8 de mayo de 2014

Ángel Ráh.


  ÁNGEL RÁH.


Y ahora en la nobleza
del espíritu que hasta ti se expresa
Yo quiero decirte:
“muchas cosas están ya por cumplirse”

La emoción que robó en su corazón,
momentos en los cuales
tú escuchaste cómo se quebró su voz.

Pero todo eso ya está terminando,
luego en ella verán la firmeza
de aquel ser que ya se estuvo elevando.

Porque yo te lo dije:
“A ella entregué todo un legajo”
y en el recuerdo bendito
por todo lo que ya está escrito.

La emoción, porque el compartir contigo,
entender lo que tú has vivido le enterneció
lo que nosotros ¡con tanto afán!
queremos que tú entiendas,
para que puedas tu cuerpo elevar.

Por eso también hasta aquí he llegado
para contigo hablar.
Que sólo te pido
que atención me quieras prestar.

Haz de valorar si realmente quieres
vivir en libertad… ¡la verdadera!
Aquella que todo espíritu eleva.

Porque se te ha dicho
que la Era Dorada empieza
y en ella han de caminar
aquellos que descienden de la gran realeza.

¿Y quienes son?:
Los que en su templo han hecho una gran limpieza
para poder abrir y escuchar
que son parte de una gran creación.

Que te han venido a hablar
aquellos que han llegado de Alción
y como te he dicho: “Yo vengo del centro”.

Y te has de preguntar
a que me he de referir.
No es tan fácil que pueda… ¡y estoy aquí!
Llegar y hablar.

Eso sólo puede ser
con aquel que en su centro ha estado
y ha elevado todo su ser.

¡Y que importa lo que tú has visto!
¡Que importa lo que ha sucedido!
¡Que importa lo que a éste templo ha sacudido!
Porque ahora, en este instante preciso…
¡Estoy aquí!

Y toda mi energía te hago sentir,
que como te dije: “es tan fuerte,
pero tan sutil”.

Que llegará el momento
en que todo se hará
¡y verán que es un portento!

Mi hermana fue amorosa, cuidadosa y callada;
mas Yo te digo a ti: “¡no te permito la entrada!”
Porque si estoy aquí es para hablar
con aquel hermano que quiera escuchar
y en esta dimensión en la que me encuentro Yo
nada que intente hará obstrucción.

Ustedes lo ven y que esto no es nada,
porque aquel que se ha preparado
verá ¡toda la fuerza!
y sentirá la ¡total entrada, que quedará manifiesta!

Y de qué -te habrás de preguntar-
vivirás plenamente lo que es la Era Dorada;
que si tu cuerpo ha sacudido con frenesí
lo que tú has llamado “enfermedad”,
más ya no te has de preguntar:
“¿Por qué estoy así?”
Obviamente todo se habría de purificar.

Porque la promesa fue
-antes de que tú volvieras a Él-
vivir en el paraíso aquí habrías de mostrar.

¡Y aún más yo te digo!
Ella…testimonio fiel ha de dejar;
que no se podrá clasificar,
porque escrito ha de quedar.

Que es lo que para ti traerá
y luego -al vivirlo- lo habrás de recordar:
¡que es verdad de lo que ella me quiso hablar!
¡Escúchame bien!...que te lo dice Ángel Rá.

Y he de mostrarle como película en ciernes
para que -cuando contigo hable-
te diga: “¡Hermano, con plena seguridad!:
si tú conmigo vienes… ¡vivirás toda la eternidad!”.

Y en el glosario donde todo se encuentra
ya no habrá escondite, ni seguirá en un armario,
todo lo que el templo puede hacer.

Que cuando tú veas que le grite
y que respuestas a tus preguntas -sin hablar- te dé
sabrás que –lo que este hermano te ha dicho-
y lo que ella te mostrará, si tú sigues adelante
también lo pondrás en libertad.

¡Que Yo soy tu hermano! y te digo:
“¿Es tu deseo ya no vivir como humano?
¡Sigue adelante!
que de liberar todo el amor y las grandezas
tú serás el causante”.

Que te hemos traído todas las respuestas
y te digo: “¿Cuándo empiezas?”

¡Yo soy Ángel Rá!

Que el tiempo no existe,
que es el aquí y el ahora.

¡Libera! ¡Libera lo que tu cuerpo atesora!

¡Yo soy Ángel Rá!

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