17 de mayo de 2017

Canalización del 3 de Mayo de 2017

Mayo 3, 2017
Aleshia/Enriqueta (1).
… si se ha dicho también que por todo lo que se empezará a vivir; lo que ya estamos viendo; lo que estamos viviendo, hay muchos hermanos que decidieron ¡partir!, aunque conscientemente no lo recuerden. Partir antes de todo esto que se va a vivir; el no estar aquí.
Y Nuestro Padre, en su misericordia infinita, El ¡respeta nuestras decisiones! El siempre, eternamente ¡lo hará! Tan es así que ¿por cuánto tiempo? -de los que estamos reunidos aquí- ¿cuánto hemos tenido que reencarnar y reencarnar?
¿Por qué? Porque también, cuando llega el momento tan importante, ¡ese Gran Momentum que todos estamos deseando, y que con tanto afán hemos de buscarle!, pero cuando no tenemos todavía los ojos del Ser; ese sentir, esa intuición tan despierta, no nos damos cuenta, y tomamos la decisión de no liberarnos, para a Él volver, ¡y tenemos que regresar! y siempre hemos de vivir experiencias.
Todo es un continuo. Cuando lo vemos; el ser y estar conscientemente, viviendo todo lo que el cuerpo -¿por qué no decirlo así?- también la mente experimente. Entonces, cuando todo eso lo hayamos trascendido, es cuando ya, ya habremos vencido.
Mientras tanto -amados hermanos- seguiremos, seguiremos viendo tantas cosas; preocupándonos por lo terrenal; ¡sufriendo muchas veces por lo que es tan banal!, pero que para nosotros es tan importante; siempre por el apego que tenemos, por los sueños, los deseos de darles a nuestros Seres amados todo lo que deseamos, y siempre nos justificamos diciendo: “¡No quiero que sufran! No quiero que vivan lo que la carencia en la que yo estuve”.
Amados hermanos; cuando entendamos y comprendamos perfectamente que -aunque los amamos- nosotros ¡no tenemos injerencia en lo que cada uno de ellos experimente! ¡Todos llegamos aquí para vivir las experiencias que tenemos que vivir!, que experimentar, para seguir adelante; para podernos liberar; para poder ir entendiendo qué tan importante es, y sobretodo lo que más trabajo nos cuesta: el irlo trascendiendo. Es por eso, amados hermanos, todo esto de lo que les estoy compartiendo.
A propósito de todas estas experiencias; nos es incomodo, no es agradable hablar de ello. La mayoría ¡preferimos! cambiar el tema, pero qué mejor que ahí donde más nos duela; pedir siempre, sentir la Presencia, ¡la Esencia de Nuestro Padre! Que sea Él el que nos de esa fortaleza. Que sea El y sólo El que nos guie, para seguir adelante ¡con toda la fuerza!
Es una de las cosas en las cuales -amados hermanos- tenemos que tener siempre presente; lo que El tenga dispuesto en su Plan Divino para cada uno de nosotros., tenemos que verlo con infinito amor, sentirlo. ¡Sé que no es fácil! Ya he tenido experiencias cercanas, pero siempre decimos: “Prefiero que esto, el volver a sentirlo, que sea cada vez ¡más y más lejana!, no hacerlo.
Mejor hay que dejarlo todo en las manos de Dios, porque El, ¡El sabe qué es lo que necesita cada uno de nosotros! El nos conoce perfectamente. Hay que dejarlo todo en sus manos y dejarnos llevar, de aquí hasta la Eternidad. ¡Ahh!
En estos días tanto se ha movido ¡y tanto más!; entonces, hay hermanos que consideran ¡y no porque no tengan la fuerza!, sino simple y sencillamente desean eso; en ésta vida, en ésta encarnación ¡ya no experimentar! ¡Ya no más!
Pero al volver, al volver hacia Él -hacia Nuestro Padre- cada uno de nosotros, amorosamente nos muestran ¡qué es lo que todavía nos hace falta trascender! ¡Qué es lo que todavía nos hace falta vivir!, para entonces, cuando empecemos a con todo ello fluir, tal como lo hicieron nuestros amados Maestros. ¡Y miren qué fuerte fue lo que vivió!, lo que experimentó nuestro amado Maestro ¡Sananda!, que lo hizo ¡él mismo! en su cuerpo; entonces, con ello ¡cuánto nos ayudó!, ¡cuánto para nosotros adelantó!
Si él tuvo toda esa fortaleza; supo recibirla, sentirla y mostrarla, tal como Nuestro Padre se la entregó, ¿por qué nosotros no? ¿Por qué nos sentimos tan débiles ante situaciones así? Porque ¡no nos permitimos en ese instante clamar!, ¡invocar a Nuestro Padre!
Lo hacemos, pero siempre condicionando, preguntando: “¿Por qué a mí? ¿Por qué yo?”, cuando tan sencillo es decir: “Padre, aquí estoy. Si esto tiene que ser así, dame la fuerza para seguir.” ¡Y claro que la tienes! ¡Claro que te la entrega! Si no, ¡no lo vivieras! Si no, viviendo esos instantes ¡no estuvieras!
¡Mucho!, mucho para seguir te entrega, ¡te da!, aunque tú no te des cuenta. Luego -a la vuelta del tiempo- es cuando al hacer de tu vida todo un recuento, es cuando te dices: “Sí. ¡Ahí estuvo! ¡Estuvo conmigo!, porque si no -de mí- ¿qué hubiera sido?”
Vamos a pedirle que nos permita ¡en esos grandes momentos!, sentir ese aliciente, ¡sentir esa fuerza!, ¡sentir su amor! y esa Gran Fortaleza, para seguir adelante en la Enseñanza de “El Yo Soy”. ¡Esa Gran Escuela nos ha mostrado tantas cosas!, ¡y más que vienen!
Mas ¡qué importa!, si es Nuestro Padre el que nos lleva; si es Él el que nos hace sentir en su inmenso amor, para luego de ello seguir adelante en el verdadero y eterno vivir; sentir cómo tu Esencia va fluyendo por sobretodo ello. ¡Es tan grande, hermanos!
¿Y por qué? ¿Por qué de esto a hablar he empezado? Se dice que con tantas situaciones, llegarán y habrá tantas complicaciones. ¿Cuántos hermanos en fuertes devastaciones se han tenido que ir? Pero ¿quién ha pensado realmente? que fue la decisión de cada uno de ellos, para que cada uno de nosotros tuviera en la mente, en la misericordia, sentir de Él -de Nuestro Padre- el infinito amor; porque permitimos que se haga necesario; porque cuando sucede algo, cuando hay ¡tantos hermanos que parten en masa!, ¡tantos de ellos!, es cuando llega a ti el pensamiento ¡y pides!, invocas a Nuestro Padre y le dices: “¿Por qué? ¿Por qué todo esto lo permites?”
¿Por qué nosotros nos permitimos que tenga que suceder?, para entonces volver la vista, levantar la cara y hablarle a Él, y decirle y pedirle: “Padre ¡ya no más!” ¿Por qué no? -antes de que esto suceda- ¡unir nuestras Energías!, ¡nuestra Vibración en una sola petición!, en una sola invocación, en tan infinito amor y decirle a Nuestro Padre: “¡Heme aquí!, que cada vez más cerca de ti quiero estar y estoy. Ya no permitas más todo ello. ¡Indícame y guíame!, ¿qué tengo que hacer?, para cada vez más alejar ¡esa densidad!, ¡esa inarmonía que cubre tanto ésta Estrella!”
¿Pero saben? ¡Cada vez es más fuerte la Energía!, ¡pero la del amor! No tienen idea todo lo que han detenido, ¡todo lo que han minimizado!
Es por eso, vamos a pedirle a Nuestro Padre ¡no solamente en éste instante!, ¡sino siempre!, ¡donde quiera que te encuentres!; lo que estés haciendo. ¡Date un momento! ¡Date un instante! Eleva tu decreto y dile: “Padre, Padre estás aquí. ¡Tómame como tu instrumento! Permite, permíteme que -a través mío- ¡te hagas presente!, ante tanta, tanto hermano, ante tanta gente. ¡Que sientan tu Energía maravillosa! Que sientan ese infinito amor”.
Que sean como Pilares de Luz, donde quiera que estén, ¡para que también compartan la enseñanza de “El Yo Soy”!, para que aquellos hermanos que aún caminan con los ojos ¡tan cerrados!, ¡pero los ojos del Ser! Están tan dormidos ¡que no saben!
Hay algunos que ni siquiera se preguntan, ni quieren escuchar quién es Él -Nuestro Padre- ¡uhm! y hasta se atreven a decir que no le conocen; ¡que no saben quién es!, sin darse cuenta que si tienen vida, ¡que si respiran!, ¡que si aquí se encuentran!, es porque El -Nuestro Padre- ¡a cada uno de nosotros nos creó!, y es maravilloso.
Pero así como suceden ciertas cosas, ¡no hay que culparlo! El nos da la libertad, y eso es lo que cada uno de nosotros pedimos vivir al aquí estar; para hacer cada vez más grande ¡su Espíritu de Amor!, para que llegue el Momento Sagrado en que todo ello haga expansión; compartirlo con nuestros hermanos.
¿Y qué importa que todavía haya tantas preguntas?, las mismas que tendrán su respuesta en el momento preciso, en el cual ¡tú estés listo! para escucharlo ¡y seguir adelante subiendo esa cuesta!, y al final ¡resultar vencedor!
Y digo “al final”, al final de éste camino, pero que es y siempre ha sido ¡el principio de vivir lo eterno!, que es ¡infinitamente lo mejor! El es quien nos lleva; El -Nuestro Padre- de manera tan hermosa.
¿Y qué decir de sus Emisarios? ¡Aquellos que han llegado! Aquellos que de Él, ¡con tanto amor nos han hablado!, y que insisten, pretenden y nos dicen que -si nosotros se los permitimos- nos hablarán de qué manera ellos -ahora donde están- lo pudieron lograr, ¡para que cada uno de nosotros también se pueda liberar!
Ahora éste es el tiempo, el Gran Tiempo, porque empezamos a caminar ya, tal como nos dijeron: es el tiempo del no-tiempo. Todo lo que estás viviendo, ¡hay momentos en que sientes cómo se acelera! Volvemos a repetir: ¡el tiempo!, pero hay momentos en el cual, ¡mira!, ¡ahí está la respuesta!, ¡esa que tanto buscabas!
¿Y por qué el tiempo del no-tiempo? Cuando tú estás inmerso y entregado a lo que Nuestro Padre tan amado desea hacer de ti; cuando tú sepas y sientas que es la necesidad de que alargue ese momento, por lo que tú tengas que hacer, hablando de Él y de su verdad, no tienes idea cómo un instante lo alargará. ¡Pero también cuando sientas esa necesidad!, de que tenga lo que estás viviendo y quieras que lo pueda acelerar, ¡también lo hará!
¡Esta es la explicación! Cuando tú ya estés en esa hermosa y Gran Vibración, el tiempo del no-tiempo para ti también, contigo -al caminar- estará ¡en Gran Unión!
¡Todas esas cosas!, ¡todas hermano!, ¡hasta lo más sencillo!, para que tú también -al seguir adelante- te des cuenta de qué manera empiezas a dejar de ser humano.
Se te dijo que de ello se te hablaría; es por eso que hoy, iniciando con lo que habrás de vivir un día, pero también mientras vivas tu caminar, de qué manera lo puedes utilizar -el tiempo- pero en el nombre de Nuestro Padre y para su Gloria infinita.
¡Qué daría aquél que sin conocer, sin escuchar todo esto!, poder lograr estar con todos los demás en gran armonía. Ahí es donde también puedes manejar, puedes hacer del tiempo ¡tu aliado!, para poderlo lograr.
No creas que es una locura lo que estás escuchando. Es una Gran Verdad. Es por eso que Nuestro Padre nos habla: “El tiempo, ¡el tiempo para mí no existe! ¡Es un instante!, y a la vez es la Eternidad”.
Algunos estarán pensando: “¿Y por qué eso antes no lo contaste?” Porque no era el momento, amado hermano; porque aún así -a pesar de que lo estás escuchando- hay algunos que no lo están comprendiendo, o lo están malinterpretando; pero para mi Padre es el momento en el que cada uno de ustedes ¡esto! tenían que escucharle.
Es parte de la Enseñanza, porque al seguir tu andanza; para poder hacerlo y vivir ¡toda su bienaventuranza!, será necesario que lo tengas presente, por todo lo que se va a mover.
La Madre Tierra también, al estar removiendo cada una de sus fibras en su Núcleo Sagrado, ¡así como tú! amado hermano; ¡cómo te estás sacudiendo en tu interior!, ¡pero con infinito amor! Así es como todo Ser vivo lo estará viviendo. ¡Será sacudido!, por la Gran Energía de “El Yo Soy”, Nuestro Padre ¡eterno! Nuestro Padre ¡Omnipotente!, ¡Omnisapiente!, ¡Omnisciente!, pero sobretodo Omnipresente, porque habrás de sentirlo cómo está en éste instante, en éste momento, en el cual me ha pedido ¡que de esto te venga a hablar!
Cada momento en el cual hemos tenido a bien reunirnos ¡para escuchar!, ¡porque eso es lo que Nuestro Padre nos pide!: ¡que escuchemos!, ¡que sintamos!, ¡que guardemos!, pero que también al darnos cuenta; al seguir adelante; al estar donde El te ha pedido, donde te necesita, que también lo utilices; porque es parte de su Plan; ¡que sientas y vivas lo que es esa verdadera y eterna vida! en esa encarnación, en éste vehículo físico en el cual te encuentras, en el que estás. ¡Uhm!
¿Qué más podría decir?, o ¿por qué?, ¿de qué manera todas estas palabras a mi podrían llegar?, si sólo soy menos que cualquiera; pero cuando llega ¡esta Gran Inspiración! de mi Padre tan amado -de “¡El Yo Soy el que Yo Soy!”- todo se ilumina y dentro de mí ¡surge! y hace expansión, ¡y es el deseo infinito de compartir con todos ustedes! y que haya ¡una total y plena comprensión de cada palabra!, y también -al hablar de todo ello- ¡de cada situación!
En aquél tiempo con parábolas se habló. Si tú dices que: “Tiempo pasado fue, y que ahora -por todo lo que ya has adelantado- mucho de ello ya se entendió”. ¿Y entonces por qué?, ¿por qué sigues actuando de cierta forma?, en la cual ¡sabes que el hacerlo de esa manera no te lo pidió!
¿Qué es lo que Nuestro Padre espera de cada uno de nosotros? Que a cada paso que demos lo hagamos con infinito amor; ¡que compartamos con nuestros hermanos!, de este deseo infinito, ¡de esta Gran Intuición!, ¡de todo lo que está surgiendo! Que muestres ya -amado hermano- pero que primero encuentres y sepas ¡perfectamente! que en éste tiempo, en ésta vida, ¡cuál es tu don! ¡Ese!, con el cual El te necesita. ¡Ese!, que te está pidiendo que ya utilices, y a cada instante y en tu día a día, a hacerlo te invita, pero que lo hagas -insisto- con infinito amor, porque esa es la llave que abrirá todas las puertas, y el Gran Portal, que ¡paso a paso!, para ti se abrirá.
¡Sí! También has escuchado que Portales se han abierto. ¿Y no te has preguntado si cruzarlos lo has logrado? ¿Si lo has sentido realmente?, que lo que te han entregado ¿ya lo estás utilizando? Porque cuando hemos hablado de esto, algunos han estado pensando: “¡Otro Nuevo Portal y tantos Portales! ¿Y qué ha sucedido?”
Hermano querido; ¡pregúntatelo a ti mismo! ¿Qué ha sucedido de ti? ¡Tantas oportunidades!, ¡y más que van a venir!, en ésta Gran Oportunidad, ¡con la Gran Dispensa que nos entregó Nuestro Padre!, nuestros amados Maestros. ¡Es por eso que en éste tiempo venimos a encarnar!, para vivirlo, ¡para sentirlo!, sobretodo ¡para entenderlo! y donde no tiene que estar en nosotros ¡ya trascenderlo!
Es por eso que nuestro amado Maestro lo dijo: “Tienes que morir para vivir”. ¿Quien ha entendido esas palabras? Morir; morir ¡a todo aquello que no te ha permitido seguir! Morir a la inarmonía. Morir al temor, al dolor, ¡a la tristeza!, ¡al odio!, ¡al resentimiento!, ¡al desamor! ¡Soltarte de todo eso!, ¡y resurgir! Vivir como realmente El te creó; en toda esa pureza, con infinito amor, para que entonces, siempre glorifiquemos ¡su grandeza! y seguir adelante ¡paso a paso!, hasta lograr lo que también nos dio, de Él: ¡la perfección!
¡Eso es lo que nuestros Maestros lograron! ¡Es por eso que ellos desean compartirlo con nosotros! ¿Pero quién?, ¿quién de los que aquí nos encontramos?, nos hemos permitido escucharlo, ¡sentirlo!, para todo ello vivirlo. Y más ahora, ¡tantas cosas nos han ido abriendo los ojos del Ser!
¿Se han preguntado?, ¿quiénes más?, están conscientes de que ¡hoy!, éste es el tiempo, éste es el momento de nuestro Maestro tan amado; que éste es el tiempo -como antes lo fue de nuestro Maestro Sananda- ahora nuestro Maestro ¡Saint Germain! es quien nos va a guiar ¡por el Sendero del Amor!, ¡pero también desea que vivamos el perdón y la libertad! ¡Que logremos esa libertad tan mal entendida!, como nosotros creemos que es, y nos va a mostrar la verdadera.
¿Quién? -de verdad- está dispuesto a escuchar, ¡a seguir adelante!, ¡para todo ello lograr! ¿Quién de nosotros? Sé que habemos muchos, pero deseamos que sean ¡muchos más! ¿Y cómo se puede lograr todo esto? ¿De qué manera lo logró nuestro Maestro?,  al preparar a quienes han llamado “Apóstoles”; al hablarles de la verdad, ¡de la Enseñanza de “El Yo Soy”! ¡Esa que nosotros aquí venimos a escuchar!, ¡aunque para algunos sea tan repetitiva!
A veces nos sentimos como en un callejón sin salida, y oímos, pero no escuchamos, y ahí es donde -en su grandeza- nuestros Maestros ¡repiten y repiten lo mismo!, ¡hasta que lo entendamos! Porque ellos lo entienden. ¡Ellos saben!, que estando en éste plano, en ésta ilusión, ¡hay tantas cosas que hacen de cada uno de nosotros tanta distracción!, ¡y nos alejamos! y pensamos que fue lo mejor. ¡Mas luego reaccionamos!, ¡y volvemos! ¡Y volvemos con más ímpetu!, deseosos de sentir y vivir ¡ese infinito amor!
Lo más importante para todos ellos -y también para su hermana- entendiendo cuál es la misión, del por qué al estar encarnando y estar en la forma humana, ha vivido todos estos momentos como el de hoy, como el estar en éste instante compartiendo; ser ese instrumento, ¡y “canal” han llegado a llamarme!, aunque algunos no lo están creyendo.
Mas ¡qué importa! ¡Qué importa!, si al final -o al principio de todo- aquél que se permitió escuchar; ¡que lo sintió en su corazón!, verá la respuesta ¡tan firme!, ¡tan directa!, de Nuestro Padre. ¡Porque no seré yo!, en “El Yo Soy”. Tan sólo soy -Padre mío- tu doncella; tan sólo soy tu portavoz.
¡Pero qué grande es sentir toda tu Energía!, tu Vibración, ¡de mis amados Maestros! y entender y escuchar ¡cada instrucción!, cada lección, para que al -como en éste instante- frente a ustedes estar; repetir con infinito amor, ¡pero entenderlo también!, porque aquí estoy, escuchando ¡como cada uno de ustedes!, ¡cada palabra!, de la que estoy no sólo para ustedes, sino también para mí hablando, porque en la Enseñanza también estoy. ¡Bendito mi Padre!, que me lo permite y a Él me entrego. En sus manos estoy.
Y después de todo ello, tal como en un instante; como a cada momento se lo he pedido, con tal sentimiento: “Permítemelo hacerlo consciente. ¡Permite que tu hija lo escuche!, y desde lo más profundo del corazón también compartirle a mi hermano; que de verdad lo sienta, que todo lo que le digo, todo lo que su hermana les dice, ¡no miente!, porque viene desde la Fuente, la Fuente inagotable de “El Yo Soy”.
Si esta es la forma -Padre mío- ¡sin tanto rebuscamiento!; sin utilizar palabras que muchas veces pudiera no estar entendiendo; pero que la Gran Sabiduría, ¡esa que nos entregaste el mismo día en que nos creaste!, ahora ¡en cada uno de ellos! -y también en tu hija- esté presente; ¡poder sentirla!, para que con tal discernimiento ¡elegir el seguir adelante! en la verdadera vida; ¡esa que tú nos diste!; ¡esa que nos entregaste!
¡Y cualquier pregunta!, ¡cualquier duda!, que seas tú -Padre mío- el que la respuesta dé. ¿Por qué no?, si viene desde lo más profundo del Ser, para cada uno de mis hermanos; que sientan; que vivan Tu Presencia, porque estás aquí en Esencia; porque yo soy quien hablando estoy, al transformar de qué manera venir aquí a encarnar, y de ésta forma -a mis hermanos- de tu Gloria Infinita ¡paso a paso! empezarles a hablar, de toda la Gracia en la cual -al entregarme- su hermana está; la misma que deseo ¡para cada uno de ustedes!
Y lo digo ¡porque puedo hacerlo!; porque mi Padre, ¡Nuestro Padre!, ya está permitiendo que desde el principio hasta lo que ustedes llaman “final”, al unirse todo, así como han hablado del Ying, del Yang, pero el justo equilibrio, ¡ese del cual muy pocos están compartiendo!
¡Es tan importante, amados hermanos!, porque ahí es, ahí es donde hemos de aprender, para estar viviendo de lo infinito, todo lo que Nuestro Padre a ustedes entregó. Y como lo ha dicho: “Todo lo que doy, ¡jamás lo quito! Son mis hijos quienes con cada acción que no está entregada; ¡que no viene de la Enseñanza de “El Yo Soy”!,  hace de su andanza, eterna distracción”. Mas ya no permitamos que sea así, amados hermanos. Es por eso que hablándoles estoy ¡de lo que es el verdadero vivir!
Cada vez más ustedes verán un cambio total; pero el deseo de mi Padre es que en ustedes se encuentre también eso que da vida; eso que es eterno; ¡eso que El quiso entregar ahora!, ¡con toda la Energía que está llegando!; lo que a cada uno de ustedes les está envolviendo; está penetrando, hermano tan amado. ¡No desaprovechen ésta Gran Oportunidad! Es por eso que con ustedes estamos, para hablarles de la Enseñanza de “¡El Yo Soy”! -de mi Padre- de Él y de su verdad.
Que si inicié a compartir lo que era el trascender; mas eso ¿qué importará?, ¿qué importará a aquél hermano que entregado está? Mi Padre ¡de lo que ha prometido!, ¡de lo que a cada uno está entregando!: el volver a Él, lleno de Luz, ¡tan iluminado!, de aquí, ¡de ésta ilusión! ¿Qué le afectará? ¡Nada hermanos! ¡Nada!, y de ello se les dará una prueba total. ¡Claro que sí!: la tendrán.
Mas al estar aquí; al hablarles de lo que ustedes son; en lo que se están convirtiendo; lo que el camino a través -no de su destino- sino de lo que Nuestro Padre al intervenir, al con ustedes estar aquí, ¡ahh!, lo que ya decidió; ¡pero esperando! que cada uno de ustedes tome esa Gran Decisión de liberarse, ¡de estar con Él!, ¡de escucharle!, ¡de seguir adelante!
¿Y qué puede preocuparle? a mi hermana, ¡a mi hermano!, ¡si por mi Padre deja llevarse! El te dará toda y cada una de las respuestas en su momento; en ese instante en el cual ¡tú lo estés permitiendo! Ya verás que así será.
¡Qué importa lo que aquí te preocupe! Todo ello pasará. ¡Ay hermano!, si lo que tú tienes que valorar, no se encuentra aquí, mas en camino para llegar -para que tú lo recibas- ¡ya está! Es sólo y esperamos que tú lo decidas. Es por eso que Aleshia, ¡Aleshia de Shirón!, ¡de ello te ha venido a hablar!
El Proyecto ¡sigue en camino! Sé que de esto deseas escuchar. Todo lo que mi Padre ha decidido, ¡eso es lo que sucederá en su momento! ¡Ya lo verán! El te va a mostrar de lo que tu hermana ¡ya te ha hablado!, que esas maravillosas y amorosas armas que tiene, para por ti la batalla luchar. ¡Ya lo verás! -hermano, hermana- qué es lo que -en su nombre- aquí sucederá.
Y ahí donde El ha decidido que sea, y que es ¡el Santuario!, ¡el Lugar Sagrado!; ahí resurgirá todo lo que El nos ha entregado y que para ustedes -hermanos- nuevamente se mostrará. ¡Ahí será! -en infinito amor- para aquél que necesite; aquél que desee sanar desde lo más profundo de su corazón, ahí estará; ¡ahí sus pasos guiados por mi Padre los llevará!, ¡como aquí!, donde todo ha empezado; donde seguiremos.
¡Verán cómo lo convertiremos! ¡Verán cómo éste lugar!: “¡Casa de Oyamel!”, y también el Santuario: “¡Casa de Oyamel!”, ¡tanto de ellos se escuchará hablar! Es Voluntad ¡de mi Padre tan amado! Es por eso que el Proyecto Shirón ¡está caminando! Y ustedes -amados hermanos- aquellos que están tan cercanos, ahí nos estarán acompañando. ¡Ya lo verán! ¡Así será!
Estos días serán de un Gran Movimiento; estarán resurgiendo, y aquellos, ¡aquellos que realmente estén y se han preparado!; ¡que a punto han estado!, ya lo estarán viviendo; así tal cual, como mi Padre los está necesitando. Es por eso que de inicio ¡de ello! les estuve hablando, ¡amados hermanos!
En la corriente de la vida, tal cual; la causa, ¡el efecto! será mostrado. La carne será sacudida, pero en el amor, porque mi Padre hará de ti -amado hermano, hermana- para que ya ¡sientas! y resurja tu don: ¡amar!, ¡amarte a ti mismo! y compartir con tu hermano.
¡Que  Aleshia te entrega en éste instante la Llama Violeta!, para que transmutes ¡todo aquello que te afecta! ¡No hay enfermedad! Verás cómo que con ello, lo que en éste instante te entrego -hermano, hermana- ¡sanarás! ¡Así es!, en el nombre del Padre tan amado; en el nombre de “El Yo Soy”, ¡hecho está! Te ha sido entregado.
Que yo soy ¡Aleshia!, ¡Aleshia de Shirón!
Mayo 3, 2017
Maestro Desconocido.
Antes de que les comparta lo que realmente está sucediendo en ésta Estrella; la atmósfera que se está moviendo -amados hermanos- para que ustedes todo esto lo estén comprendiendo; todo lo que está subiendo; la Gran Energía que la está recibiendo, en éste gran choque crucial, en infinito amor mostrará la verdad.
La verdad, la verdad en la cual hoy más que nunca estarán caminando, ¡tan clara y real!, como ésta ilusión, que ustedes pensaron que les mostraba lo que era de “su vida”. Pero está llegando esa gran, ¡gran y fuerte transición!, para que ustedes ¡al hacer unión!, de su cuerpo ¡terrenal!, con el Ser que con ustedes ¡tanto tiempo esperando está!
Entiendan de lo que les estoy hablando, ¡comprendan y reflexionen!, porque lo que estará pasando para aquél que se estuvo preparando y por la gran, Gran Dispensa, si en éste momento tú -al estarlo entendiendo- amado hermano, también deseas y quieres -como ustedes lo han llamado- sus “penas” estar, ¡o sus “pecados”! -que el hablarlo de ésta manera yo no lo entiendo- lo estén redimiendo.
¡Es el Gran Momento! ¡Háganlo! ¡Hagan esa Gran Reflexión! ¡Ofrézcanle a “El que todo lo creó”, toda esa intención de vivir, de seguir delante, ¡de sentir! solamente “Su Vibración”, como ustedes lo dicen; la Vibración del Padre.
La Gran Oleada estará llegando, ya se está sintiendo -amado hermano- y tú, ¡tú!, al estarla recibiendo, purifícate, ¡utiliza! -tal como te lo han ofrecido- la Llama Violeta, para que estés transmutando todo aquello que no te había permitido recibirlo.
¡Hazlo! ¡Es tan importante!, porque entonces ¡todos los Rayos! -como un Gran Arcoíris- en ti estarán; ¡hasta ti llegarán! Tu decisión es si los recibirás y te dejarás llevar, para que luego, ¡tal cual como El te necesite!, cada uno de ustedes, alguno, ¡o algunos! los comiencen a utilizar.
¡Miren qué grande es todo esto! de lo que les hablo. ¡Y no es parábola!, hermanos, pero si lo están comprendiendo, de verdad: ¡abran su corazón! Siéntanse así. Eleven su decreto con infinito amor, porque El ¡escuchando está!
Y nosotros en su nombre, ¡en el nombre de “El Yo Soy”!, estamos aquí, para que luego sigan sus pasos en ésta Nueva Vida: ¡la verdadera!, de la que ¡tanto les hemos hablado!; de la que ¡tanto ustedes han escuchado!, ¡ahh!, la empiecen a vivir en ésta ilusión ¡tal cual!, así como -de ello- ¡tanto estuvimos insistiendo!
¿Recuerdan?, ¡Cuánto tiempo lo estuvimos repitiendo!: el momento llegó. ¡Ahora sí!, ese es el instante en el cual está haciendo unión todo lo que tú aquí sembraste, con lo que viene de allá, del Infinito, ¡del Cosmos! ¡Ahh! Se estará mostrando y tal cual, lo que tú estuviste edificando dentro de ti estará resonando, para que -lo que llegue- te permita fluir. ¡Qué hermoso y qué grande!
Entonces, cada uno de ustedes -amados hermanos- empezarán a vivir, ¡que no les extrañe! cuando empiecen a escuchar, y hay quien dice que “la telepatía empezó a utilizar”. Y hay quien dice que también de su cuerpo se ha separado y hace un Viaje Astral.
¿Y por qué le llaman “Astral”? Cuando realmente ¡entiendan y sepan lo que realmente son!, y qué es lo que pueden hacer ¡y hasta donde pueden llegar!, qué tan ilimitados son, porque El así los quiso crear: ¡a su imagen y semejanza! Si tú mismo has dicho: “El Padre está ¡aquí y en todo lugar!, ¡no importa la distancia!” Pues eso también ¡tú lo vas a poder utilizar!, pero que sea para bien de toda la Hermana Humanidad.
¿Y por qué te lo digo? Porque lo vas a escuchar, y algunos ¡más que ello!: lo van a atestiguar; lo vivirán ¡en el Gran Momento! Es por eso que “Humanos” se dejarán de llamar.
He ahí que también te pedimos que comprendas, cuando al que llamas “Maestro” te decía: “¡Ya deja de ser Humano!” ¡Entiende! ¡Pide! ¡Suelta todo aquello que te detiene!, ¡para que lo trasciendas! ¡Ya no estés viviendo en declive! Sigue adelante.
Éste es el instante -amado hermano- haz de purificarte ¡paso a paso! ¡Sí! ¡Sé lo que vas a decirme!; que tanto también lo hemos repetido: ¡libérate!, ¡purifícate! ¡Es que tú no sabes lo que has avanzado! y que paso a paso ¡lo que has dejado!
Pero lo que todavía no has soltado, ¿eso qué? ¡También tienes que dejarlo! Tienes que seguir, ¡vas a seguir si tú nos lo permites! Es por eso que también -en el nombre de “El Yo Soy”- tu hermano estoy para ayudarte aquí. ¡Claro que sí!
¡Y ya basta! que pienses que la hermana que tienes frente a ti, llega y se sienta y te habla de todo ello. “¡Qué bien lo memoriza!” ¡No! Te vamos a mostrar que no es así; que ella permite. ¿De qué otra manera pudiéramos acercarnos?, si no nos habían permitido ¡ni siquiera! el habernos sentido, ¡mucho menos el escucharnos!
Ahora, ahora que lo has hecho, ¡también tienes que dejar tantas otras cosas!, y sabes de lo que te hablo. Si es tu deseo compartir; si es tu deseo ayudar a tu hermano, también permite que en ese infinito amor y en humildad, ¡caminar! todos ustedes en unidad.
Que por eso se les ha dicho, ya la hermana se los preguntó. ¿Qué acaso no se han dado cuenta?, que siempre han dicho: “¡Casa de Oyamel se escuchará!” ¿En dónde está lo que algunos han dicho?, el deseo de ella de protagonizar.
¡Ella está consciente! que aquí -como en éste instante- está para compartir y de lo que es la verdad del Padre venirles a hablar, y con la misma intención amorosa ¡ayudarles a recordar!
Y todavía hay algunos que dicen: “Quiero conocerte”. ¡Sí! ¡A mí! A quien de esto les vine a hablar. Y hermano: ¿qué esperas? ¡Si es lo que yo tanto deseo!, que sepas -ya se los he dicho- quién hablándote está. ¿Y te has preguntado por qué directamente mi nombre no lo he pronunciado?
Vengo en el nombre de “El Yo Soy”, ¡soy tu hermano!, pero también lo hago para que te apartes de ese deseo de estar protagonizando. ¡Sí! Te pido que todo esto que escuches ¡que sea para bien!
¡Sí! Dices: “¡Deseo compartir con mi hermano!” ¡Y lo vas a hacer! ¡Estamos haciéndolo!, ¡vamos a lograrlo! y todo tiene que ser ¡en unión!, en esa unidad seguir caminando. ¡Vamos a amalgamar!; vamos al hacer resurgir lo que en un tiempo estuvo aquí, a necesitar ¿cuántos de ustedes?
Y todavía hay algunos ¡que se vuelven a resistir! Y quienes quieren insistir, ¡pero que sea de corazón! y en ese infinito amor, porque de esa manera es como necesitamos, ¡de esa manera te pide que lo hagas “El Yo Soy”!; que nosotros hemos estado aquí para darles la preparación y lo hemos venido haciendo ¡no solamente en éste tiempo! ¡Uhm!
Ya pronto verán y sabrán quién yo soy, amados hermanos.  Y lo digo con gran alegría, porque para algunos de ustedes ¡ya llegó ese día!, y poder mostrarme, y de la verdad del Padre hablarles, ¡y su cuerpo físico prepararles! Porque es así; porque lo hemos hecho de tiempo en tiempo.
Ya no se sigan resistiendo; permitan que -en el nombre de Él- les entregue ¡todo! en lo que a mí corresponde en la Enseñanza de “El Yo Soy”; compartir con infinito amor, hermanos.
Los días que vienen, muchas de las cosas para mostrarles que es en la verdad en la que nosotros caminamos; estaremos, ¡estarán! viviendo, ¡se estarán acelerando! Así es que no se estén sorprendiendo de lo que se les va a estar mostrando.
Es en la Gran Energía Divina; ¡en la sonata! que aún no termina; en aquella que por la magnificencia de “Aquél que todo lo creó”, para que sientan la Esencia -en ésta ilusión- de “El Yo Soy”.
Entonces, sintiendo esa ¡Gran Inspiración!, aquellos que así lo vivan ¡lo harán con gran devoción! ¡Y ahí estaré yo!, en “El Yo Soy”. Preparado estoy, y la hermana me acompañará, porque con ustedes hablará. Así es.
¿Qué podrían lamentar?, si todo esto es para que se puedan ¡y se quieran liberar!
Gran Movimiento en aceleración total; el Cosmos, el Infinito, para que todo esté resurgiendo a través del Gran Puente, para que una lo sagrado con lo terrenal.
¡Eso es! -amados hermanos- lo que ustedes verán. Así es de que no se sorprendan de lo que sucederá -¡vuelvo a repetirles!- ¡porque lo vivirán!
Lo único que me resta es decirles que -en estos días- seguirán sintiendo esa incomodidad que en el cuerpo -al estarlos sacudiendo- los ha hecho sentir, pero es Gran Energía y la sentirán corporal.
¡Déjenos en ustedes trabajar! ¡Permítanos! seguir adelante, ¡por todo lo que harán!, amados hermanos.
Que yo soy su hermano y dejo en ustedes -¡a la par! de lo que mi hermana entregó- la pureza de la Gran Energía de “El Yo Soy”.
Que yo soy ¡su hermano!, que con ustedes también encaminando voy.
Mayo 3, 2017
Leutón.
Y que me permitan -al vivir estos cambios- de ello hablarles.
El “tiempo” -como ustedes lo llaman- que les muestra cambio climático, tan inesperado; ¡que no les implique temor el vivirlo!, porque todo -al tener un “porqué”- verán lo que les estará mostrando, ¡allá en lo alto!, donde ustedes se repiten.
Que si acaso hay cambios, ¿por qué no lo observas?
Y yo te pregunto: ¿te sientes listo para vivirlo? Mira hermano; seguimos, ¡estamos contigo!
¡Yo, Leutón! -en el nombre del Gran Comandante- vengo a decirte que se sentirá ¡tan vibrante!, en la Analogía Sagrada. La brecha al abrirse -al ser tocada- irradia tanto, que ésta ilusión se está retirando, para vivir plena y total la verdad, que es la que se mostrará. Y nosotros como centinelas, para no permitir que llegue más de lo que soportar tú no puedas.
Eso es nuestro fin, cometido, tal cual como “El que nos creó” nos ha pedido, y es lo que haremos, al envolver ésta Estrella con la Gran Energía que para ustedes llega.
Así es de que si han hablado de tanto avistamiento, hermano yo te digo: ¡te estamos protegiendo!, para que sigas adelante en tu liberación. ¡Hazlo constante!, porque entonces caminaremos ¡unidos!, para llevar en la Enseñanza de “El Yo Soy”.
Y Leutón -tu hermano- te digo; que el lugar ¡que El ha elegido! ya mostrará. Entonces, es el momento en el cual descubrirá lo que tanto, tan guardado lo había tenido.
Que yo soy Leutón, tu hermano.
Mayo 3, 2017
Aleshia/Enriqueta (2).
Ellos al adelantar -hablando de mi hermano que se acaba de presentar- han logrado lo que ustedes a punto están también: dejar atrás lo que llaman “el final”; ¡vivir más fuertemente! la palabra “longevidad”. ¡Eso es lo que ustedes vivirán!, y en amor, en perfecta y plena salud, en su cuerpo ¡que más sutil se hará!; que de ser “Humano” dejará; su nombre cambiará.
¡Sí, hermanos! Eso es lo que ustedes vivirán. Es por eso también que su hermana ¡Aleshia aquí está!, porque ustedes -al decidir venir a encarnar- lo hicieron en un momento ¡tan importante!, de una Gran Transición, de la ilusión ¡a la verdad!; ¡a la infinita verdad, que es eterna! y que Nuestro Padre ¡a todos nos quiso entregar!
¡Qué grande! ¡Qué maravilloso! y todo eso que El quiso entregarte; lo que habrás de vivir hermano. Es por eso que insisto: ¡tu cuerpo! tendrá que ser más sutil. Y aquél que no lo desea así, ¡no en éste momento!, es por eso que están pidiendo que sea su momento; ¡pero todo en amor!, en infinito amor.
También verán y cuenta se darán, cómo ellos -en el amor del Padre- ¡en la Enseñanza ha seguido! y están. ¡Claro que sí!, amados hermanos.
Es por eso que yo les pido que no sientan su corazón entristecido. Al contrario; que eleven alabanzas, porque todas las andanzas que vienen y que están por vivir, serán en el nombre de Nuestro Padre, que es Él y que tuvo a bien a sus Emisarios enviarles.
¡Siéntanlo así! ¡Véanlo así! ¡Vívanlo así!, amados hermanos, que estos son tiempos amorosos; tiempos del Gran Cambio; ¡éste!, que están empezando.
Y si ustedes desean seguirnos escuchando, aquí estaremos, hasta que mi Padre, ¡Nuestro Padre tan amado!, así lo tenga listo y preparado para ustedes.
Para ustedes -amados hermanos- en éste lugar y en aquél que es ¡tan sagrado!: “¡Casas de Oyamel!”, tal como ha sido Su Voluntad, ¡para ustedes!, para éste y para aquél. ¡Ya lo verán!, ¡amados hermanos!
Sientan en su corazón que mi Padre está. No se pregunten de qué manera sucederá, el que todo para ustedes cambiará. Sólo sientan ¡la fe! y la confianza, ¡la firmeza!, de que así será. Es por eso ¡que Aleshia! también, para hablarles ¡y mostrarles todo ello!, aquí está.
¿Acaso toda mi Energía tan amorosa sintiéndola están? Porque así es, amados hermanos; del Padre recibo y a ustedes -en infinito amor- deseo entregar.
Que yo soy Aleshia, ¡Aleshia de Shirón!, ¡para ustedes!
Mayo 3, 2017
Saint Germain.
Y ustedes se estarán preguntando: “¿Por qué tanta entrega de Energía? ¡Que lo están sintiendo!, amados hermanos.
Como siempre lo hemos dicho: ¡todo tiene un “por qué” y un “para qué”!, y también su hermano -con infinito amor- ¡claro que les estará y les estoy! entregando -en Gran Transmutación- ¡la Llama Violeta!, no sólo a ustedes que presentes están, sino ¡a todos sus hermanos!, ¡a la Hermana Humanidad!
La Gran Estrella, el Gran Campo Vibracional en el cual se está moviendo, ya lo sentirán. Es por eso que todos los cambios climáticos -amados hermanos- la amorosisa, amorosísima -amada hermana no me pongas en vergüenza- amorosísima “¡Madre Gaia!” como ustedes la llaman, está recibiendo y está sintiendo; ¡se está sacudiendo! para ustedes, para  seguirlos abrazando con infinito amor. ¡Claro que sí! Es por eso que también -en el nombre de “El Yo Soy”- con ustedes estoy.
Todo esto que en estos días están recibiendo, cada vez será ¡más y más! Y todo bien, ¡y con gran algarabía! y con infinita alegría, he de agradecerle lo que ofrecieron a su hermano. Todos ustedes son muy amados por mí. ¡Verán! -en respuesta- lo que he de entregar ¡para todos ustedes! -amados hermanos- por ¡haberme venido a acompañar!
Todos los momentos al revivir lo que en ese instante ¡tanto siento!; lo que Nuestro Padre hizo de mí, y que ahora quiero con ustedes compartir, ¡deseo entregar!, para que en éste Nuevo Vivir, ustedes -al ingresar- lo hagan con un cuerpo ¡más sutil!
¡Es por eso que aquellos que han tenido a bien y se han querido preparar!, algunos dicen: “¿Cuándo?, ¿cuándo amado Maestro, amado hermano, me sentarás en el sillón?, ¡aquél que todo lo puede acelerar!”
Les he de decir: muy cercano está el Gran Momento para que vivan su aceleración; pero que realmente lo estén sintiendo y lo estén viviendo de corazón; porque solamente de esa manera ustedes se están permitiendo acercarse ¡más y más! hasta nosotros, para ese Gran Momento de la transición. ¡Sí!, del cuerpo, en el cual al hacerlo ¡tan ligero!, de cristal, entonces vivirán, ¡empezarán a utilizar! lo que Nuestro Padre tuvo a bien ¡y a ustedes! quiso entregar.
¡Amados!, en estos días que son ¡tan importantes!, porque es por eso que éste mes para mí, ¡ahh!, ¡tanto lo abrazo!, ¡y voy a mostrarles cuánto los amo! Amados, ¡preparados!
Es por eso que ¡Saint Germain! para ustedes tiene una ¡Gran Entrega!, sin igual. ¡Ya lo verán! ¡Sí! De ello hemos estado hablando, para que ya pronto, muy pronto esté -para ustedes- ya mostrando ¡el Gran Foco Tonal!
¡Amados! ¡Amadísimos! Y no se preocupen por aquello que tanto les está dando vueltas en la cabeza, ¡hermanitas! Mejor les pido ¡que se ocupen! a lo que les voy a pedir; ¡que todo es muy importante! y es ¡para Nuestro Padre!, para “¡Aquél que todo lo creó!”. Verán, verán lo que sucederá.
Y estos días que sea la ¡Gran Intención!, en Gran Amor, porque la vibración que está llegando ¡y más que se está aproximando!, es para que en ustedes -en su cuerpo- esté ¡fuertemente la Gran Preparación! ¡Sí!, para el cambio ¡total! y así seguir nuestro caminar. ¡Amados! ¡Amadísimos hermanos!
Y entonces, podremos hacer ¡un Gran Ceremonial!, que ya se está preparando; porque en ésta andanza, ¡aquellos que son la Avanzada!, serán quienes lo estén presenciando. ¡Amados! ¡Amadísimos hermanos!
Yo les pido seguir adelante ¡y prepararse! Ya les acercaremos y les diremos de qué manera, cada uno de ustedes hemos de necesitarles. ¡Amados! ¡Amadísimos!
Sigan con la fe ¡y adelante!, ¡con esa fuerza que sólo la entrega el Padre!, “¡Aquél que todo ha creado!”, a cada hermana, a cada hermano; porque estamos ¡tan cercanos a vivir la Gran Liberación! ¡Y esto lo digo con infinito amor!
Que la Llama Violeta, ¡ésta que su hermano les entrega!, les envuelva ¡a todos ustedes! ¡Amados! ¡Amadísimos hermanos! y la Gran Amatista; esa que resurgirá y en el Gran Santuario se verá, la Gran Luz, el Rayo del Foco Tonal.
Que yo soy ¡Saint Germain!
Mayo 3, 2017
Aleshia/Enriqueta (3).
Y también en la preparación, han llegado a sentir y han tenido grandes momentos de confusión.
El cuerpo -al saber que todo en él está cambiando- no puede creer ni entender, de qué manera o cuál es la forma que ahora tiene que seguir funcionando.
“El corazón” -así como lo han estado llamando- al llegar y al escuchar y vivir la Gran Revelación, cuenta se darán ¡que no solamente el latir ha sido su función!
¡Mucho de ello se les ha hablado!, pues ya el momento para que escuchen realmente ¡qué es lo que ha guardado!, ha llegado, amados hermanos. Y al decir “que ha llegado”, ustedes empezarán y estarán escuchando.
Mucho estará sorprendiendo a aquellos que se hacen llamar “Científicos”. La respuesta no la tendrán. No sabrán de qué manera explicar lo que descubrirán, y “descubrimiento” le llamarán. Es sólo que Nuestro Padre ya es su deseo y está permitiendo que poco a poco mis hermanos, quiénes son realmente ¡ya empiecen a escucharlo!, y lo estén comprendiendo.
Esperamos, ¡espero!, que después de esto que se les está revelando, también sepan que -en el nombre del Padre- todo esto ¡y más! que les estaré compartiendo en su nombre -a través de su hermana- ha llegado.
Es Su Voluntad que hoy, esto -al venir- lo tuvieran que escuchar, amados hermanos.
E insistimos en que no debe haber temor, por todo lo que en los cambios se estará mostrando. Si tú sabes, y has decidido que por Nuestro Padre te dejas llevar, ¡y que solamente sea El el que te esté guiando!, ¡nada debes temer! -amado hermano- porque su protección ¡no sólo a ti!, también a tus Seres amados, siempre, ¡siempre se hará presente!
De eso ¡señales tendrás! ¡Ya lo verás! Esa es Su Voluntad.

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