He vencido en la batalla que mi mente había creado, porque vivía en la distracción de lo que la ilusión me estaba presentando y aún no me reconocía en todo lo que soy: tu hijo tan amado.
Estoy viviendo la grandeza, que deja de ser una utopía, porque viene del YO SOY; lo que para mí y para todos empieza: ¡viviremos en unión y armonía!
Padre, en tu Esencia vibro; en tu Presencia y la Luz que
viene de ti me ilumino. No necesito más, porque tengo la certeza que me guías
en el camino de regreso al hogar.
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