Ahora están en infinito amor observando todo lo que está sucediendo; ¡de qué manera cada uno de ustedes está reaccionando!

Pero que eso tampoco -en ti- inspire temor, porque ya la hermana les dijo que en esa verdad y con el corazón, aquellos que sigan la enseñanza del “Yo Soy”; que desean acercarse a mi Padre, ¡nunca ninguno! -si ese es tu temor- sufrirás ni vivirás una abducción.

¡No!, porque si tú al pensar de sus hermanos “mayores” -que así los has querido llamar- los que han llegado y que aquí están, sólo se estarán acercando y contigo compartir ¡aquellos! que también en el nombre de Él, te vienen a hablar y desean decirte ¡de qué manera lo pudieron lograr! Así como el que llamas “tu Maestro” que gran labor -en la enseñanza del “Yo Soy”- con ustedes ha tenido. ¡Uhm!

La hora de la verdad ¡ha llegado ya! y tu hermano que de esto te ha venido a hablar, también, también con cada uno de ustedes compartirá. Amados hermanos; estamos en un Gran Preámbulo de lo que -al suceder- en ustedes ¡todo lo va a mover! No olviden que los estamos acompañando.

No olviden ¡y tengan siempre en el corazón! que -si esa es su elección- tendrán la respuesta ¡y quedará manifiesta!, de cómo vivir ya toda su liberación; que por ello y para ello también aquí estoy.

¡Soy su hermano!, que en ésta Era Dorada ¡también!, también, ¡mucho! de la verdad de Él les hablaré y ahí, con ustedes iré. Tal como aquí, les acompañaré. ¡Atentos mis hermanos! ¡Atentos! Ya la hermana tiene instrucción.

Y vuelvo a repetirles: ¡habrá una Gran Revelación! de “Aquél que todo lo puede”. ¡El “Yo Soy”!



Junio 15, 2016

Sananda.

Y tal cual, como mi Padre tan amado y aún ¡el Gran Maestro! que con ustedes ha hablado, me inclino amoroso y lleno de gozo, porque cumpliéndose está todo lo que en aquél tiempo, tu hermano te vino a hablar.

Es el tiempo en el que tú vivirás todas las cosas que resurgiendo estarán; en aquél, en aquélla, que entregado a mi Padre y guiado -porque así lo has deseado- por cada uno de nosotros.

Mira hermano; todo lo que El -en infinito amor- tal cual como lo dijo: “Esto es para mi hijo”.

Y al tenerlo entendido, date cuenta cómo a quien te habla, ¡lo había movido!, para mostrarte, para hablarte, de lo que en la verdad también para ti tiene y que es el momento: ¡Lo vas a mostrar!

Mas -amado hermano, amada hermana- con el corazón, también ¡Sananda te llama!

Porque después, ¡más fuerte!, ¡más viva!, en ti estará la Flama.

Y la Llama Trina mostrará cómo cuando aquél, aquélla, permite y se deja guiar; que todo lo que emite, ¡mira!, cómo en éste instante, que tu hermano entregándote está, en esa Trinidad, entrelazado tu corazón estará.

¡Es para ti! -de mí- todo lo que mi Padre y tu hermano desea compartir.

¡Ahí estaré! ¡A mi amado hermano acompañaré! ¡Tu anfitrión seré!, porque gozoso te entregaré ¡todo! lo que mi Padre ha dicho: “A mi hijo preparé”.

Siéntelo así. ¡Vívelo así! Desde el momento en que tú, tus pasos dirijas ¡ahí!, en el nombre de mi Padre, en el camino, porque el “Yo Soy” en la verdad y la vida te voy a mostrar en la eternidad, siempre, totalmente, sigue viva en aquél que a mi Padre se quiere entregar, ¡tal como yo!

Y aquí estoy, ¡amado hermano! Mi corazón para ti y vibrante estaré ahí, haciéndome sentir a cada instante, contigo.

Y envío en el mudra del olvido, para cada uno de ustedes todo aquello que aún su corazón lacere. ¡Ya no más! En infinito amor, mi Padre y tu hermano contigo está.

Que yo soy ¡Sananda! y dejo en tu corazón todo el infinito amor.

Esperándote estoy.



Junio 15, 2016

Saint Germain.

¡Y en esa promesa de amor!, ¡tanta energía unida para ustedes!, ¡amados hermanos!, también Saint Germain entregándote estoy, ¡porque así será! A ustedes, desde el preciso instante, aún aquél que está pensando que algo le falte, ¡te acompañará! Mi energía amorosa contigo está. ¡Con cada uno!

Y aquella que ha querido hablar, yo te digo: ya no más te tienes que preocupar. ¡Todo está hecho ya! ¡Con nosotros estarás!, porque aquél que ha insistido en infinito amor y le dijeron: “¡Mar y tierra has movido!”, ¿pues qué para ti eso tiene tanto valor? ¡Lo tiene! y así lo va a mostrar. Y para cada uno de ustedes -su hermano- de algo muy importante les va a hablar. ¡No lo olviden!

Y algunos pensarán: “¿Necesario era que hasta allá nos tuvieran que llevar?”. ¡Sí amados hermanos!, porque ¡entre tanta distracción!, luego escuchan y en el momento en que se retiran de lo que ustedes llaman “su reunión”, ¡de todo se olvidan! Tenemos que -de una forma u otra- hacerlos recordar.

Y miren, mucho les ha movido. Muchos de ustedes ¡eso ahí se verá!, ¡eso es lo importante! Aún a aquél, a aquélla que aunque digan que sí es su deseo escucharnos, pero ya vivirán algo ¡muy relevante! y de verdad, porque va a suceder amados hermanos.

Se les estará guiando. Ustedes saben quién es el hermano que siempre los está acompañando. Ya tiene ¡gran instrucción!, para que en ese gran momento ¡de la interacción!, no les tome por sorpresa. Será de una manera muy directa, para que todavía aquél, aquélla, que está pensando: “¡Sí! El es el que nos estuvo hablando; pero solamente palabras y palabras”.

Ahora en acción, porque es tu hermano ¡Saint Germain! el que te habla; aunque estés viendo a la hermana que a través de ella… ¡mira!, ¡tenía que ser así!, porque si no ¿de qué otra forma lo ibas a sentir? Ahora ya para ti es tan normal y dices: “¡Ah! ¡Solamente es un canal!” ¡Ya lo verás! ¡Ya verás! quién es tu hermana en realidad.

¿Y por qué? Algunos hasta dijeron: “¡No tiene predilección! ¿Qué, solamente en ella hablará? ¡También con nosotros puede hacer interacción!” ¡Sí! Es cierto. Y ella lo aceptó y lo ha dicho, ha insistido: “¡Bendito mi Padre!, que no soy la primera ¡ni seré la última!, que -a través- ¡ellos se quieran mostrar y quieran hablar!” ¡Pero ya verán!, porque algunos han pensado: “¿Qué? ¿Tan multifacética será?” ¡Pues ya verán, amados hermanos!

¡Y sí!, porque entre ustedes -humanos- hay, se han abierto dones y “canales” les han llamado. ¡Y Saint Germain está preparando!, a quien también -a través- estará mostrando. Dicen que muy poco de mí se ha hablado, porque también se han atrevido a decir, ¡je, je!, que un charlatán como yo, ha pretendido y les ha hablado.

Amados; ¡de tantas cosas!, para poder estar con ustedes ¡tantos letreros nos han colgado! ¿Pero saben qué es lo importante para nosotros? ¡Que aquél que -como ustedes- sientan su corazón tan vibrante y sepan que aquí estamos!, ¡ siempre dispuestos a hablarles! y luego también a mostrarles. ¡He ahí la Gran Respuesta! Quedará manifiesta. El Gran Momento o como dicen ustedes: “La Hora Cero”, ha llegado.

¡Sí!, porque en el tiempo del no-tiempo, en año bisiesto, ¡uhm!, el día que dicen “que ha sobrado”, muchas cosas nosotros les hemos mostrado. ¡Más!, de lo que pudieran haber imaginado. Entonces, si esto ya han escuchado -amados hermanos- tampoco quiero que algunos se vean desilusionados, porque vayan a decir: “Nada sucedió aquí”.

¿Cómo se le puede mostrar a alguien que no quiere escuchar? ¿Cómo se le puede mostrar a alguien que no cree? ¡y ni siquiera de ello! y pide que no le quieran hablar. Pero nosotros conocemos y sabemos lo que hay en su corazón. Por eso la insistencia, con infinito amor.

Y no se preocupen. Aquél, aquélla, que diga “que nada sucedió” ¡por algo nos va a acompañar! ¡Uhm! Todo su Ser, Nuestro Padre y nosotros, que preparados estamos, ¡le vamos a mover!, ¡para que comience el camino del Resurgimiento Divino!, que Nuestro Padre -en el tiempo en el que todo lo creó- le entregó.

Así de sencillo, amados hermanos. ¡Así!, aún ustedes al estar caminando aquí en ésta ilusión; lo que consideran y piensan que es “su vida” ¡y que no hay más! ¡Uhm!, que todo lo que empieza finaliza y lo que vivió ¡eso es lo único que se mostró! Entonces -amados hermanos- los milagros ya empezaron a suceder. ¡Todo se empezó a mover!

Yo sólo les pido ir atentos. ¡Muy atentos y alertas! Que no se les escape nada, amados hermanos. ¡Nada!, porque así como ustedes están pidiendo y respuesta de todo lo que pregunten les será dada; también, también a ustedes ¡mucho se les preguntará!, amados hermanos, porque en honor a la verdad, ¡eso es lo que a su “evolución” -si así la quieren llamar- acelerará!

¡Si, amados!, porque no todo termina en aquél, en aquélla que un don ha abierto y que algunas cosas que Nuestro Padre ya le entregó, lo domina. ¡No! ¡Esto es un Gran Concierto!, de Amor, de Unión. Y ustedes verán cómo también ¡ah!, hablando de la Melodía Sagrada, ¡aquella de la cual siempre les ha hablado la hermana!: Cuando en un Gran Concierto vas y disfrutas y escuchas y dices: “¡Perfecto! Todos al unísono”, pero se siente y se escucha cómo cada uno -de acuerdo al instrumento que empezó a dominar- complementan y para el deleite de aquellos que lo van a escuchar, ¡es! una Gran Melodía de Amor, la que a sus hermanos van a entregar.

Y así será, amados hermanos. La hermana les ha comentado: “¡Así!, ¡así como tú te estás mostrando, así es como mi Padre te necesita; aquí, hoy! No digas que eres menos, ni aquél que ya abrió se sienta que es mejor, porque ¡todos somos iguales! ¡A todos nos ama y nos necesita! y el amor nos entrega ¡a raudales! Entontes amados, así es como los necesitamos: en esa Gran Unión.

¡No olviden esto! que han escuchado. ¡Ay de aquél! ¡Ay de aquella!, que al estar ahí ¡a pesar de todo lo que nosotros con infinito amor les hemos querido decir!, permitan y dejen y muestren, emociones que saben que no deben y se abandonen a las distracciones, porque entonces con ello nos están dando la respuesta: ¡que todavía no quieren vivir lo bello!

Y nosotros vamos a respetar a aquél hermano, a aquélla hermana que aún sigan en ese afán. Amados; a todos se les mandó llamar, pero ahí es donde se va a mostrar que muchos son los llamados y pocos los elegidos. Pero ahora queremos ¡que todos sientan dentro de sí el Dios Vivo! ¡Que todos vayan en esa unión!, porque de verdad, será de Nuestro Padre y de nosotros un gran derroche. ¡Un gran derroche!, de Energía Divina, de vibración.

¡Y ustedes han de disculpar!, que la mayoría de las noches ¡los vamos a despertar!, porque así será. ¡Amados! ¡Amadísimos hermanos! ¡Preparados! ¡Nosotros los llevaremos! ¡Nosotros ahí los esperaremos! Como su anfitrión, en infinito amor. ¡Eah pues! ¡El momento llegó! ¡Amados! en un gran abrazo.

Y les entrego la Llama Violeta, para que ella -al acompañarlos- todo lo transmute de manera ¡rápida y directa!

Aquí está su hermano ¡Saint Germain! y que el amor de Nuestro Padre en ustedes y para ustedes, siempre esté presente.

Ya indicaremos. La hermana instrucción ya tiene en dónde; en qué lugares y qué momentos. Amados: ¡verán! Será como vivir en un cuento.

Su hermano ¡Saint Germain! la bienvenida les da y recuerden que siempre ¡en gran protección y en infinito amor!, ustedes estarán.

¡Bienvenidos! al Gran Llamado y les pedimos estar así: ¡unidos!, en un sólo corazón.

Saint Germain para ustedes y en ustedes, en infinito amor.



Junio 15, 2016

Ketta/Aleshia (2).

Lo qué se va a compartir y en éste instante nada más que decir. Ya mi Padre y nuestros amados Maestros todo lo dijeron.

Mas, sí es importante insistir en que tenemos que ir y estar muy atentos, porque no solamente en palabras, sino en acciones; en muchas acciones y grandes reacciones, es que se van a empezar a vivir las grandes lecciones que Nuestro Padre nos va a mostrar y nos va a indicar cómo seguir y qué es lo que ya no debe seguir así, amados hermanos. ¡Pero unidos!, unidos y en amor, sé que lo lograremos. ¡Aquí estamos!, en infinito amor. ¡Ahh! Estamos a un paso del Gran Encuentro.

De manera especial, ¡ahh!, antes de partir, a cada uno les hará sentir qué es lo que tendrá que hacer y a otros qué es o en qué es en lo que le pide callar y sólo con el corazón observar y soltar. ¡No lo olviden, amados hermanos! ¡Sin juzgar!

Entonces, vamos a prepararnos. Vamos a estar muy atentos ¡y recordar todo lo que nos pidieron! Todo lo que nos han entregado. Y tengan por seguro que allá va a suceder lo que Nuestro Padre tiene preparado, para cada uno de nosotros.

Entonces, tenemos la fuerza; porque Nuestro Padre en su grandeza nos dice: “Esto es el principio, para que tú sigas adelante; que Yo en ti ¡todo lo voy a mostrar! y a que de eso hables con tu hermano, Yo te invito”.

Mi Padre tan amado, en Tesalonicenses, también en una pequeña parte de ello se estuvo hablando; que cuando Nuestro Padre estuvo llamando, muchas cosas sucedieron. Mas, no permitamos ni querramos que en nosotros suceda lo que al construir la Torre de Babel.

¡No, amado hermano!, precisamente con éste y con aquél, al que en algún momento pensamos o sentimos algún agravio, es una gran oportunidad para unirnos y dejar todo desaire, amados hermanos.


Yo les agradezco, de todo esto haber escuchado.

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