Ahora que el velo del olvido de ti se ha retirado, el recuerdo bendito de quién eres ha llegado. Repite constantemente el decreto amoroso que nos fue entregado: “YO SOY la magna presencia que en mí siempre ha estado”.
Permite que la Llama Violeta, desde tu interior tu cuerpo
envuelva. Con ello estás reconociendo que eres un Ser de Luz, que para
experimentar la vida en plenitud, aquí había llegado.
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