8 de agosto de 2015

Canalización del 5 de Agosto de 2015.

Agosto 5, 2015
Ketta.
… “Y también te pido -Padre mío- que todas esas promesas, que ahora en éste tiempo nos han dicho que se cumplirán, también, también es mi deseo -al elegirme- de todo ello participar. No solamente ser un espectador más”. ¡Ya no hermano! ¡Ya!, para ello ya fue suficiente. ¿Cuánto tiempo nos ha tomado?, porque si ustedes liberan el recuerdo y empezaran a verlo todo muy claro, se sorprenderían -algunos- cuánto tiempo para empezar a caminar en la senda de la verdad, en el sendero del amor, ¡cuántas reencarnaciones les ha tomado!

Cuando empezamos a estar preparados para escuchar así, con ésta simpleza, pero con la profundidad que tiene lo que Nuestro Padre nos dice; lo que a través de nuestros Maestros y empezar a vivir de ellos todas las directrices, porque no es solamente -amados hermanos- que digas: “¡Ya! Eso es lo que pido. Eso es lo que deseo”. Cuando -insisto- lo haces y lo dices de corazón, empieza a llegar, ¡en ti primero! -en tu interior- empieza a suceder ¡una gran revolución! ¡Una catarsis tan fuerte!, que -amados hermanos- ¡muchos!, como a mí me pasó, de todo lo que empiezas a vivir y a sentir y que empieza a suceder… una gran sorpresa y en esa reacción, te empiezas a dar cuenta que de verdad, todo lo que -si te has tomado el tiempo de leer- en lo que se hace llamar “el libro de la verdad”: ¡La biblia, amados hermanos! Que también les voy a decir, no se crean que -por lo que les estoy hablando- todos los días y todo el día estoy con él en la mano, porque les mentiría.

¿Saben qué es también lo más importante? Que con el corazón, ¡con el corazón, de verdad!, cuando tú ya tomaste esa decisión, a Nuestro Padre empieces a hablarleporque El siempre está; siempre te está llamando; siempre dentro de ti te está hablando. Sucede que somos nosotros los que -como he insistido tanto- con tantas distracciones ¡aún!, porque sé que algunos de ustedes así lo han vivido, aún ya empezando a escuchar y querer ir entendiendo cómo es que -en éste despertar- porque tenlo por seguro; lo que algunos ya abrieron ¡y otros!, los que estarán abriendo, porque no es casualidad ¡y aunque algunos piensen! “¡Ah! Otra vez de lo mismo va a hablar”, pero haciendo un recuento de todo lo que ha sucedido desde que he tenido el privilegio de algunos hermanos de los que aquí se encuentran, que han estado y que con Enriqueta -su hermana que les habla- han empezado a escuchar todo lo que Nuestro Padre nos dice: “Ya es el momento. ¡Es tú momento! Todo lo que aquí escuches y de lo que yo siempre te he querido hablar, toma en cuenta -amado hijo- que todo es para que vivas ya tu gran despertar”.

Entonces, cuando se nos empezó a decir -amados hermanos- y esto… es que ¡tengo que decírselos! De ello tengo que hablar, porque -a pesar de tenerlo- de estarlo viviendo y de decir: “Sí, ahora ya entiendo”. Apenas hará unas cuantas horas, que ¡plena y conscientemente, amorosamente, fuertemente!, su hermana está entendiendo realmente, tal cual como Nuestro Padre y nuestros Maestros nos han dicho. ¡Y no se pregunten porqué solamente un grupo tan compacto! ¿Por qué no decirlo? Un grupo selecto. ¡Ustedes!, que empezaron a escuchar y que desean seguir, verán. Verán cómo empezarán. Aquél que de verdad en su proceso desee y empiece ¡en su interior! también su cuerpo a purificar, tal como lo sientan, entonces, entonces verán, cómo los dones que Nuestro Padre les entregó, abrirán.

¿Y qué ha ido sucediendo? ¡Sí! Es verdad. ¿Cuántos llegamos a reunirnos? ¿Cuántos y cuántos se empezaron a congregar? No somos en éste instante -amados hermanos- ¡ni la mitad! ¿Pero saben qué? Mi corazón se regocija entendiendo y sabiendo que estos que ahora están aquí -ustedes que están escuchando- lo hacen de corazón; porque no hay nada que les haga presión, sino ese infinito amor que Nuestro Padre, ahora libremente desean depositar -tal cual como El lo hace- con cada uno de nosotros. Porque algunos, después de tanto haber escuchado, ¡sí! y los que han abierto y los que -en el nombre de mi Padre- han ido mostrando, ¡yo me siento feliz! ¡Me siento agradecida!, porque ahí es donde cada vez más y más fuertemente estoy ¡tan convencida!, que todo lo que nos han venido diciendo es, ha sido y será ¡en su momento!, cuando Nuestro Padre lo tiene dispuesto.

Porque lo que nosotros estamos escuchando y lo que El tiene a bien, de acuerdo a como ve en tu corazón y cómo es que te necesita ¡cuando tú ya dejas a un lado toda esa razón!, la que te insiste en que tienes que estar -todo lo que escuchas- pensando, pero porque quieres estar razonando y encontrando una respuesta. ¿A qué? Una justificación. Amados hermanos; en el sentir, en el sentir de Nuestro Padre, así es como nos pide y dice: “Esta es la Era y de ésta manera es como tú la vas a vivir nuevamente”. En cada Era Dorada, tal como fue propiciada, es porque todos mis hermanos; ustedes, algunos -en su mayoría- en aquél tiempo también la conformaron, y que ahora nuevamente están aquí con esa gran valentía, porque Nuestro Padre tuvo a bien y les quiso pedir: “Los necesito. Los necesito nuevamente aquí”.

Y no crean que lo que están escuchando es una tontería; es algo que Enriqueta solamente estuvo pensando. Tú bien sabes hermano, porque ya he insistido en ello: Cuando llegamos aquí, cuando estoy frente a ti, es solamente y lo hago así -amorosamente- dejarme llevar de la inspiración, sea y lo es ¡instantánea y total! y que viene de la Fuente; de mi Padre tan amado. Porque así es, entendiendo, cuando esto -su hermana Enriqueta- empezó a sentir y se empezó a poner de manifiesto, dije: “Padre. ¿Qué es lo que necesitas de mí? ¿Por qué? ¿Para qué? ¡Porque sé que esto no es mío!, es tuyo. Porque sin ti no podría ni siquiera pararme frente a algún hermano y hablarle de la manera como ¡tú! me haces sentir. Como ¡tú! lo haces a través de mí. Hasta en lo más simple, hermanos. Hasta en lo más sencillo, se manifiesta Nuestro Padre ¡y todos en ti verán cuando empiezas a hablar de El!, porque te empieza a inspirar; en tus ojos ese brillo de amor, de amor incondicional, de amor universal.

Y quiero insistir; que si Enriqueta -como ha venido sucediendo- ahora nuevamente está frente a ti, ¿saben?, lo he entendido y me siento tan feliz, porque Nuestro Padre lo que desea es que cada uno de ustedes -al escuchar- lo sientan de verdad, desde lo más profundo de su corazón. Pero eso cada uno de ustedes lo va a decidir. Mas toma en cuenta ¡y no olvides nunca!, que es El el que te está observando. ¡Siempre, constantemente te está llamando! y te pide que ya sueltes; que ya dejes lo que sabes que tu camino -aquél que te lleva hacia El- lo está deteniendo, lo está bloqueando.

Por eso nos piden -amados hermanos- estar siempre atentos, ¡alertas! y mientras tanto, cuando sigues paso a paso y hablas con Nuestro Padre, en aquellos instantes, en aquellos momentos que te tomas y quieres estar con El, en esa aparente soledad, pero que es tu deseo con El hablar, no temas pedirle: ¡Hazlo! Mas, también yo te sugeriría: “Padre, tú sabes qué es lo que anhela mi corazón, porque tú mejor que nadie sabes -sin necesidad de alguna palabra expresar- también qué es lo que para mí es mejor en tu plan divino. ¡Que no sea yo el que insista en lo que te pida!, porque si para mí eso no es lo mejor; si no es lo que tú tienes contemplado, entonces ¡muéstrame! el “por qué” y “para qué”, aunque aquí en lo terrenal lo esté deseando, lo estás haciendo a un lado”.

Tenemos siempre que aprender, para ir recordando que -en el intento de seguir insistiendo como humano- lo que tú crees ¡porque lo estás razonando!, que es mejor para ti, porque eso es lo que estás necesitando y no escuchas la voz de Nuestro Padre que te está diciendo: “Eso -amada hija- amado hijo, no es de éste plano. ¡Yo te necesito a ti en esa pureza!, ¡en esa transparencia!, con la que aquí llegaste, cuando te pedí que estuvieras aquí, compartiendo con tus hermanos”.

Mas, éstas son sólo palabras de tu hermana; pero palabras nacidas del corazón, porque si de verdad pudiera compartirles aún más… pero también he ido entendiendo que no es tan necesario decirles, porque -al hacerlo con el corazón- sé que están sintiendo en ese instante, la fuerza y la esencia; la presencia de Nuestro Padre. Y retomo el decirles lo que sucedió en un principio; que hasta nuestro amado Maestro, nuestros amados Maestros nos dijeron: “Insistimos en decirles que lo que irá sucediendo, ¿quién de ustedes, de verdad, algún momento se ha tomado para en todo ello recapacitar, reflexionar?”

Y realmente -porque así ha sido- que de todo lo que nos han hablado, es porque también Nuestro Padre lo dijo: “Ahora que tú -con ese infinito amor- me has hablado. ¡Ahora que tú -hijo mío- te has elegido!, mi promesa es -aunque tienes que entender que nunca sólo has estado- ahora con más fuerza ¡me verás! contigo. ¡Más fuertemente estaré!, ¡porque tú has abierto la puerta! Aquella, la única; que aunque Yo puedo abrirla ¡no lo hago!, porque tu decisión -en ese libre albedrío que te entregué- la respeto”.

Más, cuando tomas esa fuerza, al sentir y estás deseando que en ti ya no haya tanta distracción, ¿por qué no decirlo?, ¡aunque la hubiera! ¡Ya estás firme en tu decisión! y sabes que muchas veces eso llega. Puedes tomarlo como una prueba, para ver si realmente, ¡realmente al hablarle a Nuestro Padre! lo hiciste de corazón. Mas eso, tan sólo El y tú lo saben. Lo que hace tu hermana es hablarte de todo ello. ¿Saben? Tan sólo soy una Mensajera; pero de todo lo que me llega, de toda esa inspiración, lo hago desde lo más profundo de mi corazón. ¡Corazón que he entregado! Corazón que está abierto ¡a todo lo que mi Padre me ha dado! Y mucho más que ustedes saben, porque así nuestros Maestros lo han dicho, que estará llegando, ¡mas no solamente a mí! ¡A cada uno de ustedes! y El desea que todos lo tomemos así. Que cuando sientas y estés viviendo todo lo que El en ti ¡está reviviendo!, también sientas ese gran deseo de -a tus hermanos- compartir, porque para ello estamos aquí. Y sé, sé, que aún más; porque esa sensación, esa alegría mi Padre me ha querido dar.

Muy pronto, muy pronto; de los que están aquí, habrá -hermano, hermana- que por mi Padre viendo, escuchando y sintiendo, lo que desde tu corazón ¡con El has estado compartiendo! ¡Te conoce! ¡Sabe! que ya llegó tu momento. Y sólo quiero decirles; que Enriqueta -lo que ha estado entendiendo- cómo mi Padre aquí me necesita. Y estaré y estoy, para todo aquél, aquella, que en esta gran enseñanza del “Yo Soy”, tal cual, como hasta hoy he estado recibiendo de mi Padre tan amado, instrucción tras instrucción. Así seguirá siendo y yo estaré contigo y lo haré con todo el corazón. ¡Porque mientras tú -amado hermano- aún seas cautivo de todo! Esas emociones, sentimientos, situaciones, que te llevan a ciertas acciones, que sabes que ya no deben ser y que no es lo correcto, más mi Padre -que todo lo ve- te dice: “No olvides. No olvides -amado hijo- que en tu día con día, hacia mí ya has estado elevando un gran decreto; de dejarte llevar. De mi voz ¡más fuertemente dentro de ti escuchar!”

Y sólo quiero decirles, que cuando eso -porque en algunos ya ha empezado a suceder- o quiero decir ¡en todos! Más pronto de lo que te imaginas, que no hay cambio, porque todo lo glorioso que tú empezarás a ver, a sentir y a compartir, es solamente -amado hermano- el verdadero vivir. Aquél que aún -aunque sigas caminando aquí- te habrás de dar cuenta lo que es dejar de caminar como humano, en el infinito amor de Nuestro Padre ¡y escuchando la guía y la inspiración de todos nuestros Maestros! ¡Grandes Seres de Luz que lo lograron!, en su mayoría. Porque déjame decirte que también hay otros, que ni siquiera se han separado de Nuestro Padre; que tienen una gran Luz y un gran amor por cada uno de nosotros y que vienen también para entregarte ¡y para darte esa gran inspiración! de cómo a Él nuevamente volver. Porque así será; de acuerdo a lo que tú sientes, de lo que es ¡muy en lo profundo! tu necesidad para -en esa libertad- vivir el gran despertar. No tengas duda que se te entregará.

Y volverá a suceder. Así como algunos hermanos ya han abierto y que aún siguen en su lucha por dejar de ser humanos, pero que están ahí en el trayecto.

Ya Nuestro Padre lo dijo y nuestros amados Maestros: “Ustedes. Ustedes serán y son, la gran avanzada en ésta apertura; en el gran proyecto de amor: El Proyecto de Shirón”. No es casualidad que aquí te encuentras y que sientes el deseo de escuchar. ¡Qué importa!, que haya momentos y que haya hermanos que piensen y que digan: “¡Siempre lo mismo!”. Pero ¿sabes qué?, amado hermano: ¡Es en vivo y en directo!, porque lo que tú escuchas viene desde el corazón de corazones. Y si tú -al entregarte- de verdad, haces a un lado todas las razones, también en ese gran discernimiento, en la sabiduría que Nuestro Padre nos entrega, sabrás que si -algunas de las instrucciones- en lo que nosotros llamamos “reuniones” son repetidas, mejor pregúntate: “¿Por qué?” ¿Qué es lo que -aunque digas- no has terminado de entender?, porque lo has oído, pero no lo has escuchado y al final de todo ello -al seguir tu caminar- lo que se te ha dicho lo has hecho a un lado. Y no es así, como mi Padre desea ¡y te dice! que vivas tu despertar.



Agosto 5, 2015
Aleshia (1).
De tiempo en tiempo -así como se te ha dicho- que aquellos que lo lograron, empezaron a vivir lo perfecto.

Yo te digo amado hermano; es una preparación ¡a cada instante!, porque -al seguir adelante- unes tu pensamiento, corazón, con la acción. Y es una reacción, que en el mismo instante en el cual viene a ti, empiezas a co-crearle. Es por ello que Nuestro Padre te pide y te dice: “Siempre, siempre -amado hijo- ten presente que en esencia, con infinito amor, el “Yo Soy” ¡todo en ti lo bendijo! Y llevas grabado, ¡no importa dónde te encuentres!, donde estés; lo que has hecho, lo que hagas. Que sea, que sea escuchando mi voz, mi llamado. Por eso Yo te pido; que no llegue a ti la confusión. ¡Que no permitas que nuevamente te abrace la distracción! Porque aquél que ha tomado su decisión y que quiere seguir el camino con todo el amor, siempre habrá una intención de que te olvides de ello”.

Mira; aún habiendo logrado con gran, gran espiritualidad, ¡así como lo hicieron mis hermanos antaño!, cuando tú empiezas a permitir que -al compararte- el ego empiece a hablarte. ¡No lo hagas hermano! ¡No permitas que nuevamente eso no deje lo que ya estás haciendo!: Que comiences a elevarte, no sólo en lo físico, sino ese espíritu maravilloso, para que -el Ser- en esa unión y haga la total conexión. Porque cuando todo ello empieza a mostrarse, es porque estás logrando ¡y tu cuerpo!, ¡todos tus cuerpos! a tu Ser nuevamente vuelven a unificarse. Es cuando tú -primero a ti- empiezas a mostrarte que ya habías vivido y que es verdad; que todas las grandezas que Nuestro Padre ha querido entregar, ya las tenías contigo.

Cuando vuelvas a abrir la puerta, tal cual como te lo dije hace un instante a través de mi templo; que me hago llamar “Enriqueta”. Pero mira; mira, ya te lo he dicho: Mi Padre me ha dado la instrucción de que ahora me muestre ante ti, porque se empezará a vivir ¡tal acción! ¿Y quién? ¿Quién de ustedes? ¿Quién realmente? O mejor dicho: ¿Quiénes?, en el nombre de Nuestro Padre tan amado, así como algunos ¡ya empezaron y han co-creado!, pero es una constante preparación. Por ello mi Padre, ¡Nuestro Padre!, enviará con tal fuerza desde Alción, una gran vibración que te envolverá, que de ti hará -si de verdad lo has deseado y lo estás sintiendo- en lo que tú llamas “desde lo más profundo de tu corazón”. Y por ello he recibido ya la instrucción. ¡Atenta!, porque aquí has de continuar lo que ya empezó: ¡Tu misión! Escuchar, pero también a tu hermano hablar del Gran Legado, que nuevamente a ustedes será entregado.

Y tal como lo ha dicho el Maestro ¡Ángel Ráh!: “Y tú lo escucharás, pero atento tienes que estar, porque tal vez algunos no lo entenderán de principio”. ¡Y ahí es donde te pido! En ese instante tendrías que pensar: ¿Qué es? ¿Qué es lo que aún me ha de faltar?, porque en apertura de conciencia, ¡la Gran Conciencia Crística!, es como -amados hermanos- ¡han empezado a caminar! Mas tal cual como mi Padre, ¡Nuestro Padre lo ha visto! y dice: “Amado hijo; que no es tan sólo el decir: “¡Ya lo entendí!” “¡Ya abrí!” Ahora lo que quiero es que me escuchen primero”.

Y no es así; porque -amado hermano- hablar con Nuestro Padre, al sentir ¡y vivir ese gran don!, porque El te dice: “En ti -amado hijo- ¡ya lo abrí!, porque de la manera como tú te has estado entregando, mas ahora siente y te quiero ¡atento!, a de todo y en la instrucción que te estaré dando”. Porque el deseo de Nuestro Padre es que aquí, compartas y muestres ¡todo lo que viene de El!, con ese infinito amor, así como tú has recibido. Que en ti, tu Ser ¡al ya estar unido! empiece a ver verdaderamente la verdad; toda aquella que El nos quiere entregar.

Y si he de estar insistiendo y siempre de tu hermana lo estarás escuchando: ¡El propósito divino es para que tú entiendas y sepas y recuerdes por qué estás aquí y para qué! Cada uno de mis hermanos a qué vino. La gran misión -cuando tú de verdad estés entregado y de corazón- la empezarás a cumplir y sabrás que eso ¡tanto te llenará! Y te darás cuenta, ¡ya te lo he dicho!, mas insisto en ello: “Que nada necesitas de éste plano terrenal”. Poco a poco irás viviendo todo sin apegos y lo que es todavía mejor; te desprenderás ¡totalmente del ego! Ese que tanto te esclavizó y que pretende aún nublarte la visión, ¡la verdadera!, que no te permita ver que hay tantas cosas, porque ¡él es el que te pone a prueba! Que todo es solamente una ilusión. Y es el gran momento, porque ya lo dijo mi Padre: “Vivirás ¡evento tras evento! y todo se irá conformando, porque tú -amado hijo- desde tu interior te estarás transformando: Te irás cristalizando”. Y luego, en esa transparencia, estarás en plena conciencia; como ahora, que en la Crística a muchos de ustedes ya llegó la hora; la están empezando a vivir.

¿Y qué más? ¡Tantas cosas les puedo y les voy a decir!, porque en ésta Nueva Era que ha iniciado, ¡ya lo dijo Nuestro Padre! Aquellos -como algunos que aquí se encuentran- vivirán un Noviciado, pero… al llegar ante El, ante mi Padre, sabrán y verán todo ¡tan claro!, porque -en ese paréntesis divino- irán recordando todo lo que se les dijo y sabrán que todo esto es más que una verdad. Es… todo lo que viene de la eternidad. La infinita conciencia de amor hará que en ti ya no haya ninguna resistencia y entonces -aquí- empezarás a cumplir tu misión ¡amado hermano!, ¡amada hermana! y entonces empezaremos a caminar de la mano.

¡Esto tanto has escuchado!, mas a vivir todo ello, los que ya han empezado, yo te pido que en ti no suceda, porque luego en distracción, no se dan cuenta y piensan y le dan relación y hacen comparación con tantas otras cosas de las que les hablan y les muestran en ésta ilusión. ¡Y ahí es donde viene la confusión! ¡Eso fue lo que en aquella Era -a mis hermanos- a tantos perdió! ¡No permitas que en ti eso suceda!, porque hoy mi Padre, lo que tiene dispuesto, ¡lo que para ti ha preparado!, ¡es tan grande! ¡Es inagotable! Es ¡aún mejor! Y tú estás aquí ¡viviéndolo!, en la enseñanza del “Yo Soy”, amado hermano. Es por eso que te pedimos: ¡Ya deja de ser humano! ¡Ya no te confundas! ¡No permitas!, que los pensamientos, que las emociones, que las distracciones, que quieren hacerte vivir y separarte de lo que mi Padre, ¡Nuestro Padre! -al hablarte- quiere mostrar en ti.

¡No olvides ello!, porque tú tienes ¡tan grabado! cuando fuiste ungido. ¡Llámalo si tú quieres “ese sello”!, pero que en ti está. Permítele despertar. ¡Deja que ya sea tu momento! Que a pesar de que algunas cosas de lo que hoy te he compartido, estés pensando y digas: “Esto no lo entiendo”. Tú las verás; las sentirás -amado hermano- que para eso ¡nosotros aquí estamos!, para hablarte. ¡Y así lo haremos! ¡Así lo hará tu hermana Aleshia!, mientras sea el deseo y la voluntad de mi Padre, porque también para mí -como hoy- ¡siento una gran alegría!, porque de manera especial, lo que preparándose para ustedes está -amados hermanos- en éste despertar. Aquél, aquélla que a punto de ello vivirlo, ¡ya está!

¡Se sigue cumpliendo tal cual, lo que mi Padre ha prometido! Y ustedes, ¡ustedes, amados hijos!, mientras sigan en esa preparación, yo les daré con todo mi amor; les entregaré -cuando tú te hayas elegido- aquello, al que llamas “Maestro”, ¡que estuvo con ustedes! y que dejó en esa gran enseñanza ¡y que pidió todo lo que tú harías! y en tu andanza lo que vivirías y sentirías, cuando de corazón vieras en cada hermano el rostro, ¡el rostro divino del “Yo Soy”!

No olvides que también se te dijo: “¡Y te verás en el espejo!” Que no sea -amado hermano- aún reteniendo todo lo viejo. ¡Aquello que sabes que te ha detenido! ¡Aquello que has entendido que no te ha permitido seguir libremente el camino! ¡Que sea el gran reflejo de amor! ¡Que sea esa transparencia!, porque estés comprobando que en ti está sucediendo ya ¡toda esa cristalización! Porque entonces sabrás, que todo tu cuerpo ¡el terrenal!, en silicio ya se convirtió. Porque además, tus emociones, tus pensamientos, amplificarse sólo en Uno; viviendo la gran verdad que Nuestro Padre nos da. Y aquí hacerlo en unidad, amados hermanos.



Agosto 5, 2015
Ángel Ráh.
¡Y qué importa lo que ahora tú puedas pensar!, porque si aún la duda te quiere atrapar, yo te digo; que ¡si sigues firme en el camino, nada te detendrá! Para ello ¡tantos y tantos aquí estamos! y de una y mil formas te hablamos. Y aunque tú quizás estás pensando y no creas, porque lo que tú en éste instante sientas o lo que veas, explicación no le puedes dar. Pero si toda tu intención es -de verdad- que en ti ¡todo se empiece a aclarar!, tal cual ¡como de El es su voluntad!, entonces, entonces ¡permites que nosotros estemos aquí y te hablemos! y escuches en esa gran libertad. Y entonces en ti todo, ¡no tengas duda de ello!, se empieza a aclarar.

Se les dijo; se les insistió, que habría ¡un gran cambio! Pues ya empezó, ¡pero no el que tú estás pensando! Verás de qué manera ¡y en qué forma!, para aquél que se ha elegido y que se está entregando. Todo, ¡todo hermano!, aquí en lo terrenal, así como a ésta hermana, que ya te dijo que se les está indicando. ¡Es verdad! ¡Y eso tú lo comprobarás! Así como has sentido, también lo verás. Porque -sí aún estando en el camino- has sembrado en duda ¡y quisieras que ya todo se hiciera con premura! ¿Y cómo? ¿Cómo pretendes exigir?, si al escuchar no has entendido, ¡porque no has cambiado tu forma de vivir! Y esto, no lo digo por ti, pero ¡tenlo presente!, porque tú verás. Pronto escucharás y sabrás por qué lo quise decir. ¡Que no sea en ti!

¡Es por eso que se te ha pedido estar alerta y atento!, porque no sólo con palabras -que ya te lo dijo al que llamas “Maestro”- también con acciones se te iría mostrando, porque de tiempo en tiempo, cuando se han vivido las Revoluciones Amorosas, ¡sí, amado hermano! algunos de los que ya se habían elegido, en el camino se permitían seguir dudando. Y yo te insisto: ¡Que no pase contigo!, porque entonces estarías cerrando la puerta a todo el amor, ¡a esa esencia que El te entregó!

Y una cosa te digo: ¡Ya no se permitirá!, porque luego, cuando se les muestre las cosas con claridad, ¡todavía algunos pretenden!, lo que en ese instante o lo que empiecen a vivir ¡cuestionar! Ahora, porque de El es su voluntad, nos ha dicho: “¡Y en ustedes sucederá!” Que si en el camino empiezan a dudar y empiezan en sus acciones a errar, ¡todo muy claro se les mostrará!, para que también se den cuenta ¡y quieran de ello hacer enmienda y a nadie culpar! Porque serás ¡tú y solo tú! Ahora, en el gran deseo de que vivan en la verdad, ¡eso también sucederá! Te darás cuenta hermano, que aún, si aún escuchando en la enseñanza del “Yo Soy” y en plena conciencia ¡quieres seguir errando!, justificando y diciendo: “Mi Padre todo me lo va a estar perdonando”. ¡No te equivoques!, porque lo que está llegando es ¡con tanta fuerza y pureza!

¡Fíjate bien lo que estarás escuchando! “Aquél que todo lo creó” ha dado la indicación de que llegue a ti, porque eres ¡parte de El! y que todo lo que tú empiezas a sentir; lo que mueva tu emoción y tu pensamiento, ¡eso es lo que llevarás a la acción! Entonces, ¡no permitas! que lo que no es correcto -aún sabiéndolo- te lleve a la perdición.

Que ustedes saben que es ¡tanto su amor y el nuestro también! Entiéndelo bien; que si de ello te estoy hablando es con todo el amor que te estoy entregando. Que si ya ha sido tu deseo y tu decisión elegirte y vivir plenamente tu liberación, ¡hazlo hermano! Que lo que tú vivirás ¡acto seguido!, no habrá palabras con las que pudieras compartir y a tus hermanos decir, que verdaderamente todo lo que está llegando de la Fuente y que estás sintiendo, eso es lo que en ti están viendo.

Y no creas que porque de ésta manera te estoy hablando, es porque no quiera que tú -amado hermano- ya te estés en tu evolución liberando. ¡No! ¡Al contrario! Es con todo el amor, porque tú, cada uno de ustedes que escuchando están, en el gran propósito de El y en ésta gran avanzada, mostrarán -de El- el gran amor que ¡a través de ti!, con tus hermanos Él desea compartir.

¿De qué manera tendría y con qué palabras que decirte?, para que no haya el afán de que con esto pretendas aturdirte. ¡No!, sino que ¡todo en ti esclarezca y que sientas! Es que, si les hemos dicho que ya es el momento ¡y todo lo que traigo para ti!, ¡pero estás deteniendo lo que ya quisiera hacerte sentir!, ¡porque siempre tienes un argumento para detener!, todo lo que El -y esto siéntelo así- desde el principio de la creación depositó en ti.

Y vuelvo a insistir; como en un principio lo que les di. Hermanos, si alguien pretende no recordarlo, pues está presente el Símbolo Sagrado, porque el gran propósito divino al -a través de mí- a ustedes entregarlo; ya lo dije y lo vuelvo a repetir: ¡Será el estandarte! con el cual -aquellos que a mi hermana acompañarán- sigan adelante y cada vez serán más y más, aunque algunos -al escuchar- no lo crean. En el tiempo del hoy, el aquí, “¡Aquél que todo lo puede!” permitirá que lo vean; porque esto, esto que están escuchando no es nada más porque sí. Todo lo que se está preparando, ¡no tengas duda que es para ti! ¡Para todos ustedes!, tocando las fibras ¡más íntimas! de lo que ustedes llaman “su corazón”, pero que es donde todo lo que El entregó se está guardando y que muchos de los que aquí estuvieron y otros -de los que están aquí- ya abrieron.

Y si tú lo sientes así, ¡Ángel Ráh!, que de ello te ha querido hablar, en la promesa divina, todo aquél que -para volver a Él- le quiso jurar. ¡No olvides que vengo del Centro y presente estuve cuando hiciste tu juramento!, por eso estás aquí escuchando. Porque también te recuerdo: ¡No existe el tiempo!, porque si ahorita -al escucharlo- estás pensando: “¿Cuándo fue? ¿Cómo sería?, porque de eso nada me acuerdo”. Hermano; ¡muchas cosas más te he de hablar!, ¡aquí donde estás viviendo como humano!, porque así tendrá que ser, para que recuerdes quién eres y que eternamente prometiste a “Él, que todo lo creó” serle fiel.

Y todo lo que tú empezarás y podrás hacer, ¡no olvides! que todo, ¡tal como la hermana a través de la cual te hablo te ha dicho!: Para gloria de El, porque tú aquí, ¡eres parte muy importante de esa gran Revolución de Amor!, que al que tú llamas “Maestro” ya te lo ha dicho: “¡Aquí! ¡Aquí es donde todo empezará!” ¡Y otra vez! ¿Qué es lo que iniciará? Tú lo verás. Y aunque no lo creas en éste instante, ¡éste lugar que ha sido entregado!, así tal cual, como “El que todo lo ha creado” ¡escuchaste! y lo dijo fuerte y claro: “¡Y estará matizado!”

¡Qué importa!, que aún de los que todo esto han escuchado, hay algunos que se han -ellos dicen “retirado”- porque en el plan divino, aún falta ¡mucho por hacer! Y pronto les quedará ¡muy claro!, con el infinito amor de El, porque al final, que así tú lo has llamado, ¡que es el principio!, porque va a empezar -para cada uno- lo que sentirán, lo que escucharán ¡y entonces también se verá! ¡Tal cual como se les ha dicho! Algunos lo dirán: “¡Y ahí estuve! ¡Y yo lo escuché! ¡Formé parte de ellos! ¿Por qué? ¿Por qué me retiré?” No olvides que la decisión es tuya. Que aún escuchando, ¡de todo lo que se les ha venido hablando!, el tiempo no existe. Si no hoy -aquí- tú lo decidirás. ¡Estarás regresando!, porque en la verdad, en la infinita verdad que “El que todo lo puede” a ustedes les da, así ha sucedido de tiempo en tiempo; tu hermano Ángel Ráh ¡ha venido!, como hoy.

Y lo que les he prometido, porque de El es su voluntad, ¡ya lo van a empezar a escuchar! ¿Quién lo hará?

El plano multidimensional acaba de comenzar y empezará a ver -con los ojos de la verdad- aquél, ¡aquél!, que se ha querido preparar. ¡Aquél que -a pesar de que tanta distracción lo quiso abrazar- no lo permitió! y la enseñanza del “Yo Soy” desea escuchar ¡y vivirla!, ¡y sentirla! y en esa gran congruencia ¡ya empezó a vivir la apertura de Conciencia!

Porque en esa entrega, tú verás amada hermana; tú verás amado hermano, lo que ¡en ti sucederá! Es más; ¡he de decirte que ya empezó!, pero ¡en tu distracción!, tu cuerpo físico no lo notó, más ¡con fuerza lo vivirás! ¡Para ello está la preparación!, la que nosotros estamos haciendo y que aquí en ustedes estará sucediendo. “Como es arriba es abajo” y así como tu energía, ¡la gran vibración que estuviste elevando nos trajo!, ahora, ahora -en el nombre de El- te estaremos entregando.

Que yo soy ¡Ángel Ráh! ¡Nombre terrenal! La gran vibración -que no multidimensional- sino que viene de la eternidad; de donde tu hermano te ha venido a acompañar, en ti, en ti se mostrará.

Y vuelvo a repetirte; presente estuve y presente estaré, cuando a Él vuelvas a unirte. ¡Te abrazo! ¡Te entrego la energía! -que ya no es tan sutil- porque en ti ha empezado a revivir, lo que tú eres, lo que volverás a ser antes de llegar aquí.

El nuevo cuadrante empezará a resonarte ¡fuertemente! Mas no olvides que nosotros estamos aquí. ¡Y más tu hermano!, porque ha empezado mi momento, ¡para que dejes de ser humano!



Agosto 5, 2015
Aleshia (2).
Porque dice mi Padre que en la preparación, que así como tanto se te ha insistido, que siempre tienes que estarla viviendo, es porque a pesar de lo que has empezado, de lo que has vivido, eso, una pequeña muestra de lo que es y está contigo.

Que ya los Maestros lo han dicho; que lo que empieces a ver y a mostrar, que no sólo a sentir, en ti todo ello no vaya a impactar, pensando que de qué manera, cómo es que lo estás realizando. Que todo lo que te mueva, siempre tengas presente que es en su nombre; en el infinito amor. Y sobretodo que la humildad no deje de acompañar en tu cuerpo físico a tu pensamiento; entendiendo y sabiendo que viene de El, de Nuestro Padre, porque ¡tantas cosas estarás haciendo! y te estarás uniendo al “Yo Superior”, que es tu parte divina. Aquella, de la que -al hacer separación y estar aquí encarnado- de muchas cosas -amado hermano- en apariencia te habías olvidado. Mas ahora, de lo que se te ha dicho, en la apertura de conciencia, es porque -al unirte a él- dejarás atrás totalmente la ambivalencia o lo que tú llamas “la dualidad”, para vivir y sentir… y compartir en unidad.

“¿Y por qué? -dice nuestro Padre- ¡tanto de ello te he estado insistiendo! Porque aunque lo digas que lo has escuchado, ¡mucho no has estado entendiendo!, pero Yo te prometo que -para que en ti quede claro y vivas lo perfecto- aún ahí, en esa ilusión en la que tú estás viviendo, te voy a mostrar. ¡Te voy a enviar a quienes te van a acompañar! ¡Y de ello te hablarán! Sólo te pido que alerta tienes que estar ¡y con corazón abierto!, para escuchar y saber quién -en mi nombre- te habla. Y es mi verdad; la verdad infinita que en cada uno de ustedes está”.

Esto es lo que mi Padre, es su deseo que te compartiera, que lo escucharas; porque lo que viene ¡no cualquiera!, porque aún no se ha permitido querer vivir en la libertad, en el amor. Aunque lo escuche, no está preparado para entender aún. Es tu corazón y sólo él, porque ahí es donde se encuentra -que no la información- sino ¡todo lo que El te entregó cuando te creó! y que te permitirá que empieces a vivir tu evolución.

Ahí es -amado hermano- dentro de ti, que sólo la ciencia de la palabra hablada, porque ya se te había dicho, que por ti -al ser escuchada- ayudaría y entenderías ¡y sabrías! que tu momento ya es. Entonces, reflexiona en todo ello, que mi Padre; mi Padre la respuesta te dará ¡y todo te va a aclarar!

Y que si fue su voluntad que todo esto tendrías que escuchar ¡y aún ellos que lo leerán!, sabrán “por qué” y “para qué”, porque es el momento de la verdad. Esa que cada vez ¡más y más!, no sólo la escucharán; la verán, la leerán, abriendo -que no la curiosidad- sino el recuerdo vivo ¡de todo!, lo que en cada uno está.

Mensaje de mi Padre, de Nuestro Padre.



Agosto 5, 2015
Sananda.
¿Y por qué no habría de ser? ¿Por qué no?

Yo te digo -amado hermano- en ti, que ya es el momento. ¡Tiene que suceder!, aún a pesar de que -como se ha dicho- algunos nuevamente aquí al escuchar y luego, los destellos de la oscuridad; ¡sí!, no es incongruencia esto que acabas de escuchar. Yo te lo digo, porque -amado hermano- lo has vivido y en éste instante te insisto: No permitas que vuelva a encadenarte, porque el gran momento lo estás viviendo, en el cual mi Padre, ¡Nuestro Padre!, su promesa está cumpliendo. ¡Y heme aquí!; tu hermano, porque nuevamente aquél que se permita lo va a sentir ¡fuertemente! en la conciencia de amor; ¡la Crística! que en ti ya se abrió.

Y te has preguntado: “¿Y la segunda venida del Gran Maestro que de esto nos habló?” ¿Por quién de ustedes ya ha sido sentida? Yo te digo: ¡No permitas que aún siga dormida!, que la gran tonada, la melodía de la que te habló mi hermana; ésta hermana que tú verás, que no sólo escucharás quién es en realidad, porque, porque en éste instante de mí también habrás de escuchar.

Te he dejado y nuevamente te entrego mi corazón; el corazón que está regocijado por todo lo que para ustedes -para ti- mi Padre ha preparado. Y así yo te pido que no te suceda como cuando en aquél tiempo estuve contigo y no quisiste entender ¡y no comprendiste lo que era unirse al Ser! Y te lo estamos mostrando; que contigo está compartiendo y que el Dios Vivo; ¡mi Padre!, te lo está diciendo. ¡De ello estamos hablando! y muy fuertemente -aquí- te lo estamos mostrando.

¿Qué más puedo decirte?, ¡porque también te he de hablar! Mi promesa es que voy a unirme, ¡sí! A través de quien menos tú crees me voy a mostrar; pero ¡en su gran corazón!, ha sido su deseo hacer la conexión y en esa fusión ¡tan amada!, la promesa divina de mi Padre -para ti- será mostrada.

Es por ello que me estás escuchando. Es por ello que estoy aquí, porque te pido hermano que no estés olvidando “por qué” y “para qué” estás aquí. Que tienes la fuerza que mi Padre te ha entregado para soltar y no permitir que la debilidad llegue a ti.

Tú puedes luchar ¡y vencerás todo aquello!, que pretende no permitir lo que ya has empezado a vivir de mi Padre tan amado; todo lo belloQue por ello estoy aquí; para hacerte sentir. ¡Amado hermano!, estoy aquí cada vez más y más cercano.

Que yo soy ¡Sananda! y te ofrezco con los brazos abiertos. Que sea tu deseo que me estés permitiendo mostrarte el camino, para que sientas y vivas ya ¡todo lo divino! ¡Es para ti!

Es ésta invitación que lleva ¡de mi Padre tan amado! todo su amor, que a ti -en éste instante- estoy entregando.

Y ten presente que estaremos compartiendo de todo su amor y su luz. Ya no, ¡nunca más!, estarás ausente. Tu hermano -por ti- está esperando.



Agosto 5, 2015
Padre.
¡Y es así!, porque si mi hijo tan amado -así es como tú insistentemente lo has hablado- Yo te digo; que eres para mí ¡en este gran sentir!, ¡que tanta falta me has hecho!

Que es por ello, que ahora nuevamente contigo estará. ¡Y no sólo ello! ¡Cuenta te darás!, a quienes -para escuchar- ¡y que te puedas preparar!, hasta ti he enviado ¡y que con infinito amor se han encarnado!

¡Ay de aquél! ¡Ay de aquél, que a pesar de haber escuchado! -amado hijo- ¡ni cuenta de que ha sido mi enviado te has dado!, porque entonces, ¡entonces! mostrarás que -volver a mí- para hacerlo, aún, ¡aún! no estás preparado.

Que a pesar de todo, Yo sigo insistiendo y te daré ¡una señal tan fuerte! ¡Todo lo develaré! Pero, si sigue siendo tu decisión aún no volver a mí. ¡Eso!, amado hijo. ¡Eso! Yo respetaré.

Que mira que te he estado esperando ¡y seguiré aguardando el tiempo!, que para mí no seguirá pasando; pero que vuelvas a mí. Por eso la eternidad, ¡la eternidad que no tiene final!, también, ¡también para ti! la quise crear.

Que “Yo Soy el que Yo Soy”, que hablándote está.



Agosto 5, 2015
Saint Germain.
Y amados, ¡amadísimos hermanos! Para ésta decisión tan amorosa, que Nuestro Padre ya había tomado, tómalo como es: Como el infinito amor ¡que viene de El!

Porque de verdad necesario es que ya sea tu momento ¡en ésta gran oportunidad!, en la cual todos nosotros ¡y la gran Hermandad!, la Hermandad Blanca, que en éste instante también contigo está; todos nosotros reunidos por todo lo que sucederá; lo que viviremos con ustedes. Es necesario, ¡imperativo!, que se quieran preparar. ¡Háganlo!, amados hermanos!, porque a todo esto, lo que va a ser alusivo es… ¿Qué han escuchado? Las grandes conjunciones; las alineaciones, pero hay ¡un gran motivo más profundo!, ese que por ustedes aún aquí -en lo terrenal- ¡no ha sido conocido! Sólo lo han escuchado aquellos a los cuales se les ha preparado.

Y en éste instante en el cual yo les estoy hablando, la hermana está recibiendo la instrucción de “Aquél que todo lo creó”, porque ¡con tanta fuerza! -así como ya ha empezado a hablar con aquellos que están haciendo ¡resistencia!- seguirá. ¡Lo hará y con tal contundencia!, porque -amados hermanos- ya no hay marcha atrás. ¡Esto!, lo digo con infinito amor y eso, ¿por qué no decirlo?, todos los que están escuchando lo sabrán, lo verán.

Si tú para ello no estás atento, como lo dices -amado hermano- yo te digo: No permitas que aún ¡aquellas cicatrices!, que tú no has permitido que estén sanando, ¡déjalo todo en mis manos!, que yo -en ti- ¡en el nombre de Nuestro Padre tan amado!, ¡siéntelo así!, en ésta gran transmutación, de ti las estaré retirando. ¡Así tal cual, como mi hermano ya te lo dijo!, que te entregó todo su amor.

Nosotros -en unión- queremos en ti, en éste Nuevo Vivir ¡ayudarte en ésta preparación!, en la cual Nuestro Padre tan amado desea -a través de ti- mostrarlo. Y eso sucederá, sí, ¡claro que lo harán!, pero en aquél, en aquella que esté dispuesto, a pesar de lo que le digan, lo que escuche. ¡Que sea tu corazón!, así, totalmente abierto, el que permita y viva ¡lo que ustedes llaman “su evolución”! Pero para nosotros -y eso luego lo irán entendiendo- que es, es -amado hermano- hermana, ¡tu gran momento! Y te lo digo yo, tu hermano ¡Saint Germain!

¿De qué manera y cómo ustedes ¡aquellos que se están eligiendo! me habrán de escuchar? Amados; ya lo dije una vez ¡y lo repetiré!, para que quede ¡fuertemente grabado! Todo lo que mi Padre estará mostrando a través de sus enviados, aquellos que -ante ti- de El te han hablado, en esa gran conexión y directo, mira; ¡todo lo que escucharán los dejará sin argumento! ¡No olvides esto! Tu hermano ¡Saint Germain!

Porque ahora, en esta Nueva Era de amor, perdón, libertad total, ¡es así! como la habrán de vivir. ¡Es así! como “Aquél que todo lo creó” es su deseo -en ese infinito amor- que ustedes lo vivan y lo muestren. ¡Primero sintiéndolo en su interior! y luego con todo aquél. Amados hermanos; para eso también hasta ti llegó tu hermano mayor. Que yo soy ¡Saint Germain! Y estén atentos, porque lo que estará sucediendo y tal cual como mi hermana ya lo estuvo recibiendo, eso es lo que vivirán ¡aquí! Amados, ¡amadísimos!, parte del gran Proyecto de Amor: ¡El Proyecto Shirón!

Miren, que todo lo que aquí sucedió; lo que algunos se permitieron compartir; lo que cada hermano vio, es sólo el principio y está abierto para todo aquél que de verdad desee compartirlo. No olviden que lugar sagrado -que por Nuestro Padre ha sido entregado- seguirá viviendo todos estos amorosos cambios. Ustedes lo verán ¡y la hermana aquí estará! tal cual como a Nuestro Padre le ha dicho: “Donde tú me pidas -Padre mío- ¡ahí estaré! ¡Qué importa lo que se diga!, a pesar de los pesares, que para ti Padre mío, para tu gloria divina estoy aquí”.

¡Así es como a cada uno de ustedes les pido! ¡Háganlo! Y de manera individual lo que ya se les ha empezado a preparar; que ya lo dijo en un principio: ¡He sentido! Ustedes verán. Cuenta se darán, quienes más seguirán. Y es verdad. ¡Sorpresa se llevarán!

Amados, amados míos; ¡los abrazo con amor!, porque muy claro estará quedando ¡de la hermana cuál es la misión! y entonces ya no habrá más objeción. Amados; que nosotros aquí estamos y Nuestro Padre haciendo sentir su presencia ¡y cada vez con más fuerza su esencia! ¡Claro que sí!

Que yo soy ¡Saint Germain! Y dejo para ustedes; que envuelva -no sólo su cuerpo físico- amados, que viene, ¡que sienta desde el etérico todos sus cuerpos!, la Llama Violeta en gran transmutación, alejando; alejando, elevando, para hacer gran purificación, toda esa energía que estaba llena de inarmonía. Amados, en ésta Gran Alquimia; allá -en la eternidad- al tocar y en la cristalización vuelva hasta ti, en gran purificación; multiplicando; envolviendo a cada uno de ustedes ¡y expandiendo! para todo aquél, porque es necesario por lo que estará sucediendo. Amados, amados míos. Mi Padre -ustedes saben qué es- lo que estarán recibiendo.

Y que la Gran Amatista en tu corazón -en esa gran preparación- permita que la Llama Trina eleve con fuerza no sólo en tu corazón, sino todo en ti. Y el Fuego Sagrado, que será fuertemente alimentado, porque aquí, ¡aquí, amados hermanos! quedará anclado. No olvides ¡esto que has escuchado!, para todos ustedes y de manera especial, ahora -amada hermana- y para ustedes, amados hermanos.

Decreto amoroso de su hermano ¡Saint Germain!



Agosto 5, 2015
Aleshia (3).
En aquél momento, cuando mi Padre dijo; desde el infinito habrá, en el tiempo del no-tiempo y eso ha venido sucediendo. A mi hijo le invito a que todo lo que lo ha estado deteniendo lo suelte, para que ya lo esté trascendiendo.

Ahora hay un momento, un instante -pudieras tú así verlo- pero que la eternidad se sentirá ¡y muy fuerte! Eso es lo que sucederá. Por eso en la preparación y eso El te lo pedirá, ¡tú lo escucharás!, porque es verdad. Tendrías que hacerlo de manera individual, pero también es su voluntad que -en algunos lugares- se haga de modo grupal, mas El es quien indicará de qué manera y cómo; cuándo y con quién será.

¡Todo tiene un propósito!, eso también cada uno lo entenderá, porque no será sólo de palabra cuando tú digas: “Preparado voy a estar”. Será desde lo más profundo de tu corazón y eso Nuestro Padre lo verá.

Por eso -amado hermano- ¡alerta te pide estar!, porque te estaré recordando que cuando en sus mensajes de amor te lo dijo, a través de quienes tú has llamado “Profetas”: “Y llegará como un ladrón y te sorprenderá, porque tú sentirás y pedirá: ¿Qué es lo que has hecho? ¿Cómo has actuado? ¿Cuál ha sido el resultado de lo que te he pedido Yo?” Ahora, esto es lo que nuevamente se verá, cuando se haga su llamado. ¿Por quién será escuchado? Tú lo verás.

Y así nuevamente, como ha sucedido de tiempo en tiempo, volveremos a vivirlo Padre mío; lo que al volver contigo me hace sentir que sea ¡sólo como un suspiro! Pero mira; al estar aquí momentos como éste hacen sentir mi corazón tan desvalido, porque ¿cómo puede ser? ¡Que sean todos Padre mío!, ¡todos!, los que vuelvan contigo.

Fragmentos de la verdad que viene de la eternidad; pero esto que tú has testimoniado, cada vez será más constante, permanente, hasta que sea totalmente, porque de El -de mi Padre- es su voluntad, amado hermano.

Cuando ya todo esto se muestre, entonces, entonces será el momento, de que tu hermana contigo ya no tenga que estar. ¡No así!

Mas ahora, dice mi Padre ¡hay mucho por hacer!, ¡hay mucho por mostrar! y lo harán ¡todos mis hermanos, que ésta ilusión quieran vencer!

Te lo dice ¡Aleshia!, ¡Aleshia de Shirón!

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