5 de julio de 2015

Canalización del 1° de Julio de 2015

Julio 1°, 2015
Ketta.
… y nos hace sentir ese amor tan grande, que nos entrega y nos dice: “¿Quién? ¿Quién te creó? No olvides -amado hijo- que “Yo Soy el que Yo Soy” y que en el momento en que hice ¡esa gran expansión!, quise crear el Todo, que viene de la Nada. De ahí es donde tú, mi simiente ¡tan adorada! perteneces”. Ahora, aquí, eso es lo que nos piden que recuerdes, que recordemos; que todo lo tenemos ¡de Él! de Nuestro Padre tan amado.

Y podemos decir: “Sí; de eso me han hablado, lo he escuchado y estoy de acuerdo”. Pero ¿qué tanto hermano? ¿Qué tanto hemos reflexionado en lo más profundo de nuestro corazón?, como para poder definitivamente caminar en la libertad que Él, Nuestro Padre nos entregó. Y no lo hemos hecho; no lo hacemos. Siempre, siempre -en nuestro día con día- nos entregamos a esa ilusión, que nosotros mismos creamos y todo lo que hemos vivido, lo que tan insistentemente nos decimos, compartimos lo que he sufrido. Nuestro Padre nos dice: “¡Ya no hables de ello!”

Recuerda que ahora ¡y siempre ha sido así!, pero ahora con más fuerza. Todo lo que tú sientas, lo que hables, realmente todas esas emociones ¡en esa congruencia!, que eso es lo que estaremos y estamos co-creando -amados hermanos- en la Ley de Atracción. Con toda ésta vibración, cada vez con más fuerza nos envuelve, nos llega; que nuestro templo -nuestro cuerpo- hay días, hay momentos en que tanto lo sacude, lo estremece. ¡Hay que agradecerle a Nuestro Padre! que lo estamos viviendo, que lo estamos sintiendo y en ese intento de despertar de la Conciencia, porque ¿cuántos hermanos -ya que así Nuestro Padre fue su promesa y lo está cumpliendo- lo han estado sintiendo? ¡Y no saben! Ni siquiera se imaginan ¡qué es lo que en ellos está sucediendo! Simplemente nos decimos: “Me siento, estoy enfermo. ¡No sé qué me está sucediendo!” Cada día, inclusive el insomnio que a muchos hermanos ¡y más actualmente!, les domina, es parte de ese proceso.

Nuestros amados Maestros nos han dicho y -recuerden- la ultima vez así, así lo dijo nuestro amado Maestro Saint Germain: “Han de perdonar amados hermanos, que aún cuando ustedes se abandonan a su descanso -de momento- si han estado escuchando; ¡despierta! y de momento ¡no sabes qué te sucede! y te despiertas sobresaltado: “¿Qué me pasa?”… y te cuesta trabajo volver a dormir”. Como él nos dijo: “Es una oportunidad; es una ¡necesidad en tu cuerpo! Si nosotros lo hacemos es para que tú -en ese instante- amado hermano, te entregues a -no lo dicen “como oración”- sino ¡a decretar! ¡A hacer esa conexión con Nuestro Padre tan amado! Sentir, aceptar y saber que realmente es una buena oportunidad, en ese silencio que te envuelve, aunque sabes y sientes, que solo no estás”.

Mas en ese momento, sientes cómo -exactamente el sonido del silencio- te lleva, te envuelve, te hace sentir y revivir como cuando estabas -amado hermano- ahí, en el infinito, en el Cosmos; sintiendo y sabiendo que realmente eres parte de esa esencia que es Nuestro Padre. Que eres esa chispa divina, que ahora nos está pidiendo que ilumine todo tu entorno, ¡pero primero en tu interior! Que permites y dejes que todo eso ¡más y más en ti lo reaviva! Y entonces… inicie el recuerdo y el gran despertar; ¡ese del que tanto hemos escuchado hablar!, pero que ahora, en éste intento de venir y sentir cómo cada palabra, no sólo uno de nuestros Maestros, sino todos aquellos que con esa infinita Luz que traen y que nos envuelve y que nos hacen sentir en esa vibración, esa energía tan maravillosa que emanan, que nos envían. Porque siéntanlo, créanlo, vívanlo así; es verdad.

Nuestro Padre ya lo ha dicho; éste lugar, ¡éste lugar!, no es casualidad que aquí ahora -con ustedes- su hermana se vuelva a encontrar. Cada uno de nosotros tiene una misión muy especialque ahora ¡nos han insistido tanto!: “Y el momento llegará en el cual tú harás lo que -en el Plano Divino- “Aquél que nos creó” ¡para ti! ya lo tiene, ¡ya está aquí! Aquí, en el plano terrenal”.

Nuestro amado Maestro nos dijo, tanto también, les hemos insistido: “Tú empezarás a recordar por qué y para qué aquí estás”. Mi amado Ángel Ráh complementó ¡y tiene toda la razón!, no solamente “por qué aquí estas”, “a qué viniste”, “por qué estás”, sino también “¡lo que harás!” Porque -amado hermano- si tú estás empezando a sentir nuevamente y estás permitiendo que en ti vuelva a resurgir lo que eres; ¡parte de esa gran simiente!, en lo verdadero, en el amor infinito de Nuestro Padre.

En el “Yo Soy” nos lo dijo: “Antes de que tú partas y te separes, donde vas -en esa travesía amorosa- no olvides que el “Yo Soy” contigo está. Que nunca, nunca te he de abandonar. Quizás seas tú -amado hijo- porque el velo del olvido, cuando tú llegues a ese lugar, contigo estará. Mas mi promesa es que -para que vuelvas conmigo- estando ahí caminando, compartiendo con tu hermano, permitas y me escuches, para que llegado ese momento sagrado, por ustedes ¡tan anhelado!, llegue a ti el recuerdo total de quién eres ¡mi hijo tan amado!, porque a mí has de volver”.

¡Con todos y cada uno de nosotros así va a suceder! Pero ¿saben hermanos?, la decisión está en cada uno, en cada uno de nosotros; de qué manera, cuándo, cómo. Ya lo hemos comentado: ¿Quieres hacerlo caminando paso a paso? o ¿quieres ir cada vez más acelerando? Pero sintiendo, viviendo, compartiendo, todo aquello que Nuestro Padre -porque déjame decirte- que cuanto más y más avances, más y más estarás recibiendo, no porque Nuestro Padre, todo su amor y su energía nos la tace. ¡No! Sino porque nosotros -al estar aquí- al permitir desear cada vez más fuerte esa preparación, ¡esa liberación! de todo lo mundano, de todo lo terrenal, que es una ilusión que se está resquebrajando; que cada vez más y más está terminando. Pero primero lo tenemos que hacer dentro de nosotros, cada uno.

Es un trabajo ¡tan maravilloso!, el más fuerte, ¡el que pudiera tornarse más difícil! Y así ha sido, así ha sucedido, porque cada uno de nosotros -cuando vienen y nos hablan con la verdad- nos sentimos agredidos. ¡No nos gusta!, que nos digan, ni nos hablen con claridad. ¡No nos parece!, que nuestros Maestros -con ese infinito amor- nos digan: “En esto es en lo que te has equivocado y yo te pido y te insisto -amado hermano- que todo lo corrijas” ¡Y sigues errando!

¿Por qué no mejor no permitimos seguir desgastando esa energía? y escuchar con atención ¡y sentir en nuestro corazón esa verdad! Que no es la intención quererte afectar, pero si tú sientes e insistes en que te lastima, es porque -amado hermano- todavía no has dejado de ser humano. Cuando se es humano, permites que todas esas emociones te dominen. Cuando se es humano, dices: “¡Es que sigo aquí y tengo que vivir!”

¡Es verdad!, pero Nuestro Padre nos ha traído ¡ésta gran oportunidad!, en este día que ya inició y en él cada uno de nosotros caminando está. Hablo del “Día Galáctico” del que ¡tanto hemos oído hablar!, el que ha iniciado -amado hermano- y que consta de 25,000 años. ¿Quieres tú, todavía -en todo ese tiempo- llegar lentamente, paso a paso, ésta travesía? ¡Yo sé que no! ¡Yo sé que quieres ser parte de esa gran avanzada que Nuestro Padre, nuestros Maestros nos han insistido!

Que por eso, por eso -tan directamente- cada uno de ellos nos habla con esa sabiduría, con ese amor. Y si tú lo sientes ¡hasta lo más profundo de tu corazón!, es porque ahí, ¡ahí te está hablando! esa partícula Divina. Que el gran trabajo que nosotros tenemos que hacer, es ¡permitir que cada vez más y más fluya, hasta que haga total expansión! Y entonces, entonces, nosotros nos permitiremos ¡tal cual como nos ha dicho Nuestro Padre!

Alguien -una hermana- me envió un pensamiento ¡y me gustaron mucho unas palabras! que un sacerdote las dijo: “Hermano; si es tu intención seguir adelante, liberarte; tienes que poner de tu parte, porque Nuestro Padre ¡siempre está con nosotros!, ¡siempre está contigo! El pone “casi todo” y tú -lo único que necesitas- es poner “casi nada”; pero si tú no pones ese “casi nada”, El no pone ese “casi todo”, pero no porque no quiera, sino porque -dentro de ese inmenso amor que nos dio- nos dijo: “Respetaré la libertad del libre albedrio”, que también nos entregó”.

Y eso es lo que nosotros siempre ponemos como escudo: “Yo sé lo que hago”. “Yo soy quien decido que hacer con mi vida”. ¡Siempre el Yo, hermanos! El Yo. ¡El ego tan humano! Si nos permitiríamos -un instante siquiera- dialogar; algunos le llaman “el alma”, pero esa Parte Divina que a cada uno de nosotros ¡siempre nos acompaña!, pero que no hemos permitido que se acerque, ¡y qué digo que se acerque!, ¡que ya se una, para que estemos completos! y poder vivir entonces y caminar despiertos y totalmente abiertos; tal cual como Nuestro Padre nos creó. Si lo hiciéramos… algunos -debo reconocerlo y lo hago con infinito amor- ya han manifestado esos Chispazos Divinos del amor de Nuestro Padre y están empezando a permitir que esa promesa de la que tanto se nos ha hablado, aquí nuevamente y entre ustedes -amados hermanos- se empiece a vivir.

Eso es lo que -a la hermana que les habla- la motiva tanto, ¡la fortalece! Ahí es donde ella -tu hermana Enriqueta- entiende. ¡Padre, gracias! Sí, porque le agradezco con infinito amor, que todo eso que nos han venido compartiendo, lo que nos han venido hablando. Es una verdad tan grande que se ha estado manifestando y que sé que seguirá así. ¡Qué importa lo que a través de hemos estado pasando!, es parte de ésta travesía. Lo que verdaderamente también tiene valor, es que -a pesar de todo ello- aquí seguimos; aquí estamos, con el deseo infinito de seguir adelante.

Que ya nos ha dicho Nuestro Padre y nuestros amados Maestros. Y aquí estoy. Me entrego, a pesar de que haya momentos que -cuando estamos aquí- no sean cientos. ¿Cuántos hermanos? -como ahora que me están acompañando- que así como yo, están escuchando lo que nace del corazón. Esa gran inspiración que no necesita una preparación que se anteponga, tal cual como se hace en éste plano terrenal, porque lo único que hace tu hermana es venir aquí y pararse y permitir y agradecer y sentir el amor infinito de mi Padre. Y todo llega… y es directo.

Y en ésta entrega, lo comparto, ¡porque así lo siento!, con todo mi corazón, porque no tengo otra forma de pagarle a mi Padre ¡todo lo que me da! Todo lo que me ha permitido vivir y que sé que aún falta, porque -tal cual como me lo ha dicho y es mi deseo- compartir con todo aquél que desee escuchar, que quiera sentir. ¡No pido nada más!, que el tiempo que me permita seguir aquí, sea así; porque todo lo que me ha dado y aún más, lo que me ha prometido ¡y que sé que será cumplido! y le digo: “¡Padre!, que no sea sólo para mí, sino también para estos hermanos que están aquí; que están escuchando; que desean también seguir y en ésta preparación llegar hasta ti”, porque ese es el propósito que cada uno de nosotros tenemos, deseamos hacer y lograr con infinito amor.

¡Y fácil es!, porque -cuando tú te dejas llevar- te abandonas a escuchar esa voz que desde lo más profundo, desde tu interior, te empieza a hablar y sabes que viene del “Yo Soy” yY está, vive dentro de cada uno de nosotros. Recuerden lo que se nos han dicho: “¡Es el tiempo hermano! ¡Lo empezarás a vivir! El Dios Vivo ¡dentro de ti!” Y aquél que lo ha sentido y lo ha creído, será fuertemente sacudido por esa gran energía; por esa vibración que Nuestro Padre está enviando.

Tú puedes pensar que solamente son palabras de tu hermana ¡y no son dichas al azar!, porque ahora más que nunca -amado hermano- tú lo verás. Pero mi deseo es que no sea así; que no sólo lo veas; que también lo sientas, ¡lo compartas!, ¡lo vivas! Y así, con esa certeza, sintiendo cómo en tu pecho, todo éste amor que tú pensabas que ¿de dónde está llegando? No lo concebía; el amor incondicional, ¡el amor infinito que Nuestro Padre nos entrega!, que siempre -eternamente- nos da.

Sentirás; ¡sé que está empezando a suceder en muchos de ustedes! y ahí es donde van a comprender por qué, todo esto que tu hermana te dice. El deseo es compartirlo, cuando más lo sientes, es necesario hacerlo, porque cada vez es más fuerte; ¡no te cabe en el pecho! Ahí es donde se comprende, cuando escuchas lo de “la expansión total”. Y es verdad; ¡llegará un instante!, un momento, en que sabrás que -eso que escuchaste- lo estás sintiendo y entendiendo en su totalidad, porque el cuerpo que estás ocupando; el templo que en éste instante contigo está y te está acompañando para poder caminar en ésta densidad, se siente -cada vez- que no puede soportar tanto amor y tiene que hacer esa expansión.

Ahí es donde empezamos a caminar y entender, cuando nos han dicho esos grandes Seres de Luz: “Será un momento hermano, que tú vivirás -tal cual como nosotros que te hablamos- que no es necesario ocupar un cuerpo, ¡porque ese cuerpo te está limitando! Te está limitando a que tú compartas, a que vivas, a que muestres lo ilimitado, porque así -por Nuestro Padre- fuiste, has sido creado.

Y ahora, aquí -en éste plano terrenal- se nos ha dicho que viviríamos ¡y estamos viviendo un cambio!, que para todos y cada uno de nosotros es muy trascendental, pero de verdad hermano, que así lo sientas; que lo reconozcas; que lo adviertas; que lo vivas; porque después de todo esto, tantos eventos que se están viviendo; cambios en el Cosmos que ustedes han escuchado, que ha de años que no habían sucedido ¡y están sucediendo! Ahí es donde tú debes entender y recordar todas las palabras que nuestros Maestros, Nuestro Padre, de lo que nos han querido hablar y nos insiste: “Yo te voy a guiar”.

Si se dijo que éste era el final de los tiempos. ¡Sí!, del tiempo que se vivió en tal oscuridad, el ciclo que terminó. Mas, también se habló que otro habría de iniciar, lo cual -amados hermanos- poco se nos compartió, porque era mejor, era preferible a quienes así le convenía de esto no hablar, infundiendo -como ha sucedido aún hoy día- el temor. El temor en aquellos hermanos que la voz de Nuestro Padre y la verdad de la cual nos ha hablado, no hemos o no han querido escuchar.



Julio 1°, 2015
Aleshia (1).
Pero nosotros aquí estamos, en éste intento glorioso, tal cual como -desde nuestro interior- cuando nos habla y nos dice: “Todo esto, es con infinito amor. Es para que tú -amado hermano- ¡porque es tu momento!, vivas ya ésta evolución.

Muy importante es, que de los que estamos aquí, no vuelva a suceder que nos quedemos a un paso; a un paso de a Nuestro Padre volver. Amado hermano; siéntelo así. Vívelo dentro de ti, ¡muy dentro! Y no te preguntes: “¿Qué es lo que tengo que hacer? Simplemente dile a Nuestro Padre: “Aquí estoy. Deseo acudir al llamado ¡y vivir! y seguir escuchando la enseñanza del “Yo Soy”, Padre mío, porque es mi deseo volver nuevamente a ti”. Ese momento tan ansiado, en la preparación, en cada uno de nosotros ya ha hecho y que sabemos que estamos necesitando.

No tengas duda que se te indicará; lo sentirás, porque todo, todo lo que Nuestro Padre te entrega, al empezar a abrir, no sólo empiezas a sentir ese infinito amor, ¡el verdadero!, el que no pide nada a cambio y que cuando lo sientes dices: “Hermano; ¡te lo entrego porque viene de mi Padre!, porque lo estoy sintiendo, porque en esa conexión tan grande, en mí todo está renaciendo; también la sabiduría; la intuición”.

Todo esto -amado hermano- que es tuyo, que lo viviste un día tan fuertemente, tan infinitamente, pero en el letargo en el que has estado viviendo, en tu cuerpo lo adormeció. Mas ahora, por ello y para ello aquí estoy; para acompañarte, para recordarte de qué estás hecho: De la gran energía divina. Aquella que al llegar aquí en toda su pureza la vivías; a lo que nada lo contamina. Porque ¡no importa lo que hayas pensado! ¡No importa lo que tú hayas hecho! ¡No importa nada hermano! Para Nuestro Padre y para nosotros eres un ángel que aquí está y que -a fuerza de no recordar- te has sentido ¡tan maltrecho!

Mas yo te digo que El -Nuestro Padre- ¡nunca te ha dejado de amar! Que eres aquél hijo al que tanto ha extrañado y que nos dice: “Es mi deseo, que -al recordar- vuelva a mí, porque aún está aquí -a donde pertenece- su lugar”. ¡Sí, amado hermano! Nada ni nadie ¡eso te lo hemos dicho insistentemente! ocupará tu lugar. Eres tú y sólo tú, ¡tan especial! que al volver ahí, con Nuestro Padre tan amado, entonces, como nos ha dicho: “Cuando eso suceda ¡en ti!, porque “Yo Soy el que Yo Soy”, todo se estará completando tal cual como estaba, como era antes de la creación; cuando mi hijo, aquél que ya ¡todo lo venció!, ¡aún estando aquí! en el plano terrenal; mostrará ¡porque lo haré a través de él!, todo lo que realmente es”.

Y yo -tu hermana que te habla- tu hermana Aleshia, que con infinito amor ¡a ti nuevamente regresa! Mira; ¿cuánto tiempo, de tu tiempo lineal me has podido escuchar? Mas mi deseo es que lo vuelvas a hacer, pero ya en el plano multidimensional. ¡Ahí!, donde todo es y se muestra como realmente -en la Esencia Divina- eternamente es ¡y nunca dejará de ser! Ahí es donde deseo seguir compartiendo contigo, donde nuestros amados Maestros, también, ¡es lo que están pidiendo!

Y no te preguntes: “¿Qué es?, entonces ¡dime qué tengo que hacer!” Que cuando sea tu momento -tal cual como está sucediendo- mi Padre te lo estará diciendo. Y -si es necesario- a tu hermana ¡hasta ti! la estará llevando para estarte compartiendo, como ha sucedido con algunos de los que escuchando están. No tengas duda, que así será. El momento ¡dispuesto está!, más tu decisión es que suceda ya… o alargarlo una vez más.

Y te has de preguntar: “¿Cómo podría yo desear que -nuevamente posponer- una cita -no con el destino- ¡sino ya para vivir y saber! lo que será de mí, de acuerdo al Plan Divino?” Pero ha sucedido en tus acciones, en tus emociones y en tus sentimientos, amado hermano. En ocasiones ¡no ha habido la congruencia! que nuestros amados Maestros y Nuestro Padre te han pedido. Mas no te lamentes de ello; ¡está en el pasado! Ahora aquí estás ¡nuevamente escuchando! Y también yo te digo: Estás viviendo el aquí, el ahora, el presente ¡que es eterno! El tiempo tan mencionado y que tú verás cómo es real: ¡El tiempo del no-tiempo!

Como ha habido momentos en los cuales -en algunos de ustedes- sus vivencias, recuerdos -así los han llamado- se han empalmado. Y cuando has reaccionado te has preguntado: Qué me está sucediendo? ¿Por qué esos recuerdos? o ¿por qué visiones de lugares y cosas en las cuales ¡tú dices! que nunca has estado. Pero yo te digo, todo hasta ti está llegando ¡tal cual como Nuestro Padre ya lo tiene dispuesto!, como ya está programado, porque es totalmente para ustedes necesario, en la fuerza de la diversidad, cuando tú empiezas a sentir ¡y contigo mismo empiezas a hablar! de una manera tan coloquial, ¡tal cual como lo has hecho con Nuestro Padre!, porque así ha sido, aunque tú digas que lo has hecho en soledad.

Todo esto -Nuestro Padre y nosotros- hemos estado, lo hemos escuchado. ¿Pero sabes por qué hermano? Porque es nuestro deseo que en el instante en el cual puedas lograr, ¡aunque sea fugaz!, la conexión ¡total! En ese instante Nuestro Padre -en ti- hace ¡tal acción!, para que luego -al seguir aquí tu caminar- eso te ayude ¡cada vez más! Primero inconscientemente, luego ¡tan conscientemente! -amado hermano- que en muchos de ustedes ha llegado el momento en que es ¡tan vehemente! el escuchar, el saber, el recordar y el desear purificar; sacar desde dentro de ti aquello que sabes que no ha permitido que -en éste despertar- sientas ya fuertemente al Dios Vivo; Nuestro Padre.

Ahí es donde también se está cumpliendo la promesa de nuestro amado Maestro Sananda: “Cuando tú empieces a vivir en esa pureza, entonces, entonces, la Guía Divina, la inspiración de la mano con el infinito amor y en una sabiduría total, seguirás tu camino y lograr tu total evolución”.

Nuestro Padre -de tiempo en tiempo- nos envía; nos pide hablar con ustedes, ¡no para ser una guía!, sino para que tú -al escuchar también- y sentir hasta lo más profundo de tu corazón, todo lo que -como en éste instante tu hermana que te habla- vivió, empieces a recordar; a recordar quién tú eres realmente. De qué estás hecho. Y que -por principio de cuentas- nuevamente a ti mismo te vuelvas a amar amado hermano; porque al hacerlo, todo, ¡todo te vas a perdonar! ¡Porque eres tú el que insiste en quererte juzgar! -y pensar que es Nuestro Padre, Él- que ¿cómo es posible? ¿Con qué derecho? ¡Cómo podría yo escuchar? ¿Por qué a mí me va a hablar? Si lo que he vivido, lo que he hecho, no me permite, ¡no tengo derecho!, de que Él -en mí- se muestre, que me hable.

No, amado hermano. Ese es el peor de los errores que has cometido como humano; el pensar, el quererte tan fuertemente juzgar; que no eres digno de a Nuestro Padre escuchar, porque no es así. Porque El, siempre ha sido su deseo, ¡te ha estado insistiendo!, de en tu día con día, a cada paso, a cada instante, no sólo quererte hablar, ¡sino guiarte! y mostrarte todo ese amor que te da. Permítele ya.

Mira; yo te pido como hoy, como aquí, ¡tan sólo por un instante!, ¡así!… Déjate llevar. Permítete sentir cómo todo su amor fluye, se manifiesta en ti. ¡Deja que te abrace!

Que éste instante sea para ti, la eternidad con Nuestro Padre.



Julio 1°, 2015
Padre.
Y entonces, así amado hijo, ¡eternamente me sentirás en ti!, porque “Yo Soy” que al hablarte te dijo: “Mira; ¡tan amado eres por mí! ¡Eres mi hijo! y todo de mí te entrego. Mas hoy que estás aquí, ¡aparta de ti todo aquello! que no quiere permitir que el “Yo Soy” -porque “Yo Soy” que hablándote estoy- muestre desde lo más profundo, ¡ahí en tu interior!, que siempre he estado.

¡Escúchame!, tal vez ahora como un murmullo, pero que mi voz se ha de alzar ¡nuevamente!, porque desde la eternidad ¡para ti, que eres mi simiente!, aquí, aquí nuevamente volveré a mostrar que “Yo Soy el que Yo Soy”, amado hijo y que eternamente te abrazo con amor.



Julio 1°, 2015
Aleshia (2).
Y tal vez, tú -amado hermano- esto que has escuchado no lo pudieras creer; mas, tu corazón ¡que aún late como humano!, pero que muy dentro, sabe y te dice que -quien te habló- es y ha sido, quien eternamente ¡todo lo creó!

Que mira, que aún pensando que todo ello -en ti- pudiera estar ausente, ahora, en el tiempo ¡éste que ahora para ustedes ya empezó!, todo esto vuelve a ser como siempre ha sido y lo volverás a vivir cuando ¡todo lo logres vencer!

Mira hermano, que así siempre ha sido. Que de tiempo en tiempo -tu hermana- de lo que te ha hablado, ¡permite que en ti lo que ha renacido! ya deje atrás lo vivido, ¡lo que ha sufrido!, porque al dejar de caminar ¡oh hermana humanidad! con estas emociones que te han querido esclavizar, entonces, ¡entonces!, nuevamente en ti se mostrará ¡la divinidad!

Lo que mi Padre te dice: “¡Es el momento ya! que sea tu despertar. Hazlo en infinito amor y en total libertad”. Que aquellos que lo han logrado -y que de ello te han hablado- ahora deseamos compartir contigo ¡todo lo vivido!, pero aquí, en el paraíso prometido. Cuando tú logres cruzar éste plano dimensional, mucho de esto que te digo lo entenderás, lo recordarás.

Sólo te pedimos: ¡Toma nuestras manos! Que todo esto que te hablamos lo sientas en tu corazón, porque -en ti- ¡lo que se está activando!, eso que estás necesitando, para que en el Gran Despertar ¡y lo harás en su totalidad!, mas nuestro deseo es ¡que sea ya!, en ésta Era gloriosa que acaba de iniciar, en la que ¡tú caminando estás! amado hermano. ¡Pero que sea despierto totalmente!, entendiendo y escuchando, porque ya lo ha dicho Nuestro Padre: “Serás tú y sólo tú el que aquí nos irá ayudando”. ¡Tal cual como algunos ya empezaron! y otros ¡no tengan duda de ello!, ¡lo harán! ¡Claro que así será!, porque por ello escuchando aquí estás, amado hermano.

¡Y qué importa que estés pensando! “¿A pesar de ello?, ¿lo que he hecho? Hay acciones que las he llevado a cabo dejándome llevar por las razones”. Amado hermano, ¡por eso!, por eso nuestros Maestros te dicen: “Es un continuo -en la preparación- seguir y hacer y mostrar todo lo que Nuestro Padre a ti te entregó”. Y así lo hará. ¡Claro que sí!

Tu hermana de ello hablándote está, porque toda la energía que por ustedes está siendo recibida, Nuestro Padre -con infinito amor- nos dice: “Esto se comparte, porque no tiene fin”. Que en el principio del Todo, al ser creado ¡y que fue hecho a su modo!, por ti, en ti y para ti hermano, también -al empezar a hacerlo- recordarás y si tú quieres decir, podrás aprender a nivelar, equilibrar, todo lo que Nuestro Padre en ti, fue su deseo depositar, amado hermano.

Porque, tal cual como El lo dijo: “Que será a mi voluntad, que no a capricho”. Y si El te dice amado hermano: “Empieza a mostrar (Gissell), mas yo te pido que sea en total tranquilidad”. Todo en ti, ¡todo!, luego de la sacudida, empezará a equilibrar. Porque ¡mira! Tú verás que así será.

Te lo dice tu hermana; tu hermana Aleshia que contigo está.



Julio 1°, 2015
Ángel Ráh.
Y entonces; cuando la energía a ti llega y es ¡tan directa!

Mira hermano, por eso se te ha dicho que lo que está dentro de ti, eso se proyecta ¡y necesario es!, que tú mismo -como un buen juez- al reflexionar y ver ¡a profundidad!, qué es lo que necesitas soltar, ¡qué es lo que te ha de faltar!, pero también ¡qué es lo que tanto has de necesitar!, porque de acuerdo a ello, que mira -al equilibrar- ¡ahí es donde empezarás a vivir todo lo bello! ¡Aquello de lo que se te vino a hablar!

Y es la verdad; que algunos a vivirla y sentirla ¡han empezado ya! Y a fuerza de tanto escuchar -amados hermanos- toda la energía que les compartimos, ¡que les entregamos!, que mira, que de donde vengo -ya te lo he dicho- ¡vengo del centro!, ¡del centro mismo del Todo!, que en ti ¡aquí! al recibir, mucho en tu ayuda -si tú te permites sentir- para tu evolución lograr, te ayudará también lo que te comparta ¡Ángel Ráh!

Aquellos que ha sido su deseo quererme escuchar y que -a fuerza de hacerlo- algunos ¿por qué no decirlo?, se han preferido alejar, ¡pensando que ya todo lo han recibido!, ¡que ya todo lo tienen y que en ellos está la verdad! Yo te digo amado hermano: ¡No te vuelvas a equivocar!, porque si sigues aquí caminando como humano, tienes todavía esa fragilidad ¡y vuelves a errar! ¡Permites que el ego, aquél que domina!, en ti, ¡en ti se presente y te engañe tanto!, aún más. Por eso es importante, que ¡insistentemente! en la preparación, sientas tu corazón tan vibrante y recibas de “Aquél que todo lo creó” su guía. Que permitas. ¡Que escuches su voz!

Mucho se ha dicho y ahora yo te insisto; que ¡sí!, si tú has mostrado; si dones se te ha entregado, en ti están y tu deseo es compartir -amado hermano- permíteme recordarte que también ¡tú!, tu preparación tengas que seguir, ¡porque es un continuo! Algo que no termina, ¡que es eterno, como El!, que ¡a ti te creó! La verdad, ¡la verdad infinita en El está! Y tal cual ésta hermana a través de la cual yo te hablo, te ha insistido y te dice: ¡No quieras esto olvidar!, porque así como nos ha entregado el infinito amor y tú te has permitido escuchar y mostrar ese don. ¡Hazlo con humildad!

¡Muy importante, amado hermano!, porque si no lo haces, entonces, ¡entonces!, si tu deseo es seguir caminando como humano, ¡tú mismo te estás negando lograr tu liberación! Que luego no quieras ¡como siempre lo han hecho! reclamarle y cuestionarle: “¡Por qué! ¡Con qué derecho! Si ya me entregaste ahora, esto que estoy viviendo”. Recuerda. ¡Recuerda amado hermano!, que -en la Ley de Atracción- ¡eres tú! el que -lo que esté viviendo- lo atrajo, al no tener congruencia de lo que te dice tu corazón y lo que llevas a la acción.

¡Muy importante es! Y aunque digas que estas palabras son repetitivas, ¿no te has preguntado?, ¿por qué de esto tan insistentemente te hemos hablado? Porque aquí sigues caminando como humano. ¡Esa es la respuesta! Cuando en ti -de verdad- se muestre la total congruencia de lo que te dicte tu corazón, ¡ahí donde te habla “Aquél que te creó”!, con tus sentimientos y tu acción, entonces, ¡entonces! amado hermano, así, sin palabras, inmediatamente tú estarás mostrando ¡el Dios Vivo! que en ti, ¡en ti! -para tu hermano- vas a compartir.

Y nosotros que ahora -a través de tu hermana- te hablamos, contigo estaremos caminando ¡más fuertemente! Nos verás, ¡así como tú compartes con tu hermano! ¡Esa es una promesa que se estará cumpliendo! y déjame decirte que en algunos, ¡algunos!, ya lo están viviendo.

¡Y no te estoy mintiendo! Pero son cosas que si te los estuvieran compartiendo, no lo estuvieras creyendo. Pero para ti, que sea más importante quererlo vivir, sentirlo, guardarlo, compartirlo, con el que llamas “Padre”, el Creador de todo, que es ¡omnipresente!, ¡omnisciente!, ¡omnipotente! Ahí entenderás todas estas palabras ¡y vibrarás! al unísono con nosotros; con tu hermano Ángel Ráh. Que mira, que toda esa energía, realmente con toda su fuerza y en su totalidad, deseo compartir con ustedes.

Y no te preguntes si podrás, ¡porque lo harás! Pero nuestro deseo, ¡mi deseo!, es que sea ¡ya! Y no te preguntes qué sucederá. ¡Oh humanidad! ¿Cuándo realmente -al escuchar todo esto- entenderán? ¡cuanto los amamos! ¡Por eso aquí estamos! Pero mira y así ha sucedido; cuando has escuchado, cuando has leído, cuando has hablado contigo y te has dicho: ¿Quién podrá esto vivirlo? ¡Cómo me gustaría! Y cuando estás -como en éste instante- no lo crees, te niegas y lo que es peor, ¡ya no quieres volver a escuchar!, pero es tu decisión amado hermano. Es tu decisión.

¿Por qué no como hoy?, como aquí, permitas que sea tu corazón el que te hable, el que te diga realmente que todo esto no es parte de lo que estás viviendo, de ésta ilusión. Que te estás permitiendo regalarte estos momento, no sólo con el Padre, con “Aquél que te creó”, sino con todos tus hermanos, que ya han dejado de ser humanos. Aquellos que muestran toda esa Luz ¡que también en ti está!

¡Ah! ¡Cómo quisiera mostrarte ya! lo que realmente eres. Todo lo que tienes; ¡esa gran luminosidad! Por eso también, está el hermano que te habla del protón. Y dices: “Si mi cuerpo está hecho -porque me lo han dicho- ¿qué tanto por ciento de agua? ¿y electricidad? Mira; en la Consciencia Crítica, esas palabras que aplicas, cuando la esencia -al llegar aquí- y vuelve y desea unirse a la esencia, a todo “Aquél que lo creó”, es cuando tiene esos visos y ésta luminística. ¡Eso es lo que tú eres!

Y te hablo de cuadrantes. Cuando vas liberando. Cuando todo lo de éste plano terrenal lo vas soltando y en lo que vas avanzando ¿no te das cuenta cómo te vas iluminando? Que acaso aquél que lo ha ido logrando, yo te pregunto hermano, hermana: ¿No te han dicho qué es lo que has hecho?, porque en apariencia eres el mismo, pero ¡algo en ti has ido cambiando!, que te ven diferente. Y eso ¡es sólo el principio!

La promesa de El, ¡del Padre tan amado!, es que cuando vuelvas y estés en su presencia, ¡estarás iluminado!, porque esa chispa divina, cada vez más y más, así como te han dicho; que tu cuerpo, tu templo, al ir transmutando y estarás cristalizado, pues no te han mentido hermano, porque así es como siempre ha sido y volverás a ese estado ¡tan natural!, para estar ¡no sólo con El!, también con nosotros, en la eternidad.

No olvides; porque también lo has leído, has escuchado que en éste cambio, del carbón al silicio irías transmutando. Pues yo te digo: Será ¡mucho más! Mucho más. Eso siempre y cuando ¡tú! te lo estés permitiendo y sea tu deseo ¡que no solamente seguirnos escuchando!, porque así como te hemos ido mostrando; pausado, ahora el paso será acelerado.

¡No olvides esto que te digo hermano!, que la Conciencia Cósmica ya se te empezará a hablar. Mas yo, ¡Ángel Ráh! te lo voy a mostrar. ¡Esa es mi promesa! y en ti se cumplirá.

Y ahora te dejo mi energía ¡más que sutil!, porque con estos cambios ¡y lo que viene! y se esta anclando en ti; es ¡la Energía Divina! de “Aquél”, de “Aquél que todo lo puede”. Y yo te entrego también, lo que -al crearse éste mundo terrenal- dio paso para que se existiera la hermana humanidad.

Que yo soy ¡Ángel Ráh!


Julio 1°, 2015
Aleshia (3).
Y en la preparación, porque todo lo que ha estado llegando de Alción ha sido ¡tan fuerte!, amado hermano y aún más, ¡aún más!, que para ustedes está preparado.

Mira, quizá pudieras pensar que han sido ¡tantas cosas! y que a ti ¿en qué? -al vivirlas o al verlas- ¡que no sentirlas!, ¿qué pudiera cambiar? ¡No, amado hermano! No pienses que -porque en apariencia no has sentido- no te han movido, no las has recibido. Porque precisamente, el deseo de Nuestro Padre, en ese amor ¡tan grande! que por ti tiene, lo ha dicho: “Y todos, todos lo recibirán. ¡Todos mis hijos!, de lo que tengo y que les entregaré, ¡aún más! en éste ciclo. No importa que caminen todavía dormidos. ¡Que aún en ese letargo estén sumidos! También para ellos, ¡no hay distinción! A todos les entrego y les envío con amor. Que Yo sé, que el momento, ¡el gran momento!, que para ellos ya se dé, ¡que por eso están sus hermanos!, aquellos a los que he enviado y ¡los que se están preparando!, los que ya en su corazón están sintiendo ¡y están abriendo! en ese gran despertar. Que en ese caminar mi voz, de infinito amor, los está moviendo”.

Y tú sabes que así ha estado sucediendo, porque ¿cuántos hermanos? y de los que están aquí, aún aquellos que presentes estuvieron, pero que ahora ausentes están, pero que en el amor de Nuestro Padre, porque la promesa está. Esa fe tan grande, de que no importando cual sea la distracción que los esté alejando, a mi Padre le pido que no permita, que no permita que nuevamente se estén alejando de Él. ¡Porque eso es lo importante!, que sigan su camino hacia Nuestro Padre. Que no es el destino, sino el plan que ¡para cada uno de ustedes!, Nuestro Padre ha tenido y que ahora, en ésta Era de amor, de libertad y de perdón, todos ustedes puedan lograr su total apertura; volver al hogar; seguir aquí su caminar, ¡pero en esa cordura!, que sólo Nuestro Padre y su infinito amor nos da.

¡Ese es el deseo! no sólo de tu hermana que hablándote está, sino de nuestro Maestros, ¡de la Gran Hermandad! También de aquellos que han llegado y que nos están acompañando; nuestros hermanos ¡como ustedes los llaman! “Hermanos mayores”, pero con infinito amor. Por eso les hablamos, para que alejen ya ¡todos los temores! y sigan -paso a paso- en la fuerza, ¡en la fe! y lograr la grandeza que Nuestro Padre nos da.

Esto te dice tu hermana, ¡tu hermana Aleshia! y sé que lo lograrás. Por eso -de ello- hablándote estoy, amado hermano; en la enseñanza, ¡la gran y verdadera enseñanza del “Yo Soy”! Que la verdad es sólo una y es de Nuestro Padre, y persiste y está a pesar de todo; como siempre ha sido. Como será.



Julio 1°, 2015
Sananda.
Por eso amado hermano, que también te insisto que sigas; que en ésta preparación, insistiendo con infinito amor: El dejar de ser humano.

Que mira, cuando tu hermano -el que te está hablando- lo logró, como ustedes lo dijeron; ¡ya todo lo trascendió y resucitó! Qué es verdaderamente -amado hermano- en todo lo que en ti sucedió; entonces, entonces, ¿por qué en ti no lo deseas ni lo buscas tan firmemente? ¿Qué acaso tu hermano, eso que te mostró -mi hermano que lo escucha- no lo entendió? No digas que para hacerlo ¡sólo yo!, en el “Yo Soy”.

Que mira que también te pido que recuerdes, que de lo que te hablé, te dije que todo lo que hice, ¡también en ti!, en ti se mostraría. ¡Y ya llegó ese día! Ese día glorioso, en el que mi Padre, que en ti ¡porque es tan bondadoso! y te pide que lo muestres aquí. Y que es el momento, porque tú eres parte de ¡ese gran regimiento!

¿Recuerdas? Que también de ello se habló: ¡Que volvería! ¡Que en ti estaría! Que de ello te hablaría. Y aquí estoy ¡y he de mostrarme! He de hacerlo nuevamente ¡y tan fuertemente!, como mi Padre así, así ya lo decidió, mas en ti, ¡en ti amado hermano!, porque en el devenir, que mira, que así como estoy en ti, mi Padre tan amado también ¡en ti ha dejado anclado! toda su grandeza. Permite lograr ya ¡tal pureza!, para que se vuelva a mostrar ahora, ¡ahora en ti también! su Luz Divinidad.

Que yo soy ¡Sananda!, tu hermano. Mira; si yo lo pude lograr, tú -hoy aquí- en su nombre ¿qué es lo que no harás?, amado hermano. Y dejo en ti mi corazón, para que -en tu interior- reavive más, el fuego sagrado que mi Padre te entregó.

Que yo soy ¡Sananda!, tu hermano. Y he de hablarte más insistentemente. Verás que así será. ¡Promesa que se cumplirá!, amado hermano.



Julio 1°, 2015
Saint Germain.
¡Y es así amados! ¡Amadísimos hermanos! En compañía de mi hermano, ¡con ustedes!, en gran círculo amoroso, ¡no sólo nosotros estamos!

Porque en la gran alineación que para ustedes se conformó y que ¡mucha energía les envió directo al corazón! ¡Miren! ¡Yo les digo! Todo lo que estarán sintiendo en estos días tendrá un solo motivo: ¡Remover! ¡Renacer! También retirar -amado hermano- porque ¡todo lo que en ti va a crecer!, ¡florecerá! a una nueva ¡que no humanidad! ¡Verán ustedes cómo se harán llamar! ¡Amados!

Y nosotros, con ustedes estamos ¡caminando! No piensen que -porque en apariencia- nada está pasando, es que todavía en ustedes ¡muchas cosas se tendrían que estar equilibrando! Aquellos que en algún momento pensaron que estaban rezagados -amados- están acudiendo a éste ¡que no último!, pero Gran Llamado. ¡En ustedes está!, porque si es su deseo querernos acompañar, ya el momento ya está designado.

Y la hermana piensa que nada ha hecho; que -a lo mejor- lo que tenía que hacer ya está terminado. ¡Pronto verán qué equivocada! Porque sí -amados hermanos- se les ha dicho que si sigues caminando en éste plano terrenal, tienes que seguir tu preparación y cada vez con tanto y tan infinito amor, más y más. Que la Guía Divina en ti estará. ¡Eternamente te acompañará!

Y ya todo ha empezado. ¡Ya lo verán! ¡Lo vivirán! ¡Lo sentirán! Y amados hermanos, yo les digo: Mis brazos abiertos están ¡para recibir a todo aquél que con nosotros desee caminar! ¡Aquí estamos!, en éste lugar tan sagrado, que muchas cosas irá cambiando. ¡Sí amados! ¿Están preparados? ¡Porque viene la acción! ¡La verdadera!, en ésta Gran Revolución. No olviden que se los dijo su hermano ¡Saint Germain! ¡Que tanto los amo!

Y sí, aquí estamos, ¡para todo aquello que deseen compartir! Por ustedes esperando estamos, amados. Y ya lo saben, ¡también a través de la hermana!, todo aquello que tú sientas, verás, ¡verás que a cada pregunta tendrás la respuesta!, amado hermano.

Y yo te pido: ¡Te sigas preparando!, como tal cual lo dijo la hermana, aquella que con ¡tanto amor les habla! y que ya les he estado insistiendo: ¡Pronto sabrán quién realmente es! Recuerden que en un principio les dije: “Sabrán… y Aleshia -que es su nombre- les dirá”, pero amados, el momento total de la claridad; la verdad infinita de Nuestro Padre, para aquél que se ha querido preparar, ¡ya podrá escuchar! quién realmente los ha venido a acompañar.

¡Amados! Se los dice su hermano ¡Saint Germain! Y empezará nuestro caminar. ¡Claro que sí! ¿A dónde nos llevará? ¡Qué importa!, si es en el nombre de “¡Aquél que todo lo creó!” y en la infinita y gran enseñanza del “Yo Soy”.

Amados estudiantes; ¡preparados!, porque también lo empezarán aquí. Pero como dice aquél que se hace llamar -amado hermano- Ángel Ráh; ¡pronto harán cambio de cuadrante! ¡No lo olviden! Su hermano Saint Germain.

¡Y dejo para ustedes mi llama violeta! ¡Que los siga acompañando en esa gran preparación! ¡Que todo en ustedes esté transmutando! ¡Amados!

¡Y que la Gran Amatista!, en ustedes, esa purificación persista ¡eternamente! para todos mis amados hermanos.

Que yo soy ¡Saint Germain!


Julio 1°, 2015
Aleshia (4).
Dice mi Padre, que en la conexión que se ha hecho con aquellos de mis hermanos, que -al mostrar- que en algún momento se dijo y pensaron: “También tengo derecho”; que así es, pero que se muestran y es en el momento en que su voluntad y en el infinito amor -cuando tú te dejas llevar- llega y se logra esa unidad.

Porque ahora, por todo lo que se está mostrando y lo que está llegando; ésta explicación, lo que tú estás escuchando -amado hermano- es porque habrá una total retracción. Aquél que al hacerlo y te dijo que es porque en el nombre de El, lo que escuchaste, mira; también se te dijo que la verdad se mostraría y que aquél que habló con falsedad también se descubriría y te dijeron que ya había llegado ese día. Pues el momento, el momento ya lo estás viviendo.

Que en toda la energía que se ha movido y la que se movería, porque lo que hay dentro de ti, eso se cristalizaría y en transparencia todo, todo lo mostrarías. Pues en la verdad de Nuestro Padre, llegó ese día.

Que preparados tenemos que estar, porque todo lo que escuches y que veas, en congruencia con lo que sientas, mucho de ello te va a cimbrar, porque lo que en apariencia tú ¡por mucho tiempo creías!, verás cómo todo se estará derrumbando. Y aquello, a lo que la espalda le estuviste dando, al volver los ojos, verás cómo con tal fuerza y firmeza, ¡así tal cual como te estuvo hablando!, así, ¡así! seguirá, porque en el nombre de Nuestro Padre se te estuvo mostrando, pero que todavía para ti es el gran momento. Que por eso quieres escuchar la voz que -en tu interior- con tal insistencia aún te quiere hablar.

Porque también te dice, ¡me pide! que también te diga ¡que no!, que El no te ha juzgado, ni te juzgó. Que El sigue amorosamente esperando por ti, por mí, ¡por todo aquél que ahora desea escuchar la enseñanza del “Yo Soy”! La verdad infinita que El nos ha entregado, que nos dio.

Que sólo te preguntes -que lo hagas así, con infinito amor- a tu corazón, que en lo que has escuchado ¿qué es lo que te hace sentir?, porque ahí, ¡ahí! es donde te está mostrando el sendero divino, que te estará llevando -que no al final de tu camino- sino ¡al hogar! ¡Al hogar! del que -cada uno de ustedes- antaño se alejó.

Que Nuestro Padre nos dice que no olvides, ¡no olvides hijo mío! que esperando por ti estoy. Y ahora, ahora es el momento, ¡el gran momento! Dejarás atrás ¡todo sufrimiento! para seguir adelante, viviendo en la verdad, en el infinito amor.

Eso es lo que mi Padre nos dice; que no te preguntes, que preguntas ya, ¡que cierres todas tus cicatrices! porque resurgirás, ¡resurgirás como ese ángel que tú eres!, en amor, en libertad y te habrás de elevar para a Él, ¡a Él nuevamente llegar!

Mi Padre tan amado, permita y nos guíe y nos siga inspirando. ¡Esa es su promesa!, que en cada uno de nosotros está abierta. El cumplirla, el cumplirla es -de cada uno- la decisión.


Que en éste instante, que cada uno de ustedes se permitan regalarle; sientan, sientan realmente su presencia, su esencia, y ahí, ¡ahí permanecerá!, amado hermano, en todo aquél que sea su decisión y a Él volverá.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario