22 de octubre de 2016

Canalización del 19 de Octubre de 2016.

Octubre 19, 2016
Enriqueta.

Es muy importante saber realmente, en la verdad que viene de la Fuente -que es Nuestro Padre- y que es inagotable: ¿quiénes somos? Nos lo han repetido; pero ¿para qué?, ¿a qué vinimos aquí?, ¿cuál es el Propósito Divino? ¡No el que nosotros querramos entender, o a nuestro capricho querer hacer! ¡No! Porque no hay que olvidarse que en ésta ilusión, pues es sólo eso lo que nos muestra, y para lograr la tan ansiada y tan comentada ¡liberación! ¡Pues ellos están para hablarnos de ello! y lo hacen con infinito amor.

¿Pero quién?, ¿quién realmente tiene que tener realmente ese verdadero ¡valor! para lograrlo? ¡Cada uno de nosotros! ¡Porque sabemos!, sabemos, en dónde está y que es lo que hasta hoy -aunque no querramos de ello hablar- de qué adolecemos. ¡Qué es! lo que a pesar de que digamos: “estoy en el proceso”, “estoy trabajando”, “mi cuerpo estoy limpiando”.

Hermanos: ¿saben qué es lo importante? ¡Lo que está dentro! ¡Lo que mueve éste cuerpo!: ¡La Esencia! Permitir y dejar, ¡trabajar!, para que se vuelva a mostrar ¡eso que Nuestro Padre nos entregó!; lo que viene del “Yo Soy”. ¡Eso que es eterno!, para que al irlo entendiendo y entonces empezar en ello y para ello seguir viviendo, pero ¡la verdadera vida!

Y ustedes verán; porque cada uno -cuando lo decidan y sea su voluntad- Nuestro Padre ahí está. En algunos momentos a la expectativa; aunque nos conoce. ¡Sabe bien! lo que cada uno de nosotros necesita. ¡Sabe bien! -en cada momento- si tú en alguna etapa de tu vida o en éste instante estás elevando ¡algún lamento!, de decir: “Aquí estoy y lo que estoy sufriendo; lo que estoy viviendo, ¡no es lo que yo quiero!”

Pero, ¿por qué mejor no nos preguntamos “por qué” y “para qué”? ¿Qué es? ¿Qué experiencia? es de la que de aquí, luego -porque todo pasa- ¿qué experiencia necesitamos? ¡Y claro!, para que no se vuelva a repetir; para seguir el camino, en el verdadero vivir.

Hoy en especial, su hermana que les habla; porque en éste instante es Enriqueta la terrenal; ¡pero sintiendo esa Energía de Amor que me entrega mi amadísima hermana!, que me dice: “Somos ¡uno!”, y en el “Yo Soy” ¡contigo estoy! Porque pronto entenderás, mejor dicho ¡recordarás! quién eres y porqué aquí estás”.

Hay muchas cosas que su hermana ha ido recordando; pero ¡muchas!, pienso que no es ni siquiera el principio ¡de todo! lo que cada uno de nosotros viviremos, al seguir andando. Pero en el sendero, en ese camino, ¡el verdadero!

Simple y sencillamente les he de decir: antes -cuando caminaba en ese letargo- no hubiera podido ni siquiera estar aquí, frente a ustedes; porque siempre -cuando todo empezó- ¡me agobiaba el hecho de pensar!, ¡pensar!, cuando me permitía razonar: “¿Y qué diré?” ¡Sí Padre, yo te amo! y te amo ¡muchísimo! y siempre te he preguntado ¡esa inquietud! que desde pequeña no me ha dejado, ¡y no la he soltado!; porque para mí es tan importante saber ¿de qué manera?, ¿cómo podría hasta a ti acercarme? ¿Cómo es que aquellos…? Ahora ellos nos dicen: “Somos tus hermanos”, pero ¡son nuestros Maestros!, o los que -de acuerdo a la religión que me inculcaron- se les llamaban o se les llaman “Santos”.

¡Ahora entiendo! ¡Ahora he ido entendiendo muchas cosas!, ¡y le agradezco a mi Padre!; porque siempre le pregunté: “¿Cómo? ¿Cómo puedo hacer? ¿Qué es lo que -estoy aquí- y frente a éste espejo me estoy reflejando, me estoy observando. ¡Y sí! Me toco y digo: “¡Soy Enriqueta!” Pero ¿quién es Enriqueta? ¿Y qué es lo que viene a hacer aquí? ¿Algo muy importante? Pero yo te lo pido: ¡que venga de ti! Sólo de ti Padre mío. ¡Y qué importa lo demás! ¡Lo que tenga que vivir! ¡Lo que tenga que pasar!, si al “final” -que es lo que ésta ilusión siempre nos quiere hacer creer: “Todo principio tiene un final”.

¿Final? Si así se le quiere llamar; porque en éste instante estamos aquí y hemos venido a reencarnar, y estoy viviendo, dándole ¡vida! a éste cuerpo que me abraza; al que agradezco ¡y que amo! Estoy aprendiendo a amarlo; ¡a amarlo tal cual como es!, ¡como está! Porque recuerdo que desde pequeña, había tantas cosas que nunca me acabaron de gustar. Y observaba a mi alrededor y decía: “¿Por qué no soy así? ¿Por qué no me veo así? ¿Por qué ésta hermana, compañera, es tan popular?”

¡Por qué! ¡Por qué! ¡Por qué! ¡Por qué! Y siempre es lo que todos, esa pregunta ¡nos cargamos tanto!: el “por qué” y ¡por qué! Hasta que mi amada: “La Esencia”, que aquí está; yo acepto y deseo que siempre -y ahora con más fuerza y por toda la Eternidad- si ese es el deseo de mi Padre: ¡sea pues!

A veces me pregunto -amados hermanos- por lo que me ha estado haciendo sentir, ¡cada vez más fuerte! Cada vez con mucho más tiempo, y recuerdo que dijeron: “Llegará el momento en que esto será, no cada vez más fuerte. ¡Sí, mas fuerte! pero ya será ¡total!” Primero empezó como destellos, y fue algo tan bello. 

Y ustedes se preguntarán: “¿Por qué? ¿Por qué se los comento?” Todo tiene un “por qué” y un “para qué”. Es así como cuando ¡tú! empiezas a entender que -cuando ¡permites que se una a ti tu Ser!- esa parte divina: ¡La Esencia! ¡Esa que no se contamina!, no importando que siga aquí caminando; porque ¡eso es lo que te da vida!, y eso es lo que -para gloria de Nuestro Padre- vas cada vez ¡más y más y más! mostrando. ¡Pero primero para ti!

Es por eso, todo esto que les empecé a decir. Luego -poco a poco- empecé a darme cuenta: ¡había algo!, a pesar de que hubo situaciones; hubo momentos en los que podía llenarlo. Podía lograrlo, pero luego, algo dentro de mí me decía: “¿Y luego? ¿Y luego qué? ¿Qué va a suceder? ¿Por qué sigues sintiendo éste vacío aquí?, ¡muy dentro! La necesidad de que ¡algo más! ¡Eso es!: ¡Dedícate a buscar!” Pero me preguntaba: “pero ¿a buscar qué?, ¿qué? ¡Sé que hay algo que me va a llenar!” e insistía.

Algunos han dicho y lo he escuchado y me sonrío, porque ¡pues eso es lo que yo hago!: insisto con mi Padre y le digo: “¡Que seas tú! ¡Pero que seas tú y solamente tú y tus Emisarios, y que sean mis amados Maestros; esos tus Enviados! Que ¡bendito tú, Padre mío!, que ¡me has permitido y que me estás tomando!, para que primero los esté escuchando y luego -a través de tu hija- ¡también!, porque es mi deseo siempre compartir lo que viene de ti”.

¡Así! Y así es como he seguido mi camino. ¡Pero! -en un principio- ¡claro que sí me atemorizaba!; ¡porque no entendía!; ¡porque no sabía! Y luego -es por eso que les pido que estén entendiendo- cuando nuestros Maestros, cuando inclusive mi amadísima Aleshia nos dice: “Pero ¿qué es lo que te dice tu corazón al escuchar? ¿Qué es lo que sientes? ¿Por que?, si tú permites que el temor sea el que te vuelva a atrapar, ¡pon atención!, ¡por atención a esa intuición!; a ese sentir; ¡a lo que te diga tu corazón!”

Si quieres saber ¿por qué? y ¿para qué? Ahora pregúntate: “¿para qué?, ¿para qué estoy viviendo esto? ¿Me hará crecer?, no como humano, sino ¡como ese hijo de mi Padre!, ¡que es puro corazón!; como el que ¡El me ha estado entregando!, perdonando; ¡perdonando todo! lo que pudiera venir. Inclusive de aquél hermano que en algún momento me dijo: “¡Siempre estaré aquí!” o aquél que desde el inicio -al reencontrarlo- hubo rechazo. ¿Por qué no? ¡Para eso aquí estamos!, para vivir todo tipo de situaciones.

Pero ¿saben qué es lo importante? ¡El cómo las tomamos! ¡El qué es lo que sientes tú! Porque primero ¡en ti tienes que estar trabajando! Y todo lo que te vas dando cuenta que no es correcto; ¡que te desvía del camino!, de ese sendero que te lleva a Nuestro Padre ¡tan directo!; entonces es cuando ¡lo atosigo más a mi Padre! y le digo: “Con ese infinito amor, ¡ese amor tan inagotable!, yo te pido que siempre llenes mi corazón; mas también ¡con la humildad! Con esa humildad, para entender y aceptar ¡y no soltar! lo que tú tengas a bien -a tu hija- querer entregar. Que lo vea; que lo sienta; ¡que lo tome!; ¡que se multiplique!; ¡que haga expansión!”.

Porque a todos mis hermanos ¡esto! quiero compartirles: ¡cómo me hace sentir!, ¡que el pecho casi revienta! de tanto amor. Más en esos instantes en los cuales me dices; porque -Padre- tienes una manera ¡tan maravillosa! de indicarme: “Ahora. ¡Éste es el momento! Déjate llevar. Así; ¡siénteme!, como sopla el viento; que tú piensas que no me ves, ¡pero me estás sintiendo! Estoy dentro de ti. Ahora escucha; ¡escúchame!, y cada vez ¡más y más! -en tu interior- mi voz voy a elevar. Porque sí aquí llegaste; aquí estás; en ese tiempo en el cual nada de lo que tú eres en realidad podrías recordar. Lo que hiciste: ¡no te juzgues más! ¡Perdónate! ¡Olvídalo! O -si no quieres olvidar- ¡entrégamelo!, ¡elévalo! ¡y pide! ¡Pide!, ¡que Yo te lo daré! Que todo eso se transmute ¡en esa Alquimia!, de la cual -al que llamas “tu Maestro”- ya te ha venido a hablar. ¡Y no sólo a ti!, ¡a tantos más!”

Y con gran regocijo; porque ¡aquellos que me han querido escuchar!; ¡que están dispuestos a seguir su caminar con la guía!, ¡en la inspiración!, y de eso ¡siempre, siempre! estaré insistiendo, y nuestros Maestros: ¡qué importa que digan que siempre lo estoy repitiendo! ¡Es para que no te olvides hermano! ¡y más! en esos momentos en los que eres ¡tan mundano!; que cuando estás sufriendo o cuando quieres hacer algún reclamo, te olvidas; te olvidas que Nuestro Padre está ahí; observándote, ¡y todo! -de tu sentir y de tu hablar- escuchando ¡y esperando!

¡Sobretodo eso!: ¡esperando! Esperando en el momento en que recuerdes ¡que aquí está! Que El ¡todo te lo entrega! Que El ¡todo te lo da! Que todo, todo lo transforma en amor, en perdón ¡y en la verdadera libertad! ¡Esa! que no hemos entendido. ¡Esa! que ahora -en éste tiempo- nuevamente, tal cual como nuestro amado Maestro Saint Germain nos ha repetido: “Que es lo que traigo conmigo”.

Primero -amados hermanos- que la Llama Violeta en ustedes haga ese amoroso e infinito trabajo. ¡Que nunca termine!, porque mientras ustedes sigan aquí -a pesar de que están tratando de estar alertas ¡y atentos!- ésta ilusión, esa inarmonía siempre busca el momento de entrar en acción, y muy sutilmente contaminar a aquél hermano, a aquélla hermana, que está insistentemente -desde su interior- queriendo ¡todo purificar!

Mas Nuestro Padre ¡ya lo dijo y es cierto!: “Muy pronto verán de todo esto hay un gran fundamento, y es celestial, ¡es divino! La respuesta cada uno la tendrá ¡y la verá! Y aquél que de verdad lo está sintiendo en su corazón, ¡la vivirá!”

Todo en esa congruencia, que -en la Esencia- que Nuestro Padre nos da ¡y en todos está! ¿Saben? Lo importante es que recordemos cómo, cómo volver ¡todo ello a alimentar!, para dejarlo fluir, en éste verdadero y hermoso vivir.

Se dicen tantas cosas. He escuchado cómo inclusive ¡han dividido y han dicho!; que hay hermanos que son contactados, y de diferente manera: aquellos que te hablan del amor; ¡el infinito e inagotable y eterno amor! Y en eso estoy de acuerdo, ¡porque esa es la llave! ¡La llave!, con la cual -si tú la comienzas a utilizar- viene a ti ¡todo el recuerdo! de quién eres y lo que volverás nuevamente a hacer; porque eso nunca muere. En la Esencia de Nuestro Padre, hoy aquí -en éste tiempo- ¡volverá! a crecer: ¡la Gran Resurrección!

¿Y quién nos trajo esa tan grande y hermosa lección? ¡Ya deja de pensar que sólo él y nadie más! ¡Porque ellos son tan amorosos! Nuestro amadísimo Maestro, hermano Jesús; nuestro amadísimo Maestro Saint Germain ¡y tantos amadísimo Maestros que lo han podido lograr! ¡Ellos están dispuestos! y siempre ¡tan atentos! para que -y más ahora- aquél que ya está a corazón abierto; deseando ¡y buscando!

Pero aquí también hay algo muy importante: en esa búsqueda -amado hermano- también, ¡también hay una fragilidad! ¡Es muy delicado!, porque te ofrecen ¡tantas opciones!, que puedes tu camino desviar. Es por eso; ¡es ahí! donde siempre tienes tu oración, tu petición -a Nuestro Padre- que elevar; pedirle siempre ¡su dirección!; pedirle su guía, ¡su inspiración! ¡Y no sólo por un instante!, ¡sino en tu día con día!; porque eso te llevará ¡a la Gran Liberación! y vivir nuevamente en la Eternidad. ¡Ahí! el tiempo siempre es el presente, ¡el aquí!

¡Y entonces volverás a compartir! con todos aquellos. ¡Es por eso que nuestros Maestros nos han dicho!: “¡Ya deseamos estar con ustedes y seguir caminando mano con mano! ¡Así!, compartiendo ¡y! también interactuando ¡ya!, con aquellos hermanos que también -al empezar- están dispuestos a seguir en el camino. ¡Pero no a detenerse!”

Porque ¡cuántos y cuántos han truncado!, pensando que es parte del destino, ¡o tomando la decisión!: “Hoy quiero vivir. ¡Quiero agotar todo lo que hay aquí!” Y ya nos lo han dicho, y yo también deseo repetir: eso, lo tenemos que respetar; la decisión que cada uno de ustedes quiera tomar. ¡Pero sabemos!, que al estar aquí, e insistirte ¡que no es casual!: ya está sembrada la semilla. ¡Esa!, que en un momento maravilloso ¡en ti! empieza a germinar.

El deseo de mi Padre es que sea así ¡en todos ustedes! ¡En todos! ¡Que lo sientan!, ¡que lo vivan!, ¡y verán! cómo -de todo lo exterior- aquello ¡que te abrumaba!; ¡que te desgastaba!; que el tiempo -que para ti ahora es tan importante- ¡te quitaba! y no te permitía ¡ni siquiera pensar!, ¡ni siquiera el intentar! con Nuestro Padre hablar; así como lo hace un hijo a su Padre, cuando le quiere ¡platicar!, de todo aquello que le ha causado tristeza, dolor, ¡ahh! y caminar sumido en la indecisión; así como algunos hermanos están: ¡en tanta confusión! ¡Es por eso que les digo!: día a día; ¡a cada instante!; ¡a cada momento!; pedirle a Nuestro Padre que -cualquier decisión- hacerla ¡y vivirla en amor!, y que no permita que en tu camino empieces a desviarte.

Cuanto más -amado hermano- empiezas a acercarte, ¡hay muchas cosas! -tenlo presente- que quieren alejarte. ¡Pero ahí es donde está esa lucha de la que tanto escuchaste hablar! Si tú pensabas que de otra manera sería, ¡no, amado hermano! ¡Es la batalla que tú libras contigo mismo día con día!

Cuando logres ¡soltarte! definitivamente ¡y créeme! que en el transcurso de todo ello, te irás dando cuenta que -si te acercas a Nuestro Padre- ¡que no solamente lo veas como un refugio!; sino ¡que te llene!; ¡que te inspire! ¡Siempre!, ¡siempre! de momento te inspirará, y para dar la respuesta -y salir de aquello que tanto te agobia- te da un recurso amoroso, ¡maravilloso!

¡Ahí es donde entra la sabiduría! ¡Esa sabiduría que sólo viene de Él! Y si tú quieres llamarla “Inteligencia Divina”, ¡también! Pero que no, ¡no la consigues aquí! ¡No en ésta ilusión! Porque puedes seguir caminando en ella; mas ¡tú!, al ver y sentir dentro de ti ¡y hacer esa gran reflexión!: el hablar con Nuestro Padre; entonces también vas a entender lo que en algún momento también les comenté: “Entonces empezarás a caminar, sintiendo que estás y no estás”.

Hermano: ¡nada te moverá!, si no viene de Nuestro Padre. Todo aquello que en algún momento ¡y lo vas a vivir! Por conocimiento de causa te lo digo: una gran experiencia maravillosa. Y eso, que simple y sencillamente ¡sólo es el comienzo! Te vas a dar cuenta que algunas cosas -inclusive lo que ¡pretenden ser ofensas!- ya las puedes escuchar, sin que tu reacción sea querer confrontar.
                                                                               
¡No, amado hermano! Porque entonces cuenta te darás y dirás: “¡Padre! Permíteme sentir y vivir en tu amor. Transmuta todo esto. ¡Libérame de ésta emoción!, en la cual inmediatamente quiere y pretende estar surgiendo, y bendice a mi hermano, a mi hermana”.
                                                           
Porque ahora entiendo, lo que dijo mi amado Maestro en aquél tiempo: “¡Padre! ¡Perdónalos!, porque no saben lo que están haciendo.” ¡Y es cierto! ¡Es cierto! Cuanto más caminamos dormidos, ¡más atrocidades, algunos hermanos han hecho y siguen haciendo! y se alejan ¡tanto! del deseo de Nuestro Padre: ¡que ya sea el momento en el cual caminemos todos unidos!

Pero aquellos que lo han estado entendiendo; aquellos que -como nosotros- estamos aquí ¡y queremos resurgir! ¡Y no porque te lo diga tu hermana! ¡No! ¡Esto es lo que estoy sintiendo!, que mi Padre me está diciendo, ¡lo que de Él emana!: ¡ese infinito amor! ¡y que los envuelve! en ese círculo de amor, que también forman nuestros amados Maestros; ¡todos esos Seres de Luz! que -si tú te permites seguir adelante ¡y ser constante!- en ti volverá a ser ¡ese habito sagrado!; que -al estarte puliendo- poco a poco, llegará el gran momento de que esa Luz ilumine ¡con tal intensidad! Es por eso que Nuestro Padre -en muchas ocasiones- se ha referido -a cada uno de nosotros- como “su diamante escondido”.

Amados hermanos: es el gran momento. ¡Toda la Energía que estamos recibiendo!; que algunos dicen “que está causando estragos”, empezando por los humanos. He de decirles: recuerden, ¡recuerden lo que nos han estado insistiendo! ¡Cómo nuestros amados Maestros y nuestros “Hermanos Mayores”! -porque así les llamamos- nos han venido ¡a hablar!, ¡a compartir!, y han dejado muy en claro, han dicho: “Nosotros -en el nombre de Él- de Nuestro Padre, ¡les vamos a decir qué hacer!; de qué manera. Y si en Él se están dejando llevar; si en Él han decidido volver ¡fuerte y totalmente creer!; entonces ¡no hay nada que temer! Porque ésta ilusión, ¡sí!, ¡está empezando a caer! ¡Pero no para ti! Tú la verás cómo se desmoronará; ¡pero en la verdad!, que es la que para ti brotará. Lo que tú veas será ¡eso!, que tanto quisiste buscar, y lo que Nuestro Padre -a ti- siempre te ha querido entregar”.

No hay ¡nada!, ni habrá ¡nada! -aunque intente alterar- lo que Nuestro Padre para cada uno de ustedes ya tiene dispuesto; aunque insistentemente -aquellos hermanos ¡que se niegan a vivir su despertar!- siempre te dirán y te hablarán de fatalidad. ¡A eso es a lo que me refería!; porque si algunos que dicen de los contactados que vienen y te hablan ¡del amor que debemos sentir!; ¡primero por nosotros mismos, para empezar a dejar de ser humanos!; también están aquellos que te vienen a hablar de ¡catástrofes y caos!

Y tú te preguntas: “¿En qué creeré?, porque hay otras cosas que también se han empezado a ver”. Pero si tú -amado hermano- empiezas a adentrarte a  todo lo que Nuestro Padre es: ¡a la Gran Energía!, y que entiendas ¡cómo realmente utilizarle! Porque ¿sabes?, por mucho tiempo -al estar dormido- que ¡eso es lo que algunas entidades han pretendido!; ¡porque se alimentan del miedo!, ¡del temor!, de todo lo que empieza a generar; la fuerza que cada uno tiene y que -sin saber- a ellos les ayuda a hacer aquí -con nosotros- su voluntad. ¡Eso es lo que Nuestro Padre ya no quiere más! ¡Ya llegó el gran momento en el cual está pidiendo que cada uno de nosotros abra los ojos a la verdad! ¡A aquella que por tanto tiempo -insisto- nos quisieron ocultar!

Y cuando tú intentas y de todo eso -al irlo entendiendo- te quieres soltar, luego ¡tú mismo provocas el estarte deteniendo!; porque ¡llega el temor de lo que empiezas a sentir en tu interior! ¡Permite! ¡Deja que fluya! ¡Que siga! Sólo ¡pídele a Nuestro Padre que El te haga sentir y te guíe! Que si es necesario para -plena y totalmente- la verdad vivir; pues ¡deja! ¡Suelta! ¡Da ese gran paso!

¡Lo hemos hecho tan difícil y casi imposible!, porque solamente aprendimos a creer en lo visible. ¡En todo lo que te mostraban!; lo que no te has preguntado todavía; lo que tus manos tocaban. ¡Sí!, que solamente pudiéndolo ¡tú! construir con esfuerzo, ¡con sacrificio!; ¡trataron de arrancar con ese maleficio todo lo que en ti está! ¡Todo lo que puedes co-crear! ¡Cómo te puedes comunicar!

Y se habla que -si llega a suceder eso- de lo que tanto ha empezado, que a muchos está preocupando. Y yo te digo, amado hermano; te has preguntado: “¿Y voy a estar incomunicado? ¿Y ahora lo que se ha logrado?, ¿lo que tengo guardado?”… ¿Y?

¿Y si eso fuera necesario?, ¡para que entonces dejaras que hubiera esa Gran Implosión dentro de ti! y pudieras darte cuenta que ¡no era necesario!; que tú podías estar aquí y también ahí; y entender y saber ¡y estar escuchando lo que tu hermano -en éste instante- está pensando! Porque así es. ¡Eso es lo que nuevamente van a vivir! Eso es lo que viene de la Fuente. Y transportarte; estar donde sea el deseo de Nuestro Padre; donde tú -con el corazón- sientas y desees estar, para poder estar en comunicación, en esa gran comunión con tantos hermanos.

¿Cuántos de ustedes han pensado?, que todo lo que está sucediendo ¡allá!, en ese lugar tan lejano. ¿Lejano? Lejano porque así hemos querido, y eso es lo que hemos creído; porque nos hemos acostumbrado a estar limitados. Pero no hay nada que esté lejano. ¡No hay distancia!, cuando ¡tú! vivir y hacer resurgir lo que está en ti, ¡uhm!, se vuelve a mostrar aquí. Y eso es lo que empezará a suceder. ¡Eso es!

Y algunos están pensando: “¿Y lo podré ver?” Y yo te digo: ¿Tú que crees? ¿Quieres solamente verlo? ¿O quieres compartirlo, vivirlo, hacerlo? Pero ese paso, cada uno de ustedes tiene que hacerlo; tiene que decidirlo. Sé que hay muchas cosas que traemos todavía ahí, tan guardadas, ¡y no solamente de ésta vida!

¿Cuántos de ustedes han reencarnado? ¿Se han preguntado? Aunque hay algunos que dicen: “Yo no creo en eso”. Entonces, quiere decir -amados hermanos- que todavía no es tu momento; que no estás dispuesto a salir de éste letargo… por lo pronto.

Porque -si algo es muy cierto- es que todos, ¡todos! estaremos en aquél gran momento; ¡ahí con Nuestro Padre!, ¡compartiendo!, en ese gran banquete del que tanto has escuchado. Cuando tú tomes la decisión y al ver -porque ¡es verdad!; es como un buffet: tú vas a tomar ¡lo que quieras!; ¡lo que desees!; ¡lo que tu corazón te pida hacer! ¡Pero todo!, ¡todo estará ahí! ¡y es para ti! ¡Y sigue!

Recuerda que en la Eternidad es sólo un instante; pero que dura -algunos dicen- “hasta que el cuerpo aguante”. Yo te digo ¡que más allá!; porque también, ese bendito y amoroso cuerpo que te abraza ¡es parte de ésta ilusión!; ¡pero hay que amarlo!, porque en éste instante ¡forma parte y desea acompañarte en la Gran Resurrección!

Amados hermanos: no importa cómo nos mostramos; si el cuerpo que tenemos en éste momento ¡es el que necesitamos! Hay que entenderlo. ¡Hay que amarlo! ¡Abrazarlo! ¡Abrázate a ti mismo!, en aquellos momentos en los cuales quieres también hablar con Nuestro Padre ¡y agradecerle!, ¡y pedirle que permita que te acompañe!; ¡que sientas cada vez más y más cómo brota la vida! ¡Pero la eterna!, ¡con esa fuerza!, ¡con esa Energía! que viene de Él, y que nos cubrirá ¡cada vez más!, día a día.

Entonces, sabrás ¡que mucho o todo!, ¡lo harás! en su nombre; porque El te dirigirá ¡y te enviará!, ¡aunque algunos digan que no es necesario!; que ya todo lo ha entendido ¡y que no necesita guía! Yo voy a decirles hermanos queridos: siempre lo hay; ¡siempre lo habrá!, aunque tú aquí -en lo terrenal- no lo veas así, ni quieres a nadie que esté cercano que te hable de Él. ¡Siempre!, ¡siempre ante ti y para ti habrá! ¡Y bendito mi Padre!, que es y ha sido y seguirá siendo por toda la Eternidad ¡esa guía de Él!, que siempre -en todo y para todo- te va a acompañar.

Y tú me pudieras decir: “Y si es así, entonces ¿por qué ha sucedido? ¿y por qué éstas cosas he vivido?” Porque en esos instantes -hermano querido- no has, ¡no te has permitido escuchar la voz de Nuestro Padre!, que con tanto amor, ¡siempre!, ¡siempre! a todos nos ha querido hablar ¡y lo ha hecho!

Luego entonces, llegan momentos en los cuales -como ahora- ¡tan cercano está!; en el cual Su Voz se elevará tan fuertemente ¡que todo cimbrará! Y todos la vamos a escuchar; con la diferencia de que aquellos que se han empezado a preparar; que entendiendo todo esto -en infinito amor- ¡se han empezado a dejar llevar!; sentirán dentro de sí esa tranquilidad, ¡esa paz!, y en gran indefensión sus brazos abrirán ¡hacia Nuestro Padre!; sabiendo que su guía ¡tendrán! Que ya lo dijo también nuestro amado Maestro: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Y he de volver, para mostrarte ¡y para llevarte ante Él!, ante Nuestro Padre”.

¡Y no es amenaza! Es una amorosa advertencia, de que -aquél que desee volver a casa- ¡vivirán!, ¡verán! ¡y sentirán!, en esa congruencia, ¡Su total Presencia! ¡Aquí!, en ésta ilusión. Amados hermanos; ¡bendito mi Padre!

¿Se dan cuenta? ¿Cómo pudiera yo hablarles de todo esto? Ni siquiera al intentar prepararme. ¡Yo!, que le digo: “Padre; si aunque leo, ¡de pocas cosas me acuerdo!; pero por ti me dejo llevar. ¡Serás tú!, ¡siempre tú!, el que -a través de tu hija- te habrás de mostrar; porque dejas en mí esa Gran Vibración; ¡ese infinito amor! y sobretodo ahora, que irá acompañado -¡y te lo pido así, Padre mío!- por tal humidad, y todo aquello que pudiera escuchar -que no venga de ti- ¡como si no existiera! Primero en mí perdonarlo; después pedirte a ti -Padre mío- que ilumines a mi hermano; porque en esa unión, ¡la fuerza que se irá elevando provocará tal conmoción!, que todo lo que gravita en ésta atmosfera, que cada vez ¡más y más! -por ti- está bendita; será sentir Tu Presencia. ¡Ya no más caminar en tu ausencia! Y todos nosotros, ¡todos! -amados hermanos- lograr, ¡permitir el cumplimiento de tu promesa!: ¡que te veremos aquí!, antes de volver a ti”.

Porque es así, hermano. ¡Claro que será!, pero para aquél, aquélla, que realmente lo sienta en su corazón. Cuenta te darás hermano, hermana -que no porque lo diga yo- sino porque en el “Yo Soy”, en la Enseñanza Divina que nos entregó “El Creador”, esto es parte ¡muy importante! ¡Ahh! Y el cumplimiento de ello ya se aproxima.

Y así será nuevamente. Como siempre ha sido; como volverá a ser, ¡eternamente!



Octubre 19, 2016
Maestro Desconocido.

Y tan provocado como inspirado.

¡Hermano!, de una y otra forma -en el infinito amor- tal como lo han dicho: te estaremos hablando; porque todo lo que conforma ésta estrella en la que tú estás caminando, ¡por ti ha sido co-creado! ¡Pero!, en hacerlo te has equivocado.

Ahora, lo que nosotros deseamos y -por voluntad de Él- de ello te hablamos; es que toda esa Energía ¡y cuenta te darás!, ¡porque lo vivirás! ¡No habrá desgaste! ¡Lo multiplicarás!, si en amor, en perdón, siempre lo hagas.

Y luego han dicho: “Y te dicen que en amor y con amor, ¡pero no te dan respuestas!” Y yo te digo: ¡cómo no! Nosotros -que venimos en el nombre de Él- ¿de qué manera? ¿Lo quieres más directo? ¿Más claro? ¿Y luego? ¿Qué harás? Lo que ha sucedido; lo que has escuchado: ¿tú también quieres vivirlo?

¡Eso es lo que nosotros también esperamos! Pero que vivas solamente ese crecimiento; esa elevación, y vivir ya ¡eternamente en ello! ¡Ya no queremos que vuelva a suceder esa caída! que tuvieron; porque permitieron ¡que el ego hiciera de su vida sólo división, caos y enredo!

¡No! ¡Todo lo que viene de la Luz!, mira hermano; ya no debe ser virtual. Así como tú estás aquí y tal como dijo la hermana -¡que también se vino a encarnar! de manera terrenal- es cómo lo vivirás, compartiendo. ¡Pero así!, ¡armónicamente!, ¡con todo!, ¡con todo Ser vivo!, y compartirlo; porque nosotros también estaremos contigo.

Y dices: “¡Tanto lo he escuchado!” Mira; si algunas cosas no se han presentado, ¿no te has preguntado, que tal vez será porque tú las has detenido? Porque en los más grandes momentos en los cuales te has entregado, en el siguiente instante -en ti- ¡la duda ha surgido! y por muy pequeña que sea -hermano tan querido- ¡es cuando detienes!, y ni escuchas, ni sientes, ni vives, esa gran presea: que la Era Dorada ¡ya hizo su entrada!

Y dices: “Y entonces ¿qué está sucediendo?, porque estoy escuchando ¡que sólo algunos! cosas extraordinarias están viviendo”. ¿Y las llamas “extraordinarias”? Precisamente por lo que dijo la hermana: ¡te acostumbraste a vivir lo ordinario, pensando que es tan normal! y lo que se salga de esa regla ¡ya no es bueno!, no es natural. ¿Y quién te dijo todo ello?

¡Ah!, porque también te han hecho creer y en cierta forma ahí es donde ¡mucha atención debes tener! ¡Es verdad!: cuando llegan de ti y para ti, algunas cosas que se salen de “lo normal”; pero pregúntate ¡y siente! ¡Mira que nosotros -para aquellos que se están eligiendo- siempre les damos una señal! ¡Y qué digo una! Siempre les vamos entregando, momento a momento; ¡que veas hermano!; ¡que sientas y escuches!, ¡quién te está dirigiendo!

¿Que habrá luchas? ¡Sí! Porque cuando tú ya quieres empezar en ese verdadero vivir, tal como lo ha dicho la hermana: ¡no te quieren soltar! Pero entonces ¡tú! ¿por qué crees y para qué estamos nosotros aquí? Pero tú debes sentir y darte cuenta ¡y decretar! y por el poder que “El que todo lo creó” ¡te da!, ¡ordenar! que salga de ti, o que no le permitas ¡ni siquiera intentar entrar! ¡Nada de esa inarmonía! ¡Nada de la densidad!

Y estás pensando: “Fácil se dice. Pero ¿cómo?, ¿cómo hacer?” Tú ¿por qué crees que nosotros te hemos venido a hablar? ¡Hemos insistido en todo ello, en amor! Tú has visto lo que está sucediendo en aquellos que ¡en amor! se están empezando a entregar; en amor ¡se han querido soltar y dejarse llevar! Pero también es tan delicado, porque es cuando ¡más! -así te lo ha dicho también tu hermana- ¡más necesitas de esa Luz!, que es eterna; para que en todo lo que tú hagas, sientes y pienses ¡haya congruencia! e infinito amor. Y sobretodo una ¡gran humildad!

¡Esas son las respuestas! Entonces, ¡tómalo en cuenta! y cuando recuerdes todo esto, ten presente que nosotros -que venimos en el nombre de Él- que es tan Omnipotente; te estamos dando; te estamos entregando, de qué manera puedes seguir caminando.

¡Y sí! Algunos están recordando: “Es que también se nos dijo que de ello estaríamos hablando; que nos estarían compartiendo; ¡que muchas cosas más nos estarían diciendo! ¡Del Cosmos!, ¡del Infinito! ¡De aquellos hermanos que han llegado!, y sobretodo ¡que los veríamos encarnados!” ¿Y quién ha dicho que no es cierto? ¿Quién puede atreverse a decir que -de todo lo que aquí les hemos venido a compartir- sólo les hemos venido a mentir?

Te voy a decir -amado hermano- que para que se cumplan todas las promesas del Padre, ¡no hay tiempo! ¡Y claro que se estarán cumpliendo!, ¡como muchas! -en algunos de ustedes- ya está sucediendo. ¿Y saben por qué? Porque -en la preparación- todo aquello que no permitía que entendieran; todo lo que aquí han experimentado y cada lección que han escuchado; ahora, en el sendero, en el verdadero, en el que van caminando, ¡todo! para cada uno de ustedes lo están acercando. ¡Siempre ha estado ahí! ¡Ahora más!, ¡mucho más!

No tienen idea de todo lo que se está moviendo, y pronto empezarán a ver tal cual y por voluntad de Él -ya lo dijo a quien ustedes llaman “Maestro”: “Sus días -lo que llaman “el cielo”- estará cambiando”. Pero no por eso -se los pido en infinito amor- permitan que eso los esté atemorizando. ¡No! ¡Recuerden todo lo que les hemos dicho! Porque sí; tal como el Padre ha insistido: el “Yo Soy” los guiará, y también yo -en su nombre- no sólo para hablarles; ¡también los guío!

¡Toda instrucción para el cambio! en el cual al estarse transformando y vivir su evolución, tengan por seguro que aquí la estarán escuchando. ¡Esto no quiere decir!, como algunos se han ¡atrevido a externar!: “¡Es que cada quien dice que tiene  la verdad!” ¡No, hermanos! Vuelvo a repetir: ¡no se equivoquen! ¡La verdad es una solamente! ¡y esa! la tiene y la muestra y la comparte “El Omnipotente”.

¡Y tal como lo ha dicho la hermana!: ¡sí!, aquí la van a escuchar ¡y no solamente ustedes! También, como ella les ha repetido: en cada lugar, ¡en cada punto cardinal!, hay quienes también -como en éste instante escuchando ustedes están- se les ha estado hablando; se les ha estado guiando, de la enseñanza del “Yo Soy”.

El tiempo está muy cercano para que vean y se den cuenta cómo ¡en gran unión!, a cada uno de ustedes se le estará pidiendo que eleven en gran armonía toda su Energía; todo ese amor que El nos entregóy de qué manera, para poder entender ¡y dejar firme!, ¡aquí! y en cada lugar ¡tan importante!

Ustedes ¿por qué creen que se les trajo y están viviendo éste instante? Algunos pueden preguntarse: “Yo no le veía ninguna razón a venir y estar aquí”. ¡Y no me refiero a “Casa de Oyamel”! Me refiero a que muchos de ustedes tuvieron que trasladarse hasta aquí, y dicen: “¡El destino me trajo!” ¡Pero ya has entendido que el Plan Divino y la Luz de Él nunca falla! Y así hayas elevado y construido ¡una gran muralla!, cuando empiezas a entender y a purificar ¡y en esa transparencia! seguir tu caminar; ¡todo!, ¡todo!, empiezas a ordenar las piezas y ves que hay una gran congruencia y que el Plan Divino que fue preparado para ti, se empieza a cumplir… si tú lo deseas. ¡Porque es muy importante tu participación! El que sientas y que de esa Energía permitas que -al hacer en ti toda esa conmoción- la dejes fluir y hagas una ¡Gran Expansión! Y entonces ahí, ¡ahí donde tanto se necesita!

Mira; ya lo he dicho ¡y lo vuelvo a repetir!: algunos empezarán a ver cómo su cuerpo levita. Tan sencillo como saber quién es quién, y por qué estás aquí ¡y sobretodo!, ¡entender que lo estás recibiendo de Él! ¡Todos los dones que en su Gracia estarán viviendo! ¡Ahh! A cada uno de ustedes les estará permitiendo que al escuchar y seguir; toda esa Vibración elevar.

Entonces, ¡entonces!, abrir la puerta de entrada a esa dimensión, ¡que desconocida para ninguno será! ¡Y no te estoy hablando! ¡Números no te estoy dando! Porque mucho has escuchado que si la cuarta o la quinta dimensión es a la que están entrando. Hermano; ¡recuerda! ¡Recuerda lo que la hermana les dijo!: “Yo les vengo a hablar de lo que mi Padre ¡a mí! me quiere inspirar, para compartir”.

Y miren; cuando cada uno empiece a entender el “cómo”, el “por qué” y el “para qué”; el “cuándo” ¡llegará! y a muchos de ustedes ¡sorprenderá! Y entonces cuenta se darán; que ni la quinta, ni la sexta, ¡ni la séptima! ¡Y mira que has escuchado que los Maestros que te han hablado te dicen!: “Desde el otro lado del velo; ¡desde la octava donde yo me encuentro!” ¿Y lo han deseado?, ¿ya cruzarlo? ¡Sé que sí!

¡El Cosmos ya de esto te está hablando! ¡Todo se está conformando! El Infinito cada vez ¡más y más!, en el gran amor de El, ¡que estará gritando!, ¡con esos cambios! que se están dando. ¡He aquí! que la Gran Luz que iluminará ¡ésta estrella! ¡Y olvídense! ¡No es verdad que explotará! O que ¿qué es  lo que sucederá? ¡No amados hermanos!

¡Y en ustedes está que brille más que nunca!; con esa Energía en la que ¡tal como lo ha dicho el Hermano Leutón!: “El protón y el electrón ¡ya hicieron su unión!” ¡Ahora estás escuchando que la Energía que está llegando es fotónica! ¿Tú qué crees? ¿De qué manera en ti está actuando?

Date cuenta hermano: ¡te está liberando! ¡Suelta! ¡Deja!, aquello que no te haga pensar ¡en amor!; aquello que no te haga sentir ¡en amor!; aquello que no te emocione ¡en el perdón! Entonces, eso no es tuyo, ¡déjalo ir! ¡Nunca existió!; para que entonces se eleve ese Ser maravilloso, ¡tan hermoso!; que son ustedes, ¡amados hermanos!

Éste círculo amoroso, en algún momento ya se está cerrando. Pero no, ¡no porque se estén uniendo fragmentos!, sino porque puntos importantes, y aquellos hermanos que aceptaron, ¡grandes mutantes!, que ahora -para recibir instrucción- en infinito amor; entonces ¡abrirán sus alas! ¡y compartirán con todos los hermanos!, en infinito amor.

¡Eso es! ¡Eso es el propósito que Proyecto Shirón aquí ha empezado! Y a esto no lo lleva la razón, sino es el sentir del corazón, y es la Gran Instrucción que -de Él- se ha recibido; de “¡Aquél que todo lo creó!” Y ustedes verán de qué manera se llevará.

El círculo se cerrará completamente. Recibirán. Se hablará de instrucción para abrirse fuerte y totalmente, haciendo una Gran Expansión; abarcando, iluminando, cubriendo desde lo alto. ¡Ahí!, donde la Rejilla Cristalina, todo aquello que está emanando, para ustedes hermanos. Es por eso que nosotros aquí estamos.

Que ¿qué es lo que buscamos? ¡Nada!, de lo que ésta ilusión a ustedes les ha mostrado. Lo que deseamos y lo que compartiremos; lo que con infinito amor queremos, ¡es! que -en éste despertar- todos y cada uno de ustedes ¡que han venido a escuchar!, sigan su caminar en infinita y gran libertad. ¡Y sí! ¡Habrá quienes lo harán! y empezarán a compartir. Mas… ¡tengan presente!, que -quienes con nosotros caminarán- es porque ¡firmes!, ¡inamovibles están!, y sólo escucharán la guía, la inspiración de “Aquél ¡que todo lo creó!” Y nosotros caminando con ustedes, tal cual.

Se han preguntado que aquellos que lo habían logrado: ¿quiénes los estuvieron guiando? ¡Que llegaron Hermanos de las Estrellas! Déjenme decirles ¡que es un conjunto del Todo! ¡Porque nosotros! -que venimos en su nombre- tanto aquellos que se mostrarán de manera encarnada, como nosotros, que en éste instante nos han venido a escuchar. ¡Pero no se adelanten! ¡No piensen que solamente así será!, porque ¡oh sorpresa la que se llevarán!

No olviden que cada promesa ¡que no sólo el Padre!, sino también los que -en su nombre- con ustedes están; ¡como yo!, ¡también!, ¡también!, en infinito amor y por su poder; verán lo que -al llegar de la Fuente- ¡también tú!, ¡cada uno de ustedes!, puede y volverá a hacer.

Les entregué ¡un símbolo! ¡y pedí que lo llevaran!; ¡que lo utilizaran! Ahora, ahora verán la fuerza. La fuerza ¡y la fortaleza!, ¡en gran equilibrio quedará! y que tendrá cada uno de ustedes. ¡Siempre sintiendo en el corazón! ¡Eso no es todo!: el Cosmos también -de ahí ha venido- ¡esto que está contigo! Y aún habrá más, ¡mucho más!, ¡amados hermanos!, que se les instruirá; que se les dirá ¡cómo volver a utilizar! ¿Y quiénes lo harán?

¡Que yo soy su hermano!, y ésta ¡Gran Energía!, que para ustedes estoy entregando en infinito amor; para que unidos en un cercano día, en adelante caminemos, para compartir ¡todo lo que El -a ustedes- también entregó!

¡Dejen que fluya!, al sentir lo que su cuerpo empezará a recibir; porque -por principio de todo- primero destruya ¡aquello! que no ha dejado que te muestres hermano. ¡Siéntelo así!

Estos días, ¡en ustedes hará un gran impacto! Sólo permítanse, porque en la preparación para el Gran Rapto, ¡no tienen idea de cómo se estará iniciando!

¡No se permitan escuchar, ni creer a aquellos que están todo cuestionando!, queriendo entender; pero compartir lo que no es; porque la verdad de “¡Aquél que todo lo ha hecho!” va ¡más allá! de lo que la mente humana -hasta hoy- ha podido crear.

¡Amados!, ¡amadísimos hermanos!; que la Luz del Todo -así como hasta a ustedes está llegando- los cubra y los envuelva.

Ya seguiremos hablando.

¡Que yo soy su hermano!

¡Con gran alegría!, de esto les he estado hablando.


Octubre 19, 2016
Sananda.

Y te has preguntado; el por qué ¡quizá para ti en pocas ocasiones te he hablado! En torno mío siempre -en ti y para ti- he estado.

¡Y mira!; ¡tanta alegría! ¡Tan regocijado de que el Gran Maestro a ustedes también les esté hablando!

¡Grandes momentos!, que al recibir, ¡al sentir todo aquello! que del corazón -al estar aquí- ¡me hizo vivir! en esa dimensión ¡tan amorosa! ¡Esa en la cual! -de mi Padre tan amado- recibí ¡tal instrucción! ¡La Gran Dirección!

¡Porque guías nos han acompañado! Porque al lograrlo, ¡también! -como yo- en el “Yo Soy”, ¡tú querrás -a tu hermano- entregarlo!

Y mira; ¡es el gran momento! Al volver ¡ante ti!, ¡tal cual!

Y le he pedido a mi Padre: ¡para ustedes me muestro!; abriendo los brazos, que desde la Eternidad -así como guiaron mis pasos- es mi deseo a ustedes ¡quererlo mostrar! en el “¡Yo Soy!”: el camino, la verdad ¡y la vida!

¡Esa vida eterna!, que tal como mi amada hermana les ha insistido, ¡siempre tan amorosa! ¡y ante ustedes encarnada! La Gloria de mi Padre en ustedes ¡y para ustedes!

La Gran Victoria ¡la tendremos!; ¡la viviremos!, porque no sólo yo, que -en infinito amor- el gran corazón te entrego.

El Gran Lucero que se mostrará, y en grandes tonalidades, ¡para ti y ante ti!, ¡así lo verás!, te anunciará la venida ¡de mi Padre tan amado!

Mas nosotros -a ustedes- estaremos acompañando.

La Gran Enseñanza del “Yo Soy”, ¡para que tú! -tal como te prometí- ¡en infinito amor! logres ¡todo aquello!, en la pureza, en la grandeza que El te entregó.

Yo soy tu hermano Sananda, y para ti, también he de mostrar que te acompaña.

Que el Dios Vivo en tu corazón libere; lo sientas; cómo mueve ¡todo en tu interior!

La Llama Trina ¡más fuertemente elevará! para ustedes, e iluminará lo que aquí mi Padre compartirá.

Y tu hermano ¡también te acompañará! ¡Ya lo verás!



Octubre 19, 2016
Oráculo Sagrado.

Mi Padre ha dicho; que así como de tiempo en tiempo, que han mantenido ¡presente en ustedes! lo que el amado Maestro -al entregarles- dejó. ¡Y de ello hay varios escritos!, para -en la verdad- ahora caminar.

Aquello que oculto ¡ya no está!, pero el que ¡a muchos de ustedes ha confundido!; porque le han preguntado; le han dicho: “¿Y ahora? ¡Padre mío! ¡Muéstrame! el verdadero camino”. ¡Tantas cosas han presentado! ¡Tanto han dicho!

¿Recuerdas que se te ha insistido?, que -como ha sucedido de tiempo en tiempo- ¿Oráculo Sagrado hablaría contigo? La Gran Inspiración, el infinito amor que El nos entregó ¡y que como centella!, en cada momento estará llegando, ¡para inspirar las respuestas que se te estarán entregando!

Y será a todo aquél que -de corazón- desee encontrar su liberación ¡y que de verdad!, desde lo más profundo, esté pidiendo ver ya todo y entenderlo con claridad, para lograr la liberación.

¡No olvides!, que también aquél al que llamas “Maestro” te ha ofrecido tu liberación acelerar.

¡Muchas! de las amorosas “armas” o “herramientas” ¡como tú las quieras llamar!, mi Padre no sólo te ha ofrecido ahora, aquí, en tu tiempo. ¡Ante ti presentes están! Es sólo que tú te permitas estarlas sintiendo, estarlas viendo.

¡El Todo! a tu alrededor se transformará; después de que tu interior -en gran transparencia- después de vivir todo ese crisol, así es como seguirá.

Pudiera parecer muy complejo; pero de todo lo que has vivido; lo que has entendido; aquello que creías olvidado y viejo, irás recordando; porque ahí las respuestas también te estarán llegando, de muchas de las cosas que -aún cuando iniciaste tu camino- al vivirlas, inclusive pensar que estabas soñando.

Algunos de los que tú llamas “sueños” ¡muy presentes en ti se quedaron! y han estado -de momento en momento- ¡llegando!, ¡inquietando! Toma en cuenta -amado hermano- que eso te ayudará a empezar a ver todo ¡muy claro! y para vivir en la verdad ¡también! También en algunas de las cosas, tal cual como Nuestro Padre lo tiene preparado.

De lo que aquí has escuchado, ¡sabemos! que en mucho de ello, muchas preguntas te habías hecho. Ahora sólo permite que en su sabiduría, en su infinito amor; porque ¡todo lo que se te comparte es tan especial! y de manera individual, ¡para que llegue hasta tu corazón!

¡Nada es casual! Nunca ha sido. Y ahora que deseas caminar en la verdad, mi Padre, ¡Nuestro Padre! -tan enternecido- está viendo ¡que empiezas a tomar!, ¡a sentir y a utilizar!, ¡todo lo que ya te había ofrecido! Y te dice que ¡aún hay mucho más! y que eso lo vivirás, luego de que ésta ilusión ¡que te quiso atrapar!, la hayas destruido.

Versículo 4. Capítulo Tercero. Porque el Génesis ¡no te lo están mostrando tal como lo escribieron!, amado hermano.

Eso es lo que Nuestro Padre tiene para ti; ¡mucho más!, en el verdadero vivir.



Octubre 19, 2016
Saint Germain.

¿Y cómo no habríamos nosotros de hablarles de todo esto? Porque algunos dicen: “El Libro de la Verdad nunca se equivoca, y todo lo que escrito está; lo que ha quedado y lo que hará, se verá manifiesto”.

¡Sí, amados hermanos! ¡Sí! ¡Porque no te atrevas a pensar que se ha equivocado!; que algunas cosas no se han dado. ¡No! ¡Todo lo contrario! Mucho de lo que ahí impreso quedó, es para que ustedes ahora, en éste tiempo, ¡tomando en cuenta lo que ya vivió!; de lo que ya se preparó. Porque no pienses que es de éste instante; que es de ésta vida: hermano mutante; ¡ya traes una preparación! Y eso, lo hiciste ¡no sólo en tu vida anterior!

¿Por que tú crees que hablándote de ello estoy? Tú -para mí- no eres desconocido. ¡Yo para ti!, para algunos de los que están aquí, piensan que apenas de mi vida, de mi presencia están o han aprendido. ¡No! ¡No, amada hermana! ¡No, amado hermano! No es así.

¡En esa conexión! que cuando tú -al llegar nuevamente- ¡en tu cuerpo!, ¡en tu corazón!, hizo una gran conmoción. ¡Ahí! ¡Ahí sentiste y todo lo cimbró! Porque no solamente Saint Germain; tú verás ¡quiénes más contigo han hablado y contigo están!, pero en el nombre de “¡Aquél que todo lo puede!”

Y tú te estarás preguntando: “¿Y por qué ahora de esto nos viene a hablar? Se les advirtió ¡amorosamente! que cada vez más y más ¡se les hablaría de aquello!, ¡que viene directamente de la Fuente!

¿Y por qué? Quizá, ¿porque al quererse preparar? Quizá, ¿porque es el gran momento de la verdad? Y en la verdad de la verdad; ¡así!, con esa transparencia, ¡y aún más para aquellos que ante el espejo aceptaron y se quisieron confrontar!, ¡con ustedes mismos, amados hermanos! ¿Quién? ¿Quién ha entendido? qué es lo que ¡aún intenta mantenerlo cautivo!

¡Pero nosotros aquí estamos! Y qué importa que digan: “Ahora aquí. Mañana no lo sé”. Pero tu Ser ¡sí lo sabe! ¡Y sabe y te está pidiendo! ¡y cada vez más fuertemente!, porque dice: “¡Ya contigo me estoy uniendo!” y entonces ¡el Gran Recuerdo!

¡Y seguiré insistiendo!: han caminado conmigo. ¡Lo han hecho! ¡Y maravillas de Nuestro Padre hemos compartido! Ahora ¡les pido!: ese camino que los había alejado, ¡cada vez más háganlo tan estrecho!, que para que -en esa línea media- estemos ¡y los llevemos!; ahí, justo donde Nuestro Padre te espera. ¡Ahí!, donde éste Amanecer, ¡ésta Mañana!; que cada vez ¡más y más ilumina!; no sólo tu cuerpo: ¡está acercando tu Ser!

¡Y te vuelvo a repetir!: para que toda esa transmutación, que acelerará ¡y permitirá tu liberación!: sus mañanas, sus atardeceres, las pintaré -con infinito amor- del color violeta; para que ustedes -al recibir- ¡y todo su cuerpo en esa gran limpieza!; permita que la unión se vuelva a lograr, y en infinito amor ¡todo ya lo logres transmutar! ¡Que la Alquimia Sagrada!, que por mi Padre -a tu hermano que te habla- ¡fue entregada!, comparto con ustedes.

¡Sí!, amados hermanos. ¡Pueden y lo harán!, lograr esa limpieza; la sanación ¡no sólo de su cuerpo!, sino ¡el alma!; para que luego -al caminar ya así unidos- puedan ver no sólo con los ojos del Ser, sino con los del cuerpo; que estamos con ustedes.

Y no sólo nosotros; también El, Nuestro Padre tan amado. ¿Qué pudieras tú pedir?, ¡que no te conceda en ese infinito amor! Y lo único que te pedimos es: ¡que te dejes llevar!; ¡que puedas fluir!, con esa inmensidad.

Y en algún momento preguntaste: “¿Y si me hago presente? ¿Si estoy en el Foco Tonal?” ¿Y el Tubo de Luz? ¿De verdad? ¿Has insistido? ¿Lo has querido decretar? ¿Lo has utilizado y te has permitido envolverte en él y toda esa Energía elevar? ¡Porque yo te lo he pedido! ¡Te lo he dicho!: ¡estoy contigo! ¡Siéntelo! y a cada momento ¡utiliza la Llama Violeta!; ¡porque todo aquél que en ella decreta!, ¡está! -en éste gran proceso- trabajando en esa pureza. Y debo decirles que ¡algunos ya lo están logrando! Y eso lo verán. ¡Amados hermanos!

¡Ustedes saben que no los estamos engañando! Porque aquellos que han compartido tiempo, cuando empezamos y nuestro reencuentro aquí lo logramos. ¡Siempre ha sido así! Tienes, aunque algunos han estado confundidos; ¡pero sabemos! que -en el infinito amor de Nuestro Padre- ¡es su momento! y a Él, ¡a Él! estarán volviendo.

En éste tiempo; la Raza Raíz: ¡la séptima Raza Raíz!, se ha dicho y lo han leído. Quiero recordarles -hermanos, amigos- que se empezaría a mostrar; ¡que empezarían a llegar! ¿Y qué creen? ¡Ya está sucediendo! Ustedes ¿qué creen que hará la Avanzada en estos Proyectos? ¡En éste Proyecto!, porque será iniciado.

Algunos han sentido ¡la gran desesperación!; porque dicen “que no han visto nada concluido”. Amados hermanos: ¡si estamos contigo! Y si esto -porque tú así lo has visto- se ha tardado, es porque ¡tú así lo has querido! Nosotros ¡aquí estamos! ¡Siéntelo así!

¡Mira! Te voy a decir: si aún escuchando en éste instante; algunos están pensando: “Yo -a la que veo- es a la hermana; que ¡no sé!; de esto está hablando. ¿Y qué es lo que siento? Me estoy confundiendo”. Si tú te permites ¡esto seguir sintiendo! -amado hermano- ¡te lo vuelvo a decir!: nosotros estamos aquí ¡y recibiendo a todo aquél!, que amorosamente deseen acompañarnos para gloria de Él, de Nuestro Padre tan amado. Ya verán ¡todo lo que se hará! ¡Y los he invitado! ¡Les he pedido! -si es su deseo- ¡querernos acompañar! Mas a nadie de ustedes se le va a forzar. ¡Amados! ¡Amadísimos hermanos! ¡Ahh!

¿Ya están empezando a escuchar? ¿A darse cuenta cómo todo ha empezado a cambiar? ¡Pero también de lo que han querido hablar!, aquellos que aún pretenden -a ustedes, amados hermanos- a los que ¡hemos venido a preparar!, quererlos atemorizar. ¡No lo permitas!; porque ¡reitero! lo que mi amado hermano -hace un instante- con infinito amor les estuvo hablando: ¡nosotros con ustedes estamos! y en el nombre de Nuestro Padre -porque así ha sido su deseo- los estamos ¡y los seguiremos guiando!; si ustedes nos lo permiten; si así lo desea.

Porque -si hacen un recuento de todo lo que ha venido sucediendo- véanlo así, amados hermanos; de lo que les hemos compartido ¡es la verdad de Nuestro Padre! y lo que aquí ha sucedido. Y entonces yo: ¡Saint Germain! -en el “Yo Soy”- aquí con ustedes estoy.

Y éste lugar que Nuestro Padre eligió, ¡y el Santuario que está en preparación!; porque ahí es donde ¡todo aquél que sea su deseo y ha empezado a elevar su Vibración!, ¡ahí! recibirá; ¡ahí! sentirá; ¡ahí! compartirá -de Nuestro Padre- toda su verdad. ¡Y Oráculo Sagrado directamente hablará! Y nosotros te estaremos acompañando.

¡No olviden! que la Gran Hermandad, ¡las Huestes Sagradas de Nuestro Padre! -de tiempo en tiempo- ¡hemos estado! y nuevamente presentes se harán. ¿Quién lo siente en su corazón? ¡Lo sabemos!, pero en ustedes está -de verdad- mostrar.

¿Qué es lo que único que les pedimos? Que permanezcan ¡firmes!, ¡fuertes!, ¡valientes! ¡Porque lo son!, al estar aquí y vivir en éste Gran Cambio; en ésta transmutación, ¡la gran conmoción! que sacudirá los cuerpos ¡en su totalidad! Pero lo hará en infinito amor en aquellos que -como ustedes- desean seguir por el sendero del amor, la libertad, ¡esa gran libertad que vivirán! ¡Ahh! ¡Vaya que la vivirán! Y el perdón; el perdón eterno y total.

Amados; nosotros ¡estamos con ustedes! ¡Siéntanse acompañados! ¡Siéntanse protegidos! ¡Siéntanse infinitamente amados por nosotros! Que miren que señales cada vez ¡más y más! intensamente les damos. Vuelvan a ser ¡lo que son!: ¡fuertes!, ¡libres!, ¡valientes!, ¡ilimitados!; para lograr y seguir adelante, en la marcha victoriosa de la Gran Raza Raíz que se estará mostrando.

Y miren; que todo empezará aquí. ¡Pero no se quedará solamente aquí! ¡Inundará y brillará cada vez más ésta estrella! Que por algo nuestros hermanos, aquellos que también nos están acompañando, y yo les repetiré lo que ya se les dijo: ya empezará; ante algunos se han presentado y se presentarán; por lo que -para ayudarnos aquí- en ésta ilusión harán.

Y nosotros ¡claro que sí!, ahí estamos; por lo que mi Padre -a su hermano- ha confiado. Es por eso, que los necesito fuertes, unidos, ¡totalmente -a Nuestro Padre- entregados! ¡Amados! ¡Amadísimos hermanos!

Y dejo en ustedes ¡la Llama Violeta! Que ilumine fuerte ¡e inmensamente para ustedes y todo éste planeta! ¡A todos mis hermanos! ¡A todo Ser vivo! ¡y los que han llegado! ¡Ahh!

La guía amorosa. Pronto verán cómo la Fuente -ante ustedes y para ustedes- actuará. ¡Amados hermanos!

Que yo soy ¡Saint Germain!


Octubre 19, 2016
Aleshia/Enriqueta.

Y todo lo que dejó la Gran Energía que en estos días llegó.

Tantos hermanos con gran sorpresa; pero hubo muchos más que -en infinito amor- se quedaron ¡así!, ¡de una sola pieza!, observando la Grandeza de Nuestro Padre, por lo que mostró esa Gran Estrella, a la que ustedes llaman “Luna”, pero que como ninguna, ahora; porque eso -en el Plan de Nuestro Padre- para que vivieran ese suceso, ya estaba preparado.

Y lo dispuesto; lo que habrá de surgir; por lo que ya está aquí; es lo que van a vivir, todo aquél que sintió en esa emanación; por la Vibración ¡que a diestra y siniestra repartió!

¡Es así como Nuestro Padre actúa! ¡Es así como desea que entendamos!, que en la pureza de la Energía que ¡ya entre nosotros fluctúa!, ¡no entiende!, ¡no sabe! de bien o mal. ¡Es! ¡Está! ¡y se entrega! para cada uno de nosotros; para que tú la puedas utilizar.

Es por eso que Nuestro Padre insiste y nos dice: “¡Todo en amor! ¡Todo en infinito amor! Porque en la Ley de Atracción, ¡ahora más directamente! tendrá y verás su reacción; que todo lo que tú entregues, ¡eso es lo que volverá a ti, en esa Gran Devolución!”

Porque así es. ¡Así es!, como se pone en acción lo que en el Infinito hay. ¡Todo lo que el Cosmos! y lo que el Gran Fractal te vendrá a mostrar. Lo que tú sentirás ¡no será lo mismo que otro hermano!; ¡porque tú estarás viendo lo que estás construyendo en gran amor y en verdad!, y aquél que no se ha querido entregar, sólo sentirá y verá ¡caos!, ¡catástrofe y destrucción!, ¡con un gran temor!

Entonces -amado hermano- presente está la balanza. Tú eres quien inclinará hacia dónde ¡el peso de esa Energía caerá! ¡Eres tú! quien pondrá en acción; porque precisamente Nuestro Padre -al entregarte ¡todo su amor!- también te dio ¡la libertad!; para que tú hagas la elección de lo que de ti será.

Y ésta es una gran oportunidad: ¡vive!, ¡siente!, ¡recibe!, ¡piensa! ¡y comparte! ¡sólo amor! Y entonces caminarás en unión. ¡Y todo lo que hagas!; lo que vivas; lo que recibas, será. ¡Lo harás de una sola pieza! Sin mentiras. Sin falsedades ¡y en esa Gran Transparencia que El nos dio!

¡Gracias hermanos! ¡Gracias por acompañarme! ¡Gracias por estar aquí!

Con todo el corazón se los digo. Y cada vez que mi Padre me lo permita -y que ustedes deseen escuchar- se los repetiré: ¡Benditos sean! ¡Benditos sean!

Caminemos de la mano, fuertemente unidos. ¡Ayudémonos!, porque será de esa manera todavía ¡más sencillo!; que lo que tú no entiendas, quizá tu hermano -al compartirte- ¡te ayudará a ver todo más claro!

Y eso -al escucharlo y recibirlo- hacerlo ¡con gran amor y en gran humildad!; tanto para el que lo reciba como para el que te lo quiera compartir y de ello hablar.

¡Así tiene que ser! ¡Así es! como la Gran Hermandad, ¡por toda la eternidad ha estado y estará unida! ¡Porque reciben por igual!, la Energía, la Vibración y el Amor de Nuestro Padre.

¡Y todos!, en ese Gran Amor, ¡ahh!, nos lo envía. ¡Y ahora desea compartirlo!, ¡aquí!, con nosotros; en éste lugar; en lo que nosotros llamamos “vida”.

Pero ellos nos ayudarán a ver ¡todo! con claridad y en la verdad que Nuestro Padre nos da; en la Gran Enseñanza del “Yo Soy”.

¡Gracias hermanos! ¡Gracias! 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario