1 de mayo de 2015

Canalización del 29 de Abril de 2015.

29 de Abril de 2015.
Ángel Ráh.

Y sí, lo volveré a repetir: Todo esto que de ella has escuchado ¡te anticipo hermano! No pienses, que entonces ya se habrá alejado.

Y en tu mente hasta estás pensando: “¡Entonces, ya la hermana a través de la cual habla, también la estará dejando!”. ¡Tan equivocado! Si eso es lo que estás pensando, te mostraremos realmente, todo lo que en ella estará pasando. Porque el momento es el presente. Es el que tú estás viviendo ¡y aquél que aún a pesar de todo ello insiste y quiera estar ausente! -amado hermano- te insisto: ¡tal cual -como los que ustedes llaman “Maestros”- seguiremos!

Pero a mí, ¡a mí! ¡Ya lo entendiste! Cada cuando de tu tiempo, es cuando a mí, por toda la vibración que ustedes elevan ¡me acerco! No porque yo lo quiera, porque de lo que les hablaré… y mira que a pesar de que tanto te insistiera, algunos tristemente dijeron: “¿Y qué, de que haya iniciado la Nueva Era? ¡Todo sigue la misma rutina!”.

Eso, por eso, sus hermanos se los han dicho; para que vean y vivan aquí el paraíso ¡eso no lo verá cualquiera! Pero no porque nosotros limitemos. No, amado hermano. ¡Si a todos los invitamos! ¡Con todos hablamos!, desde lo más profundo de su corazón. No tienes idea desde cuando -en cada uno de ustedes- está ésta atenta y amorosa invitación. ¡Y seguirá latente!, porque todo lo que viene de la Fuente ¡es eterno! ¡Es permanente! Mas si ahora -tal como tú lo escuchaste y lo leíste- desdeñas participar en el banquete, en el gran banquete de “Aquél que te creó”, amado hermano… ¡Ya habrá otra ocasión!

Mas quiero decirte que ahora, ¡ahora, en el aquí!, ya que viste y viviste esa Nueva Aurora y que la luz cada vez más fuerte en ti está creciendo, ¡está iluminando! ¡No tienes idea!, lo que hasta ti está acercando. Pero eso ¡tú lo estás trabajando! ¡Tú!, al soltar aquello que te estuvo limitando.

Mira; de esto que te estoy hablando, ya te lo dije e insistí: En la acción lo verán. De ello hablarán. ¡Qué importante es para nosotros!, que lo hagan y lo vivan; caminando, compartiendo, ¡escuchando!, como en éste instante lo están haciendo.

Pero hermanos, ¡hermanos! Toda esta energía. Todo este amor, que no solamente se les entregó un día. ¡Es eterno!, en el “Yo Soy”. Esa preparación que ustedes han estado haciendo y que han estado elevando, lo que han estado propiciando. ¿Qué aún algunos de ustedes no lo han estado reflexionando? ¿De verdad no lo han estado valorando?

Yo insisto, porque ya tus Maestros, con estas palabras lo dijeron: “Y aquél de mis hermanos, que a pesar de todo esto, su decisión sea estar alejado… Ya escucharemos cuando digan: ¿Cómo es posible? ¡Ahí estuve! ¡Escuché! ¡Lo viví! ¿Por qué? ¿Qué fue lo que sucedió? Entonces ¡decidí! y me alejé”.

En esta libertad que Él -que tanto te ama- a todos ustedes les da -amado hermano- eso es lo que tú, de manera ¡tan errónea has utilizado! ¡Eso ya lo has escuchado! Y sé que después de ello, mucho has pensado. Que no es lo mismo que cuando lo razonas. Que mira que hay un gran abismo.

Toda esta energía, que en este templo -al llegar- ¡que se va a mostrar! Ya llegó ese día y todo esto, que a ustedes los ha querido limitar. Que mira que también en ella -al vivir a la par- al querer sentir, para poderse explicar; qué es lo que por tanto tiempo ¡a cada uno de ustedes los estuvo deteniendo!

¡Mira! Situaciones, momentos, que tan sencillos, distracciones. Hazlo hermana. ¡Hazlo! ¡Muéstrales que esto, es lo que queremos mostrar! Que aún en los momentos en que Él te quiere hablar, ¡tú, amado hermano! ¡Tú!, en ese afán, tal vez de no querer escuchar. Mira; no importa contra lo que tengas que luchar. Si dispuesto estás mira lo que va a pasar: Abandonarte totalmente. Soltarte. Que ni siquiera el templo que tú, aquí decidiste y has querido utilizarle. ¡Ni siquiera ese! El momento va a llegar en que ¡ni siquiera ese, te va a detener! Porque el Padre -al quererte llevar- y tú decidir, hasta en lo más simple: ¡En el hablar!

Mira; sin motivo aparente, todo lo que viene de la Fuente va a mostrarse; primero sutilmente, luego, ya lo dijo Él: ¡Fuertemente! Y así, cuando sepas ¡y de verdad entiendas!, la reacción será: “Nada está sucediendo”. En la ilusión que está desapareciendo, ni siquiera, ni siquiera… esto.

Pero cuando ustedes -en su pensamiento- al empezar a sentir dicen: “¡Es que siento! ¿Qué me está sucediendo?” Tú -amado hermano- ¡es lo que estás atrayendo! Y en el camino, como Él te necesita, entenderás que ya no hablarás de destino, sino qué es lo que en su plan -para ti y para tu hermano- cuál es su designio.

Y yo, que aquí estoy, que -hablándote con gran amor- ya te he entregado el símbolo sagrado. Que mira; ¡mucho te está ayudando! ¡Pero aún más!, porque lo que está llegando, está identificando a aquél -que al recibirlo- en este proceso ¡todo lo está soltando! ¡Aquello!, aquello que tanto lo estaba afectando.

Y no te sorprendas lo que en ti suceda. ¡Que quede muy claro, hermano!, porque, así como lo estás llevando, eso te hará dejar de ser humano. ¡Y vuelvo a repetirte! Ustedes son los primeros que lo están utilizando, mas cada vez ¡serán tantos y tantos!, porque ese será el estandarte ¡que ustedes estarán llevando!

Y la hermana, de lo que ya les habló, adonde “Aquél que los creó” la lleve y le pida; eso es entre ¡todo lo que les hablará!, lo que les entregará. Porque es nuestro deseo ¡que sean tantos y tantos! ¡Muchos más!, los que en ésta Nueva Era, sagrada. ¡Tan dorada! ¡Tan grande! ¡Como nunca! ¡Como nunca! Iluminada. Amados hermanos; ustedes escucharán. ¡Testigos serán! Y lo que vivirán, sabrán que viene de Él.

Que no olvides: ¡Que vengo del Centro! ¡Del infinito! ¡De la Fuente eterna! Y la preparación que hemos de hacer, para la elevación de los que habrán de volver. Sí. ¡Escuchaste bien! ¡De los que habrán de volver! Antes de que eso -porque va a suceder- aquí, amado hermano, ¡aquí!, habrán de vivir y a tu hermano mostrar, lo que es ¡elegirse! y vivir el paraíso terrenal.

Que te habla ¡Ángel Ráh! ¡Y así como la hermana ya te dijo!, yo -por enésima ocasión- te repito: ¡Ángel Ráh! ¡Nombre terrenal! Mas, sé -amados hermanos- que algunos de ustedes ya me han preguntado. Me han dicho: “Sí, ya descubrí ¡quién eres en realidad!”. Y yo les digo: ¡Benditos sean hermanos!, porque me han dedicado momentos. Y en esa intimidad, quiero decirles que ¡mucho les he de entregar!

Que yo soy ¡Ángel Ráh! ¡Nombre terrenal! Y dejo en ustedes mi energía sutil, que más fuerte ¡y vibrante! en ustedes llegará. Hermanos caminantes¡Grandes Atlantes!

No olviden esta promesa. De lo que les hablaré -al hacerlo- gran energía dorada, porque en la guía, cuando toda esta densidad -que ya está superada- vivan la libertad y en la unión de la dimensión, pero la dimensión elevada.

Te lo digo yo: ¡Ángel Ráh!


29 de Abril de 2015.
Leutón.

Y es que ¿cómo no habría de decirlo? Si todo aquél que ya ha empezado a sentirlo, yo te digo -amado hermano- que nosotros estamos tan cercanos a todos y cada uno de ustedes, que hemos estado acompañando.

Razones no daré, porque esas ¡ni las conocemos! Las verdades que presentaremos, porque ¿a quiénes encararemos con infinito amor? A aquellos, ¡a aquellos que ya se eligieron!

Y la promesa sigue presente; hoy, en éste momento, como lo han venido haciendo, me estás escuchando, pero el momento ya es: Me estarás viendo. Por voluntad, ¡voluntad de “Aquél que todo lo puede”! Sí, soy tu hermano, que tú has querido decir: “Mi hermano mayor”, sólo porque te he adelantado… ¿Cuántos pasos? ¿Cuántos crees tú? Si estamos aquí tan cercanos.

Por eso te pido: ¡Sé en este afán más decidido! ¡Rompe ya ese velo de la ilusión! Que mira, que ansío ya mostrarte de qué manera ¡en ti! ha de trabajar el protón. ¡Tan insistente!, pero tú verás cómo es de benevolente. Cómo tú ¡al tenerlo tan latente!, ni siquiera oportunidad te habías dado de escuchar.

Y podrás estar pensando: “¿Qué tiene que ver la energía -o la electricidad- con todo lo que aquí he sentido? Esta gran paz. Mi corazón elevar”. ¡Mucho, amado hermano! ¡O todo!, para ser más claro. Porque cuando tú empiezas a centrar en tu pensamiento, tu corazón, el sentimiento y empiezas a elevar ¿qué no has escuchado que lo que tú llamas “chakras”, lo que tienes anclado?

Mira; cuando unificas, cuando con todo este amor, que no sólo en tu corazón, sino lo que tú llamas “templo”, te equilibras -amado hermano- entonces, ¡mira!, te han hablado del tubo de luz. ¿Tú que piensas o qué crees que es? ¡La energía que te envuelve! ¿Qué tan lejano está de ti la otra parte, tan celestial, tan amorosa, a lo que tú llamas “tu Ser”?

Te dije que te empezaría a hablar de lo que es el protón y de lo que en ti hará. Todo ello, cuando empiezas a elevar ¡el magnetismo aumenta!, amado hermano. ¡Empiezas a vibrar! Entonces, si mantienes ¡con gran ecuanimidad! y en este corazón que dentro de ti, más fuertemente y luego dices: “Quizás empezará a agrandar”. Es que lo que sientas, tú -al decidirlo- ya no lo quieres limitar. ¡Y al dejarlo en libertad!, cuenta te das que la esencia que te mueve, no necesita un cuerpo o un templo que lo envuelve.

¿Cuándo llegarás a vivirlo? Eso, eres tú el que va a decidirlo. Nosotros -te lo repito- con ustedes estamos. Y tú vas a insistir: “¡Pero si no los vemos!” No es porque nosotros no querramos; es porque estamos esperando a que tú -amado hermano- todo ya lo vayas soltando. Y sé que lo harán. No preguntes: “¿Cuántos?” Amado hermano; ¡sigue en tu trabajo! ¡En ese gran proceso de amor!

Que mira, que cuando menos lo pienses ya te estarás iluminando. ¿Qué no te han dicho? ¿Qué no has escuchado -tan insistentemente- de la transfiguración? ¡Pues es eso!, simple y  sencillamente. ¡Por eso hago esta alusión! Y todo lo que viene después, amado hermano.

Que por eso, aquél que llamas “Maestro”, ¡nuestros Maestros, que tanto nos han ayudado! y que nos pidieron, porque es voluntad de “Aquél que nos ha creado”: “Vayan. Acompáñennos. Háblenle al hermano. Que vea que es verdad. Que lo que le estamos pidiendo es lo que en ustedes sucedió y en ellos también será”. ¡Claro que sí! ¡Claro que será, amado hermano! Y por eso ahora me escuchas así, tan emocionado.

¡Es la primera vez! ¿Pero sabes por qué? Porque, ustedes que están escuchando, sabemos y queremos que sean todos y no sólo ustedes; aquellos que todavía están faltando. Pero aquí estamos, entusiasmados, amorosamente por ustedes esperando. Todo lo que viene de la Fuente.

Y he de decirte -amado hermano- porque con ello inició la hermana a través de la que te estoy hablando; que todo eso que pasó, quiero decirte -algunos lo pensaron- “¿A qué dimensión se fueron?, porque hay muchos a los que no encontraron….”

Ustedes ¿qué creen que estamos haciendo? ¿De qué manera nosotros estamos trabajando? Lo que ellos decidieron -ya alguna vez el Gran Maestro se los dijo- ¡y es verdad! Así ha sucedido: “Cuando el impacto en una gran masa de ustedes hermanos, que se hacen llamar todavía “humanos” tomaron la decisión y dijeron: ¡Sí!, porque queremos mover el corazón de aquellos que todavía siguen durmiendo, que no han querido hacer la transformación”. ¡Esa es la forma!

Y quiero decirles: No hubo sufrimiento. No lo hay. No en aquél, que al sentir y saber, de todo lo que está viviendo; la tristeza, la desolación, sentir que se desgarra el corazón, es para aquellos que todavía -aún a pesar de vivir tan fuertemente todo lo que sucedió- insisten en mantener el corazón y los ojos tan terrenales, pensado que para ellos ésta ilusión ¡son sus verdades!

¡Pero no queremos hablar de ello!, porque -amados hermanos- ¡para eso a ustedes los necesitamos! De todo lo que irán hablando. Todo lo que tus hermanos, ¡lo que ellos estarán escuchando! Pero sí,  les anticipamos: Habrá muchos que como ustedes -algunos al principio que escuchaban a la hermana- no creían; dudaban. ¡Y hay algunos que todavía lo están haciendo! Pero -amados hermanos- esa es la decisión que tú has tomado. Que luego, cuando veas ¡todo lo que estará pasando! Cuando estés escuchando cómo “Aquél que nos creó”, a través de aquellos que ya se eligieron, lo que estará sucediendo. Amado hermano, ahí es cuando nosotros -ya lo dijo el hermano que te habló- estaremos escuchando: “¿Cómo es posible? Ahí estuve y la duda me alejó. La indecisión me atrapó. ¡Los destellos de algunas cosas que me dijeron!, fue mi distracción”.

¡Pero no se preocupen! Nosotros, cada vez -de tiempo ha- lo que ha venido sucediendo, cuando “Aquél que nos creó”, “¡El Gran Omnipotente!” nos ha estado pidiendo; aquí hemos estado, con ustedes siempre hablando. Hoy, aquí, muy importante es, por todo lo que va a venir.

Yo les quiero decir; que nosotros -nuestra misión- ya la hemos empezado y muy fuertemente estamos trabajando, de corazón y en el corazón de cada uno de ustedes. Que mira, algunos han tenido la visión y han dicho ¡grandes cosas!, como esto que pasó. Yo les digo; no han de preocuparse, que tal cual -como ya se les ha advertido- aquél que se ha elegido, la guía de Nuestro Padre, su inspiración, las palabras de los Maestros y la compañía de nosotros.

Que por eso, en la preparación se les dijo: “Estén atentos”. Tienen que dar ese gran paso, para que nosotros entonces les digamos, que -efectivamente- no hay temor, porque todo lo que estará sucediendo, lo que estarás pasando -amado hermano- te darás cuenta que ¡es sólo una ilusión! Aquella que tú ya estás rompiendo y que en la Ley de Atracción, con la gran vibración que ya estás elevando, lo que estás atrayendo, ¡lo que en ti se está unificando!

Mira… ¿Cómo decirte?, que esta dimensión, que te están diciendo que en la cuarta estás aterrizando; yo te digo; ya la hermana que te habló -en el nombre de Nuestro Padre y los Grandes Maestros- ya te dijeron que no sólo la sexta, la séptima. ¡No, amado hermano!

Cuando tú ya te estés elevando, ¡porque ustedes serán los primeros que nos estarán acompañando! Aquellos, que sin ver creyeron, son los que todo, ¡todo de Él estarán viviendo! ¡Se les estará mostrando! Una promesa que se está cumpliendo, porque este tiempo ya empezó.

Te lo dice tu hermano Leutón, ¡que recién llegó! Pero, que traigo de esta misión -de Él- esa grandeza, ese amor, que a mí, al entregármelo desde el inicio, al sentirlo y querer vivirlo, ¡tal como te lo dice tu Maestro! Mira, mira ahora, cómo te estoy compartiendo. Y más que te estaré diciendo.

Yo insisto mucho con el protón, pero… quiero decirte, que cuando tú tengas en tus manos los cuarzos que se les estuvieron pidiendo, entonces, entonces te hablaré de qué manera al conjugarse y al estarse uniendo, lo que está realizando. Porque también -al estarte elevando- te han hablado de un impacto, pero sé que estarás preparado. Por eso, tu hermano Leuton, de esto te está hablando.

Pero ¿quién lo estará escuchando? Amados hermanos, solo les pido: Sigan adelante. Síganse preparando, que ya es el momento. “Aquél que nos creó” ya nos ha dicho y nos está pidiendo: “Han de mostrarse. Lo harán ante aquellos -mis hijos- que el gran paso ya dieron”.

¡Y es verdad lo que te digo! Por eso, con gran alegría empecé a hablarte de todo esto. Que no es un cuento. No es el principio de: “Érase una vez…”, porque ¡volverá a suceder! Y con ustedes -con ustedes hermanos- que escuchando están. ¡De esto!, a aquellos que aún se consideran humanos…. ustedes les hablarán.

Que yo soy tu hermano; tu hermano Leutón.

Y mira, que no es ningún enigma. Que ya la hermana les habló, que el Gran Tetraedro que se formó. Mira, en esa unión, lo que está acercando en estos días hará ¡esa gran explosión! en ustedes. ¡En ustedes hermanos! Pero para eso nosotros aquí estamos, para hablarles.

¡Y sí! Sus cuerpos se seguirán sacudiendo, con fuerza. Lo estarán resintiendo. Pero eso, ¡eso! logrará que entonces ¡el protón en muchos de ustedes actuará!

Que para eso, tu hermano Leutón ¡y no sólo yo!, los que me acompañan, con ustedes, con ustedes estamos, amados hermanos.

Y me seguirán escuchando… ¿Viendo?

El tiempo ya es.



29 de Abril de 2015.
Sananda.

Solo deseo añadir -amados hermanos- ustedes que están aquí, que todo ello, porque voluntad de mi Padre es; ya, para vivir como en un sueño. Que nosotros, en especial y mi amado hermano, que eternamente los habremos de acompañar. El tiempo ya es, para que se muestre lo que Él -a ustedes- ¡no les ha de traer!, ya está.

Por eso te digo, de mi Padre es la voluntad. Y acompañados estamos ¡de tantos!, como el hermano que les ha hablado, que agradezco, cuando se refirió ¡con gran alegría e infinito amor! Nos dijo: “Yo, Leutón. Yo voy”. Porque ¡sé que te ha hecho sentir!, todo lo que en él -mi Padre tan amado- al entregarlo él -mi hermano- ¡tanto lo ha trabajado!, con gran entusiasmo e infinito amor, a ustedes, ¡a ustedes está entregando! y eternamente será.

Porque sí. ¿Recuerdas que te dije, que de mi Padre a ustedes entregaría la eternidad? De eso quiero hablarte; ha llegado ese día. Sí, amado hermano, en el que no sólo deseamos mostrarte, sino pedirte: ¿Habrán? ¿Quieren acompañarme? ¡No sólo a mí!, sino a mi hermano, que en esta gran misión, que mi Padre en él, que le ha pedido, que ha depositado toda su confianza y el deseo infinito para que ustedes, ¡ustedes amados!, a Él -a mi Padre- decidan volver.

Mas he de decirte que es verdad, cuando a ustedes les dije: “He de volver para mostrar, para pedirles, para decirles”. Y el momento es ya. Que esto que hice, eso amados ¡y mucho más! Pero ¿por qué mucho más? Porque aquellos que le están preparados, que han entendido, en el gran mensaje del Dios Vivo; habrán de vivirlo, mostrarlo y compartirlo.

¡Es el momento!, amados hermanos. Sé, que ahora lo están entendiendo, porque habrías de hacer lo mismo y más, ¡mucho más! La guía -en su andanza- también de tu hermano la tendrán. Me escucharán. Promesa que he de cumplir, para aquél hermano que se quiso elegir.

Que yo soy Sananda, tu hermano. Ahora ¡también con libertad!, te hablaré de mí, de la verdad, que mi Padre -al pedirme aquí encarnar- todo lo que viví. De qué manera, para mostrar, porque deseo también verlo en ti. ¡En ti, amado hermano!, en el gran momento sagrado. Por ello, el mudra que te fue entregado -en ti- a vibrar ha empezado, con infinito amor y desde lo más profundo de mi corazón, a aquél hermano que se eligió. Te hablaré libremente de la verdad de mi Padre. De todo lo que viene de la Fuente.

Que yo soy Sananda, tu hermano.

La gran preparación que tendrán. La avanzada gloriosa, que ya empezará a caminar. También tu hermano -de mi Padre- con infinito amor, les voy a hablar.

¡Bienvenidos! ¡Bienvenidos, hermanos!



29 de Abril de 2015.
Saint Germain.

Y así -después de todo esto- ¡Bendito mi hermano!, por todo lo que ustedes -de él- han escuchado. ¡Agradecido estoy!, porque el también hablará libremente de la enseñanza del “Yo Soy”.

¡De verdad, hermanos! Lo que él tiene preparado para ustedes ¡es grande! ¡Es maravilloso! ¡Y agradezco que me acompañe! ¡Lo digo lleno de gozo!, porque mi Padre, ¡mi Padre tan amado!, todo lo que nos ha pedido -lo que ustedes han escuchado- ¡poco ha sido! Lo que viene ¡es grande! De verdad, amados hermanos.

Ustedes -los que se han preparado- lo vivirán, ¡lo gozarán, fuertemente! ¡Aún aquí!, en su plano terrenal. Porque sabrán, que lo que viene de la Fuente en ustedes fortalecerá ¡mucho más!, porque entonces, entonces… será cuando ustedes -a nosotros- nos verán.

¡Y ya lo dijo mi hermano! ¡Me acompañará! Y no sólo él. ¡Sorpresa se llevarán! ¡Amados! Entonces, sabrán ¡cuánto los amamos! ¡El por qué y para qué!, todo lo que nosotros les pedimos. ¡Cómo les insistimos! Pero eso sí, a los que realmente se han entregado. A los que la voz del corazón han escuchado. A los que así ¡abiertamente!, a mi Padre se han entregado y le han dicho: “¡Padre mío!, quiero seguir contigo. ¡Aquí, pídeme!, que yo haré lo que tú -en mí- tengas decidido”.

¡A esos valientes!, la marcha gloriosa. La entrada victoriosa se hará. ¡La vivirán! Y amados hermanos, permítanme que -su hermano- ya no sólo de palabras les dé la bienvenida. ¡Será!, será, tan ceremoniosa, ¡pero con gran alegría!, porque ya, ¡ya llegó ese día! Amados; ¡los llevaremos!

¿Quiénes serán? Con ustedes estaremos. ¡Y todo lo que vivirán sobrepasará lo que ustedes han leído, lo que han visto! Eso -amados hermanos- así como se han preparado -para ustedes- todo lo que les entregaremos, lo que les pediremos, sabemos que lo harán. ¡Lo harán sin dudar!, sin replicar, porque sabrán que es para la gloria de Nuestro Padre y que el gran Proyecto siga adelante.

¡Ya! Ya empezará a mostrar. ¡Ya nos será solamente aquí! -con ustedes- porque lo que estaba sucediendo, es que estábamos esperando a que se estuviera decidiendo.

Amados. ¡Ya llegó el momento!, tan esperado por ustedes y por nosotros también. ¡Miren!, que nos mantuvieron en ¡tal expectación! Pidiéndole a Nuestro Padre, insistiéndole, ¡que nos permitiera!, que no importara que ustedes pensaran: “¡Otra vez nos están hablando de lo mismo!” Que no importara eso. ¡Necesario era!, para que ustedes -amados- soltaran. ¡Soltaran todo aquello que los estaba deteniendo y a algunos hundiendo!

¡Pero eso ya pasó! En esta gran evolución -amados- ya no se permitirán -ustedes mismos lo harán- ¡ninguna distracción! Eso es lo que nos mantiene con gran alegría. Ustedes serán ¡nuestra fuerza! Ya lo dijo el hermano: “La avanzada gloriosa, que iniciará”.

Amados; por eso lo dije: “Mi amada América”, porque sabía que ustedes -al nuevamente estar aquí- escucharían y sentirían la fuerza en el corazón. ¡Ese gran despertar!, para la evolución que ustedes ¡ustedes amados!, irán llevando en nuestro nombre. En el nombre de aquél -que con infinito amor- nos estuvo creando. ¡Benditos! ¡Benditos todos ustedes! Se los dice su hermano.

Y habré de decirles -ya mi Padre lo anticipó- que si se había detenido el estarlos convocando, ustedes ya vieron por qué. ¡Todo lo que sucedió! Ahora, ahora -amados hermanos- el momento ha llegado. Está. ¡Les pido estar alertas, entregados, decididos! Como pocos, ustedes así han sido. Por eso, por eso… lo que habrán de recibir ¡será tan grande!, ¡tan fuerte!, como pocas veces mi Padre lo ha hecho.

Quiero decirles -y es verdad- por eso; por eso -amados hermanos- ¡ustedes verán, escucharán y sentirán! que vivir lo perfecto, lo que Nuestro Padre es verdad. ¡Que así como nosotros lo hemos hecho, ustedes también lo lograrán!

Amados; ha llegado el gran momento. Que ya lo dijo la hermana; no fue una despedida. Ustedes verán, porque cuando ya se iba, dejando de ser humana, ustedes sabrán. ¡Y será muy grande la acogida!, que nosotros también haremos en aquellos, ¡aquellos!, que han decidido acompañar ¡a nuestra hermana! y a nosotros. Que ya lo dijo mi hermano: “Cada paso -en el nombre de Nuestro Padre- instrucción, guía, inspiración -con infinito amor- para el logro ¡glorioso!, ¡victorioso! del Proyecto Shirón”.

¿Shirón? ¿Quién también se ha puesto a pensar? O ¿qué interpretación tendrá? Algunos han pensado: “¿Es un planeta?”. Otros dicen: “¡Pero no!, nos hablaron que de gran vibración al pronunciarlo te llena”. ¿Qué será?, amados hermanos. ¿Qué será? ¡Con infinito amor para ustedes!, ya todo se va a aclarar.

¡Benditos! ¡Los amamos! ¡Los amo!, porque este lugar que mi Padre fue su decisión y nosotros -con infinito amor- también, al señalar que sería donde todo va a empezar, así será. Mas les digo, ya mi Padre también ha anticipado, que… a la hermana se le ha pedido: “Es el momento que empiecen”. Irá donde mi Padre le pida. ¡Nosotros!, la acompañaremos o nos acompañará o ustedes nos acompañarán. ¡Como quieran decirlo, que lo mismo da!, porque así será.

La gran cruzada gloriosa, del amor de Nuestro Padre ¡será fabulosa! Ustedes verán. ¡Amados! Con gran amor ¡los iniciados ya se mostrarán!

Que yo soy ¡Saint Germain! ¡Tu hermano! ¡Y que la llama violeta, mi gran amatista!, a todos ustedes -en gran abrazo amoroso- los asista. Y que el fuego sagrado de Nuestro Padre ¡tan amado!, en ustedes, ¡en ustedes!, cada vez en gran expansión se muestre. ¿Quiénes ya hicieron su unión? Amados; ya lo verán. Y desde el gran corazón, ¡corazón de corazones!, se mostrará.

Que yo soy ¡Saint Germain! Sólo les anticipo; empezarán a vivir y a ver la gran muestra de que aquél que se unió a su Ser, en gran libertad mostrará lo que Nuestro Padre ¡es, ha sido y será!

Seguirán sintiendo nuestra presencia, en esa gran esencia. ¡Y que en ustedes ya no haya ningún temor! Esa palabra, en ustedes ¡ya no!




29 de Abril de 2015.
Ketta.

Porque en aquél que ya no hay resistencia -ya lo dijo Nuestro Padre- empezará a mostrar cómo ya en él está viva y triunfante la esencia. Aquella que por tanto tiempo -desde la eternidad- lo ha venido a acompañar y que él -en este gran despertar- ya, al quererla liberar, de mi Padre -de Nuestro Padre- todo lo empiece a mostrar.

Y eso tus hermanos lo verán. Algunos -dice mi Padre- han empezado ya, pero se han resistido, porque estás pensando, diciendo: “Quizá si lo digo, no me lo van a creer”. Hermano, hermana, mi Padre te dice: “Yo te daré el motivo. El momento ya ha sido y la señal -porque los llamaré- la habré de dar”.

Es que, ya en ustedes, en aquellos que ya empezó y decidió que se diera el despertar y me dijo: “El momento en el que habrás de llamar, yo te diré quiénes, quiénes te habrán de acompañar. Entonces en ellos ya no habrá ni dualidad ni duda, porque lo que van a mostrar, es así como Yo los voy a necesitar”. Y eso lo entenderán, porque aquí todos juntos, ¡todos juntos!, con infinito amor -para gloria de Él- de mi Padre tan amado, que ya lo dijo: “Todo se irá mostrando”.

¿Qué es lo que a mis hermanos -a cada uno de ustedes- pudiera estarlos preocupando?, si con su guía, en su amor, en esa libertad, dejando atrás todo lo terrenal y por Él, por Nuestro Padre tan amado dejarse guiar. ¿Qué más, amado hermano? ¿Qué pudieras tú necesitar? ¡Nada! Nada, porque todo en Él lo vivirás. Todo te va a colmar y nunca, ¡nunca! de ello sentirás saciedad. Porque siempre estarás alimentado con su infinito amor, en esa gran esencia, sabiendo que así es como -al seguir adelante- paso a paso, pronto estarás ante su presencia y lo resistirás, porque la gran luz que Él te da, así como lo irás sintiendo, de esa gran fuerza te estará revistiendo. Primero sutilmente, luego -llegado el momento- ¡sabrás!, porque lo vivirás fuertemente y para ti, para ti, amado hermano, cuando lo vivas sabrás: “¿Cuánto fue, cuánto hace, que dejé de ser humano?” Ahora -Padre mío- estoy frente a ti y te digo: “He vuelto al hogar. Ya no necesito, ni voy a extrañar lo que de ti viví, en lo que te quise apartar. Pero ahora que estás aquí, que estoy frente a ti ¡Padre, no me vuelvas a soltar!”

Mas sé, que cuando lo hiciste, fue porque me lo pediste. Porque ¡tenía que hablar a mis hermanos!, de toda esta grandeza que tú -en nosotros- y en cada uno, ya habías entregado.

¡Perdón!, por ganarme la emoción, pero cuando se acerca el gran momento de esa unión, ya lo dijo mi Padre, a través de los Maestros: “Es que todo ha empezado a hacer esa gran polución”

Y -en lo que a mí respecta- el volver a vivir esta sensación, del infinito amor que Él proyecta y que me está pidiendo clara expansión, yo te pido -amado hermano- que lo hagamos en unión, porque al hacerlo y elevarlo, lograremos que nuestra ¡amada Madre Gaia!, logre con nosotros -unidos así- su ascensión. En el Proyecto, ¡eso es el cometido!

¿Cuántos antes habían sido? ¡Unos cuantos! Se contaban con los dedos de una mano. Ahora, mi Padre nos ha dicho: “Quiero y les pido que hables a tus hermanos; que es necesario que se dejen de llamar humanos. ¡Son mis hijos muy amados! ¡Son mis ángeles que aquí llegaron y que se hacen llamar “ángeles caídos”! ¡Pero no lo son!, porque los sigo abrazando. Están en mi corazón. Y mi deseo es que a mí vuelvan. Que sientan y vivan este infinito amor”. Por eso -para expresar éstas palabras- aquí estoy. Sintiéndolas desde lo más profundo, porque sé que el tiempo está cercano y que ahora es verdad.

¡Y Padre mío! A mis hermanos que tanto los amo, te pido; que les mueva ¡tanto! el escucharlo. Que seas tú el que hable a través. Para que recuerden y sepan que así como has sido; tan buen como es, misericordioso. ¡Tan amado! ¡Tan querido!, por nosotros, por ellos. Que esa vibración, ¡esa energía que estás enviando!, que al recibirla ¡al hacer el gran impacto!, les envuelva y abran. ¡Que sea en el acto!, en cada uno de ellos y recuerden. Recuerden quiénes son. Por qué aquí están y que ha llegado el momento de volver al hogar.

Que así sea, Padre mío. Tu hija -lo ha dicho tu hija- que aquí se hace llamar “Enriqueta”, pero que en verdad… El momento llegará en que escucharán -en el nombre de Él- de mi Padre.

Aquí estoy, con infinito amor, de Él ¡que tanto amo!, les he venido a hablar.

Amados hermanos. ¡Benditos sean! ¡Benditos por mi Padre!

¡Y gracias por escucharme! ¡Gracias! Están en mi corazón.




29 de Abril de 2015.
Padre.

¡Y pronto sabrán!, por qué la emoción el habla le quiso quitar.

Esto que ustedes escucharon ¡no es casualidad! Todo lo que Yo ¡tengo preparado para ustedes, mis hijos!, ya lo vivirán.

Con gran gozo, de verdad lo digo y ustedes al verlo, ¡al sentirlo!, ¡en gran alborozo!, amados hijos que todo lo han querido escuchar, ¡ahora vivir!, de mí lo tendrán.

¡Y sí!, porque si te has preguntado: “¿Por qué a través de ella te he hablado?” El día ya está. ¡Verás por qué, aquí ha estado como humano! ¡Por ti! ¡Para ti! ¡Amado hijo!

Que mi promesa he de cumplir. ¡Que aquél que había de venir a hablarte de mí!, mas en ti, en ti la decisión estaría, si lo sentirías.

Entonces, aquél que lo hizo, ¡preparado está para seguir! Y entonces, ¡entonces!, vivirás de mí ¡todo lo que te prometí!

Que “Yo Soy el que Yo Soy”.

¡Y sí! Te seguiré hablando. ¡A ti que la estarás acompañando! y he de cumplir.

Que llegará el momento en que no será así -a través de ella- amado hijo. Porque entonces, entonces, ya te lo dijo: Cuando estés frente a mí, te diré ¡cuánto te he amado!, así como hoy -en éste instante- lo estás escuchando. ¡Pero tú estarás tan brillante!, como esa estrella, que de mí se ha separado, pero que al volver, ¡al volver!, ¡infinitamente su brillo -en la eternidad- volverá a ser!

Que “Yo Soy el que Yo Soy”.




29 de Abril de 2015.
Aleshia.

Hay una gran promesa de mi Padre.

Todo esto que has escuchado y al hablarte, me ha dejado una instrucción, pero me pide que para llevarla a la acción todavía es importante que -en aquél que lo hará- no haya distracción.

Mas yo te digo hermano, te lo pido por favor, con el corazón en la mano: ¡Hazlo! ¡Hazlo ya! Toma tu decisión, porque lo que Él tiene para ti es tan grande. ¡Tan grande!, que mira; ¡palabras no tengo!, para poder dar una explicación de todo lo que aquí habrás de vivir cuando hagas tu evolución.

Que no, que no soy yo. ¡Es mi Padre!, en el “Yo Soy”. ¡Él es el que te lo mostrará! y lo vivirás.

Que tan sólo en éste instante me dijo: “Esto a tu hermano -en lo que dirás- pero será. ¡Será! El momento ya está.

Cuando mis hermanos escuchen -aquellos con los que me llevará- no, no es así como me verán. Esto que está sucediendo, ha sido con ustedes de manera muy especial, porque ustedes se eligieron. Ustedes que han vuelto y que a Él le pidieron que cuando eso sucediera, de manera especial les hablara, para que ustedes recordaran lo que será y también lo que hablarán, los que me acompañarán.

Los hermanos que escucharán será con infinito amor, con la fuerza que mi Padre nos da.

A ustedes fue de manera especial, ha sido y así será, porque fueron los que prometieron que aquí -cuando la Era Dorada nuevamente se iniciara- serían los que acompañaran en la avanzada.

¿Quién ha recordado? ¿Quién el juramento lo estará cumpliendo?

Amados hermanos ¡Benditos sean!


¡Gracias por haber escuchado!


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