23 de febrero de 2015

Canalización del 18 de Febrero de 2015

18 de Febrero de 2015

Padre.


Y he de decirles, amados hijos míos ¡que no advertirles!, porque todo el amor que por ustedes he sentido y siento, no es sólo hoy.

Mas, los grandes momentos como el que habrán de vivir, porque aquél que a mí se ha de elegir, enternecido, viendo que entiendes lo que tú siempre has sido, al llegar aquí, mostrarán ¡todo de mí! ¿Y por qué lo digo? Porque el tiempo ¡es hoy!

Ustedes ¡tan amados por mí!, habrán de compartir aquí, con quienes, con quién, a ustedes enviaré y envié.

Que miren, que mi deseo es que al ver ¡el gran empeño!, para que sientan y vean, que al entregarles ¡todo!, se sientan así: ¡totalmente dueños!

Mas, esperando que al estarlo viendo, compartiendo -que no sólo observando- que el gran recuerdo de lo que realmente son, aceleren su evolución, porque aquí -en la eternidad- amado hijo, esperando por ti estoy.

Y esto que vivirán, aquél que se ha preparado, lo sentirá en gran esencia, porque la pureza y en la cristalización, quienes con ustedes caminarán, será para mostrar y enseñarles cómo vivir en unión ¡y en gran conexión! con el “Yo Soy”.



18 de Febrero de 2015

Sananda.


Amados hermanos; con ustedes estamos, con gran alegría.

Que miren, que también tu hermano, que en antaño -cuando se te habló que llegaría- tú ahora has ido entendiendo, que todo de lo que te hemos hablado ¡dentro de ti! en esa esencia divina, al crecer y mostrarse Él, porque al hacerse la conexión con el infinito -en esa vibración desde donde yo te hablo- ustedes hablan -amados- de dimensiones. Ahora, he de decirles, que tan grandes sus confusiones, porque todo se irá aclarando.

Tenemos para ustedes -en esta gran alegría- porque al esperar el día con día, logre como hoy -en el Nuevo Amanecer y el Nuevo Sol- el resurgimiento que ustedes gustan de hablar… de grandes eventos. ¡Y así será!, pero no en tu plano terrenal. Eso, también al momento está ya. Se mostrará lo que Nuestro Padre, ¡mi Padre tan amado!, tiene para ustedes.

Y a lo que nosotros los invitamos es a que -plenamente entregados- sientan, porque verán y compartirán en el verdadero caminar, como lo fue en su momento.

Yo les hablé de que volvería y aquí estoy, en cada uno de ustedes. Y tú hablas de que encarnado querrías. Ahora te digo, en la esencia divina; si tú has de vivir y caminar en la unidad y al volver tu templo y tu Ser todo lo verás. En la vibración cristalina así te convertirás. Ahí sabrás, que somos Uno en realidad. En ti estoy y caminando también aquí, nuevamente voy.

Mas te diré que mi Padre lo dijo: “a ustedes enviaré quienes -al encarnar- eso mostrarán. De todo aquello que habían escuchado, habrán de vivir y compartir, porque manifestaciones habrá y tú haz de lograrlo con claridad”. Verás amado hermano. De ti la elección será. Si deseas seguir adelante en el Nuevo Vivir o seguir atado en lo mundano. Mas yo te invito. Recuerda a cada paso que en la gran enseñanza; Yo soy el camino, la verdad y la vida.

Quienes vienen conmigo he de mostrarte, porque habrán de hablarte desde el corazón, pero el gran corazón de mi Padre, de ¡Nuestro Padre! Y en esa cristalización, porque todo de esto hará una gran explosión. La gran expansión ¡de la que tanto te hemos hablado!

Me regocijo en decirte: ¡el momento ha llegado! La raza raíz ¡la séptima!, que al encarnar y contigo va a vivir, ha empezado. Todo esto para ti, amado hermano. Sentirás más fuertemente en tu caminar, que contigo estamos.

Se te mostrará cómo puedes dejar la dualidad. Ya no serás más ambivalente. Y en esa unión fraternal, mis muy amados, ¡amadísimos! hermanos, con ustedes -en gran círculo amoroso- nosotros estamos.

¡Todo empieza! Se mostrará de mi Padre, la gran realeza.

Y dejo en ustedes el matiz sagrado del gran corazón, hermano en evolución. Que yo soy Sananda, tu hermano y entrego a ustedes -en el nombre de mi Padre- ese gran regalo.

Ustedes pronto verán, ¡pero en el espacio! ¡Gran alegría en este hermoso planeta!

Se dijo que ascendería. El momento ¡tan esperado! lo vivirás hermano.




18 de Febrero de 2015

Saint Germain.


Y en ese ¡gran regocijo! ¡amados!, ¡amados hermanos!, también estoy contigo. ¡Con todos ustedes!

Y a mi hermana le pedimos ¡así!, a ojos cerrados. ¿Por qué? ¡Pronto sabrán!, también ¡para qué!

Ella, también en este cambio que se estará detonando, ya mostrará realmente ¡por qué y para qué!, en el nombre de Nuestro Padre, con ustedes estuvo hablando. ¡Y seguirá! ¡Claro que sí! Pero tú verás el cambio que habrá.

Nosotros -con gran alegría para ti- estuvimos hablando, insistiendo, que llegaría ese gran día. Y muchos se están preguntando: “¿Día de qué? Lo único que estamos aquí -de alguna manera festejando- es el principio, de que a mi amado hermano lo estén recordando”.

Mi amado hermano que ¡miren!, la gran primicia que a ustedes acaba de darles. Todo lo que Nuestro Padre tiene y está ofreciendo ¡a borbotones!, para aquellos amados hermanos, que no sólo en gran preparación han querido estar, sino también  los que han abierto ¡y los que lo harán!, porque ¡eso se pondrá de manifiesto! Y quiero decirles, que en la verdad de la verdad, lo que están recibiendo de mi Padre en realidad.

No olviden que también se les… iba a  decir “advirtió”. ¡Puedo aplicar esa palabra!, porque aquél que no lo entendió y no lo reconoció, ¡ahora! -amado hermano- en gran descubierto ha de quedar, ya que en su andar, si no lo ha hecho, con ese acierto de escuchar, entender y sentir -en la enseñanza del “Yo Soy”- porque a fuerza de tanto vivir en lo terrenal y seguir e insistir, abrazando todo lo material y también en el querer tener, cada vez más, ¡sentir el poder! ¡Eso -amado- ya está terminando! ¡Ya no será más! Y eso te lo digo ¡con gran alegría!, porque ¡ha llegado el día!

Ustedes al escuchar, que el proyecto Shirón seguía en su preparación y en su caminar. Algunos -al escucharlo- pensaron: “¡Pero nada he visto! ¡Al contrario!, todo lo que ha sucedido; mira ¡cómo nos estamos sacudiendo!, cómo todo a nuestro alrededor se está cimbrando”. ¡Amados!, cuando se hace una limpieza general y cuando se te tiene que desprender de aquello que te estaba haciendo ¡tanto mal!, ¡obviamente lo tenías que sentir! Y hablamos de resentir, inclusive en tu templo. Muchos de los que están aquí ¡lo han vivido! ¡Amados!

Pero todo esto es, para que ahora ¡en éste cambio divino!, ¡lo vivas!, ¡lo inicies!, reconociendo y sintiendo. Viviendo ¡todas las maravillas! Eso, que tú habías dicho que tanto se te había prometido y que a fuerza de escucharlo, la impaciencia te llevó al retiro, de ya no querer escuchar ¡y al olvido! de lo que -déjame decirte- que en tu corazón está.

¡Aquél que de verdad ha sentido y siente!, el deseo de escuchar dentro de sí al Dios vivo, no importa lo que suceda a su alrededor. No importa lo que intente remover o lo que mueva, si en él -dentro de él- existe y está la firmeza, el deseo y esa vehemencia, de volver a Nuestro Padre y vivir la perfección… Amado hermano, ¡la bienvenida te doy!

¡Aquél, que a fuerza de tanto escuchar!, no permitió que la impaciencia robara de él esa voluntad de entregarse y de a Nuestro Padre decirle: “ese libre albedrio -Padre- te lo entrego. Que sea tu voluntad. ¡Haz lo que quieras conmigo!” Ese hermano, ¡bienvenido! ¡Lo has logrado! Y pronto sabrás por qué lo digo.

Para expresar todo eso y esa gran alegría tenemos muchos motivos. ¡Todas las conjunciones! y a lo que ustedes así quieren seguirles llamando: “casualidades”, “similitudes”, porque son muy dados aún a sacar conclusiones.

Amados, te lo dijo mi hermano: “se terminarán todas las confusiones”, pero para aquél, aquél amado hermano, que de verdad, ha sido consigo mismo leal y con Nuestro Padre -que todo lo puede- entregado. ¡Ese es! el que en éste tiempo, en esta Nueva Era maravillosa, que recuerden, se los dije: ¡Te necesito hermano! Ahora, todo seguirá, pero de la forma como Nuestro Padre -que te ha creado- lo ha dispuesto ¡y siempre lo ha mostrado!

Y te digo, que la entrada de esa Nueva Era ¡la Era de Acuario! ¡Grande! ¡Maravillosa! Nuestro Padre desea ¡y tú lo verás así!, en su vibración, en su energía ¡poderosa!, caminaremos con ustedes unidos. Y todo aquél que lo desea y que así lo quiera -amado hermano, hermana- ¡estoy contigo! Y no sólo yo: ¡Mi amado hermano!, que ya te habló.

Ahora empezaremos a hablar, como ustedes dicen: “¡directo y sin tapujos!” Pero lo haremos con aquél, que -de verdad- ha permanecido firme. Que mira que te preguntas… para ti es una sorpresa, ¡aquél que ha permanecido firme!, ¡amoroso!, ¡entregado! y que está recordando que Nuestro Padre prometió: “aún aquí, antes de a mí volver -amado hijo- ¡aquí!, te llenaré de dones”.

¡Sí!, también les dije: “Fácil no será”. Pero ¿por qué? ¡Por todo lo que tú -amado hermano- has querido cargar! ¡Y si sigues insistiendo!, pues esta forma de lo que tú llamas “vida”, se puede seguir repitiendo. Pero nosotros siempre estaremos, amorosos ¡y te hablaremos!, porque cercanos, siempre hemos estado.

Y quiero decirte ¡que ahora!, con este cambio ¡que es el verdadero!, donde se está descorriendo completamente el velo. Verás, que así ha sido, que todo lo que aquí, Nuestro Padre al ver -y que le ha enternecido- tú, al volverlo a hacer, ¡pero así!, ¡como lo que eres realmente! Dejando que hable y que se muestre tu Ser, comunicando con el templo, que aquí te ha estado cubriendo. Y al seguir caminando -amado- en gran apertura. Y entonces sabrás lo que es vivir en la verdadera cordura.

¡Te lo digo yo!, tu hermano. ¡Tan sencillo es!, mostrar que de esta ilusión nada necesitas ¡y todo lo puedes ver! ¡No!, no te estoy hablando de ciencia ficción, porque entonces entenderás, que eres tú realmente el que está viviendo en una ¡gran ilusión!, que al revertirlo ¡que mira!, recuerda lo que te he dicho, ¡he de advertirlo!, al ver con los ojos de la verdad, la realidad, ¡amado!, por eso se te pidió que insistieras en tu templo y tu corazón preparar, porque, quizá ello ¡gran impacto! en ti hará. Pero te lo digo ¡con infinito amor! ¡Amado!

Los hermanos que mi Padre ha enviado, ¡aquellos! que se ha dicho, que no habían encarnado. Ya lo dijo mi hermano: “¡ya todo empezó!” ¡Benditos sean! Sepan, que con ustedes estamos. Nunca. ¡Nunca los abandonamos! Ahora con gran fuerza, porque al anclarse a la divinidad y desde el núcleo sagrado -al elevarse- y tú destacaste el puente. ¡En ti todo va a estar! Esa unión. ¡Esa gran conexión! Por eso, quienes te dirán cómo hacerlo, contigo han caminado. Ahora te digo; ¡ya todo está empezando! Una gran Era de amor. Y contigo amado hermano.

Y te digo: debes estar atento, alerta y dispuestoporque yo te diré -a través de mi amada hermana- ¡a través de éste templo!, cuales son. Y cómo también mi amada amatista, que es lo que tú utilizarás para que en ti ¡todo!, con más rapidez lo empiece a cambiar. ¡No olvides! Se te dijo que ello -lo que tú llamas piedra- amado, ¡te sorprenderás de la gran utilidad! y en esa consagración quedará sólida, ¡eterna!, con “Aquél que te creó”: La total unión.

¿Qué puedo decirles? Ustedes pronto verán, por qué también esta gran alegría. Sólo les digo: ¡preparados!, porque nuevamente ¡todo! estará cambiando. Aquél que prefiere salir de rutina -amados- tú vivirás y sentirás. Espero, que también resistirás este cambio, en amor total.

Que yo soy ¡Saint Germain! Y dejo en ustedes -con infinito amor- ¡mi llama violeta!, que -a partir de hoy- inicia con más fuerza, porque aquí habrá también una gran recepción, de la cual ¡para ustedes amados hermanos!, vendrá una gran atracción, para luego ¡envolverlos! y hacer de ello una gran expansión. ¡Finales divinos!, con infinito amor, que están llegando en el nombre del “Yo Soy”.

Amados, que yo soy su hermano; Saint Germain.

Mas también al decirles, porque hoy a mi hermana hablar -como ha sido para ustedes costumbre- no se le permitió. ¡Ella sabe por qué!

No olviden que también, lo ha dicho y lo ha repetido: “Yo me entrego a mi Padre y en mí sólo su voluntad se hace”. ¡Gran alegría!

Nosotros en gran unión por lo que estará sucediendo -en este día- a partir de hoy. Mañana para ustedes ¡un Nuevo Sol!, indicando el gran llamado, de los que estarán llegando.

¡Yo soy su hermano!, Saint Germain.



18 de Febrero de 2015

Ángel Ráh.


Y lo que en el gran portal empieza; aquellos que vienen, portando dentro de sí ¡en esa gran simiente!, para que su hermano -al verlo- sepa, que pertenece a esa gran realeza.

¡Y ustedes verán que todo lo que les hemos dicho no les hemos mentido! ¡Sus hermanos que les amamos, nunca les mentirán! Porque en el nombre de Él, para hablarte y mostrarte cómo seguir adelante, cómo volver a ese hogar del que te habías separado.

Y he de decirte hermano; aquél que se ha preparado, ahora, en gran nostalgia ha estado. Lo que tú sientes como tristeza, depresión. Piensas que de todo lo que has hecho no encuentras salida. No hay solución. Y dices: “El tiempo se me escapa de las manos. ¿Qué podría hacer?” Te digo ¡oh, humano! ¿Cuándo? ¿Cuándo? El momento ya llegó. ¡Abre los ojos! ¡Deja atrás ya ésta ilusión!

Si tú te sientes tan desfalleciente, es porque en ti, ¡todo! en esa gran energía, en esa vibración que ha estado llegado, que dentro de ti todo lo está limpiando. Para éste cambio ¡era necesario!

¡Tú mismo lo has dicho!: “Mi Padre no me dará más de lo que yo necesito, de lo que puedo soportar”. Pero déjame decirte; tú puedes soportar eso ¡y más! ¡Porque no existe! ¡Porque eres tú el que lo quiso crear!, el así sentirte; impotente, limitado y permitir que todo se te escape de las manos.

¿De las manos? ¡Si eres parte de esa gran esencia! Y mira, ¡ya te dijeron mis hermanos! Ahora -aquí- en este plano terrenal al que tanto te aferras, ya todo se te va a mostrar. ¡O como tú lo dices! El momento llegó. ¡Tú lo verás!, habrá de aterrizar.

Por eso te lo digo con gran alegría ¡también estoy contigo! Y aquél que ha estado en preparación y que la Conciencia Crística, porque al llevar esa evolución, al recibirla, los dones que ¡cada uno de ustedes lleva dentro de sí!, de acuerdo a como Él te ha de necesitar, ¡así los vas a mostrar! Si es que ese es tu deseo, tu decisión; dejarte llevar por su voluntad. Ese infinito amor que te entrega, ¡que Él te da!

Ya lo ha dicho aquí la hermana: ¡Déjate llevar! ¿Por qué te abrazas tanto a la complejidad? Y todavía dices: “¿Para qué? ¿Para qué ir y escuchar? Mejor habrían de dejarme de tanto hablar”.

Yo te digo; si tú aquí -en tu plano terrenal- siempre lo escuchaste y también lo dices, de ello te gusta mucho hablar: “Te has de preparar, porque mientras más conocimientos tengas, vales mas”. ¿Qué sucede con ello? ¡Permites que te hable el ego!, porque el sentir lo verdadero está ¡dentro de ti!, en ese gran corazón, que siempre te ha entregado el “Yo Soy”.

Y ahora ¡tan dispuesto estás! Viendo y sabiendo que en la apertura de ese gran portal, ¡tantos y tantos de ustedes!, su corazón y su vibración han deseado elevar. ¡Te lo digo con alegría! ¡Ya llegó ese día!

¡Qué importa los que escuchando están! Esto, con sólo hablarlo, en esa gran vibración, aquellos que se han preparado lo estarán sintiendo. Mas, como sueles decir; si el plus quieres vivir ¡aquí estamos! ¡Te estamos hablando! 

Y si tú vas a preguntar: “¿Qué es lo que necesito?”. Tan sólo una cosa hermano; seguir en el verdadero caminar. Sentir desde lo más profundo ¡dentro de ti!, que todo ese Ser, el verdadero, ¡lo que tú eres!, empiece a hablar. ¡Déjate llevar!, porque si en Conciencia Crística empiezas a caminar, sigue adelante ¡que la Cósmica yo te la voy a dar! Promesa que he de cumplir, porque la Nueva Era ya está aquí. ¡Siéntelo dentro de ti!

¡Ha llegado el gran momento hermano! Te lo mostraremos, porque no sólo nosotros contigo caminaremos. Preparado, en gran Conciencia -si tú quieres así llamarla- para que te unas con la maestra, ¡la verdadera!, la de “Aquél que te creó”. Y yo sé por qué te lo digo.

Porque por su voluntad y ¡por el amor que te tenemos! aquí estoy ¡y de ello te vengo a hablar!

Que yo soy ¡Ángel Ráh! El verdadero, en este gran cambio ¿quién lo escuchará?

Dejo en ustedes mi energía sutil, que -a partir de hoy- con más fuerza la van a sentir. Para todos ustedes, en el nombre de “Aquél que te creo”.

¡Ángel Ráh!, todavía para ti.


18 de Febrero de 2015

Aleshia.


Sólo me resta decirles -amados hermanos- que con todos ustedes, así -como algunos tienen unidas sus manos, en esta unión coloquial- más profundamente con ustedes vamos a estar, como yo lo estoy ¡cada vez más!

La gran alegría que mi Padre me da y que me está entregando. ¡Que me fortalecerá!, para aquí seguir caminando. Por todo lo que en mí -en esa confianza amorosa- me está entregando. Que agradezco infinitamente su amor, Él benevolente, tan sagrado. Así, como nosotros también, debemos sentir y vivir a Él entregados, plena y total. No importando ¡lo que la ilusión te pueda mostrar!

Porque si tú al verlo, con esa fe, con ese amor, caminas sabiendo que si no viene de Él ¡no tiene por qué afectar! Así, de esa manera se disolverá. ¡Y sólo en ti estará!, de Él su amor, la fuerza divina de su protección. La verdad. La fortaleza inquebrantable, eternamente en ti va a estar ¡como siempre ha sido! Amados hermanos. ¡Gracias por estar conmigo!

Agradezco -primero a mi Padre- a todos mis maestros, porque de lo que acaban de hablarles, es sólo… ¿cómo puedo decirles?, apenas ni el principio de lo que vivirán en el Nuevo Ciclo. ¡Gracias por seguir firmes! ¡Gracias!, por no sólo mostrar, sino sentir.

Y al insistir en quererse preparar, mi Padre -en ustedes- todo aquello que ya había entregado, en este cambio, ¡va a depositar mucho más! La apertura, en que vivan nuevamente ¡ha de aquél tiempo!, cuando el sol naciente. ¡Esa Era maravillosa!, en la cual tu hermana -al acompañar- se les dijo directo la verdad. Es que tú puedes ser -cuando vivas en lo perfecto- a tu hermano de igual a igual.

En esa unidad -nuevamente- habremos de caminar, en equivalente. Aquello que mi Padre te dijo, nuevamente lo vivirás. ¡Con tus hermanos estarás! En el cambio que estará llegando, ¡entonces ahí todo lo recordarás!, para no sólo hablarles, sino también mostrarles, que el “Yo Soy” eternamente va a hablarles. Porque así es.

Amados hermanos, ¡gran conjunción! El rompimiento de toda la ilusión, ¡para que vivan fuertemente ya, ustedes su evolución! Aquellos que se han entregado realmente, que lo sienten en su corazón, porque mi Padre -Nuestro Padre- eso es lo que habrá de mostrarles.

Y yo -con todo el corazón- con ustedes en el camino. Quien desee acompañarme, ya lo dijo mi amado maestro: ¡Bienvenido! ¡Bienvenido! Ustedes sabrán muy pronto por qué lo digo.

Lo que tanto amo de ustedes, es poder mostrar esta emoción, cuando viene plena, total y directamente del corazón. ¡Quiero vivirla fuertemente!, porque luego les he de mostrar, cómo es sentir ¡tanto! en amor.

Pero tus hermanos harán y se preguntarán: “¿Acaso tú sientes?”, porque tu semblante será siempre -en la tranquilidad- impasible, sonriente. No por ello quieras pensar que no estés sintiendo. ¡Porque todo este amor que por ustedes siento!, ahora con más fuerza lo estaré compartiendo.

Aquel que ya se eligió, mi Padre ya te entregó. Entonces -al saberlo- te digo amado hermano: ¡Vivirás lo bello!, ¡lo verdadero!, ¡lo eterno! Promesa -que en esta Era que empieza- se estará cumpliendo. ¡Primero aquí!, en tu plano terrenal. ¡Tú lo verás! y vas a mostrar. Su hermana Aleshia para ello aquí está. ¿Acaso no había empezado ya?

Ahora con más fuerza, aquellos hermanos -que esperando están- lo verán. Aquél que fue su deseo quererse preparar, que no sólo se acercó a mi templo, a mí, para decirlo, para que yo lo pudiera escuchar. Recuerden que Nuestro Padre, tu corazón fue el que vio y escuchó. ¡También tu hermana!, que para ello también estoy. Y aquí, en este gran cambio, lo que les he de decir, será para que tu evolución la estés acelerando.

¡Gracias Padre mío, por permitirme decirlo! ¡Que mis hermanos me estén escuchando! Sabes que siempre ¡y eternamente!, sólo tu voluntad habré de cumplir. Y donde me pidas estar, ahí habré de ir. Y con quien me indiques hablar ¡te escucharán!, a través de mí. ¡Te amo! ¡Te amo eternamente!

Y a ustedes hermanos ¡los abrazo! Un abrazo que viene desde la Fuente ¡eterna!, ¡grande! ¡Sientan ese gran regalo!, que mi Padre les estará entregando y que su hermana -con gran amor también- estaba esperando, porque a partir de ello, también me permitirá ya hablarlo. De todo lo que muchos pretendieron esconder. Eso, ya está en libertad.

Que no será sólo un destello, sino la gran luz que ¡a todos y cada uno de ustedes!, los habrá de iluminar. Benditos hermanos.

Aleshia de Shirón. Proyecto ¡dirección!, cubriendo todo este planeta tan amado.

Sólo quiero decirles -esto es mi Padre quien lo pide- que hoy, en el hogar donde cada uno de ustedes reside, así como han tenido a bien el símbolo sagrado estarlo cargando, con más fuerza, que con ustedes esté cercano. ¡No pregunten por qué! Que tu corazón lo sienta. ¡Hazlo hermano!, que el cambio que se está generando, tú verás lo que en ti -a partir de mañana- estará ocasionando.

Eso es lo que mi Padre a cada uno de ustedes les quiere pedir. Háganlo con infinito amor, en total entrega y devoción.

Que no les digan que lo que sientes en apariencia el caos -al llegar la luz- hay una reacción y la energía, la gran vibración, al hacer de ella la atracción, no sólo en ti, sino en otros, porque otra prefiero dar y estar contigo sentirán y recibirán en esa nueva luz la fuerza del amor, para que sigas en equilibrio divino.

Que eso sólo es el comienzo. Lo que viene después sólo aquél que vino en el nombre de Nuestro Padre lo previno. ¡Nadie más!

En esta Nueva Era se va a mostrar. Benditos sean.

Gracias por acompañar.


18 de Febrero de 2015

Zetha.


Y sólo para finalizar.

Hermanos, les dije que siempre los habría de acompañar.

Que yo soy Zetha y ahora con más fuerza, porque esto que empieza -que no es el final- sino el cambio de lo que ustedes habían llamado “la polaridad”.

Sí, porque ahora se empezará a mostrar lo que es vivir en unidad. ¡Yo guío! ¡Yo llevo! Desde el corazón hermano, también -si es tu deseo- ¡te elevo!

Que con los que han llegado y que aquí estamos, también nos estaremos mostrando. Es la instrucción del Gran Comando.

Con amor. Yo soy ¡Zetha! Con ustedes en unión, en esta gran conjunción; la verdadera rotación, para que la luz que esté llegando, a todos fuertemente los esté iluminando.

Yo soy ¡Zetha! Eternamente con ella y con ustedes -hermanos- para vivir una gran alegría.

Aquí, contigo, ya llegó ese día.

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