14 de junio de 2015

Canalización del 10 de Junio de 2015.

10 de Junio de 2015.
Aleshia (1).
¿Cuántas cosas, de lo que ha venido sucediendo? y ¿cuántas más -amados hermanos- he de decirles? ¿Qué es lo que cada uno de nosotros estamos atrayendo? Porque no hay que olvidar. Eso, ¡presente en cada uno de ustedes tiene que estar! Que ya nuestros Maestros -porque así Nuestro Padre lo tiene dispuesto- nos han insistido: “Hermano; todo lo que tú estés sintiendo, lo que estés pensando, ¡lo que estés haciendo!, debe tener una congruencia tal, porque el momento es: ¡Empiezas a co-crear!”

Por eso te pedimos, que en amor infinito siempre -no sólo para ti- ¡eso es el principio!, ¡que te entregues a ti mismo! y desde lo más profundo de tu corazón, lo sientas y lo vivas así, porque al romper toda esta ilusión y empieza a emerger todo lo que Nuestro Padre a ti te entregó y en esa gran expansión, tus hermanos lo empezarán a ver en ti, en el exterior. Es así, de adentro hacia afuera, porque en la verdad que Nuestro Padre eternamente nos da, ¡ahí es!, dentro de lo que tú llamas “tu cuerpo” vive, está presente, la esencia del infinito amor de Nuestro Padre. Y cuando tú, luego de tanto sentirlo y vivirlo; vivirás, verás su presencia en el rostro de cada uno de los hermanoscon ese infinito amor que nunca, ¡nunca habrá de terminar!, porque en cuanto tú, cada vez ¡más y más!, lo vas a manifestar -amado hermano- Nuestro Padre en abundancia plena, no sólo de aquí y que ¡de tantas dimensiones! tus hermanos lo verán en ti y podrás ir; ir y venir, así como hoy -tu hermana que te habla- estoy aquí.

Tal importancia, al cuerpo que en éste instante -con infinito amor- me abraza; ¡amarlo!, ¡vivirlo!, ¡sentirlo!, ¡cuidarlo!, porque es el Templo Divino que tú elegiste, cuando a Nuestro Padre, al decirte: “¡Te necesito ahí! Mas te habrás de revestir, porque tus hermanos, aquellos que aún se hacen llamar “humanos”, aún, aún están viviendo ese despertar”.

Mas, ya está el tiempo; el tiempo en el cual mucho de ello te quiero hablar. Y no sólo así, también mostrar, porque ya mi Padre me ha pedido, que cada vez más te hable de la verdad que siempre ha sido; que con ustedes está. Por eso, por eso, en esta unión, en el cual mi cuerpo con el Ser o si tú quieres llamarlo el “Yo Superior”, pero fundido en uno sólo. Yo te digo; cuando tú -de verdad- quieras sentir y entregar a Nuestro Padre esa libertad que te entregó y te dijo: “Has de ella lo que quiera mi hijo, pero… pero el momento sagrado, en el cuál haga el llamado, yo te pido; que no importa donde estés; que no importa lo que hayas hecho, ¡lo escuches también! Mira, complicado no es. Es sólo que al vivir con ¡tal derroche!, lo que tú creías que era -en tu día con día- la verdad ¡y que no habría nada más!, te quiero decir que en el infinito, ¡en la plenitud que Nuestro Padre ha entregado!, no hay nada, ni nadie, que hasta hoy -si lo ha querido- no ha podido tocarlo. Es sólo que tomes la decisión. ¡Que abraces con amor!, todo lo que Él -a cada uno- entregó.

Si tú supieras ¡todo lo que puedes hacer! Y podrás decirme: “¿Y por qué tú no lo has hecho también?” Hermano; el que ha llegado y todo ello será mostrado cuando empiece a hacerlo. Entonces, lo que es el Legado -de Nuestro Padre tan amado- ¿quién?, ¿quién de ustedes? Yo les pido ¡que ninguno permita!, ¡que ninguno decida ser excluido!, porque lo que vivirán; lo que verán, lo que sentirán ¡nuevamente es en ese despertar! y al recordar que en la gracia divina nuevamente deseas estar; entonces, entonces -hermano- entenderás fuertemente, lo que es entregar el amor incondicional. El amor que Nuestro Padre -a cada uno de ustedes- les entrega. ¡Ese que eternamente nos da!

Y tú hablas que -de ti- ¿qué será? Te preguntas. ¡Y hay momentos que permites que el temor nuevamente en ti!, para ti, nuevamente se quiera manifestar. ¡No lo hagas! Ten presente; que eso ¡esté firme en tu mente!, que Nuestro Padre -en el Plan Divino- en ti y para ti, tiene lo mejor de lo mejor. Porque en la promesa sagrada, de aquél hijo que nuevamente escucha la enseñanza del “Yo Soy” y en ésta andanza, cada vez más se acerca nuevamente a Él. Y sí -amado hermano- ¡nuevamente!, porque ¡ya has estado!, ¡has vivido!, ¡te has regocijado, ahí!, de lo que nosotros te hemos hablado; en la Fuente, ¡en el Centro del Todo! Ahí has estado ¡y sabes que fuiste hecho a su modo, a su semejanza!, pero que hoy aquí, estás viviendo una gran enseñanza; pero que la fortaleza, el amor que en ti nuevamente -no empieza- sino que ¡estás haciendo que con más fuerza crezca! Eso, eso, en la gran espiral, que nuevamente en estos días se volverá a elevar, yo te pido -amado hermano- que así lo sientas y lo vivas. Que sea tu deseo -con Nuestro Padre- en ese instante hablar. ¡Sentirlo desde lo más profundo!, porque podrás oírlo. ¡El te hablará! y se manifestará de alguna forma, en la cual tú lo verás como una señal. Porque ¿quién te conoce más? ¿Quién te conoce mejor que Nuestro Padre?, que te creó con infinito amor.

Y luego -conforme tú- de toda la ambivalencia te separes, también empezarás a vivir; a conocer y ver el corazón de cada uno de tus hermanos. Y entonces recordarás y que tu hermana te ha dicho: Tú lo verás; que ya nada ni nadie te puede engañar, porque también -aún estando aquí- verás con los ojos del Ser. Con los ojos de la verdad. Y en esa templanza seguirás adelante en esta gran enseñanza, pero entonces ya -compartiendo con tu hermano- ¡dejando paso a paso de ser humano!, ¡invitándolo!, a que también él escuche y sienta, la eterna verdad de Nuestro Padre ¡de Él!, así como hoy, que contigo estoy.

Porque ya te lo dije en un principio; ¡que no te hablaría con palabras rebuscadas, sino con el corazón! Ofreciéndote todo lo que recibo de Él; el infinito amor. Sé que ha hecho eco y yo te pido -amado hermano- que sigas adelante, porque tú verás que no te miento. Que Nuestro Padre tiene preparado -para cada uno de ustedes- de lo que jamás han escrito, pero que le ha hablado a aquellos hermanos que se han elegido. Por eso ¡que lo hagas también! yo te pido. Porque estoy aquí contigo, ¡caminando a la par!, ¡viviendo paso a paso!, si no lo mismo que tú, pero entendiendo el por qué -a algunos de ustedes- les ha tomado ¡tanto tiempo!, el irse eligiendo.

Pero estoy aquí, nuevamente. Y con éste amor, que de mi Padre ¡es eterno!, ¡es permanente!, ¡inamovible! Qué importa, que -como ustedes han dicho- ¡tanto han avanzado! ¡Tanto han entendido! Pero yo te pregunto hermano; en ti, el liberarte ¿qué es lo que has logrado? Ya no pretendas más fuertemente atarte con los sentimientos, las emociones, que pretenden detener el camino por el cual lleva al sendero glorioso de Nuestro Padre, ¡que no es el final!, sino el inicio -nuevamente- de la eternidad, porque la pureza en la que tú estás trabajando, ¡esa!, que nuevamente quieres lograr, no tengas duda que -al verlo mi Padre- por eso, contigo ha enviado ¡un ejército de hermanos!, ¡de Seres de Luz, que contigo están caminando! ¡Es verdad lo que te digo! ¡Haz la prueba! y verás que tendrás la respuesta.

Podrás pensar: “¿Cómo es posible? que mi hermana ¡a tanto se atreva!” ¡Porque el corazón te dará la respuesta! Todo lo que tú hagas y muestres -con infinito amor- en ésta Gran Revolución, Nuestro Padre -que todo lo ve- y en esa Ley de Atracción, volverá a ti multiplicado. Y ¿qué es lo que al verlo y sentir querrás hacer? ¡Compartirlo hermano! ¡Compartirlo!, como algunos de ustedes ya lo han empezado a hacer. Y como otros -porque el momento ya es- lo empezarán a hacer. ¡No tengan duda!, que lo que los ha traído aquí, todo éste tiempo, como en éste momento, que en gran círculo amoroso -no sólo Nuestro Padre- sino nuestros amados Maestros, que escuchando están con ¡tanto gozo!, viendo, sabiendo, porque ya lo dijeron: “Aquellos hermanos que se eligieron ¡ya empezarán!” Nuestro Padre, la instrucción ya la dio. Es sólo que, todo lo que tú -amado hermano- creías que pendiente habías dejado, ha vuelto a ti, ¡así!, manifestado, para que veas y sientas en ese instante ¡la fuerza que mi Padre en ti y te está pidiendo que la dejes salir! ¡Que la vivas! ¡Que la compartas!

Porque, todo aquél hijo que en este tiempo ya se ha elegido, yo te digo -amado hermano- así como mi Maestro, ¡nuestro Maestro! ya lo ha dicho: “Que fácil ¡no será!”, pero en tanto tú, finalices con todo aquello que tú tienes que liberar; entonces, entonces, en la andanza -a cada paso- sabrás, ¡porque eso es lo que vivirás! ¡Toda la bienaventuranza!, que en las profecías se ha dicho, que aquél que se ha elegido, iba a mostrar. Y más ahora, porque ésta Aurora que ya se mostró ¡y señales tan fuertes, en este amoroso planeta les dio! Amado hermano, estás viviendo un amanecer ¡si tú creías que estaba lejano!, ya estás caminando en él. ¡Ahí! donde ¡escúchame bien!, es por eso que nuestros Maestros y tus hermanos que han venido, y tú dices ¡de tan lejos!, yo te digo; lo he de decir: ¡Tan cercanos de ti hemos estado! ¡Contigo hemos caminado! y hemos visto tu sufrimiento ¡y lo hemos compartido! ¡Pero siempre te hemos estado diciendo! de Nuestro Padre, desde la Fuente y de lo más sagrado, tienes de Él su Divino aliento, que ahora ¡más fuertemente! se está esparciendo. ¿Por qué crees tú, en todo éste cambio, lo que has estado sintiendo? ¡Y no te equivoques hermano!, que de lo que has estado viviendo, Nuestro Padre ¡que ve tu corazón!, de aquello que te ha dañado, ¡es su deseo!, ya estarte separando.

Algunos lo han llamado “¡acto de contrición!” Yo te digo hermano, es sólo que en ese gran instante, aquél hermano que lo ha hecho, es porque tomó su decisión y ya se liberó. Y en esa totalidad, en la infinita verdad que Nuestro Padre a todos les entrega, ¡a todos nos da! ¡Cómo quisiera! y te lo digo así, nuevamente, mas sé que el momento ya lo vivirás ¡y estará tu hermana presente! Porque también le he pedido mostrarte, llevarte ahí, lo que de su morada, donde tú estarás ¡a donde llegarás!, aquella que para ti ¡tanto has escuchado! ¡La que tanto ha sido hablada! Y mi amado Maestro lo ha dicho; que mi Padre tiene ¡tantas moradas!, para que mis hermanos -aquél que se elija- la viva, lo goce.

¿Y sabes? Ahora ¡en una gran dispensa! para aquél de mis hermanos, que quiera seguir en el camino. Y será así; tan directa, tan amorosa, ¡tan abierta! Aquí. Aquí empezarás a vivirla. Y de ello, tu hermana te dará una muestra. Y será, ¡será a aquél!, que en verdad y con el corazón, se haya elegido. Que mi Padre, ¡Nuestro Padre! ya indicó el momento y quién, en la enseñanza del “Yo Soy” está -paso a paso- acercándose a Él, ¡a lo perfecto! ¡A Nuestro Padre! nuevamente, amorosamente. Y aquí, ¡aquí! -de ello- a tu hermano habrás de compartir.

¡No me cansaré de esto pedir!, amado hermano. Mas ahora que me estás escuchando así, directamente, que te estoy hablando a través de mi templo, que me acompaña nuevamente. Así lo habremos de hacer y tú verás. ¡Ah de aquél que me ha de acompañar!, porque entonces -amado hermano- vivirás lo que es vencer todo aquello que te estuvo atando, en la gran energía que Nuestro Padre, a cada instante, ¡a cada momento, a todos ustedes envía! Si ustedes lo vieran, para que así lo vivieran; el gran regimiento que en tantos lugares, en éste planeta -a mis hermanos- también están intentando hablar de todo esto.

Mas, en esa libertad, que cada uno de ustedes han sido y dicen “tan diestros en utilizar”, mas ¡Ay hermano! ¡Cuántos y cuántos!, en esa tendencia se han vuelto a equivocar. Porque sólo piensan y ¡queriéndolo todo razonar! se dicen, para su actitud justificar: “¡Quiero verlo! De todo eso que me vienes a hablar ¿Por qué no me lo muestras aquí, en lo terrenal?” Mas te diré, que el momento ya es. ¡Eso se hará! Pero ¡ay de aquél! ¡Ay de aquél!, que aún en ese instante, por la duda y la distracción se deje vencer, porque esa será su elección.

Tu hermana sólo te habla de lo que tiempo atrás, en estas maravillosas y grandes Eras Doradas ya vio. Yo te pido ¡que no pase eso contigo! Es por eso que mis Maestros, ¡Nuestros Maestros te han insistido! “¡Tienes que estar atento!, ¡alerta! ¡No sólo en éste instante! de lo que estás escuchando, sino en tu día con día. ¡En todo lo que vives! ¡En todo lo que sientes!” Date cuenta que Nuestro Padre siempre te guía. ¡Siempre te habla!, aún cuando estés viviendo momentos que dices: “¡Padre mío!, siento que no puedo resistirlo.” Yo sólo te pido; que no pienses que de Él es un castigo. ¡No, amado hermano!, amada hermana; ¡porque esa es una oportunidad! para que tu corazón, tu cuerpo, todo aquello que estaba guardando, en ese instante, con toda esa energía, esa vibración, lo veas así y El -que todo lo sana- te dejes llevar. Lo escuches, cómo ¡con tanto amor te va a hablar! y te dice: “Amado hijo; ¡sólo no estás! ¡No permitas que esto te vuelva a -la fe y el amor que estás sintiendo- quitar!, porque aquí es donde Yo te digo ¡que tanto te amo! y que -si te has de tropezar- ¡te vuelvas a levantar!, porque lo que viene para ti, allá ¡que antes tan lejano lo veías!, ahora ¡frente a ti está! Que no sólo mi amor, sino que aquí ¡en ésta ilusión!, quiero que vivas todo lo que Yo te doy. Y que lo compartas. ¡Que lo digas! Que vean tus hermanos cómo -en ti- ¡todo ha cambiado!”

Que ahora -al seguir caminando- porque entonces recordarás las palabras de mi amado Maestro, ¡nuestro amado Maestro! “Que el reino de Nuestro Padre no es de aquí”. Pero una de sus promesas que ahora -en ti- ¡es su deseo cumplir! lo vas a vivir, ¡lo vivirás aquí!, aún caminando en el plano terrenal. Porque así será. Por eso de ello, yo -tu hermana- en su nombre; en el nombre de Nuestro Padre tan amado, de esto te he querido hablar; porque lo estarás viviendo. No sólo lo verás; ¡lo sentirás! ¡Será tan intenso!, ¡inagotable!, ¡inamovible!, como todo lo que Nuestro Padre a ustedes les da. Como lo que tu hermana está sintiendo; todo esto que te estoy diciendo, lo que te estoy compartiendo, porque ya no solamente palabras serán. El tiempo, el tiempo ya está. Tú lo verás.

¡Ah de aquél momento!, que en el que tu amado Maestro te estuvo insistiendo y su hermana ¡más de esto!, ¡más de ello!, ¡de la enseñanza del “Yo Soy” les hablará! ¡Cada vez más y más eso será! Ahora, ya lo has estado escuchando. ¡Contigo lo he estado viviendo! Mas, a los que ya dieron ese paso, yo te digo, amado hermano; lo que viene, lo que viene, será más fuerte, porque voluntad de mi Padre es, que cuando te hable, ya no sea diciéndote; será un “tal vez”, sino es aquí, ¡hoy!, ¡ahora! ¡En el nombre de Él! Y entonces, entonces, aquél que de corazón ha escuchado. ¡Aquél que de corazón, a mi Padre tan amado ya se ha entregado!, todo lo que el corazón, ahí, ¡que tanto insistimos! porque todo lo que está guardando y atesora, entonces, ¡entonces!, en ti empezará a fluir. ¡Y ahí! ¡Ahí, tu hermana!, es cuando te voy a decir, porque lo estarás entendiendo; en la enseñanza de Nuestro Padre, lo que sigue. Lo que vivirás… será sin palabras.



10 de Junio de 2015.
Padre.
¡Porque así será!

De la verdad infinita, que el “Yo Soy”, porque “Yo Soy” les he entregado, ¡nuevamente será!

Y todo aquél que hoy, aquí, lo que ha escuchado. ¡Lo que has sentido!, hijo tan amado.

Yo te digo: Escucharás a través de mi niña, ¡lo que es el Legado!

¡Eso!, de lo que pocos han escuchado, mas abierto está ¡que no hay portal!, sino el Reino Divino ¡que a ustedes quiero entregar!

Aquél que hasta mí llegará, porque así lo verá.

Yo te digo -hijo tan amado- en ésta Era Dorada; aquí al caminar, sentirás. Mas te pido: ¡Y compartirás! lo que de mí recibirás.

Que “Yo Soy el que Yo Soy”.



10 de Junio de 2015.
Aleshia (2).
Y manifestaciones habrá, de los corazones que al quererse entregar, mi Padre, desde el infinito dice: “¡Amado hijo! ¡Es el momento! ¡Te necesito! Que Yo te daré el verdadero alimento. Aquél que también entregué ¡de tiempo en tiempo!, a quién también -al escuchar con el corazón- supo que Yo, porque “Yo Soy el que Yo Soy”, le habló”.

Y entonces, entonces así. Así se ha dado. La manifestación de aquél hermano que se ha entregado (Giselle).

Mas mi Padre dice: “Ya es el momento. Yo te daré las directrices de cómo hacerlo”. Que en la energía sagrada, aquella que más y más -a su llegada- está llevando al despertar de mi hermana humanidad. Mas aquél, ¡aquél que desea escuchar y sentir!, la va a mostrar.

Ahora; después de todo esto escuchar -amados hermanos- nuestros Maestros, que tan amorosamente también, luego que Nuestro Padre, que es ¡la Fuente!, ha deseado que ¡de todo lo que tú has escuchado!, sepas hermano que ya te será mostrado.

Mas, también te pide que al tomar tu decisión, no sólo quieras atestiguar, sino -al elegirte- permitas que en ti se muestre también -en el “Yo Soy”- la verdad de lo que Él, a ti te dio.

Porque tú sabes, que es el tiempo en el cual, sólo la verdad se ha de manifestar. ¡Todo lo que ustedes han estado recibiendo! -amado hermano- al escuchar y en la purificación de aquél que se ha querido preparar, así -siendo de mi Padre su voluntad- ya se empezará a mostrar.

He de decirte; verás realmente quién es el que se ha elegido ¡y que todo lo que estará mostrando viene de la Fuente! ¡Ya nada te estará engañando!, amado hermano.

¡Voluntad de mi Padre!



10 de Junio de 2015.
Sananda.
Y así es.

Es mi deseo hablarles, porque Nuestro Padre siempre ha sido y será, el buen juez que sólo mira en su hijo.

Aquél, que al prepararse y mostrar el alma cristalina, ahora aquí, es como el rubí -que al engarzarse- envía en su energía el amor, en la verdad del “Yo Soy”.

Y entonces, el camino para El, ¡más claro está!, en el Sendero Divino.

Por eso te digo; ahora -que me has de acompañar- ¡mucho te hablaré!

Y tú verás también, a través de quién -hermano- con el corazón, porque tú, que estás deseoso de dejar de ser humano, te lo digo yo: ¡El Cristo! La Conciencia, que en ti ya se abrió. Ahí, ahí emergerá -en mi Ser glorioso- aquél, que mi Padre a ti te entregó, como a mí, que en aquél tiempo tan fuertemente se mostró.

Y mira, te digo; hoy, hoy aquí, como en “Proverbios”, lo que se quiso decir: “El Cristo volverá y ante ti estará”. He aquí, que en ti se mostrará, hermano tan amado. Nuevamente hablándote estará como siempre, desde la eternidad y en toda la enseñanza, aquél que desee escuchar, tu hermano la compartirá, porque el momento ya es.

Te pido que también tú lo estés, porque yo te hablo y tu corazón, en este instante -en el nombre de mi Padre- lo sabe.

Que no haya nada, nada que interrumpa o detenga tu camino hacia la morada. Ahí, ahí donde tú perteneces, porque eres parte de la Estirpe Sagrada.

Que yo soy Sananda y desde el corazón de mi Padre te hablo.



10 de Junio de 2015.
Leutón.
Y en la divergencia, porque ahí es donde -de El- tendrán ¡toda su complacencia!

Yo -tu hermano- también de esto te hablo. Y con todo el amor. Porque cuando El me lo pidió, o mejor dicho, así como ahora se te ha pedido y se te ha insistido; aquél hermano que se eligió, yo -Leutón- ¡también!, también, quiero hablarte ¡de todo aquello! por lo que tú -al liberarte- estarás viviendo. ¡Toda esa energía!, que a cada instante, a cada momento y cada nuevo día, ustedes están sintiendo. ¡Hermanos! ¡Hermanos! ¡No desaprovechen esta oportunidad! ¡Que sea con el corazón, que se estén eligiendo!, porque cuanto más su vibración ustedes estén elevando, quiero decirles que lo que están atrayendo, de ese Gran Portal que está abierto, aunque ya lo dijo “Aquél que todo lo puede”, “¡Aquél que nos creó!” ¡Y es el paraíso!

¡Y es verdad! Se los dice el hermano que también lo vio. Todos los que hemos llegado. ¡Todos los que de esto les estamos hablando!, es porque -hermanos- al llegar ese momento, el cual ustedes están viviendo, y entenderlo y querer manifestarlo, ahora yo les digo; ¡todo lo que han vivido!, eso, déjenlo en el olvido. ¡No hay sufrimiento!, porque en la atracción -si ustedes quieren decirlo así- lo que ya vivieron y piensan que fue su lección, ¡atrás ya quedó! Véanlo así. Y miren también, otra vez, lo que sus cuerpos -al estar viviendo en este cambio- que nosotros les estamos trayendo.

Que miren, que mucho de ello, para que no sientan lo que llaman “el daño”, pero que es solamente de lo que están viviendo ¡el cambio!, sea para ustedes ya… haber soltado, ¡haber dejado! Cuando entiendan que a lo que llaman “cuerpo” y que están ocupando, ¡era necesario!, por la densidad a donde ustedes habían llegado, pero ahora, lo que en un principio tan sutil para empezar, pero que ahora -porque ya cambió- ¡y esto es un nuevo ciclo! “Humanidad” se dejarán de llamar.

Todo lo que vivieron en esa dimensión que ustedes atrajeron, ya, ¡ya fue! ¡Ya sucedió! ¡Es por eso que tan importante es!, que entiendan lo que se les ha dicho; ¡vivan el momento!, ¡vivan hoy!, el presente, que es lo eterno. Quiero insistirles en ello, porque cuando más fuertemente lo vivan, ¡sabrán que un gran paso han podido dar! Y entonces, ¡entonces!, entenderán que en la Ley de la Gravedad, cuando sueltas la densidad, tan ligero y sutil, aún estando en el cuerpo vas a poder estar. Entonces, algunos lo llaman “gravitar”. Yo te digo; que al soltar lo que has contenido, ¡esa masa!, que creías que siempre estaba contigo. Luego, al eso ya no vivirlo, algunos de ustedes ¡que tanto desean primero mostrar en el exterior!, yo les digo; ¡muy importante es que empieces por tu interior! ¡Eso es!, de todo lo que has escuchado ¡lo mejor! ¡Lo más importante! Porque si no, hermano ¿cómo entonces te puedes llamar “mutante”?

En la atracción, la Ley es precisa y va en una sola dirección. Cuando en tu preparación sea directa y concisa ¡y lo hagas con el corazón!, entonces, entonces, el electrón se unirá con el protón. Te lo dice, tu hermano Leutón. Y entonces también, no sólo yo, sino todos los hermanos, que con ustedes estamos y caminamos; con ustedes compartiremos. ¡Nos mostramos! Podría decirles quiénes de aquí, ¡a punto están ya de eso vivir! Mas ¡sigan su preparación! Y lo digo con gran alegría ¡y con el amor que El nos entregó!, porque -en su nombre- hablándote de ello estoy.

Todo lo que está sucediendo, ¡no sólo en tu “atmosfera”!, que así la has estado llamando, sino en el Cosmos Divino, lo que ya se está abriendo, llegará con toda la fuerza. ¡Directo entrará en aquél que al prepararse y en el acto se manifiesta! Pero no pienses que eso sea solamente porque “la suerte” -¡que tanto te gusta de ello hablar!- lo ha acompañado. ¡No hermano! ¡La fuerza! La fuerza que del corazón, aquél que se ha querido preparar, eso es lo que va a mostrar y con nosotros caminará.

Escucha y síguete preparando. Si tu intento es seguir buscando, ¡hazlo dentro de ti! Y date cuenta de todo lo que todavía ¡tienes que estar soltando!, porque mientras en ti siga habiendo polaridad y no lo permitas, que la unidad puedas mostrar, entonces, ¡entonces!, todo esto que te hemos dicho, es que no lo has entendido.

Que mira; que yo soy Leutón y con infinito amor te lo digo.

En la esencia, ¡ahí es!, cuando cada uno de ustedes se encuentra. Entonces, siente del “Omnipotente” su presencia. Y cuando han dicho que algunos hermanos serían revestidos de la Luz. ¡Esa Luz que no tienen los humanos! Yo te digo; entonces, ¡entonces!, cuando eso suceda contigo, al unísono -no sólo conmigo- sino con todos nosotros dirás: ¡Triunfamos! ¡Lo logramos! Estamos ante El nuevamente, sintiendo y mostrando la Luz en su pureza y en ¡toda su grandeza!

Y pronto verás, que Leutón -esto que te ha dicho- ¡no te ha mentido! ¡Hemos de mostrarlo!



10 de Junio de 2015.
Ángel Ráh.
Y de todo esto que han escuchado, sólo he de decirles a ustedes -hermanos- que cuántas cosas, hoy aquí en tu tiempo, a algunos se les han entregado y no han querido mostrarlo. No han querido compartir, con el que todavía se atreven a decir; “es mi hermano”. ¡Sabes de lo que te estoy hablando! Porque ahora ya, de la verdad de El, ¡todo se sabrá! ¡Nada oculto quedará! ¡Palabra por palabra!, así como también les he insistido que -de ustedes- ¡todo lo sabemos! Nada es desconocido.

Que miren, que en cada uno hay… (tos en Ketta) -¡Y pretenden que esto no lo diga! ¡Que de ello no quiera hablar!- ¡Todo lo sabemos! ¡Ya nada se callará! Y así como les he dicho ¡que hay un escrito! Palabra por palabra. Jota y tilde. ¡Todo!, todo ya se va a mostrar. Así que hermanos; el que realmente se ha querido preparar y el que todavía -de ello- hay cosas que pretende ocultar, ¡no te preocupes!, que todo saldrá a la luz. Tu hermano sabrá la verdad. ¡Para eso nosotros estamos aquí y de ello te vamos a hablar!

Aquél que esté dispuesto y que quiera seguir; mira, ¡ya nada! -y te lo pondremos de manifiesto- ¡nada se callará!, porque es voluntad de El. Que mira que te vuelvo a insistir: ¡Vengo de la Fuente! ¡Vengo del Centro Divino! ¡Del Todo! ¡Ahí!, donde “Aquél que todo lo puede” te hizo y dice: “¡Amo tanto a mi hijo!, que ahora -nuevamente- es el gran momento. Aquél, ¡aquél que hizo el juramento! y que está preparado; para él, para él ¡ya nada estará oculto! Y nada, porque -eternamente- nunca a nadie me he negado. Y eso, ¡eso!, será mostrado.

¡Y no te preguntes de qué te hablo! ¡Y no pienses de qué manera será! ¡Tú lo verás! ¡Tú lo vivirás! Para eso, el tiempo y el momento ya está. Así, como se estarán manifestando aquellos, ¡aquellos de los hermanos! -que al escuchar- ¡con el corazón se están entregando! Y he de hablarles, porque los filamentos sagrados, aquellos que al activarlos, en algunos de ustedes ya se están manifestando, yo te digo: El tiempo es. El tiempo es, que en realidad, aquellos que -de tiempo en tiempo- el corazón han querido entregar, ahora aquí. ¿Quiénes son? ¡Ya se verá!

¿Y por qué también de esto te hablo? ¡Mira! Date cuenta hermano, que cuando la fuerza de la verdad y el amor de “Aquél que te creó” y dice: “¡Es mi voluntad que se empiece a mostrar!” Mira como todo lo empiezas a liberar, trascendiendo todo lo que te estuvo deteniendo. ¡No permitas que la razón o la inarmonía quiera nuevamente en ti hacer la separación!

Que todo lo que ya les he entregado ¡y más de lo que ya les estaré anunciando!, aquél de los hermanos que lo está utilizando, te darás cuenta de qué manera te está ayudando. ¡Qué digo ayudando! ¡Te está liberando!¡a cada instante!, ¡a cada momento! Aún cuando tú piensas que te entregas al descanso. Ahí es cuando más -a los que llamas “Maestros”- ¡a tus hermanos! y si quieres llamarlos así ¡a tus ancestros! y yo -que de esto hablándote estoy- con ustedes estamos amorosamente trabajando. ¡Los estamos elevando¡Les estamos hablando!, para que luego aquí, al volver ¡estés recordando! Y todo aquello que está implícito y se te entregó en tu Ser, ya lo estés utilizando.

Mira; ¡otra vez! (ligera tos en Ketta). Pero date cuenta. ¡Date cuenta cómo en ese intento!, la hermana a través de la cual te estoy hablando dice: “¡En la fortaleza y en el amor de aquél que mi Padre me entregó! y si a mis hermanos esto ¡tan importante para su liberación!, quieren y desean escucharle; aquí estoy”. Entonces, todo aquello que pudiera impedir, ¡no existe! -amado hermano- porque tú, desde lo más profundo de tu Ser ¡has empezado a fluir!, ¡a elevar! esa Energía Divina que en ti está ¡y cada vez más y más!, ¡con más fuerza!, ¡con más insistencia!, con más limpieza, hasta volver cristalina, tal cual como es tu esencia.

¡Así!, ¡así es! como llegará el momento en que todo ¡no sólo a ti se te va a mostrar!, sino también tú -hermano- ¡tú! lo harás. Pero eso es un trabajo ¡tan individual!, pero que al hacerlo ¡estás permitiendo!, ¡te estás acercando a vivir más en unidad! Eso ¡te lo vamos a mostrar! ¡Nada es coincidencia! Todo esto que ustedes vieron ¡tenía que pasar! Pero date cuenta que -si tú lo permites- eso es, eso es lo que muestras; eso es lo que vives ¡cuando empiezas a luchar! y a permitir que en la pureza, en la transparencia, tu Ser -no es que está cada vez más cerca- sino que desde dentro de ti, en esa unión, se empiece a mostrar. Entonces, ¡entonces!, ustedes se muestran como son, ¡tal cual!

Y te lo digo yo: ¡Ángel Ráh! Que mira, que así como lo ha dicho el hermano; que el electrón, que el protón. Yo te diré. Yo te diré realmente cómo es. Cómo es que hasta ti todo esto llegó, porque al crear ¡éste universo en el cual tú viviendo estás!, pero, al imponer esa barrera de la ilusión, porque ustedes -con esa fuerza de atracción- que hicieron y crearon lo que fuera, ¡lo que creían que era su vida! Ahora el momento, el momento llegó, para que ustedes -al compás de la transmutación- ¡aquél que al lograrlo pueda mostrar ya, no sólo su alma cristalina!, en esa transparencia, porque esa es la esencia que El te dio.

Que mira, que de donde vengo ¡no hace falta un cuerpo! ¡Esa es una mera ilusión! ¡Cómo deseo mostrar -en el “Yo Soy”- en ti! ¡Que tú veas y sientas lo verdadero! Lo que -para ti- El creó, porque siempre -desde la eternidad- todo eso para ti fluyendo está. Así como tú. Y tenía que separar ¡dimensión tras dimensión! ¿Por qué? Porque su hijo -el que se hace llamar “humano”- para ver y vivir y gozar lo verdadero, aún no estaba preparado. ¡Pero eso, ya está sucediendo!

Y mira, por eso ¡Ángel Ráh!, de eso te está hablando. ¡E insisto en decir! ¡Nombre terrenal!, porque en la verdad, en aquella, que ustedes se quieran mostrar y vivirla, ¡entonces me verán! ¿Por qué no? ¡Si ya fue así! Es sólo que no has querido recordar.

Estamos aquí ¡en el nombre de Él! Y también, porque todo esto que me entregó ¡es para compartir! con aquél hermano ¡que atrás quedó!, pero que ahora ¡desea seguir a pasos agigantados! y compartir ¡en el gran banquete! que -para ti- tiene preparado. ¿Quién de ustedes es su deseo convivir?, no sólo con tu hermano que está aquí, sino ¡con todos aquellos que han llegado! y los que ¡con tanto amor! te han hablado.

Ya deja atrás. No escuches esos señuelos de los que tanto -y ahora con más insistencia- te quieren hablar: Que si sólo en ti hay vida??? Que si no existen otros lugares???, que por muy lejanos no tienes compañía??? Pronto vivirás la verdad de lo que es, lo que es ¡eterno! La vida en el amor.

¿Sabes? Cuando te he dicho que vengo del Centro, me han pedido que si pretendes ver en tu interior, te guíes hacia un punto y que estés decidido. El Todo y la Nada se encuentran; mas ¡ahí!, ¡ahí es donde está formada y hace expansión la eternidad! ¡y toda dimensión es encontrada! No son palabras, porque pronto -esto que has escuchado- ¿a quién le será mostrado?

Que yo soy ¡Ángel Ráh! ¡Nombre terrenal! Que la Luz en su inmensidad, en ustedes al posar, ¡logre el cambio y el despertar total! Y entonces mi nombre escucharás.

Y te dejo mi energía -que ya no tan sutil- sino cada vez con más fuerza, porque no solamente viene de mí, sino de “Aquél que te ha creado” y que ahora alimenta el Ser, que a cada uno de ustedes ¡cada vez más cercano!, para hacer la unión ¡tan gloriosa!, como aquél que ya lo logró, e hizo ¡su entrada victoriosa! en la Fuente, en el Centro Divino. Y el “Omnipotente” ya lo recibió.

¡Hermano! ¡De ello te seguiré hablando!



10 de Junio de 2015.
Saint Germain.
Y ahora amados, amados.

Es mi deseo también decirles -de verdad- que en ese Ser ¡tan grande!, que en cada uno de ustedes se unirá, con nosotros ha estado. La enseñanza del “Yo Soy” ha escuchado. Por eso, en esa atracción, ahora aquí -en tu plano terrenal- aquí estás. ¡Tanto les hemos dicho, que no es casualidad! Nuevamente todo esto han tenido; han escuchado. ¡Y no es que hayan coincidido! ¿Qué es lo que les trajo? Esa sincronicidad, que siempre ha estado ¡dentro de ustedes!, que en el gran instante, en el momento, lo han sentido, lo han hecho.

Yo les pido; que ahora, aquellos que saben que aquí se les necesita, ¡en esa gran avanzada gloriosa! a la que tu hermano ¡a ti te invita!, para ir hablando de lo verdadero; del amor, que aquél que llamas “Padre” te ha entregado, para dejar de ser profano. Porque de tiempo en tiempo, algunos de los que están aquí lo han hecho, ¡han hablado!, pero he de decirles también, que llegado el gran momento, por distracción que han vivido ¡se han quedado! Mas ahora, ¡ahora no será!

Todo esto; el buen, ¡el gran vivir!, lo que Nuestro Padre me está permitiendo y en esa gran dispensa -que ya la hermana de ello les ha hablado- yo te pido hermano: No te quedes. ¡Aprovecha! ¡Siente en tu corazón! -de verdad- todo ese infinito amor. Porque todo lo que harás, todo lo que vendrá, será para gloria de “Aquél que te creó”. Tú estás hecho a imagen y semejanza. ¡Sí! Entonces, en ésta andanza has de mostrar lo Divino de El y en esa gracia vivirás. ¡Todo lo recibirás! Todo de El lo tendrás. Porque nosotros -tu hermano incluido- esto que te he prometido, también lo estarás viviendo. ¡Te hablaré! ¡Estaré compartiendo! ¡Estaremos caminando!, llevando a cabo el Proyecto ¡que ya está andando!

Ustedes han estado pensando -algunos, no todos- sólo nos han estado hablando: “¡Yo no veo que nada esté cambiando!” ¿Y tú hermano? ¿Cómo te has sentido? ¿Qué es lo que has hecho? ¿Qué de todo lo que has vivido? ¿Te sientes preparado? ¿Realmente estás listo? Porque nosotros ¡te hemos invitado! ¡Nosotros te hemos hablado! Nosotros estamos aquí esperando. Mas ya lo dije una vez. ¡He de repetirlo! ¡No hay vuelta atrás! Esto ya ha empezado ¡y todo se verá! ¡y todo se dará!, tal cual, en el momento como El, “Aquél que te quiso crear” ¡Nuestro Padre tan amado! sea su voluntad. Y en esa perfección -y mira que en ello también ¡tienes que llevar muy entendido esa lección!: ¡Las cosas son y serán en el preciso instante!, en el momento en que El diga: ¡Es! ¡Se hará! Y así está sucediendo. Nuevamente lo estarán viviendo.

Y permítenos -con amoroso afán- a ustedes que aquí están y a los que en espíritu -con ese infinito amor- acompañando también aquí se encuentran. ¡Sabemos que están!, todos esos Seres que ustedes aman. Que miren; que la Llama Violeta amorosamente los envuelva, ¡transmutando todo dolor!, ¡todo sufrimiento!, ¡todo desamor! ¡Amados!, todo en armonía. Todo ello, en éste instante ¡a Nuestro Padre lo elevo!, en esa Gran Alquimia, que amorosamente me ha entregado. Yo la elevo ¡y a Él la entrego!, para que luego, vuelva a ti ¡con toda la pureza y toda la fuerza que El te entrega! y que nosotros, que ¡yo en su nombre!, en el bendito nombre del “¡Yo Soy!” te entrego, ¡te doy! -amado hermano- transmutando en tu cuerpo, ¡en tu corazón!, todo aquello que no permitía tu liberación. Y esto, necesario es. ¡Más en éste momento!

¡Y que la Gran Amatista!, también en éste momento que ustedes van a su encuentro, haga en ustedes su amoroso efecto. ¡Amados! Pronto verán; aquél que en éste instante -de corazón- ha dejado llevarse para su purificación, Nuestro Padre y nosotros -mi hermano y yo- te entregamos. Y en éste bendito planeta, que convirtiéndose está, para que toda alma sientan; el amor, el perdón y la libertad.

Que yo soy ¡Saint Germain! ¡Tu hermano! Y todo esto te entrega, en éste lugar sagrado. ¡Y que se expanda!, ¡se extienda! y envuelva a todos ustedes, amados. ¡Amados!



10 de Junio de 2015.
Aleshia (3).
Que es voluntad de mi Padre, que todo aquél que desee escucharle, porque -en la manifestación de su infinito amor- ya no habrá, en el camino y en la unión de cuerpo, espíritu y corazón, al darle manifestación, ya no habrá resistencia. El cuerpo lo va a mostrar, en la pureza que El le da.

Necesario será, porque -al caminar- aquél que a tu hermana habrá de acompañar, porque en la andanza, toda vez que el hermano al necesitar, actuará sin tardanza. Con el corazón -al sentirlo- llevará a la acción, mostrando y dando el consuelo Divino que le hará sentir el “Yo Soy”.

Todo esto que te digo; así, así será. ¡No necesitará otro motivo!, que sólo el de que aquél que al acercarse, con el corazón elevándose a mi Padre, estará pidiendo su liberación, o como ustedes lo  llaman: “Su salvación”.

Es lo que dice mi Padre. Y así será, en el “Yo Soy”.



10 de Junio de 2015.
Ketta.
Hermanos; todo esto que han escuchado, ya lo dijeron nuestros Maestros: “Es el tiempo; ya será mostrado”. Es sólo que, aún aquellos que también se estarán incluyendo, que están sintiendo, están viviendo la liberación; el soltar, para luego recibir en su totalidad de la energía divina y refrendar el juramento al “Yo Soy”, para luego iniciar el caminar o como lo dijo Nuestro Padre: “Si “Apostolado” le quieres llamar. Lo único que te pido -amado hijo- es que a tu hermano le muestres, lo que de mí has recibido, lo que en él también está: El infinito amor y la verdad. Que esperando por él estoy, aquí, en la eternidad”.

Eso es, lo que mi Padre deseaba que escucharan también.

¡Gracias hermanos! ¡Gracias por estos momentos! ¡Gracias por ayudarme!, a que no sólo mi templo, sino el de ustedes, al alimentarse con toda la energía amorosa que Nuestro Padre quiso entregarnos, que en ustedes, en ustedes se estará multiplicando. Porque así será. Verán cómo -con todo ello- aquello que les está afectando, lo estarán soltando y en el amor de Nuestro Padre -en su energía gloriosa- en ustedes, en su interior, se estará multiplicando con infinito amor. Hermanos. ¡Benditos sean todos ustedes!

¡Gracias por estar aquí! ¡Gracias por escuchar! ¡Los amo! Permítanme, en aquellos momentos en que así lo sientan y lo deseen, mostrarles, que en la verdad de Nuestro Padre -y al querer escucharle- así será. Así lo sentirán y lo vivirán. ¡Tal cual!, como ésta hermana que les habla.

¿Por qué lo digo? ¡Pronto lo verán! ¡Gracias a todos ustedes! ¡Gracias!


… Y realmente muchas cosas nos han estado compartiendo nuestros Maestros, Nuestro Padre tan amado y yo espero -de verdad- con ustedes seguir contando, porque -si no- todo esto que me hacen sentir, todo lo que me entregan, para caminar en éste verdadero vivir ¿con quién, sino con ustedes? ¿Con quién, sino aquí?, con aquellos que han sentido también en su corazón.

¡Créanme!, el momento ya está. ¡Ya llegó! Sólo les pido un poco mas de paciencia; porque todo lo que se ha hecho, todo de lo que se ha hablado y lo que nos ha mostrado, nos ha dicho: “Es y seguirá siendo, en el momento en el que Yo así lo he indicado y todo tiene un “por qué” y un “para qué”.”

No olviden, que de todo lo que vamos viviendo nos ha mostrado a cada paso el “por qué” y “para qué”, de lo que has podido hacer y de lo que no se ha logrado; porque todo es con el infinito amor que nos ha entregado.

No olviden ¡muy importante!, encontrar la respuesta de lo que El nos ha dicho: “Será mi voluntad, que no a capricho”. Porque cuando así ha sido. Cuando hemos querido ¡insistir!, en lo que -por más que lo intentemos- no hemos podido; ¿por qué no mejor pensar? que si Nuestro Padre no nos ha permitido y no se ha podido dar, es porque ¡no es para ti! y en su plan divino, sólo lo que haría, sería retrasar el vivir -aquí- el paraíso terrenal.

¡Piensa en ello hermano!, porque cuando tú te abandonas a Él; cuando te dejas llevar ¡es tan maravilloso! ¡Créanme!, porque así es; en todo y para todo ¡hasta en lo más sencillo!, El te va a guiar. Y entonces, ahí es donde verás el verdadero motivo del “¡por qué” y “para qué!” es que aquí estás. En esa verdad, hay una razón principal: ¡El infinito amor! ¡Incondicional!, que siempre nos quiso entregar.

¡Hay que tenerlo siempre presente!, amados hermanos. A cada paso que des, recuerda ¡y ahora más que nunca! ¡Solos no estamos! Somos muy amorosamente y fuertemente acompañados y en nosotros está poder lograr -ya no sólo sentirlos- sino verlos. Con ellos compartir ¡todo! ¡Todo lo que va a venir! Todo lo que Nuestro Padre nos entregará y aún nuestros Maestros, antes de a Él volver, lo que nos van a mostrar, porque así será. ¡Créanme! Yo estoy con esa firmeza, sintiendo. Si nos han dicho que somos ¡parte de esa Gran Realeza!, ¡es porque así es!

Vamos a pedirle a Nuestro Padre que nos siga guiando en la verdad; en su amor infinito y que siempre, siempre, vivamos y mostremos de Él ¡su fortaleza! Que nada -amado hermano- ¡que nada! ya, nos haga dudar, porque su corazón infinito, su amor ¡total!, nos va a acompañar. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario