28 de junio de 2016

Canalización del 16 de Marzo de 2016.

Marzo 16, 2016

Ketta/Aleshia (1).

¿quién tiene realmente la Consciencia ¡total!, de lo que es -de verdad- la libertad? ¡La verdadera! La que El nos entregó. Quiero decirles; esa, todos lo que aquí, en éste planeta tan bello -nuestra Madre Gaia- si de alguna manera en la mínima intención pudiera entenderlo. Cuando eso empieza a suceder, créanme -amados hermanos- entonces ¡ya no son humanos!, dejan de serlo.

Porque cuando El nos ha dicho: “A todos tienes que verlos por igual”. Esa es -después de entender y vivir lo que es el amor- ¡el amor en su totalidad! Ustedes han empezado a escuchar que su hermana se refiere al Amor Universal. ¿Qué han entendido de ello? ¿Cree alguno de ustedes que lo ha sentido? ¿Sienten -realmente- que en algún momento lo han vivido?

Porque yo puedo decirles: ¡Sí! ¡Sí lo han hecho! Es sólo que ahora aquí, en éste vivir, en ésta temporalidad, en el transito que van haciendo al en éste tiempo encarnar, Nuestro Padre, si algunos ya leyeron lo que mi hermanito con tanto amor compartió y que a algunos se los he enviado; espero que ya lo hayan hecho.

Hay tantas cosas en la verdad de Nuestro Padre, que aquél, ¡sólo aquél que empieza a caminar despierto! puede entender. Tal como lo dijo mi amado Maestro: “Llegará el momento. Aquél que ya preparado esté ¡y que siga en esa intención!, en esa gran preparación, se les empezará a hablar en el Lenguaje Universal”.

Ustedes están pensando o pensaron en aquél momento, que quisiera tal vez se pudiera utilizar algún dialecto. ¡Se ha hecho! y se les ha dicho que es el Lenguaje Universal; pero cuando tú -por el corazón- te dejas llevar, todo eso que empiezas a escuchar, créemelo amado hermano, lo entenderás.

No necesitas, como aquí se ha dicho en ésta ilusión ¡tanto conocimiento acumulado! Es sólo dejarte llevar por Nuestro Padre tan amado. Y la gran diferencia de un conocimiento tan terrenal ¡es la sabiduría!, que Nuestro Padre ya ha entregado ¡a todos por igual!

Pero ¿quién de ustedes realmente la ha utilizado? ¿Quién realmente se ha dicho?, por eso se les ha pedido: “¡Reflexionen amados hermanos! ¡Reflexionen! ¡Dense esos momentos!, en los cuales puedan mirarse al espejo y lo hagan ¡de verdad con esa alegría!, ¡hablándose!, con la transparencia que Nuestro Padre nos pide que hagamos día con día”.

Cuando tú seas ¡tan transparente contigo mismo!, ¡créelo, amado hermano!, no sólo el amor de Nuestro Padre en ti ya ha depositado, sino ¡todo llegará como una cascada sin final!, desde la Fuente, ¡que es El!, Nuestro Padre.

Cuando estés decidido ¡a separarte de todo aquello! y también de no hacer ¡lo que tú sabes que para ti -no es que esté prohibido- sino que te daña! ¡y detiene tu camino hacia El! Cuando te hables así; tan sinceramente ¡y sepas que aquello a lo que todavía a aferrarte pretendes! y lo sueltes; créeme -amado hermano- sabes que no es la primera vez que insisto; nuevamente te lo digo; ¡nunca me cansaré de hacerlo!: Nuestro Padre -al ver que ya estás dispuesto- entonces ¡más fuerte te hablará! Dentro de ti ¡todo tu interior vibrará! y entonces tu Ser, ¡esa Parte Divina, totalmente a ti se unirá! y todo, todo para ti cambiará, en esa transmutación, en esa fuerza.

Ahí es cuando dicen que el cambio en aquellos Maestros, aquellos hermanos, que empezaron por la transmutación y luego llegando a la transfiguración y el cambio total: ¡La iluminación! ¡Y créeme hermano! No es ahí donde todo termina. ¡Al contrario!, es cuando ¡más fuertemente vive y eternamente ésta semilla!, la que en ti está, la que El te pide: “¡Es el momento! ¡Utilízala ya!”, porque entonces, tal como dijo nuestro amado Maestro: “¡Y entonces vivirán como si fuera un cuento! Todo para ustedes se mostrará”.

Mas ¿quién?, ¿quién con más fuerza lo hará? ¡Tú hermano! ¡Tú!, porque entonces, cuenta te darás ¡en ese despertar!, quién eres en realidad. Si yo les dijera -de todos los que ustedes aquí se encuentran, los que aquí están; cada uno todo lo que ha tenido que luchar. ¿Quién?, en la Era Dorada, aquella que antecedió ¡a ésta que ya hizo su entrada!, ¡casi lo logró!

Pero ahora, ahora, amado hermano, ¡por ti!, ¡por ustedes aquí estoy! Y con gran alegría ¡y lo seguiré repitiendo hasta que en su corazón lo sientan realmente!, porque así es, todo lo que mi Padre en cada instrucción. Miren; eso será para mí, ¡pero para ustedes habrá una Gran Revelación! No tengan duda de ello, ¡sucederá!, para todos aquellos que vivirlo estén dispuestos.

Ahí es donde entenderán también, que será como vivir un cuento. Porque si ustedes estuvieran dispuestos a compartir con aquél hermano al que invitarían, que como ustedes, ¡en ese sentir!, el camino, el sendero hacia Nuestro Padre quisieran seguir.

También, hay que entender que -si no es su momento- amado hermano, no olvides que tu hermana ¡vendrá por él! Así como hoy, que ustedes escuchando esto están. Para mi Padre no existe el tiempo, aunque cada vez el encarnar y viviendo todo esto y escuchar ¡y compartir! todo lo que ustedes tienen que pasar a lo que llaman “éste vivir”; es cuando utilizan la palabra “eternidad”.

Y dicen: “Ha sido una eternidad. ¡Esto no tiene final! ¡Ya no quiero volver!, ¡porque es sólo sufrir!” Sucumbir a lo que la ilusión insiste y pretende a cada uno de ustedes presentar. Pero cuando entiendan que precisamente ahí, también es tan importante ya no escuchar esa voz. ¡Dejar de oír!, lo que el exterior insiste tanto ¡para no soltarte!, ¡para no dejarte ir!

Ya lo dijo mi Padre tan amado, mis amados Maestros: “Con lo que más fuertemente han  luchado es ¡con el temor a todo eso!, cuando todo ello estés soltando”. Y puedes estar pensando: “¡Es fácil para ella decirlo!”. ¡No te creas, amado hermano!, porque también, también tu hermana lo ha sentido, al instruirme, al decirme, que todo lo que había de vivir, ¡precisamente para luego! -de la enseñanza del “Yo Soy”- de mi Padre tan amado a ustedes compartir, ¡primero! por todo lo que ustedes estaban pasando lo tenía que vivir, ¡para entender! a cada uno.

Pero lo que también tienen que saber, es que cuando ¡con toda la fuerza y decididos! ¡den ese paso! y ya no quieran seguir caminando dormidos, entonces, entonces, del paraíso no sólo se les mostrará. En algún momento ¡lo vivirán! por toda la eternidad.

Eso, mi Padre tan amado siempre lo ha prometido y si ustedes desean escuchar quiénes lo han logrado; ¡en quiénes todo ello se ha cumplido! para sentirse motivados, lo escucharán. ¡Claro que sí! Porque tal vez dirán: “Ella nos está hablando, pero una utopía tal vez será. ¿De dónde éstas palabras ha traído? ¿De qué cuento lo ha sacado?”

Hermanos tan amados, en cada Era Dorada; la Hermandad, aquellos que han llegado a ésta tierra tan amada, de gran enseñanza; pero miren: ¿Quiénes como ustedes?, que al empezar a sentir en su corazón todo lo que mueve, ¡lo que empieza a fluir! Al inicio preguntarse: ¿Quién soy yo? y el ¿por qué y para qué estoy aquí? ¿Sólo para nacer y morir? ¡Pregunta insistente!

Y mis hermanos -aquellos ¡que luego han estado frente a frente!, con mi Padre tan amado- le han dicho: “Aún al estar con el velo del olvido, mi corazón empezó a hablar y me dijo: Eres más que simplemente un humano que aquí vino a caminar. Busca ¡y descubre la verdad! ¡En tu interior está!” Ahí es donde Nuestro Padre ¡todo en ti te entregó! Permítete -a cada paso que des- vivir ese despertar.

Y así es, amados hermanos: El Gran Despertar. Lo que cada uno de ustedes ahora están viviendo. ¡Esto que están escuchando!, sólo es lo que antecede a lo que viene de El, de Nuestro Padre.

Por cuanto tú te estés preparando, eres tú quien se permitirá la Gran Vivencia que Nuestro Padre -para ustedes- verán todo lo que se les estará mostrando.

No te permitas una distracción. ¡Ya no más! Mi Padre te pide -con ese infinito amor- ¡que todo lo que estás sintiendo y lo que estás escuchando lo pongas en acción!, porque entonces verás que no solamente palabras son.

¡Pero si tú esperas que sea tu hermana la que todo lo haga!, ¡no te equivoques! ¡Claro que te voy a mostrar!, porque de mi Padre permiso lo tengo ya. Pero te voy a mostrar ¡lo que tú harás! ¡Lo que tú vivirás!, cuando estés en esa completa y total, verdadera libertad: La de su infinito amor. ¡Esa que El te entregó!, cuando te creó.

Porque es cada uno de ustedes quien tiene que vivirlo; experimentarlo; ¡sentirlo!, para luego compartir, tal cual como ves que tu hermana lo hace. Quizás pienses: “Sólo habla de ello”. No olvides amado hermano, que es Nuestro Padre el que muestra todo lo que ha creado, aún por lo que tú te estés inclinando. Hay tantos hermanos que sólo les interesa con -a quien llaman “hermanos mayores”- estar contactando.

Yo te digo: Es cierto. Son los que también lo han estado logrando, ¡pero lo que yo te vengo a ofrecer es la totalidad que mi Padre -a cada uno de ustedes- ha querido entregar! ¡Como te lo dije cuando iniciamos! ¡Todo lo que te he compartido!: Si quieres seguir caminando paso a paso ¡está bien! Por eso mi Padre lo dice: “De acuerdo a como tú te estés preparando -amado hijo- Yo te seguiré hablando. Tal como tú me permitas y sigas escuchando; tu proceso -al redescubrirte- lo estarás acelerando o lo vivirás ¡paso a paso!”

Pero lo que sí es una verdad ¡total!, es que a mi Padre volverás. ¡Claro que lo harás! Pero también pregúntate con gran alegría: “¿Por qué hoy aquí tengo la oportunidad de esto escuchar?” Porque tú te lo has permitido. Porque quieres -todo lo que mi Padre te ha ofrecido- llegar a vivirlo.

Y se ha dicho que en ésta ascensión, en éste proceso que éste planeta ya vivió, ¡pero sigue!, siguen caminando en ello. Es sólo que hay que sentirlo para poder vivirlo. Se habló de la Quinta Dimensión. Hermano, ¿recuerdas? cuando te dije que no sólo ello; que -de acuerdo a tu preparación- que no en la Sexta, en la Séptima, hasta la Décima vivirías y la multidimensión, ahí es donde ¡tú caminarías!

¿Piensas que es muy osado esto que estás escuchando? ¿Cuántos de ustedes han dicho que ya se han preparado? ¿Que suficiente han leído? ¿Que mucho de ello han comprendido? Amado hermano, yo te digo; que mi Padre -cuando te dice que tiene para ti el paraíso- mira; en la Gran Conexión, cuando tú haces en línea directa con su gran energía ¡tan perfecta la fusión! todo llega; como cascada te entrega y sólo necesitas sentirlo, compartirlo. Plena y totalmente vivirlo. Mi Padre te dice: “Ya tendrás muestra de ello”. Te darás cuenta hermano, porque es así.

Alguien habla mucho del mundo de la forma y yo te digo que cuando estás entregado y para ti sólo existe lo que recibes del Padre tan amado, todo se transforma. ¡Tú mismo! Y eso ¡vas a verlo! Lo mostraremos. Ahí es donde también entenderás, que la vida eterna -cuando es la esencia la que se muestra- siempre la has tenido y nuevamente la vivirás.

El Gran Maestro de la Alquimia mucho quiso traer, quiso compartir, ¡quiso transformar lo que era tu vivir! Y créeme que lo ha seguido haciendo, pero quiso entregarlo ¡para que ustedes ya pudieran utilizarlo! ¿Y qué sucedió? De principio y siempre ha sido así; cuando tú empiezas a escuchar, ¡la duda te comienza a atrapar! Ahí es donde la distracción nuevamente te tiene y tú no te quieres soltar. Y al escuchar todo esto cuenta te darás que tan sencillo es: Simple y totalmente ¡todo soltar!

Pero una cosa te diré, porque aquí uno de ustedes lo ha vivido: Cuando eso empieza a suceder y empiezas a sentir aquella sensación que -al no conocer- llega el temor. Y cuando has estado a punto de transponer esa puerta ¡que tanto te ha querido detener!, entonces, todo vuelve a ser así, como lo que te muestra ésta ilusión.

Es que tú piensas que lo que es desconocido, lo que es misterio, lo que no has vivido -¡eso es lo que tú has creído!- que por ti no es conocido. ¡Sólo déjate! ¡Suéltate un instante! ¡Elévate hacia Nuestro Padre! Dile: “¡Aquí estoy Padre mío! Permíteme sentir y vivir ¡lo que realmente soy! Y en ésta enseñanza del “Yo Soy”, muéstrame por un instante ¡la Gran Libertad!, la verdadera, ¡la que me entregaste!”

Pudiera decirte todo esto en otras palabras; pero así -con esa sencillez- te invito a que lo hagas, porque en ésta preparación, para luego vivir plena y totalmente el infinito amor: ¡El Universal!, lo entenderás y será el único que querrás vivir nuevamente, amado hermano.

Y entonces -como ustedes dicen- ya no te sentirás como toda la gente. Para ti un gran cambio en el exterior. ¡Verás a tus hermanos con todo ese infinito amor!, que El nos entregó. ¡Qué importa lo que pudieran decirte! Qué importa que al insistirte, si tú sólo estás escuchando al “Yo Soy” que está en tu interior. Y todo se está transformando tan sutilmente.

Y también para ellos tú habrás cambiado. Al verte dirán: “¿Qué has hecho? ¿Qué está sucediendo?, que tan diferente estás. Tan tranquilo, sonriendo y en gran amor”. Eso es lo que compartirás y al seguir tu caminar -amado hermano- cuenta te darás ¡que es cierto! Que todas las lecciones has aprendido; las has entendido y que entonces aquí -si vas a seguir- es porque estarás escuchando la voz de Nuestro Padre que te estará guiando y que te dirá: “Sigues aquí -eso te dirá- para que compartas con tus hermanos. ¡Eso es lo que te pido!”

Pero sabiendo, sintiendo, que -cuando todo se esté cumpliendo- ¡a Él volverás! A sus brazos tan amados. A vivir ese paraíso interminable. Ya lo dijo mi amado Maestro: “Muchas moradas tiene la casa de mi Padre”. Y es verdad. Ya lo comprobarás. ¡Pero llegar!, ¡llegar hasta El!, volver al hogar, no tiene comparación. ¡Ya nada! -al ahí estar- vas a necesitar, porque todo lo tendrás. ¡El -total y plenamente- en ti se reflejará! Y ahí también comprenderás: A su imagen y semejanza ¡hecho estás!

Pero antes de concluir ésta andanza, se te empezará a mostrar que todo esto que has escuchado ¡es verdad! Pero la verdad que existe y que es eterna; no la que tú has conocido en éste plano terrenal. Porque aquí mucho he escuchado e insisten algunos hermanos en defender “¡su verdad!” ¡Cuán equivocados!, porque -al hablar cada uno de su verdad- ahí es donde nuevamente, de acuerdo nunca están.

Y yo te digo: Hay una sola. La verdad que mi Padre, ¡a Él le pertenece! La que te muestra. ¡Esa!, en la que -en el amor- tiene toda la firmeza ¡y que no envanece!, porque en la humildad al tú caminar, recibir y sentir todo lo que El entregándote está, sabrás que a todos nos ha dado por igual. Nadie es menos ni es más.

Y si algunos te han hablado de “grados” para poderse elevar, ¡uhmm!, mira hermano; es tan simple. Es lo que tu hermana te acaba de compartir: ¡Es que eres tú!, el que va a elegir de qué manera quieres a Él llegar; con rapidez o paso a paso. Pero tu despertar lo vivirás, porque todos y cada uno de ustedes -al querer venir ¡aquí a experimentar!- en ésta Gran Escuela y lograr su despertar, pero a mi Padre tan amado volverán. Cada uno elegirá.

Hay quienes han dicho: “Prefiero un paréntesis. ¡Así soy feliz! En ésta vida no me complico; porque cuando he intentado, ¡todo aquí!, para entender y redescubrir quién soy y por qué aquí he llegado, ¡todo se ha complicado!” ¡Es que no han entendido hermanos!, que -para soltar ésta ilusión a la que ¡tanto te has aferrado!- ¡tienes que hacer implosión!, todo en tu interior para hacer ¡esa Gran Transmutación! ¡y soltar!, todo lo que te ha encadenado.

Porque cuando mi Padre te creó, en esa Gran Pureza, en esa transparencia, así es como has de volver, porque todo lo que es de aquí, ¡aquí se queda! Amado hermano; ahí es cuando dejas de ser humano. ¡Tantos lo han dicho!: Ni aún el templo -que tan amorosamente te ha abrazado- te llevas.

Mas yo te digo hermano; cuando tú te liberas, te purificas y en esa Gran Transmutación ¡hasta eso lo dignificas!: El Fuego Sagrado que al estar ardiendo, pero que no quema, ahí todo estarás purificando. Y te he de decir: ¡Sí ha habido! a quienes Nuestro Padre -aún con el cuerpo de aquí- lo ha arrebatado. ¿Quieres atestiguarlo, amado hermano?

Sólo te digo; en ésta preparación ¡sigue adelante!, que tú mismo provocarás, ¡créeme!, no está tan distante el momento en que lo verás. Cuando tú recuerdes el Gran Juramento que a Él hiciste, entonces también entenderás, por qué hoy aquí, escuchando ¡todo esto estás!

¡Y es verdad! Tal cual como el hermano -al comentar-, todo esto que está sucediendo, yo te digo: ¿Por qué? ¿Por qué aquellos hermanos que dicen “que todo esto han estudiado”?, insisten en decirte: “¡Ten cuidado con todo éste cambio que se está presentando!”

¡Sí, claro!, que tu cuerpo lo está resintiendo, porque tan acostumbrado a caminar tan denso. ¿Por cuánto tiempo ha estado? ¿Te lo has preguntado? ¡Claro! ¡Claro! Les estará sacudiendo. Ya ha sucedido. Lo seguirás sintiendo. ¡Pero en ese sentir!, si tú cuenta te dieras ¡todo lo que estás transmutando! Y no sólo sentirlo, sino verlo, ¡comprobarlo! Oportunidad habrá también, amado hermano.

Por eso tan importante cuando el Gran Maestro al decir: “Bendito aquél que creyó sin ver, porque de él será el Reino de mi Padre”. Y es verdad. Para empezar ¡es en el sentir!, porque -al todo esto vivir- lo que vas a provocar, tal cual como se te ha dicho; ¡que de tantas cosas que vas a co-crear!

Si tú supieras realmente cuando tanto has buscado, te han dicho: “¡Es muy poderosa la mente! Lo que tú piensas ¡eso es lo que atraerás!” Y yo te pregunto: ¿Por qué? -aún a pesar de todo esto escuchar- siempre te has inclinado a cosas que sólo te vienen a afectar. Es tan fuerte el decreto, cuando tú insistes en ello. Por eso también te han dicho: “¡Ten cuidado con lo que le pidas al Universo!, porque llegará el momento en que te será otorgado”.

Sí amado hermano, pero entonces ahí date cuenta, ¡toda la fuerza que siempre en ti ha estado! y aplícalo en amarte ¡y también bendecir a tu hermano! Porque -al hacerlo- por Consecuencia Divina, es cuando más y totalmente mi Padre te estará guiando. ¡Nada de aquí ya estarás necesitando! ¡Vivirás el Gran Rompimiento! de ésta ilusión y ya en ti -porque no lo permitirás- habrá una sola distracción.

De todo esto que estoy hablando y -vuelvo a insistirte- ¡con tal naturalidad!, es tan simple, ¡pero tan profundo! Es importante que pienses en ello, por todo lo que vendrá; lo que Nuestro Padre preparado ¡para ustedes! tiene ya.

Todo esto que está sucediendo, en estos cambios, lo que sus cuerpos están sintiendo, ¡porque hasta tu hermana lo está viviendo! Agradécele a Nuestro Padre, porque ha empezado -de esta ilusión- el Gran Rompimiento.

Algunos pretenderán todavía al hacer de todo ello alusión. Sí, amado hermano. Hablan de lo que se ha provocado. Pero si ustedes idea tuvieran, de lo que están haciendo aquellos a los que llaman “hermanos”, “hermanos mayores”, que también entre ustedes están caminando, no tienen idea de qué manera ¡el gran esfuerzo amoroso! ¡Cómo están ayudando!, para que ustedes en ésta gran oportunidad, aquellos que -escrito está- logren su despertar. Sólo ¡déjate llevar por la guía y la inspiración que Nuestro Padre te da!

De tantas cosas que te han hablado, ¡no permitas que nuevamente todo ello te vuelva a atemorizar! Que palabra por palabra, tal cual como mi Padre -a tu hermana- le ha sido dictada, he de compartir. ¡Has de saberlo! ¡Lo vas a sentir!, porque -si tú te lo permites- habrás de vivir.

Pero ahí es donde te vuelvo a insistir: Serás tú. ¡Sólo tú!, el que va a permitir ¡que toda la Luz que está llegando con toda su fuerza!, en ti, en ti amado hermano, porque ya se manifiesta, también logre la Gran Transmutación para que logres tu elevación. Eso es lo que sucederá.

Mi Padre ha dicho, ¡no tienen idea!, tal cual como el amado Maestro lo dijo; que desde el inicio de éste año todo sería distinto; ¡que se empezaría a mostrar con toda la fuerza!, para aquél que ya quisiera vivir y empezar a caminar, porque ésta Era Dorada ya ha empezado a mostrar.

Que tú no lo hayas escuchado ¡y lo que es peor!, si no lo estás sintiendo, hermano tan amado, con todo el corazón te lo estoy pidiendo: ¡Ya no permitas que esa distracción te siga haciendo presa!, porque es el gran momento. Tu oportunidad.

Que mira que habrá un gran advenimiento. Se ha hablado que el Gran Maestro nuevamente vendrá. Y tú ¿lo esperas encarnado? ¿Te has preguntado de qué manera? ¿Cómo se estaría mostrando? Mas te he de decir, que para aquellos que -¡como tú!- se están preparando, Nuestro Padre tiene listo para ustedes algo de lo cual ¡mucho estarán gozando! Ya lo dijo mi Maestro: “¡Algo que no es humano!”, que viene de El. Viene de Nuestro Padre.

Sigue adelante, amado hermano.

De tu hermana lo estás escuchando, pero es Nuestro Padre quien te lo estará mostrando.

En éste instante, sólo te comparto todo lo que mi Padre te ha estado dictando.



Marzo 16, 2016

Maestro desconocido.

Y lo que se mueve ¡del otro lado del velo! Los aquí presentes -amados hermanos- muchos han dicho: “¡Vivirlo yo quiero!” ¡Pues éste es el gran momento! Pero tienes que entender que cuando se hace un llamado no es para que vayas y estés en solaz esparcimiento. ¡Es una gran preparación!, porque ¡eso es lo que llena tu corazón! Y entonces ahí también estarás comprendiendo ¡que nada de aquí ya te llena!, porque lo verdadero ¡ya lo estás sintiendo!

Cuando tú empiezas a pedir, a decretar, hasta “Aquél que todo lo puede” ¡cómo quieras llamarle!, tu oración, petición elevar. Lo importante es ¡que lo hagas de corazón! Y entonces, -luego de estar dedicado a ello- ¡llega la instrucción!

Tú te has preguntado; también -de la que llamas “tu hermana” lo has escuchado- que cuando un don se ha abierto y para todos los demás se ha revelado, también de ella ¡te lo ha repetido incesantemente!: ¡Es una amorosa responsabilidad que con infinito amor tienes que llevar!, porque cuando El te ha entregado y tú te has permitido abrirlo, ¡es verdad! ¡Es para compartirlo! Y entonces la instrucción empieza a llegar; ¡de qué manera y cómo te necesita y te pide utilizar!

Que tal como también se les ha dicho: “¡A todos y cada uno de ustedes tanto los ama y los necesita!, para que ¡caminen en unidad!” Ahí es donde ¡tú!, ¡tú mismo, hermano, hermana!, en gran prueba te mantendrás. Que precisamente, en la gran humildad que tienes que estar, al seguir tu camino y compartir.

¡Ya tienes muy bien entendido que no es el destino!, sino el Plan Divino que ya se está manifestando en ti. Y muy importante es que, como ustedes dicen: “¡En tierra firme pongas tus pies!”, pero que tu corazón esté ¡tan elevado!, que ahí -con El- en ese eterno amor, ¡escuches y lleves a cabo cada instrucción! Ahí es donde estarás mostrando que estás ¡plena y totalmente entregado!, ¡así como te lo mostró al que llamas “el Gran Maestro”!, que con ustedes llegó.

Y miren; ha habido -de tiempo en tiempo- oportunidad ¡y se les ha mostrado! Pero ¿qué sucede? Que algunos han dejado que la dualidad los siga guiando. Y entonces, aquellos de sus hermanos que todo eso han estado atestiguando dicen: “Si esto es lo que voy a vivir… ¡muchas gracias! Lo que tú llamas “ese despertar” no lo quiero así”.

¿Pero cuándo entenderán que es una elección? y es individual. Que precisamente, por todas esas cosas que te muestra el exterior, ¡no tienes por qué dejarte llevar! Que tienes que dejar que en ti permanezca ¡firme! Así como otras cosas que no deben de ser, dejaste enraizar, ¡soltar! Pero que el infinito amor de “Aquél que te creó” sea lo que siempre esté prevaleciendo. ¡Que firme sigas!, para que en tu camino ¡cada vez más y más te acerques a Él! y todo eso siga fluyendo. Y ahí es cuando todo en ti, ¡lo verdadero!, lo empiezas a vivir.

Es que es así. Hay tantas cosas que te ofrecen aquí. Hay algunos que se van y eligen por lo que fácil es. Cuando cuenta se dan que -si algo para ellos empieza a facilitar- ¿qué sucede amado hermano? Empiezas a cambiar y terrenalmente lo empiezas a valorar. El verdadero valor -¡tal como te ha dicho tu hermana!- ¡el que no podrías pagar! ¡Viene de El! ¡y te lo da! Pero ¡tú tienes que mantener el justo equilibrio!, para que tampoco con ello te quieras justificar, cuando la avaricia en ti está.

¡Es ahí!, donde también te han dicho: “El justo medio, es en donde paso a paso tienes que seguir tu caminar”. ¿Y cómo podrías saberlo? Dicen ustedes, que una de las cosas que empieza a suceder cuando ¡tú! te quieres entregar a El, es que la intuición -cada vez con más fuerza- en ti se muestra. ¡Y es verdad! Pero no solamente ello; son ¡tantas y tantas cosas más! ¡No tiene final! Ahí es donde se te ha hablado que: “Al gran banquete de “El que te ha creado” ¡siempre ha estado invitado! y puedes degustar de todo lo que se ha preparado”. Yo te digo, amado hermano; tienes que estar siempre muy atento, ¡alerta!, ¡en infinito amor! y siempre equilibrado. El Equilibrio Divino.

Pero ¿qué es lo que podría mantenerte preocupado?, si por cuanto ¡tú! nos permitas seguirte hablando, mostrando; mira, paso a paso, tal como te lo ha dicho a quien llamas “tu hermana”: ¡Hasta en lo más sencillo se muestra el amor de “Aquél que te creó” y ahí es donde tú empiezas a mostrar la gran calidad “humana”! Yo diría que empiezas a dejar de serlo. Porque en amor y con amor; desprendido, empiezas el camino, ¡compartiendo! ¡y más con aquellos que tanto necesitan!

Pero vuelvo a insistirte: ¡Primero contigo! ¡Primero tú hermano!, para que entonces, de todo aquello que estés ¡tan lleno!, puedas invitar y compartir a tu hermano. Entonces ahí también recordarás como -al que llaman “Maestro”- les ha dicho: “¡Y la copa siempre rebosando está! ¡Nunca vacía la verán!” Y es cierto.

Una oportunidad, una prueba tan sencilla, para aquél que presente está ¡y preocupado también!, por el llamado al que acudirá. Dice: “¿Cómo lo haré?” ¡Déjate llevar por El!, que al ver tu corazón, al sentir y ver esa entrega con la que tú quieres estar en esa reunión, yo te digo: ¡Estarás!, porque es un llamado que te hace “El Creador”. ¿Cuántas veces lo has hecho?, aquí en lo terrenal, por algo que te tanto te importó. ¡Haz hecho hasta lo imposible! por estar donde ¡a capricho! lo has querido lograr, ¡sin pensar!, si hay o no hay beneficio o si en el Plan Divino del Padre -que lo hagas- escrito está.

¡Que no habías pensado en eso! Reflexiona en ello. ¡Hazlo hermano! En esa Gran Enseñanza también ¡muchas cosas comprenderás! para que -al seguir tu andanza- ya lo hagas en la verdadera y total libertad. ¡Esa!, de la que a quien llamas “tu hermana”, al inicio te empezó a hablar. ¡Muy importante!

Y aunque no lo creas; así es como ahora -lo que llaman ustedes “lecciones”- al hablar de todo esto, para que ¡de veras!, hagan reflexiones ¡y corrijan sus errores! Porque entonces, estarán logrando en la Gran Transmutación, por lo que está llegando.

Miren; nosotros les hemos estado hablando ¡y lo seguiremos haciendo! ¡No tengan duda de ello! Que la hermana instrucción ha recibido, de que -paso a paso- lo que estarán viviendo; de lo que ha sucedido y lo que viene.

Ya lo han escuchado de a los que llaman ustedes “Maestros”, ¡no se preocupen por ello!: “Grandes cambios están sucediendo. Que la atmósfera ya no es la misma”. ¡Es verdad! Es por eso lo que han sentido y dicen: “Ese malestar ¡se ha repetido!” ¡Hermano! ¿Y no te has puesto a pensar?, qué es lo que tanto en ti estaba tan, pero tan grabado. ¡Qué digo grabado! Estaba… ¡tan dentro de ti! y ¡no querías soltarlo! De alguna manera tenía que salir, para que -lo que llamas “tu cuerpo ¡más sutil!”- cada vez ¡es!

Y ¡oh sorpresa! ¡Ya verán todo lo que empieza!, porque entonces, que ¿de qué está -lo que llamas “tu cuerpo”- hecho? La Gran Atracción, si tú quieres llamarle “electricidad”, hará su función. Verán ustedes lo que les espera: El gran resultado de la Nueva Era.

Se los dice su hermano, quien también por ustedes está esperando. ¿Quiénes los recibirán? Ya ¡eso han escuchado ya!

¡Sigan adelante en esa preparación!, porque en la resultante, en esa tan fuerte vibración, dicen algunos que será “de éste planeta su elevación”. Pero yo te digo: ¡Mucho más! ¡Mucho más que eso!, porque nuevamente hará esa total conexión; ¡la fusión! de la que tanto ¡tú has escuchado! Ahora, habrán de vivirla y quien lo esté entendiendo ¡dejará de ser humano! ¡Amados hermanos!

¡Y prepárense! Antes de ese encuentro, les hablaremos de todo esto.



Marzo 16, 2016

Ketta/Aleshia (2).

Así es. Pues precisamente por eso, se le ha llamado año bisiesto. Que ya han vivido algunos de ellos. ¡Pero éste en especial!, será recordado por todo lo que está presentando y más que llegará.

Sólo -todas estas cosas- han estado empezando. Pero mi Padre les pide -en infinito amor- la mesura y escuchar ¡y caminar en franca cordura!, porque aquellos de ustedes que están en ésta preparación; cuando se haga la Gran Conjunción, en esa aleación que estará llegando, se les dirá “por qué” y “para qué” se les está llamando.

Tal cual -aquél que lo viva- promesa cumplida: Para ustedes hermanos ¡ya nada será igual! En amor, en la Gracia Divina, ¡en el Plan que mi Padre ha preparado! Así es como cada uno de ustedes seguirán caminando.



Marzo 16, 2016

Saint Germain.

¡Y entonces amados! Sólo les digo; ¡todo esto que han escuchado! y mira que a mi hermana le he pedido -¡eso!, que ha regalado- hazlo con infinito amor, para que entiendas que yo -de ello- te estaré hablando y muchas cosas, de las cuales estaré entregando. Es necesario que sientan dentro de sí, ¡cómo todo está purificando!

Y les quiero pedir que lleven con ustedes; que lo tengan ¡tan cercana a su corazón!: ¡El Amatista! Que la Llama Violeta en ustedes -al entregarles- hará esa Gran Transmutación, con todo lo que estará llegando. ¡Amados! ¡Les entregaré!

Tienen que estar atentos, porque les voy a entregar con infinito amor. Les voy a mostrar el hermoso color de la Amatista, ¡porque los envolveré en ella!, para que sientan que su hermano ¡con ustedes está caminando!

Que los iré llevando, porque se nos ha encomendando, ¡amados!, que aquellos que han avanzado, ¡pues claro que recibirán un gran regalo! Ya le dije a mi hermana: ¡Ojos cerrados!, pero sientan cómo ¡a todos lo amo!

¡Amados! ¿Cómo no hacerlo?, si estamos de verdad paso a paso, siguiendo adelante. ¡Tan cercano está el instante en que nos fundiremos en un gran abrazo! y lo digo con infinito amor: A todos ustedes, el velo de la ilusión está a punto de separar, para que ustedes vivan en esa otra dimensión. ¡Claro que sí!

Y mira pequeño; ¡estoy aquí!, contigo, en infinito amor. No digas: “Mejor me retiro”, porque más cercano estarás. ¡Tu hermano hablándote está!, como a todos ustedes. ¡Amados! ¡Sigan en la preparación!

Sólo -antes de terminar- quiero decirles: Otra gran seguridad tendrán, ¡amados!: ¡Limpieza profunda! Dicen que “por casa han de empezar” y en su interior la vivirán.

¡No olviden que su hermano les advirtió! Pero también recuerden que con ustedes estoy. ¡Que tienen la fuerza!, para seguir adelante. Que no sólo yo habré de acompañarles; también mi hermano, que algunos de ustedes… ¡ya verán! ¡Sorpresa!, porque no hay soledad. Está el infinito amor de Nuestro Padre y con ustedes ¡quiere hablar! ¡Amados!

¡Que la Llama Violeta a cada uno de ustedes envuelva! y la Gran Amatista en infinito amor, ¡eternamente!, en ustedes, que su hermano ¡Saint Germain! con ustedes está ¡y los va a guiar! ¡Claro que sí!

No tienen idea ¡cuántos! -por ustedes- esperando estamos. ¡Amados!

Que ya lo dije: “¿Cueva de los Símbolos? ¡No! No ésta vez”. Pero ahí también me mostraré. Todo preparado ¡para ustedes!, en infinito amor.

Ya todo listo está. Su documentación se les entregará. El sello de la Eternidad también en su visa está. ¡Amados! ¡Por ustedes esperamos!

Y también les diré -porque es voluntad de Nuestro Padre- ¡cuándo! Ahí no sólo yo esperaré. Y en qué lugar es necesario ¡y les pedimos estar! ¡Claro que sí!

¡Amados! Para que no haya división, queremos verlos y recibirlos en esa total unión, en infinito amor. La hermana ya lo sabe; ¡no se les ha dicho! ¡No es el momento!, amados.

¡Preparados!, que lo que ustedes vivirán; -el infinito amor de Nuestro Padre- los dejará sin argumento.

Se los dice su hermano, su hermano ¡Saint Germain!



Marzo 16, 2016

Ketta/Aleshia (3).

Dirán que por la fuerza irracional -de su cauce- el planeta saldrá. ¡No es verdad! ¡No sucederá!

Lo que sucede es que en su movimiento “de rotación” lo han querido llamar, ¡sí!, habrá un sacudimiento; ¡pero no como el que ustedes han conocido y el que piensan que pasará! ¡No, amados hermanos!, en ese cambio que será -algunos dirán que “intempestivo”- pero a ustedes, así como les digo por voluntad de mi Padre, esto que vivirán, será precisamente para que su vibración comiencen a elevar.

Se les ha dicho que todo lo que viene de Alción, el Centro del Todo. Quiero decirles que el infinito amor de Nuestro Padre, hasta lo que hoy ustedes han escuchado, lo que han conocido ¡es mucho más!, mucho más. Y mi Padre ha permitido y se le ha mostrado a aquél, a aquélla, que de corazón se ha entregado.

¡No será su hermana! -la que está hablando- que a cada uno de ustedes estará tasando, en cuanto a lo que se han estado preparando. ¡No hermanos! ¡No se estén equivocando! ¡No seré yo! Mi Padre -que todo lo ve- es el que sabe quién -para ese momento- preparado esté. Que yo sólo instrucción recibiré y así tal cual, a cada uno ¡llamaré!, con gran alegría, con infinito amor.

Está muy cercano ese día, porque entonces -tal como antes- lo que se les mostró; ahora nuevamente, ¡también yo lo haré! ¡Con ustedes estaré!

¡Gloria a mi Padre!, que es ¡eterno su amor! Que su Omnipresencia, Omnisciencia y Omnisapiencia ¡se mostrará! y entonces la esencia de cada uno de ustedes vibrará en la verdadera y eterna sapiencia. Y sólo “El, que todo lo puede” a cada uno de ustedes -al hablar- lo sentirán.

Ya lo dijo el Gran Guardián: “¡Quién como Dios! ¡Quién como mi Padre!, que sólo es ¡Uno! No hay ni habrá Dos. Y en esa unidad -amados hermanos- haremos nuestro caminar.

Cada vez más -de lo que escrito está- su hermana les hablará.

¡Gloria a mi Padre!, que todo ha creado y ahora, pide que vuelva a Él su hijo tan amado: Aquél que se hace llamar “humano”.

¡Gracias hermanos!, porque con toda esa energía, ese amor, que ustedes al reunir y aquí al hacerse fusión, me permiten vivir esos momentos. Recordar y sentir, lo que es cuando -al estar con El- la eternidad ¡y aquí!, en el ahora.

Pero empezaremos a vivir el tiempo del no-tiempo. En trasponer la dimensión. ¡Permíteme llevarte! ¡Permíteme mostrarte!, qué es; cómo es; para que empieces a acordarte y quieras ¡más fuertemente volver!, hacia Nuestro Padre.

¡Gracias  por escuchar! ¡Gracias por aquí estar!

Yo te pido -amado hermano- ¡que no tardes!, porque la nostalgia cada vez más fuerte ha querido atraparme. Deseo ¡tanto volver a Él!, pero permaneceré el tiempo que me necesite; que me pida estar ¡aquí!, con ustedes. Y así seguiré.


Amados hermanos: ¡Gracias! ¡Gracias!

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