10 de julio de 2015

Canalización del 8 de Julio de 2015

Julio 8, 2015
Aleshia (1).
Que mira, que sí nos han hablado ¡que no necesitas de talismanes!, ni nada que tenga que acompañarlos, pero sí -de tiempo en tiempo- que no olviden, que lo que llamamos “piedras”, ¡todos los cuarzos sagrados!, de qué manera tan grande ¡e infinita! nos han ayudadoPorque -todo lo que ha sido hecho por el humano- llegará el momento en que en ésta ilusión esté desapareciendo; pero lo que está hecho y que viene de Nuestro Padre ¡permanecerá firme!, erguido y acompañando a todo aquél que -al decidirse- ha dicho: “¡Padre aquí estoy! ¡Muéstrame el camino que tengo que seguir andando mientras siga aquí, hasta que llegue el momento -de acuerdo a tu plan divino- que llegue hasta ti, ¡Padre mío!”

Esta es una reflexión que tu hermana que te habló, lo siente y te lo expresa con infinito amor, porque de todo lo que ustedes -así como yo- en algún momento intentaron, buscando el sendero de la verdad, del amor, del infinito amor de Nuestro Padre; siempre preguntaron, así como me he preguntado yo, aunque ahora cada vez más y más, lo estoy viendo todo tan claro, porque la verdad de Nuestro Padre, al dejarme llevar por su inspiración, por su guía, por su infinito amor, créanme, cada vez y cada día ¡es tan fácil!, tal cual como lo dijo nuestro Maestro: “Seguir caminando; estar aquí y no estar”. No permitir, cada vez más ¡que nada de lo que suceda! aunque te quiera afectar; ponerlo en manos de Nuestro Padre y tú hacer que te corresponde; seguir en la preparación, porque a cada momento, a cada instante, cada día, ¡el estar aquí en ésta ilusión! siempre habrá -para cada uno de nosotros- distracción ¡y no habremos de permitirlo!

Para ello tenemos los Rayos Divinos, que nos han entregado con infinito amor; el Oro Rubí de nuestro amado Maestro Sananda. El Rayo Verde, que también para que todos ustedes, todos nosotros, nos envolvamos en éste templo que ocupamos; viviendo, permitiendo, que nos vaya sanando desde nuestro Ser, para que luego en nuestro cuerpo, se vaya -en cada uno de nosotros- mostrando el Rayo Violeta de nuestro amado Maestro, que nos insiste: “Amado hermano ¡decreta! ¡Decreta! ¡Utilízalo a cada instante! ¡A cada momento! ¡Insistentemente! ¡Guárdalo en tu corazón! Que sea -en el Proyecto- lo que tú lleves siempre, porque es el que de todo lo negativo que haya en ti o que quiera invadir ¡hará transmutación! Utilízalo. Visualiza. Mírate en él envuelto. Decreta. Entrégaselo a Nuestro Padre. Pídele que cada vez ¡más y más! -en ti- vaya logrando ¡esa pureza! ¡Esa pureza! que tú tenías al aquí llegar. ¡Hazlo amado hermano!

¿Qué más nosotros les podemos entregar? ¡También está el Rayo Azul!, de la infinita voluntad de Nuestro Padre; ¡de la verdad! en la cual tú caminarás y con toda esa fuerza, ¡la fe! ¡La fe! cada vez ¡más y más! en ti reafirmará. ¡Hazlo! ¡Envuélvete en ello! ¡Crea tu arcoíris! Primero para ti hermano, ¡para que todo eso -en ti- la pureza vaya logrando! y ¡todo lo vayas transmutando!, para luego llegar al Rayo Dorado; al Rayo Blanco, que la iluminación que ellos -nuestro Maestros- han logrado, ¡en ti también empiece a hacer! no sólo, que no sólo sea una visión, sino -al estarlo sintiendo- lo estarás mostrando. Y entonces amado hermano; en esa pureza, en esa ligereza, ¡tan sutil!, de toda la vibración, de la energía que cada vez ¡más y más en ti la sentirás viva!

Ahí es. ¡Ahí es donde se empezará a mostrar!, lo que ha dicho tan insistentemente la profecía; el Dios Vivo; ¡el Dios Vivo en ti amado hermano! ¡En ti se va a mostrar! y dejarás de ser humano y de ello le hablarás a tu hermano; porque eso, ¡eso está escrito! ¡Está escrito en los manuscritos!, que a ustedes no les han hablado, pero que en la verdad de Nuestro Padre, ¡así como todo lo ha creado! y dijo: “¡Ésta es mi promesa!, que la vivirá, la mostrará ¡y en él se cumplirá! En aquél hijo que -en algún momento- de mí se quiso separar, para vivir y hacerse llamar “humanidad”.”

Y para todo aquél, todo aquél que de mi Padre, ¡de Nuestro Padre!, su verdad tan clara y directa -como tú hermano- que en éste instante lo estás escuchando, se ha permitido  y lo está viviendo; ¡lo ha sentido! y todo lo que creía que en él no existía lo está abriendo; eso es lo que habrás de vivir. ¡Eso es lo que en ti! -amado hermano- ha empezado a suceder. Con todos y cada uno; con éste y con aquél. Y cada vez será más y más. Y empezaremos a caminar en unidad; en ese círculo glorioso de amor de Nuestro Padre. ¡Nuestro Padre!, en aquél tiempo ¡y siempre lo ha hecho!, nos habló.

Pero es tu decisión; de cada uno de ustedes -al escucharlo- sentirlo, ¡creerlo!, para luego vivirlo. ¡Y vuelvo a citarte palabras de nuestro amado Maestro Sananda! “Bendito aquél que creyó sin ver, ¡porque de él será la gloria de mi Padre!” ¿Y qué creen?, que nuevamente, nuevamente nuestro amado Maestro ¡de esto va a hablarte! Y no sólo de ello, ¡de mucho más! que Nuestro Padre preparado tiene ¡para aquél! que -para su gloria divina- se quiere liberar; como tú, como yo y escuchando la enseñanza del “Yo Soy”; la verdadera, la que perdura, la que permanece y que tú -al escucharla- cada vez más y más dentro de ti todo lo fortalece, hasta lograr el gran resurgimiento de amor y logre traspasar ésta dimensión.

Y así va a suceder. Ya todo preparado y previsto está, amado hermano. Y aquí estaremos; aquí seguiremos, hasta que lo logre todo aquél, que sabemos que es su gran momento, tal cual, como Nuestro Padre lo tiene dispuesto. ¡El gran banquete está preparado! y Nuestro Padre desea que todos y cada uno acuda a su gran llamado. Que así lo sientas en tu corazón, amado hermano. Que por ello también aquí estoy; tu hermana ¡Aleshia!, que ha llegado y que ¿cómo empezó?, a hablarte a través de éste templo ¡que tanto he amado! Elegido por mi Padre ¡y tan querido!, porque estamos unidos y ya ¡cada vez más!, mostrándose está, para que ustedes -los que han recibido- ¡cercanos estar!, lo sientas al escuchar -amado hermano- que Aleshia de Shirón, en el nombre de Nuestro Padre tan amado, contigo está.

Nuevamente el tiempo llegó; por eso aquello de lo que te empecé a hablar. Siéntelo así, porque lo más importante que tienes que recordar ¡después del amor que mi Padre siempre, a cada instante te quiere mostrar!, es que sepas y sientas, que aquí -para todo ello lograr- solo no estás. Estamos aquí ¡y cada vez más y más! lo sentirás. ¡No sólo lo escucharás! A todo aquél que así lo ha decidido, yo te digo hermano querido; ¡lo vivirás! Pero eres tú el que será, el que -de corazón- al sentirlo y no permitir que la distracción nuevamente, de todo esto te aleje, como ¡en algunos! de tiempo en tiempo ha sucedidoNo lo permitas amado hermano; yo te lo pido, porque el momento ¡está muy cercano! en el cual tú lo sentirás, tú lo vivirás ¡y con nosotros compartirás!

Que en todo, que lo que te hemos dicho, no hay engaño. ¡Que es la verdad! La verdad infinita de Nuestro Padre tan amado. Aquella que viene de la eternidad, de donde también muchos de nuestro Maestros ¡aquellos que te están acompañando!, hasta a ti ya han llegado. Porque no me negarás, sobre todo a ti -hermano- que estás escuchando; que cosas que has vivido y que explicaciones para ti no han tenido, ¡pero que han dejado tu corazón repleto de infinito amor! y has estado agradeciendo a mi Padre por todo lo que en ti ha estado vertiendo. ¡Recuerda! Recuerda que así ha sido.

¡No lo eches al olvido!, porque no han sido coincidencias, porque cuando tú, en esos instantes tan por ti queridos ¡has hecho esa conexión tan grande!, que de Él has recibido -de Nuestro Padre- todas sus complacencias, y permite, permite que siga sucediendo, hasta que en ti sea una costumbre divina, porque entonces entenderás que precisamente de El ¡estás viviendo ya la naturaleza divina!, que en cada uno de ustedes está. Permítanse sentirlo. ¡Déjate vibrar con todo!, todo lo que Nuestro Padre a ti te da y que viene desde la eternidad, ¡pero que no lejana está!, porque cada vez ¡más y más cercana!, que te vuelvo a repetir: ¡Tú lo vivirás!, tal cual como el que yo esté aquí; hablándote de mi Padre tan amado.

Y a Él he de volver, mas ¡sola no lo quiero hacer!, porque si te estoy acompañando, ¡porque si de El te estoy hablando! hermano; ¡ya no pretendas seguir viviendo como humano! ¡Mírate! ¡Siéntete!, quién realmente eres tú. ¡Cual es la gran virtud! de lo que El -al entregarte- en ti está ¡tan vivo! Que cuando tú desees resucitarle llegará como una luz que a tus hermanos, ¡a tus hermanos!, todo ello, no sólo vas a mostrarles, sino vas a entregarles, como en éste instante lo hago contigo, porque viene de mi Padre; porque a ti -amado hermano- te abrazo, ¡no como un amigo!, sino como el gran hermano que eres. Y que sientas ¡cuánto te amo!




Julio 8, 2015
Leutón.
Y entonces; para que tú también todo ello empieces a lograr, aquí hermana también llegues.

¡Que soy Leutón! tu hermano, el que en aquél gran chispazo de amor que cada uno de ustedes elevó, en aquél momento ¿o ya se te olvidó?, que acudiste al llamado de Nuestro Padre tan amado y que nosotros en gran regimiento ¡esperando!, esperando y escuchando, todo lo que cada uno de ustedes -a la par- escuchando hablar a ésta hermana a través de la cual también, también es mi deseo -porque de El es su voluntad- te vengo a  hablar.

Ahora cada vez más, todo aquello que tú estás viendo y lo que has estado escuchando que está sucediendo en la atmósfera, que cada vez más ¡es tan sagrada!, en éste que tú llamas “tu planeta”, que en la Era Dorada -la que acaba de empezar- ¡cómo todo empieza a cambiar! en la verdad, con tal claridad. ¡Que mira!, muchos de ustedes -al empezar a vivirlo- lo van a asombrar.

Pero -amado hermano- yo te digo; tú que te estás preparando, empezarás a recordar con toda la energía de amor, aquella en la que tú, llegó un día en que cada uno de ustedes así lo decidió: ¡Se limitó! ¡Pensó! -y aún sigue creyendo- que eso, eso no es para ti, por todo lo que has estado viviendo. ¡Y no, amado hermano!, que para eso están los Maestros, que de ello te están hablando. ¡Cuánto te han entregado!

Y mira; la hermana hace un momento te habló de los cuarzos sagrados. Alguno -en algún momento- se preguntó: ¿Cuál de ellos será? ¡Todos hermano! ¡Todos! traen dentro de sí y emanan la gran energía; aquella que tú nuevamente quieres sentir, porque muy dentro, lo que estás empezando a vivir, lo quieres ¡revivir! Eso es lo que tú viviste, lo que hiciste y nosotros de ello también te hablamos. Ahora es el momento. ¡Te lo recordamos!

Y mira que soy tu hermano Leutón, el que viene a hablarte del protón. ¿Acaso no has escuchado que cada vez más -los que se hacen llamar “científicos”- han encontrado? De qué manera y cómo, de ello y con ello, para compartirlo con ustedes. Algunos esto es lo que han querido, mas otros lo están negando, porque así -ya lo hemos dicho- les ha convenido.

¡Pero por ello nosotros aquí estamos!, porque aquél que se ha elegido y que quiere vivir en la verdad; esa verdad de la que cada uno de nosotros te ha venido a hablar de lo que nos corresponde, pero siempre ¡muy importante!, que -para todo eso empezar- el infinito amor, el amor que El nos ha entregado. Ya lo ha dicho la hermana, que tanto de ello te ha hablado; es la llave de todo. ¡Todo en ti abrirá! Y entonces, cuando tú te empieces a iluminar, de ello te vengo a hablar: El protón empezará a accionar, porque en unión con el electrón… ¡Recuerda que te han dicho! “Cambia tus pensamiento. Todo vívelo, piénsalo en amor y sé congruente en todo aquello cuando lo lleves en acción”, porque eso es lo que tú ¡para ti!, primero para ti estarás atrayendo y luego, cada vez más lo estarás compartiendo.

Las auroras boreales; aquellas que ustedes, los que las han escuchando y las han visto y dicen: “Tan singulares, ¡tan espectaculares!” Es el cambio que se está creando, en todo lo que -en su nombre- se está manifestando. Algunos dicen y de ello han hablado: “¡Peligroso es!, porque -lo que están emanando- ¡a ti!, que eres humano, te estará afectando”. Y yo te digo hermano; cuando has vivido años atrás, que algunos -por no decir que a todos- les ha sucedido. ¿Qué es? ¡Recuerda! Ha pasado contigo: Aquél que ha decidido que a pesar de sentir que fondo ha tocado, pero que tu decisión es impulsar, para emerger y vivir en infinito amor y dejar todo lo malo, ahí es amado hermano, ahí es donde ¡para ti nuevamente se empieza a dar el cambio! ¡Es cuando empiezas a vivir realmente! quien tú eres; quien has sido y que volverás a mostrarlo. Y ello también trae dentro de ti, en el cambio dimensional del que has escuchado hablar, también cuenta te darás, cuando estés inmerso en ello. ¡Tan sencillo y tan natural! Y eso, también tu hermano Leutón te lo va a mostrar. No lo olvides; que para ello tu hermano ¡con infinito amor! aquí está.

Y se dará muy fuertemente la ocasión; cuando se dé la gran recepción, en la continuidad en la que ustedes vivirán, porque no será sólo ¡un Chispazo Divino!, sino ¡el Gran Rayo de amor!, que paso se abrirá, abrazando a todos y cada uno de ustedes. Verán cómo y qué, es lo que lograrán en esa gran fecha, de la que ya muchos de ustedes están escuchando hablar.

Y nosotros preparados; para que -llegado el momento- quien haya decidido, quien nos quiera acompañar, porque eso estará precedido de lo que va a empezar en algunos de ustedes; el gran viaje multidimensional. Y no lo digo yo: Esa es la voluntad del “Yo Soy”, que me permitió hablarte de ello -amado hermano- porque mucho tendrá que ver el protón, en lo que en ustedes va a suceder. Se abrirá mucho más, en aquél que se ha querido preparar y entonces nos permitirá a nosotros, con aquél que así lo viva, hablar tal cual, como “El que nos ha creado” nos ha indicado. Y la hermana a través de la que yo te hablo, ¡entonces!, entonces más claramente a ustedes compartirá, de lo que es el Legado.

Que soy Leutón, ¡tu hermano! y todo esto te lo he dicho con infinito amor.



Julio 8, 2015
Aleshia (2).
Porque de Nuestro Padre, que así lo decidió ¡es su voluntad! y de ello he de hablarle a aquél hermano que no se ha detenido y que -en la preparación- tal cual como a mi Padre se lo has dicho, amado hermano, amada hermana: “En ello, para lograr mi purificación ¡yo sigo!”

Y no olvides que El todo lo sabe. Conoce tu corazón. Y yo que aquí estoy, sólo para cumplir su voluntad y contigo hablar de ello cada vez más, aquí estoy.

Quizá ¿por qué no?, con algunos nuevamente será de manera individual, porque así ya lo indicó y sólo estoy esperando el momento, que mi Padre tan amado, así -como de tiempo en tiempo lo ha hecho- me esté indicando, amado hermano.



Julio 8, 2015
Ángel Ráh.
Porque siempre ha sido así. Y en el devenir de los tiempos, como ahora yo -tu hermano- en el “Yo Soy”, ¡porque vengo del Centro!, ¡del Centro Divino!, de todo lo que El -amado humano- tal cual, mira; ya no habrá necesidad de que ¡al escuchar palabra por palabra!, tú empieces a tratar de orientar a tu corazón.

Muchas veces El, ¡El!, el Padre tan amado ¡que a ustedes ha creado!, te hará sentir cómo y de qué manera has de seguir. Y pronto verás por qué así te hablo y todo lo que te digo ¡tan claro será para ti! Pero eso será cuando estés totalmente decidido a soltar. Soltar todo aquello que de ti ha sido tu voluntad quererte atar. Aquello que no te ha permitido seguir adelante y que mira que ya es el momento de que vivas y sientas al Dios Vivo y que así sigas ¡tan vibrante!

Y luego, todavía lo dices: “Pero es que siempre, de lo que nos ha dicho es tan repetitivo”. ¡Pues cómo no lo habría de ser! -amado hermano- si no lo has entendido. Aunque digas que sí; tus actos, en ellos no hay la congruencia de lo que en tu corazón y en tu pensamiento y en ¡cada emoción! de la que tú, a la que te has abrazado. ¡Eso es lo que ha hecho tu paso muchas veces tan lento!

Pero mira; tal cual como mi hermano, como mi hermana… y yo te digo, ¡estás pensando!: “La que yo estoy escuchando hablar. La que está ahí sentada ¡es la misma! ¿Y por qué así, en cambio de voz, a mí me quiere convencer de una verdad?” Mira hermano; de tiempo en tiempo, siempre ha habido quien así ha pensado. ¡Y vuelvo a repetirte!, que la libertad que El te ha entregado eres tú quien decidirá, si vas a permitir que tu corazón sea el que te hable o quieres desechar esa oportunidad y seguir caminando como humano.

Que al final, que es el inicio de ésta travesía en la que tú te has embarcado, ¡todo aquél que lo ha logrado!, como el hermano que vino a hablarte, como la hermana que contigo está ¡y quiere y su deseo fue acompañarte! Mira; ustedes mismos lo han dicho: “No hay peor ciego que el que no quiere ver”. Y si tú te dieras una idea de ¡cuántas veces te has cruzado! con -de aquél que llamas “Padre”- no uno, sino sus enviados, que te han hablado: ¿Te has dado la oportunidad? ¿Les has escuchado? ¡Entonces no digas! “¡Ah, cómo quisiera volver atrás!, al tiempo en el cual mi amado Maestro Jesús, que me trajo esa gran enseñanza”. ¿Y si yo te dijera? de ustedes, los que aquí están ¿cuántos estuvieron presentes? ¿Cuántos la espalda le volvieron y no lo quisieron escuchar?

¡Pero a qué de eso hablar!, sería confundirte más, porque si nosotros te hablamos y en ello insistimos, de lo que es ¡su verdad!, ¡la verdad! que viene de la eternidad, ¡que es única! Tal cual como te lo ha dicho al que llamas “Maestro”: “La verdad de la verdad” y que ¡ha llegado el tiempo! Cada vez más claramente a ti se mostrará. Yo te digo: ¡Ay de aquél, que no quiera escuchar! ¡Ay de aquél, que quiera seguir su camino sin siquiera permitirse voltear!, ¡tratar!, ¡intentar!, ¡darse cuenta! que realmente ¡no es nuestro intento que tú vivas y sientas que nuestras palabras para ti hay una afrenta! ¡Sabes!, que de lo que te estamos hablando es la verdad, a la que tú te has entregado; la que has vivido. ¡Y no!, ¡no te estoy juzgando! ¿Quién sería yo? Si El, ¡el Padre! no lo ha hecho, ¡yo menos, hermano querido! Si ahora estoy aquí contigo y te estoy hablando, es porque de El y de nosotros, es el deseo que ahora, ahora, ¡llegado el momento del Gran Llamado!, todos ustedes estén con nosotros reunidos.

¡No olvides!, que cada vez que lo he repetido y nuevamente te lo digo: Que yo soy ¡Ángel Ráh! ¡Nombre terrenal! Y para aquél que el vivir en su preparación y sentir ¡ya! la Conciencia Crística, vengo a entregarte y de ello hablarte -con infinito amor- ¡de la Cósmica!, porque el momento ya llegó.

Y tal cual como lo dijo el hermano; eso de lo que tanto has escuchado, así es; en esa Gran Alineación, la aleación que vivirá el planeta Tierra, en la gran vibración que llegará, tu hermano Ángel Ráh mostrará y todo aquél que se ha preparado vivirá y en su cuerpo terrenal, que lo sacudirá fuertemente, vehementemente, todo aquello que El te entregará. Y entonces, ¡entonces!, ¡tú! -amado hermano- ¡tú! las puertas abrirás, para entonces entender y escuchar, ahí en tu corazón, cómo lo Conciencia Cósmica -en ti- empezará a vibrar.

Que yo soy ¡Ángel Ráh! ¡Nombre terrenal!, que poco a poco -amado hermano- has estado escuchando, quien realmente te está hablando.

Y dejo en ti la energía viva, que cada vez más y más -en ti- iluminará ese cuerpo, que al dejar de ser de carbón, en silicio ¡al reavivar fuertemente también el protón!, ¡todo lo va a iluminar! en ti.

Que yo soy ¡Ángel Ráh!



Julio 8, 2015
Saint Germain.
Y entonces amados, amados hermanos, en esa gran preparación, nosotros les pedimos que ninguno de ustedes -de verdad- que por la duda sea detenido, porque todo aquello que llegará ¡más y más en ti!, aunque algunos piensen que no lo han sentido. Pero ¿acaso no has escuchado? cuando tu hermano te ha dicho: “¡Mira!, cómo y cuánto has cambiado, para bien.” Y yo te digo; ¡no es cambiar! ¡Es mostrar!, en la verdad de Nuestro Padre, todo aquello que nosotros en su momento también logramos y nos vino a iluminar.

¡Y de ello!, es lo que nosotros queremos compartir. ¡Amados! ¡De verdad! Ardo en deseos ya que no sólo me escuches, sino que tal cual, proscendiendo esa dimensión ¡que tanto te quiso limitar! con nosotros, al vivir esa gran ecuación que pronto para ustedes llegará. ¡Pongan atención! ¡Preparados por favor!, porque aquél que así lo decidió y dijo: “¡Padre, a mis Maestros deseo acompañar!” Ya lo dijimos; cada uno decidió, aunque he de decirles que algunos, ahí, en momentos se han dejado llevar por distracciones.

Por eso te digo amado hermano; ya llegó el gran momento en el cual se dará el Gran Llamado. Y nosotros -al lado de Nuestro Padre- por ustedes esperamos. Ya te adelanté en alguna ocasión y les dije: “Amados ¡bienvenidos! ¡Bienvenidos! con nosotros, que los estamos esperando. Porque créanlo así; en esta gran verbena ¿quiénes y qué sucedió con aquellas hermanas, hermanos? Pues ahora, ahora volverá a ser así. ¡No olviden! Y no pregunto quién de ustedes pudiera decir: “¡Yo quiero! ¡Yo quiero estar ahí!”, porque sé que todos su respuesta sería al unísono: “¡Yo lo quiero!”

Amados, con infinito amor los abrazo. ¿Quién de ustedes que empezará a escuchar del Gran Legado? ¡Porque nos estarán acompañando! en el Gran Proyecto en el cual vamos caminando. Y vuelvo a decirles que en apariencia -muchos así lo están pensando- “nada está sucediendo”. ¡Pues no es así, amado hermano! Preparados. Preparados para lo que nosotros les estaremos mostrando ¡y compartiendo!

Y en lo personal ¡agradecido infinitamente!, porque ustedes nos quieran acompañar. ¡Ustedes serán nuestra fuerza! ¡La gran avanzada de amor! Porque esa es -como ya lo dijo Leutón- su naturaleza ¡divina!, en amor. Amados; vuelvo a repetir: Volverá a mostrarse. ¡La hermana ya lo sabe! Y a ustedes les pido, así como lo han decidido, en ese gran momento ¡abandonarse! y no sólo en ese instante, sino ¡eternamente!, que nosotros -así como los hemos prometido- los estaremos acompañando.

Amados así será. Te lo dice tu hermano ¡Saint Germain! Y empezarán a sentir cada vez más fuerte, amados, porque la preparación para todo lo que va a suceder, que ya lo dije, ¡más se mostrará! Pero lo hará ¡y de verdad!, aquél que desde lo más profundo de su corazón, permita y deje que esa gran semilla del amor, nuevamente aquí en su vibración, alcance ¡el decibel anhelado! Y para ustedes ¡ello será mostrado! Prometido, amado hermano.

¡Y dejo en ustedes mi Llama Violeta!, que los envuelva ¡eternamente! Que en ustedes esté presente, transmutando todo aquello que no quiera permitir ¡que sigan soltando!, para luego vivir ¡todo lo bello! ¡Amados! Ahí está ¡con ustedes!, ¡entre ustedes!, en su interior.

¡Y que la Gran Amatista!, a todos y cada uno de ustedes, al hacer ¡gran expansión!, aunque para algunos no esté a la vista, pero que lo sientan en el corazón, porque así como se les dijo que no sabía, se les mostraría cómo es llegar al momento de la gran figuración. ¿Qué es lo que sigue? ¿Qué viene? Y en esa gran ocasión, pues entonces entenderán lo que les dijo el hermano Leutón.

¡Amados! Que yo soy ¡Saint Germain!

Y vuelvo a insistir: ¡Sigan en preparación!, amados hermanos.



Julio 8, 2015
Aleshia (3).
Porque todo lo que empezará a suceder, para algunos… lo verán, lo sentirán e inclusive lo dirán; será con gran rapidez. Pero mi Padre te dice -amado hermano- no sientas temor, porque -ahí en tu corazón- la respuesta te la doy y “Yo Soy el que Yo Soy”. Es sólo que habías olvidado, que todo lo que El te ha entregado, nuevamente brotará y se mostrará en el exterior.

¡Y no será ningún accidente! Es el tiempo, y sabrás que viene de la Fuente. De Nuestro Padre tan amado.

Y entonces eso, primero a ti te estará ayudando y luego, cuando de todo y en todo su amor estés despertando, sabrás que esa es tu misión; que -a tu hermano- para ese gran despertar también lo estés ayudando; tal cual como lo hace tu hermana, la que te está hablando. Porque -como dice mi padre- ¿cómo podría yo hablarte de su verdad?, de su amor, si no lo estuviese sintiendo -como en éste instante- en esa gran conexión en la cual mi corazón ¡se está desbocando! y mis labios, las palabras ¡de todo lo que te he estado hablando!, es porque realmente mi Padre, ¡Nuestro Padre! -con infinito amor- lo está dictando.

Y sólo nos pide y deja como reflexión; que sea esa la amorosa intención de seguirnos preparando. Porque todo esto que hemos estado escuchando, tiene un propósito divino; el que sepas, recuerdes y sientas, cada uno de ustedes -amado hermano- por qué aquí está y a qué vino. Así como yo, que poco a poco recordando estoy y agradeciendo a mi Padre que me permita ¡hablarte de todo esto!, ¡que es tan grande!, que ha querido entregarme, pero que no es mío y viene de El, que viene de El.

Amado hermano, que así sea lo que también vivas y entonces, entonces podremos ver -tú en mí y yo en ti- su rostro tan amado. Su rostro divino, amado hermano.

Gracias por estar aquí. Gracias por acompañar. Gracias porque es tu deseo y lo sentiste en tu corazón, nuevamente escuchar. Y espero que sientas como yo, que todo esto que cada uno de nuestro Maestros nos quiso entregar, nos ayude a seguir adelante ¡para ir despertando! Que ya nos han dicho: “Eres nuestro amado hermano. ¡Gran Atlante! ¡Hermano mutante!”

Gracias. Gracias por acompañarnos. Y a seguirnos preparando; amados hermanos.

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