Febrero 17, 2016
Ketta/Aleshia (1).
… pueden seguir aquí
caminando, dejar todo lo denso, pero entonces -amados hermanos- cuenta se darán
que es el gran momento de que -si de Nuestro Padre es su voluntad- aquí ¡ya no tienes por qué estar! Ya
cumpliste todo lo que -al empezar a recordar- dejando atrás todo aquello que
hiciste, que sabías que estaba alejado de toda su verdad.
Y te lo digo por
conocimiento de causa; porque al empezar
a caminar aquí -todavía dormida- muchas cosas; inclusive el preocuparte y
ocuparte de buscar la seguridad -no solamente para ti- sino para los tuyos, y
siempre pensando de qué manera y cómo, para que nada les pudiera afectar.
Al hacer una gran
reflexión, cuenta entonces te das que
solamente dejándote abandonar a lo que Nuestro Padre -para cada uno de nosotros-
es la voluntad. Eso es
irremisiblemente empezar a caminar en la verdad. Esa que El nos entrega. Esa
que para cada uno de nosotros -lo que nos toca- que hemos de vivir, escrito
está.
¡Claro que sí!,
amados hermanos. Sucede que cuando todavía no reconoces, mucho menos recuerdas;
te aferras a buscar de alguna manera lo
que ésta ilusión te muestra; tratando de ver qué es, para que -no sólo a ti te
ayude- sino también a los Seres que tanto amas, poder tener.
¿Pero sabes?, lo que
viene de El; lo que viene de Nuestro
Padre tan amado es, es tan grande, ¡es ilimitado! Es tan fuerte y entonces -no
es la primera vez que lo digo- ahora se los repito: Ya no dirás; ya no
sentirás; ¡ya no hablarás!, de que cómo quisieras tener tanta “suerte”, porque
no es suerte. Es algo que Nuestro Padre ya ha depositado en cada uno de ustedes
-así como en mí- pero cuando caminamos tan confundidos, todo eso que créanlo,
de verdad, ahí permanece y está vivo. Es sólo que no lo queremos escuchar. ¡Mucho
menos sentir! El eco de ésta ilusión
siempre te repite que tienes que buscar, que tienes ¡que luchar!, para que
encuentres tú mismo tu protección y poder brindar a los tuyos.
Ahí es
donde muchas veces se entra en tanta confusión; porque si tú hablas de esos Seres
que llegan, los cuales Nuestro Padre amorosamente te confía, a los que llamas “tus
hijos”, pero que en realidad ¡son hermanos!, que también vienen a experimentar. ¡Sí! Sí, amados
hermanos; pero que aquí -al Nuestro Padre querértelos confiar- inmediatamente
surge ese deseo; ese amor; esa protección; para que nada les tenga que faltar.
Aquí es donde se
viene a experimentar distintas formas de expresar el infinito amor que Nuestro
Padre en cada uno de ustedes -desde el inicio del Todo- ha querido depositar en
todos nosotros. Cuando tú -en cada una
de tus reencarnaciones- has vivido eventos, diferentes situaciones en las
cuales no has aprendido, ¡a pesar de las lecciones tan fuertes que has vivido!,
entonces -hermano querido- Nuestro Padre es tan misericordioso que te muestra ¡y
tú eliges!, de qué manera el volver en un cambio, para que al reciclar, ésta
vez ¡sí estés dispuesto a aprender! de todo ello, cuando tú ya estés preparado
y listo.
Por eso se les ha dicho:
Amado hermano, de todo lo que has reflexionado ¿sientes realmente tu
reencuentro contigo mismo? ¿Sí te has dado cuenta? ¿Has reconocido qué es lo
que has aprendido? Porque en la mente Omnipotente de Nuestro Padre, cuando a ti
te entrega, cuando te dice: “Hijo mío, es
necesario -no que aprendas- ¡que recuerdes!”
Aunque
-al llegar aquí- lo primero que haces es decir, buscar lo que crees que no
tienes; cuando todo está dentro, ¡muy dentro de ti! Es ¡tan vasto! Por
eso se les ha dicho que “el Cosmos hablará”, porque cuando haga su gran unión
ese fractral, entonces entenderás verdaderamente al estarlo viviendo y todo aquél
que lo siente; que “lo mismo es arriba
que abajo”, porque -al hacer esa unión- entonces, todos los destellos que ocurrirán en esa conexión ¿sabes tú quién los
emitirá? ¡Tú, amado hermano! ¡Tú!, porque te estarás iluminando, al haber entendido
y al haber terminado aquí tu trabajo: ¡El gran aprendizaje! ¡El reencuentro!
Por eso se les ha
dicho que todo haría un gran viraje. Y ustedes pensaron que sólo seria la Madre
Tierra. ¡No, amados hermanos! No solamente ella. ¿Quiénes son los que le dan luz?, ¿los que le dan vida? ¡Todo Ser vivo
que respira! Y quiero decirles que no solamente ustedes. ¡Todo tiene! -en éste planeta
de amor- al ir elevando su vibración, viene a cumplir un gran trabajo.
Pero -para que se
logre esa gran reconexión- mi Padre
desea que se vuelva a vivir en esa unidad, en la que insistentemente, para
ello les hemos venido a hablar. Al seguir su caminar se hagan esa gran unión. Y
será amados hermanos, ustedes con el
Elemental. Eso ha sucedido de tiempo en tiempo, en cada Era y lo han
logrado y lo han mostrado aquellos hermanos que se han elegido. Por ello y para
ello nuevamente aquí estamos.
Les
dije que ya les hablaría directamente. Espero con infinito amor que lo sientan ¡hasta
lo más profundo de su interior!, porque no sólo es hablarles vehementemente,
sino que tú lo sientas. Sientas realmente que todo viene de la Fuente. De mi Padre
tan amado, porque solamente soy un emisario. ¡Nada más!
Todo lo que tú hasta
hoy has visto y has escuchado y lo que viene; lo que te compartiré y lo que tú
verás; lo que sentirás es por el infinito amor que mi Padre tan amado por ti
tiene. Por su deseo de que hoy -en el aquí, en el ahora- porque así será, ¡sean más!, ¡muchos más! los que a Él
volverán.
Y aquí yo te insisto;
lo que tienes que hacer es -en ese
coloquio amoroso contigo mismo- enfrentarte y amorosamente ¡desenmascararte! Decir:
“¿Qué es lo que hasta hoy me ha detenido? ¿Qué es lo que -mostrar al Dios Vivo ¡dentro
de mí!- no me ha permitido? Ahora ¡tú lo sabes! Nosotros también y mi Padre.
Tengo su anuencia ¡y
claro! Aquél que desee fuertemente la
apertura de conciencia, directamente le hablaré; no juzgando. No cuestionando.
¡Mucho menos condicionando!, porque ¿quién soy yo -amado hermano- para señalarte?,
si mi Padre no lo hace. Eres tú el que
tienes -al hablarte con la verdad- que aceptar ¡qué es lo que te falta! y ¡qué
es lo que tienes que soltar!, para -de una vez por todas- hasta mi Padre llegar.
Y tú podrás pensar,
porque mira; tu hermana lo ha escuchado tan repetitivamente: “Me has estado
repitiendo lo mismo”. Y yo me pregunto Padre: ¿Por qué mi hermano desgasta su
energía en decirme?: “¡Hablas de lo mismo!”
En primer lugar; ¡no
soy yo! ¡Es el “Yo Soy” quien me viene a inspirar! Y si mi Padre te insiste, ¿por
qué no mejor -amado hermano- te detienes? ¡Háblate
tú mismo! ¡Háblate muy claro! Mírate en el espejo, directamente a los ojos, ¡pero
a los del alma! y dile a ese Ser que está frente a ti: “¿Por qué? ¿Por qué, cuánto
tiempo te he querido detener? Cuando tú -al verme así- ¡me estás gritando que
ya es el momento! y que quieres ¡que todo lo que mi Padre te entregó lo estés
soltando! ¡Hazlo, amado hermano!
Hay cosas que hasta
hoy al insistir y hablar en ésta enseñanza del “Yo Soy”; sí, a mi Padre le he
pedido que ese hermano que aunque diga
“que está despertando”, ¡pero que sigue dormido!, ¡porque es tal su insistencia
a aferrarse y a hacer resistencia!, a pesar de escucharle.
Eso es lo que hay
momentos en que esa emoción -que sólo pertenece a ésta ilusión- envuelve a tu
hermana y le digo: ¿Por qué Padre?, en ellos hace ¡tanta repercusión! Quieren y buscan algo o alguien que haga ¡tanto
alarde!, para pensar que ahí es donde encontrarán la respuesta y sentirán esa
flama que arde.
Pero yo te digo; que
el momento de estar viviendo esa verdad que mi Padre ¡tiempo ha!, a través de mis amados hermanos -que “profetas”
los han llamado- te estuvieron previniendo. Aún hoy, de esto te hemos
hablado.
Entonces hermano,
conforme tú -a lo que llamas “estar evolucionando”- que en la conciencia, cuando el gran Maestro en aquél tiempo
llegó, para del “Yo Soy” empezar a hablar, ¡todo lo que tú estuviste escuchando!
Ahora dices que todo eso has entendido ¡y que -si hoy volviera el Maestro tan
querido- no sucediera lo mismo!
Mas yo te digo: ¿Y
qué harías si te dijera que él está aquí? ¡Que él te ha estado hablando! y sin
embargo ¿cuál es tu sentir? ¿Qué has hecho?, porque no te has cansado en repetir: “¡Siempre lo mismo! ¡Ya deseo que -del
conocimiento- me hablen de aquello que dicen que es “misterio”!” ¡Uhm!
¡Ay, hermano querido!
Cuando empiezas a vivir la completa y total unión del hemisferio, ¡uhm!, esas
palabras -en aquél que lo ha estado logrando- ¡ni siquiera aparecen en su
vocabulario!, porque en la gran expansión de aquél que realmente empieza a
vivir esa “evolución”, que yo mas bien llamaría “volver a vivir, para volver hacia mi Padre tan amado”. Primero
escuchar, para poder recordar tan atentamente al guía; aquél que siempre en ti
está: Tu corazón. Porque ahí es donde se encuentra ¡todo!, lo que mi Padre te
entregó.
Hoy por hoy, todo
esto que hemos estado compartiendo, lo que tú has estado escuchando y -conforme
la lección iba adelantando- lo que sentiste; lo que pensaste; ¡lo que deseaste!
Hubo hermanos que han logrado abrir un
don. ¿Y qué ha sucedido? Yo me pregunto ¡Padre tan amado!, nuevamente ¡el ego
los está atrapando! ¡Porque en algunos es el afán de estar protagonizando! “¡Mírenme!
¡Pídanme lo que hago! ¡De mi Padre voy hablando! ¡Yo soy un elegido!”.
No es así, hermano
querido. No es como mi Padre te necesita.
Lo que El desea es ¡que sientas en el corazón!, ¡así!, como palpita; que a
cada paso recibas su inspiración y que no sólo con el infinito amor, ¡sino con esa humildad que El te entregó!,
porque va de la mano.
Esa es
la única forma; que primero ¡tú te ayudes! y luego lo compartas con tu hermano. ¡Es la única! ¡La
verdadera!, para que luego te des cuenta que de aquí nada necesitas, ¡porque -aquél que vuelve a mi Padre- de ésta
ilusión nada se lleva! Es sólo algo que tan terrenalmente, tan
materialmente se construyó y que en ese
afán de aquél que piensa que es lo único; ¡que no hay más!, por eso, por tanto
tiempo lo atrapó. En la verdad de mi Padre, por eso ¡reflexiona! ¡Encuentra
la respuesta! ¡Y créeme!; que a ti llegará y totalmente se manifiesta.
Cuando decía mi Maestro
tan amado: “Mi Reino no es de aquí. Todo
lo tengo con mi Padre, porque me lo ha entregado”. ¿Y sabes? También te dijo -¡y
de eso muy poco se ha hablado!- agregando: “¡Y no sólo a mi! ¡También te lo
entregó a ti! A cada uno de ustedes”. Sólo que sucede que tan dormido estás,
que cuando se te habla de ésta verdad, han insistido que sólo en parábolas,
cuando de El -de mi Padre- se hablaba, se expresaba.
Si yo
te dijera que en los Escritos Apócrifos que ya aparecerán y aquellos que no han
querido mostrar, cuenta te darás; ¡tan sencillo!, la simpleza, para que
entiendas que el Dios Vivo -aquél que lo entiende y lo siente dentro de sí tan
profundamente- lo reencuentra.
En éste tiempo, toda
la energía, toda la vibración; ya lo dijo mi Maestro: “No sólo de Alción”. ¡Cuántos!...
¿cómo quieres tú llamarles? ¿Mundos? ¿Galaxias? Lo eterno de mi Padre -su nombre lo dice- es interminable. ¡Es tan
vasto! ¡Es ilimitado! y el Cosmos insistentemente te sigue hablando. Todo esto,
lo que tú ves -a lo que llamas “cada noche”- cómo se ilumina. Si entendieras, el Lenguaje Divino te habla,
te muestra, como libro abierto. Ahí todo está escrito. Créelo hermano, porque
así es.
¿Recuerdas? ¿Cuántas
veces te repetí?, estando posicionada en el papel de Enriqueta -tu hermana-: ¿Dónde
más? -ahora voy a hacer corrección- porque al hacer la repetición te decía: “¿Dónde más puede esconder mi Padre la
verdad, que frente a ti?” ¡No es esconderla! Siempre ha estado ahí, para que
puedas verla. Pero para que tú entiendas, la respuesta es ¡sentirla!, ¡vivirla!
Por consecuencia divina, entonces ahí es -en ese gran momento- cuando descorres
el velo. ¡Ese!, el de la ilusión; el
que por tanto tiempo -en ti- ha hecho tanta acción. Es tu gran momento hermano, para que dejes -de una vez por todas- de
ser humano.
Y de verdad; yo te
pido, que por ese sentir en el corazón, con todo esto que venimos a compartirte;
que no te dejes llevar por la razón,
porque si tú comienzas a tratar de que todo esto, que no sólo hoy, cada vez que
tienes a bien a tu hermana acompañar, lo que vienes a escuchar viene directo de
mi Padre. No olvides que también se te dijo que ya te hablaría directamente y
que sólo aquél que desee ¡y que ha estado en preparación! -en éste proceso- ir
entendiendo todo, de la verdad; lo que se les está diciendo.
Ya mi Padre dijo: “Ahora
-al seguir tu caminar- se hará de la forma como al hermano -¡aquél que sigue
caminando tan humano!- sienta en el corazón, cuando al compartir la enseñanza del “Yo Soy”, en la “Ciencia de la palabra
hablada”, el eco resuene en su interior. El Eco Divino; ese, que mi Padre a
todos ustedes entregó: La resonancia.
Por eso te lo dije: “El
decibel se irá elevando” y en cada tono, mi Padre más fuerte y amorosamente te
estará entregando. De ello te iremos hablando. Sucede que tú quieres ver cosas que te estén impactando ¡y va a suceder!,
pero cuando tú -amado hermano- ya estés preparado.
Y si sigo aquí y si
te estoy acompañando… ¿no te has preguntado el por qué de ello? De tiempo en
tiempo; ahora; en el aquí; ¿cuánto te está faltando para volver al hogar?, con Nuestro
Padre. ¡Date cuenta también!, que -en
acción- se te ha empezado a mostrar la ecuación que el Cosmos -al éste planeta
en su rotación- ha llegado ¡al punto exacto!, en el cual está logrando esa ¡total
conexión, tan directa! ¡Tú verás cómo se manifiesta!
Y más fuertemente en
la verdad, en el amor, en aquél de mis hermanos que está dispuesto y que se ha
elegido. Es por eso que algunos han llamado que: “El momento de la recolección ha llegado o el Gran Rapto”. Yo no lo
llamaría así; porque antes de llegar aquí, tú -con mi Padre- hiciste un pacto: ¡Le
juraste que volverías! Que luego de ésta travesía, pero le pediste que no te
soltara y -para que tú recordaras- te enviara un guía; alguien que de El te
hablara; ¡que en tu corazón resonara! ¡Y créemelo que es así!
Lo único que estamos
pidiendo, es que con el corazón -amado hermano- lo estés sintiendo. Y esto lo
escucharás ¡cada vez que con tu hermana aquí te encuentres y vuelvas a escuchar!
El gran paso para volver al hogar, ¡ese -amado
hermano- tú lo darás!
Nosotros estamos
aquí para hablarte de El, ¡del verdadero vivir! Para mostrarte en esos grandes
momentos que -si tú llegas a
equilibrarte- a estar en esa firmeza, entonces no sólo sentirás, sino que
empezarás a vivir ¡toda su grandeza!
Pero -antes
de ello- date cuenta ¡lo que tienes que soltar! Y en esa batalla contigo mismo -si
estás dispuesto- ¡vencerás!, porque no estás caminando en soledad. ¡No, amado hermano!
Si tú realmente lo sintieras; si cuenta te dieras, todos los que contigo
estamos. De qué manera -en el nombre de El, de mi Padre tan amado- te hablamos.
Y
habrás de volver. ¡Claro que sí! Yo te pido, que -hoy aquí- cuenta te des;
porque ha ido aumentando el decibel. Las ondas energéticas que ha estado
emitiendo te harán empezado a hacer sentir esa gran energía y vibración que mi Padre
¡para que ya vivas tu unificación!, con infinito amor te está enviando.
¡Y es verdad! Tu cuerpo -ese, que es tan terrenal- al
estar recibiendo, aquél que se quiere liberar, pues lo ha estado resintiendo.
Pero siente y piensa, que estás caminando en el infinito amor de mi Padre y al vivir el perdón ¡que tú mismo te estás
entregando!, la gran libertad -para volver al hogar- la estás logrando. Qué
importa lo que aquí pudiera pasar, si es sólo una ilusión. Y al entender
ello, cuenta te darás que no tiene por qué afectar a aquél, a aquélla, que está
logrando traspasar ésta densidad.
Vuelvo
a repetirte; que insistas y escuches a tu corazón, para que ahora -en el hoy,
en el aquí- tú mismo -hermano querido- para volver a mi Padre no vuelvas a excluirte.
Porque no es El el que te deja. Eres tú el que -por más que El, con los brazos
abiertos te esté llamando e insistiendo- tú, a pesar de todo, te estás soltando.
Que no seas tú el que hoy -nuevamente- no entienda la enseñanza del “Yo Soy”.
Que mira, que tu
hermana -en el gran amor de mi Padre- te
pide: Permite que fluya ¡y crezca
cada vez más -de amor- la llama! ¡Que ese Fuego Sagrado -en tu interior-
cada vez haga más y más expansión!, porque se siente ¡tan fuertemente ese calor,
que eternamente te ha iluminado y que nunca a nadie ha quemado! Por el
contrario; lo ha llevado nuevamente hacia mi Padre, para estar con El y en la
eternidad recibir y estar viviendo y sintiendo
el alimento que El te entrega y que es eterno; como tú, en esa esencia, ¡que
clama ya por sentir y vivir su presencia!
Porque vuelvo a
repetirte: ¡Es verdad! Mi Padre se muestra. Habla directamente contigo. Puedes
verlo; ¡contemplar su Rostro Divino! y -antes de volver- lo verás en cada
rostro de tu hermano, cuando tú -al hacerlo- digas: “Hermano, ¡hermano querido! En unión caminaremos, y a Él volveremos”.
Hoy -al hablarles de
todo esto- en la verdad de mi Padre, lo
sentirá, lo vivirá aquél hermano que comience a caminar ya ¡más despierto! Siempre
atento. Siempre alerta, a cada señal que mi Padre dará; porque así ha
sucedido. Así nuevamente se mostrará.
Mi Padre
ya no quiere que le prometas; que digas: “¡Lo haré!” Desea que ¡en acción! -primero
a ti mismo te muestres- ¡porque ese es el camino de la liberación! y lo ha vivido todo
aquél que a Él vuelve; a mi Padre tan amado.
¡No tienes idea la ansia
tan grande que tu hermana ha estado sintiendo de volver a Él! Pero he estado prometiendo que sola ¡no lo
haré! Yo te suplico: ¡Escucha tu
corazón! Ahí es donde se encuentra ¡todo lo que tú has llamado “secretos”!,
para lograr tu liberación.
¡Y
cuenta te darás que no hacen falta amuletos! Eso, sólo es parte de ésta ilusión. Que sí, ha enviado
y te ha estado mostrando lo que viene en su nombre; lo que -al seguir caminando-
te estará ayudando, para que logres esa gran transmutación.
Porque
es verdad; lo que tú has llamado “piedras” y que -de manera tan especial-
emiten ¡energía tal!, ¡que viene a ayudarte para tu gran despertar! Pero al lograr la
gran catarsis, para que luego -al seguir tu camino- lo hagas en una conexión
total. ¿Sabes hermano querido? ¡Eres tú el único que lo puede lograr! ¡Tú que
tanto te conoces!, pero que -para mi Padre- eres un libro abierto.
¡Ya no digas que te
sientes como si caminaras en un desierto!, porque -a pesar de ello- ¡nunca
jamás! ¿No te has dado cuenta?, no ha dejado que lo hagas y que te sientas tan sediento,
porque El te entrega; te da ese alimento, que sólo de El viene ¡y no necesitas
más!
Es así; cuando tú
empiezas a vivir en ese sentir, mira lo que sucede contigo. Lo único que deseas ¡es hablar! ¡Hacer evocación
de aquello que has vivido y que volverás a sentir! Y el gran deseo de compartir,
porque es tan grande ¡que empieza a desbordar en todo tu interior! Es por eso
que se te habla que harás “expansión total”.
Todo lo que mi Padre
te da, no tiene fin. En el Todo lo encuentras siempre; como en aquellos momentos
en los cuales pudieras pensar “que la debilidad -a ti- comienza a llegar”. Y
mira que te lo digo por experiencia individual. Entonces, haces nuevamente esa
conexión. Empiezas a hablar con Nuestro
amado Padre. Sueltas. ¡Te entregas! ¡Dejas!
Y
entonces, nuevamente ¡se siente y cada vez más fuerte!, cómo mi Padre te
envuelve; te llena esa Flama Divina, que es eterna. ¡Sientes su abrazo! y en tu
interior un gran descanso, porque sabes que -de ti- aquello que intentaba
confundir, lo está disipando; ¡se lo está llevando! y te está
recordando que eres su hijo ¡tan amado! y que todo te lo ha entregado. Y que en
ese instante ¡más fuertemente te pide que lo estés utilizando! Que le des -en
esa oportunidad- toda la fuerza, porque es
Nuestro Padre que -a través tuyo- hablará. ¡Eso es lo que sucede con tu hermana!
Que nuevamente ha dejado, ¡está dejando de ser humana!
El Propósito Divino
ha empezado a cumplirse y al recordar nuevamente por qué aquí está y a qué vino
-amado hermano- es más fuerte el deseo ¡y más ferviente!, de compartir; ¡de
estar frente a ti!, para que sea mi Padre ¡tan Omnipotente!, el que se haga
presente. Que sea El el que te hable, ¡porque es así como tu hermana lo siente!
No es
necesario para aquél que es su deseo -de El- ser eternamente su emisario, ¡preparar
ni cursos ni talleres! ¡Eso mi Padre te lo da! De El viene. ¡Porque cuando tú
entiendes que es El y sólo El, el que te viene a inspirar!, lo único que tienes
que hacer ¡es sentirlo y dejarte llevar! Eso es lo único, amado hermano.
Y
preguntas: “¿Qué es necesario? ¿Qué tengo que hacer para dejar de ser humano?” ¡Ésta
es la respuesta!: ¡Que permitas que se una a ti tu Ser! ¡Ese!, que tiene lo
divino que mi Padre te entregó. Es por eso que tanto insistimos que -de ello-
hagas unión.
Cuando
tú no sólo entiendas, sino que lo sientas y logres caminar en ese gran
equilibrio, entonces verás que ¡es tan sencillo y todo lo empiezas a soltar! y
en ti ¡a través tuyo! -mi Padre tan amado- comienza a hablar. ¡Y eres tú el primero
que lo empieza a escuchar! Así, en esa Resonancia tan Sagrada.
Si yo
te dijera cada vez más, todo, ¡todo lo que están instruyendo a tu hermana! ¡Lo que he de
compartir!, ¡porque no es solamente para mí! Sólo soy ese conducto amoroso y al
hacerlo siento ¡tal gozo!, porque la Energía Divina; la vibración de mi Padre,
al hacer su entrada en éste cuerpo, que para caminar con él me fue entregado; agradezco
infinitamente a mi Padre tan amado el volver a vivir ¡ésta!, tan grande,
infinita sensación. Es por eso te que
pido, que cuando tú comiences a vivirlo ¡de verdad!, no dejes de valorarle, ¡porque
con nada se paga!, lo que mi Padre -a cada uno de ustedes- quiso entregarle.
Lo que
El desea ¡es mirarse!, ¡reflejarse en cada uno de ustedes! Tal cual como fue su
intención cuando ¡todo esto creó! y se hizo -de El mismo- ¡esa gran expansión! ¡Cada
Partícula Divina que a ustedes entregó!, su deseo infinito ha sido ¡mirarse a
sí mismo!, derramando ¡todo de ese amor! ¿Cómo es posible? -hermano tan
querido- que eso, aún no lo hayas entendido.
El tiempo; el tiempo
que no existe, pero mi Padre, para que cada
uno de ustedes salga vencedor de la batalla, lo que reviste, llega cada Era Dorada,
para entonces -aquél que al librarla ha salido vencedor- a Él vuelva.
Y en ese gran
propósito, estamos aquí para mostrar, porque el momento de hablar de todo lo
que había que compartir -date cuenta hermano- la lección está cambiando: Ahora -lo que sigue- ¡es que veas y cuenta
te des, que tú mismo te estás evaluando! Eres tú el que -al reconocer- decidirás
si es el gran momento, para que a mi Padre ya estés regresando. Olvida cuestionamientos,
condicionamientos. ¡Date cuenta que eso es solamente parte de esto que tanto te
ha retenido!
Ahora que estamos
aquí y que te estoy hablando tal como mi amado Maestro les estuvo anunciando: “¡Fuera
caretas!” Si lo quieres sentir, de verdad creer, para luego caminar en el
verdadero vivir, ¡aquí estoy! y vengo en el nombre de El, de mi Padre tan
amado, porque es verdad que -de tiempo en tiempo- así ha sido. ¡Nos hemos reencontrado!
Y
aquellos que han vuelto, le han llamado “¡hermano superdotado!” Pero ustedes
que han estado escuchado, dense cuenta: ¡Todos la misma oportunidad han tenido!
y -hasta hace tiempo- ¡han sido pocos! los que se han elegido.
Mas ahora, ahora, ¡yo
te lo pido! y te vuelvo a repetir: El
tiempo para que vuelva mi Padre está llegando ¡que no a su fin!, sino para que
ese logro se vea y aquellos de mis hermanos que aquí han estado ¡tan
atrapados!, vuelvan a mi Padre, ¡porque El en ustedes se recrea! y los necesita
¡tanto! Y nosotros también; porque el lugar que les pertenece los está
esperando.
Se está acercando el
momento en que su hermana les diga -al hacer ese recuento- y esa gran promesa: Padre
mío, cada uno de mis hermanos tan queridos, es verdad, ¡es verdad!, lo que
aquellos que tú también has enviado para de ti hablar; que han ido preparado el
camino, porque aquí tu hermana ¡viene a
recolectar!, para que -aquél que desee volver- ¡tomados de la mano!, ¡así es
como ante Él me presentaré!
Aquellos que han
hablado de que aquí -de tiempo en tiempo- quienes en su nombre nos hemos
presentado; mira; si es tu deseo seguir
dudando, ¡eres tú hermano querido! ¡Eres tú!, el que la decisión la está
tomando. Mas sólo te recuerdo, que lo que mi amado Maestro ¡tanto te estuvo
insistiendo! Es por eso que de estas cosas se les estuvo repitiendo; no vaya a
ser que luego, cuando escuches, amado hermano, tú mismo te digas: “Ahí estuve. ¡Yo lo escuché! Tan entregado estaba. Entonces
¿por qué me separé? ¿Qué me hizo alejarme de aquello?, que -al hablarme mi Padre-
me estaba pidiendo a Él volver”.
¡Yo sí lo sé!,
porque -al experimentar aquí, de forma humana- encarnada, cuenta me he dado de todas las distracciones que a cada uno de
ustedes, porque en secuencia de todo ello, han durado, ¿qué es lo que los ha atrapado? ¿Quieres que te lo diga hermano,
hermana? ¡Aquello en lo que más debilidad has tenido! ¡Eso es lo que más ha
pretendido y te ha mantenido tan confundido!
Hay
momentos en que dices que ya lo has entendido; pero luego vuelves la cara y
nuevamente lo que el ego, lo que la ilusión te presente, te vuelve a mantener ¡tan
distraído!
A mi Padre yo le
pido; que así como has abierto tu corazón, que con ese infinito amor te
mantenga en esa intención y que en momentos como éste, en que tú vienes a
escuchar -con ese infinito amor- lo que a tu hermana llega, que es -de El- su
inspiración; de verdad, profundamente ¡toque tu corazón! Que lo veas así. Que
no hay intención de juzgarte. Que es sólo con el infinito amor; porque lo que
mi Padre va a entregarte, ¡aparte de lo que en ti ya está haciendo!, en ese
fluido, la intención de hacer ¡de todo expansión!, un gran regalo -hermano querido- que desea mostrarte en esa reunión, en
la que me ha pedido llevarte. Que no olvides que viene de El. Que es sólo El
y nadie más. Y lo hará a través de ti.
Tú verás cómo -de
esto que te he hablado- que cuando ya
sea tu decisión caminar ¡en esa gran unión!, con el Elemental, la Madre ¡Terra!,
amorosamente te hablará; ¡porque lo hará!
Lo que
llaman “secretos”, ¡que no son ciertos! ¡No son secretos! Se mostrará. ¡Es sólo
que se ha hecho a aquél, a aquélla de mis hermanos que se han preparado! y que con el corazón abierto van dispuestos a
sentir; ¡a vivir todo lo que viene de mi Padre tan amado!
Porque no te
equivoques hermano; ¡no es tu hermana la que lo hará! ¡Es mi Padre!, con ese
infinito amor ¡y ese poder ilimitado que tiene! Y El es el que dispone, a
través de: Cómo, cuándo y “por qué”. Y sobretodo “¡para qué!” Así es que te va
a sorprender. Te va a sorprender
amorosamente ¡y tu corazón te dirá: Viene de mi Padre! Mi hermana -¡todo lo
que dijo!- no miente.
¿Cómo lo haría?, si
de mi Padre recibo día con día, a cada instante, su guía. No tienes idea
hermano, cómo te habla. Aún en aquél momento en que pudieras estar inmerso en
la tarea ¡tan terrenal!, mientras sigues aquí tu caminar, ¡te regala esos
instantes en los cuales te habla!, te muestra y te dice: “Sigue caminando, porque aún aquí te estoy necesitando. ¡Pero no
olvides y siente que tu Padre contigo está! y te seguirá eternamente guiando”.
¡No olvides esto!,
porque es verdad. ¡Permite que en ti también se ponga de manifiesto! Porque si
dices: “¡Ya he logrado! y lo que estoy
haciendo lo estoy sintiendo. ¡Es mi Padre tan amado! y cuando -a través mío-
ayudo a mi hermano”.
Hermano, hermana; ¡eso
es sólo el principio!, porque cuando empieces -en éste Nuevo Ciclo- a dejar de
ser humano, ¡verás!, ¡comprobarás!, que todo lo que te estoy hablando ¡es así! Mi
Maestro, mis Maestros tan amados, como ellos lo han logrado; ¡como tú lo
estarás logrando! ¡Y no te preguntes cuánto tiempo te lleve! La eternidad mi Padre permite que te la
entregue, para que tú logres y a cada paso ¡sea más firme y avances!
¡No olvides que eres
parte muy importante! ¡La Gran Avanzada!
Así ustedes han sido llamados. Por algo será. Y por ello también, hablándote
está tu hermana.
No te preguntes
ni pienses: ¡Cuántos somos! Si tú mismo has dicho; cuando al reunirse más de
uno ¡ahí se encuentra mi Padre y sientes la fuerza! y en esa fortaleza, todo lo
que El te pide que hagas, ¡empieza! ¡Y no hay final! ¡No lo hay!
¡Tú
verás lo que lograrás!, hermano, hermana ¡tan amados!, ¡no tienen idea cuánto! -por
Nuestro Padre y por nosotros- que con ustedes estamos.
Febrero 17, 2016
Maestro Desconocido.
Y tal cual, como la
hermana lo ha dicho; no es necesario, no piensen que fue un discurso. Eso,
nosotros no lo necesitamos.
Por eso también les
insistió: Aquél que -al “Aquél todo lo
puede y que todo lo creó”- ¡ya se entregó!, ni cursos ni talleres, porque de El
recibe ¡directamente la inspiración! Y entonces nosotros también le
ayudamos, recibiendo -en esa conexión- tal instrucción.
¡Ay hermanos! En
verdad os digo, que cuando ustedes -de corazón- ya hayan decidido dejar de ser
humanos, entonces llega quien -en nombre de El- ¡ustedes quieren hacerse llamar “chelas”! (Nota 1). Nosotros vemos lo que hay en el corazón. ¡Ahí es donde todo
empieza!
¿Recuerdan? En algunos momentos se ha hecho mención y de
aquél que llaman “Gran Maestro”, que cuando aquí llegó ha sido la piedra
angular, porque -a través de él- todo iba a empezar. ¿Y quién te ha dicho que
tú no lo puedas lograr? Para eso, también tu hermano aquí está. Son grandes
cosas, por demás, ustedes pueden llamarles “maravillosas”; para nosotros es sólo
la verdad, que se viene a mostrar en el nombre de El.
Y no te preguntes
por qué si -a quien llamas “tu hermana”-
ya ha empezado a hablar tan directamente, que está dejando, ¡ya dejó de ser humana! ¿Por qué con
ojos cerrados? ¿Sabes por qué? Porque todavía también, no olvides lo que te
dije: ¿Para qué insistes en querer saber quién contigo está hablando? Pues
también luego dirás: “Es que es a mí o ¿a quién estuvo mirando?” ¡A todos
ustedes!, porque los ojos -los
verdaderos- los del amor; los que en éste instante, así como ¡a cada uno de
ustedes veo!, son aquellos que ven en tu interior.
Y eso, lo llega a
lograr aquél -ustedes así lo quieren llamar- “Maestro”. Yo te digo, que cuando es tu deseo y te logras liberar de
todo aquello que no te quiere soltar; ¡que no quiere permitirte que te escuches
a ti mismo!, para que sepas que ahí, ahí es donde existe y persiste ¡y es más
fuerte!, ¡porque es eterno! ¡Es lo que El te entregó! ¡Es lo que te mueve! ¡Es
lo que te hace sentir vivo!, a lo que tú llamas “¡tu cuerpo!”, hermano
querido.
¿Te has preguntado cómo
es que sientes? ¿Qué es lo que te mueve? Y
cuidas demasiado a tu cuerpo, pero ¿y en tu interior?, ¡que eso es lo que tiene
verdadero valor! ¡Tu Ser! ¡Esa esencia que está ahí y que clama porque escuches
y sientas -de El- su presencia! ¡Eso es lo que logra aquél que -al escuchar-
su total liberación!
Ahora es el tiempo;
nuevamente. ¡Tú lo escuchaste! de aquél que has llamado “Ángel Ráh”. Y te has
preguntado y mira que no es la primera vez que te lo repito. Dices: “¿Por qué
se ha alejado?” No es así. Tú verás. Todos los que venimos para contigo hablar
-en el nombre de El- la promesa que te
hemos hecho ¡se cumplirá! ¡Claro que sí!
Pero
si tú piensas: “Hay cosas que no han sido así”, ¡no culpes ni al Padre que te
ha creado, ni al Maestro que has escuchado! ¡Eres tú hermano!, el que -en algún
momento- se ha alejado. ¡Sí! ¡Así como lo estás escuchando! Si hay cosas que no
se han cumplido, ¡pues entonces haz una retrospección! Haz una gran reflexión: ¿Qué
es lo que ha sucedido? ¡Pero no para justificarte!, sino para preguntarte: “¿Qué es lo que no he cumplido? ¿Qué es
lo que no he hecho?, de verdad; para hacer corrección y seguir caminando en esa
transparencia ¡y lograr la cristalización! y poder sentir ¡y mostrar! ¡y
compartir la esencia!, que El me entregó.”
Es tan sencillo, ¡de
verdad! Te vuelvo a repetir: ¡Eso ya lo
habías vivido! Es sólo que empieces a recordar. ¡Ya lo empezaste a hacer! ¿Qué
no te has dado cuenta, lo que cada uno de ustedes ha logrado? ¡Pues sigan
adelante!, que solos no están caminando.
¡Aquí estamos! ¡Es por eso que ahora te hablamos! Y lo hago con gran
alegría, regocijado, sabiendo ¡que ya llegó nuevamente ese día!, ¡para ustedes
hermanos! ¡Para su liberación! Para que vuelvan a vivir ¡en la eternidad!, todo
su infinito amor ¡y que compartan con nosotros!
Ya lo escucharon de
aquellos que llaman “sus Maestros”: “Y juntos caminaremos. Y ante ustedes nos
mostraremos”. Eso les dijeron. ¡Pues no han mentido! ¡Ha sucedido! Ahora
nuevamente el tiempo -hermano querido- ¡claro
que nos hemos mostrado!
Pregúntate
tú: ¿Realmente quieres que ya sea tu tiempo? ¡Sigue así! ¡Sé constante! ¡De
verdad! Sobretodo ¡sé auténtico! contigo mismo, porque a nosotros… a nosotros
no nos vas a engañar.
Pero mira; ¡aquí
estamos! En el nombre de El te hablamos. ¡Y sí!, si quieres -en esa gran
reflexión- hacer una balanza ¿qué has logrado? Pues mira; estás escuchando. ¡Estás
en ésta conexión! y aún más, ¡aún más que podrás recibir!, si sigues en este
proceso, de lo que tú llamas “purificación”.
Yo diría, tan sencillo:
¡Sé para ti mismo como ese libro abierto!,
¡así como eres para “Aquél que te creó!” ¡Háblate con la verdad! Sigue adelante
¡y fuertemente! -a ti mismo- ¡no te dejes de amar! Porque cuando eso ya lo has
aprendido, por consecuencia divina, también -a todo aquél que esté contigo- ¡sentirá
ese infinito amor!, que de ti empieza a emanar.
¡Es así! ¡Es así
como sucede!, cuando todo en ti empieza a abrir. Cuando ese Fluido Divino -hermano querido- sea lo único que tú deseas
sentir. Y lo demás -como lo ha dicho “Aquél
que te creó”- ¡déjalo en mis manos! ¿Acaso hasta hoy no te lo ha dado todo?
¿Acaso?, aunque pudieras decir que hay momentos en los que sientes que todo te
ha cercado y que no puedes salir. Pero hermano; ¡ahí es cuando tú tienes que
reaccionar! y saber y decir: “¡Todo lo
tengo de El! ¿Qué me puede faltar?” E inmediatamente, lo que trataba e
intentaba atrapar, nuevamente empieza a cambiar.
Ya lo has
experimentado. ¡Pues que sea constante!, hasta que eternamente, ¡totalmente!,
en ti se muestre. Eso es lo que sucede en aquél que se hace llamar “estudiante”
de la enseñanza del “Yo Soy”, para que logre y llegue triunfante, al hogar que
antaño dejó.
Ahora nosotros que
aquí estamos, porque ¡ustedes son Seres tan valiosos!, de todo esto les hablamos.
¡Esto es parte de la Gran Enseñanza en la Verdad!, para que tú vuelvas -al
recordar- y logres ¡de una vez por todas!,
hacer esa Gran Alianza, con “Aquél que todo te lo da”.
Se estará acercando
el momento. ¿Quién realmente sabrá?, que al escuchar todo esto, ha sido el hermano
que les ha hablado y con gran amor. ¡Con infinito amor!, porque en ésta Era de
la Libertad y el Perdón, así es como empezarán a caminar aquellos hermanos que -¡tal
cual como lo ha dicho la hermana!- ya se han querido elegir.
Es por eso -aquellos que lo hagan- ¡más directamente
escucharán de mí!, ¡de su hermano!, en el “Yo Soy”, de “Aquél ¡que todo lo
ha creado!” ¡A ti!, pero que también ¡todo te está entregando! ¡Y claro que sí!,
me seguirás escuchando. ¡Haz una gran reflexión!, que todo esto que -de
nosotros escuchas- es con infinito amor.
Tú te has dado
cuenta cómo la hermana -al hacer toda la
transfiguración- ahora, no solamente ha empezado o ha seguido hablando. ¡También estará mostrando!, en el
nombre del “Yo Soy”.
¡No lo olvides
hermano! Muy importante lo que te ha dicho: Si es tu deseo dejar de ser humano,
¡sigue adelante!, que nosotros -ten por seguro- que de “Aquél que todo lo puede”
¡no dejaremos de hablarte!
Siente. Siente ésta
energía amorosa que te entrego. Te dejo -de ella- envuelto, para que en tu
preparación, en ti también haga la acción, que nosotros aquí estamos.
¡Gran
trabajo!, en el “cambio de dimensión”, si así quieren llamarlo.
Nota
1.-
“Chela” es un discípulo, un seguidor
o estudiante, que tiene como mentor a uno de los Maestros Ascendidos.
Febrero 17, 2016
Saint Germain.
¡Maravilla de
maravillas! ¡De verdad!, ¡cuánta energía que el hermano ha querido entregar!
Y yo les digo; ¡Amados!
¿Se están preparando? De verdad, están cada uno de ustedes, porque los estamos
viendo; ¡estamos observando!, quiénes
realmente se sienten motivados para ir al encuentro con sus hermanos; ¡aquellos
que de corazón!
Que
miren; se les dijo que en estos días habría una gran aleación. Lo dijo mi
hermana y es verdad. ¡Ustedes cuenta se darán, qué es lo que sucederá! ¡Esto
vendrá en gran ayuda para que sus cuerpos sigan en esa preparación! Porque no olviden
que su hermano les dijo: Lo que les presentaremos ¡no es humano! ¡Amados! ¡Amadísimos!
¿Quiénes -para vivirlo- están preparados?
Y a fuerza de tanto
insistir, ya -después de ello- ahora, que se dediquen ustedes a preparar lo que
tengan que hacer. Que ya se les dijo: Siéntanlo en el corazón. Que sea el
infinito deseo. ¡Y sea pues! ¡Será!, en ese infinito amor. Ya todo está
preparado para aquellos con los que nosotros nos encontraremos, amados.
¡Y luego!... a otra
cosa. De todo esto, de lo que nosotros les estuvimos insistiendo; que en el cambio, en el cual se encuentra posicionado
éste planeta tan amado, todo lo que está recibiendo, amados, ¡sí habrá fuertes
sacudimientos! ¡Pero en tu interior! Porque si tú sigues caminando en ese
infinito amor, ¡claro que nosotros te estaremos ayudando para que vivas tu
evolución!
¿Te
das cuenta?, que de la manera como lo dije muchos pensaron: “¡Sí! ¡Va a estar
temblando!” Amados, ¿saben por qué les digo esto? Es precisamente ¡esa
tendencia en malinterpretar!, de todo lo que nosotros les venimos a hablar. Yo les pido ¡que ya quepa en ustedes la
prudencia! ¡Abran el corazón y escuchen! Y déjense llevar, que -por
consecuencia- lo que ha de llegar, tal cual ¡como tanto les hemos dicho!: Lo que ha de ser, ¡será!
¡Así de sencillo!,
hermano querido. Ya la hermana también de ello ha hablado en su caminar como
humana, cuando con algunos de ustedes se ha encontrado; se los ha dicho: “¡Déjate llevar!, que mi Padre en ti, todo
lo que en su Plan Divino tiene escrito, está escrito, ¡te va a moldear!, si es
tu deseo ya de todo quererte liberar”.
¡Porque es así! ¡Así
es como empiezan a caminar aquél, aquélla que quiere lograr -en esa gran
transmutación- volver al hogar! Y nosotros estamos ¡para -con ustedes- hacer
interacción! ¡El momento ya ha empezado! Todo lo que cada uno de ustedes ha
logrado; hermano, hermana, tan amado; es sólo el principio de todo lo que Nuestro
Padre ¡a ti te ha entregado! ¡Siéntelo así! ¡Vívelo así!
También se les dijo
que es el tiempo en el cual -la verdad de la verdad- ¡es lo único que se va a
mostrar! Ya para ustedes también todo claro quedará. Si tú estás en esa
atención y que nada en ti haga distracción, cuenta te darás.
Cuenta
te darás; lo que viene de Nuestro Padre tan amado y la gran diferencia de
aquello, que sólo pretende hacer intromisión. ¿De qué otra manera pudiera estar
peleando?
Aunque tú -amado hermano- desde que nosotros hemos estado con ustedes y que les
hemos estado hablando, ¡mucho ha pasado!
Hay muchas
cosas de las que tú cuenta te has dado: Qué es la verdad y dónde hay falsedad. Ahora, solamente
estamos viviendo el tiempo en el cual -al estar ¡tanto sintiendo!- ¡más!, se
empezará a mostrar todo lo que viene de Nuestro Padre, en cada uno de ustedes. ¡En
aquél!, ¡en aquélla que se ha entregado! tan amorosamente, ¡tan fuertemente!,
serán quienes lo estarán logrando.
¡Así es que tampoco
te equivoques!, porque a- partir de lo que has estado escuchando- ¡mira que lo
hemos estado observando! Has dicho: “¡Nos
dijeron que todos íbamos a estar mostrando!” ¡No te equivoques!, hermano,
hermana; porque también hemos dicho: ¡Sí!, y lo hará aquél, aquélla ¡que de
verdad y de corazón lo sienta! Y en esa gran conexión con Nuestro Padre
empiece a vivir, ¡a liberarse!, ¡a sentir!, lo que -de El- empieza a fluir ¡dentro
de cada uno!
¡Eso es lo que
estará sucediendo!, porque ahora, aquél, aquélla, que ya les dijimos: ¿Quiénes estarán acompañando? Ya está llegando
el momento en que ustedes lo estén -algunos observando- otros -en el momento
decisivo- sabrán: ¡Es el momento en que a mi hermana esté acompañando!, para -en
esa Gran Avanzada- ¡todo lo que será mostrado, para el inicio amoroso de la Era
Dorada! ¡Sí, amados hermanos!: ¡El
gran momento llegó! y el cambio será tan grande, en aquél, en aquélla que se
entregó.
Y he aquí que -luego de ello- se escuchará el clamor. ¡Claro
que sí! ¡Pero de aquél!, que -seguir adelante- no decidió. ¡Amados! Pero no
olviden que lo hemos dicho y lo volveré a repetir: Nosotros aquí estamos y
seguiremos. Y volveremos a encontrarnos. ¡Claro que sí! Estamos ¡tan dispuestos!
Ya la hermana lo ha
dicho ¡y cuenta se están dando quién
realmente es quien les ha estado hablando! ¡Y aún más, amados hermanos!: Ustedes
lo verán. ¡Claro que sí! ¿Cómo no estar agradecido con mi Padre tan amado? Que
así como ustedes lo llaman: “Que son tan bendecidos”, ¡pues así es como
nosotros nos sentimos! ¡Primero por El!, que nos provee de esa fuerza tan
grande que a ustedes les compartimos. Y luego ¡por ustedes! ¡Por aquellos que -al
escuchar- deciden y desean a nosotros acompañar! Ahí es donde se logra esa ¡gran
culminación!, de la gran conexión.
No olviden que la
hermana lo ha dicho: “¡Es cuando se
unirá el Gran Fractal! y se mostrará que “arriba como abajo ¡todo es igual!” Reflexionen
en esto. ¿No habían entendido?, que serían ustedes los que mostrarán, así,
cuando estén unidos. ¡Pues es así como todo fluye!, hermanos tan queridos.
Ustedes
son parte ¡tan importante!, ¡tan vital!, tal
como lo dice Nuestro Padre: “¡Cómo! ¡Cómo
podría dejarlos de amar!, si ustedes tienen también dentro de sí ¡esa llama de
amor!, que al crecer y al compartir ¡elevan! y hace conexión con el Cosmos Divino”.
Ahí es cuando dice aquél que lo logró
que: “El cielo le habló”.
Amados hermanos; por
hoy la lección terminó. ¡No olviden todo esto!, de lo que nosotros les hemos
hablado. ¡Sigan sintiendo!, porque lo
que hasta hoy -lo que se les ha mostrado- ¡es nada comparado!, con lo que
ustedes -en su preparación- ¡están acercando! ¡y que hará una gran unión!, ¡con
ustedes hermanos! ¡Con ustedes!
No olviden lo que la
hermana de lo que les hablo: En unos
días más culminará esa gran aleación ¡que entonces se mostrará y de ello
hablarán! ¡Ustedes lo van a escuchar! ¡Amados! Aquellos que “científicos” son
llamados ¡estarán sorprendidos! No encontrarán respuesta a lo que estarán
observando.
Y
nosotros sólo les decimos: Es cuando el infinito amor de Nuestro Padre se
manifiesta. ¡Así! con toda la fuerza. Esa que ustedes sentirán y una gran
preparación para ustedes dará. Ya su hermano les dirá.
Por lo pronto sólo
les digo, ceremoniosamente: Siéntanlo y
vívanlo, porque vendrá de la Fuente. ¡Y en esa marcha gloriosa lograremos la
victoria!, en ésta ¡Era Dorada!, amados hermanos. ¡Tomados de la mano!, haremos
entrada a la gran morada de Nuestro Padre tan amado, ¡porque ustedes son la Avanzada!
¡Vean!,
¡vean de qué manera su hermano!, ésta ¡gran promesa les hace! ¡Sigan adelante!, que les entrego la
Llama Violeta. ¡La Gran Amatista! ¡Así! ¡Sientan esa gran alegría!, porque
inician -¡en el sentir!- ¡el verdadero vivir!
Que yo soy ¡Saint Germain!
Febrero 17, 2016
Ketta/Aleshia (2).
Efectivamente; el Código Sagrado en estos días ha estado
hablando muy fuertemente y directamente.
Aquél hermano que realmente
se ha preparado, yo te lo digo: Estás de verdad recibiendo ¡directamente de la
Fuente!, ¡de mi Padre tan amado!, que es quien te está hablando, con conocimiento
de causa, porque tu hermana lo ha estado
escuchando y todo aquello con lo cual me dice que me ha estado preparando, ¡es
para compartirlo contigo!, amado hermano, para que todo -de El- estés
escuchando. ¡Primero así! -a través de tu hermana- pero ¡en ese sentir!, ¡al tú
liberarte!, lo que vas a vivir, es que empezarás a mostrarte quién eres tú
realmente, y que es ¡formas parte! de mi Padre.
Todo esto, te vuelvo
a repetir; cuando se ha hablado de “Año Bisiesto”,
es muy especial lo que fluye. Lo que viene -dicen- que “de la atmosfera”; pero
yo te digo que es de mucho más allá.
En la Teoría de la Relatividad,
todo lo que viene a conformar, cuando se habla tan claro y directo en la verdad,
se une en el espacio, la Nada te empieza
a hablar, cuando tú te mantienes en lo que algunos llaman, no es necesario
que te quieras retirar. Es sólo que en
un momento que tú elijas, para que -en tu interior- en ese silencio, la voz del
“Yo Soy” comiences a escuchar.
Ahí es
donde ¡todo para ti!, respuestas te da. Es sólo -hermano querido- que tú desees
escuchar. ¡Así
de simple! -de mi Padre tan amado- ¡es la verdad!, que tu hermana te trae; de
aquella que te he empezado a hablar.
Y si tú deseas y
quieres escuchar aún más, para eso estoy aquí. ¡Claro! ¡Claro que de ello te
hablaré!, que mi Padre instruyéndome
está.
Yo te
pido que intentes, ¡que escuches!, ¡que viajes a tu interior!, ¡que sientas! en
ese Gran Silencio cómo te habla la voz del “Yo Soy”; mi Padre, ¡Nuestro Padre!,
que en cada uno de ustedes está.
¡Es el
gran momento! ¡No sólo tu hermana! ¡No creas que es tan especial! ¡Tú también
puedes sentirlo y vivirlo! ¡Ya deja cualquier argumento para justificar, el que
nuevamente la espalda le quieras dar! ¡Escucha! ¡Escucha!, en ese Gran Silencio,
cómo mi Padre te habla ¡y te desarma! y sólo te deja sentir ¡cuánto te ama!, para
que sigas adelante. ¡Y así es como tu Ser! -al estar en unión en tu cuerpo- ¡todo
lo sana!,
porque estás con mi Padre, ¡con Nuestro Padre!, en esa ¡total conexión!
¡No lo
olvides!, amado hermano; que de El siempre tienes su amor, su compañía, su
protección y estás nuevamente en el camino de sentir ¡esa conexión!, para que
luego -en ese despertar- recuerdes quién eres; ese Ángel Divino, que llegó a ésta
gran escuela llamada “Tierra” a experimentar; pero que a Él volverá; a mi Padre
tan amado.
Hoy -en éste tiempo-
yo te digo: ¡Aquí estoy! para volver a Él.
Cómo hacerlo… de eso te hablaré. Y también -porque es su voluntad- ¡te mostraré!
Mas ¡tú puedes hacerlo! ¡Sé que lo lograrás!
¡Gracias hermano! ¡Gracias
hermana!, por escuchar.
¡Benditos sean por
mi Padre!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario