28 de junio de 2016

Canalización del 24 de Febrero de 2016.

Febrero 24, 2016

Ketta/Aleshia (1).

…nuestros Maestros o a quienes llaman profetas lo dijeron. Nuestro amado Maestro que en ese tiempo amorosamente advirtió: “¡Y surgirán falsos profetas!”, pero mientras tú estés y escuches con el corazón, siempre él te dirá la verdad; la verdad que viene del “Yo Soy”.

Y en ésta enseñanza tan maravillosa, no olviden que -con gran alegría- uno de nuestros Grandes  Maestros nos ha dicho: “Amados hermanos ha llegado ese día. Ese maravilloso día, que en ésta ilusión que durará ¿cuánto tiempo?, para que tú -al elegirte- sigas en ésta preparación. ¡Que no permitas que nadie! -aunque intente disuadirte- sepas que en éste caminar, solo no estás”. ¡Qué importa lo que te presente!, porque también ¡no olvides!, que nos lo dijo nuestro Maestro: “Que fácil no sería”.

Y yo vuelvo a repetirte: Ahí, ahí donde tú, cada uno de ustedes están conscientes, ¡como yo!, como su hermana que está frente a ustedes: Donde está tu debilidad, ahí es donde más, ¡más!, frecuentemente intentarán atacar. ¡Pero aquél que se ha revestido con esa fuerza!, mientras tú te das cuenta que está en ti, ¡que siempre te ha acompañado!, porque Nuestro Padre -que todo lo ha creado- a ti y en ti ha deseado eternamente estarse reflejando. Si tú entiendes éstas palabras, ¡cuenta te estarás dando!

Si mira; ¡tanto tú mismo has repetido!, que “nos ha hecho a su imagen y semejanza”. Entonces ¿cómo crees tú -hermano querido? ¿Qué es lo que está dentro de ti? Está ahí, ¡ya no dejes que siga dormido! ¡Empieza a utilizar! Es el tiempo. Es el gran día, porque todo ha empezado.

¡Y mira!, Nuestro Padre desea ¡que tú también te empieces a iluminar!, con esa luz; esa luz que viene de El, ¡porque -en esa conexión- El está deseando que ya cada uno de nosotros!, cada uno de ustedes, empiece ¡y haga totalmente esa unión! ¡Esa que tanto he insistido!, de tu Ser ¡o como tú lo quieras llamar!: “El Yo superior”. ¡Pero esa es la parte divina! Ya no pienses -como te dijimos hace tan poco tiempo- que se aproxima. ¡No! ¡Ya está aquí! Es tan sólo ¡que tú des ese gran paso!, para que todo se empiece a unir. Y eso -amado hermano- eres tú de manera ¡tan personal!, quien lo tiene que hacer; porque mi Padre, Nuestro Padre, esperando por cada uno de ustedes está.

¡Sé!, porque lo siento y porque algunos de ustedes -amados hermanos- han tenido ¡esa confianza! y lo he escuchado. Lo único que siento al hacerlo, al oír de cada uno de ustedes el sufrimiento, digo: “¡Padre! ¡Esto hacia ti lo elevo!, para que mi hermano, mi hermana, en éste instante sienta y sepa. Que su corazón le de la respuesta. Porque eres tú, eres tú quien por nosotros espera”.

Lo único que desea es que cada uno ¡ya tenga en esa fe! y mantenga la puerta abierta del corazón. Ese corazón -que tú así lo llamas- pero déjame decirte que es donde se encuentra ¡todo lo que El te entregó! Tú tienes la llave. Permite. Decídete. No te has de arrepentir, porque todo -a partir de ello- ¡lo que tu Ser! -al empezar a acercarse- y empezar a unir tu templo; entonces se empezará a sentir ¡tan completo!

¡Ahí es donde comienza! -de cada uno de ustedes- el Gran Resurgimiento. Ese, que han vivido aquellos amados Maestros, ¡que están deseosos de todo!, todo con ustedes compartirlo.

Y tu hermana que está aquí, que vino a tu encuentro y que todavía está en forma humana; con infinito amor y con todo el corazón te viene a hablar. Porque ésta Era es de libertad y perdón. ¡Porque el amor!, el amor -Nuestro Padre- desde el mismo instante en que te creó ¡todo te lo dio! ¡Eso es lo que te pedimos; que te permitas sentir!

Y mira; ¡lo has estado haciendo! ¿Por qué crees que nosotros acudimos a ese llamado? Y tú te has preguntado: “¿De qué manera? ¿Qué tengo que hacer?” Sólo eso hermano. ¡Es tan sencillo!, que sientas dentro de ti cuando escuchas -como en éste instante- porque -si tú quieres llamarlo “el buen decir”- sólo viene ¡en gran inspiración! y es de mi Padre, quien prepara ¡para que escuche cada uno de ustedes! y tu hermana sólo lo externa, con todo el corazón, porque lo he estado viviendo. Porque ¡también lo he estado compartiendo! y ahora -en éste despertar- tu hermana sabe que -en éste andar- nuevamente, después de ello, a mi Padre volveré a llegar. ¡Mas no deseo hacerlo sola! ¡No! Esto lo seguirás escuchando, para que -a partir no sólo de hoy- sino cada vez que tu hermana te lo diga, no lo estés olvidando. ¡Que quede muy grabado en tu corazón!

Que mira; que cuando tú -¡porque algunos ya tomaron esa decisión!- y cuando tú lo hagas, sabrás que no te miente tu hermana. Que es cuando tú estarás permitiendo y empezarás a escuchar la voz del “Yo Soy”, ¡de Nuestro Padre tan amado! ¡Y todos los sonidos que se están emitiendo!, tus oídos estarán -créeme que sí- escuchando, en ese mismo decibel, que cada vez ¡más y más! se está elevando, ¡pero en esa sutileza! Por eso nuestros Maestros te piden que -en esa preparación- vayas permitiendo ¡y logres esa pureza!, que solo la consiguen y la mantienen, aquellos que -en el sentir- se permiten escuchar a su corazón. ¡Eso es! ¡No hay más! Que Nuestro Padre -al ver en cada latir- en ese sentir, ¡El sabe cuándo mi hermano ya listo y preparado está!

¿Por qué tú crees?, que tu hermana -eso ya lo has entendido- que hay momentos cuando me ves y me escuchas más cercana. Es sólo que acudo, porque es el Propósito Divino. No hay otro motivo. Y lo hago con infinito amor, que mi Padre es el que indica. ¡Pero no porque El te elija!, porque a todos desea y está esperando abrazarlos nuevamente, con ese amor ¡que te ha entregado eternamente!, pero que sabe que cuando es el momento de cada uno de ustedes, mira; porque estás permitiendo escuchar, no sólo lo que tú llamas “mensaje”. ¡Tú cuenta te darás que hay mucho más!

Sé que has pasado por muchas cosas; ¡que has estado confundido! Que cuando te has alejado, lo que has vivido. Pero si vuelves -hermano querido- es porque tu corazón ha escuchado ese sonido que viene del “Yo Soy” y que te dice: “¡Es tu momento!” ¡Permítete escuchar!, ¡porque todo lo que viene de lo que tú llamas “el firmamento”!, verás que es ¡mucho más! El Cosmos ¡ha empezado a hablar!

Tú sabrás por qué lo digo. ¡Tú lo verás, hermano querido!, que no son solamente palabras. Pero ¿quién de ustedes? ¿Quiénes se permitirán? y en esa preparación estarán tan cercanos ¡y vivirán! todo lo que mi Padre ha preparado para mis hermanos. Ustedes; que -insisto- ¡ya no se hagan llamar “humanos”! Dejen de vivir en ésta ilusión, ¡aunque en ella sigan caminando!, porque ha llegado el Gran Momento.

Y vuelvo a repetir: “La recolección ¡ha empezado!” Algunos se están preguntando: “¿Por qué ahora insiste en esas palabras?” Hermano; verás que todo lo que te ha dicho tu hermana -cuando ella habla- ahora, ¡tal como lo estuviste escuchando!, sería más profundo y directo. ¡Y aquél que se ha preparado lo estaría entendiendo!

¿Recuerdas que lo dijo el Gran Maestro?: “El Lenguaje Divino. El Lenguaje Sagrado”. ¡Pero no pienses que te hablaremos de algo rebuscado!, porque la verdad siempre, ¡eternamente ha estado! Es y será. Y aquí; en el hoy, en el tiempo del no-tiempo, nuevamente se mostrará.

Porque estamos aquí para compartir, para mostrar y llevar a mis hermanos ahí, de donde ¡tiempo ha!, decidieron retirar para hacer éste viaje ¡y experimentar! Ya lo que viviste, ¡la gran lección!, ¡tú que ya la aprendiste!, amado hermano; ahora es el momento de volver al “Yo Soy”. A mi Padre tan amado.

Cada vez que te hable de ello, será ¡más y más directamente! ¡Esa es la instrucción! Todo lo que viene de la Fuente, irá rompiendo ésta ilusión. ¡Pero para aquellos!, aquellos que ya están en preparación. ¡Aquellos!, que ya decidieron ¡no más otra reencarnación! Aquellos que han pedido vivir ya -aquí mismo- la vida eterna que mi Padre les ha prometido y que será cumplido. ¡Duda no tengan de ello! Es sólo que -quien lo hecho- aquí, seguir caminando, ya no encontraron motivo.

Es sólo que si Nuestro Padre, tal como lo dijo: “Que vuelvas ahí y hables a tus hermanos de mí, Yo te pido”. ¿Y quién podría ser yo para rehusarme?, ¡si todo lo tengo de El! Que mira; en infinito amor le he pedido, que como El desee, quiera utilizarme, ¡ser ese instrumento! Ser lo que El -en mí- ha visto. Para lo que venga de mi Padre ¡nunca me resisto! ¡Y eso es lo que también a ti!, en infinito amor -amado hermano- quiero pedirte: ¡Deja atrás ya todo temor! ¡Entrégate! ¡Abandónate!, que El ha de llevarte en sus manos. Amorosamente va a moldearte, para que en ti luego, empiece a brillar esa luz, que -al emanar- va a iluminarte.

¡Te has preguntado, cómo ha sucedido! Aquellos hermanos que los llaman “iluminados”, es ¡porque todo de ésta ilusión!; emociones, sentimientos, sobretodo razonamientos ¡han soltado! ¡Han dado ese gran paso, hermano. ¡Hazlo tú! ¡Se puede! Y entonces empezarás a vivir, ¿por qué no?, ¡siempre ha sido así! -de mi Padre- lo perfecto.

Es por eso que contigo están también nuestros amados Maestros. Pero en ese infinito amor también te dicen, ¡que la humildad a cada paso tiene que acompañarte!, porque -del “Yo Soy”- cuando tú empieces a elevar esa vibración y no permites que nada más te mueva, ¡ni el ego, que siempre te está poniéndote a prueba! Cuando trasciendas todo ello, entonces -amado hermano- ¡entonces!, siempre te lo he dicho: “Empezarás a vivir -de Nuestro Padre- todo lo bello”.

Y qué importa lo que pueda suceder aquí, si sabes, como lo dijo el amado ¡y Gran Maestro!: “Si de Nuestro Padre, su Reino no es de aquí”, entonces -lo que pretenda volverte a encadenar- ¡no permitas!, porque lo único que desea es que nuevamente ¡pienses que todo te empieza a limitar! Porque no es así: ¡Eres un Ser grande! ¡Maravilloso! ¡Ilimitado!, porque mi Padre ¡todo te ha entregado!

Cuando en éste camino empecemos -al seguir adelante- primero poco a poco, pero -si tú empiezas a en ello pensarle- verás tan lejano. Tampoco es así, amado hermano. Es que tú empieces a limpiar dentro de ti ¡aquello que fuiste acumulando! ¡Lo que estuviste guardando y que sabes que no es tuyo!, porque también te ha estado enfermando. ¡Eso!, eso es lo que mi Padre te pide que estés soltando.

En cuanto tú lo hagas, empieza “¡ese cambio!”, si así lo llamas. Yo diría que es cuando empiezas a surgir; a mostrar ¡quién realmente eres tú!, también cuando te aprendas a amar; ¡a amarte a ti mismo! ¡Sin ataduras y sin egoísmo! ¡A verte como esa parte tan grande!, ¡tan fuerte!, que El creó. Entonces, de todo comenzarás -por Consecuencia Divina- a hacer expansión. Porque es -amado hermano- del interior al exterior. En la verdad de mi Padre. ¡En la transparencia! Para que luego te des cuenta que no es mostrar en apariencia, sino que eso es ¡tan natural!, porque estás viviendo en la verdad. Es cuando todo para ti -sin que tú te des cuenta- empieza a cambiar. ¿Y sabes?, empiezas a sentir; que es tan sencillo y tan grande, verlo todo en amor. ¡En esa congruencia!, sentirlo, hablarlo, vivirlo, compartirlo, mostrarlo.

Es por eso que se te insiste; que lo que viene del Uno ¡es lo que nos pide!, que -en esa humildad- ¡todos empecemos a caminar! ¡Amándonos! Aún con lo que ¡tú pudieras de momentos!, ¡en esos destellos que el ego pretende a ti quererte mostrar! En el intento de que nuevamente ¡a tu hermano quieras juzgar! ¡No lo permitas! ¡Mírate a ti! y piensa: “Padre, en éste sentir; si esto es lo que -como un destello viene a mí- pretendiendo en mi hermano, lo que tal vez ¡sea yo lo que tengo que corregir! Dame, en esa sabiduría, en esa claridad que me entregaste aquél maravilloso día en que me creaste. Permíteme verlo, ¡sentirlo!, para volverlo a utilizar”.

Porque todo -cada uno, amados hermanos- lo tienen. ¡A todos nos entregó! ¡Nadie!, aunque te sientas mutilado, ¡eso es lo que la ilusión aquí te ha creado! ¡Y te lo creíste! ¿Por cuánto tiempo?, amado hermano? Pero eso ¡ya lo venciste! ¡Ya quedó atrás! Ya no permitas que nuevamente vuelva aquí a intentar -tu andar- quererlo detener, bloquear. ¡Eso ya no!, amado hermano.

Que mira; te vuelvo a repetir: Mi Padre -en su infinito amor- ¡en su misericordia tan grande te dijo!: “En el juramente que tú me has hecho, para volver a mí -amado hijo- ¡no lo harás en soledad! ¡Yo te llevaré! ¡En el “Yo Soy” te inspiraré! ¡Permítete escuchar mi voz!, porque además -para que caminen contigo ¡y te muestren el camino!- a mis emisarios te enviaré. Lo único que te pido, es que estés con el corazón abierto, para que sientas y cuenta te des, cuando ellos se crucen en tu camino. Que lo sienta tu corazón, porque ahí también escucharás mi voz. Y entonces, ¡ese será el inicio para tu vuelta al hogar! Al hogar que dejaste tiempo ha. Ese hogar, donde te espero Yo”.

He insistido en ello porque -amado hermano- ¡créelo así! ¡Siéntelo!, porque éste tiempo a mi Padre, a Nuestro Padre, agradécelo con el corazón, ¡porque tú elegiste estar precisamente en el gran momento de la recolección! ¡No dejes pasar ésta gran oportunidad! Que mira; que no sólo mis Maestros, nosotros ¡y la Gran Hermandad! te hemos venido a acompañar.

¡Tú verás cómo en ésta gran unión del fractal!, ¡ese del que de tanto te he hablado! También la Madre Tierra, ¡el Elemental! los estarán acompañando. ¡Tú lo verás!, mas en acción. ¡En acción -amado hermano- se te estará mostrando!

Cuando tú empiezas a vivir esa unificación, todo lo que escuchaste y aquellos que atestiguaron lo que el Gran Maestro estuvo mostrando, tal como lo dijo: “¡No sólo yo! Ustedes también. ¡Y mucho más!, amados hermanos, será lo que mostrarán. ¡Escrito está!” Y yo te digo: El tiempo ha llegado ya.

Tú podrás pensar: “¿Cuánto tiempo tuvo que pasar? ¡Más de dos mil años! ¡y mira!, sin embargo ¿qué hay en tu corazón? ¿De verdad te has querido preparar? ¿Dispuesto estás?, porque el que no lo haga, ¿cuánto tiempo más -amado hermano tendrá que pasar?, para que tu hermana -al volver- de la mano te pueda tomar y que sea el momento en que ¡tú! te hayas elegido ya.

Esto, que tú estás escuchando ¡en ningún libro lo encontrarás! ¡Porque sí!, te han estado hablando y te han dicho que llegarían a hablarte de ello. Mas cuando es ¡como ustedes lo llaman!, “¡tan en vivo y en directo!”, pero pregúntate hermano: ¿Por qué estás escuchando esto? ¡Porque te estás permitiendo! ¡Porque tu corazón lo está sintiendo! Ya no permitas que haya ninguna distracción. ¡Es el gran momento de que vivas lo que tú llamas “tu evolución”!

Que mira; también ya te lo había dicho: Ahora sí, tan directamente lo escucharías. Ya tu hermana -del disfraz- se despojaría. Y lo hago con el corazón, porque de mi Padre he recibido la instrucción. Que todo el sonido, el amoroso eco de lo que estás escuchando llegue hasta ti y ¡que todo tu Ser en tu interior esté inundando!, porque toda ésta vibración que mi Padre está entregando, al recibir de El su inspiración -amado hermano- no solamente en mi; en la hermana que está frente a ti, ¡también en ti!, al emanar, al hacer expansión y no sólo en ustedes.

¡Ah! Si tú vieras con los ojos del corazón, todo lo que sucede. Y todo en un sólo instante, en un parpadeo; cómo inunda con su infinito amor, porque son parte ¡tan importante! de lo que mi Padre creó. Y quiere mirarse; en cada uno de ustedes recrearse. Saber, que cuando tú ya quieres a Él volver y te permites grandes momentos y a Él hablarle, en ese coloquio amoroso, ¡no tienes idea! ¡Es tan grande su gozo!, que entonces, esos dones que entregó. Ustedes saben que no miento, porque ya empezó y empezará a mostrar cada uno de ustedes.

¡Y lo verán!, porque se mostrará a borbotones. Pero en aquellos y para aquellos que preparados están. Porque aquél que quiera seguir dormido su caminar; vuelvo a repetirte: Su misericordia es tan grande e infinita, que el velo -en él- ¡no se rasgará!, porque ha deseado esperar ¡otra oportunidad! ¡Así como en ti pasó!

Te has preguntado: “¿Cuántas reencarnaciones te ha tomado?” Yo te digo hermano; para saberlo ¿estás preparado? ¡Para que te lo muestren de verdad? Porque ya te lo dije y te lo vuelvo a repetir: Verás y escucharás cosas ¡que te van a impactar!

¡Sabes!, porque has leído y has buscado. Mucho conocimiento alguno de ustedes ha acumulado; pero lo que viene de mi Padre. ¡Lo que es!, ¡ha sido y será!, cuenta te vas a dar, ¡que por mucho va a rebasar!, lo que tú llamas “tu realidad”, ¡que tan sólo es una ilusión!, que para ti -si lo has decidido así- ¡se romperá!

Ahí es donde también estarás entendiendo, que todo lo de ésta ilusión se estaría desmoronando. Y tú pensaste que lo verías en el plano terrenal. Hay muchas cosas; cuenta te estás dando, que -de todo lo que te hablamos- nos hemos referido al plano multidimensional. Al que es. Al que está. Que nunca va a cambiar. Que te muestra todo lo bello, porque todo lo que se mueve ¡en esencia!, ¡es el amor!, lo que hace sentir -de mi Padre- su presencia.

Y que llega el momento ¡tan -por algunos de ustedes- anhelado!, porque se han preguntado: “¿Será cierto que ocupar un cuerpo no es necesario?” ¡Tú lo verás!, amado hermano. También tu hermana te lo estará mostrando. ¡Eso!, mi Padre me ha permitido que hoy -con ustedes- lo esté hablando.

¿Y por qué lo digo? Porque -tal cual como El dispuesto lo tiene- llegará el momento, para aquél que esté preparado. ¡No será ante tantos y tantos! Es que ¡esto que mi Padre para ti!, para mostrártelo y decirte: “¡Eso es lo que cada uno de ustedes ha tenido de mí! Cruza ya el umbral, porque en la Gracia Divina caminarás”. Y si tú lo estás decidiendo, ¡eso es lo que para ti se avecina!, en el amor de mi Padre.

¡Pero también lo ha dicho el amado Maestro!: “¡Grandes dispensas se han promovido! ¡Para ustedes hermanos! ¡Para ustedes!” Por algunos ya es bien sabido; ¡no tendrás que hacer cosas!, porque también quieres preguntar: “¿Acaso tendré que vivir lo que el Maestro sufrió, antes de lo que llaman “morir”?” ¡No, amado hermano! No es así. ¡Es tan simple lo que mi Padre te pide!, pero el que con esa profundidad en tu corazón, cuando todas éstas palabras recibe; dejes que fluya la intuición; la gran inspiración; el infinito amor que El te entrega.

Porque -en la enseñanza del “Yo Soy”- en esa verdad, no todo está dispuesto a escuchar: ¡No todos al hacerlo! -tal como nos dijo- lo creerán. Pero aquellos de mis hijos que están esperando y con el corazón -al escucharlo- sabrán que es el Gran Momento. A ellos. ¡A ellos!, Yo te estaré indicando ¡qué es y cuándo!, lo que les estarás hablando”.

Así es, amados hermanos. Así es, porque eso llega cuando tú estás dispuesto ¡y te entregas! Cuando frente a ti también, ¡porque mi Padre te lo hace sentir! ¡Es el instante! Ahora ¡el “Yo Soy” habla a través de ti!, porque aquél de tus hermanos, que han sido eternos caminantes, ya están preparados. Si nunca te ha soltado, ¡pues cuando tú ya estás -amado hermano- en esa preparación!, ¡en ese proceso de tu transformación!, es cuando ¡más fuerte sentirás! -de Él- no sólo su compañía, ¡sino en tu interior! y entonces, es cuando -a través de ti- hablará ¡con infinito amor!

Todo esto lo digo; mira hermano; nosotros, es lo único que podemos hacer, ¡pero es muy grande!, si tú estás dispuesto a unirte a tu Ser. Porque ¡eres tú el que tiene que hacer -de todo- esa gran expansión!, cuando en ti ya empieza a hacer todo ¡esa ebullición amorosa!, ¡grandiosa! Ahí es donde se estará cumpliendo lo que nosotros y Nuestro Padre, nuestros Maestros. ¡Sobretodo El!, que ha estado prometiendo: “Y entonces, aquellos que llaman “Maestros” ¡se mostrarán ante ti! Aún ahí donde tú -en ese plano terrenal- aún sigues viviendo, te hablarán, ¡porque tú lo estarás permitiendo!”

¡Y es cierto, amado hermano! Si tú haces un recuento de cuando empezamos, ¡todo lo que estuviste escuchando! Cómo -poco a poco- ahora cuenta te estás dando: ¡Es verdad! Todo fue cambiando. En un principio de qué manera nos estuvieron hablando. Cómo se te estuvo también -de diferentes maneras- amado hermano, insistiendo en que las cosas estarían cambiando.

Ahora, ¡sí! ¡Mucho has avanzado! ¡Mira a qué grado! ¡Pero esto es un continuo!, porque mientras más tú permitas y escuches y sientas ¡a todo aquél que hasta ti ya llegó! El que vino. ¡Uhm! El que ya se mostró -que para algunos pasó desapercibido- pero amado hermano, eso es lo que cada uno ha elegido.

¡Eso ha sucedido de tiempo en tiempo! Por eso también te he insistido; cuando llegó el Gran Maestro algunos dijeron: “Si yo hubiese vivido en ese tiempo ¡yo sí lo hubiese reconocido!” ¡No te engañes!, porque de los que aquí se encuentran… Si yo te dijera, quién estuvo ahí y al estar frente a él, ¡ni siquiera se dio cuenta!, que ¡mi Padre lo había enviado!, para el camino -a ti- mostrarlo. Es por eso amado hermano; porque es tan sutil. Pero aquél que está dispuesto a ver y a sentir con el corazón, es el que cuenta se dará. Y está en el momento ¡exacto! de vivir esa transición.

Que tu hermana -lo único para lo que está aquí- ¡es para hablarte de ello! ¡También ya mostrarte!, ¡pero invitarte a que nos acompañes! Que ya mis Maestros lo dijeron: “Yo te mostraré el camino, porque en la verdad, tú -al escuchar- ¡la vida eterna en ti resurgirá!” Y también: “En esa preparación- yo te daré las herramientas ¡para que de todo hagas la gran transmutación!” Porque en la Alquimia Sagrada; ¡esa que por mi Padre -a él- fue entregada!, también te instruirá. Tu corazón lo sentirá. De ello te hablará, amado hermano. ¡Eso es lo que ha estado haciendo!, pero ahora ¡también fuertemente lo has estado sintiendo!

Y yo te digo: ¡Claro! Claro que en cada uno de ustedes -si así lo han estado permitiendo- y han utilizado lo que nuestros amados Maestros -con infinito amor- les han estado pidiendo; entonces, no tengan duda, que aún cuando ustedes estén tan distraídos e inmersos en la rutina de lo que llaman “su vida”,  ellos -en ustedes- amorosamente están trabajando.

Uno, todo en ti; lo que tú llamas, con lo que siempre has estado luchando: ¡La inarmonía! ¡El temor! ¡La tristeza! ¡El dolor! ¡El resentimiento! ¡Hay tanto amado hermano! Pero -si tú te permites- sentirlo ¡y haces el Gran Decreto! ¡y evocas e invocas! -¡primero de Nuestro Padre!- ¡y luego de cada uno de los Maestros!, su apoyo, su ayuda, su guía; entonces empiezas a sentir esa paz, ese amor y a verlo todo con claridad. Y en esa congruencia, también llega la sabiduría ¡y el gran discernimiento para elegir lo que para ti es correcto!, porque ¡lo estás viendo en amor! Y entonces empiezas, empieza para ti, esa transmutación, esa transición.

Y ya lo dijeron nuestros Maestros: “Luego de ello, ¿qué es lo que sigue?” Si sigues en ese proceso, la transfiguración, amado hermano. ¡Pero no pienses, ni esperes, ni creas!, ¡porque entonces sería el ego el que te estaría dictando!, que lo harías de una manera en la cual todos lo vieran, ¡porque entonces ahí ya estarías protagonizando! Esto es, ¡sucede en ese coloquio amoroso que vives con Nuestro Padre que todo lo puede! Y eso es lo que antecede a la vuelta al hogar. Porque entonces -de Nuestro Padre- ¡primero para ti!, todo lo mostrarás en ese sentir; en ese verdadero vivir.

Y quizá, ¿te lo vuelvo a decir? Aquellos que por Consecuencia Divina lo empiecen a ver, pudieran decir que “loco te has vuelto”. Pero te lo vuelvo a repetir: ¡Bendita locura!, porque ahí es donde -para Nuestro Padre- ¡estás volviendo a la cordura! ¡A vivir en esa verdad!, ¡que es eterna! ¡Que sólo de El viene! ¡Que a cada uno quiso entregar! y que nuevamente se ha empezado a mostrar.

¡Sí, amados hermanos!, porque no soy la única que hablando de esto está. Han escuchado el “don de la ubicuidad”. Su hermana, su hermana, oportunidad tendrán. El tiempo está dispuesto por mi Padre. El momento ¿quiénes lo vivirán?, porque nos volveremos a reencontrar con aquellos que también preparándose están. Ya lo dijo mi Padre tan amado.

Y esto por ustedes; lo que ha sido escuchado -amado hermano- ¡no te preguntes “¿cuándo?”!, porque para mi Padre, para ¡Nuestro Padre!, ¡no existe el tiempo! y para tu hermana -que en éste despertar hoy aquí nuevamente- déjame decirte ¡que tampoco! He estado y estaré, hasta que mi Padre tenga a bien; que aquí me siga necesitando.

Pero ¿sabes qué hermano? en ésta misión, en el Gran Proyecto que se inició, lo que mi Padre desea es ¡que cada uno de ustedes ya esté despertando!, ¡pero fuertemente! Ya no quiero ver lo que ha sucedido, amado hermano: Si tú has dicho que muchas cosas de las que has escuchado ya has entendido, ¡pues muéstralo hermano! ¡Vívelo!, ¡pero primero para ti!

Ya no deseo ver, porque eso ¡sí! Permito que esa emoción llegue ¡hasta aquí! ¡Hasta lo más profundo de mi corazón! sentir esa tristeza al ver que estuviste aquí y luego te alejas; porque el momento llegará en el cual escuches lo que sucederá. Y yo no deseo verte, que de todo ello te tengas que lamentar. Porque no tengas duda hermano, que te estaré observando; que te estaré viendo, como ¡ha de tiempo!

Mira; si yo pudiera decirte -quiénes de ustedes- ¡que tanto se entregaron! y que dijeron: “¡Aquí estaré! ¡A la voluntad de mi Padre!, lo que El me pida ¡yo lo haré!” ¡Uhm! Algunos de ellos ¡cuán distraídos ahora están! Mas -tal como mi Padre lo pidió- ¡y lo dijo claramente!: “Si Yo -en el “Yo Soy”- al ver a mi hijo tan amado, cómo -al estarse acercando- luego, en esa distracción nuevamente se está alejando, no he de forzarlo, en esa libertad que le he entregado. ¡Eso es lo mismo que a ustedes les pido! ¡No han de forzarlos! Déjenlo seguir su camino, porque tengo la eternidad para esperarlos”.

Y es cierto, hermanos. Es verdad. Porque su hermana -de tiempo en tiempo- ¡y tú podrás preguntarte: “¿Por qué repite todo esto”. Si yo te dijera, de los que aquí están, quiénes -en la Era dorada anterior- también estuvieron y oportunidad tuvieron de escuchar ¡todo lo que tu hermana les vino a hablar! Porque así ha sido.

Pero ¿saben? ¡y no es para tu consuelo! ¡Es para que lo estés sintiendo! Eso fue solamente como un parpadeo, como de un día para otro, así como ustedes aquí lo sienten y lo viven: “Hoy; quizá esto no fue lo correcto, ¡pero mañana he de corregirlo!” ¡Siéntanlo así! ¡Es así como lo van a vivir!, aunque para ustedes el tiempo ¡tan lineal como lo viven!… algunos, ¡eones han dejado pasar!

Allá -donde Nuestro Padre está- cuando tú te permitas que sea así de directo; que el Rayo Divino llegue hasta ti ¡sin intermedio! ¡Sí!, ¡será un gran sacudimiento! Pero ¿sabes?, tal como te dije: ¡Sentirás como si dentro de ti todo esté muriendo!, pero luego -en esa Catarsis Divina- empezarás a vivir ¡el Gran Resurgimiento!

Ahí es -cuando se te habla- a esto nos referimos. Porque entonces, cuando te pedimos que vivas en ese equilibrio, en esa alineación; para que permitas que Nuestro Padre empiece en ti a hacer la acción. El “Yo Soy” ¡con toda su fuerza!, amado hermano. Pero ¿sabes?, deseo fuertemente que -al escuchar todo esto- ¡sientas y desees vivirlo!

Algunos pudieran decir: “Es individual”. ¡Sí! ¡Tu preparación! ¡Tu proceso!, ¡pero para hacer unión! Porque en esa unidad, mi Padre -¡cuando todo lo creó e hizo expansión!- ¡todo vino de Él! Y cada Partícula Sagrada, cuando ha decidido volver a la morada, cuenta te darás que es verdad: ¡Cuánta falta le has hecho a Nuestro Padre!

Y así -cuando tú vuelvas- verás, vivirás y gozarás, que el Universo ¡es tan vasto y tan extenso! que no tiene final. ¿De qué está hecho? Es ¡la esencia de Nuestro Padre!, que ante ti y para ti se va a mostrar. ¡Ya lo está haciendo! ¡Ya amado hermano!

Espero que continúes y estés atento; tal como lo dijeron mis Maestros, ¡nuestros Maestros!; que cuando iniciara éste año, desde el principio, todo -cuenta te darías- que cambiaría. ¿Y acaso no ha sido así? Tal parece -si así tú también lo estás sintiendo- que ya ha pasado ¡tanto tiempo! ¡Que muchas cosas has estado viviendo! ¡Se contrapone a lo que en un principio decías!: “Que cada vez más rápido pasa el tiempo y que hay cosas que no pudieras hacer, finalizar”.

Pero déjame decirte, que cuando tú -a Nuestro Padre- estás dispuesto ¡y te has empezado a entregar! ¿No te has dado cuenta?, que cuando dispones y de corazón pides y deseas y encuentras, ese momento para hablar con El, ¡se da! Y cuando empiezas -con El- a platicar; te escucha y con infinito amor -de cada una de tus preguntas- la respuesta te da. ¡Y si tú -aún de ello- tienes dudas, te las muestra! -aún aquí en tu plano terrenal- ¡dándote señal tras señal! ¡Lo único que te pide es que atento estés, para que nuevamente todo ello no se te vaya a escapar!

Porque así es -amado hermano. Si no te habías dado cuenta, yo te pido que atento estés, porque no son solamente palabras de tu hermana. ¡Lo ha estado viviendo! y con conocimiento de causa; por amorosa experiencia te lo digo: ¡Hazlo hermano!, ¡porque empezarás a sentir dentro de ti al Dios Vivo!, que hablará ¡tan incesantemente!, que primero ¡ante ti y para ti se mostrará!, amorosamente. Y luego, te irá llevando de la mano; para que todo esto; Gran Inspiración y guía, lo compartas con tu hermano.

Ahí es donde también empezarás a ver el rostro de Nuestro Padre ¡tan amado!, en cada uno de tus hermanos. Y no será la conclusión. ¡No! ¡Es el Gran Principio!, de que tú ¡trasciendas ésta dimensión!, porque así será.

¡Y ahí será cuando nosotros entraremos en acción! ¡Más directamente! Ya, como dijo mi Maestro: “¡Sin caretas!” Aquí está tu hermana Enriqueta, que se hace llamar así; pero mi Padre ya tiene dispuesto lo que tú verás de mí, en infinito amor.

¿Y ante quién? Yo le pido con el corazón, que todos ustedes. Pero que no solamente sean testigos, sino que sientan; ¡que resurja en ustedes el Dios Vivo! Ese infinito amor ¡que todo lo puede!

¡Esa es la llave! Pero primero utilízala ¡en ti! ¡Abre tu corazón! Que luego -lo demás- en Consecuencia Divina ante ti y para ti se mostrará. ¡Amado hermano!



Febrero 24, 2016

Maestro Desconocido.

Y entonces, todo esto -al tú escucharlo- mira; cada vez, ¡es verdad!, será tan directo.

¡Y aquél que se está acercando!, que de verdad -con el corazón- respuestas quiere ¡y toda la intención de estar preguntando!, yo te digo: ¡Todo a su tiempo!, que es en el aquí, ¡tal como lo prometí! Que también por eso tu hermano está aquí ¡y con ustedes hablando!

¡Créeme hermano! Es el gran momento, ¡de todas las cosas que estuviste leyendo! De lo que estuviste sintiendo. ¡Ahora! ¡Ahora es el gran momento!, pero es tuya la decisión: Si quieres seguir en el camino, en el sendero del amor. Que nosotros -por todo lo que tú estuviste elevando- en ese amor, que cada vez ¡más y más!, que en ti ha crecido, ha fluido. ¡Es así! ¡Es así como Nuestro Padre!, ¡es lo que desea!

Y entonces, entonces es cuando nosotros ¡así como escuchaste! y en aquél tiempo “profetas” y cuántos Maestros han aparecido. Mira; he de corregir: Tanto como “aparecer”… ¡siempre hemos estado aquí! Sucede que al estarlos observando, al estarlos escuchando ¡y ver lo que cada uno de ustedes han estado sintiendo! ¡Cómo han estado actuando! Nosotros cuenta nos damos cuándo es ¡tú momento! O como han escuchado “el gran momentum”, que en cada uno de ustedes ¡claro que sucederá!

Mira; ya otros lo han mostrado; aquellos que llaman “Maestros”. Ahora, ahora ¡es su momento hermanos! Es verdad. Todo lo que ustedes han vivido, por lo que han pasado; pero esas son experiencias que les han permitido, para que en ustedes -en su interior- todo lo estén reencontrando. ¡Porque siempre ahí ha estado! Es sólo que no han escuchado, inmersos ¡en tanta distracción!

Y alguno, alguna vez lo dijo: “¿Por qué lo llaman así? ¿Distracción?” No olviden que “Aquél que todo lo creó”; el Padre tan amado, con ese infinito amor, ¡sabe!, que todo lo que cada uno de ustedes a la acción ha llevado -que no ha sido lo correcto- ¡pues es por distracción!, porque vivirlo lo han necesitado.

He de recordarles lo que -al que llaman “Maestro”- les ha repetido: “Lección aprendida ¡jamás repetida!” ¡Cuántos de ustedes!, pregúntense, porque nosotros ya lo sabemos. No quisiera -a cada uno de ustedes- decirles, cuántas veces ha tenido que repetir, algo que ¡es necesario corregir!, ¡pero que no lo han hecho!

Ahí es donde entra lo que la hermana -en un principio- les dijo: “Al ver lo que en otro hermano pretendes cuestionar o juzgar; mejor pregúntate tú, ¡qué es lo que tienes que perdonar!” ¡Sí! ¡Perdonarte!, ¡pero no volver a hacerlo! Aprender ¡y seguir adelante! Se dice que lo más importante no es caer, sino ¡saber levantarse!

¿Y sabes? Aquí nosotros te decimos -directamente tu hermano que te habla- que solo en éste caminar ¡no estás! Que si tú te permites -a nosotros- escuchar, te iremos diciendo ¡qué es lo que tienes que hacer!

También ¿por qué no?, como ella lo ha dicho: “No sólo en el hacer, sino también en el no-hacer ¡hay mucho que se está moviendo!” Y hay momentos en los cuales ¡te tienes que detener!, para hacer una reflexión; hacer un balance de todo lo que has llevado a la acción. ¡Qué es lo que has hecho con infinito amor! y qué es lo que ha sucedido, pero a lo que no le has puesto el corazón.

¡Ya no, hermano querido! Ya terminó ese tiempo en el cual ¡prevalecía la razón! En la noche tan grande que ya viviste ¡y que ya terminó!, la oscuridad fue la que siempre predominó. ¡Ahora no! ¡Es el Gran Día! En éste amanecer ¡todo se está mostrando!, en esa Transparencia Divina que hasta ti está llegando, para que ¡tú lo sientas! ¡y lo vivas con el corazón!

Así es como tienes que conducirte. ¡Pero sentirlo realmente!, para que tú mismo -¡ante ti!- puedas redimirte. Mira; están ¡que digo “importante”! ¡Es lo único a lo que tú tienes que valorarle!, porque eso es lo que El te entregó. Lo que de Él vino ¡cuando te creó! y todo lo que lleva por consecuencia.

Mira; que tú empieces a vivir en esa Gran Luz y entonces, sientas la apertura de consciencia; ¡esa Consciencia Sagrada! Que mira que se te dijo que la Crística haría su llegada. ¡Y sí que lo hizo! ¿Quién lo sintió? ¿Quién de ustedes puede decirlo?, ¡que ya lo vivió! Porque cuando empiezas -hermano querido- entonces nada de aquí importancia tiene para ti. Lo tomas como lo que es; al seguir tu camino, pero sabiendo y dejando que sea tu guía, ¡que no de tu destino!, sino lo que está escrito en el Plan Divino.

¡Hemos de insistir en ello!, porque -aquél que se deja llevar- ¡sabe que aquí está!, porque El -para ti- tiene un amoroso plan. Y si tú -en él- empiezas a vivir; entonces, entonces, ¡todo lo de aquí no importa! Porque ahí es cuando empiezas a mostrar el estar y no estar. El caminar, pero que nada de aquí te mueva ya. Sólo para que sientas, muestres y compartas, lo que El te pida.

Mira; ahí es. ¡Eso es lo que empezaron a hacer! aquellos que llamas tú “los Maestros”. ¡Pues éste es el comienzo! Y te puedo preguntar: ¿Es tu deseo? ¿Haz pedido? ¿Sientes en el corazón ser uno de ellos? Que mira, que para “Aquél que todo lo creó” no existe el tiempo. ¡Tú estás aquí para vivir una preparación! Y ya lo dijo a quien tú llamas “tu hermana”, que pronto verás quién es y por qué aquí está; que puedes lograr -si tú así lo quieres- vivir -de Él- lo perfecto.

¡Por eso te creó a su imagen y semejanza! ¡Comienza ya ésta andanza, que nosotros te acompañamos! ¡Que nosotros contigo estamos! y cada vez, ¡ah!, si tú cuenta te dieras, qué tan cercanos. Yo diría: Siéntelo así. Contigo y en ti estamos. Hoy más que nunca; en estos momentos en los cuales aquellos que están moviendo e intentan tener ya el Gran Recuerdo.

Yo te digo hermano: ¡Sí será! Pero el momento ya dispuesto está. ¡No lo vivirás ni antes ni después!, sino el tiempo cuando lo tenga dispuesto “¡El que es!, que ha sido y será eternamente”. ¿Y por qué? Porque entonces ¡tú! -para hacerlo y para vivirlo- ¡ya estarás listo!

¿Por qué crees que estamos aquí, hablándote de ello? ¡Ay de ti!, si a pesar de hacerlo, luego -saliendo de aquí- te olvides y sigas con lo que tú llamas “tu vida”. Pero realmente ¿crees tú que es así? Porque la vida, la vida como es, ¡eterna!, para vivirla, es la que viene de Él. Y esa es de la que nosotros te hemos venido a hablar. Es por eso que tu hermano aquí está. Y vuelvo a repetirte: ¡Sí! ¡Sí sabrás!, quién es el que hablándote de todo esto está. ¡Y siéntelo!, porque lo hago con infinito amor.

¡Y mira!, también te vuelvo a repetir: ¡Esto que estás viendo, que estás presenciando! Tú quieres pensar que porque la hermana que está aquí “es un canal”. Tú ¿qué crees que es en realidad? ¡Tenía que ser así!, porque tú -al paso que vas- ¡es así como nos tenemos que mostrar! y aún sintiéndolo y aún viéndolo, ¡hay quienes negados a sentirlo!, ¡pues mucho menos a creerlo están! Pero ¡ay de los hermanos!, porque nosotros, tal como ella lo dijo: ¡De tiempo en tiempo, aquí estamos!

¡Y ella trae la instrucción! ¡Ya sabe!, qué; con quién; “por qué” y “para qué”, ha de hacer la interacción. ¡Es tan preciso! ¡Pero en el infinito amor de “Aquél que todo lo hizo”! Amado hermano -de verdad- ¡haz una gran reflexión de todo esto que estás escuchando!, porque “la realidad”, la que tú así la llamas, pronto verás cómo se está desmoronando.

Pero a ti… ¿qué te puede preocupar? Si la palabra del “Yo Soy” -en esa Gran Enseñanza- estás escuchando ¡y sigues adelante!, paso a paso, porque todo para ti -en infinito amor- está cambiando. ¡Y claro que sí! ¡Pero primero en ti! Que luego lo demás, tú verás de qué manera -dentro de ti- todo se va a mostrar. Tu hermano de esto te habla.

También en estos días -vuelvo a insistir- tal como lo dijo la hermana; se está acercando. Llega y hará su aparición, en ésta Gran Aleación en la que ustedes están viviendo. Todo lo que -en lo que tú llamas “tu atmosfera”- se ha estado presentando, ¡lo han estado sintiendo!

¿Y por qué soy yo? -en el “Yo Soy”- de esto te hablo. Aquellos a los que tú has llamado “Maestros” y que piensas que ya se retiraron, tú verás lo que han estado haciendo. Por eso hermano, de esto te hablo: La Gran Fuerza. Porque precisamente, tu planeta ¡y todo Ser viviente!, que aquí está compartiendo, sentirán y vivirán cómo, qué tan cerca está, para hacer su unión -tal como lo dijo la hermana- el Gran Fractal.

¡No te olvides de lo que te estoy hablando!, porque ya se empezará a mostrar ¡en varias direcciones! ¡No comiences a sacar conclusiones!, porque el momento ya es, en que se los mostraremos en acciones; ¡una tras otra! Para esto ya están dadas las instrucciones: ¡Quiénes!, quiénes los llevarán, donde todo ello se empezará a mostrar.

Pero habrá una gran señal y esa ¡uhm!, todos la verán. Tal como lo dijo la hermana: “¡Aquellos que se hacen llamar “científicos”, de ello van a hablar! Sorprendidos estarán. ¡Respuesta no tendrán!, para explicar lo que ya -al estarse moviendo- se va a mostrar”.

¡Sólo te digo amado hermano!, que lo que dirán es que todo aquí está terminando. ¡No se lo crean! ¡No es verdad! ¡Al contrario! Se estará mostrando ¡la realidad! ¡La verdadera dimensión a la cual aquellos que ya se han estado preparando volverán! Un momento de la Gran Eternidad. Por eso lo dijo la hermana.

No olviden. Ahora, su hermano ¡esto tenía nuevamente tenerlo que hablar!, porque en pocos días -¡de lo que ustedes llaman “su tiempo”!- se verá. ¡Muy importante es! Pero recuerden estas palabras, para que entonces ustedes ¡no se pregunten! Verán la respuesta de lo que nosotros -a ustedes- ¡no acabamos de confiar! ¡Había que decirlo! Y ahí tu corazón te dirá. ¡La respuesta la tendrás! Aún así ¿no será tu deseo con nosotros -con la hermana- caminar? ¡Sea pues! ¡Eres tú el que decidirá! Pero el que lo sienta en su corazón; con brazos abiertos, ¡tal como ha sido la instrucción!

¡Sabes que no miento!, porque de ella lo has escuchado: “Mi Padre me ha dicho: ¡Brazos abiertos para aquél que se esté acercando! ¡Pero aquél que lo haga de corazón! ¡Ese es el que -de Él- su verdad estará escuchando!” Y es cierto hermanos. La hermana ya ha empezado. ¡Y de aquello que llaman “misterio”, será revelado! ¿Para quién? Para el que ya -para escucharlo ¡y sentirlo!- esté preparado.

¡Yo te digo, amado hermano: No necesitas decirlo! ¡Ella ya lo sabe!, porque la instrucción ha recibido. Ahora, ¡eso ya lo has entendido!, que no es porque ella lo elija. ¡Sabe! y el corazón le dice y directamente  “Aquél que todo lo creó” ¡la dirige!: Con quién; cuándo; cómo y “para qué”. ¿El “por qué”? Ustedes son quienes -de acuerdo a su sentir y su acción- a Él, “Al que todo lo puede”, le dan la respuesta de la decisión que toma. Amados hermanos: El Gran Momento nuevamente.

¡Y tal como el que llaman “Maestro”! -al dirigirse a ustedes- en un principio se los dijo: “¡Prepárate hermano! ¡Prepárate! ¡Yo sé por qué te lo digo!, porque ahora -en éste tiempo- ¡tantas cosas se vivirán! cuando haga su entrada ¡la Era Dorada! Esta será ¡tan fuerte! Mucho de ello se ha hablado. ¡Tú tienes la oportunidad de ser parte de esa Gran Avanzada!” ¡Y no te mintió! Por eso también aquí está tu hermano. Y esto, ¡estas palabras te recordó!

Porque es verdad. Aquél que tenga a bien y sienta en su corazón a -aquél Gran Llamado que ya se ha hecho- querer acompañar; si va de corazón, ¡entregado plena y totalmente! -para él- el cambio será ¡total! ¡Ya nada -al volver- será igual! No estés pensando: “¿Qué pasará?” ¡Mejor prepárate hermano y síguete entregando!, que lo demás, así como está preparado ya lo estarás sintiendo y se te estará mostrando.

¡Qué importa! No pienses si podrás; si se logrará. Si con el corazón quieres hacerlo, déjale todo a “Él, que todo lo puede”, que nada es imposible. Y ahí también, recibirás ¡una Gran Señal! Que cuando -de corazón- a Él te quieres encontrar, ¡sea pues!, la respuesta te la da: ¡Todo se facilitará!

No permitas -si hay algún intento- de que pudiera no darse, para que vivas ese gran momento. ¡Borra todo eso de tu pensamiento! ¡No dejes que entre la razón!, ¡porque esa es la que siempre te ha tenido en esa Gran Manipulación! y no te ha permitido que ¡cuenta te des! ¡quién eres!: Ese Gran Ser. ¡Deja que hable dentro de ti el Dios Vivo!, porque éste es el tiempo; ¡el Gran Tiempo!, para que ¡todos ustedes!, lo vivan y lo muestren en unión.

Pudieras pensar: “¡Qué bonitas palabras!” ¡No!, hermano querido. ¡No son sólo palabras! ¡Lo verás en acción! Y tú también formarás parte ¡tan grande!, para que todo esto se vea cumplido (Para Juan), tal como lo ha deseado el “Yo Soy”.

En ti está. ¡Déjate llevar! Y también sabrás quién hablándote de todo esto está. Que soy tu hermano. Siente el infinito amor que eternamente te he profesado, porque vengo en nombre de El, para también mostrarte el camino hermano, ¡para a Él volver!



Febrero 24, 2016

Sananda.

¡Amado Maestro! ¡Ser tan grande de Luz!, que inunda ¡todo en amor!

Recibe -de mí- mi eterna gratitud y el infinito amor, que mi Padre ¡a todos nosotros!, ha querido entregarle.

Estoy aquí -hermano tan amado- porque así, tal como ha sido su deseo.

Tan sólo te recuerdo que vivo en ti y en estos días, ¡más profundamente me habrás de sentir!, hermana, hermano.

Así como estás entendiendo, que todo lo que mi Padre en ti; ¡esa Llama de Amor!, que ha estado encendiendo. Este día que ha de concretar.

Mucho sentirás, pero aquí -tu hermano- estará ¡más firme y fuerte que nunca! ¡Ya lo verás!

El Cristo -para ustedes y en ustedes- ¡resurgirá!

¡La Gran Flama de Amor!, a aquél que se ha entregado, ahí ¡amado hermano! estará.

¡Y yo te digo!: Es el tiempo. Haz de vivirlo, para mostrar lo que mi Padre -para ti y que tú has permitido- estará.

¡Aquí estoy también con mi hermana! Y tal como prometí: Luego, me habrás de escuchar. ¡Con gran alegría te lo digo, hermano querido!

Que la Luz que emana ¡de la Gran Fuente! inagotable de mi Padre, en ti se pose; porque será el momento del Gran Advenimiento.

Que yo soy ¡Sananda! ¡Tu hermano! y en infinito amor te digo: ¡Toma mi mano!, que yo te llevaré y te mostraré, en la verdadera vida.

Y todo aquél que así lo viva, ¡me sentirá!, porque -dentro de ti- ¡la Santa Trinidad más fuerte se mostrará!

Esperándote estoy, ¡amado hermano!

El tiempo es para que vivas ésta unión: ¡La Gran Resurrección!

¡Siente fuertemente cuánto te amo!



Febrero 24, 2016

Saint Germain.

¡En gran alegría en el corazón amados!, porque también mi hermano -al con ustedes estar hablando- miren; ¡eso que ha prometido!, ustedes verán ¡cómo será cumplido! Está muy cercano el momento y no piensen que será cuando vivamos ese gran encuentro. ¡No! ¡Mucho antes! ¡Ya lo verán!

Todo lo que a ustedes se les ha estado hablando, ¡amados!, porque ¡mucho más!, también de ello se les estará mostrando. Y sigue sucediendo en esa gran preparación; esa que ustedes ya decidieron vivirla también con nosotros en unión. Porque ¡así es! Y esperamos que todos ustedes lleguen a cumplir ¡ese Gran Momento!, para luego ¡no vivir la separación! ¡No! ¡Al contrario!, en ese ¡Gran Complemento!, entonces caminaremos de la mano. ¡Claro que sí!

Y entonces verán y sabrán también, porque se han preguntado, ya la hermana lo dijo: “¿Por qué así? ¿Por qué de ésta manera? ¿Por qué con ésta voz te muestras ante mis hermanos?” ¡Ya cuenta se van a dar! ¡Está muy cercano el momento! ¡Ya lo verán! ¡Amados!

¡Síganse preparando! Sigan utilizando ¡todo! lo que les hemos pedido con infinito amor; lo que ustedes llaman, pues miren; ¡cuarzos! ¡La gran amatista! ¡Esa que les he pedido!, porque -aunque no lo crean algunos todavía- en ustedes todo lo que está moviendo; lo que está transmutando, ha ido permitiendo que nosotros ¡mucho más! -de ustedes- estemos cercanos. ¿Qué tan cercanos? La respuesta la tendrán ¡en acción, amados hermanos! ¡Claro que sí!

¡Utilízala! ¡Siéntela! ¡Vívela! ¡Síguenos llamando como lo has hecho!. porque ten por seguro ¡que sí!, te estamos escuchando. ¡Contigo estamos! y estamos retirando todos esos ¡miedos! Todo eso que llamas “¡soledad!” ¡No existe! ¡Mi Padre contigo está! ¡Con todos ustedes! Y nosotros también.

Permítenos seguir a tu lado; acompañarte; ¡mostrarte! todo lo que dentro de ti se encuentra. ¡Déjalo que salga! Contempla. ¡Mírate!, quién realmente eres. Olvídate. Ya no digas “si lo mereces”. Eso ¡ni te lo preguntes! ¡Eres un hijo de mi Padre!, que -al desear acercarse- y si lo haces y lo pides de corazón, ¡eso es lo único que necesitamos!; que de ti esté esa amorosa intención. Lo demás ¡déjalo de nuestra cuenta!, que -de Nuestro Padre- ya recibimos la instrucción.

Somos tus hermanos ¡y te amamos! ¡Comprendemos por todo lo que has pasado! Y que te quede muy claro: ¡No te juzgamos! ¿Por qué habríamos de hacerlo?, si sabemos que estás aquí ¡para vivir!, para experimentar todo aquello que tú -en algún momento- sentiste que habrías de necesitar, para luego ¡redimirte! y volver al tan “añorado hogar”. ¡Porque así lo dicen!

También la hermana ha tenido sus momentos y dice: “¡Ay Padre! ¡Cuánto añoro todo lo que de ti tengo! ¡Ya quiero volver!, pero -si sigo aquí- es porque me necesitas ¡y seguiré!” ¡Pues eso es lo que nosotros deseamos escuchar! ¡Que te abandones a su voluntad!, no lo que tú quieras hacer.

Porque ¿sabes qué? cuando tú te empeñas en ello, es cuando -en esa distracción- ¡complicas!, para vivir lo que El te entrega, ¡que es tan bello! Que se acerque a ti; que se muestre; que salga desde tu interior ¡y que lo vivas en ese infinito amor!

Y te lo digo porque ¡yo también yo lo viví! ¡Claro que sí!, para lograr luego estar ¡en lo perfecto! En todo lo que viene de Él y que llega -como dice la hermana- ¡directo! ¡Pues sí, amados hermanos! ¡Están aquí! y cuando todavía tienen esos destellos de “humanos” -que algunos son demasiado- ¡y ustedes saben por qué lo digo!, hermano querido. ¡No te estoy juzgando! ¡Pero entiende!, que en ese momento tienes que reaccionar y sentir y decir: “Me estoy volviendo a equivocar. Tengo que corregir, para poder dejar que resurja en mi, ¡eso que mi Padre me entregó y que está aquí!”

¡Y es cierto! Cuando tú empiezas todo eso a limpiar y permites que solamente su Luz y su infinito amor en ti, ¡ah!, que tu templo, ¡todos tus cuerpos! comience a retomar. Porque sabes; te hemos hablado de ello; ¡que son varios! -hermano- y tan difíciles, sobretodo el emocional. ¡Ah! ¡Cómo por él te dejas llevar!

Cuando empieces -¡no a dominarlo!- sino hablarle amorosamente y decirle: “¡Tenemos que unir!, para que luego, todo lo Divino se muestre en mí”. Por eso te digo -amado hermano- tal como la hermana lo ha dicho: “En ese equilibrio amoroso; cuando logres ¡vencer! a ese gran adversario que eres tú mismo: “Tú versus tu Ser”. ¡Ah! Amado hermano. Cuando dejes que él se una. ¡Ah! ¡Qué cosa tan bella! Entonces permites que se muestre no sólo tu hermano. ¡Me podrás ver como humano! Bueno; sin serlo. Pues así es como nosotros queremos que tú también comiences a vivirlo; ¡a comprobarlo!

Estás en el camino. ¡Estás a un paso de ello! ¡Ojos cerrados!, para que no digan: “¡Me vio a mí!” ¡Amados! A todos ustedes deseamos que vivan todo ello. ¡Sigan así! ¡Sigan en ese amor! ¡Y claro! Si sienten y hay momentos en que -en el camino- con alguna palabra, con algún sentimiento, alguna emoción, nuevamente se equivocó. ¡Reacciona hermano! ¡Llámanos! ¡Aquí estamos! ¡Te ayudamos! ¡Es por eso que te hablamos! ¡Siéntenos! ¡Haz el decreto! Siente en tu corazón que no estás solo, porque es verdad.

¡No tienes idea!, cuántos de nosotros -no sólo te rodeamos- ¡dentro de ti! y te hablamos ¡tal como Nuestro Padre lo hace! Queremos seguir hablándote de esto ¡ahí! ¡En ti!, amado hermano; porque cuando tú logres vencer todo lo que ésta ilusión se ha empeñado en no dejarte ver; ¡quién eres realmente! Entonces -cuando eso suceda- ten por seguro que lo primero que harás es ver ¡cuánta Luz ha emanado de ti! y en tu alrededor. Y es esa Luz que Nuestro Padre dice: ¡No te ciega!, ¡porque estarás frente a Él! ¡Podrás ver su rostro tan amado!

Te lo digo yo; que he tenido -en infinito amor- ¡ese privilegio!, ¡que sólo lo tiene aquél!, que se eligió. Porque no olvides, ¡que eres tú y solo tú!, el que -al hacerlo- permite y libera ¡y rasga el velo!, para que todos nosotros te hablemos ¡y te des cuenta que todo esto no es una quimera! Es tan real como la verdad que El te entrega. ¡Vívelo! ¡Es tu Gran Momento! ¡Oh humanidad! Si cuenta te dieras cómo ha llegado hasta aquí ¡un Gran Regimiento! para hablarte de Él; de su verdad.

Y nosotros -en éste Proyecto- contigo estamos. Contigo caminamos. Y sí; es el momento en que también más constantemente, ¡qué digo “constantemente”!, permanentemente ¡te mostramos! Tú verás. Por lo pronto… ¿preparados? Porque el día en el cual sucederá de lo que te hablamos, lo vivirán ¡y ustedes recordarán!: Eso fue lo que nos dijo -primero la hermana- y ahora nuestros -¡pues ustedes nos llaman “Maestros”!- ¡pero somos sus hermanos! Sus hermanos que tanto los amamos. ¡Amados!

¡Y sigan en esos preparativos!, que nosotros observamos y -lo que pudiera ser un “impedimento”- ¡lo retiramos! Tenemos instrucción de Nuestro Padre; que -aquél que de corazón quiera acompañarnos- ¡así será! Ustedes lo verán.

Y -si de corazón ahí estarán- pues también ¡todo lo que se ha preparado lo vivirán! ¡Ay! Qué insistentemente les estamos hablando de ello. Ya dejaremos de hacerlo. Pero no se olviden, ¡que así será! Amados hermanos. Que su hermano ahí los espera.

¿Recuerdan que les dije?: “¡Qué Cueva de los Símbolos!” Ahí, donde nosotros los llevaremos; ¡ahí también su hermano se ha mostrado!… Y lo volveré a hacer. ¡Ya lo tenemos todo preparado! ¡Amados! De Nuestro Padre tan amado, un gran regalo. ¡Hablen con El! ¡Permanezcan en esa conexión! ¡Que sea insistente esa conexión, amados!, porque El les hará sentir ¡qué es lo que necesitan!, para seguir en su preparación.

¡Nosotros también les diremos! ¿Recuerdan? Su hermano les dijo: “También les diré ¡qué es! amados, pero ya cuando estemos -algunos quieren saber la fecha- más cercanos”. ¡No se preocupen! Todo estará en tiempo. ¡Sí! Lo dije y lo repito: “¡Antes de la séptima luna!, estaremos reuniéndonos”.

¡Ay! ¡Qué palabra tan oportuna!, porque allá -en la unificación- ¡fíjense bien lo que les voy a decir!: Lo que en la atmósfera se está moviendo y el planeta -al hacer su cambio de dirección- ustedes lo han escuchado y han dicho: “Su cambio de ubicación”. Yo diría; está en ¡total y completa dirección!, para recibir directamente lo que ha de llegar.

¿Acaso tú lo sabes hermana? (Para Josefina). (“Energía positiva”) ¡Dímelo! (“Puro bienestar”). Yo diría que mucho más. Si tú lo llamas “bienestar” -en el buen decir- la infinita y verdadera forma ¡de amar!

¡Has estado inquieto hermano! (Para Juan). ¿Qué deseas saber?

“(Me pidió hallar el espíritu de la Madre Tierra ha decidido ascender, a esa dimensión donde sólo existe la consciencia de unidad y el amor incondicional. ¡Y yo quiero estar ahí! Viviendo el cielo en la tierra. El reino que -¡yo no tenga que morirme para vivir ahí!- que yo pueda sentirlo, como lo estoy sintiendo aquí, contigo hermanita; porque te agradezco mucho el mensaje y los mensajes que han prodigado con tanto amor. ¡Estoy contento! ¡Muy feliz!…)”

¿Y por qué habías tardado en llegar? Tan entretenido en otro lugar. ¡Pero estás aquí! ¡Y sí! Me estás escuchando en el cuerpo de la hermana; mas -si te das la oportunidad- tú verás.

¡Todo eso ya lo habíamos compartido! y efectivamente, ahora -¡aparte de todo lo que han vivido!- es cierto. Acabamos de decirlo. Lo dijo ¡mi hermana!: “Caminaremos en completa unión ¡todo Ser vivo!” ¡Sí! A lo que ustedes llaman “¡La Madre Terra!”. ¡Sentirán y se mostrará! tal cual, porque ¡claro que siente! y los abraza con infinito amor ¡y todo les entrega! Todo les da, tal cual como “Aquél que todo lo puede”; ¡Nuestro Padre tan amado!

Entonces, ustedes verán -¡que ya lo dije una vez!- que aún aquél que llaman “objeto inanimado” ¡siente! Y ustedes verán, compartirán, de qué manera se estará mostrando. Pues entonces, ¿qué decir de los hermanos del Reino Animal? ¡Y ni hablar del Elemental! ¡Claro que sí! ¡Amados! Pero para hablar de ello no me voy a adelantar.

Ya escucharé de ti. (Para Juan). ¡Qué es!, lo que has encontrado en tu andar. ¡Que ya lo sé!, ¡pero quiero escucharlo!

¡Amados! Con el corazón les digo: Con brazos abiertos ¡los estamos esperando! ¡Y claro que sí! De esa unión, de esa aleación; que miren que ya señales han tenido. Lo que ustedes llaman “alineamientos”, han sido sólo preparación; porque la infinita y Gran Unión; que por eso -lo repito- a éste que llaman “año bisiesto”. ¡Ese día más!, que vivirán, ¡ha tenido una Gran Preparación!

Solamente sientan ¡y déjense en esa gran reflexión!: “¿Por qué ahora, que ha iniciado una Era Dorada?” Al  inicio de ella muchas cosas han sucedido y en Gran Ceremonia que tengo preparada ¡para ustedes -amados hermanos-¡ grandes respuestas estarán escuchando ¡y viviendo!, ¡aquél! que se ha estado preparando.

Por eso les pido, que lleven con ustedes con infinito amor la Gran Amatista ¡y decreten! ¡Utilicen la Llama Violeta! para que todo transmute. Ustedes dirán: “Si todos los días lo hago”. ¡Sí, amados hermanos! Pero -en éste plano terrenal- siguen caminando y hay momentos en que aquello que pudiera tratar de unirse a su cuerpo, ¡a su templo!, ¡tienen que limpiar! ¡Esto es constante!, amados. ¡No se confíen! No permitan que nada los detenga; hermanos mutantes. ¡Grandes Atlantes!

Yo se los digo y los recibo: ¡Bienvenidos! en ese infinito amor.

Su hermano Saint Germain, porque tengo -de mi Padre- en esa gran instrucción; la petición, de que -en ésta Era- les hable y les muestre cómo vivir. Además de tu infinito amor, conseguir ¡primero en ustedes!, ¡esa libertad y el perdón!

¡Amados! ¡Amados! ¡Sigan escuchando! ¡Sigan adelante en la Gran Enseñanza del “Yo Soy”!

Que aquí está su hermano: ¡Saint Germain!



Febrero 24, 2016

Ketta/Aleshia (2).

¿Qué pudiera decirles?, si con infinito amor y gran alegría; ¡sintiendo en el corazón! cómo mis amados Maestros se han dejado escuchar.

Y ustedes; ¡sé!, porque así lo siento al oírlos hablar; esa gran energía; ¡esa gran vibración! que viene de ellos, porque -de mi Padre- han logrado, seguir caminando en la perfección.

¡Esa que nosotros estamos buscando! Esa, que -si seguimos adelante- sobretodo escuchando sus enseñanzas… ¡Qué digo! ¡Son más que mensajes! Son algo que con nosotros están compartiendo ¡y lo hacen de corazón!, porque eso es lo que -en lo personal- estoy sintiendo.

¡Ah!, de verdad, Padre mío: ¿Qué es lo que hemos hecho?, para merecer ¡y escuchar! todo lo que tan directamente nos vienen a hablar.

Pero permítenos seguir así; ¡en esa tónica! ¡En esa claridad! ¡En esa transparencia!, que sólo viene de ti. ¡Que tú nos entregas! y que nosotros -en éste proceso- estamos buscando y estamos permitiendo que se empiece a mostrar -en nosotros y para nuestros hermanos- porque -con infinito amor- deseamos ya dejar de ser humanos; aún al seguir aquí caminando.

Llévanos a todos Padre mío. ¡A todos! y a nuestros Seres amados; en esa extensión que tú nos entregas con todo tu amor. Que lo sientan. Que también lo vivan, pero que -en esa libertad- busquen y llegue a ellos el momento en que también lo reciban.

Mientras tanto -en cada uno de mis hermanos- permite que al seguir adelante, siempre se muestre con claridad; la sabiduría, el discernimiento, para elegir seguir en el camino de tu verdad.

¡Padre mío! ¡Gracias! ¡Así sea!

¡Benditos sean hermanos! ¡Gracias por escuchar! ¡Gracias por estar aquí, nuevamente!


No hay comentarios.:

Publicar un comentario