ÁNGEL RÁH.
Y ahora
en la nobleza
del
espíritu que hasta ti se expresa
Yo
quiero decirte:
“muchas
cosas están ya por cumplirse”
La
emoción que robó en su corazón,
momentos
en los cuales
tú
escuchaste cómo se quebró su voz.
Pero
todo eso ya está terminando,
luego en
ella verán la firmeza
de aquel
ser que ya se estuvo elevando.
Porque
yo te lo dije:
“A ella
entregué todo un legajo”
y en el
recuerdo bendito
por todo
lo que ya está escrito.
La
emoción, porque el compartir contigo,
entender
lo que tú has vivido le enterneció
lo que
nosotros ¡con tanto afán!
queremos
que tú entiendas,
para que
puedas tu cuerpo elevar.
Por eso
también hasta aquí he llegado
para
contigo hablar.
Que sólo
te pido
que
atención me quieras prestar.
Haz de
valorar si realmente quieres
vivir en
libertad… ¡la verdadera!
Aquella
que todo espíritu eleva.
Porque
se te ha dicho
que la
Era Dorada empieza
y en
ella han de caminar
aquellos
que descienden de la gran realeza.
¿Y
quienes son?:
Los que
en su templo han hecho una gran limpieza
para
poder abrir y escuchar
que son
parte de una gran creación.
Que te
han venido a hablar
aquellos
que han llegado de Alción
y como
te he dicho: “Yo vengo del centro”.
Y te has
de preguntar
a que me
he de referir.
No es
tan fácil que pueda… ¡y estoy aquí!
Llegar y
hablar.
Eso sólo
puede ser
con
aquel que en su centro ha estado
y ha
elevado todo su ser.
¡Y que
importa lo que tú has visto!
¡Que
importa lo que ha sucedido!
¡Que
importa lo que a éste templo ha sacudido!
Porque
ahora, en este instante preciso…
¡Estoy
aquí!
Y toda
mi energía te hago sentir,
que como
te dije: “es tan fuerte,
pero tan
sutil”.
Que
llegará el momento
en que
todo se hará
¡y verán
que es un portento!
Mi
hermana fue amorosa, cuidadosa y callada;
mas Yo
te digo a ti: “¡no te permito la entrada!”
Porque
si estoy aquí es para hablar
con
aquel hermano que quiera escuchar
y en
esta dimensión en la que me encuentro Yo
nada que
intente hará obstrucción.
Ustedes
lo ven y que esto no es nada,
porque
aquel que se ha preparado
verá
¡toda la fuerza!
y
sentirá la ¡total entrada, que quedará manifiesta!
Y de qué
-te habrás de preguntar-
vivirás
plenamente lo que es la Era Dorada;
que si
tu cuerpo ha sacudido con frenesí
lo que
tú has llamado “enfermedad”,
más ya
no te has de preguntar:
“¿Por
qué estoy así?”
Obviamente
todo se habría de purificar.
Porque
la promesa fue
-antes
de que tú volvieras a Él-
vivir en
el paraíso aquí habrías de mostrar.
¡Y aún
más yo te digo!
Ella…testimonio
fiel ha de dejar;
que no
se podrá clasificar,
porque
escrito ha de quedar.
Que es
lo que para ti traerá
y luego -al
vivirlo- lo habrás de recordar:
¡que es
verdad de lo que ella me quiso hablar!
¡Escúchame
bien!...que te lo dice Ángel Rá.
Y he de
mostrarle como película en ciernes
para que
-cuando contigo hable-
te diga:
“¡Hermano, con plena seguridad!:
si tú
conmigo vienes… ¡vivirás toda la eternidad!”.
Y en el
glosario donde todo se encuentra
ya no
habrá escondite, ni seguirá en un armario,
todo lo
que el templo puede hacer.
Que
cuando tú veas que le grite
y que
respuestas a tus preguntas -sin hablar- te dé
sabrás
que –lo que este hermano te ha dicho-
y lo que
ella te mostrará, si tú sigues adelante
también
lo pondrás en libertad.
¡Que Yo
soy tu hermano! y te digo:
“¿Es tu
deseo ya no vivir como humano?
¡Sigue
adelante!
que de
liberar todo el amor y las grandezas
tú serás
el causante”.
Que te
hemos traído todas las respuestas
y te
digo: “¿Cuándo empiezas?”
¡Yo soy
Ángel Rá!
Que el
tiempo no existe,
que es
el aquí y el ahora.
¡Libera!
¡Libera lo que tu cuerpo atesora!
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