13 de diciembre de 2015

Canalización del 9 de Diciembre de 2015.

9 de Diciembre de 2015
Ketta/Aleshia (1).

(Sesión dedicada a Martín García; enfermo de Leucemia linfocítica aguda).


¿Qué es lo que -desde tu interior- buscas, hermano mío?

¡Hay una inquietud muy fuerte! Has hecho un balance y has preguntado que -de todo lo que has vivido- realmente qué es lo que han dejado a la suerte.

El siempre se muestra. ¡Siempre! No sólo pretende, ¡sino intenta! que cada uno de mis hermanos, dentro, muy dentro; sólo su amor, así como El lo entrega y lo siente. ¡Uhm!

Por principio te dice: “¡No seas tan cruel contigo mismo!” No le digas que -si esto te está sucediendo- es porque realmente lo mereces. El dice que no es así; que ésta “prueba” -como tú le llamas- en éste vivir, no te dará su entrega. No te dice que cada uno, cada cual, lo que hace es lo que se lleva.

El -en su infinito amor- lo que dice y pregunta fuertemente: “¿Hasta donde llega tu valor?” Tu valor para reconocer y entender y sentirlo, porque -al entregarte a El- todo lo que aquí pudieras haber recogido… si estás dispuesto a soltarlo.

Mi Padre dice; a la verdad -en lo que respecta a ti- lo que de El es un gran “¡bienvenido!”; la esencia que a cada uno de ustedes, a cada de nosotros va moviendo y cada vez con más fuerza nos hace sentir su presencia -no sólo por momentos- sino en tu caminar; cada instante, cada día, hasta en lo que tú consideras ¡tan “normal”!, ahí es donde El está, porque todo te lo entrega.

Porque es tal su grandeza que -precisamente- lo que quiere de cada uno es, que nos demos cuenta quiénes somos en realidad. Mucho pudieras escuchar; aún antes de estar aquí, de lo que te quisieron hablar, pero ¿qué sintió tu corazón?

Ahora, en estos días, has podido vislumbrar de lo que es la verdad. Saber y entender que en esa sabiduría, pero que viene de El y con gran discernimiento tú te darás cuenta que con todas estas palabras, porque no te miento; mi Padre -lo que me está haciendo sentir es- que estás aquí. A veces cada uno de ustedes se pregunta: “¿Por qué tiene que suceder todo esto?, para volver el rostro ¡y buscarlo!” y en ese intento querer estar frente a frente.

Y le has preguntado: “¡Dime la verdad!, qué -de lo que he hecho- ¿por qué todo esto me vino a provocar?” La respuesta en ti está.

Realmente hubo tantos intentos. Hubo momentos en los cuales siempre, siempre ha hecho un llamado. Y ahora, muchos se preguntan: “¿Por qué realmente -cuando pude hacerlo- no he escuchado?”

¡Pero El no juzga! ¡El nos ama! y a cada instante, a cada momento, de una y mil formas nos llama y siempre está con los brazos abiertos; esperando, deseando. ¡Qué importa como en este instante!, algunos lo han dicho: “Me siento, ¡estoy tan enfermo!” Para El ¡no existe esa palabra! y de lo que nos ha hablado -que ha sido constante en su llamado- su deseo es que su hijo -al volver- ¡no lo haga tan maltrecho! ¡Esa ha sido la palabra que ha aplicado!

Ahora yo lo entiendo, porque eso era algo de lo que tanto me estaba preguntando. Pero en ese sentir, ¡ese que te hizo venir! ¡Suelta! ¡Deja! Nuestro Padre -con infinito amor- en cada uno de nosotros ¡esa es su intención! y su deseo es hacer -de cada uno de nosotros- una gran limpieza.

Que todo aquello que tan inconscientemente y también conscientemente habíamos ido acumulando en el camino; tal cual, como fuimos; algunos tropezando; otros totalmente confundidos. Pero siempre, ¡siempre llega el instante preciso en el cual! -que como hoy- todo esto, al sentir desde lo más profundo, en esa enseñanza de la que nos han hablado, del “Yo Soy”, que es Nuestro Padre tan amado; ¡todo!, todo lo demás se comienza a esfumar, ¡a perder! y de lo que en algún momento pudieras pensar que es oscuridad, se empieza a iluminar.

¿Sabes? Son nuestros pensamientos, ¡tus pensamientos!, que a veces te mantienen con ese temor, ¡con ese miedo! Porque sucede que cada uno de nosotros -y eso ya lo dijeron- hemos empezado a hacer un balance interior de todo aquello que hemos hecho y también a lo que la espalda le hemos vuelto y que -al recordarlo sabemos- que en ese momento venía de El, con ese afán de vivir en ésta ilusión, creyendo que es tu realidad, y pensar: “Para escuchar, para ello aún no tengo tiempo”.

Pero ahora estamos precisamente viviendo ¡cada instante!, ¡cada minuto!, esa verdad ¡y cada vez más aquí!, tantos hermanos van a escuchar ¡todo! lo que de las profecías ha estado escrito.

Y tal cual -como también ya lo había dicho- ¡poco han hablado de Elías!, pero si ustedes se dieran un momento para escuchar y leer todo lo que el -a cada uno de ustedes- con infinito amor les compartía… Y hablo de él porque precisamente -hermano- te has preguntado: “¿Y luego?, cuando termine…” Una transición, que sabemos al llegar aquí, ¡el poder de la elección!, cuando “El que todo lo puede” nos permite seguir adelante en esa gran libertad y dejar a tu elección ¡cómo quieres que sea tu caminar! y ¡dónde quieres en ese instante estar!, andar, ¡escuchar!

Y de repente llega el momento en el cual te preguntas: “Ahora, tiempo ya no me queda más”. ¡Pero no es así! ¡No es verdad! ¡El tiempo es eterno! y lo que viene de El ¡siempre!, siempre se está mostrando. ¡Y más!, cuando aquél que -de corazón- lo dice y que lo está necesitando ¡y a El le habla y le pide!, no tengas duda que te está escuchando. Lo único que te pide es que le permitas que -de todo aquello que estuviste acumulando- empieces ¡y dejes!, que te esté liberando.

¿Quién de los que aquí se encuentran?, realmente ha reconocido que todo; los sentimientos que tenemos, los que hemos traído hacia nuestro interior, que es de donde emana ¡todo su infinito amor!, los hemos ido ¡aplastando!, con emociones y sentimientos ¡que no eran nuestros!, pero a los que nos aferramos y que son los que -momento a momento- ¡casi han logrado! y hemos hablado y hemos pronunciado esa palabra ¡que no debería estar en nuestro vocabulario!: “Nos han estado enfermando”. ¡Porque no es así!

Date cuenta, amado hermano: Si nosotros transformáramos y -en esa transmutación que nuestro amado Maestro nos ha entregado- ¡de la que tanto nos ha hablado!, momento a momento, cuando nos hemos permitido estar aquí y no sólo a el, sino ¡a tantos más!, que nos quieren hablar. Entonces empezaríamos -algunos a eso ya han iniciado- ¡a redescubrir!, quiénes somos realmente.

Porque -amado hermano- lo que crees lo creas ¡y a fuerza de tanto pensar!, activas la Ley Universal de la Correspondencia: ¡La Atracción!, aunque tú -al hacerlo- digas: “¡No quiero esto!”, pero de tanto repetirlo, ahí es donde tenemos que entender ¡la fuerza del decreto! Tan sencillo, pero que tiene valor tal.

¡Y aún la hermana que les habla! -al estar aquí- en ésta presencia ¡tan humana!, ¡eso! -al abandonarse- al dejar que la inspiración de Nuestro Padre empiece ¡y provoque! y muestre y comparta todo aquello ¡que tanto necesitamos!, ¡entonces!, entonces es cuando empieza a suceder; ¡lo empezamos a vivir!, en esa verdad, ¡aún estando aquí!, todo lo que Nuestro Padre nos quiere entregar. ¡Y aún más hermano!; lo que en ti está.

¡Es tan sencillo!, también, que contigo mismo sea tu intención hablar ¡cada mañana!, en tu despertar. ¡Agradecer todo lo que El nos ha querido entregar! y amorosamente también ¡a tu cuerpo!, ¡a tu templo que te abraza! con infinito amor, también, ¡con el hablar! Cada célula -en esa memoria tan divina- ¡que te escucha! hablarle y decirle: “Entiendo que aún sea su voluntad y aquí cada uno, ¡pero para El vivirle!, que sea en salud, en armonía, en ese equilibrio que sólo El nos entrega”.

No olvidemos hermanos, ¡que no sólo el cuerpo!, que aquí su esencia está moviendo; también aquél ¡que tan importante es!: El de la emoción, que es el que hace de todo ¡la atracción! El que se une y conforma, porque ¡también el mental! -al hacerlo- y hablarle con claridad, ¡es lo que empieza a atraer! y lo que tú -en cada momento- de tantos eventos, la fuerza que te está moviendo; ¡esa emoción! que en ti, en tu interior, llega y se deposita; hace una purificación de aquello que en inarmonía a ti te invadió. ¡Suelta! ¡Déjalo ir!, que aquí está tu hermana.

¡Sé!, que hay muchas cosas que en tu intención -al estar aquí- la más importante es el gran amor que de El estás sintiendo y en esa conexión hay -en esa Memoria Sagrada- ¡lo que hasta ti está viniendo!

Amado hermano; amada hermana: Hoy es un momento especial; porque mi Padre me está permitiendo que -a través de éste templo- ¡se haga su voluntad! Y es su deseo que así sea; que aquí, tú -al venir aquí- y con todo el amor -a El- pedir, también de ti, todo pensamiento que no está permitiendo que en ti empiece a fluir en gran armonía, porque desde la Célula Divina, que es la que empieza a hablar, a todo lo que en tu cuerpo ha empezado a mostrar, ¡todo es una mera ilusión!

Cuando es nuestro deseo sentir la verdad y el amor, empieza a haber una gran reacción. A ti -amado hermano- porque de mi Padre ¡tal cual como me lo dijo!, has de hablarle, que aún tienen dentro de ellos, pensamientos como humanos.

Habrán -en éste despertar- de saber que no hay nada más que en lo que de mí llega. Lo que tú piensas que tienes… es sólo una quimera.

El Aliento Divino de mi Padre. En ti ¡la paz! ¡La eterna tranquilidad!, que El- a cada uno de sus hijos- les daantes de nada, en ti se viene a posar; para que luego ¡todo lo que viene detrás! y que estás recibiendo, comenzará a transmutar todo aquello que te ha estado agrediendo, amado hermano.

Aquí, aquí donde todo lo que El nos ha entregado, es su voluntad que abierto va a quedar. ¡Abandónate al Padre tan amado!, que ¡El guiará!, todo lo que en ti se mostrará; que yo me llevo lo que tú pensaste y te dijeron, que en tu cuerpo latieron.

¡Hecho está Padre mío! Que sea tu voluntad lo que -para el- tengas a bien y en el mostrar.

Que sólo tu amor cada vez sea más fuerte y vivo en su interior. Y aquí, ¡aquí está tu hija! y te presento: Está frente a ti ¡éste hijo que tanto y tanto te ha querido pedir! ¡Nada para ti es imposible! Esa palabra no existe.

Aquél que -con tan grande fe- ante ti está presente, ¡Padre mío!, tú lo dijiste: “Es el momento y todo ha empezado” y así, como lo siento ¡Padre mío!, aquí -con el hermano- es tu voluntad la que se estará expresando ¡en él y con él!

Hago entrega.

Que la fuerza de la fe, en éste instante en él se mueva.


¿Qué más es de lo que se pudiera hablar?, si ya mi Padre -al dar instrucción a ésta su hermana- le ha empezado a indicar que no es casualidad todo lo que empezará, tal cual como los Maestros, que con tanta fuerza e insistencia, a cada uno de ustedes -amados hermanos- ¡y con gran benevolencia!, a pesar de saber y sentir que en algunos -al estar escuchando- no sólo la distracción, sino ¡en el pensamiento!, decir: “¡Otra vez! Siempre ha sido lo mismo; a pesar de que lo digan, no han dejado de sólo estar hablando”.

Ahora -tal cual ya lo ha dicho Nuestro Padre- llegó la hora y se empezará a mostrar; mas será como El lo tiene dispuesto. No olviden sus palabras: “Yo indicaré cómo, cuándo y con quién; en qué momento, por qué y para qué”.

Todo aquél que se ha de acercar, ¡que no sólo con la razón!, sea la intención ¡que no sólo el sanar!, sino que con el corazón, en ese deseo infinito de volver ¡y recuperar esa gran conexión!, que cada uno de ustedes eternamente han tenido. Es -amados hermanos- la vuelta al paraíso, que terrenal algunos -como aquellos de los que escuchaste que lo han vivido- ahora también ¡para ti!, ¡eso es lo prometido! y mi Padre, ¡Nuestro Padre! empezará, ¡ha empezado ya!, a entregarlo a todo aquél que no sólo ha querido desearlo, sino -en esa preparación- ¡abrir el corazón!

Y tú te habrías de preguntar: “¿Por qué ahora? ¿Por qué ha empezado?” Porque no es que todo haya cambiado, sino que tu hermana se empezará a mostrar tal cual como es; por qué y para qué aquí está; para que tú también -en éste despertar- ¡cuenta te des! ¡y quieras seguir en éste caminar!, ¡escuchando!, lo que directamente nos quieren seguir hablando ¡todos sus enviados!, ¡sus emisarios! Aquellos que de tiempo en tiempo ¡y ahora!, nuevamente es el momento, han deseado.

Porque cada uno de ustedes; aquél que se ha ido recuperando, para que -en su gloria- en esa gracia divina ¡aún siguiendo aquí!, aún estando aquí, sigan caminando, porque -amado hermano- ¡hay tanto!, ¡tanto!, que en éste despertar -al escuchar- ¡tienes que seguir recordando!

¡Haz de hacerlo!, porque lo que se te va a mostrar, ¡lo que se ha preparado!, El -en su infinito amor- desea que lo estés entendiendo, porque -al seguir avanzando- sabrás que todo esto que has estado viviendo, has estado ¡tan limitado! ¡y lo que piensas que has logrado! y lo que aquí en lo terrenal, lo que creíste que te podría ayudar; el momento llega en el cual cuenta te das que no te está llenando, ¡que hay una necesidad! ¡y no entiendes de qué o por qué!, ¡pero ahí es donde tienes que saber que es la gran oportunidad de escuchar!, no sólo sus palabras, sino -en tu corazón- desde tu interior, que te empieza a hablar.

Porque entonces, es el momento en el que tienes que hacer esa conexión ¡contigo mismo primero!, para recuperar esa parte divina que El te entregó; que en ti está ¡y que había estado inactiva! Tienes que ir recordando ¡que ahí está! y que en ese equilibrio ¡tan sagrado! y saber que eres un Ser ilimitado; ¡que todo lo puedes en El!, en su infinito amor y que es ¡tan sencillo!, ¡pero de gran valor!, porque todo lo puedes, porque todo lo tienes.

Pero la llave de todo ello, para abrir ese candado, es que en esa gran congruencia: Sentirlo. ¡Hablarlo y vivirlo en infinito amor! ¡Y entonces, verás!, que -de El- tendrás ¡tal complacencia! Que en abundancia en ti estará derramando ¡todo!, lo que desde la eternidad -para cada uno de ustedes- ha tenido preparado.

Es así. ¡Es así!, como ahora es su deseo; que cada uno de nosotros querramos seguir. Y entonces, en esa transmutación, el gran cambio ¡empieza a mostrarse! y en una sola intención: El querer volver a El. Y antes de hacerlo -al estarlo sintiendo- compartir su infinito amor.

Y date cuenta hermano, cómo todo en ti, primero casi sin sentir, empezará a estar emanando. El estar en paz contigo mismo. El parar ya ¡y no querer dar más pelea!, sino permitir que todo en ti, ¡lo que escuches lo creas!, desde lo más profundo del corazón, ¡porque el no te engañará! Siempre te hablará con la verdad. Esa verdad que ha estado, que es y seguirá; ha permanecido y estará. Y hoy más que nunca, se mostrará en éste plano terrenal.

Y te hablo de hoy; en el aquí, en el ahora. Este tiempo que tú -sin sentirlo- tu espíritu ¡tanto añora!, pero que ahora te dice: “¡Sí!, es el momento”. No dejes pasar la oportunidad de hacer este gran re-descubrimiento de lo que tú eras y a lo que volverás; lo que has sido -que inevitablemente se volverá a mostrar- ¡porque todo lo que viene de la Fuente!, cada vez con más fuerza e inmensidad, en cada uno de mis hermanos ¡así lo sentirán! Aquél que realmente lo sienta en su corazón; ¡que cierre sus oídos a las voces del exterior!, aquellos que seguirán intentando que sigas en esa distracción.

Porque -si de locura te han estado hablando- cuando empiezas a caminar en el amor y la verdad, es porque empiezas a salir de lo que ellos llaman “todo lo normal”. Pero ¿qué es “normal” para ti? Si es tu deseo extasiarte con todo ese amor y ¡volcarte!, ¡sin importarte lo que piensen o lo que digan! Si lo estás sintiendo dentro de ti ¡déjalo salir! ¡Que empiece a fluir! ¡Que muestre todo eso!, ¡para que a ellos también los hagas sentir!, porque esto será una reacción en cadena; para que luego, caminemos en unidad, porque “El Uno” ¡Nuestro Padre!, eso es lo que desea; ¡esa es su voluntad! ¡En un sólo corazón! Una Gran Hermandad; aquella ¡que aún están tratando de evitar! Algunos ¡no teniendo otra forma de expresar!, la violencia con aquél hermano con el cual de acuerdo no están.

Pero si tú deseas un mundo en amor y paz; sin temor; sin inarmonía; deja que en ti se empiece a mostrar su guía; que su inspiración en ti -amado hermano- en esa preparación, sea lo primero.

¡Esa es la manera de cómo dejar de mostrarse y de vivir como “humano”! ¡Ya no!, ¡porque hasta ello habrá de cambiar! “Hermana humanidad” ya no se habrán de llamar. Y eso lo digo con gran alegría.

Es el deseo de mi Padre y el de tu hermana; que cada uno de ustedes y los Grandes Maestros, que nos permitan mostrarles, compartirles, ¡hablarles!, decirles, que todo lo pueden en Nuestro Padre; ¡en El!

¡Y lo primero para lograrlo es en el amor y la fuerza de la fe! Porque cuando en un corazón no da lugar a la duda, todo lo que mi Padre entrega ¡y hace!, tú te darás cuenta: ¡Perdura! Si El prometió “vida eterna”, ¡vida eterna es lo que cada uno de nosotros hemos tenido y volveremos a mostrar y a tener!

Date cuenta que -al estar en ésta ilusión- ¡todo lo que muestra!, porque así lo has escuchado y tú también lo has repetido incesantemente: “Tiene un principio y un fin”. Así es todo lo que NO viene de El.

Pero date cuenta que -en esa Chispa Divina que El te entregó- ¡qué es lo que mueve tu templo, tu cuerpo! ¡y que está en tu corazón! Ahí donde está guardado ¡todo!, todo su infinito amor; es lo que te ha movido; ¡es con lo que tú has caminado! y ahora -todo aquél que ha despertado- sabe ¡y se desprende!, de todo temor; de todo apego; porque sabe -tal cual como lo dijo mi amado Maestro- que “de aquí ¡no es su Reino!”

Y precisamente por ello; ¡cuando rompas ese velo! y sigas caminando y sepas ¡que no existe límite en lo que tú llamas “el cielo”!, porque más allá, ¡mucho más allá! ¡y que se está empezando a acercar!, está toda la verdad; ¡la eternidad!, que siempre, siempre nos ha acompañado y que ahora fuertemente -para ustedes- será mostrado.

Ya lo dije una vez: El Gran Fractal -¡y se han de preparar!- se habrá de mostrar; aún para aquél que -al todo esto escuchar- pudiera pensar que sólo palabras vanas serán.

La fuerza de los acontecimientos -amado hermano- te irán diciendo y todo lo que se estará moviendo; cuenta te darás que es la verdad. Todo esto que les hemos dicho y que pocos, ¡muy pocos han querido escuchar!, porque ¡en esa libertad que El te ha dado!, ¡tantas cosas has escuchado!

Amado hermano; lo que El te entrega es ¡eterno! ¡Existe y es duradero! No forma parte de ésta ilusión. Mas eso, lo empezarás a ver en la acción; que -para ello- ya están aquí sus emisarios, amados hermanos.



9 de Diciembre de 2015
¿Arcángel …?
Ahora; tal como a ustedes les he venido repitiendo; que empezarían a ver el por qué ¡tanto se les ha estado insistiendo! y que su hermano que aquí se encuentra y que ahora están escuchando, también ¡y dense cuenta!, a partir de hoy, no seré yo el que esté iniciando. La hermana estará retomando tal cual. ¡Y verán por qué! Tengan presente todo lo que escucharán y sobretodo lo que van a ver.

¡Ha llegado el gran momento de actuar!, pero será tal cual. ¡Eso siempre sucederá! Ha sido así ¡y aquí!, la excepción no será: ¡Todo a su voluntad!

Porque aquél que se deja llevar ¡y ha sido así! ¡Todos aquellos que ustedes han llamado “Maestros”! y se han preguntado, lo han dicho: “¿De qué manera? ¿Cómo lo hicieron?” Quiero decirles que se les ha mostrado; pero ¿quién?, ¿quién de ustedes ¡atento!, ha estado?

¡Porque sí, es verdad! Aquí se encuentran; aquí están. Pero yo les puedo decir quién realmente atento está y quién está aquí ¡no por su voluntad! Pero nosotros no estamos aquí para juzgar. ¡Eso, ustedes lo han hecho y no lo quieren soltar!

Diferentes pensamientos, ¡pero una sola verdad!

Aquello que dijo la hermana; ¡mira! Tú -que tan aburrido está- aquí no te encuentras por casualidad. ¡Esa semilla que en ti ha estado, empezará a germinar! ¡Su momento ya está dispuesto! y estas palabras recordarás.

Que todo lo que nosotros les hablamos y mira, ¡realmente sí!, estoy aquí, a través de éste cuerpo, de éste templo, que con tanto amor ¡siempre!, se ha querido prestar y no es solamente de éste tiempo.

Muchos de ustedes ya lo saben; se les ha repetido constantemente, pero ¿saben por qué? Para que luego -al salir de aquí- no lo echen al olvido y se den cuenta y sepan ¡la diferencia!, de aquél que su deseo es compartir lo que le ha entregado ¡El!, “El que todo lo puede”, ¡porque para eso es! Tal cual como lo ha dicho aquél que llaman “Maestro”: “Y la copa siempre rebosando estará”.

¡Y qué digo de gran conocimiento! ¡No!, sino de la sabiduría tan grande que El ha entregado ¡y no para hacer lucimiento!, sino para compartir y en ese despertar -a cada uno de los hermanos- de ello hablar ¿y por qué no decirlo?, ¡también guiar! Pero aquél que esté dispuesto a su corazón y éstas palabras escuchar, porque tendrán la oportunidad ¡y lo recordarán! ¡Claro que lo harán!

Que sí, aún hablándote así, ¡siéntelo!, lo hacemos con infinito amor, para que tú -al empezar a hacer este recorrido de vuelta al hogar- ¡porque eso es lo que está sucediendo, hermano querido! En ésta transición ¡harás una gran transmutación!, tal cual como lo que aquí ya sucedió; porque así es.

Ustedes en apariencia sólo vieron -que no sólo “La Presencia”- sino también -al entregar- que mira, se han acostumbrado ¡tanto! a que en lo terrenal, cuántas cosas ¡se aferran! para sanar el cuerpo, pero yo les digo: ¿Y el espíritu? ¡Lo que traes contigo! -si no lo has de soltar- ¡todo lo que aquí hagas, en vano será!

Pero esto ¡recuérdenlo bien!, porque se pondrá de manifiesto; que aquél que viene de corazón y que es fiel; que en esa fe tan grande -tal cual como ya lo dijo la hermana- ¡él es!, el que -al empezar a escuchar- y su espíritu en ese amor quiere invadir y aquello que en inarmonía lo empezó a sacudir, lo empieza a soltar; entonces, ¡entonces todo ese cambio lo empieza a mostrar! ¡Sin importar lo que digan aquí!, porque es muy importante que -de ello- no empieces a dudar.

Que mira; ¡que nada se mueve sin su voluntad! y cuando tú -al hacer esa conexión- permites que El -en ti- empiece a hacer la acción -hermano querido- ¡bienvenido seas! ¡Nosotros también la bienvenida! y en amor -no sólo como hoy- te queremos hablar, sino también compartir y mostrar de qué manera aquí sigas tu caminar.

¡Todo!, ¡todo lo que es!, hasta inclusive lo que inanimado pudieras ver y en su momento estar, ¡tú verás!, cómo ahora, ¡en éste gran cambio que se está empezando a dar!, entonces, ¡entonces, aquellos que se han querido entregar!, en ese infinito amor ¡vivirán el paraíso terrenal! Que a ello, hay hermanos que han empezado ya y es nuestro deseo que ¡tú seas parte también! -como tú lo quieras llamar- de esa “comunidad”. Y te estoy hablando del amor que El te está entregando, que no de religión; sino de esa unión, que es su deseo que todos ustedes mantengan y sean entonces quiénes realmente son.

Han hablado de que muchas cosas en decadencia han empezado. ¡Sí! Todo aquello que se construyó, aquí -en lo terrenal- y que sólo sirvió para que ustedes hermanos, vivieran -como hoy- en separación. ¡Eso es lo que estará terminando! y a ello ya ha empezado.

Y también, también, ¡muy importante!; que empiecen cada uno de ustedes -primero en lo individual- ¡a luchar! ¡Salir vencedores!, porque si no ¿cómo entonces?, pudieran -después de compartir- ¡si no lo vas a sentir! ¿Qué puedes ofrecer al hermano aquél, al que pretendes ayudar?

Mira hermano, como en ésta ocasión; sólo déjate llevar; ¡pero que sea de corazón! Que la única intención sea permitir y ser ese gran instrumento de “Dios”, si así lo quieres llamar, ¡que tantos nombres le han dado!

Pero ¿sabes qué es lo más importante? ¡Que sientas! y realmente -al decirlo- en esa congruencia, quieras vivirlo; que es “El que todo lo ha creado” y todo viene por añadidura, porque con ello ¡has puesto la llave en esa cerradura!, para abrir esa puerta que ¿por cuánto tiempo? -solamente tú lo sabes- ha permanecido cerrada; pero que siempre ha estado esperando, porque -a través de ella- ¡harás esa triunfal entrada!, a la grandeza que El -para ti- ¡eternamente!, ha tenido preparada y se ha mantenido. ¡Y tú entrarás erguido!

¡No pienses! ¡No importa lo que hayas vivido! ¡Ya quedó atrás! Cuando tú -en tu corazón- has empezado a hacer esa purificación, en ese deseo tan grande de terminar ya con toda esta ilusión.

¡Que mira de lo que estoy hablando! Es cerrar los ojos, los oídos; a ya no escuchar ni ver, aquello que ¡te había mantenido dormido! ¡Descorrer ese velo! y entonces ¡tal como te lo dijeron a los que tú llamas “Maestros”!, tus hermanos empezarán a ver, a darse cuenta: ¿Qué es lo está sucediendo contigo? Porque ese cambio se empieza a mostrar, a fluir ¡y viene desde dentro!, ¡porque así tiene que ser!

¡Si tú quieres todo sanar, tiene que ser de dentro hacia afuera!, amado hermano, porque ahí es donde está ¡todo lo verdadero! ¿Cómo -en ocasiones- se pretende sanar el cuerpo?, cuando el Ser, el espíritu -aún en esa tristeza- todavía no se ha podido equilibrar; a recibir -en esa conexión- el infinito amor que El te da.

¡Y sucede! y es frecuentemente, porque ¡eres tú mismo el que insiste en quererte juzgar! ¡Culpar! ¡Ya déjalo hermano!, porque tú has escuchado hablar y lo han dicho, ¡uhm!: “Mente sana en cuerpo sano”. Mas yo te digo: Desde el corazón; ¡Deja que ese fluido invada todo tu cuerpo!, porque ahí está cautivo. ¡Suéltalo! ¡Vívelo! y permite que empiece a hablar con todo aquello que ya habías dejado que se empezara a afectar. Deja que sea el Ser -el que siempre ha estado con el- el que traiga para ti y en esa unión todo lo que tú estás pidiendo y que llamas “¡sanación!” ¡Pero que venga desde tu corazón!, la fuerza de la fe; ¡la voluntad!, en una gran unión con el corazón. Porque toda esa vibración, que no tengas duda; que a cada uno de ustedes -en éste instante- estamos entregando, permitan que -en su cuerpo- invade. ¡Ánclalo! Deja que cada vez sea más fuerte. Permite que haga ¡una gran transmutación!

Que quiero decirles, que a todos aquellos que llaman “Maestros” y aquellos que han sido -de verdad- su guía; que les han venido a hablar ¡y que lo han hecho con gran acierto y con infinito amor!, porque te están hablando ¡de la Gran Enseñanza del “Yo Soy”! ¡Aquella que es única y total!, que de tiempo en tiempo así ha sido y se las ha transmitido a aquellos que han querido escuchar. A aquellos que se han elegido.

Y muchos de ellos, ¡tú, hermano querido!, has escuchado hablar ¡y te has preguntado!: “¿Cómo es que lo han logrado?” ¡Pues así!, hermano tan amado. Permítete, ¡siéntelo en el corazón!, aún en éste instante que te estoy hablando, que lo hago con infinito amor.

¡Ya te diré quién realmente soy!, porque -en el “Yo Soy”- te estoy hablando. Y también sabrás por qué ¡hasta hoy! no te he dicho. Pero siéntelo así, ¡que soy tu hermano! y que por voluntad de El ¡y con gran amor!, también me acerqué, ¡porque tú también lo has permitido!, en esa intención de seguir escuchando, de hacer una gran transmutación.

¡Y te insisto! Todos tus Maestros; aquél que te ha entregado el Rayo Oro-Rubí y el que te ha entregado ¡la Llama Violeta!, que tú -al decretarlo- ¡al moverlo dentro de tu cuerpo!, empiezas a hacer en ti esa limpieza, que dices que tanto necesitas.

¡Y sí hermano! Estoy de acuerdo contigo. ¿Y sabes por qué? Porque tú -al llegar aquí- llegaste en esa gran pureza; en esa transparencia que El te entregó. Mas, ¡todas las experiencias que has vivido!, lo que en tu caminar has recogido, ¡no es tuyo hermano! ¡Suéltalo! ¡Hazlo! ¡Te lo pido! Que te hemos estado dando -para que tú sigas recordando- las armas ¡que ya están contigo! Siempre, ¡siempre han existido! y están aquí ¡y ahora más!, para ti y en ti se van a mostrar.

Sé uno más de nuestros hermanos, que -en ésta Gran Avanzada que ha empezado a caminar- nos acompañe, porque la Era Dorada -lo que mostrará- será sin igual.

¡Y es nuestro deseo que sea en ti! ¡Tal cual! Porque -si tenía que ser así- que tenías que todo esto vivir ¡para que te convencieras que realmente El todo lo puede! y que aquí ¡y para ti en especial!, te está mostrando y que te pide que luego -en ese infinito amor y en ese equilibrio- sigas caminando, pues sí, era necesario que te vencieras a ti mismo, ¡en esa lucha tan feroz que habías tenido! ¡Sea pues hermano querido!, que para El, ¡ya lo escuchaste de la hermana! ¡no hay imposibles! ¡Todo se muestra!, cuando tú al estar dispuesto permites que -de El- en ti, todo se manifieste.

Tal cual como lo escuchaste hablar de aquél que llamas “El Gran Maestro”, que milagros se empezarán a mostrar. ¿Pero quién sino tú? ¡Tú mismo!, serás quien -no sólo de ello vas a hablar- sino amado hermano: ¡Ejemplo viviente de ello serás!

Y eso sucederá cuando tú te permitas ¡sólo la voz del “Yo Soy” escuchar! Que nosotros -en su nombre- estamos aquí ¡y con gran amor!, uno más de sus emisarios yo soy. ¡Que solamente en éste tiempo!, en el cual toda la Luz de El se estará mostrando, en aquellos hermanos que se han estado eligiendo y que aún aquí siguen caminando; porque así será. ¡Nuevamente lo verán! ¡No olviden esto, amados hermanos!

Que toda la Energía Divina -en ustedes- se haga sentir. Que invada sus cuerpos y su corazón. Necesario para una gran transmutación. ¡Hoy!, que es un día especial… y ustedes sabrán el “por qué”.

También su hermano de esto les quiso hablar. Reciban de él.



9 de Diciembre de 2015
Ketta/Aleshia (2).
He traído de mi Padre ¡una gran instrucción!, para todo aquél hermano que de verdad -en su amor- sea su intención seguir ¡y escuchar su instrucción!

Que aquí solamente -de tiempo en tiempo- me he hecho presente. Cada Era Dorada, cuando ella hace su entrada.

Hoy aquí -en éste caminar- ¡no ha sido la excepción, amados hermanos!, porque con gran amor les digo: Todo aquél que ha decidido ¡y así se lo ha pedido y con El ha hablado! y le dice: “¡Me pongo en tus manos!”, ustedes verán -de hecho ya- lo que llaman “su vida”, ¡todo ha empezado a cambiar!

Al hacer una reflexión y a gran profundidad, algunos de ustedes cuenta se han dado y verán ¡mucho más!, lo que será mostrado.

Pero realmente ¡que sea tu momento! ¡Que lo sientas así! ¡Que no sea tu cuerpo que esté presente, pero que tu mente esté ausente! ¡Que sea tu corazón en el sentir! -amado hermano- porque al hacerlo así, con gran devoción, yo te digo: ¡Grandes momentos contigo he de compartir! ¡Y será cada vez más constantemente!

Es el tiempo y el tiempo del no-tiempo. ¡Que no te preocupe nada! Que lo que ha mantenido tu mente ocupada, en esa gran preocupación de ¿qué será de ti?, de todo lo que está sucediendo. Aquí, ¿cuál será la reacción? Si estás en mano de mi Padre, ¿qué pudiera suceder? ¿A qué le tuvieras que temer? ¡A nada!, amado hermano. ¡A nada!

Una de las grandes emociones que te han mantenido encadenado, ha sido el gran temor que a muchas cosas ¡siempre! -y para seguir adelante y escuchar a mi Padre- te ha limitado. ¡Ya no lo permitas!, porque en ti y para ti siempre ha estado y seguirá. Te lo va a mostrar.

De su verdad -tal cual como hasta hoy- el símbolo que se quiso entregar y otras cosas más, que se te ha pedido que -con infinito amor- quisieras portar, en esta gran instrucción nos habremos de preparar, porque ¡muy importante para la evolución!, lo que se va a entregar.

Y para ello, nos habremos de despojar ¡y vamos a hacerlo!, de todo aquello que todavía pretende a mis hermanos limitar.

Atentos estaremos.



9 de Diciembre de 2015
Ángel Ráh.
Y entonces; tú has estado pensando que por qué contigo no he hablado. Pero no ha sido así hermano; Ángel Ráh siempre te ha estado acompañando ¡y cada vez mucho más cercano!

A propósito del Símbolo Sagrado; he de decirte ¡que mucho te ha ayudado! ¡Y más!, porque ¡muy importante es!, todo lo que va a suceder, aquél que lo esté portando, porque… siéntelo así, lo que se te ha entregado y que tú -al sentirlo- lo estás portando; contigo lo has estado llevando. ¡Que mira que también te hemos dicho!, que no -en ti- cargues a lo que llamas “amuletos”. ¡Esto!, ¡esto viene directo!, directo de “¡Aquél!, que tanto te ha amado” y que es su deseo, que cada vez su hijo -a Él- esté cercano.

Y déjame decirte hermano; que el que contigo ha estado hablando, pronto verás de la gran sabiduría, que así como te ha venido a hablar y eso está muy cercano el día, que tú escuches quién es en realidad ¡y por qué! ¡y para qué! de esa forma -a ustedes- a cada uno le ha querido hablar.

Y mira; decían, porque muchos lo han pensado y lo han comentado: “Tal parece y nos habla tal cual como el hermano Ángel Ráh”. ¡Qué quisiera yo!, de verdad, no puedo igualar la Gran Sabiduría ¡y la Luz que de él! -el hermano- hasta ti ha traído y te entregará. ¡Pero será y se hará a aquél que -de verdad- ha estado dispuesto! y aún al escuchar, aunque digan y piensen: “¡Está molesto!”. ¡No amados hermanos!, es que ¿cuántas veces hemos insistido? ¿Cuántas veces Ángel Ráh  te ha dicho?: ¿Por qué? ¿Por qué? -hasta hoy- no has podido o no has querido ¡valorar!, de todo lo que nosotros -porque en el nombre de El, aquí estamos- te hemos venido a hablar ¡y no sólo a ello!; te hemos querido entregar.

Ahora, ¡no me gusta aplicar la palabra “colectividad”! Ahora, es mejor decir: “Cuando todos ustedes -amados hermanos- en gran unidad, muestren y caminen ¡y se acerquen! a “Aquél que todo lo puede”, para esa ¡gran vuelta victoriosa al hogar! Al hogar que por ustedes esperando está. ¡El verdadero! ¡Aquél que dejaron!, pero prometieron ¡volver! ¡Y es el momento! y queremos que lo hagan éste y aquél, ¡todos! No hay, ¡no queremos que haya excepción! Pero -amado hermano- ¡eso!, lo dejamos a tu elección. Siempre ha sido así”.

En cada momento, de tiempo en tiempo, cuando se nos ha permitido ¡y ustedes son los que lo han hecho!, nuevamente venir, o mejor dicho; que nos escuchen como hoy aquí; ¡es nuestro deseo!, por eso ofrecemos y estamos con los brazos abiertos, ¡que ya caminen despiertos! Pero en ese despertar de Conciencia ¡que no terrenal! Que ya la hermana lo ha dicho ¡y miren!, que Ángel Ráh también les dijo; que no de la Crística, ¡de la Cósmica les voy a hablar! Pero en el infinito amor de “El, que todo lo puede”, ahora les dice: ¡La Conciencia Universal! ¡La eterna! ¡Aquella que está!, que prevalece y ¡nada lo mueve! Ahí, ¡ahí permanece!, esperando a que el hermano despierte. Para ello, ¡aquí está tu hermano!

¡Y es verdad! Hemos empezado a hablar. Les he dicho algunas cosas que ¿quién de ustedes ha empezado a reflexionar?, aunque en apariencia piensen y digan: “Todo sigue igual”. ¡No, amados hermanos! El gran movimiento que viene del Cosmos, pero que ha empezado ¡en ti, en tu interior!, ¡porque viene de dentro!, es el que ya se empezará a mostrar. Hemos iniciado ya y hoy aquí, un momento -de verdad- ¡muy especial! ¡Ustedes lo verán!

¿Quién pudiera atreverse a decir?, ¡porque muchos han ofrecido “que la sanación”! “Que si tú vienes conmigo, yo te ofrezco también -de El- la protección”. Hermano querido; lo que viene de El ¡se muestra en acción! y eso es lo que ustedes empezarán a ver.

¿Cuánto tiempo escuchaste que se te dijo que aquí -la hermana- sólo estaba para compartir? Que no hicieran intentos de comparación, porque tampoco -no era su instrucción- hacer aquí confrontación ¡con nadie!, hermanos, hermanas. ¡Lo que viene de El se muestra! ¡Eso se emana! y lo siente aquél que -de verdad- trae el corazón abierto; ¡no sólo a escuchar!, sino para empezar a vivir ¡el gran despertar! Y eso te lo dice Ángel Ráh. ¡Que para eso también, el Símbolo Sagrado he venido a entregar!

Y todo lo que venga de El, para eso tus hermanos aquí estamos: ¡Entregamos! ¡Mostramos! ¡De ello les hablamos! ¿Cuántas veces repetiremos?: ¿Qué es lo que luego quieres buscar? ¡Y no! No pienses que esto es dogmático. Esta verdad la hemos entregado -y de ello hemos hablado no solamente con ustedes aquí, hermanos- también en cada punto estratégico de éste que llaman “su planeta” tan amado, ¡también nosotros hemos estado hablando a aquellos que de corazón se han estado entregando! Y eso pronto lo verán, porque no olviden que también se les dijo -y la hermana presente lo tiene- que los empezaríamos a reunir, ¡pero no tienen idea de qué manera eso! y eso ya va a venir. ¡Está!

Tal cual como lo ha dicho el que llaman “Maestro”: Lo que ustedes llaman “el próximo año”, será de ¡grandes acontecimientos! ¿Y quiénes estarán también? ¡Los estamos incluyendo!, aquellos que -de corazón- han estado, han permanecido, ¡a pesar de todo lo que ha sucedido!

Y no es que nosotros los hayamos elegido. ¡No! Ustedes hermanos. ¡Ustedes!, en el sentir, en la acción. ¡Ustedes son!, los que han hecho la elección. ¡Ustedes son!, los que están permitiendo y se han estado acercado, porque en el Gran Proyecto que el Padre tan amado -para ustedes- ha aterrizado, para ello envió a sus emisarios. ¡Pero eso también ya lo han escuchado! ¡En acción hermanos! ¡En acción se estará!, ¡ya se está mostrando!

Y Ángel Ráh iniciará a hablar de ¡todo lo sagrado! ¡Aquello!, que algunos han dicho: “Todo eso se ha ocultado”. ¡No es verdad hermano! ¡No es verdad! Es sólo que está reservado para aquellos que han permanecido ¡firmes! y quieren seguir escuchando.

No olviden que el que llaman “Maestro” hasta ustedes trajo y acercó “¡Misterios desvelados!” ¡Uhm! Y de ello la hermana, ¡no olviden lo que les digo! -de ello- ¡mucho les estará hablando!

Que yo soy ¡Ángel Ráh! Nombre… todavía terrenal; porque así ustedes -hasta hoy- lo habían decidido. Pero todo cambio, todo cambio -en amor- ¡ya está permitido!

Y dejo en ustedes ¡la Gran Energía! -que ya no sutil- porque lo que empezarán a vivir, será para todo aquel hermano que nos acompañará.

Para ustedes ¡Ángel Ráh!



9 de Diciembre de 2015
Sananda.
Mas también, en el infinito amor que mi Padre ha entregado en el “Yo Soy”, para ustedes hermanos ¡aquí me encuentro!

¡Acudo a tu llamado!, ya que has dicho: “Has hecho ¡tantos milagros!” Ahora yo te pido para mí; me permitas vivir éste cambio.

Mira; cuando aún estás en un cuerpo terrenal, ¡muchas cosas -amado hermano- vienes a mostrar! Mas -cuando te entregas al amor infinito- entonces, ¡entonces se muestra!

Y yo te digo; que su presencia en ti -así como la empezaste a sentir- ¡permanecerá!

Lo que vean que suceda en éste cuerpo, es porque ha empezado a limpiar. (Tos en Ketta)

Aún acostumbrados están y es importante que ustedes presencien que -lo que viene de mi Padre- ¡es!, e inamovible, para todo aquello que pudiera ser invisible.

¡Que estoy aquí!, porque eso es lo que tú -amado hermano- ahora al pedir (Ketta camina hacia Martín) y no tengas duda que ¡yo soy!, el que me encuentro aquí.

¡Esa fue tu petición! y mi Padre -en infinito amor- importante es; ¡permite!, que tal cual, su grandeza en ti. (Transmisión de energía sanadora para Martín)

¡Y así es! ¡Estoy aquí para todo aquél que -al pedir de corazón- ¡Padre tan amado!, que yo soy el camino, en la verdad y la vida que -de El- y en éste instante y para bien -en tu nombre- se muestre.

Yo soy ¡Sananda! y en su nombre -en ti- deposito la vida; la salud ¡que tú creías perdida!

¡Su voluntad en ti!



9 de Diciembre de 2015
Saint Germain.
Y porque -al así pedirlo- mi amado hermano; yo también -con la Llama Violeta- ¡en la gran transmutación que dentro de ti también empieza!, hago extracción, para que tú ¡en ésta gran purificación!, quede la voluntad de El; ¡de Nuestro Padre! (Transmitiendo energía también él para Martín). Todo tu cuerpo ¡en gran preparación!

Que mira, que he de decir que sentirás un cansancio; pero todo se hará por lo que tú -al permitir- nosotros ¡en ti haremos!, amado hermano.

Y he aquí, en la presencia ante ti: ¡Padre Nuestro tan amado! Nosotros estamos ¡tal cual como es tu voluntad! y en la petición de éste -mi amado hermano- también tuviera a bien quererse presentar.

Todos nosotros con infinito amor y yo te envuelvo en ésta ¡Gran Alquimia amorosa!, para que todo en ti se cumpla, tal cual El lo tiene preparado, hermano tan amado.

Que también contigo ha hablado ¡Saint Germain!, tu hermano.


¡Y siguiendo con todo esto! ¡Amados! ¡Amadísimos hermanos!

¿Qué pudiera yo compartirles? ¡Con gran alegría!, porque todo esto que empiezan a vivir, he de decirles que tal cual como lo había prometido y también ¡te pido a ti -hermano querido-¡ (viendo a Martín), que tengas a bien acompañarnos, porque ¡claro que lo harás! En pie ¡y con gran amor y la fortaleza!, la fuerza que mi Padre te ha entregado y que mostrarás. ¡Tú!, con nosotros estarás.

Tenemos preparados tantas cosas. ¡Sí!, que no haya duda, porque -tu hermano que te está hablando- ¡muchas cosas! -en especial a ti (Martín)- te estaremos ¡en gran petición, que nos acompañes y que muestres lo que es de El, en tan infinito amor!

¡Porque todos ustedes lo harán!, amados hermanos. ¡Estarán! ¿Recuerdan que les hemos dicho?, que con nosotros, ¡mano con mano nos acompañarán! ¡Todo lo que ustedes -de su hermano Saint Germain- han escuchado! y lo que han estado -¡en gran testimonio con otros!- compartiendo, hermanos tan amados. Ustedes verán, ¡claro que sí! Iremos mostrando que realmente ¡es!, de la verdad de El, que estamos aquí nosotros -sus hermanos- nuevamente.

¡Primero así nos estamos mostrando!, a través de estos templos. ¡Este templo amoroso que se ha estado prestando!, porque siéntanlo, créanlo y todo esto que ustedes vieron -ya se los había anticipado mi hermano: “Lo que vean ustedes en la hermana…” ¿Y qué pensaron? ¿Que sería en éste cuerpo? ¡Ay hermanos! ¡Ahí es donde siempre se han estado equivocando!

¡Es que ella también -en infinito amor- se ha estado entregando! ¡Y muchas cosas más les estaremos mostrando! Vean ustedes cómo ¡siempre, siempre! -lo que viene de El- a cada uno de ustedes siempre… ¡Hazlo hermana! (para Nelly, que se estaba acercando tímidamente a Martín). ¡Estoy esperando! ¡Que mira que nosotros, siempre, siempre lo hemos hecho! La hermana (Nelly) sabe que aquí ha estado para compartir.

¡Y mientras ustedes escuchan a su hermano!, vean ¡de qué manera!, ¡cómo!, Nuestro Padre ¡todo lo mueve! Porque así es como ustedes comprenden ¡lo que pueden lograr!, ¡lo que pueden hacer cuando se entregan de corazón! ¡Y a sus hermano también!

Amados. Y han de decir: “¿Por qué tanta insistencia?” ¡Que quepa en cada uno de ustedes la prudencia!, porque todo esto que han estado atestiguando, también verán y sabrán el “por qué”, “para qué” de todo lo que les estamos mostrando; porque así será.

¡Así será! ¡Ya todo acaba de empezar!, tal cual como tanto insistimos: Que ya no con la frente palabras serían; que en acción todo lo íbamos a llevar.

Y entonces su hermano -les vuelvo a repetir- todo lo que -de Nuestro Padre- tenemos preparado ¡para ustedes!, para cada uno de ustedes… -Esto es solamente para revitalizarlo, amada hermana (Ana, esposa de Martín)- porque todo lo demás, tanto mi hermano como el que les habla, que con infinito amor y la hermana que también -que así lo inició para el- por todo lo que él estaba pensando que traía ¡tan atrapado!

¡Pero miren!, para “Aquél que todo lo puede” no hay nada, ¡nada que no pueda hacer, cuando tú le permites de ti extraer! y nos da nuevamente la fuerza. ¡Y ahora todo empieza!, ¡amado! (a Martín), pero que sea siempre en esa fortaleza; en ese sentir; en ese amor.

Y entonces -ahora para ustedes también- he de insistir: En éste cambio que se está empezando a dar, también en la vibración que hasta ustedes está llegando; mucho, ¡mucho! y con más fuerza llegará.

Aquél que se ha querido preparar. Aquél que ha estado dispuesto; yo sólo les digo amados hermanos: ¡Estará arrasando con todo aquello que los estaba limitando! ¡Ya no más! ¡Ya todo llegará!

Entonces; ahora, dense cuenta: ¿Realmente creen ustedes que no pueden llegar o no podrían lograr abrir en su corazón y poder compartir, para a su hermano ayudar? ¡Claro que sí! ¡Claro que sí! Y eso ¡lo van a vivir!, amados, ¡amadísimos hermanos!

¡Saint Germain! de esto les empezará a hablar: ¡Cómo y de qué manera Nuestro Padre los necesita!, porque en la avanzada gloriosa que ustedes serán ¡y son! -algunos ya han empezado- y eso lo vivirán. Su hermano ¡Saint Germain!, también con ustedes caminará. ¡Amados! ¡Amadísimos hermanos!

Ahora, ha de terminar todo esto (Nelly transfiriendo energía revitalizadora a Martín) ¡y cada uno de ustedes nos acompañarán en la gran marcha triunfal que ya empezará!

¡No olviden! Seguiremos insistiendo; que a principio del próximo año ¡todo se estará mostrando! ¿Y quiénes nos estarán acompañando? ¡Amados! ¿Dispuestos están? La gran enseñanza en cada uno de ustedes ¡muy fuerte!, tiene que estar.

¡Hecho está!, Padre mayor. Cada uno de nosotros ha mostrado lo prometido ¡y lo más esencial!, lo más importante ¡y que pensarán que es providencial! lo que mostrará Nuestro Padre.

No olviden: Saint Germain también, porque todo esto forma parte del Gran Proyecto. ¡No olvides hermano! (Martín): Volveremos a hablar ¡y muy largamente! ¡Te lo promete Saint Germain!

¡Y dejo para ustedes la Llama Violeta!, que en gran transmutación en cada uno de ustedes ¡y lo que proyecta!, porque la Gran Amatista -al unirse- ¡que miren!, que para hacerse presente fuertemente ¡ya está lista!

Y ustedes verán por qué lo digo, amados hermanos. ¡Empezarán a vivir cómo se mostrará y lo verán! ¡Todo lo divino!

Que yo soy ¡Saint Germain!



9 de Diciembre de 2015
Ketta/Aleshia (3).
Haciéndose presente lo que ustedes creían que aquí -en éste tiempo- estaría ausente; una gran energía y su grandeza, porque la realeza de mis amados Maestros ¡y todos aquellos!, que aún -al no emitir palabra alguna- pero que están aquí y que se hacen sentir.

De todo aquél que procura y desea y pide que todos: La Energía Angélica; La Hermandad Blanca; Los Grandes Maestros, al actuar. Y mira; mi Padre dice: “Todos ellos”, porque han -al querer- pudieron lograr lo que tú estás buscando: ¡Sentir la presencia de El!

Yo te digo -amado hermano- que la respuesta de mi Padre ¡no sólo en éste instante!, lo que estuviste sintiendo y lo que estuvieron presenciando. Después de aquí más fuertemente lo vas a sentir, porque -lo que el amado Maestro te acaba de decir- ¡es y se va a cumplir!

Lo que tú pediste; la presencia de tan grande Maestro, que también muchos piensan que estamos viviendo su ausencia, ¡pero no es así! ¡Siempre ha estado y se ha mostrado también su esencia!, porque esa gran enseñanza que nos trajo ¡y que ha dejado!, es para que recuerdes -hermano tan amado- que cuando tú y es tu deseo y te has entregado, mi Padre en ti -como gran instrumento de amor- su presencia ¡la muestra!

En estos momentos es -y tienes que recordarlo así- cuando se dice: “El Dios Vivo en ti”, porque ¡es verdad! y es lo que volverán a vivir. ¡Todo aquél de mis hermanos que lo deseen así!, que se han querido elegir, eso es lo que se estará viviendo. ¡Eso es lo que mostrarán!, a aquellos hermanos que aún están durmiendo.

¡Benditos sean, amados hermanos!

¡Gracias por estar aquí! ¡Gracias por acompañar!


Todos los momentos -cuando vivimos estos reencuentros- han sido tan importantes. Pero éste instante -porque muy fuertemente se hizo presente mi Padre- para todos ustedes, para todos nosotros. ¡Llévenlo en su corazón!, porque hará una gran manifestación.

¡Así será!

¡Hecho está, Padre mío!

¡Gracias a todos ustedes!

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